Читать книгу Constance de Salm y la modernidad de su discurso feminista - Ángela Magdalena Romera Pintor - Страница 8

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Capítulo 1

VIDA Y OBRA DE CONSTANCE DE SALM

La reputación y notoriedad que alcanzó Constance de Salm en su tiempo justifican el hecho de que sus contemporáneos le hubieran dedicado, ya en vida de la autora, varios artículos biográficos, algo señalado entre otros por Louis Barbier: «En vida de la princesa de Salm, se publicaron sobre ella varias noticias biográficas, de entre las cuales citaremos las de los señores de Pongerville, de Ladoucette, Albert Montémont y Villenave».1 De hecho, su vida y obra ya se recoge en la Biografía de los hombres vivos (Biographie des hommes vivants) de 1819, así como en la Nueva biografía de los contemporáneos (Biographie nouvelle des contemporains) de 1825 y en La Francia literaria (La France littéraire) de Quérard, de 1836.

Son numerosas, también en vida de la autora, las epístolas que le tributaban muchos de sus contemporáneos. En ocasiones, la finalidad de estas composiciones era la de rebatir algún aspecto de la concepción literaria de la dama, como hiciera Saint-Albin Berville en su Epístola a la señora princesa Constance de Salm sobre la rima (Épître à Madame la princesse Constance de Salm sur la rime). Según aclara en un paréntesis explicativo que introduce su escrito, Berville escribió esta epístola en respuesta a la Epístola sobre la rima, de 1812, que redactara la propia Constance: «Esta obra es una respuesta a la epístola de Mme de Salm en favor de la tesis contraria. Por una ingeniosa coquetería del talento, Mme de Salm se había dedicado a rimar con profusión su alegato en contra de la rima elaborada: he tratado de pujar aún por ella».2 Según se percibe ya en esta explicación preliminar, el tono de la epístola es de amistosa ironía. En su conclusión, Berville no deja de elogiar las dotes poéticas de Constance, a pesar de manifestarse abiertamente en contra de la concepción de Constance en materia de rima: «Donde tan bien rimabais, mientras de la rima os mofabais. / (…) Pues bien, de vuestras razones ya no me siento impresionado. / Negad el movimiento, sea;…habéis andado».3

Otras epístolas dirigidas a la figura de Constance, en cambio, adoptan un tono simplemente laudatorio, como la de Michel de Cubières-Palmézeaux, antiguo miembro de la Academia de Antigüedades de Hesse-Cassel (Académie des Antiquités de Hesse-Cassel), que le dedicará en 1812 su Epístola a la Señora Condesa de Salm (Épître à Madame la Comtesse de Salm).

Tras la muerte de la princesa de Salm en 1845, los artículos biográficos dedicados a su persona y a su obra se multiplicarían. Es el caso de Tisseron y De Quincy, que abordan la vida y obra de Constance en Fastos nobiliarios (Fastes Nobiliaires), en 1845. Dos años después, en 1847, Louis Nicolas Barbier,4 hijo y colaborador del bibliotecario del rey, lo haría en la Biografía universal (Biographie universelle). Por su parte, Madame Achille Comte5 le dedicará en 1856 su Elogio de la señora princesa Constance de Salm (Éloge de madame la princesse Constance de Salm). Este elogio obtendría el galardón de la Sociedad Académica de Nantes (Société Académique de Nantes) –sociedad que había ofrecido a concurso de literatura la memoria de un personaje ilustre de la ciudad6–y sería publicado al año siguiente, en 1857.

Además, a lo largo de la carrera literaria de la princesa de Salm y en particular con motivo de su muerte, los periódicos de su tiempo se hacen eco de su persona y de su relevancia intelectual, pero sobre todo se ocupan de sus publicaciones, tanto para presentarlas y anunciarlas, como para ofrecer una valoración de las mismas. Ya veremos en su momento cómo esta crítica que recibiera su obra –crítica las más de las veces elogiosa– se tornaba en ocasiones acerba, incluso hiriente. Este hecho, según comprobaremos más adelante, constituía para Constance una fuente incesante de preocupación.

Existen, por tanto, numerosos documentos y referencias de la época que nos permiten trazar la vida y obra de este ilustre personaje femenino, poeta y moralista, cuya juventud se desarrolla durante la Revolución francesa y que alcanzará su mayor gloria literaria durante el Imperio.

Es de notar que la evolución social y personal de la autora parece seguir el devenir histórico de su país, siendo conocida sucesivamente como Mademosiselle de Théis, Madame Pipelet, ciudadana Pipelet, condesa de Salm y finalmente princesa de Salm-Dyck, por lo que nos ha parecido oportuno estructurar esta primera parte de nuestro estudio en función de esta distribución.

