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Capítulo 3: El alcalde en el Día de la Independencia

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La plaza de la ciudad zumbaban con el entusiasmo como el sol se elevó en el cielo, arrojando un resplandor cálido a través de la bulliciosa calle. Pero en medio de la alegre charla y el aleteo de las banderas, una sensación de inquietud se quedaron en el aire.

Como el reloj dio mediodía, el alcalde de la ciudad, una alta figura con una dura expresión, hizo su camino hacia el centro de la plaza. Sus pasos resonaban contra los adoquines como él subió al improvisado escenario, su voz auge a cabo a través de la muchedumbre.

– Buenos ciudadanos de nuestra ciudad, – el alcalde comenzó, su tono sombrío y grave.

– Lamento informarle de que hoy es el Día de la Independencia de las celebraciones han sido canceladas.

Exclamaciones de incredulidad onduló a través de la multitud como se intercambiaron preocupado miradas, no está seguro de lo que había impulsado tan drástico anuncio.

El alcalde de la mirada de barrido sobre el mar de rostros delante de él, su expresión grave.

– Es con gran tristeza que debo informarles que nuestra amada bandera, símbolo de nuestra nación, la libertad y la unidad – que ha sido profanado.

Murmullos de sorpresa e incredulidad colmaron la plaza como a la multitud lucharon para comprender el alcalde de palabras. Susurros de – imposible – y – impensable – flotaba en el aire, como buscando respuestas.

Y entonces, como un trueno en medio de una tormenta, el alcalde de la próxima palabras resonaron, enviando un escalofrío por la columna de todos los que lo oyeron. – Era de Shelby carpincho, – él dijo, su voz teñida con una mezcla de rabia y frustración. – Ella ha comido la principal bandera.-

Un suspiro colectivo se elevó de la multitud cuando se volteó a ver a Shelby, el inocente culpable de sus ruinas celebraciones, de pie tímidamente en el borde de la plaza. Su peludo mejillas sonrojadas de la vergüenza como ella barajan sus pies, incapaces de satisfacer las acusando a las miradas de la gente del pueblo.

La proclamación del alcalde pesaba en el aire como la realidad de la situación de asimilado. El Día de la independencia, un día destinado para gozo y celebración, se había visto empañada por un simple error. Y como el sol se sumerge por debajo del horizonte, proyectando largas sombras sobre el silencio de la plaza, la gente de la ciudad se dejó de reflexionar sobre las consecuencias de Shelby involuntario de acciones.


Carpincho robó el Día de la Independencia

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