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ОглавлениеIngrid Betancourt
La pasionaria de los Andes
Querida Dina, aquà está la pieza con caja a seguir. Espero que todo esté bien. Hoy (lunes 11) tomo el avión de Tokio a Buenos Aires, donde llegaré mañana, 12 de febrero. A partir de ese momento, siempre estaré disponible por satélite, incluso en los dÃas de la "navegación" antártica. Estaré de vuelta en Argentina alrededor del 24 de febrero, luego continuaré a Bogotá, donde me encontraré con Bentacourt a principios de marzo.
AvÃsame si estás interesado.
Hasta pronto
Marco
Con este correo electrónico, que encontré en una computadora vieja, a comienzos de febrero de 2002 escribà a Dina Nascetti, una de mis jefas en el Espresso , para informarle de mis movimientos. Estuve en Japón para un informe sobre la tumba de Jesús [1] y me estaba preparando para afrontar un largo viaje que me alejarÃa de casa durante casi dos meses. El destino final era el lÃmite geográfico extremo: la Antártida.
En el camino yo preveÃa una parada en Argentina, por un informe sobre la grave crisis económica que se apoderó del paÃs sudamericano en esos meses y luego, en el camino de vuelta, Colombia, donde tendrÃa que entrevistar a Ingrid Betancourt Pulecio, la polÃtica de Derechos humanos colombianos y militantes. En realidad, llegué un par de dÃas antes de lo esperado en Bogotá. Y fue â al menos para mà â una fortuna. Conocà a Betancourt el 22 de febrero y exactamente veinticuatro horas más tarde mientras viajaba en coche a Florencia, Ingrid Betancourt desapareció en el aire, cerca de San Vicente del Caguán. Secuestrada por las guerrillas de las FARC, fue rehén durante seis años.
Si hubiera llegado a Colombia solo al dÃa siguiente, nunca la hubiera conocido.
*****
Cabello castaño suelto en los hombros. Ojos oscuros, como una verdadera colombiana. En la muñeca un brazalete de ámbar. Y los labios que casi nunca sonrÃen.
Tiene pocas oportunidades de sonreÃr Ingrid Betancourt, 40 años bien llevados, cincuenta kilos bien distribuidos a más de un metro setenta, hoy candidata para el incómodo cargo de presidente de la República del paÃs más violento del mundo, Colombia. Un lugar donde todos los dÃas hay en promedio setenta vÃctimas asesinadas. Donde, durante cuarenta años, se libró una guerra que, desde 1990, ha hecho treinta y siete mil vÃctimas civiles. Donde más o menos diez personas son secuestradas cada veinticuatro horas. Un paÃs que cuenta con la supremacÃa del principal productor de cocaÃna del mundo y del cual en los últimos tres años han huido más de un millón de personas.
Sin embargo, no han pasado muchos años desde la misma mujer que hoy se sienta frente a mÃ, en un apartamento anónimo supe secreto y súper blindado en el centro de Bogotá, chaleco antibalas y mirada nerviosa, sonriendo serenamente, tumbada en una playa de Seychelles, bajo la mirada indulgente del Padre Gabriel de Betancourt, un guapo, educado e inteligente diplomático francés, enviado a trabajar en ese rincón del paraÃso después de los difÃciles años pasados en Colombia.
Exactamente veinticuatro horas después de esta entrevista, mientras viajaba en automóvil a Florencia, Ingrid Betancourt desapareció, cerca de San Vicente del Caguán, al borde de la zona más avanzada de penetración de las tropas colombianas contra los rebeldes de las FARC. Junto con ella, un camarógrafo y un fotógrafo francés que la acompañaron para documentar su arriesgada campaña electoral desaparecieron. Y todo sugiere que esto es un secuestro.
Un giro dramático que, paradójicamente pero no demasiado en un paÃs tan cruel como Colombia, "de repente aumenta las posibilidades de su elección", como observa pragmáticamente uno de los eventos colombianos, Gabriel Marcela, profesor de la Escuela de Guerra.
Ingrid Betancourt Pulecio, en este infierno, habÃa vuelto a su voluntad. Y no en el ocaso de la vida sino, en sus treintas, en el '90.