1. MADEMOISELLE DE THÉIS (1767-1789)

Constance de Salm empezará siendo conocida como Mademoiselle de Théis. Nace el 7 de noviembre de 1767 en la ciudad de Nantes, en el seno de una «antigua familia noble, originaria de Picardía»,7 y recibe una educación cuidada, gracias al espíritu generoso y abierto de su padre, Marie-Alexandre de Théis,8 hombre cultivado y apasionado de las letras:

Hombre distinguido por su ingenio y su saber, habiendo ya adquirido cierta reputación literaria, el señor de Théis no descuidó nada para desarrollar, alimentar e ilustrar el espíritu de su hija, que, siendo aún niña, anunciaba lo que podía llegar a ser un día. La historia de todos los pueblos, los escritos de los poetas antiguos, los de los filósofos de todos los tiempos se convirtieron en su lectura favorita, y nada le fue ajeno, ya que, tras salir de esta vía encauzada, emprendió estudios más serios.9

La importancia de la educación recibida y el papel decisivo que en este contexto había ejercido su padre, Monsieur de Théis, es señalada por todos los biógrafos de Constance y por ella misma en sus escritos. Madame Achille Comte hace especial hincapié en retratar al señor de Théis como primer profesor e instructor de su hija, como aquel que supo encauzar y guiar su pensamiento y su curiosidad natural en los primeros años de vida:

No fue educada como todos los niños de su tiempo; su padre, hombre instruido dotado de elevada razón y de ingenio, quiso dirigir él mismo las primeras emociones de su hija; para ello se estableció con ella en el campo, en los alrededores de Nantes. Allí, en medio de los campos, la niña desarrolló sin trabas su hermosa naturaleza y, durante los seis primeros años de su vida, el señor de Théis se limitó, por toda instrucción, a charlar con su hija sobre todo aquello que impresionaba a su joven imaginación. Destruía las ideas erróneas que pudiera adquirir sustituyéndolas con las ideas correctas y la niña, que casi nunca se separaba de su padre, se dejaba guiar por él. Fue así cómo su espíritu se formó recto y serio (…).10

A pesar de ser autor de numerosas obras de consideración, como su Enciclopedia moral, de 1786, Monsieur de Théis se manifestaba más orgulloso de su hijo Alexandre-Étienne-Guillaume,11 y muy en particular de su hija Constance, que de sus propios logros personales. Este orgullo de padre se recoge en La Francia literaria (La France Littéraire) en los siguientes términos: «Por muy dignas de estima que fueran sus obras, De Théis se glorificaba aún más de su hijo y de su hija, cuyos talentos él mismo había cultivado. Qué padre no estaría orgulloso del renombre que ambos se labraron en la república de las letras y del alto rango al que su hija se ha elevado (…)».12

Con elocuencia y emoción apenas contenida, la propia Constance dedicará la tragedia Sapho a su padre a través del poema que antecede la obra, intitulado precisamente A mi padre y donde deja constancia de la labor educadora que le había procurado en su juventud («Oh tú, que formaste mis años jóvenes»13), así como de su reconocimiento filial. En estos versos le ofrece su tragedia no sólo como primicia de los favores recibidos, sino también como garante y prueba de la eficiente labor formativa que había recibido de su padre.

Pero será sobre todo en su Epístola a las mujeres donde haga un sentido homenaje a su progenitor, en un pasaje de la composición en el que menciona su infancia con nostalgia y evoca con veneración el recuerdo de su padre:

¡Oh días de mi infancia feliz tan pronto transcurridos!

Así es cómo mi corazón vuestra existencia ha sentido;

Así es cómo en mi seno supisteis imprimir

Estos derechos inmutables que me atrevo a exigir.

Un padre generoso, que acrecentó mi ser,

Me enseñó desde la cuna lo que podía ser,

Y con el título de mujer mi frente decoró,

Haciéndome, no una afrenta, sino un honor.

(Salm, 1842, Tomo I: 17)14

Es de notar que en la posterior edición de sus Obras completas, Constance incluirá una nota a esta misma epístola (Salm, 1842, Tomo I: 275-277), en la que una vez más se deshará en elogios a su padre y en la que pondrá un gran empeño en dejar constancia de la gratitud que le profesa por haberle inculcado el gusto del estudio y de las letras. Lo describe, por lo demás, como a un distinguido literato y verdadero filósofo («littérateur distingué et un véritable philosophe»).

Aún cuando en principio esta nota tenga como objeto trazar la biografía del señor de Théis, destacando las obras que había publicado y sus cualidades morales, la finalidad última de la misma es rendir un homenaje al recuerdo del hombre con quien Constance se siente en eterna deuda de gratitud: «A las cualidades del espíritu unía las del alma de forma perfecta; nunca quizá nadie había llevado tan lejos el amor a la verdad y a la justicia, ni había unido tanto brillo intelectual a tanta bondad, (…) vivió con prudencia, dedicado a la educación de sus hijos, en quienes su ejemplo y sus lecciones desarrollaron sin cesar el gusto del estudio y de las letras».15

Tras su formación inicial en el campo, donde se educaba e instruía bajo la tutela de su padre durante los primeros años de su vida, Constance se instala en París. Sus biógrafos destacan la sólida cultura de la joven de Théis, su conocimiento del latín, el italiano, la música y las matemáticas, así como una seriedad en sus composiciones que le valieron el sobrenombre de «Musa de la razón»: «La joven Constance de Théis era tan seria en sus obras que la apelaban, desde sus comienzos, la Musa de la razón. Como la razón siempre tiene razón, encontró gracia ante el público que no pensó ni por un momento en rebatirle, a pesar de ser mujer, el derecho a pensar y a escribir».16

Con apenas diecisiete años compone sus primeros poemas, que serían publicados en el Almanaque de las gracias y de las musas (Almanach des grâces et des muses). De entre sus primeras producciones en verso, aquellas que le había enviado al abate Fontenay, célebre crítico del momento, se suele citar su canción Capullo de rosa (Bouton de rose). Esta composición alcanzaría un notable éxito y, con el tiempo, una enorme popularidad hasta el punto de que se terminaría publicando en Cantos y Canciones populares de Francia (Chants et Chansons populaires de la France) en 1843.

