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LIBRO VII 1

1

A LA CORAZA DE DOMICIANO

Recibe la coraza de cuero 2 de la belígera Minerva,

a quien teme la ira misma de la cabellera de Medusa.

Mientras ésta no ejerza, César, podrá llamarse coraza:

cuando se asiente en tu sagrado pecho, será una égida.

2

A LA CORAZA DE DOMICIANO

Coraza de nuestro emperador inaccesible a las saetas sármatas

y más fiel que el escudo gético de Marte,

que, segura incluso a los golpes de un dardo etolio 3 ,

han fabricado las pezuñas resbaladizas de innumerables jabalíes:

[5] Feliz con tu suerte tú, a quien se permitirá tocar el sagrado

pecho y calentarte con el espíritu de nuestro dios.

Ve de acompañante y merece sin daño grandes triunfos

y devuelve al emperador, pero pronto, a la toga de palmas 4 .

3

A PONTILIANO, UN POETA MALO 5

¿Por qué no te envío, Pontiliano, mis libros?

Para que no me envíes, Pontiliano, los tuyos.

4

LA PALIDEZ DE OPIANO

Al encontrarse, Cástrico, de mal color 6 ,

a escribir versos empezó Opiano.

5

AL EMPERADOR DOMICIANO, PARA QUE REGRESE A ROMA

Si atiendes, César, el deseo del pueblo y de los senadores

y los goces verdaderos de la toga latina,

devuelve al dios 7 ante los deseos que lo reclaman: Roma siente

envidia de su enemigo, aunque lleguen muchos laureles 8 .

Aquel ve más cerca al señor de las tierras y el bárbaro [5]

siente terror al tiempo que disfruta con tu rostro.

6

NOTICIAS SOBRE EL REGRESO DE DOMICIANO 9

¿Es que de regreso junto a nosotros de las costas hiperbóreas

el César ya se dispone a marchar por los caminos ausonios?

No existe fuente fidedigna, pero todas las voces apuntan a ello:

te creo, sueles, Fama, decir la verdad.

Los despachos victoriosos atestiguan alegrías públicas, [5]

los dardos de Marte verdean con sus puntas laureadas.

De nuevo, ¡viva!, Roma aclama tus grandes triunfos

e invicto, César, resuenas en tu ciudad.

Pero, para que sea mayor la confianza en la alegría,

ven ya tú en persona como mensajero del triunfo sármata. [10]

7

AL EMPERADOR DOMICIANO, SOBRE EL AMOR Y AÑORANZA DEL PUEBLO ROMANO POR SU AUSENCIA

Aunque la Osa invernal y la ruda Peuce 10

y el Histro caliente por las pisadas de las pezuñas

y el Rin, doblegado ya tres veces en sus malvados cuernos,

te retengan domeñando los reinos de pérfidos pueblos,

[5] soberano regidor del mundo y padre del orbe:

no puedes, con todo, alejarte de nuestros deseos.

Allí con los ojos y el corazón estamos, César,

y hasta tal punto ocupas tú solo la mente de todos,

que la misma multitud del Circo Máximo no sabe

[10] si corre el Paserino o el Tigris 11 .

8

EL REGRESO DEL EMPERADOR

Ahora alegres, como nunca, para mí, ahora divertíos, musas:

victorioso de la tierra odrisia regresa nuestro dios.

Tú el primero, diciembre, haces realidad los deseos de la gente:

ya se puede decir con voz potente «viene».

[5] ¡Sé feliz con tu suerte! Podrías no ceder ante Jano,

si nos dieras las alegrías que nos dará aquél.

El soldado con la corona triunfal 12 se divertirá con chistes

festivos, cuando te escolte entre los corceles engalanados

con laurel. Séate permitido también a ti, César, escuchar chanzas

[10] y versos ligeros, si el triunfo mismo gusta de burlas 13 .

9

LOS SESENTA DE CASQUELIO

Al cumplir Casquelio sesenta años, se hizo un hombre

inteligente: ¿cuándo se hará elocuente? 14 .

10

CONTRA OLO, CRITICÓN

Por el culo da Eros, Lino la mama: ¿Olo, qué te importa

lo que hagan éste o aquél con su propio cuerpo? 15

Por cien mil folla Matón: ¿Olo, qué te importa?

Por eso no tú, sino Matón será pobre.

Hasta el amanecer come Sertorio: ¿Olo, qué te va a ti, [5]

cuando tú puedes roncar toda la noche?

Setecientos a Tito debe Lupo: ¿Olo, qué te importa?

No des o prestes un duro a Lupo.

Disimulas lo que te incumbe, Olo,

y lo que más conviene a tus intereses: [10]

debes tu toga; esto es lo que te importa, Olo,

nadie te presta ya un duro: también esto.

Tu mujer es adúltera: esto te incumbe, Olo;

tu hija mayor ya pide la dote: también esto.

Podía decir quince veces lo que te incumbe: [15]

pero lo que hagas, me importa, Olo, un bledo.

11

A PUDENTE, QUE HABÍA PEDIDO AL POETA EPIGRAMAS MANUSCRITOS

Me obligas, Pudente, a corregir mis libros

con mi propia pluma y mi propia mano 16 .

¡Oh cuánto me apruebas y me amas tú,

que quieres tener mis tonterías en versión original!

12

A FAUSTINO, SOBRE LA INOCENCIA DE SUS ESCRITOS 17

Que mi señor, Faustino, me lea con frente serena

y acoja mis bromas con el oído habitual,

pues mis páginas ni siquiera hieren a quienes odia con razón

y a mí no me agrada la fama a costa de la vergüenza ajena.

[5] ¿De qué sirve que algunos deseen que parezcan míos,

si algunos dardos se impregnan de sangre de Licambes 18 ,

y bajo mi nombre vomita veneno de víbora

quien dice que no soporta los rayos de Febo y la luz?

Mis juegos son inocentes: sabes esto bien: lo juro por el genio

[10] de la poderosa Fama y el rebaño de Castalia,

por tus oídos, que para mí se asemejan a una gran divinidad,

lector libre de la envidia inhumana.

13

LICORIS, NEGRA 19

Al oír la morena Licoris que el marfil de los dientes viejos

se blanqueaban con los soles de Tíbur,

se vino a las colinas de Hércules. ¡Qué poder tiene el aire

de la alta Tívoli! En poco tiempo volvió negra.

14

SOBRE SU AMADA QUE LLORA LA MUERTE DE UN JOVEN

Una terrible desgracia le ha ocurrido, Aulo 20 , a mi amada:

ha perdido a su diversión y su cariño,

no como el que lloró la amada del tierno Catulo,

Lesbia, huérfana de las gracias de su pajarito 21 ;

ni como el que lloró Jántide, cantada por mi Estela, [5]

cuya negra paloma vuela en el Elíseo 22 .

Mi vida no es cautivada por naderías ni por esos amores

ni tales pérdidas conmueven el pecho de mi dueña:

ha perdido a un esclavo que contaba doce años,

cuya polla todavía no alcanzaba el pie y medio. [10]

15

A ARGINO 23

¿Quién es este joven que se yergue junto a las límpidas

aguas de Jantis? ¿Ha huido Hilas 24 de su dueña náyade?

¡Oh qué bien que se rinda culto al Tirintio 25 en ese bosque

y que guarde tan cerca aguas tan amorosas!

[5] Puedes administrar seguro, Argino, esta fuente: nada

harán las ninfas: cuídate de que el dios lo quiera 26 .

16

A RÉGULO, A QUIEN LE PIDE GRACIOSAMENTE DINERO

En casa no hay dinero. Sólo me queda, Régulo 27 ,

vender tus regalos: ¿me los compras?

17

A LA BIBLIOTECA DE JULIO MARCIAL

Biblioteca de un campo refinado 28 ,

desde donde el lector ve la vecina ciudad,

si entre versos más sagrados algún lugar

hubiere para la lasciva Talía,

podrías colocar en el anaquel más bajo [5]

estos siete libros que te enviamos

anotados por la pluma de su autor:

esta corrección les da valor.

Pero tú, exquisita, que por este pequeño obsequio 29

serás conocida por todo el orbe 30 , [10]

protege esta prenda de mi corazón,

biblioteca de Julio Marcial.

