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6. MIS DIOSES TE CONOCEN

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Te has colocado entre la novena de Beethoven y yo,

entre los primeros almendros en flor de febrero y yo,

entre casi todos mis dioses y yo.

Cuando no te veo

o siento que te alejas

me quedo casi vacía.

Creo que es fácil de entender, no tengo dónde mirar.

Nada me llena el espíritu,

y esta soledad se añade

a la de no tenerte,

no tengo consuelo.

Vivir el éxtasis,

sentir que ocupas todas mis capacidades de admiración

y de emoción

tiene estos riesgos.

Quizá deberías entender que a veces sea yo misma

la que me meta en la cajita

y me coloque en la estantería,

en cuyo caso allí estoy, no me voy lejos.

La estantería es tuya,

la cajita también

y el argumento del videojuego es de tu invención.

Cada lágrima pedía una palabra

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