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CAPÍTULO 1 EL PRINCIPIO DE TODO
ОглавлениеEra un día gris y apagado, casi un día más de tristeza, Alex (un muchacho de tez blanca y un corte bastante correcto) está en su casa, en su patio, regando sus plantas, en ese momento llegó un amigo, Iván; (Iván era un sujeto de un metro y medio de alto aproximadamente, llevaba un corte extraño y una figura no muy atlética). Ingresó a la casa para ver cómo seguía Alex de ánimos, ya que no hacía mucho que había fallecido su único hermano. Su hermanito menor.
Alex no había querido salir de la casa desde ese fatídico día. Para Alex solo era ir a trabajar y volver a su casa sumergido en una gran depresión.
—Hola, Alex, ¿cómo estás? (pregunta Iván).
—Bien, ¿y tú?
—Bien, bien; ¿vamos a tomar un café con mi esposa?
—No, gracias, hoy no tengo ganas de salir a ningún lado. Te agradezco de todos modos.
—Vamos, sííí, necesitas salir un poco de aquí y ver personas y empezar a socializar, yo pago, ¿qué dices?
—En serio no tengo ganas.
—Okey, okey, okey, ¿te puedo pedir un favor?
—A ver cuál sería ese favor.
—Necesitaría que me llevaras al aeropuerto a buscar a la prima de Leyla.
(Leyla era una mujer de temperamento algo difícil y un comportamiento algo alocado).
—Es nueva en la ciudad, no conoce nada de aquí, es la primera vez lejos de su ciudad.
—No lo sé, no tengo muchas ganas de ver a nadie.
—Por favor, por favor, por favor, por favor (insistía Iván algo pesado).
—Okey (levantó la voz Alex), acepto con una condición.
—¿Cuál condición?
—Que ya me dejes de molestar.
—Como digas (contestó Iván con una sonrisa en su rostro). Te espero a las 20 horas.
Alex asintió con la cabeza.
—Te espero (insistió Iván).
—Sí, sí, sí; allá nos vemos; ahora fuera de aquí antes que te dé una patada en el trasero (le dijo Alex con tono burlón mientras lo correteaba).
Un par de horas más tarde Iván llama a Alex y le dice que hubo cambio de planes.
—Hola, Alex. ¿Cómo estás? Soy yo, Iván; te llamo para decirte que la prima de Leyla va a llegar a la madrugada por un retraso en su vuelo, ¿vas a poder llevarme? Acuérdate que mi auto está en el taller.
—¿Qué? ¿De madrugada?
—Sí, hermano, de madrugada, alrededor de la 1:30 horas.
—Está bien, si no fuese que eres mi mejor amigo ni me molesto; pero me debes una, ¿eh?
—Mil gracias, te espero a las 23 horas en casa.
—De acuerdo, allí voy a estar.
—Solo vamos tú y yo. Leyla no va. Alex, mil gracias en serio. Nos vemos
—Nos vemos.
Haciéndose la hora Alex parte a buscar a Iván a la casa, lo ve, se saludan sin nada que decirse y salen camino hacia el aeropuerto.
Llegando al aeropuerto, Alex baja del auto para ir al baño y luego regresa.
La prima de Leyla por su parte, llegada ya, emprende su aventura en busca de su equipaje, que pesaba bastante se podría decir.
Alex al ir al baño se cruza en el camino con una muchacha muy pero muy linda que sin querer y sin verlo lo choca con su equipaje
—Oye, no ves por dónde vas, ¿no tienes ojos? (Alex le pregunta con tono agresivo).
La muchacha responde con un ademán y por lo bajo le dice:
—Qué grosero.
Y cada quien se va por su lado.
Cuando Iván llega al interior del aeropuerto, la prima de Leyla venía de frente y la reconoció de inmediato.
—Hola. ¿Cómo estás?
—Hola, yo estoy bien, ¿y tú cómo has estado?
—Bien, muy bien. Debemos aguadar a mi amigo que me trajo hasta aquí. Mientras vamos y lo esperamos en el auto.
—Okey, vamos.
—¿Cómo fue el viaje? Agotador supongo
—El viaje bien, algo agotador sí, pero bien. Pero cuando llegué no bien bajé ya tuve un accidente; sin querer choqué a un señor con la maleta y este señor me trató de manera algo grosera. Pero nada para alarmarse.
Alex volviendo del baño llega al auto y ve a la muchacha linda al lado de su amigo; la muchacha que lo había chocado, se acerca a ellos y le pregunta a Iván.
—¿La conoces?
—Por supuesto que la conozco, es a ella a quien vinimos a recoger. Ella es Grace, la prima de Leyla. Grace, él es Alex mi amigo
(Grace era una muchacha hermosa de piel blanca, una cara angelical, ojos marrones y una sonrisa tan bella que enamora a cualquiera; no era muy alta, medía alrededor del metro sesenta).
—Hola. ¿Cómo estás? Te pido mil disculpas por el choque con la maleta, venía muy distraída (se excusaba Grace).
—Okey, no hay problema (aceptó con pocas ganas las disculpas).
—¿No te vas a disculpar? (cuestionó Grace).
—¿Por qué disculparme? Yo no hice nada.
—Por tratarme de forma grosera.
—¿Ya podríamos irnos, Iván? (preguntó Alex).
—Sí, mejor subamos al auto y vámonos.
Se suben al auto y emprenden viaje de regreso a la casa de Iván, para que Grace se hospede tranquila.
Grace se baja del auto junto a Iván, Alex por su parte se despide y se va hacia su casa.