Читать книгу Mujeres en la investigación matemática, escenarios de visibilización - Nelsy Rocío González Gutiérrez - Страница 5
ОглавлениеIntroducción
En vista del creciente interés en los temas inherentes a la mujer y su lugar en la historia, es particularmente importante que tengamos una declaración más amplia de su gran legado a la ciencia y en especial a las matemáticas. En la presente investigación1 se reflexionó en torno a la educación científica de la mujer, desde una perspectiva de la historia de la educación en un periodo determinado. A partir de las historias de vida, se analizó tanto la formación académica, como la valoración de la producción del trabajo científico de mujeres matemáticas colombianas. Se indagó sobre el tiempo que les tocó vivir, sobre las matemáticas que pudieron conocer y sobre las condiciones personales en las que fructificó su interés científico. Por lo anterior, es relevante, desde la historia de la matemática en Colombia y con la perspectiva de género, establecer las principales contribuciones de estas investigadoras en matemáticas, así como los obstáculos que tuvieron que superar para lograr sus propósitos.
Consideramos que es importante establecer una nueva mirada en los análisis de la producción del trabajo científico que necesita de un alto nivel académico y cultural, además de inteligencia, creatividad, instrucción y decisión. Estos requisitos han provocado que la historia de la ciencia se haya visto reducida a la historia de un grupo especial de individuos, y que para el caso de la historia de las mujeres en la ciencia, y en especial en las matemáticas, sea aún más selectiva2.
La historia de las primeras mujeres científicas conocidas en nuestros días, en la mayoría de casos se caracterizó por ser la hazaña de mujeres privilegiadas, con una situación excepcional, que les permitía instruirse y cultivar sus intereses científicos, a pesar de estar excluidas de las instituciones educativas formales y de las cofradías de reconocido prestigio que eran exclusivas para los hombres de ciencia. Cabe señalar que también existieron casos de otras mujeres que lograron trascender en la historia de la ciencia gracias a sus constantes luchas por ocupar el puesto que ciertas comunidades científicas arbitrariamente les habían querido arrebatar.
Aun cuando hasta hace pocos años no se había popularizado la educación de la mujer, en todas las épocas han sobresalido mujeres: “en ciertas épocas la mujer de ciencia era un fenómeno verdaderamente raro, una curiosidad cultural. En otras, era común que las mujeres se ocuparan de actividades científicas, aunque por lo general no se reconocen sus contribuciones”3. En la Antigüedad, en materia del conocimiento científico y en particular del matemático, se destacan los aportes de Hipatia de Alejandría (370-415), María Agnesi (1718-1799) y Emy Noether (1882-1935), entre otras. Todas ellas eran hijas de matemáticos, crecieron en un ambiente donde las matemáticas eran conocidas y apreciadas y donde su talento erudito fue reconocido, superando así los sistemas patriarcales de las familias y el machismo imperante en la época en que vivieron. En estos casos, podría pensarse que su vínculo familiar o su entorno filial influyeron para que sus nombres brillasen con luz propia y en la actualidad sean tan conocidas por la comunidad matemática mundial.
Sin embargo, en muchas ocasiones el trabajo científico de las mujeres matemáticas, por el simple hecho de haber sido realizado por una mujer, no era considerado de buen nivel, razón por la cual, con el ánimo de ser tenido en cuenta, el trabajo de estas mujeres debía ser atribuido a sus colegas masculinos, obligándolas prácticamente a renunciar a su autoría. En esta línea de investigación localizamos los trabajos de Figueroa et al.: “los problemas de identificación de autor se complicaban por la pérdida del apellido de algunas mujeres al casarse, o por la obligación a que se veían sometidas de utilizar un pseudónimo masculino que garantizase que su trabajo fuese tomado en serio”4.
En América Latina, la idea de la educación científica para las mujeres adquirió relevancia a fines del siglo xvii en la figura de Sor Juana Inés de la Cruz, sin duda, una de las precursoras más importantes de la lucha por la educación científica para las mujeres y máxima figura de las letras mexicanas5.
