Читать книгу Chica Irlandesa sin Alma - Max Marshall - Страница 5

En una pequeña casa situada en un pintoresco pueblo, de Andrew abuelo estaba sentado en su sillón favorito con un brillo en sus ojos y una sonrisa en su rostro. Poco a Scott, su nieto, se arrimaba a él, con ganas de escuchar a los otros de su abuelo, historias legendarias.

– Abuelo, cuéntame un cuento! Scott declaró, sus ojos muy abiertos con anticipación.

El abuelo Andrew se rió suavemente, suavemente fruncido Scott cabello.

– Está bien, chico. ¿Me cuentan una historia acerca de un joven chico llamado Andrew y una traviesa pelirroja bruja llamada Samantha?

Scott ojos brillaban con emoción, y él asintió con la cabeza con impaciencia.

– Bueno, todo comenzó hace muchos, muchos años, en un día mágico conocido como el Día de San Patricio, – el Abuelo Andrew comenzó en un suave y suave voz.

– El joven Andrew era sólo un niño entonces, lleno de curiosidad y aventura. Él no tenía idea de que en ese fatídico día en que su vida iba a cambiar para siempre.

Andrew abuelo pintó un cuadro vívido en sus propias palabras, describiendo los colores brillantes de una ciudad ruidosa plaza llena de risas y música.

– Y ella estaba allí, entre las fiestas, – continuó, bajando la voz a un susurro.

– Samantha, una pelirroja de belleza con los ojos como esmeraldas y una sonrisa capaz de encantar a las estrellas.

Scott imaginación se disparó como él imaginaba esta escena encantadora.

Andrés fue un valiente joven, pero incluso los más valientes almas pueden caer bajo el hechizo, – Andrés abuelo explicó suavemente.

– Samantha, se puede ver, fue un inusual chica. Ella tenía un secreto – un mágico secreto que podría cambiar de Andrew vida para siempre.

Como el Abuelo Andrés le contó su historia, Scott escuchó atento, pendiente de cada palabra. Él podía sentir la emoción de construcción dentro de él, no podía esperar para averiguar lo que sucedió a continuación.

– Pero Andrew no sabía mucho, – el Abuelo Andrés continuó, y no había misterio en su voz,

– Samantha no era que ella parecía. Ella era una bruja, una especie de hechicera que tenía la habilidad de robar las almas de los hombres desprevenidos.

Scott abrió la boca en incredulidad, sus ojos ampliación de sorpresa.

– Una verdadera bruja, Abuelo? – Le susurró, su corazón latiendo con fuerza, con entusiasmo.

Abuelo Andrés asintió con la cabeza solemnemente.

– En efecto, mi querido muchacho. Pero no te preocupes, esto es sólo el comienzo de nuestra historia. Porque, ves, incluso en la cara de la oscuridad, siempre hay una luz que nos guía.

Y con estas palabras, el Abuelo de Andrés puso su brazo alrededor de Scott hombros, tirando de él a sí mismo, y juntos partieron en un viaje mágico, lleno de aventura, el coraje y el poder del amor.