Читать книгу Propuestas didácticas para el aprendizaje en tecnología e informática - Myriam Cecilia Leguizamón González - Страница 5
BREVE ESBOZO DEL PENSAMIENTO TECNOLÓGICO
ОглавлениеEntendemos por pensamiento tecnológico a la actividad mental de orden epistemológico (estructural), psicológica (funcional) y dinámica (histórico y contextual) que, por un lado, define una forma particular e intencional de ver, abordar, operar e intervenir la realidad (percibible e inteligible) en que el ser humano se desenvuelve, y por el otro, un modo creativo de adquirir, representar, aprender, articular y/o modificar los saberes y objetos de conocimiento que subyacen a esta realidad, con el fin de construir cuerpos estables de conocimiento tecnológico que le permitan solucionar problemas, satisfacer necesidades y/o resolver deseos que surgen de su relación técnico-instrumental con los contextos de actuación (natural, artificial, personal y epistémico) y que mejoran la calidad de vida social e individual al transformarla (Merchán, 2005b).
El pensamiento tecnológico se caracteriza porque (Mayer, 1986; Pozo, 1994; Pozo & Monereo, 1999; Merchán, 2005b):
Es una actividad funcional de la mente (siguiendo a Llinás (2002)); sináptico-bioquímico-eléctrica que acontece entre neuronas y redes de neuronas, y cuya dinámica compleja no es visible, ni medible directamente, pero susceptible de ser inferido mediante sus materializaciones semánticas externas como la conducta, el lenguaje o la actividad fáctica (Vygostky, 1984; 1988; Mayer, 1986).
Está delimitado por las dimensiones del ser: biológica, cognitiva, pragmática, social, deontológica y comunicativa.
Es individual, único e irrepetible (Llinás), es y está altamente determinado por el desarrollo biológico (condición epistemológica- estructurante) (Piaget J., 1994; Llinás, 2002), el ambiente (condición histórico-instrumental) (Vygotsky, Mind in Society: The Development of Higher Psychological Processes) y la Interacción sociocultural (condición psicológica-funcionalista)(Vygostky, 1984; Piaget & Inhelder, 1997).
Implica la realización de las acciones tecnológicas que median entre la construcción de conocimiento tecnológico y la materialización de los productos tecnológicos: la problematización, la conceptualización, el diseño, la planeación, la fabricación y la evaluación.
Es susceptible de estudiarse, desarrollarse, potenciarse y modificarse a través de los actos humanos educativos (Mayer, 1998; Feuerstein) y de aprendizaje. De ahí que sea estructurado y estructurante, capaz de modificarse mediante la acción externa, educativa, y la acción interna (intro, intra y restrospectiva) de la propia persona.
Implica la manipulación constante de y sobre artefactos-datos- información que el medio ofrece y/o establece, dando como resultado redes complejas de conocimiento que se almacenan en la memoria de largo plazo y que pueden ser recuperadas y empleadas nuevamente por el pensamiento, con el fin de resolver problemas, interactuar con el ambiente, cambiar de conducta y producir nuevas conexiones.
Es recurrente, concurrente, proyectivo (Mayer) y contextualizado. Es decir, puede reconstruir el pasado, bien puede ser como recuerdo, como reconocimiento o como reconstrucción (Bruning & al., 2005) con el fin de revisar y mejorar lo realizado, en ese sentido el pensamiento es evaluación, metacognición y permite mejorar nuestra intervención en el mundo. Es concurrente pues surge y permanece mientras el hombre actúa, en ese sentido el pensamiento es ejecución; y es proyectivo porque nos lanza al futuro, permite adelantarnos a nuestro tiempo, pensar en lo posible y caminar hacia él, en este sentido el pensamiento es diseño, proyecto y planeación; finalmente es contextualizado porque siempre requiere de un contexto que determine y establezca el sentido de la actividad cognitiva, le otorgue intencionalidad.
Es objeto de estudio, propósito educativo y producto individual y cultural. Es producto en tanto el pensamiento es resultante de la actividad neurocognitiva que lo configura y reconfigura cada vez que opera sobre la realidad, con el fin de ampliar y mejorar nuestra comprensión del mundo, nuestra participación y actuación en el mismo y develar las relaciones que se presentan entre nosotros y el ambiente; de ahí que sea un producto individual, pero cultural en tanto es dependiente de dicho mundo-contexto, geográfico, temporal e histórico en que interactuamos con los medios naturales, sociales y artificiales.