Aunque las mujeres mencionadas anteriormente abrieron importantes senderos en un territorio hostil, su conquista no se ha completado aún. A pesar del importante avance de la mujer en las últimas décadas, todavía está lejos de ocupar el espacio que le corresponde en las ciencias en general, y en las matemáticas en particular; prueba de ello es que apenas el pasado 13 de agosto de 2014, por primera vez en la historia, una mujer es premiada con la Medalla Fields de Matemáticas6. Esta medalla es considerada como el Premio Nobel de Matemáticas. La Medalla Fields fue instaurada en 1936 y cada cuatro años, durante la celebración del Congreso Internacional de Matemáticas, premia, por sus descubrimientos sobresalientes, a un máximo de cuatro matemáticos menores de 40 años. En esta ocasión la medalla fue otorgada a la matemática iraní Maryam Mirzakhani, de 37 años, y como se mencionó, por primera vez en la historia de las matemáticas este premio es otorgado a una mujer7. La actual presidenta de la Unión Matemática Internacional (IMU) Ingrid Daubechies, ha reconocido que “las mujeres siguen sin estar lo suficientemente presentes en la investigación matemática, por lo que Mirzakhani es un modelo para atraer a más féminas a los primeros puestos”8. El Congreso Internacional de Matemáticas de 2014 pasará a la historia por la coincidencia de dos efemérides relacionadas con las mujeres: la primera mujer presidente de la IMU presidió la ceremonia de entrega de la Medalla Fields a la primera mujer matemática receptora del tan anhelado galardón, considerado el Premio Nobel de Matemáticas y el premio más prestigioso en el campo de las matemáticas.
Otra importante distinción que existe entre la comunidad matemática internacional para suplir la ausencia del Premio Nobel de Matemáticas, es el denominado Premio Abel (en honor al matemático noruego Niels Henrik Abel (1802-1829)). Este fue instituido por el gobierno noruego en enero de 2002, y entregado por primera vez en 2003. El prestigioso galardón, a partir de su proclamación premia anualmente los mejores logros científicos en el mundo de la matemática. La primera mujer en recibirlo, el 21 de mayo de 2019, fue la estadounidense Karen Keskulla Uhlenbeck, a sus 76 años de edad9.
En la revisión del estado del tema sobre el impacto de las mujeres matemáticas en la historia de la ciencia, encontramos que se ha estudiado desde diferentes concepciones. En primera instancia, debemos indicar que en esta investigación nos inscribimos en la concepción de género dada por Scott (2008),10 en el sentido de que el género es la organización social de la diferencia sexual. Igualmente, indicamos que el rol de la mujer históricamente está determinado o condicionado por su entorno social y cultural.
Compartimos las premisas de la reconocida filósofa existencialista Simone de Beauvoir11, en cuanto a que para ella ser una mujer no es un hecho natural, es el resultado de una cierta historia. No hay un destino biológico ni Psicológico que defina a una mujer como tal. Ella es el producto de una historia, de una civilización, que en primer lugar ha dado como resultado su estado actual y en segundo lugar, de cada mujer individual, de su historia personal, en particular de su infancia, que la determina como mujer, que crea en ella algo que no es nada innato, o una esencia, algo que se ha denominado “la feminidad”. Ciertamente, desempeña un papel, pero el énfasis puesto en estas diferencias, la importancia que asume, provienen de su contexto social. No debe utilizarse su capacidad de procrear como pretexto de opresión para la mujer.
Al consultar investigaciones relacionadas con esta temática, se hallan varias tendencias historiográficas. En primer lugar, autores como Herion (1997)12 plantean que mostrar ejemplos de mujeres que permitan deshacer los estereotipos prevalecientes, que las mujeres no hacen matemáticas, o que las que la hacen son de un tipo particularmente especial o hasta raro, alentarán a las mujeres a considerar las matemáticas como profesión.
Asimismo, Osen (1974)13, considera que rastrear el impacto que las mujeres han tenido en el desarrollo del pensamiento matemático, perfilar la vida de estas mujeres y explorar el contexto social en el que trabajaban, motivará a otras mujeres a estudiar esta ciencia. Para ello, la autora muestra los aportes de muchas de las mujeres notables, cuyos logros matemáticos son mejor apreciados a través de una comprensión de las sociedades y los problemas que moldearon su vida. Expone en orden cronológico, comenzando con el origen de la matemática en las grandes civilizaciones de la Antigüedad y procediendo a lo largo de las primeras décadas del siglo xx. Además, Osen (1974), nos reitera la facilidad existente para observar que los nombres de estas geniales mujeres son incomparablemente más oscuros que los de sus homólogos masculinos. Este fenómeno, sin duda, ha contribuido a perpetuar el persistente y omnipresente mito de que la matemática en sus diversas formas es un dominio masculino.
Por otro lado, Gallagker y Kaufman (2005)14, estudian las tendencias desde la psicología de las diferencias de sexo hasta el análisis en profundidad de género y cognición, analizando los hallazgos que tienden a establecer la brecha de rendimiento dilucidada en las diferencias de las pruebas estandarizadas de matemáticas que favorecen a los varones. Gallagker y Kaufman, enfatizan en que si nos fijamos únicamente en el rendimiento en las pruebas, podríamos concluir entonces que las mujeres tienen menos capacidad matemática que los hombres, pero el rendimiento de las pruebas no cuenta la historia completa. Del mismo modo, Mendick (2006)15, concentra su investigación en determinar qué tipos de masculinidades se están produciendo en las escuelas, y el impacto que estas tienen en la educación.