18

CONTRA GALA, HERMOSA PERO TONTA

Si tienes una cara, de la que ni una mujer podría

hablar 31 , si ninguna mancha hay en tu cuerpo,

¿por qué te extrañas de que tan pocos folladores te deseen

y vuelvan otra vez? Tu defecto, Gala, no es pequeño.

Cuantas veces me inicié en la faena y nos meneamos con las [5]

ingles pegadas, el coño no calla, tú eres la que callas.

Los dioses hicieran que hablaras tú y callara aquél:

me fastidia la garrulidad de tu coño.

Preferiría que te peyeras: que esto, dice Símaco 32 , no perjudica

y es cosa esa que mueve a risa a la vez. [10]

¿Quién puede reírse de los ruidos de un coño loco?

Cuando suena éste, ¿qué polla y cabeza no se vienen abajo?

Di al menos algo y mete ruido al son de tu coño gritón,

y si eres tan muda, aprende a hablar aunque sea por allí.

19

FRAGMENTO DE LA NAVE ARGOS 33

El trozo de madera que consideras leño vil e inútil,

fue éste la primera quilla de un mar desconocido.

A la que no pudieron romper en otro tiempo ni las ruinas

cianeas 34 ni la furia más triste del mar escítico 35 ,

[5] la vencieron los siglos: pero aunque haya cedido a los años,

la pequeña tablilla es más sagrada que la nave intacta.

20

CONTRA SANTRA, GLOTÓN Y AVARO

Nada hay más miserable o glotón que Santra.

Cuando invitado corre a una cena formal,

con la que soñó tantos días y noches,

tres veces pide criadillas de jabalí, cuatro veces lomo,

[5] y los dos muslos de la liebre y las dos paletillas,

y no se ruboriza por perjurar sobre un tordo

ni por arrebatar los pálidos filamentos de las ostras.

Con bocados de pastel unta una sucia servilleta;

allí también se colocan uvas ollares 36

[10] y unos pocos granos de granada

y la piel desagradable de una vulva 37 hueca

y un higo en almíbar y una seta lacia.

Pero cuando ya la servilleta se rompe por los mil hurtos,

esconde en su tibio bolsillo costillas roídas

y una tórtola mutilada tras devorar la cabeza. [15]

Y no considera vergonzoso recoger con diestra larga

las sobras y lo que incluso los perros dejaron.

Pero no le basta a su gula el botín de comida:

llena a sus pies una jarra de vino con agua.

Cuando esto llevó a casa por doscientas escaleras [20]

y se encerró angustiado en su buhardilla con cerrojos

aquel glotón, las vende al día siguiente.

21

CUMPLEAÑOS DE LUCANO 38

Éste es el día que, testigo de un gran nacimiento,

dio a Lucano para el pueblo y para ti, Pola 39 .

¡Ay, Nerón, cruel y por ninguna otra muerte más odiado,

esto al menos no se te debió haber permitido!

22

MISMO TEMA

Vuelve el día memorable por el importante nacimiento del vate

de Apolo: tropel de Aónidas 40 , sed propicias a los

sacrificios. Esto ha merecido al haberte dado, Lucano, a la

tierra, para que mezclaras el Betis con el agua de Castalia 41 .

23

A FEBO SOBRE LO MISMO

Febo, ven, pero como eras cuando tú en persona entregabas

al tonante de la guerra el segundo plectro 42 de la lira latina.

¿Qué te puedo suplicar por un día tan grande? Que tú, Pola,

honres habitualmente a tu marido y él sienta que le honras.

24

CONTRA UN MALEDICENTE, QUE INTENTABA ENFRENTAR A MARCIAL CON JUVENAL

Al intentar enfrentarme a mi querido Juvenal,

¿qué no te atreverás a decir, pérfida lengua?

Con tus mentiras criminales Orestes habría odiado a Pílades

y el amor de Pirítoo se habría alejado de Teseo; tú

[5] podrías separar a los hermanos sicilianos 43 , a los atridas 44 ,

nombre más famoso, y al linaje de Leda 45 .

Por tus méritos y tales audacias pido esto para ti:

que hagas, lengua, lo que, creo, haces 46 .

25

CONTRA UN POETA MALO

Si sólo escribes siempre epigramas modosos

y más cándidos que la piel de albayalde,

y no hay en ellos ni una pizca de sal ni una gota

de hiel amarga, ¡encima, insensato, quieres que los lean!

No agrada la comida misma defraudada del chorrito de vinagre [5]

ni es agradable el rostro al que le faltan hoyuelos.

Dale al niño manzanas dulces e higos insípidos:

que a mí me sabe bien el higo de Quíos, el que sabe picar 47 .

26

ENVÍA AL ESCAZONTE A APOLINAR 48

Reúnete, escazonte 49 , con mi querido Apolinar

y si no tiene nada que hacer —no seas pesado—,

le darás este presente, cualquiera que sea su valor, y del que

él forma alguna parte: que sus simpáticos oídos se empapen de

estos versos. Si ves que te recibe con buen talante, [5]

pídele que te apoye con su conocida influencia.

Conoces con qué amor arde por mis bagatelas:

ni yo mismo puedo amarte más.

Si deseas estar seguro contra los malvados,

reúnete, escazonte, con mi querido Apolinar. [10]

27

UN JABALÍ QUE LE HABÍA ENVIADO DEXTRO

El jabalí devastador de las bellotas etruscas y engordado

ya con muchas encinas, famoso después de la fiera etolia 50 ,

a quien mi querido Dextro atravesó con brillante dardo,

yace en mi hogar como botín envidiado.

[5] Que los penates se impregnen alegres de húmedo vapor

y la cocina festiva arda con madera de monte.

Pero mi cocinero consumirá un gran montón de pimienta

y añadirá falerno con salsa de reserva.

Vuelve junto a tu dueño, mi fuego no te abarca,

[10] ruina de jabalí: necesito comer más barato.

28

A FUSCO

Que crezca tu bosque de Diana en Tíbur

y que tu bosque a menudo talado vuelva a crecer con rapidez,

y tu aceite 51 , Fusco, no ceda ante las prensas de Tartesos

y den buen mosto tus barriles sin medida;

[5] que los foros 52 te admiren, que te alabe el palacio imperial,

y muchas palmas cultiven las dos puertas de tu casa 53 ;

cuando a mitad de diciembre un pequeño descanso te llegue,

juzga, pero con oído seguro, las bromas que lees.

«¿Te gusta saber la verdad? Eso es difícil». Pero tú

[10] puedes, Fusco, decirme lo que quieres que se te diga 54 .

29

AL JOVEN TÉSTILO

Téstilo, dulce tormento de Víctor Voconio 55 ,

el joven más famoso del mundo entero,

que te amen hermoso incluso tras cortarte el cabello

y que ninguna chica agrade a tu querido poeta:

por un tiempo aparta los doctos libros de tu señor, [5]

mientras leo mis pequeños poemas a tu querido Víctor.

También Mecenas, cuando Marón cantaba a Alexis 56 ,

conocía sin embargo a la morena Melenis de Marso 57 .

30

CONTRA CELIA, PUTA

Te entregas a los partos, te entregas a los germanos, te

entregas, Celia, a los dacios, y no desprecias el lecho de los

cilicios y de los capadocios; el follador de Menfis navega en tu

busca desde la ciudad de Faros y también el negro indio desde

las rojas aguas 58 ; y no haces ascos a los miembros de los judíos [5]

circuncidados ni se te escapa el alano en caballo sarmático.

¿Cómo te las arreglas para que, siendo una joven romana,

no te guste ninguna polla romana?

31

A RÉGULO, A QUIEN DICE QUE LE ENVÍA HUEVOS COMPRADOS EN EL MERCADO

¿Aves de un ruidoso corral, huevos de sus madres,

higos amarillos de Quíos a medio calentar,

tosca cría de quejosa cabrita,

aceitunas ya desiguales por los fríos

[5] y legumbres blancas por las escarchas heladas,

crees que se te envían desde mi campo?

¡Ay cómo te equivocas, Régulo, de medio a medio!

Nada produce mi campo excepto a mí.

Cuanto te envían el granjero o el aparcero de Umbría

[10] o el campo marcado por el tercer mojón

o los etruscos o los túsculos,

eso nace para mí en toda la Subura 59 .