También en esta época, la joven Constance había compuesto un soneto y un rondó que se publicaron en el Diario General de Francia (Journal général de France): «Ya en 1785, el abate Fontenay, crítico ilustrado, había insertado en el Diario general de Francia un rondó y un soneto de la señorita de Théis».17

En definitiva, esta primera etapa de la vida de Constance de Théis se caracteriza no sólo por su dedicación a la lectura y al estudio, sino también por la composición y publicación de sus primeras poesías:

Pero es en la poesía donde había de labrarse la brillante reputación que adquirió desde entonces. (…) estos primeros tanteos de la señorita Constance de Théis se vieron coronados por un éxito absoluto. Les siguieron algunas otras composiciones en verso, de entre las cuales citaremos la famosa romanza de Capullo de rosa. Estas obras la animaron a perserverar en el camino que se había trazado. Durante varios años, hasta 1789, la señorita de Théis siguió sacando a la luz un gran número de poesías, todas impregnadas de ese candor juvenil de sentimientos que sólo pertenece a los primeros años del ser pensante y en las que, sin embargo, ya se encuentra esa fuerza de estilo y esos pensamientos filosóficos elevados que constituyen el rasgo distinctivo de sus escritos.18

2. MADAME PIPELET DE LEURY – CIUDADANA PIPELET (1789-1802)

En 1789, Constance deja de ser conocida como Mademoiselle de Théis tras convertirse en Madame Pipelet, al contraer matrimonio con Jean-Baptiste Pipelet de Leury,19 «hombre opulento y cuyo padre era secretario del rey» («homme opulent et dont le père était secrétaire du roi»; Tisseron, 1845: 4-5). Su esposo era un reputado doctor en medicina, que se convertiría en el cirujano de la familia real. Por lo demás, el señor Pipelet también se daría a conocer a través de algunas obras en el ámbito de la medicina. Así, en 1805 publicaría su Manual de las personas afectadas de hernia (Manuel des personnes affectées de hernies), así como su Curso téorico y práctico del arte de tratar las hernias y los vicios de conformación (Cours théorique et pratique de l’art de traiter les hernies et les vices de conformation).

Al año de su boda, en 1790, Constance daría a luz a su hija, Agathe Clémence,20 que moriría trágicamente a los treinta años de edad.21 También de este primer matrimonio sabemos que Constance había tenido otro hijo, que no sobrevivió. Rara vez se hace alusión a este segundo hijo de Madame Pipelet, probablemente porque moriría de corta edad. La mención a los dos hijos de Constance se recoge en el artículo de su amiga Mélanie Waldor,22 publicado el domingo 27 de abril de 1845 en el periódico La Francia teatral. Diario de los intereses artísticos y literarios (La France théâtrale. Journal des intérêts artistiques et littéraires), a los pocos días del fallecimiento de Constance de Salm: «Al otorgar a la princesa de Salm un alma a menudo heroica, Dios no le había ahorrado el dolor; lo conoció en toda su extensión. Había tenido dos hijos de sus primeras nupcias, y los perdió a los dos. Su hija, la baronesa de Francq, dejaba tres hijos que se convirtieron en objeto de los cuidados más conmovedores de la princesa de Salm por cuanto veía en cada uno de ellos a su amada hija».23

Durante esta época de su vida, Constance firmaría a menudo sus escritos como ciudadana Pipelet («citoyenne Pipelet»), prueba de que seguía con entusiasmo los aires de renovación y cambio que sacudieron los cimientos de Francia en aquellos años, algo que siempre manifestó a través de un sentimiento patriótico de libertad («l’auguste liberté») y de igualdad («la sage égalité») que dejaría plasmado en muchos de sus escritos, pero con particular emoción y nostalgia en sus memorias, compuestas en verso e intituladas Mis sesenta años (Mes soixante ans). Con todo, la evolución sangrienta de los acontecimientos que se precipitaron sobre París la empujará a retirarse de la capital: «Se comprende que este espíritu amplio tuviera que identificarse con las ideas regeneradoras que, desde el 89, planeaban sobre la sociedad francesa; su amor por la patria la llevaba a acoger las innovaciones que pensaba que debían conducir a Francia a la gloria. Pero cuando los principios y las virtudes patrióticas dejaron sitio a la demencia revolucionaria, se exiló».24