En el marco histórico se revisan los orígenes de la educación de la mujer universitaria en el contexto internacional, de Latinoamérica y de Colombia; en nuestro país se consulta la legislación de la educación superior, las voces de las mujeres que vivieron estas disposiciones en el periodo de estudio y se analiza la evolución de las carreras pioneras en formación matemática en Colombia. En el marco demográfico se caracteriza la población estudiada con relación al contexto espacial en el cual la profesión de matemático(a) tuvo origen en nuestro país.
Según lo anteriormente planteado, se observa que la historia de las matemáticas ha sido la de un grupo selecto de individuos que, debido a barreras social y culturalmente impuestas, resulta aún más selectiva para las mujeres. Investigaciones realizadas en este campo muestran que el acceso al conocimiento matemático para las mujeres fue demasiado restrictivo; por ejemplo, en el siglo xviii, a las mujeres les estaba prohibido asistir tanto a los encuentros de la Academia de las Ciencias en París como a los cafés, pues era allí donde los científicos se reunían para discutir los avatares de la ciencia, prohibición que la matemática Emilie de Breteuil, marquesa de Châtelet, desafió participando en dichos eventos disfrazada de hombre16.
Nuestra sociedad no ha sido ajena a la presencia de estas barreras; sin embargo, las diferencias en el rendimiento en áreas como las “ciencias duras” no tienen que ver con cuestiones de capacidad, sino más bien con niveles distintos de motivación y de expectativas. Tradicionalmente, los estereotipos generizados hacen que los profesores de estas áreas, subconscientemente, tiendan a infravalorar a las chicas, lo que lleva a una reducción de sus expectativas y por consiguiente a una baja en su nivel de rendimiento. Es decir, los estereotipos condicionan el rendimiento académico de las mujeres en las áreas científico-técnicas y alimentan su rechazo hacia carreras como matemáticas y física17.
La problemática anteriormente expuesta nos conduce al deseo de revelar el papel de las mujeres en la ciencia, y específicamente en las ciencias matemáticas, mostrando sus voces, sus historias de vida y resaltando su desempeño investigativo en esta ciencia y, a la par, analizando la situación de las científicas en la universidad colombiana: sus logros, tropiezos y aciertos.
Nosotros consideramos que esta historia está incompleta y por lo tanto ha sido escrita parcialmente, dejando vacíos en la forma en que en la misma han participado las mujeres. Desde esta perspectiva, nuestra investigación pretende dar otra visión llenando los vacíos que nos ayudarán a “renovar nuestra visión del pasado de modo que sirva de base para asentar un nuevo proyecto social”18. Destacamos que el proyecto busque reivindicar el papel de la mujer en la historia de las ciencias y sirva de ejemplo de vida para las científicas futuras. Para este propósito acudimos a la historia como herramienta para la construcción del futuro, teniendo en cuenta la misión del historiador de investigar las causas del presente para proyectar el futuro.
Por lo anterior, el objetivo general de esta investigación se centró en analizar los aportes realizados por matemáticas colombianas, en la segunda mitad del siglo xx, en el desarrollo y transformación del conocimiento matemático, para determinar las oportunidades de acceso, desarrollo y permanencia de la mujer frente a la investigación matemática en Colombia y cómo su labor ha influenciado a otras mujeres para dedicarse al estudio de esta ciencia.
Dentro de los objetivos específicos están, en primera instancia, analizar e identificar los procesos históricos que han mediado en el proceso de reconocimiento de la mujer como una investigadora en matemáticas. En segunda instancia se analizan los aportes científicos realizados por matemáticas colombianas y se identifican algunos procesos políticos, sociales y culturales que incidieron en el posicionamiento de la mujer en la comunidad científica en general y como investigadora en ciencias matemáticas en particular.
Una hipótesis que sirvió como hilo conductor durante el trabajo de investigación estuvo centrada en pensar que el ambiente socioeducativo y cultural en el que se desenvolvían las mujeres objeto de estudio, era determinante en su formación, en su desempeño profesional y en la consecución de sus logros.
Esta investigación se enmarcó en estudios de género de corte histórico-social y giró en torno a la pregunta orientadora: ¿Cómo se ha desarrollado la participación de la mujer en investigaciones propias de ciencias matemáticas en tres instituciones de educación superior de Colombia en el período comprendido entre 1961 y 2000? Para este propósito se proyectó una metodología de corte cualitativo, “basada en métodos de generación de datos flexibles y sensibles al contexto social en que se producen”19.
Reconociendo la trascendencia de la historia oral como fuente principal para la reconstrucción del pasado, se seleccionaron tres notables investigadoras matemáticas cuyas historias de vida coadyuvan en la consecución de los objetivos propuestos. Los criterios de selección para su inclusión en la investigación fueron: ser matemática colombiana, poseer producción científica en el área de matemáticas, tener título de doctorado en Matemáticas, desempeñarse profesionalmente en una universidad colombiana y gozar de reconocimiento académico entre sus colegas matemáticos(as).