32

A ÁTICO

Ático, que haces vivir los nombres de una familia elocuente

y no dejas que guarde silencio una casa de abolengo,

a ti te acompaña el piadoso tropel de la cecropia Minerva,

a ti te ama el sosiego retirado, a ti todos los sabios.

[5] A otros jóvenes, en cambio, los adiestra un entrenador de oreja

cortada y un sórdido masajista rapiña sin merecerlo sus riquezas.

No la pelota, no el balón, no la bola 60 te preparan para las

termas o el golpe embotado de una espada desnuda,

ni tiendes tus arqueados brazos en el dúctil ceroma,

[10] no arrebatas errantes pelotas polvorientas,

sino que tan sólo corres cerca de las níveas ondas

de la Virgen 61 o donde el toro se encela por el amor sidonio.

Jugar a las variadas artes, para las que sirven toda clase de

terrenos, cuando se puede correr, es pereza.

33

CONTRA CINNA

Si tu toga está más sucia que el cieno y en cambio tu calzado

está más blanco, Cinna, que las primeras nieves, ¿por qué,

imbécil, echas hacia abajo el manto y lo extiendes sobre

los pies? Recoge, Cinna, la toga, que desaparece 62 el calzado.

34

A SEVERO, SOBRE LOS BAÑOS DE CARINO

¿Cómo puede ser, Severo 63 ,

que el hombre más malo de todos, Carino,

haya hecho una cosa bien, me preguntas?

Lo diré, pero rápido. ¿Qué hay peor que Nerón?

¿Qué hay mejor que las termas de Nerón? [5]

No falta al punto, helo aquí, quien de los

malvados hable así con su boca nauseabunda:

«¿Qué? ¿tú prefieres las termas de Nerón

a tantos regalos de nuestro señor y dios?»

Lo prefiero a los baños de un marica 64 . [10]

35

CONTRA UNA MATRONA FINGIDAMENTE IMPÚDICA 65

Un esclavo con sus partes ceñidas por negro taparrabos

está de pie, cada vez que te recreas toda en agua caliente.

Mi esclavo, en cambio, para callar de mí, Lecania,

tiene un peso judío 66 a flor de piel,

[5] pero contigo se bañan jóvenes y viejos desnudos;

¿acaso sólo es auténtica la polla de tu esclavo?

¿Es que vas, señora, en pos de apartados femeninos

y apartado te bañas, coño, en tu propia agua 67 ?

36

A ESTELA, A QUIEN PIDE VESTIMENTA

Cuando mi tosca finca se negaba a soportar las lluvias y el

húmedo cielo y nadaba en medio de las aguas invernales,

me llegaron como regalo enviado por ti muchas tejas,

que pudieran desviar los aguaceros repentinos.

[5] Terrible, mira, suena diciembre con el zumbido del bóreas:

¿cubres, Estela 68 , la finca, no cubres al campesino 69 ?

37

A CÁSTRICO

¿Conoces, Cástrico 70 , la señal mortífera del cuestor?

Merece la pena aprender la nueva señal de muerte 71 :

cuantas veces se sonara la nariz rociada por el frío,

había ordenado que fuera señal mortal de cortar la yugular.

De su odiosa nariz colgaba un moco asqueroso, [5]

cuando el cruel diciembre soplaba con húmeda garganta:

sus colegas le sujetaron las manos: ¿a qué más preguntas?

el desgraciado no pudo, Cástrico, limpiarse la nariz.

38

POLIFEMO Y ESCILA

Eres tan grande y de tal condición, Polifemo, esclavo de nuestro

querido Severo, que incluso el cíclope mismo se asombraría

de ti; pero Escila no es menos: que si unieras los fieros

monstruos de los dos, cada cual sería la pesadilla del otro.

39

CELIO, QUE FINGÍA TENER GOTA

Al decir que ya no aguantaba y soportaba

los diversos recorridos, el paseo de la mañana,

la altanería y el saludo a los poderosos,

Celio empezó a fingir que tenía gota.

Al querer hacerla demasiado verdadera, [5]

untándose y vendándose sus pies sanos

y caminando con paso trabajoso,

—¡cuánto puede la solicitud y el arte del dolor!—

Celio dejó de fingir que tenía gota.

40

EPITAFIO A LA MUERTE DEL PADRE DE CLAUDIO ETRUSCO 72

Aquí yace aquel anciano conocido en el palacio Augusto

tras soportar con ánimo no humilde a los dos dioses 73 .

La piedad de sus hijos lo unió con las sombras sagradas de

su esposa: los dos viven en el bosque del Elíseo.

[5] Ella murió antes privada de la lozanía de su juventud:

éste vivió casi dieciocho olimpíadas 74 .

Pero quienquiera que viera, Etrusco, tus lágrimas, creería

que los años se habían apresurado para quitártelo.

41

A SEMPRONIO TUCA 75

Te crees, Sempronio Tuca, que eres ciudadano del mundo:

las cosas del mundo, Sempronio, son tanto malas como buenas.

42

A CÁSTRICO 76

Si alguien desea rivalizar contigo en regalos,

que se atreva éste también, Cástrico, con versos.

Yo soy débil en ambas cosas y dispuesto a que me superen:

por eso me agrada el sueño y el descanso profundo.

¿Que por qué te he dedicado versos tan malos preguntas? [5]

¿Crees que nadie ha dado frutas a Alcínoo 77 ?

43

CONTRA CINNA 78

Lo primero es que me prestes, si algo, Cinna, te pido;

después de eso viene que rápidamente, Cinna, niegues.

Quiero al que presta; no odio, Cinna, al que niega:

pero tú ni prestas ni rápidamente, Cinna, niegas.

44

A OVIDIO, SOBRE LA ESTATUA DE MÁXIMO CESONIO 79

Aquel amigo tuyo es, Ovidio 80 , este Cesonio Máximo 81 ,

cuyo rostro todavía conserva la cera viviente.

A éste lo condenó Nerón: pero tú te atreviste a condenar

a Nerón y a seguir el destino del prófugo, no el tuyo:

[5] por el mar de Escila acompañaste a un gran exiliado,

tú que hacía poco no habías querido acompañar a un cónsul.

Si los nombres se confían a mis páginas para seguir viviendo

y se me permite sobrevivir a mis cenizas,

la multitud presente y la futura oirá esto: que tú para aquél

[10] fuiste lo que aquél para su querido Séneca.

45

AL MISMO, SOBRE LA MISMA ESTATUA 82

Poderoso amigo del elocuente Séneca,

cercano o más importante que su querido Sereno 83 ,

éste es el famoso Máximo, a quien en numerosas

páginas saluda la letra propicia 84 .

[5] Tú que has seguido a éste por las aguas sicilianas,

Ovidio, a quien no debe silenciar ninguna lengua,

has despreciado la ira de nuestro soberano enfurecido.

Que la antigüedad admire a su querido Pílades,

quien acompañó al desterrado de su madre 85 .

[10] ¿Quién podría comparar los peligros de los dos?

Acompañaste a un desterrado de Nerón.

46

A PRISCO, PARA QUE NO LE ENVÍE REGALOS CON VERSOS

Cuando quieres recomendarme tu regalo con un poema

y deseas hablar más cultamente que la boca de Homero,

me atormentas tanto a mí como a ti durante muchos días

y tu querida Talía 86 , Prisco, calla sobre mí 87 .

A los ricos podrás enviar versos y elegías sonoras: [5]

a los pobres dales regalos prosaicos.

47

A LICINIO SURA: ALEGRÍA POR SU RECUPERACIÓN DE UNA GRAVE ENFERMEDAD 88

Licinio Sura 89 , el más célebre de entre los hombres sabios,

cuya lengua arcaica nos ha devuelto a los severos abuelos,

te devuelven —¡ay, qué gran regalo de los hados!— a nosotros

cuando casi habías degustado las aguas del Lete.

Nuestros votos habían perdido ya el miedo y resignada lloraba [5]

nuestra tristeza, y por las lágrimas ya incluso habías

terminado: no soportó la envidia el que reina en el callado

Averno y él mismo devolvió al Destino los hilos arrebatados.

Pues sabes cuántas lamentaciones de la gente ha suscitado

tu falsa muerte y disfrutas de tu propia posteridad. [10]

Vive como si te hubieran quitado la vida y disfruta de los goces

huidizos: la vida devuelta no pierda día alguno 90 .

