Читать книгу Bitcoin, criptomonedas y tokens - Monica Castro - Страница 7
Contexto de nacimiento de Bitcoin
ОглавлениеEl origen de Bitcoin lo podemos encontrar en el grupo autodenominado “cypherpunk”. Se trata de una agrupación de desarrolladores e informáticos (principalmente), pero también de personas de otras áreas del saber (abogados, periodistas, profesores, etc.).
Comenzaron a reunirse en el año 1992 y se comunicaban a través de un foro en internet. Enfocaban su discusión en la necesidad de privacidad en el ambiente digital, en un contexto en que el uso de internet empezaba su proceso de masificación.
A la par, algunos de ellos desarrollaban herramientas basadas en la criptografía o cifrado de datos, mediante lenguajes creados para comunicarse a través de claves o códigos secretos. Estas herramientas se fundan en uno de los preceptos más importantes del cypherpunk: “Privacidad es el poder de mostrarse selectivamente al mundo”, es decir, las personas debiéramos ser dueñas de nuestra información y tener la facultad de compartirla solo con quienes nosotros decidamos.
Este contexto es relevante, puesto que es aquí donde nace la preocupación por crear un dinero privado que pudiera separar nuestras transacciones de valor de nuestros datos personales.
Contrapuesto así al dinero fíat -o dinero de curso legal- donde muchos de los movimientos que hacemos con él, quedan informados tanto a los bancos como a los organismos del Estado. Especialmente en el caso de que estos movimientos se realicen mediante la versión digital del dinero fíat, es decir, el que utilizamos para hacer pagos en entornos digitales (internet).
Cabe mencionar también que muchos cypherpunk se consideraban libertarios e incluso anarcocapitalistas. Estos movimientos comparten la idea de que a través de la historia no ha existido peor administrador de los recursos que las instituciones del Estado, sumado al hecho de que, siendo su mecanismo de financiamiento la tributación coercitiva (el que no paga impuestos recibe una multa o va a la cárcel), dichas instituciones no se ven obligadas a dar cuenta de la ineficiencia o corrupción sobre los recursos tributados.
Los Estados, junto con los Bancos Centrales, serían los primeros responsables en monopolizar la tenencia de dinero, riqueza y, por ende, el poder. Este vínculo sería también el principal generador de crisis económicas con su consecuente empobrecimiento de la población.
El dinero privado sería entonces una forma de “descentralizar” este poder, permitiendo a los ciudadanos y ciudadanas volver a ser los dueños del fruto de su trabajo (dinero y riqueza). Por consiguiente, cada persona se convertiría en la administradora y custodia principal de su patrimonio monetario, limitando tanto el control como la dependencia de instituciones estatales y/o financieras.