Читать книгу Planificación Creativa para tus Clases Virtuales - María Susana Ferro - Страница 6

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Planificación creativa. Una buena clase virtual necesita un buen plan…

A simple vista podemos observar que una clase presencial tiene diferencias con una clase virtual.

El aula virtual configura un nuevo espacio de encuentro, aparente, abierto, que permite el diálogo entre sus actores, en múltiples y variados espacios, que permiten la interactividad, la comunicación y la colaboración.

Un aula virtual puede ajustarse a diferentes necesidades, es un espacio que viabiliza el aprendizaje ubicuo, el aprendizaje en cualquier tiempo y lugar. Es un espacio que posibilita la construcción de conocimiento, pero no lo garantiza, porque, así como en una clase presencial, una buena clase virtual necesita de un buen plan. Un plan que ponga al servicio de lo que queremos enseñar las posibilidades que la virtualidad brinda.

Un plan que permita organizar la clase, reducir la incertidumbre y los obstáculos. Un plan que proyecte un ambiente apropiado y cálido para el aprendizaje, que prevea, organice y fundamente el manejo de todos los recursos. Un plan que exponga oportunidades y amenazas, una proyección de evaluación para cada etapa del proceso y, fundamentalmente, que implique a los alumnos en la construcción de su aprendizaje y en la creación de nuevos conocimientos.

Además, que al momento de definir objetivos, estrategias y acciones, lo haga de forma clara y sistémica.


Pensemos ahora en las clases virtuales que conocemos. Inicialmente podemos hacer referencia a dos tipos de clases virtuales: las sincrónicas y las asincrónicas.

Las sincrónicas son aquellas clases que ofrecemos en vivo, al mismo tiempo presentes alumnos y docentes. Las asincrónicas son aquellas que ofrecemos para ser transitadas en el momento y el lugar que el alumno decida, no necesitan de nuestra presencia virtual.

Pero sabemos que, para quienes enseñan y para quienes aprenden, no es lo mismo poder estar presentes en una clase que conectarse a través de alguna plataforma.

Los acercamientos virtuales requieren de ingenio, de elegir cuidadosamente las palabras, las imágenes, las propuestas, para que funden el diálogo, para que lo potencien.

En la virtualidad necesitamos crear condiciones de confianza, así como un ambiente apropiado y cálido para el aprendizaje.

Cada modalidad tiene especificidades, sus ventajas y riesgos…

Si reflexionamos acerca de la interacción entre los actores de una clase, vemos que en el aula presencial se da en forma directa, física y cercana. Alumnos y docentes comparten un espacio físico y un tiempo definido y limitado.

En cambio en el aula virtual la interacción es indirecta, abierta, sin límites de espacio y tiempo. Además necesita de un medio tecnológico para llevarse a cabo y equipos para cada participante, ya sean computadoras o celulares.

Si hablamos de comunicación verbal, no verbal o escrita, en una clase presencial, nos comunicamos mayormente de forma oral, tenemos posibilidad de atender inmediatamente a consultas, también a gestos, posturas, lenguaje corporal, y de acceder a lo comunicado en forma escrita, a través de pizarrones, láminas, cuadernos, libros, etc.

En el aula virtual la comunicación es digital. Podemos comunicarnos oralmente, de forma inmediata, a través de videoconferencias, o de manera diferida en el tiempo, a través de videos.

Durante una videoconferencia el registro analógico es mínimo, nos resulta difícil entender miradas, decodificar gestos. Por eso es sumamente importante reforzar nuestros mensajes mediante el uso estratégico y consciente de nuestra voz, atendiendo a su volumen, velocidad, ritmo, entonación, pausas, y a elementos como la risa.

En estos espacios de aprendizaje, la comunicación textual requiere de diferentes canales o herramientas, como el chat, un foro, un correo, una pizarra digital, etc. Lo que implica prestar suma atención a la calidad de los textos compartidos, tanto formales como informales.

En una clase virtual quien enseña necesita, además de una buena propuesta pedagógica y un plan detallado, contar con una combinación de áreas de experticia, para poder diseñar sus clases, para preparar y compartir materiales claros y amigables para sus alumnos, para poder crear un clima adecuado para el aprendizaje, para gestionar tiempos e interacciones.

La intención de este trayecto es pensar clases sincrónicas o asincrónicas que motiven la participación activa y la curiosidad, el pensamiento crítico y que estimulen el pensamiento creativo.

Clases que no sean solo vehículo de transmisión de información. Pensar clases constructivas, interactivas, colaborativas.

Esto implica cambiar del paradigma de la transmisión de conocimiento al paradigma de la construcción de conocimiento, y me animaría a ir más allá, a la creación de conocimiento.

Podemos observar que en muchas clases virtuales tendemos a un modelo de enseñanza transmisiva. Nos enmarcamos en metodologías tradicionales, de exposición de información, lo que resulta no solo en una falta de dinamismo de la clase, sino también en la inactividad por parte del alumno, que deja de ser el centro de la propuesta.

En los contextos virtuales se hace necesario poner en marcha un abanico de modelos centrados en el alumno, que le permitan interactuar con el objeto de conocimiento, que favorezcan su autoaprendizaje, el aprendizaje con otros, el aprendizaje colaborativo.

También es importante poner a su disposición materiales multimediales, que motiven la construcción de conocimiento desde diferentes áreas, de forma articulada, relacionadas, en un abordaje no estanco, sino complementario, que permita nuevas formas de relación de la información, que puedan devenir en nuevos conocimientos.

¿Qué podemos hacer para lograrlo? ¿Qué estrategias podríamos utilizar para evitar que las clases se transformen en monólogos sin ningún tipo de interacción por parte de los estudiantes? ¿Cómo lograr que los alumnos se pregunten o pregunten sobre un tema? ¿Cómo hacerlos partícipes de una experiencia motivadora? ¿Cómo brindarles la oportunidad de construir su aprendizaje transitando activamente nuestras clases, sean estas sincrónicas o asincrónicas? ¿Cómo planificar una clase virtual original, creativa, potente?

“Saber cómo utilizar tecnología

no es lo mismo que saber cómo enseñar con tecnología”

(Mishra y Koehler, 2006: 1033).

Hoy las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) nos ofrecen nuevas posibilidades a la hora de enseñar y aprender. Diferentes recursos, herramientas y soportes.

¿Qué ventajas nos ofrecen y qué desventajas podemos visualizar? ¿Cómo utilizarlas? ¿Cuál es el sentido de incorporarlas a nuestras clases? ¿El impacto de su utilización es cuantitativo o cualitativo? ¿Es solo para llegar a un gran número de estudiantes en cualquier tiempo y lugar? ¿Cómo poner estas herramientas al servicio de lo que queremos enseñar, al servicio de nuestros objetivos y no al revés? ¿Cómo incorporar TIC poniendo el acento en el desarrollo de habilidades críticas y creativas de los alumnos y no como meras herramientas?

Resumiendo, ¿cómo podemos planificar nuestras clases virtuales y convertirlas en propuestas de aprendizaje constructivas, creativas y mediadas por TIC?

Planificación Creativa para tus Clases Virtuales

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