Читать книгу Ratón y Setas Parlantes - Max Marshall - Страница 6

Los primeros rayos de la aurora de colores el cielo de color rosa y tonos dorados, Lilly el ratón se despertó con el suave canto de las aves fuera de la ventana de su acogedora casa. Ella tomó un bocado delicioso de queso, saboreando su sabor picante antes de salir a enfrentar un nuevo día. De rebote, ella corrió hacia el borde del bosque, con ganas de tomar el sol en el cálido abrazo del sol de la mañana.

El bosque estaba lleno de una sinfonía de la naturaleza – el susurro de las hojas, los melodiosos trinos de los pájaros cantores y el lejano murmullo de los habitantes de la selva que va sobre su negocio diario. Lilly disfrutado de las vistas y los sonidos de su alrededor, la sensación de alegría pura difundir en su pequeño corazón.

Pero tan pronto como ella encontró el lugar perfecto para tomar el sol, una repentina ráfaga de viento con volantes de su pelaje, y nubes oscuras se reunieron rápidamente en el cielo. El aire se hizo pesado, presagio de lluvia, y después de unos momentos de grandes gotas comenzaron a caer desde el cielo, inundando el bosque con un verdadero diluvio.

Lilly bigote se agitó en sorpresa, y ella se dio cuenta de que ella necesitaba encontrar refugio. A pesar de su pequeña casa no estaba tan lejos, Lilly estaba decidido a no correr a casa a la primera señal de lluvia. En lugar de eso, ella miró a su alrededor y notó que el perfecto escondite -un enorme hongo con una amplia y robusta tapa de pie cerca.

En una ráfaga de determinación, Lilly se apresuraron a la seta, su corazón golpeando con cada gota de lluvia que cayó sobre su piel. Cuando llegó al refugio debajo de la altura de la seta de la pac, ella respiró un suspiro de alivio. Mirando hacia fuera de debajo de las setas, ella observaba la lluvia dibujar brillantes patrones en el suelo del bosque, girando a la vez familiar paisaje en una brillante tapiz de la plata y el verde de la vegetación.

Lilly se instalaron cómodamente y secamente bajo el techo de protección de la seta, presionando su pequeño cuerpo contra el frío de la tierra. Escuchaba el rítmico golpeteo de las gotas de lluvia sobre la superficie de la seta, sentirse agradecido por el inesperado refugio se le proporcionó.

Y allí, en medio de la suave golpeteo de la lluvia y el olor a tierra de bosque, Lilly el ratón esperó pacientemente, sabiendo que la lluvia iba a pasar el tiempo, y el sol volvería a iluminar el mundo con su cálida luz dorada.