Establece el nivel de formación tecnológica alcanzado por las personas y las comunidades: uso, adopción, adaptación, generación, administración y evaluación tecnológica.
Tiene por objeto o se ocupa de, por un lado, los problemas, necesidades y/o deseos que surgen de la relación técnica entre el ser humano y sus contextos de actuación natural, artificial, personal y epistémico; y por el otro, el conocimiento tecnológico en sí mismo, es decir, estudiar, comprender y transformar la naturaleza y evolución de la tecnología, el uso y apropiación de la tecnología, las formas de solucionar problemas de la tecnología y con tecnología y las interdependencias que se da en la relación tecnología y sociedad.
Define las actividades pedagógicas de orden tecnológico y didáctico: fabricar, investigar-experimentar, experimentar-investigar, diseñar, re-diseñar, analizar, identificar problemas, resolver problemas, trabajar por proyectos.
Está contenido en y por los contextos histórico, temporal,
sociocultural, geográfico y personal.
Y, finalmente, siempre tiene el propósito o está dirigido a la generación de conocimiento tecnológico y su materialización en productos tecnológicos (artefactos, procesos, sistemas y servicios) que solucionan problemas, resuelven necesidades o satisfacen deseos con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas, contribuir al desarrollo humano y favorecen el desarrollo social y económico de las regiones sociales.
Si bien, la educación actual no establece al pensamiento tecnológico como propósito educativo, y a veces suele confundirse con pensamiento computacional, es necesario que la escuela lo incluya en los currículos mundiales como propósito esencial de las asignaturas escolares, especialmente aquellas referidas a la educación en tecnología, ya que si el pensamiento tecnológico mejora nuestra participación en el mundo y contribuye a la resolución de sus problemas, enseñarlo de modo intencional permite que las personas puedan intervenir, participar y autogestionar de manera sustentable el uso de la tecnología y la ciencia en sus contextos de intervención social y producción económica.
Si las escuelas del mundo, en especial las escuelas de los países emergentes, abordan el pensamiento tecnológico como objeto de formación, muchas de las futuras generaciones podrán:
Comprender las profundas relaciones que subyacen la realidad tecnológica, científica y su relación con la naturaleza y el mundo social, el modo en que pensamos dichas relaciones, y sobre todo podemos cuestionar el modo simplista, utilitarista e instrumental en qué pensamos la ciencia y la tecnología como productos deseables.
Alcanzar una cultura ética de la tecnología, capaz de disertar sobre los modos en que la usamos, la adoptamos, la adaptamos, la generamos y la administramos, así como el para qué la pensamos, si para fines destructivos o para, como lo señala Büch (1999), alcanzar una equidad con la vida natural que nos asegure la supervivencia sin la destrucción de la naturaleza y sus otras especies.
• Determinar cuáles son los productos deseables de esta actividad tecnológica, nos permite, por un lado, realizar acciones educativas efectivas y eficientes para el desarrollo humano, el mejoramiento de la calidad de vida, y por el otro, emplearlo de manera intencional, eficiente y eficazmente para la satisfacción de las auténticas necesidades sociales de los pueblos.
La figura 1 muestra los elementos del pensamiento tecnológico y la manera interdependiente y recíproca en que interactúan.
Como se observa, el pensamiento tecnológico está compuesto por siete componentes: las dimensiones educables del ser humano (cognitiva, pragmática, deontológica, social y comunicativa), los objetos de pensamiento-conocimiento (problemas, necesidades y deseos, así como los saberes específicos de la tecnología y sus relaciones con otros campos del conocimiento), las acciones tecnológicas (problematizar, conceptualizar, diseñar, planear, fabricar, evaluar), los niveles de formación tecnológica (uso, adopción, adaptación, generación, administración y evaluación de la tecnología), los productos tecnológicos (artefactos, procesos, sistemas, servicios y conocimiento tecnológico) y los componentes éticos de la tecnología (Merchán, 2013); todos estos insertos en el componente contexto histórico socio cultural, político y económico. Componentes que interactúan en el marco de una realidad socio-histórico-cultural determinada que la potencia o la restringe, y cuyas interacciones determinan para la escuela, las acciones didácticas necesarias para favorecer el desarrollo del pensamiento tecnológico desde el quehacer de las Actividades Tecnológicas Escolares.