48

A ANNIO, DE QUIEN CONDENA SUS CENAS AMBULANTES

Al tener casi trescientas mesas,

Annio tiene sirvientes por mesas:

pasan corriendo los platos y vuelan las fuentes.

Tened para vosotros tales banquetes, ricos:

me molestan la cenas ambulantes.

49

A SEVERO, A QUIEN LE ENVÍA REGALOS DESDE SU FINCA

Te envié un pequeño regalito de mi finca de las afueras:

huevos para tu hambre y fruta, Severo, para tu gula.

50

A LA FUENTE DE JANTIS 91

Fuente de tu dueña, con que se alegra Jantis la reina del lugar,

gloria y delicia de una mansión ilustre,

si tu orilla está adornada de tantos níveos sirvientes

y tus aguas brillan con un coro de Ganímedes,

¿qué hace el Alcida consagrado en ese bosque? [5]

¿por qué el dios ocupa una cueva tan cerca de ti?

¿Es que observa los amores conocidos de las ninfas,

para que no arrebaten a muchos Hilas al mismo tiempo?

51

A ÚRBICO 92

Si te avergüenza, Úrbico, comprar mis bagatelas,

pero con todo te gusta conocer mis versos lascivos,

busca a Pompeyo Aucto —tal vez incluso lo conozcas—;

está sentado a la entrada del templo de Marte Vengador 93 :

empapado de derecho y pulido por el uso vario de la toga, [5]

no es éste un lector mío, Úrbico, sino un libro.

Retiene y tararea mis libros ausentes de tal manera

que no se le escapa ninguna letra de mis páginas:

en definitiva, si quisiera, podría pasar por haberlos escrito,

pero él prefiere favorecer a mi fama. [10]

Puedes molestarle a partir de las tres —pues antes no

estará lo bastante libre— y los dos tomaréis una cena frugal;

él leerá, tú bebe; aunque no quieras, él recitará:

y cuando digas «ya es suficiente», él leerá.

52

A AUCTO, POR LEER SUS EPIGRAMAS A CÉLERE

Es agradable que leas, Aucto, mis libros a Célere 94 ,

si es que también gusta, Aucto, a Célere lo que lees.

Él ha gobernado a mis pueblos, los celtas e iberos

y no hubo lealtad mayor en nuestro mundo.

[5] Un respeto tanto mayor me turba y no estimo sus oídos

como los de un oyente, sino como los de un juez.

53

CONTRA UMBRO, DE CUYOS REGALOS SE RÍE 95

Me enviaste en las Saturnales, Umbro, todos

los regalos que te proporcionaron los cinco días:

doce trípticos y siete mondadientes;

les acompañaron una esponja, una servilleta, una copa,

[5] media medida de habas con una cesta de olivas del Piceno

y una cántara negra de mosto de Laletania;

también llegaron pequeños higos de Siria con ciruelas pasas

y un tarro cargado con el peso de higos de Libia.

Creo que apenas llegaron a treinta sestercios todos

[10] los regalos que trajeron ocho enormes esclavos sirios.

¡Mucho mejor hubiera sido que un esclavo sin esfuerzo alguno

me hubiera traído cinco libras de plata!

54

CONTRA NASIDIENO, QUE LE MOLESTABA CON SUS SUEÑOS

Siempre por la mañana me cuentas sueños sólo sobre mí,

para que conmuevan e inquieten mi espíritu.

Ya la vendimia del año anterior y también la de este año ha

tocado fondo, mientras una hechicera me conjura tus noches 96 ;

He consumido pasteles sagrados y montones de incienso; [5]

disminuyeron mis rebaños, mientras continuamente se sacrifica

una cordera; no me quedan cerdos, ni aves de corral, ni huevos:

o quédate en vela o duerme, Nasidieno, para ti.

55

CONTRA CRESTO, ASQUEROSO

Si a nadie correspondes, Cresto, en los regalos,

no me los envíes ni remitas:

creeré que eres bastante generoso.

Pero si se los devuelves a Apicio, a Lupo,

a Galo, a Ticio y a Cesio, [5]

no mamarás mi polla —que es honrada y humilde—,

sino la que vino de la incendiada Jerusalén 97 ,

condenada hace poco a pagar tributo 98 .

56

A RABIRIO, ARQUITECTO ILUSTRE

Los astros del cielo concebiste en tu piadosa mente, Rabirio,

al construir con maravilloso arte el palacio Parrasio 99 .

Si se dispone a ofrecer un templo digno del Júpiter 100 de Fidias,

Pisa 101 pedirá estas manos a nuestro Tonante.

57

ÁQUILA CONSIGUIÓ EL CENSO ECUESTRE

Gabinia transformó a Áquila de Pólux en Cástor:

había sido «un buen boxeador», ahora será «un caballero» 102 .

58

A GALA, QUE QUIERE CASARSE CON UN HOMBRE DE VERDAD

Ya te has casado, Gala, con seis o siete maricas,

cuando te gustan demasiado el pelo y la barba peinada.

Después, tras probar la hombría y que sus miembros parecidos a

un cuero mojado no se empinan ni obligados por tu mano cansada,

[5] abandonas los tálamos afeminados y a tu marido marica,

y de nuevo caes continuamente en lechos similares.

Busca a alguno que siempre hable de los Curios y de los Fabios,

con pelo en el pecho y fiero con dura rusticidad:

lo encontrarás; pero también la turba severa 103 tiene maricas:

difícil es, Gala, casarse con un hombre de verdad.

59

CECILIANO, GLOTÓN

No cena, Tito, sin Apro 104 mi querido Ceciliano:

Ceciliano tiene un bello convidado.

60

A JÚPITER

Guía venerable del palacio de Tarpeya 105 ,

a quien, salvado el emperador, consideramos Tonante,

si cada cual te acosa con votos para ellos

y te pide que le des lo que los dioses podéis,

no me tomes por soberbio, si no te pido,

Júpiter, nada para mí en mi súplica.

Por el César debo pedirte:

por mí debo pedir al César.

61

AL EMPERADOR DOMICIANO

Se había apoderado de la ciudad entera el buhonero temerario

y ningún dintel se mantuvo en sus propios límites. Has

ordenado 106 , Germánico, que crecieran los pequeños barrios y lo

que antes había sido una senda, se convirtió en una avenida.

[5] No hay ninguna pilastra rodeada de botellas encadenadas

ni se obliga al pretor a ir en medio del barro,

ni una navaja se saca ciegamente en medio de un gran gentío

ni negra freiduría ocupa toda la calle.

Barbero, tabernero, cocinero o carnicero respetan sus propios

umbrales: ahora es Roma, antes era una gran tienda.

62

CONTRA HAMILO, ASQUEROSO 107

Con las puertas de par en par atraviesas a adultos, Hamilo,

y quieres que te sorprendan, cuando lo haces,

para que no cuenten nada los libertos, los esclavos de tu padre

y un cliente funesto por su hipócrita garrulería.

[5] Quien da testimonio de que no le dan por el culo, Hamilo,

a menudo hace lo que hace sin testigo 108 .

63

SILIO, PRIMERO ABOGADO Y DESPUÉS POETA 109

Tú que lees los volúmenes imperecederos del inmortal Silio

y sus versos dignos de la toga latina,

¿crees que al vate sólo gustaron los retiros de Pieria

y las guirnaldas báquicas de la cabellera aonia? 110

[5] No tocó el oficio sagrado del coturnado Marón antes

de cumplir con la obra del gran Cicerón 111 .

Todavía a éste le admira la pesada lanza 112 de los centúnviros,

de éste hablan muchos clientes con palabras de agradecimiento.

Después de gobernar el gran año con las doce fasces 113

quien fue sagrado por liberar al mundo, [10]

entregó sus años de emérito a las musas y a Febo

y ahora en lugar de su foro frecuenta el Helicón.

64

CONTRA CÍNAMO 114

Tú que habías sido el barbero más conocido en toda la ciudad

y después te convertiste en caballero por regalo de tu

dueña 115 , te dirigiste a las ciudades de Sicilia y los reinos

del Etna, Cínamo, huyendo de las duras leyes del foro 116 .

¿Con qué artimaña soportarás ahora inútil años malos? [5]

¿qué significa ese descanso desgraciado y fugitivo?