Por medio de este proyecto de investigación sociohistórica se pretendió lograr un efecto prospectivo, en el sentido de que las enseñanzas del pasado arrojan efectos esclarecedores sobre el presente y son una base para delinear los prospectos del futuro. El error básico de muchas generaciones ha sido el haber relegado la historia a un segundo plano, ya que quien no aprende de sus errores (o de los de sus vecinos), está condenado a repetirlos. De esta manera, se espera promover la realización de esfuerzos para evaluar objetivamente los logros y necesidades de mujeres que dedican su tiempo a investigar en la disciplina matemática, y se desea que los resultados aquí encontrados se conviertan en punto de partida para planear acciones concretas que lleven a su mejoramiento progresivo.
Esta investigación fue de corte cualitativo, en cuanto a que los datos involucrados fueron de carácter social y fueron analizados de manera comprensiva e interpretativa con el propósito de explorar las relaciones sociales y describir la realidad tal como la experimentaron sus protagonistas. Es necesario resaltar que la investigación cualitativa posee diferentes enfoques y orientaciones; por consiguiente, existe una “diversidad de presupuestos filosóficos, con sus métodos y prácticas, estas diversas concepciones acerca de la realidad y acerca de cómo conocerla y de cuánto de ella puede ser conocido determina que no pueda afirmarse ni que haya una sola forma legítima de hacer investigación cualitativa ni una única posición o cosmovisión que la sustente”.20
En la perspectiva expuesta en Creswell (2013)21, se considera que la investigación cualitativa es un proceso interpretativo de indagación basado en distintas tradiciones metodológicas -estudios narrativos, la fenomenología, la teoría fundamentada en los datos, la etnografía y el estudio de casos-, que examina un problema humano o social. Quien investiga construye una imagen compleja y holística, analiza palabras, presenta detalladas perspectivas de los informantes y conduce el estudio en una situación natural. En palabras de Creswell:22 “la investigación cualitativa se inicia con los supuestos y el uso de marcos teóricos interpretativos que advierten el estudio de problemas de investigación que abordan el significado individual o grupal adscrito a un problema social o humano. Para estudiar este problema, el investigador cualitativo utiliza un enfoque cualitativo que emerge a la investigación, realiza la recopilación de datos en un entorno natural sensible a las personas y lugares objeto de estudio, el análisis de datos es a la vez inductivo y deductivo; y establece patrones o temas. El reporte final incluye las voces de los participantes, la reflexividad del investigador, una descripción e interpretación compleja del problema y su contribución a la literatura o un llamado al cambio” (traducción de la autora).
Por consiguiente, al adoptar este tipo de investigación se asumió un diseño flexible, con posibilidad de adaptación a los cambios generados por la dinámica del trabajo y capaz de reconstruirse a medida que la investigación avanzaba. Aquí no se pretendió hacer una réplica o un modelo para obtener datos exactos, por lo cual la investigación estuvo enmarcada dentro del paradigma de una investigación narrativa, centrada en historias contadas por los y las participantes.
En la metodología, se estableció el diseño metodológico donde se organizaron las categorías de análisis, que más adelante serán descritas, se diseñó un instrumento de recolección de información que constaba de un esquema de guion de entrevista semiestructurada. Posteriormente, se realizaron entrevistas a profundidad con tres matemáticas colombianas que se han distinguido por su actividad científica en el área en el país. Los análisis de las entrevistas se hicieron desde diversas miradas siguiendo los aportes presentados por Appel (2005)23 y Wolcott (1994),24 y teniendo presentes tres componentes principales: la descripción, el análisis y la interpretación. Los protocolos de estas entrevistas contaron con las consideraciones éticas requeridas por el Comité de Ética para la Investigación Científica de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.
Para la clasificación y organización de la información se tuvieron en cuenta los trabajos de investigación en ciencias matemáticas, el número de publicaciones realizadas, los índices de citación, premios otorgados, medios de visibilización, formas de acceso y oportunidades frente al estudio de las matemáticas de las participantes seleccionadas para el estudio.
La metodología de la historia de vida nos proporcionó los procedimientos para llevar a cabo la clasificación y organización de la información25. El enfoque biográfico nos brindó la posibilidad de recrear una reflexión sobre las experiencias de los sujetos, puestas en relación con el contexto y con otras referencias. “Un relato de vida no es una historia cualquiera: es un discurso narrativo que intenta contar una historia real”26. Es preciso no confundir dos conceptos que deben estar siempre presentes en todo relato de vida: la diacronía y la cronología; la primera hace énfasis en la sucesión temporal de los hechos así como de sus relaciones antes/después, mientras que la segunda se refiere a la datación en términos de edades, de miles, de fechas precisas.