Será durante este tiempo cuando tenga lugar en París la ejecución de Luis XVI y de su eposa María Antonieta, pero también la de la reivindicativa Olympe de Gouges25 y sus amigos girondinos, en 1793. Los ataques directos de Olympe a Robespierre y su coraje en la defensa de unos ideales políticos y patrióticos, que van más allá de sus reivindicaciones en materia feminista, le granjearon el derecho a subir al cadalso de la guillotina,26 derecho que por una cruel ironía del destino, ella misma había establecido en el artículo X de su Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana: «la mujer tiene derecho a subir al cadalso; debe tener derecho también a subir a la tribuna».27

El ambiente que reinó en la capital al concluir la etapa del terror, lo describe Duverger en El biógrafo universal (Le biographe universel) y nos permite entender cómo a su regreso a París, la señora Pipelet se entrega con renovado vigor a su labor literaria: «El régimen del terror acababa de caer, abatido bajo el filo del 10 termidor. Librada de esta terrible e inexorable opresión, Francia respiraba (…) y la sociedad parisina, feliz de poder reunirse, se complacía en recuperar ese tiempo tan penosamente perdido. Todo retomaba un aire de fiesta. La gente acudía a los espectáculos, a los placeres públicos».28

Durante un año entero, según reconoce la propia Constance,29 se había dedicado a componer su tragedia en tres actos Sapho, sobre la célebre poetisa de Lesbos que los griegos apodaron «la décima Musa». Sapho se estrenaría con música de Martini en 1794, en el teatro de la calle Louvois, todavía apelado por entonces Teatro de los Amigos de la Patria (Théâtre des Amis de la Patrie). La obra alcanzaría un éxito fulgurante: «Constance Pipelet hizo representar, en el teatro de la calle de Louvois, su Sapho, tragedia lírica en tres actos y en verso, cuya música compusiera el célebre Martini. Esta ópera obtuvo un éxito inmenso y cien representaciones no bastaron para contentar al público, siempre ávido de venir a escuchar una poesía rica en sentimientos, expresiones fuertes y emotivas, y una música siempre apropiada a las situaciones vivas y sobrecogedoras de la vida de Sapho».30

El éxito de esta primera obra de envergadura será sin duda el que la catapultará a la fama y el que le valdrá el apoyo de Michel-Jean Sedaine,31 dramaturgo, miembro de la Academia Francesa antes de su disolución al comienzo de la revolución y uno de los fundadores del Liceo de las Artes (Lycée des Arts). A la muerte de Sedaine, en 1797, Constance le dedicaría un emotivo Elogio, leído en la 54ª sesión del Liceo, el 19 de julio de 1797 («le 30 messidor an V»). También Mentelle,32 geógrafo, historiador y miembro del Liceo, se convertiría en mentor de la joven Constance, y también a su muerte, en 1815, Constance le dedicaría una Noticia sobre la vida y las obras de Mentelle (Notice sur la vie et les ouvrages de Mentelle). Estos dos hombres ilustres apoyarán su ingreso en el Liceo de las Artes: «En 1795, Sedaine y Mentelle hicieron recibir a la señora Pipelet como miembro del Liceo de las Artes, reunión que se conoce hoy con el nombre de Ateneo de las Artes. Ninguna mujer hasta entonces había formado parte de esta sociedad sabia y literaria, que se había formado antes de la reorganización del Instituto y que se componía de un número bastante elevado de antiguos académicos».33


Teatro de los Amigos de la Patria o Teatro Louvois.

Es así como en 1795, Constance es admitida como miembro del Liceo de las Artes, por entonces la única asociación de esta índole en París («qui était alors la seule réunion de ce genre qui existât à Paris, et même en France»), según afirma la propia Constance (Salm, 1842, Tomo II: 301), siendo la primera mujer en hacerlo. Así lo relata ella misma con ostensible satisfacción en la nota a su poema Amyntas, primera composición de las muchas que leería en dicha sociedad literaria. La nota se incorporó en la edición de sus Obras completas:

Este Liceo se componía de sabios, gentes de letras, artistas más o menos distinguidos, y principalmente de un gran número de académicos, para quienes se había convertido en un nuevo punto de encuentro tras la disolución de las academias, que había tenido lugar al comienzo de la revolución. (…) Fue este último [Sedaine] quien hizo el informe por el cual fui admitida; algo que, hasta entonces, no se había producido con ninguna mujer.34

En la misma nota, Constance rinde homenaje al fundador del Liceo de las Artes, conocido posteriormente como el Ateneo de las Artes («connu aujourd’hui sous le nom d’Athénée des Arts»; Salm, 1842, Tomo II: 303), y destaca la relevancia de esta sociedad literaria, así como la talla intelectual de sus miembros («il est également remarquable par le grand nombre d’hommes et de femmes à talents qui en font partie»), cuya lista enumera tras rendir homenaje a sus fundadores: «Fue en 1791, y por los cuidados y el celo infatigable del señor Désaudray, antiguo militar y hombre de letras, cuando se formó esta sociedad. Sus fundadores son (…) el Sr. Désaudray, Mentelle, Sedaine y La Lande (…). Todos los hombres célebres de la época también fueron sucesivamente miembros del Liceo de las Artes».35