No rétor, no gramático o maestro de escuela,

no filósofo cínico, no estoico tú puedes ser,

ni vender tu voz y los aplausos en los teatros sicilianos:

lo que te queda, Cínamo, es ser otra vez barbero. [10]

65

CONTRA GARGILIANO

Un pleito te consume después de dedicarle los fríos

de veinte inviernos, Gargiliano, ante tres tribunales a la

vez. ¡Ay desgraciado y loco! ¿Pleitea veinte años

cualquiera a quien le pueden, Gargiliano, ganar?

66

LABIENO, HEREDERO

Fabio dejó a Labieno de heredero universal:

sin embargo, Labieno dice que había merecido más 117 .

67

CONTRA FILENIS, LESBIANA

Da por culo a los chavales la lesbiana Filenis

y más furiosa que un marido empalmado

taladra a once chavalas por día.

Arremangada juega también a la pelota 118

[5] y se pone amarilla de polvo y las halteras pesadas 119

para atletas hace girar con músculo fácil,

y embarrada de la hedionda palestra

se somete a los golpes del monitor untado de aceite.

Y no come ni se reclina antes

[10] de vomitar siete chatos de vino;

a ellos piensa que puede volver,

cuando ha comido dieciséis albóndigas.

Después de todo esto, cuando se pone cachonda,

no la mama —esto lo cree poco viril—,

[15] sino que devora por completo el sexo de chavalas 120 .

Los dioses te concedan una mentalidad, Filenis, adaptada

a ti, que crees viril lamer coños.

68

A RUFO, PARA QUE NO RECOMIENDE SUS EPIGRAMAS A SU SUEGRO

No recomiendes, Instancio Rufo 121 , mis Camenas, te lo ruego,

a tu suegro: quizás le gusta la poesía seria.

Pero si también él admite los libros lascivos,

entonces se los leeré incluso a Curio y a Fabricio 122 .

69

AL POETA CANIO SOBRE TEÓFILA

Ésta es la famosa Teófila que te prometí, Canio,

cuyos pechos están impregnados de la dote de Cécrope.

A ésta con razón la solicitaría el jardín de Atenas del ilustre

anciano 123 y no menos querría que fuera suya la banda de los

estoicos. Vivirá cualquier obra que metas por esos oídos [5]

su saber es tan poco femenino y tan poco popular.

Tu querida Pantenis 124 no va ya muy por delante de aquella,

aunque sea bien conocida al coro de las piérides.

Su composición de versos la alabaría la amadora Safo:

más casta fue ésta y no más docta fue aquélla. [10]

70

CONTRA FILENIS 125

Filenis, lesbiana de las mismas lesbianas,

con razón, a la que follas, llamas amiga 126 .

71

FAMILIA CON ALMORRANAS 127

Almorranas tiene la esposa, almorranas también el marido,

la hija tiene almorranas, el yerno y el nieto,

y ni el administrador ni el granjero de la asquerosa úlcera

están libres ni el rígido hoyero ni siquiera el labrador.

[5] Si almorranas tienen por igual jóvenes y viejos,

es de extrañar que sólo el campo no tenga almorranas.

72

A PAULO, DEFENSOR DE SUS EPIGRAMAS

Que te sea venturoso, Paulo, diciembre

y no te traigan trípticos inútiles y pequeñas servilletas

ni ligeras medias libras de incienso,

sino que un acusado importante o un amigo poderoso

[5] te traiga fuentes y copas de sus antepasados;

o lo que más te gusta y arrebata:

vencer a Novio y a Publio encerrados

con sus peones y soldados de cristal 128 ;

que el juicio favorable del público embadurnado

te conceda la palma de entre los atletas ungidos [10]

y no alabe más las izquierdas de Polibio.

Si algún malvado dijera que los míos son versos

que están impregnados de negro veneno,

asísteme con tu voz de abogado

y grita cuanto puedas, pero sin parar: [15]

«no escribió ésos mi Marcial».

73

A MÁXIMO, QUE TIENE VARIAS CASAS

Tienes una casa en las Esquilias, tienes una casa en la colina de

Diana 129 y el barrio Patricio 130 cobija un techo tuyo;

a un lado divisas el templo de la viuda Cibeles 131 , al otro el

de Vesta, por una parte al Júpiter nuevo, por otra al viejo 132 .

Dime dónde puedo reunirme contigo, dime en qué sitio puedo [5]

buscarte: quien vive en todas partes, Máximo, no vive en ninguna.

74

A MERCURIO

Honra de Cilene 133 y del cielo, elocuente servidor,

para quien reverdece una dorada vara 134 de serpiente retorcida:

que no te falte abundancia de hurtos lascivos,

ya desees a la de Pafos o ya ardas por Ganímedes;

[5] que las idus 135 de tu madre se adornen de sagrado follaje

y tu viejo abuelo 136 sienta la presión de una pequeña carga.

Siempre la fecunda Norbana con su esposo Carpo honre este

día, en el que se unieron por primera vez en matrimonio.

Que aquí un piadoso sacerdote de la Sabiduría ofrezca sus

[10] propios dones, que aquí te invoque con incienso, fiel también él a Júpiter.

75

CONTRA UNA VIEJA FEA 137

Quieres que te follen gratis, cuando eres fea y vieja:

asunto más que ridículo: quieres dar y quieres no dar 138 .

76

A FILOMUSO, BUFÓN

Porque los poderosos te disputan

en banquetes, paseos, teatros,

y contigo, cada vez que caes por allí,

les gusta que los lleven y les gusta bañarse;

no seas demasiado vanidoso: [5]

agradas, Filomuso, no enamoras.

77

CONTRA TUCA, AVARO

Exiges que te regale, Tuca, mis libros;

ni hablar: lo que quieres es venderlos, no leerlos.

78

CONTRA PÁPILO, FRUGAL CONSIGO MISMO Y ESPLÉNDIDO CON LOS DEMÁS

Aunque se te sirva cola de pescado saxetano 139

y, si cenas bien, un hervido de habas con aceite,

tú envías ubres de cerda, jabalí, liebre, setas, ostras,

mújoles: ni tienes seso, Pápilo, ni gusto.

79

A SEVERO

He bebido hace poco vino de cónsul 140 .

¿Preguntas qué añejo y generoso?

Embotellado por un cónsul antiguo: pero el mismo

que lo servía era, Severo 141 , cónsul.

80

A FAUSTINO, PARA QUE ENVÍE SUS LIBROS A MARCELINO

Dado que la paz romana ya calma a los nórdicos odrisios

y se han silenciado las tétricas trompetas,

podrás, Faustino, enviar este libro a Marcelino 142 :

ya tiene él tiempo libre para mis páginas, ya para mis bromas.

[5] Pero si quieres recomendarle el pequeño regalo de tu amigo,

que un esclavo le lleve mis versos,

no como el que, saciado de leche de una vaca gética,

juega en el río helado 143 con una rueda sarmática,

sino el efebo rosado de un comerciante de Mitilene o un

[10] lacedemonio todavía no azotado por orden de su madre 144 .

Pero a ti se te enviará un esclavo del cautivo Histro 145 ,

que pueda apacentar las ovejas de Tívoli.

81

A LAUSO, SOBRE UN BUEN LIBRO 146

«Hay treinta epigramas malos en todo el libro»:

si hay otros tantos buenos, Lauso, es un buen libro.

82

MENÓFILO, CIRCUNCISO

Al pene de Menófilo lo viste una fíbula 147 tan grande,

que sola se basta para todos los comediantes.

Yo creía —pues nos lavamos juntos muchas veces—

que éste preocupado miraba, Flaco, por su voz.

Mientras se entrena en medio de la palestra rodeado de [5]

espectadores, se le cayó al desgraciado la fíbula: era circunciso 148 .

83

EUTRÁPELO, BARBERO LENTO 149

Mientras el barbero Eutrápelo 150 recorre la cara de Luperco

y rasura sus mejillas, le salió otra barba.

84

AL LIBRO, QUE ENVÍA A CECILIO SEGUNDO

Mientras se delinea mi retrato para Cecilio Segundo 151

y cobra vida el cuadro pintado por mano diestra,

ve, libro, a la Peuce 152 gética y al Histro 153 postrado:

estos lugares, domeñados sus pueblos, los gobierna él.