Los indicadores de análisis se establecieron desde la educación comparada. En este sentido, para analizar las experiencias de las mujeres matemáticas de las instituciones seleccionadas, se tuvieron en cuenta para la comparación los siguientes aspectos:
• Ambiente familiar: entorno socioeconómico y cultural.
• Formación académica: licenciadas y matemáticas, formas de financiación de estudios, la vida cotidiana universitaria, influencias recibidas.
• Producción académica e impacto nacional con índice h de Hirsh27.
• Vida cotidiana laboral.
Aun cuando la educación comparada goza de casi dos siglos de existencia, en la actualidad los especialistas se hallan lejos de acordar una definición unánime de la disciplina; Sin embargo, el trabajo realizado por Martínez Usarralde (2003)28, logra integrar dinámicamente algunas de estas definiciones así:
Por educación comparada entendemos la disciplina científica de carácter tanto básico como aplicado: “básico” porque quiere conocer los fenómenos educativos como entidades que forman parte de la realidad y “aplicado” porque a través del análisis busca solucionar los problemas educativos vigentes en las actuales sociedades mundiales.
Para ello, gran parte de los comparatistas han centrado su atención en desarrollar un método específico (la metodología comparada), que aplican a su vez sobre los objetos (los sistemas, problemas y procesos educativos). Ambos, objeto y método, se establecen para analizar, interpretar y reconstruir la realidad de los hechos educativos que interactúan de manera implícita y explícita con el contexto social, económico, político y cultural29.
El periodo de estudio se contextualizó desde comienzos de 1961 hasta finales de 2000. La razón por la cual se seleccionó el año 1961 como el inicio del período de estudio, es porque es en este año que se comienzan a graduar profesionales en matemáticas en Colombia, egresados de la Universidad Nacional de Colombia con sede en Bogotá (UNAL) considerada como universidad pionera en el estudio de las ciencias matemáticas en nuestro país. Es en esta universidad en donde la Matemática se convirtió en una carrera profesional, otorgando por primera vez en Colombia el título de matemático. Además, esta institución se constituyó en el centro de formación académica en el cual las tres investigadoras que destaca esta investigación realizaron su Maestría en Ciencias Matemáticas, una de ellas obtiene, además, el Doctorado en Matemáticas y las otras dos ejercen como docentes. Realmente, la carrera de Matemáticas se creó en 1951 como una Licenciatura en Matemáticas30, pero con el transcurrir del tiempo y por solicitud de los propios estudiantes del programa, esta se transformó en la carrera de Matemáticas.
Se finaliza en el año 2000, porque en ese año se titulan como doctoras en Ciencias Matemáticas las tres primeras mujeres matemáticas formadas en Colombia, una de ellas protagonista en esta investigación. El primer programa de Doctorado en Matemáticas en el país se gestó en la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, fue aprobado en 1986, pero su apertura oficial se realizó en 1993. El primer egresado de este Doctorado obtiene su título el 28 de febrero de 1997. El gran impacto académico que implicaría para Colombia esta primera titulación fue registrado por la prensa nacional del momento31.
Este estudio se concentró en el caso de las universidades: Nacional de Colombia en Bogotá (UNAL) considerada precursora en Matemáticas en Colombia; Universidad Pedagógica Nacional (UPN Bogotá), primer claustro educativo para educación femenina en Colombia; y Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC), Tunja. Esta última universidad se toma como referencia por ser la institución en donde tuvo sus orígenes la primera Facultad de Educación en Colombia32.
La parte histórica de la investigación se localiza dentro de los derroteros de la historia social en educación33. Partimos de la premisa de que la historia puede y debe contribuir en la búsqueda de una nueva racionalidad en las políticas científicas, y que la investigación sobre la forma en que han participado las mujeres en la construcción del conocimiento matemático en su contexto social conduce al reconocimiento de las limitaciones que han manifestado los proyectos estatales en dicho sector.
En este sentido, los estudios históricos ayudan a evidenciar la efectividad de las políticas científicas existentes en una época determinada, así como a mostrar si han o no estado orientadas a fortalecer una posición propia de la ciencia.
El marco de referencia de esta investigación comprende aspectos teóricos, conceptuales, históricos, demográficos e institucionales ligados a los estudios de ciencia y género. En este marco conceptual, apoyados por la revisión de publicaciones de diferentes autores y teorías, encontramos que la historia social de la educación posee gran potencialidad explicativa del conjunto de las relaciones y procesos del cambio social. Esta tendencia nos ayuda a resignificar el rol de la mujer, y en este caso de las mujeres que decidieron dedicar su vida al estudio de una ciencia como la matemática, tipificada socialmente como exclusiva y propia del género masculino.