Ex miembro del Parlamento, ahora senadora, fundó un partido llamado Verde OxÃgeno , "para dar un aire limpio a la polÃtica colombiana, enfermo de corrupción", explica con seriedad. El lema dice: «Ingrid es oxÃgeno». Y en la imagen hay ella, una máscara anti moda y globos de colores. Con ciento sesenta mil preferencias, es el más votado del paÃs. Pero nadie, tal vez, hablarÃa de ella hoy si no fuera por la autobiografÃa que sale en estos dÃas en Italia. El tÃtulo no deja dudas sobre el carácter del autor: "Probablemente me maten mañana".
¿Un poco de teatro tal vez?
"La edición francesa se tituló La rage au coeur - Ira en el corazón ", se defiende. "Pero los editores italianos querÃan un tÃtulo más fuerte, asà que elegimos este. Después de todo, asà es como me siento, y esto es lo que pienso todas las mañanas, cuando me levanto y todas las noches, antes de quedarme dormida. Y no creo que haya algo particularmente heroico al respecto. La probabilidad de ser asesinado mañana es una perspectiva muy real y muy presente para una gran parte de la población de este paÃsâ.
Los periódicos la han pintado casi como una Santa. Paris Match lo llamó "la mujer en el visor". Liberación "una heroÃna". Le Figaro , "la pasionaria de los Andes". Le Nouvel Observateur escribió que "si Simón BolÃvar, el Libertador de América Latina, pudiera elegir un heredero, él la habrÃa elegido".
La prensa colombiana, en cambio, han tomado un poco de todo. La Semana , la primera revista de información semanal del paÃs, la puso en la portada con el tÃtulo "Juan de Arco" (Juana de Arco) y un fotomontaje donde aparece en la versión de Pulzella d'Orleans, caballo, armadura y lanza en restos. En realidad, el libro es mucho más mesurado y seco que el tÃtulo que lleva y en sus reseñas. Ingrid no se esconde de ser una privilegiada. Hija de la élite, ha mantenido algunos lujos: montar a caballo una vez a la semana en una finca puesta a disposición por amigos, por ejemplo.
Sin embargo, las ideas no faltan, y no tiene pelo en la lengua en expresarlos. «Las FARC, fuerzas Armardas revolucionarias de Colombia, el primer grupo guerrillero del paÃs, en 1998, según cálculos prudentes, podrÃan contar con una financiación anual de 300 millones dólares, principalmente de la "financiación" de Droga y el producto de secuestros y extorsiones. Hoy sabemos que pueden contar con una cifra anual que toca quinientos millones de dólares, mientras que sus pinturas han pasado de quince mil a veintiún mil.
Esta situación, "explica ella," pone al Estado colombiano en una situación de total diferencia de fortaleza en la guerrilla. Para lograr resultados decisivos, calculamos que el gobierno debe ser capaz de tres a cuatro soldados bien entrenados para cada guerrilla, mientras que hoy en dÃa puede, como mucho, desplegar una proporción de uno, máximo dos soldados para cada miembro de las FARC. Y todo esto con un esfuerzo económico que, sin embargo, para mi paÃs, es casi sobrehumano. Se estima que desde 1990 el costo de la represión es casi diez veces más. «Y si al principio representara el uno por ciento del producto interno bruto, hoy excede el dos por ciento, y ahora ha alcanzado la cifra astronómica de mil millones de dólares estadounidenses».
¿Una mujer exaltada, como la describen sus enemigos, o una mujer que quiere hacer algo por su paÃs, como usted dice? Los cÃrculos polÃticos en Bogotá ignoran su candidatura. Pero, por debajo, le temen. Omar, el jefe de sus gorilas, dice: "En este paÃs, aquellos que son honestos corren el riesgo de pagar con la muerte". Y usted dijo: "No tengo miedo a morir". El miedo me hace más fuerte.
El primer punto de su campaña electoral es la lucha contra la corrupción. En el segundo se encuentra la guerra civil: "el estado debe lidiar con las guerrillas de la izquierda sin más" concluye "tomando la distancia de las AUC, la derecha paramilitar, que son responsables de la mayorÃa de los asesinatos en el PaÃs".
Pero, ¿cómo vives con amenazas y miedo todos los dÃas?
"Quizás también se convierta en un hábito". Un hábito horrible El otro dÃa, "concluye en voz baja," abriendo el correo, encontré una imagen de un niño descuartizado. Debajo estaba escrito: "señora senadora, para ella, los matones ya les han pagado." «Para su hijo nos reservamos un tratamiento especial...».
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