[5] Darás a mi querido compañero un regalo pequeño pero dulce:

en mis versos habrá un rostro más auténtico:

éste vivirá sin ser destruido por ninguna desgracia,

por ningún año, cuando perezca la obra de Apeles.

85

A SABELO, POETA INSULSO

Que no escribes sin sal algunas estrofas,

que bien haces, Sabelo, unos pocos dísticos,

lo alabo, pero no lo admiro: es fácil escribir bien

epigramas, pero es difícil escribir un libro.

86

CONTRA SEXTO, AVARO

Se me invitaba al banquete de tu cumpleaños,

pese a que no era amigo tuyo, Sexto.

¿Qué ha sucedido, pregunto, qué ha sucedido de pronto,

después de tantas muestras de amistad, después de tantos años,

[5] para que se me haya olvidado a mí, tu viejo compañero?

Pero sé la razón. No te ha llegado de mi parte

ninguna libra de pura plata hispana

ni una toga ligera ni mantos sin estrenar.

No es espórtula aquella con la que se hace negocios;

[10] alimentas regalos, Sexto, no amigos. Estás a punto de

decirme: «que se azote a mi secretario» 154 .

87

ANIMALES FAVORITOS

Si mi querido Flaco se alegra con un lince orejón,

si Canio 155 disfruta con un sombrío etíope,

si Publio arde por el amor de una pequeña perrita 156 ,

si Cronio se enamora de un cercopiteco igual a él,

si un pernicioso icneumón 157 agrada a Mario, [5]

si a ti te agrada una urraca saludadora,

si †Gadila† se pega al cuello de una gélida serpiente,

si Telesila dedicó una tumba a un ruiseñor: ¿por qué no puede

enamorarse el rostro lisonjero de Labicas, igual a Cupido,

quien ve que estos monstruos agradan a sus señores? [10]

88

LOS LIBROS DEL POETA SE LEEN EN VIENNE

Se dice que mis libritos, si es cierta la fama, se cuentan

entre las delicias de la hermosa Vienne.

Me leen allí todos los mayores, maduros y jóvenes,

y la casta doncella en presencia de su adusto esposo.

Esto preferiría yo a que canten mis versos [5]

quienes beben el Nilo desde su misma fuente;

a que mi querido Tajo me colme de oro hispano,

a que el Hibla y el Himeto alimenten a mis abejas.

Significo por tanto algo y no me dejo llevar por el regalo de

una lengua lisonjera: te creeré, pienso, ya a ti, Lauso 158 . [10]

89

A LA ROSA QUE ENVÍA A APOLINAR

Ve, rosa feliz, y con suaves guirnaldas

ciñe el cabello de mi querido Apolinar 159 ;

tú acuérdate de entretejerlos blancos, pero dentro

de un tiempo: que Venus te ame siempre.

90

A CRÉTICO: EL LIBRO DESIGUAL ES EL BUENO 160

Matón se jacta de que yo he logrado un libro desigual:

si es verdad, Matón está alabando mis versos.

Calvino y Umbro escriben libros equilibrados iguales:

un libro igual es, Crético, el que es malo.

91

A JUVENAL

De mi campo, elocuente Juvenal 161 , te envío,

mira por dónde, nueces de las Saturnales.

Las restantes frutas se las dio a chicas lujuriosas

la polla lujuriosa del dios guardián 162 .

92

CONTRA BÁCARA QUE NO CUMPLÍA SUS PROMESAS

«Si necesitaras algo, sabes que no me lo tienes que pedir»,

dices dos y tres veces, Bácara, en un solo día.

El adusto Segundo 163 me reclama con voz mandona:

lo oyes y no sabes, Bácara, lo que necesito.

El alquiler se me reclama delante de ti con claridad y en [5]

público: lo oyes y no sabes, Bácara, lo que necesito.

Me quejo de tener un manto frío y raído:

lo oyes y no sabes, Bácara, lo que necesito.

Lo que necesito es que te quedes mudo por una súbita estrella,

para que no puedas decir, Bácara, «si necesitas algo». [10]

93

A LA CIUDAD DE NARNIA, PARA QUE NO RETENGA MÁS A QUINTO

Narnia, a la que rodea un blanco río de corriente sulfurosa,

apenas accesible por dos montañas,

¿por qué te gusta quitarme tan a menudo a mi querido Quinto

y retenerlo durante largas temporadas?

¿Por qué me destruyes la razón de mi finca de Nomento, [5]

que tenía valor gracias a ese vecino?

Pero piensa ya en mí y no abuses, Narnia, de Quinto:

si así, que se te permita disfrutar siempre de tu puente.

94

PÁPILO, MALOLIENTE 164

Era un perfume que ha poco contenía un pequeño tarro:

desde que lo olió Pápilo, es, miradlo, pescado podrido.

95

CONTRA LINO, BESADOR INOPORTUNO 165

Es invierno y domina el frío diciembre,

tú sin embargo te atreves con un beso de nieve

a retener a todos los que encuentras por aquí y por allí

y a besar, Lino, a toda Roma.

[5] ¿Qué cosa más grave y terrible podrías

hacer golpeado y azotado?

Con este frío no me besará ni mi mujer

ni mi inexperta hija con sus labios seductores.

Pero más dulce y elegante eres tú,

[10] de cuyas narices de perro cuelga

un lívido carámbano y la barba está tiesa,

como la que el esquilador Cílice corta

a un chivo cinifio con unas tijeras corvas.

Prefiero toparme con cien lamecoños

[15] y temo menos a un galo recién castrado 166 .

Por tanto, si tienes seso y vergüenza,

te ruego, Lino, retrases los besos

invernales para el mes de abril.

96

EPITAFIO AL NIÑO ÚRBICO

Enterrado aquí estoy yo, el desconsuelo de Baso, el niño Úrbico,

a quien la poderosa Roma dio prestigio y renombre.

Seis meses me faltaban para los tres primeros años, cuando

las tétricas diosas 167 rompieron funestamente los hilos.

¿De qué la belleza, de qué la lengua, de qué me sirvió la [5]

edad? 168 . Derrama lagrimas, quien lees esto, sobre mi tumba:

que no vaya, si no es más viejo que Néstor, a las aguas

leteas, aquel que desees que te sobreviva.

97

A SU LIBRO, QUE ENVÍA A CESIO SABINO

Si conoces bien a Cesio, librito,

honra sabina de la montañosa Umbría,

compatriota de mi querido Aulo Pudente 169 ,

tú le entregarás estos versos incluso si está ocupado.

Aunque le acosen y agobien mil preocupaciones, [5]

con todo tendrá tiempo libre para mis versos.

Pues me quiere aquel y me lee después

de los nobles libros de Turno 170 .

¡Oh qué nombre te está reservado!

¡Qué gloria! ¡Cuántos admiradores! [10]

De ti hablarán los banquetes, de ti el foro,

las mansiones, las encrucijadas, los pórticos,

las tiendas: se te enviará a uno solo, todos te leerán.

98

A CÁSTOR, COMPRADOR DE TODO

Compras, Cástor, todo: así sucederá que vendas todo.

99

A CRISPINO, A QUIEN RUEGA QUE RECOMIENDE SU LIBRO A DOMICIANO

Ojalá veas siempre, Crispino 171 , tranquilo al Tonante 172

y Roma no te quiera menos que tu querida Menfis.

Si mis versos se leen en el palacio Parrasio 173

—pues suelen disfrutar del oído sagrado de César—,

[5] atrévete, como cándido lector, a hablarle de mí:

«algo ofrece ese a nuestra época y no es

demasiado inferior a Marso y al docto Catulo»:

eso es suficiente, lo demás lo dejo para el dios mismo.


1 Sobre el libro VII, léase a G. GALÁN , M. Val. Martialis Epigrammaton liber VII: Comentario filológico , Sevilla, 1996 (tesis doctoral inédita).

2 Fue llevada por Domiciano en su expedición contra los sármatas en el año 92 d. C,; cf. XIV 179; KER , I, pág. 422; SH . BAILEY , II, pág. 74.

3 El de Meleagro, quien mató al jabalí de Calidón; cf. XIII 93, 1, Libro de los Espectáculos , 14, 1; FRIEDLÄNDER , pág. 474; KER , I, pág. 423; S. BAILEY , II, pág. 74.