Por otra parte, los enfoques analítico y explicativo, desde los cuales se realizó la investigación, permitieron llevar a cabo una investigación histórica que ilustra la manera compleja en la que los intereses comúnmente reconocidos como “sociales” han ambientado y condicionado la actividad científica de las mujeres colombianas. Esta tendencia se enmarca en lo que se conoce como historia social de las ciencias, tal como se explica en Arboleda et al. (1993)34.
El marco institucional se desarrolla a partir de la descripción de las universidades en que fueron formadas las matemáticas en mención, así como de la universidad incluida como referencia.
Dentro de las fuentes documentales consultadas se tuvieron en cuenta tanto primarias como secundarias. En las primarias se analizaron en los archivos de las universidades anteriormente mencionadas, las bases de datos de egresados(as) de los programas de formación matemática e informes de prensa nacional e internacional. De igual manera se estudiaron leyes, decretos, resoluciones, acuerdos y actas. En relación con las fuentes secundarias, se analizaron libros y publicaciones nacionales e internacionales, relacionadas con las temáticas de ciencia y género, y matemáticas y género. Esta revisión se hizo en dos niveles, primero de manera general y posteriormente las de Latinoamérica y Colombia.
Toda la información se organizó en los siguientes capítulos:
El primer capítulo plantea algunas bases y referentes teóricos sobre los que esta investigación se sustenta. Aquí se analiza la pertinencia de abordar la exploración desde el punto de la historia social en la educación, así como la conveniencia de interrelacionar los estudios de ciencia, género e historia.
En el segundo capítulo se describe la situación de la mujer en el contexto colombiano para el periodo de estudio de esta investigación. Se analiza el contexto cultural de la época, la forma en que fue educada, la percepción que, desde los medios de masa, se tenía de la mujer, las influencias culturales y pedagógicas recibidas y el ambiente universitario del momento. Incluimos, además, un análisis de la forma en que los más influyentes filósofos de la educación, a mediados del siglo xviii, sentaron bases de teorías educativas excluyentes, que perjudicaron la forma equitativa de acceso de las mujeres a la educación. Estos, curiosamente, fueron algunos de los más reconocidos representantes del movimiento cultural e intelectual europeo denominado Ilustración. Así mismo, incluimos algunas ideas aportadas por otros pensadores, que para el caso que nos ocupa se pueden rescatar, y que tímidamente aportaron ideas positivas y emancipatorias sobre la educación de la mujer.
El tercer capítulo trata lo referente a la forma en que se ha venido desarrollando la investigación en ciencias básicas en nuestro país, especialmente la investigación en matemáticas. Se presenta la evolución histórica de la cultura matemática en Colombia y la forma en que históricamente tuvo presencia la mujer matemática en dicho desarrollo, resaltando para ello la existencia de algunas matemáticas famosas, que por sus aportes lograron trascender en la historia de la matemática mundial.
En el cuarto capítulo se incluye el análisis a los currículos de las carreras de formación matemática seleccionadas. Este análisis se realiza debido a que es considerado como un indicador para determinar el tipo y nivel de formación matemática que recibieron las matemáticas de nuestro estudio. Entendiendo que la formación recibida por nuestras protagonistas repercutirá en su desarrollo futuro como investigadoras.
En el quinto capítulo se condensa el objetivo principal de la investigación. Aquí se presentan las voces de las investigadoras matemáticas entrevistadas. Se exhiben sus historias de vida, que se convierten en un recurso vital para develar la forma y las circunstancias en que fueron educadas, así como el legado que le han dejado a las futuras generaciones de investigadoras y docentes de esta ciencia.
Finalmente, se exponen las conclusiones a las que permitió llegar el estudio, la bibliografía y los anexos.
En cuanto a las limitaciones de la investigación, se encuentra la falta de organización de archivos y bases de datos por algunas instituciones de educación superior, lo cual impidió hacer algunas comparaciones en cifras.
A manera de conclusión, se menciona que uno de los principales aportes teóricos de esta investigación es que contribuye a llenar el vacío teórico existente en la historia de la ciencia desde la óptica de las mujeres, lo cual ayuda a disminuir el distanciamiento histórico respecto de la ciencia y refuerza en esta última su visión como un producto socialmente construido en un momento determinado y para unos fines específicos. Además, se considera que su desarrollo histórico permite evidenciar su mediación gradual con las condiciones sociales de cada época, lo cual implica el resarcimiento de su condición liberadora para el futuro. Al censurar el pasado y evidenciar el presente, estamos coadyuvando a cimentar las bases para la recuperación de una ciencia que responda a las necesidades y a los deseos de quienes tradicionalmente permanecieron excluidos de su génesis y de su destino.
El aporte práctico se da desde la visibilización de mujeres matemáticas, quienes gracias a su talante, disciplina y determinación se convierten en un ejemplo para más chicas que deseen dedicarse al estudio de una ciencia considerada tradicionalmente como todo un desafío, como lo es la matemática. Las vidas de estas mujeres reales dan detalles vividos de la diversidad de experiencias para las mujeres en matemáticas. Ayudan a reemplazar los estereotipos existentes con un ideal diferente.