Desde esta época en que regresa a París y entra a formar parte del Liceo de las Artes, Constance se codea con personajes ilustres del mundo del arte, de las ciencias y las letras. Su apasionamiento por la causa del estudio de las artes y las letras se traduce en la apertura de un salón literario en su casa: «Establecida en París por esta boda, la señora Pipelet de Leury pronto vio cómo todas las personalidades artísticas y literarias que se encontraban en la capital de Francia acudían a sus salones, atraídas por el atractivo de su espíritu y el esplendor de su belleza».36 Este salón perduraría y aumentaría en prestigio tras el segundo matrimonio de Constance. Pero incluso en esta primera etapa marital de su vida, Madame Pipelet de Leury es ya una apreciada salonnière del momento en París:

En aquel momento su gloria literaria se elevó a su apogeo: varias Academias la solicitaron para acogerla en su seno; los hombres más considerados de la época se sentían honrados de apoyarla; no pedía ninguna distinción y las obtenía todas. Su salón se convirtió en lugar de cita, no sólo de hombres distinguidos por las letras y las ciencias, sino también de todas las eminencias extranjeras que la gloria de Francia atraía a los muros de París. Todos querían ver a esta mujer, acogida con entusiamo dondequiera que llevara el brillo de su talento.37

Es el momento también de las composiciones que más celebridad le proporcionaron: sus aplaudidas epístolas (Epístola a las mujeres, de 1797, Epístola sobre las disensiones de las gentes de letras, de 1798, Epístolas a Sofía, de 1801), así como su Elogio de Sedaine, de 1797, un Informe sobre Madame de Montanclos, también de 1797, y su celebrado Informe sobre una obra intitulada: De la condición de las mujeres en una república, de 1799. De entre todos estos escritos, aquel que enseguida proporcionaría a Constance el apelativo de «Boileau de las mujeres» («Boileau des femmes»38) es su Epístola a las mujeres por cuanto en ella Madame Pipelet levanta su voz en defensa de los derechos de la mujer (el derecho a acceder al mundo de las letras y las artes, a la celebridad y a la gloria literaria, así como a una instrucción adecuada). La identificación de Constance («a quien los literatos del comienzo de este siglo [XIX] le pusieron el sobrenombre de «Boileau de las mujeres»39) como reverso femenino de Boileau40 se deriva del feroz ataque a las mujeres que plasmara este poeta en sus escritos.

Pero será también el momento en que tiene lugar el único fracaso literario de Constance: el de su tragedia Camille,41 o Amistad e imprudencia (Amitié et imprudence), drama en cinco actos que sólo fue representado una única vez en el año 1800 y que fue retirado por la propia autora antes de su segunda representación. La fecha proporcionada por Tisseron para la representación de Camille es la misma que ofrece Constance de Salm en el Prólogo de sus Obras completas (ambos la sitúan en 1799). Con todo, esta fecha no parece ser la correcta si nos atenemos a las dos cartas de Constance Pipelet a Mademoiselle de Salis, fechadas el 5 y el 15 de marzo de 1800, en las que se alude respectivamente al antes y al después de la representación, con lo que la fecha de representación se debe situar a caballo entre ambas cartas (por tanto, entre el 5 y el 15 de marzo de 1800). De esta manera, la fecha también coincidiría con la de la carta enviada por Constance al Diario de París (Journal de Paris) y fechada el 7 de marzo de 1800, anunciando que retiraba la obra de la escena tras su primera representación. Comoquiera que esta última carta –que mencionan, entre otros, Quérard42 y Michaud43–se envió al día siguiente de la primera representación de Camille, según afirma la autora en el Prólogo de sus Obras completas, se puede establecer como fecha de representación el 6 de marzo de 1800.

En cualquier caso, Constance se mostrará contrariada ante el rechazo de esta tragedia por parte del público. Su irritación se pone de manifiesto en el hecho mismo de que Camille sea una de las pocas obras de peso que la autora no incluirá en los cuatro volúmenes de sus Obras completas que reúnen la práctica totalidad de su producción literaria. Con todo, la dama pone especial cuidado en mencionarla en el Prólogo de las mismas para tratar de justificar y explicar su fracaso, así como para encomiarla y señalarla como punto de inflexión en su decisión de dedicarse al género poético de las epístolas, género bien acogido por el público y por lo mismo el más indicado para proporcionarle la celebridad que ambicionaba:

Sólo diré unas palabras de un drama en cinco actos intitulado Camille, o Amistad e imprudencia, que escribí poco después y que se representó en 1799. El desenlace trágico de este drama, algo que por aquel entonces era completamente nuevo, sobre todo en la Comedia francesa, había perjudicado el efecto que debía producir, por lo que tomé al momento la resolución de retirarlo del teatro, lo que anuncié al día siguiente, mediante una carta que apareció en los periódicos. La mayoría hizo sobre esta obra artículos muy favorables y desde entonces me han presionado a menudo para que la hiciera representar de nuevo; pero me he negado constantemente a ello, por cuanto la acogida que el público brindaba a mis epístolas me había decidido a dedicarme a este tipo de poesía, que me pareció más favorable aún para la celebridad que una obra de teatro.44

A pesar de esta protesta en defensa de su Camille, señalando que la mayoría de los periódicos le dedicaron artículos «muy favorables», no cabe duda de que hubo un buen número de críticos que arremetieron contra la obra, tal y como recogen sus biógrafos: «Este drama en cinco actos y en verso se representó en el Teatro Francés (en 1799), pero ciertas críticas injustas indujeron a la autora a tomar la determinación de retirarlo del teatro en el acto, aunque ya se hubiera anunciado la segunda representación».45 Otros contemporáneos se esforzaron por dejar constancia de la valía de la obra, como Michel de Cubières-Palmézeaux, que calificó Camille de drama donde había una belleza de primer orden («drame où il y avait des beautés du premier ordre»). El fracaso que obtuvo la obra lo achaca a los prejuicios por parte del público frente este género más natural y verdadero (Cubières-Palmézeaux, 1812: 5).