4 El general se revestía en su desfile triunfal con una toga de púrpura y oro (toga picta ) sobre una túnica bordada con hojas de palma (tunica palmata); cf. FRIEDLÄNDER , pág. 474; KER , I, pág. 423; S. BAILEY , II, pág. 75.

5 Léase V 73.

6 La palidez era proverbialmente el color propio de los poetas; cf. Horacio, Epístolas , I 19, 17-18; PERSIO , I 24.

7 El emperador regresó en enero del año 93; cf. IZAAC , I, pág. 266.

8 Señal inequívoca de triunfos.

9 El epigrama es una especie de canto triunfal en honor de Domiciano a su regreso de sus campañas contra los sármatas.

10 Isla situada en la desembocadura del Danubio; cf. VII 84, 3.

11 Famosos caballos de carrera; cf. XII 36, 12; Izaac, I, 266.

12 Sobre descripciones triunfales en poesías, cf. K. GALINSKY , «The Triumph Theme in the Augustan Elegy», Wiener Studien , n. s., 3 (1969), 75-107.

13 Cf. I 4, 3-4.

14 Lo entiendo así: si Casquelio ha tardado sesenta años en ser un hombre de inteligencia normal (ingeniosus) , ¿cuánto puede tardar en llegar a estar dotado de elocuencia (disertus) , para lo que se necesita mucho más tiempo?

15 Cf. III 16, 5; S. BAILEY , II, pág. 81. Cf. GALÁN , Comentario ..., págs. 133-135.

16 Y, por tanto, el original tiene mucho más valor.

17 Cf. I 25. Léase a GALÁN , Comentario ..., págs. 148-150.

18 Se contaba que Licambes tuvo que suicidarse para no tener que aguantar las críticas mordaces del poeta griego Arquíloco; cf. KER , I, págs. 428-429.

19 Cf. IV 62. Léase a GALÁN , Comentario ..., págs. 160-161.

20 Cf. I 31.

21 Léase a CATULO , III, y A. RAMÍREZ DE VERGER , Catulo: Poesías , Madrid5 1994, pág. 139.

22 Léase I 7.

23 El epigrama está dedicado a una estatua de un esclavo (de nombre Argino, como el favorito de Agamenón), probablemente de Estela, situada en los jardines de Estela. La estatua, dice Marcial, estará segura de las manos de las ninfas, pero no de las de Hércules, quien ya tuvo una aventura con el joven Hilas; cf. FRIEDLÄNDER , pág. 480; KER , I, págs. 432-433.

24 Amado por Hércules; fue ahogado por una ninfa enamorada; cf. V 48, 5; IX 65, 14; sobre el mito de Hilas y Hércules, léase a PROPERCIO , I 20.

25 Hércules.

26 Se sobreentiende «raptar», como hizo Hércules con Hilas; cf. COLLESO , pág. 272.

27 Cf. I 12.

28 Cf. la descripción en IV 64.

29 La poesía que le dedica Marcial.

30 Sigo la interpretación textual de MUNRO , seguida por FRIEDLÄNDER , págs. 481-482; S. BAILEY se resigna a colocar unas cruces desperationis .

31 Esto es, decir nada en contra.

32 Cf. VI 70, 6.

33 El epigrama es un eco de CATULO , IV. La dedicación de exvotos a dioses tiene precedentes en la Antología Griega (cf. VII 69, 70, 236).

34 Las Simplégades a la entrada del Bósforo.

35 El Ponto Euxino.

36 Se conservaban en ollas de barro cocido; cf. CATÓN , De re rustica VII 2; PLINIO EL VIEJO , Historia natural XIV 29; COLUMELA , De agricultura XII 45; FRIEDLÄNDER , pág. 483.

37 La vulva de cerda era un plato exquisito; cf. HORACIO , Epístolas I 15, 41; PLINIO EL VIEJO , Historia natural XI 84.

38 Léase el Genethliacon Lucani ad Pollam de ESTACIO , Silvas II 7.

39 Pola Argentaria era la viuda de Lucano y protectora de Marcial; cf. X 64.

40 Las musas.

41 Es decir, Hispania (Lucano procedía de Córdoba) con Grecia.

42 Después de Virgilio, como en VII 27, 2.

43 Anfínomo y Anapio; cf. ESTRABÓN , VI 269, Ant. Griega , III 17; SILIO ITÁLICO , XIV 197; S. BAILEY , II, pág. 95.

44 Agamenón y Menelao.

45 Cástor y Pólux.

46 Decir improperios y obscenidades.

47 Como desea también CATULO , XVI 4-11.

48 Léase IV 86. Cf. GALÁN , págs. 254-255.

49 Cf. I 96.

50 El jabalí matado por Meleagro; cf. Libro de los Espectáculos 15, 1.

51 Palas se emplea metonímicamente por el olivo; cf. OVIDIO , Heroidas IX 44; Amores II 16, 8; Tristia IV 5, 4; FRIEDLÄNDER , pág. 487.

52 Había tres: Romanum, Iulii y Augusti; cf. S. BAILEY , II, pág. 98.

53 Señal de que habían conseguido el éxito en las cortes de justicia; cf. JUVENAL , VII 117; KER , I, pág. 442; S. BAILEY , II, pág. 98.

54 Es decir, la verdad o lo que quiera oír.

55 Cf. XI 78.

56 Cf. V 16, 12.

57 Cf. I epist .

58 Es decir, el mar Rojo, que se refería también a las aguas que rodeaban a la península arábiga.

59 Marcial tiene que comprar los productos en el mercado; cf. X 94, 5; KER , I, pág. 444.

60 Cf. IV 19, 5-6.

61 El acueducto Aqua Virgo . Con el «amor sidonio» se refiere a Europa.

62 Porque no se ve, si lo ocultas con la toga; cf. S. BAILEY , «Corrections and Explanations...», pág. 280; S. BAILEY , II, pág. 105.

63 Cf. II 6.

64 Cf. S. BAILEY , III, pág. 318.

65 Ataque contra el fingido pudor de algunas mujeres; léase XI 75.

66 Es decir, un miembro viril circuncidado.

67 Jodiendo a solas con su esclavo.

68 Sobre Estela, cf. I 7.

69 Es decir, ¿cómo no le regalas vestidos?

70 Cf. VI 43. Léase a GALÁN , pág. 334.

71 El texto dice theta . Con la letra griega th (de thanatotéon) se votaba la pena de muerte contra un acusado; de ahí el nigrum theta de PERSIO , IV 13.

72 Léase ESTACIO , Silvas III 3 (Consolatio ad Claudium Etruscum) , y G. LAGUNA , Estacio: Silvas III , Sevilla, 1992, págs. 242-256.

73 Se refiere, en realidad, a las dos caras de Domiciano, considerado como un dios: la cara airada y la cara agradable, pues Claudio Etrusco fue desterrado y perdonado por Domiciano; cf. VI 83; S. BAILEY , II, pág. 111.

74 Noventa años, pues Marcial solía contabilizar una olimpíada cada cinco años; cf. IV 45, 4.

75 La interpretación se remonta a Tumebus (cf. COLLESO , pág. 284), quien entendió kósmicos como mundanus en el sentido socrático de «ciudadano del mundo» (cf. CICERÓN , Tusculanas V 108), mientras kósmica (mundana) significa «cosas del mundo» y productos de Cosmo, el perfumista; cf. S. BAILEY , «Corrections and Explanations...», pág. 281; S. BAILEY ; II, pág. 111.

76 Cf. VI 43. Léase a GALÁN , págs. 359-360.

77 Famoso por sus frutales; cf. VIII 68, 1; X 94, 2; XIII 37.

78 Cf. VI 20.

79 Léase también el epigrama siguiente.

80 Este Ovidio es Quinto Ovidio, amigo y vecino de Marcial; cf. I 105, 1; VII 93, 3; X 44; KER , I, pág. 453; S. BAILEY , II, pág. 113.

81 Amigo de Séneca (cf. Cartas a Lucilio LXXXVII 2), que le acompañó al exilio, cuando el emperador Claudio desterró a Séneca; cf. TÁCITO , Anales XV 71; FRIEDLÄNDER , págs. 495-496; S. BAILEY , II, pág. 113.