Por otro lado, se puede afirmar que la investigación tiene un impacto en dos niveles. En el nivel macro es un aporte original, puesto que contribuye a evidenciar tanto los aciertos como los errores cometidos durante los procesos de formación académica de las mujeres matemáticas colombianas, con el propósito de que sirvan como pautas para la generación de nuevas políticas educativas, teniendo presente que al preguntarnos por lo que se dejó de hacer en el ayer, estamos proponiendo lo que se podría hacer en el mañana.
Adicionalmente, ofrece la oportunidad de continuar investigando en aspectos relacionados con generación de estrategias que fomenten un incremento en el número de chicas que se dedicarán al estudio de las ciencias y en especial de las matemáticas.
Otros aspectos por destacar residen en el hecho de que las mujeres de hoy cuentan con un legado emocionante e impresionante en el desarrollo de las matemáticas. A pesar de la larga tradición de elitismo que ha rodeado esta disciplina, una lista amplia de mujeres brillantes han hecho contribuciones creativas muy sustanciales a su desarrollo y entre esta lista podemos hallar a varias compatriotas. Es importante resaltar que estas contribuciones son suficientemente dignas de una nota histórica. Además, hay que anotar que estas mujeres matemáticas en forma individual han sido cautivas de su propia cultura.
Finalmente, es importante resaltar que se espera que los resultados de esta investigación aporten al conocimiento de nuestro pasado científico, y que contribuyan al debate sobre lo que deberán ser las futuras políticas de ciencia y tecnología que orienten la modernización de Colombia.
Mis métodos [algebraicos] son realmente
métodos de trabajo y pensamiento;
por eso se han infiltrado en todas partes
de forma anónima.
Emmy Noether
1 Fruto del trabajo realizado en la tesis doctoral de la autora. González Gutiérrez, N. R. (2017), “Investigadoras en ciencias matemáticas en la universidad colombiana, 1961-2000”, Ph.D. thesis, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia - RUDECOLOMBIA, Facultad de Ciencias de la Educación. Tesis doctoral Mención Meritoria.
2 Alic, M. El Legado de Hipatia. Historia de las mujeres en la ciencia desde la antigüedad hasta fines del siglo xix, primera ed., siglo xxi editores, s.a. de c.v., México DF, México. (2005).
3 Ibíd., p. 15.
4 Figueroa et al. Género y Matemáticas, Síntesis, Madrid, (1998).
5 Azize, Y. Mujeres latinoamericanas y educación en el fin del siglo. ¿participación cuantitativa o transformación cualitativa?. En Azize, Y. et al, Estudios de la Unión Europea, San José. (1998).
6 La información completa de esta proeza se puede leer en: http://sociedad.elpais.com/. Revisado el 13/08/2014.
7 Maryam Mirzakhani, es profesora de la Universidad de Stanford, en California, Estados Unidos. La profesora Maryam, nacida en Teherán y educada en Harvard, ha pasado a la historia al convertirse en la primera mujer que recibe la Medalla Fields, gracias a sus avances sobresalientes en el estudio de las superficies de Riemann y sus espacios modulares. Maryam Mirzakhani recibió el galardón de manos de la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-Hyecon, en una ceremonia realizada en Seul. El premio lo compartió con otros tres investigadores, entre ellos el francobrasileño Artur Ávila, quien es el primer latinoamericano que lo consigue. Maryam logró reconocimiento con sus primeros trabajos en geometría hiperbólica y su obra más reciente constituye uno de los principales avances en sistemas dinámicos, según indicó el jurado al premiarla. Además, destacó la fuerte intuición geométrica de Mirzakhani y sus notables conocimientos en gran diversidad de técnicas matemáticas. Con esta decisión no solo se rompe un tabú de género en este premio, sino también un obstáculo geográfico, pues se trata de la primera persona procedente de Irán que obtiene el galardón.
8 Award Ceremony for the Fields Medals during the International Congress Of Mathematicians 2014 in Seoul. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=TxbE6mkYUAg
9 Para ampliar la información de este acontecimiento, visitar la página web: http://www. abelprize.no/nyheter/vis.html?tid=74161
10 Scott, J. W. Género e Historia, Editorial Fondo de Cultura Económica, México D.F. (2008).
11 de Beauvoir, Simone, The Second Sex, Vintage Books, New York, (2009).
12 Herion, C. Women in Mathematics: The Addition of Difference Race, Gender, and Science, Indiana University Press, U.S.A, (1997).
13 Osen, L. M. Women in mathematics, The Massachusetts Institute of Technology The MIT Press, United States of America, (1974).