Con todo, lo cierto es que la propia Constance, en una carta de 5 de marzo de 1800 dirigida a Mademoiselle de Salis, ya había anticipado intuitivamente la recepción que iba a tener esta obra por parte del público. En dicha carta la autora se lamenta de que intentar complacer al público venía a ser como una lotería, razón por la que presiente tanto el posible éxito de Camille como su fracaso. Sin embargo, todo parece indicar que Madame Pipelet se inclinaba a anticipar más bien su fracaso, dado que pone especial empeño en mostrarse resignada ante la idea de perder la contienda con el público:

Os he dicho que iban a representar una obra mía en el teatro francés (…). Temo y ansío a partes iguales ese momento, pues por mucho esfuerzo que se haya invertido en una obra, se necesitan tantas cosas y circunstancias para complacer al público que semejante tentativa es poco menos que un billete de lotería. Quiero creer que ganaré el proceso pero puedo pensar que lo perderé y me resigno con filosofía por adelantado, y aún cuando una caída fuera un golpe violento para mí, trato de acostumbrar mis ideas a ello tanto más cuanto que tengo enemigos como si tuviera un gran talento.46

Pocos días después, el 15 de marzo de 1800, Madame Pipelet escribe otra carta a Mademoiselle de Salis para comentarle el fracaso de la obra. Alude a las críticas en los periódicos –«los periódicos duros, y puedo decir injustos, pues un gran número lo han sido («les journaux durs, et je puis dire injustes, car un grand nombre l’ont été») –, pero insiste aquí también en presentar la calidad de la obra, en la medida en que –según afirma–el público había escuchado su drama hasta el final y a menudo lo había aplaudido («il [mon ouvrage] a cependant été entendu et souvent applaudi jusqu’au bout»). Sin embargo, la carta también arremete contra el público, que se deja manipular fácilmente, ya que presiente que se ha conspirado contra ella:

No concibo bien que el público, que había acogido con entusiasmo el segundo acto y gran parte del tercero, haya mostrado tan malas intenciones para los dos últimos; muy probablemente había una cábala; si mi obra hubiera sido buena a partes iguales, la maquinación no habría surtido efecto; pero encontró partes mediocres y se aprovechó de ello con un ensañamiento que llega fácilmente a las masas (…).47

El golpe emocional que ella misma había vaticinado ante el eventual fracaso de su obra se hizo realidad. La herida abierta en el amor propio de Constance no llegaría a cerrarse nunca, y ello a pesar de que se había preparado mentalmente ante esta eventualidad. El calibre de los ataques que recibiera el drama de Camille se intuye del siguiente comentario, incluido en la misma carta a Mademoiselle de Salis, fechada el 15 de marzo de 1800: «Lo único que ha turbado realmente mi filosofía es la maldad de varios periodistas que se han aprovechado y han abusado de la circunstancia con una grosería increíble».48 La valoración negativa que recibió la obra y el formidable vapuleo que los periódicos infligieron con fruición a Madame Pipelet fueron la razón de que tomara la decisión de no imprimir su Camille49 como tenía previsto: «primero quería hacerla imprimir también, pero he cambiado de idea, más adelante podré hacerle algunos cambios y dejar que se represente de nuevo; todavía soy lo bastante joven como para esperar a que llegue ese momento».50 Este proyecto de dejarla reaparecer en escena nunca llegaría a cumplirse. Años más tarde, como se ha dicho, Constance se resistirá también a incorporar esta composición en la edición de sus Obras completas.

El final de esta etapa de la vida de Constance coincide con importantes cambios de índole personal. Tras diez años de matrimonio, la señora Pipelet decide divorciarse de Monsieur Pipelet de Leury, en 1799, pocos años después de la implantación de la ley de 30 de agosto de 1792 que permitía el divorcio en Francia. El cambio que conllevará este divorcio en el nombre de la autora lo reseña con humor e ironía Edmond Biré en los siguientes términos: «Ser una mujer-poeta, una Musa, ¡y llamarse Madame Pipelet! Era ésta una de esas situaciones de la vida en las que el estudio mismo no puede dar la felicidad. La señora Pipelet lo comprendió, pidió el divorcio y se casó de nuevo, en 1802, con el príncipe de Salm-Dyck».51 En este contexto, y para aclarar este comentario jocoso, conviene tener presente que en la época en que escribe Biré se había popularizado la lexicalización del apellido Pipelet a través del término «pipelette», referido a una mujer dada a la plática y al cotilleo, es decir parlanchina e indiscreta, a partir de la obra de Eugène Sue,52 Los misterios de París (Les mystères de Paris), en donde la portera se denominaba precisamente Anastasie Pipelet.53 De ahí también que otra de las acepciones del mismo término fuera la de portera, valencia que aún se conserva a día de hoy en un uso familiar.