82 Léase el epigrama anterior.

83 Amigo de Séneca; cf. VIII 81; TÁCITO , Anales XIII 13.

84 La S de salutem .

85 Cf. VI 11, 1-2. Orestes fue desterrado por su madre Clitemnestra tras el asesinato de Agamenón.

86 La musa del epigrama; cf. IV 8, 12.

87 Es decir, no me viene la inspiración.

88 El epigrama es una soteria , composición genérica en la que el poeta se alegra y da las gracias por la curación de Licinio Sura de una enfermedad grave; cf. [TIBULO ], IV 4 (= III 10); HORACIO , Odas II 17; OVIDIO , Amores II 13; ESTACIO , Silvas , I 4; CAIRNS (Generic Composition ..., págs. 73 y 153-157).

89 Cf. I 49, 40.

90 Léase a V. CRISTÓBAL , «El tópico del carpe diem en las letras latinas», Educación abierta 112 (Aspectos didácticos de Latín 4), Zaragoza, 1994, págs. 225-268.

91 Cf. VI 47 y VII 15. Se trata de una écfrasis descriptiva.

92 Cf. XI 55. Léase a GALÁN , págs. 403-405.

93 Situado en el Foro de Augusto.

94 Propretor en Hispania.

95 Léase XII 81.

96 Cf. XI 49, 7-8; PROPERCIO , IV 5; OVIDIO , Amores I 8.

97 Probable alusión a la sexualidad de los judíos.

98 Cf. SUETONIO , Domiciano XII 2.

99 Alusión al palacio de Domiciano, construido por Rabirio; se terminó en el año 92 d. C.; cf. VII 99, 3; VIII 36, 3; IX 12, 8; XII 15, 1; FRIEDLÄNDER , pág. 503.

100 La estatua de Zeus en Olimpia.

101 Situada en la Élide (Grecia).

102 Marcial aplica un verso homérico (Ilíada , III 237) a una situación obscena: Gabinia ha logrado que Áquila se convierta de un macho pasivo (un boxeador «cachas», si pýx «boxeador» sugiere en el sonido a pygḗ «nalgas») en macho activo que puede cabalgar sobre Gabinia. Es la posible interpretación de J. N. ADAMS , The Latin Sexual Vocabulary , pág. 166, n. 3. También sería posible entender que Gabinia ha hecho caballero a Áquila dándole el dinero necesario; con ello lo ha convertido en un domador de caballos y así poder cabalgar sobre Gabinia; cf. COLLESO , pág. 291; S. BAILEY , II, pág. 124.

103 Es decir, los filósofos; cf. IX 27 y 47; S. BAILEY , II, pág. 125.

104 S. Bailey (II, pág. 125) propone tres posibles significados para sine Apro: «sin Apro», «sin jabalí (en el menú)» y «sin un jabalí (como huésped)», este último, elegido por Marcial, con sentido humorístico.

105 Alusión al templo de Júpiter en el Capitolio.

106 Domiciano promulgó un edicto en el año 92 d. C. para impedir que los comerciantes invadieran las calles; cf. FRIEDLÄNDER , pág. 504.

107 Léase VI 56. Cf. GALÁN , págs. 464-465.

108 Testis tiene el doble sentido de «testigo» y de «testículo».

109 Cf. IV 14. Cf. GALÁN , págs. 469-471.

110 Es decir, la poesía.

111 Se dedicó antes a la abogacía, como Cicerón.

112 El signo de la Corte de los Centúnviros.

113 Silio fue cónsul en el año 68, cuando murió Nerón.

114 Cf. VI 17; GALÁN , págs. 480-482.

115 Debió de haberle dado los 400.000 sestercios que se necesitaban para pertenecer a la clase de los caballeros; cf. IZAAC , I, pág. 269.

116 Para evitar una investigación judicial sobre su posición social; cf. KER , I, pág. 467.

117 Seguramente porque los regalos de Labieno (o su sumisión sexual) a Fabio habían valido más que la herencia que recibió; cf. S. BAILEY , II, pág, 131.

118 Cf. IV 19, 6, y VII 32, 10.

119 Sobre pesas, cf XIV 49 y JUVENAL , VI 421 ss.

120 Cf. II 61, 2, y CATULO , LXXX 6.

121 Amigo de Marcial; cf. VIII 50, 21 y 83, 1; se identifica también con el procónsul de la Bética de XII 98, 3; FRIEDLÄNDER , pág. 508.

122 Cf. I 24, 3.

123 Debe de tratarse de Epicuro.

124 Poetisa desconocida de la época.

125 Léase VII 67.

126 El término amica es ambiguo para una mujer: a) amiga; b) amante, como sería para un hombre; cf. S. BAILEY , II, 135.

127 Cf. I 65; GALÁN , págs. 518-519.

128 Marcial está aludiendo al juego de mesa conocido como ludus latrunculorum o «juego de los ladrones». Se jugaba en un tablero dividido en casillas con fichas (calculi) que se distinguían por el color. Se enfrentaban dos jugadores para apoderarse de las piezas de su adversario, como si se tratara de una batalla. Léase el comentario de GALÁN , pág. 527.

129 En el Aventino.

130 Al pie del Esquilino.

131 Por la muerte de Atis; cf. CATULO , LXIII.

132 El primero en el Capitolio, el segundo en el Quirinal.

133 Montaña de Arcadia, donde nació Mercurio.

134 El caduceo que portaba Mercurio como mensajero de los dioses.

135 De mayo (cf. XII 67, 1), pues Maya era la madre de Mercurio; cf. KER , I, pág. 474.

136 Atlante, padre de Maya.

137 Cf. II 9 y III 90. Léase a GALÁN , pág. 551.

138 Dare tiene dos sentidos: dar y entregarse; cf. X 75, 14; S. BAILEY , II, pág. 139.

139 Procedente de Almuñécar.

140 Es decir, vino de marca, que eran reconocidos por el nombre del cónsul del año que se inscribía en la etiqueta.

141 Cf. II 6, 3.

142 Estaba en las campañas de Dacia; cf. VI 25.

143 El Danubio.

144 Se azotaba a los jóvenes espartanos para enseñarles dureza.

145 El Danubio.

146 Cf. VII 87. Léase a GALÁN , págs. 573-574.

147 Consistía en un anillo de metal que se prendía en el prepucio para evitar la erección; cf. CELSO , VII 25, 2; MARCIAL , XI 75; KAY , pág. 229.

148 Es decir, un judío.

149 Cf. VIII 52; P. T. EDEN , «Problems in Martial (III)», Mnemosyne 43 (1990), 163-4; GALÁN , págs. 579-581.

150 La gracia del epigrama reside en que el nombre griego eutrápelos significa «diestro, ágil», todo lo contrario de lo que hacía Eutrápelo.

151 Parece que no se trata de Plinio el Joven, sino del Segundo de V 80, 7; cf. FRIEDLÄNDER , págs. 515-516.

152 Cf. VII 7, 1.

153 El Danubio.

154 Por haberse olvidado de un nombre. El vocator era el esclavo encargado de distribuir las invitaciones; cf. KER , I, pág. 482; S. BAILEY , II, pág. 147.

155 Poeta de Gades; cf. III 20.

156 Cf. I 109. El cercopiteco del v. 4 era un mono negro venerado en Tebas.

157 Animal cuadrúpedo de origen egipcio; cf. ELIANO , VI 38.

158 Había condenado el libro de epigramas de Marcial; cf. VII 81; KER , I, pág. 483.

159 Cf. IV 86, 3.

160 Cf. VII 81. Léase a GALÁN , págs. 616-617.

161 Cf. VII 24, 1.

162 Priapo.

163 Cf. II 44, 7.

164 Cf. III 17.

165 Cf. XI 98. Léase a GALÁN , págs. 632-633.

166 Cf. III 81; JUVENAL , VIII 176; KER , I, pág. 489.

167 Las Parcas.

168 Tópico funerario del quid profuit? , frecuente en las lamentaciones poéticas; cf., p. e., HORACIO , Odas I 28, 4 (muerte de Arquitas); OVIDIO , Amores II 6, 17-20 (muerte de un papagayo); III 9, 15-16 (muerte de Tibulo).

169 Cf. I 31.

170 Cf. XI 10.

171 Cf. VIII 48.

172 Domiciano, equiparado a Júpiter.

173 En el Palatino.

Epigramas II

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