14 Gallagker, A. M. y Kaufman, H. C., eds. Gender Differences in Mathematics, An Integrative Psychological Approach, Cambridge University Press, New York. (2005).
15 Mendick, H. Masculinities in Mathematics, primera ed., Open University Press, New York. (2006).
16 Osen, L. M. Women in mathematics, The Massachusetts Institute of Technology The MIT Press, United States of America. (1974).
17 Gorman, J. Stereotype threat and female test performance: Mathematics, Master’s thesis, School of the State of New York at Buffalo, ProQuest Information and Learning Company. New York. (2006).
18 Fontana, J. Historia: análisis del pasado y proyecto social, Editorial Crítica, Barcelona. (1999), p. 226.
19 Vasilachis et al. Estrategias de Investigación cualitativa, Gedisa, S.A., Barcelona. (2006), p. 25.
20 IbíD., p. 24.
21 Creswell, J. W. Qualitative inquiry research desing. Choosing among five approaches, first ed., SAGE Publications, Inc., United States of America. (2013).
22 Ibíd., p. 44.
23 Appel, M. ‘La entrevista autobiográfica narrativa: Fundamentos teóricos y la praxis del análisis mostrada a partir del estudio de caso sobre el cambio cultural de los Otomíes en México [127 párrafos]’, Forum Qualitative Sozialforschung / Forum: Qualitative Social Research 6(2), (2005), p. 1–35.
24 Wolcott, H. F. Transforming qualitative data: Description, analysis, and interpretation, Ousand Oaks, CA: Sage. (1994).
25 Soto Arango, D. E. Historia de vida de dos maestras de escuela de mediados del siglo xx en Colombia, en ‘Colección Educadores Latinoamericanos y del Caribe’, Estudios de la Unión Europea, Tunja. (2011).
26 Lozano, F. ‘Traducción de: Les récits de vie, Bertoux’, Sociologie 128, de Nathan Université de Paris. (1997).
27 El índice h es un sistema propuesto por Jorge Hirsch, de la Universidad de California, para la medición de la calidad profesional de físicos y de otros científicos, en función de la cantidad de citas que han recibido sus artículos científicos. Un científico tiene índice h si ha publicado h trabajos con al menos h citas cada uno. El índice h se calcula con base en la distribución de las citas que han recibido los trabajos científicos de un investigador.
28 Martínez Usarralde, M. J. Educación comparada. Nuevos retos, renovados desafíos, Ediciones La Muralla, S.A., Madrid. (2003).
29 Ibíd., p. 34.
30 Sánchez Botero, C. H. ‘Forjadores del desarrollo de las Matemáticas en Colombia: Yu Takeuchi. 50 años formando matemáticos en Colombia’, Lecturas Matemáticas 1(30), (2009), pp. 87–110.
31 Periódico El Tiempo, ‘Doctorado de Matemáticas. Con cuatro líneas de investigación, la Universidad Nacional de Colombia ofrece en Bogotá desde 1993 el primer doctorado de matemáticas en el país’, Disponible en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-553220. Publicado el 9 de marzo de 1997, versión Online; último acceso 13 de febrero de 2017.
32 Es conocido que las escuelas normales se crean en París a partir de 1842. Por otro lado, en 1870, se crea la Escuela Normal de Varones en Tunja, cuyos profesores llegaron con la “Primera misión alemana”, con el propósito de ejercer la enseñanza de las ciencias en la educación secundaria colombiana. Posteriormente, con la “Segunda misión alemana”, en 1924, se establecen las facultades de educación en Colombia. En 1926, llegó Julius Sieber para hacerse cargo de la rectoría de la Escuela Normal de Varones de Tunja, quien estableció un curso de dos años con el nombre de “Curso Suplementario de Especialización”, al que la Asamblea Departamental de Boyacá, le dio carácter legal, mediante Ordenanza 38 de 1929. Es el primer curso de formación inicial de profesores de ciencias en Colombia y se hacía después de terminados los estudios en la Escuela Normal. Este curso, en 1934, con el Decreto 1379, se convierte en la Facultad de Educación para hombres, como parte de la Universidad Nacional. El lector interesado puede encontrar mayor información al respecto en: Gallegos Badillo, Rómulo, Pérez Miranda, Royman, Torres de Gallego Luz Nery y Amador Rodríguez Rafael Yecid. La formación inicial de profesores de ciencias en Colombia: memorias de investigación, Universidad Pedagógica Nacional. Bogotá - Colombia, 2005. Pág. 20.
33 Fontana. J. Historia. Análisis del pasado y proyecto social. Barcelona. Editorial Crítica, (1982).
34 Arboleda et al. Matemáticas, Astronomía y Geología, en ‘Historia Social de la Ciencia en Colombia’, primera ed., Vol. II, Instituto Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología, Colciencias, Bogotá, Colombia. (1993).