Constance Pipelet a los 30 años de edad.

En cualquier caso, a pesar de la frivolidad con la que se aborda en ocasiones el tema de su divorcio, todo parece indicar que la razón que llevó a Constance a separarse de su primer marido fue la infidelidad de este último. En cuanto obtuvo el divorcio, Monsieur Pipelet de Leury se casó en segundas nupcias con Perrine Blain-Descormiers.

3. MADAME DE SALM – CONDESA DE SALM (1802-1816)

En 1802, Constance contrae segundas nupcias con Joseph de Salm-Reiffercheidt-Dyck,54 conde de Salm-Dyck, y pasaría a ser conocida y designada como la condesa de Salm: «En 1802, la señora Pipelet de Leury, cuyo talento y reputación aumentaban cada día, se desposó en segundas nupcias con el Sr. de Salm-Dyck, antiguo conde del Imperio, cuyas posesiones, situadas en la orilla del Rin, acababan de ser incorporadas a Francia».55 El primer encuentro de Constance con el que sería su segundo esposo se produjo en los salones del naturalista Millin:56 «Acogida en los salones más brillantes de la capital, fue en el del señor Millin, a finales del siglo pasado [XVIII], donde conoció al príncipe de Salm Dick».57 Al igual que la propia Constance, el señor de Salm también se había divorciado previamente. La primera esposa de Joseph había sido la condesa de Hatzfeld, según señala Michaud en la nota que le dedica en su Biografía universal antigua y moderna (Michaud, 1843, Tomo 37: 527).

Joseph de Salm-Dyck, hombre culto y dedicado a la botánica, también se da a conocer por numerosas publicaciones en su especialidad.58 Su amor a las letras y las artes será determinante en el apoyo incondicional que brinda a su nueva esposa, fomentando e incluso participando en sus salones literarios.

Los contemporáneos y amigos de Constance destacan precisamente esta coincidencia de gustos e inclinaciones con el Sr. de Salm y describen a su segundo marido como a un hombre de trato agradable, incidiendo en su caracterización como amigo de las letras y las ciencias: «el representante de una ilustre familia, que de alguna manera se había convertido en francesa por los brillantes servicios rendidos a nuestro país, dio su nombre a la célebre mujer que debía llevarlo tan noblemente; el príncipe de Salm Dyck, amigo de las letras, que cultiva las ciencias con distinción, encontró así la felicidad en una dulce similitud de gustos, de estudios y de inclinaciones. Esta unión acercaba dos tipos de grandeza que se prestaban apoyo mutuo».59 A partir de la descripción que hace Madame Achille Comte del segundo marido de Constance y del propio matrimonio Salm-Dyck, es de pensar que llevaron una vida conyugal feliz:


Joseph de Salm-Dyck (1773-1861).

El príncipe poseía una instrucción profunda y variada, un espíritu encantador, una gracia perfecta, para hacer perdonar su alta cuna a aquellos que sólo tenían por fortuna su talento y su mérito; estas cualidades amables y recíprocas acercaron a estos dos seres (…) que, juntos, parecerían nacidos el uno para el otro. Esta unión que se puede calificar de acertada dio ejemplo durante más de cuarenta años de una felicidad real y completa.60

La felicidad conyugal de este segundo matrimonio también la destaca su amiga Mélanie Waldor en el artículo que dedica a Constance con motivo de su muerte en el periódico La Francia teatral (La France théâtrale), el domingo 27 de abril de 1845: «Jamás mujer fue más amada, jamás matrimonio fundado en el amor fue más feliz. Esta unión tierna y santa no tuvo un solo día de tormenta, ¡y ha durado más de cuarenta y tres años!».61

La nueva posición social de Constance, según sus biógrafos, no hizo cambiar sus costumbres de estudio y dedicación a la escritura, ni tampoco sus fuertes convicciones políticas, filosóficas y morales.62 Sigue escribiendo, por tanto, en este periodo numerosas epístolas (Epístola a un joven autor, de 1806; Epístola sobre el campo, de 1808; Epístola a un viejo autor descontento de verse olvidado, 1809; Epístola sobre la rima, 1812; Epístola sobre la filosofía, 1814), así como el Elogio de La Lande, de 1809, y algún discurso, como el Discurso sobre los viajes, de 1811. También redactaría entonces su novela, publicada varios años más tarde, Veinticuatro horas de una mujer sensible.63

Será en aquel momento de su vida, bajo su nueva distinción como condesa de Salm, cuando su salón literario empiece a cobrar un brillo social y una relevancia intelectual cada vez mayores, no sólo en París, sino también en sus demás propiedades, como el castillo de Dyck.64 A partir de 1809, su salón de París se ubicaría en la calle del Bac: «El salón de la condesa encontró hacia 1809 una localidad digna de su brillo intelectual en el número 87 (hoy 97) de la calle del Bac, en el antiguo palacete de Ségur donde, hasta 1824, recibió a sus amigos durante todo el invierno».65

En una de sus composiciones poéticas, A mis amigos en el momento de abandonar el campo (À mes amis, au moment de quitter la campagne), Constance se complace en mencionar a todos los que componían su círculo intelectual, compartían su amistad y participaban en su salón literario, cuyas reuniones se repetían dos veces por semana: «Venid, amigos, venid; os invito / A reanimar mis hogares vacíos / (…) Y devolvedme, con vuestras dobles visitas, / Todos los momentos que sin vosotros he perdido».66


Palacete de Salm-Dyck.