Figura 1. Interacciones entre el componente del pensamiento tecnológico.
Fuente: en Merchán (2013). Pensamiento tecnológico.
Quince años de investigación. Presentación en el Primer Congreso Internacional y V Nacional de experiencias curriculares y de aula en tecnología e informática. Universidad Católica de Manizales.
La figura 2 presenta el modelo didáctico para el estudio y desarrollo del pensamiento tecnológico.
La figura 2 presenta una postura sistémico-compleja que revisa las interacciones interdependientes y crecientes que se dan entre los componentes de la tecnología propuestos por la Guía 30 (representados en amarillo) (MEN, 2008), algunos de los elementos del pensamiento tecnológico (color azul oscuro), los marcos que restringen o potencian tanto el desarrollo del pensamiento tecnológico como el desarrollo de la tecnología (triángulo rojo) y los contextos (óvalo);de dichos componentes emergen las acciones didácticas para el estudio de la tecnología.
Figura 2. Modelo de estudio de la tecnología para el desarrollo del pensamiento tecnológico. Adaptado del trabajo realizado para Ascofade 2005, en relación con la producción de las Orientaciones Generales para la educación en Tecnología o Guía 30 (MEN, 2008).
Fuente: El autor.
Las interacciones de los componentes (figura 1) mediado por el modelo de estudio (figura 2), permiten el estudio del pensamiento tecnológico y su desarrollo, y las interacciones interdependientes que surgen entre sus elementos, bien pueden ser abordados de manera
holística o particular, pero en ambos casos fragmentada (es decir por partes) y especializada (profunda y rigurosa) sobre cada componente. Por ejemplo, si estudiamos el pensamiento tecnológico desde las acciones tecnológicas (figura 3) se puede comprender las acciones de pensamiento que la persona realiza al crear un producto tecnológico, yendo desde el planteamiento del problema hasta la materialización de la solución.
Figura 3. Acciones tecnológicas.
Fuente: El autor
El pensamiento tecnológico opera inicialmente sobre los objetos de pensamiento y conocimiento de la tecnología, problematizando la realidad (a nivel de problema, de necesidad o de deseo). La problematización es la actividad cognitiva mediante la cual se comprende, identifica, caracteriza y definen las variables, normas, condiciones, criterios, inicio y meta de una situación problema, con el fin de formularlo en forma concisa y precisa para, posteriormente, concebir y proponer alternativas de solución o resolución.
Durante la problematización la persona debe disponer su estructura de conocimiento para rec,onocer las condiciones humanas, sociales, históricas, culturales y económicas que afectan dicha situación problema, y debe ser capaz de emplear el saber cultural y de orden tecnológico para señalar una posible solución.
Determinadas las variables del problema, se da inicio a la acción de conceptualización con el fin de comprender las exigencias, restricciones y requerimientos de las variables, sus normas y condiciones y realizar una representación más ajustada de la meta o producto a obtener; la conceptualización implica las acciones informáticas (buscar, seleccionar, clasificar, consignar, sistematizar, producir, divulgar, etc.) y es transversal a las otras cuatro, asegurando la calidad de las respuestas.
Finalizada la acción de conceptualización, el pensamiento tecnológico emprende las acciones de diseño (idear, configurar plasmar) Merchán, 2005a; 2012). Con el diseño avalado, el pensamiento tecnológico opera sobre la determinación de insumos, procesos, técnicas, herramientas y materiales más apropiados y necesarios para materializarlo, esta es la acción de planeación y da paso a la fabricación con la que culminan las acciones tecnológicas de concretización. El resultado de las acciones de planeación y fabricación dan como resultado un producto tecnológico: un artefacto, la definición de un proceso, la organización de un sistema o la caracterización de un servicio; al obtener alguno de estos productos el pensamiento tecnológico deriva un conocimiento tecnológico renovado y ampliado en su base, y que permitirá posteriormente a la persona, desarrollar la innovación social.
