Читать книгу Monstruo de Arena en el Desierto - Max Marshall - Страница 8

El sol Africano latir sin piedad, como el de Emery bote salvavidas se deslizó a través de las brillantes aguas y, finalmente, llegar a la costa de el misterioso continente. Con una sensación de alivio de barrido sobre ella, Emery a pisar la arena de la playa, sentir el cálido abrazo de África saludo.

Tomando una respiración profunda, Emery miró a su alrededor, disfrutando de las vistas y sonidos de esta nueva tierra. Altas palmeras se mecían suavemente en el viento, sus hojas moviéndose en armonía con el ritmo de las olas del océano. En la distancia, podía distinguir el contorno de las montañas, con sus picos envuelta en una bruma de calor.

Con un sentido de urgencia, Emery buscó en su bolsillo y sacó su teléfono. Ella llamó a los padres de ella’ número, su corazón golpeando con impaciencia mientras esperaba a ellos para responder. Cuando su madre la voz familiar la saludó en el otro extremo de la línea, Emery no pudo evitar suspirar con alivio.

– Mamá, Papá, – ella dijo, su voz llena de emoción,

– He llegado de forma segura en África! No te preocupes, estoy bien.

Su voz de los padres se llenaron de alivio y agradecimiento, como aseguró Emery su amor y apoyo. La comprensión de que sus padres habían regresado a casa de forma segura trajo Emery una sensación de comodidad y confianza.

Pero cuando Emery colgó el teléfono, su corazón se hundió con un agudo sentido de la soledad. Ella no podía dejar de sentir nostalgia por los amigos, por el resto de los niños que fuimos en este viaje con ella. No llegan en África durante un par de días, y Emery tendrá que explorar esta nueva tierra, solo por ahora.

Pero Emery fue inflexible. Determinado, ella se dedicó a explorar las calles más concurridas de África, con ganas de descubrir las maravillas que le esperaba en este encantador país. Y mientras caminaba bajo el abrasador sol de África, Emery no podía evitar la sensación de que esto era sólo el comienzo de su más grande aventura.