El uso, adopción, adaptación, generación y/o administración de estos productos conllevan a la evaluación del producto como acción y como nivel de formación tecnológica. Estos niveles de formación son estadios culturales de incorporación del pensamiento tecnológico a la estructura social, ética y política de los usuarios en tanto, usan, adoptan, adaptan, generan, administración y/o evalúan la tecnología y sus productos.
El nivelde formación uso por ejemplo, es el estadio de incorporación en que el usuario emplea el producto tecnológico sin reconocer el modo en que estos funcionan y la manera cómo logran dicho designio; les interesa que el producto tecnológico cumpla la función para la que fue hecho pero no les interesa saber cómo lo logra. Por ejemplo: Función deseada «Dar fuego» producto tecnológico deseado: «el fósforo». ¿Cómo genera fuego el fósforo? ¿A quién le importa mientras dé fuego? (Usuario inculto de la tecnología).
El nivel de formación adopción por su parte, indica el estadio cultural de incorporación del pensamiento tecnológico en el que los usuarios son capaces de discriminar los productos tecnológicos por su función, uso y utilidad, reconocen el modo en que estos funcionan y la manera como logran dicho designio; la adopción implica selección; por tanto, estamos frente a un usuario culto de la tecnología, cuya selección está dada por criterios tales como la eficiencia y eficacia (utilidad) con que el producto realiza el designio. En un usuario inculto la adopción está mediada por la calidad de atributos físico–estéticos como la forma, el color, o el costo de adquisición, o la novedad técnica.
En este caso, un usuario culto no se interesa por la belleza del producto tecnológico sino por el cumplimiento de la función. Por ejemplo, Función deseada «comunicarnos con otros que se hallan en
otra región geográfica» producto tecnológico: «teléfonos de diversas formas, tamaños y marcas». El celular nos hace sujetos disponibles para el contacto telefónico a cualquier momento, nos brinda ubicuidad, pero no tiene buena cobertura y su señal es deficiente, este atributo lo vuelve menos útil que el teléfono fijo que cumple con el criterio de cobertura y buena señal, pero este a su vez, resulta menos útil si lo evaluamos sobre la movilidad y la ubicuidad. El criterio de adopción será determinado por la eficiencia en la tarea deseada.
El siguiente estadio cultural de incorporación del pensamiento tecnológico es la adaptación, en la que los usuarios son capaces de combinar los atributos, función, uso y utilidad de dos o más productos tecnológicos con el fin de obtener uno nuevo, de mayor utilidad. Es decir, gracias al pensamiento tecnológico reconoce la manera como se identifican y solucionan problemas tecnológicos de su cotidianidad y es capaz de emplear respuestas fácticas dadas a otros problemas para resolver el actual. Este criterio permite transferir una respuesta a otro contexto. Una persona en este nivel es capaz de producir productos novedosos. La adaptación implica rediseño e innovación. Por ejemplo, emplear una sierra circular como sierra sin fin.
La generación es nivel de formación en el que la incorporación del pensamiento tecnológico en la cultura de una comunidad, les permite solucionar novedosos problemas de orden técnico, o susceptibles de respuesta tecnológica, presentados en su contexto cotidiano o de intervención, generando productos tecnológicos que mejoran la calidad de vida de las personas y transforman las prácticas sociales actuales. Es decir, reconoce la manera como se identifican y solucionan problemas tecnológicos e inventa respuestas fácticas (lógicas o tangibles) que generalmente irrumpen en la realidad. Una persona en este nivel de formación tecnológica es capaz de inventar productos nuevos. La generación implica diseño e invención.
Finalmente, los estadios de incorporación del pensamiento tecnológico en la cultura son el de administración y el de evaluación, el primero no implica el segundo aunque el segundo opera sobre todos los anteriores. La administración como nivel de formación tecnológica permite organizar de manera ordenada la gestión de los artefactos, de los procesos, los sistemas y los servicios generados. Es decir, reglamenta y ejecuta leyes, políticas y modelos de producción, uso, adopción, adaptación y generación tecnológica, con independencia del poder legislativo y el poder judicial de los contextos internacionales. El nivel de formación del pensamiento tecnológico asociado a la administración implica la generación de intangibles políticos, éticos y morales que dictan normatividad, control e infraestructura económica.
En lo que sigue se explican algunas de las estrategias didácticas que permiten el desarrollo del pensamiento tecnológico, en la línea que se ha expuesto.