En la nota a dicho poema, añadida en la edición de sus Obras completas, Constance aclara que ha incorporado algunos nombres en la nueva versión de la composición, razonando que los autores mencionados en la versión anterior eran sólo los que formaban parte de su salón en 1806. No contenta con aumentar el número de celebridades en el mismo poema, Constance completará la lista en la nota, mencionando en ella a Grétri, al doctor Gall, Barbier padre, Lagrenée, Ménageot, Robert, Pougens, Firmin Didot padre, Leschenault, así como a Madame Montanclos, Madame Joliveau y a Madame Babois (Salm, 1842, Tomo II: 312). Por lo demás, el poema alude, entre otros, a Vigée, Martini, Mentelle, La Lande, Thurot, Clavier, Gohier, Courier, La Chabeaussière, Lantier, Laya (que no es otro que el primer marido de Aglaé de Bouconville, futura Madame Achille Comte tras sus segundas nupcias), Raboteau, Guérin, Humboldt, Jussieu, Candolle, Girodet. Todos ellos se recogen en el grabado que abre el segundo volumen de sus Obras completas y cuya leyenda reproduce dos versos del poema A mis amigos, pertenecientes al comienzo de la composición:

Me voy, voy a ver de nuevo las riberas del Sena,

Esos lugares tan bellos que habitáis todos;

Con el amable esposo que me hechiza y encadena,

Y mi joven Clemencia, de mirar dulce y decoroso.

Me voy, voy a regresar al fin junto a vosotros.

Voy a ver de nuevo, en mis dulces veladas,

Al poeta, al amigo, al artista y al sabio.

Ya, en un risueño cuadro,

Se ofrecen ante mí estas fruiciones sagradas (…).67

En todo caso, resulta significativo el hecho de que este poema (À mes amis, au moment de quitter la campagne) se mencione incluso en el Prólogo de sus Obras completas, hecho que revela la importancia que le otorga la autora por cuanto que recoge todo su entorno intelectual, literario y artístico: «(…) mis versos A mis amigos, en los que me he complacido en recordar los nombres de aquellos que componían mi círculo social cuando escribí este poema y que a día de hoy han desaparecido casi todos».68

Por su parte, la condesa de Salm será recibida a su vez en numerosos círculos, en particular en las reuniones de las Tullerías y en la corte imperial,69 siendo sus escritos y su pensamiento muy del gusto de Napoleón. En una carta fechada en marzo de 1806,70 Constance es informada de que será recibida por el emperador. Más adelante, en 1810, le dedicará una epístola de tono reivindicativo y sin ambages, en la que expresará su disconformidad con los artículos 324 y 339 del código penal, que perjudicaban a la mujer.

El trato de la condesa de Salm con la familia imperial incluye su amistad con la hermana de Napoleón, Pauline Borghèse, a la que conocería durante una cura en Aixla-Chappelle.71 Por lo demás, el emperador leía y conocía la obra de Constance, que ésta última le hacía llegar puntualmente, ya fuera a través del secretario particular del emperador, ya a través de Antoine-Alexandre Barbier,72 nombrado en 1807 bibliotecario particular del emperador.

De sus reuniones con la reina da buena cuenta Madame de Rémusat en su correspondencia.73 En este contexto es significativa la carta que dirige esta dama a su esposo, fechada en Aix-la-Chappelle el 29 de junio de 1812, donde refiere una de las veladas en la que Madame de Salm se erige en el centro de atención de la reunión ante la reina: «Mientras estábamos en la comedia, nos perdimos la presentación de la señora de Salm (Pipelet) ante la reina; les llevó un álbum en dos volúmenes, llenos de versos de Lemercier, Lalande y compañía. Ella recitó los suyos. Se había instalado en el sillón de la reina y le desplegaba todas sus riquezas. (…) El señor Frizell nos contó muy bien esta velada».74

Este álbum75 al que hace mención Madame de Rémusat se refiere al libro de visitas que la condesa de Salm aumentaba y conservaba celosamente. En él, Constance hacía firmar o inscribir versos, pensamientos y dedicatorias a sus amistades y huéspedes de renombre intelectual. En su correspondencia, la condesa alude en no pocas ocasiones a este álbum, ya sea cuando algún corresponsal solicita a la dama que le deje inscribir en él su aportación,76 ya cuando la propia Constance rogaba que alguno de ellos lo hiciera. En este último caso, es altamente reveladora la carta que dirige a Monsieur Carrion-Nisas, el 7 de junio de 1809, en la que le ruega que inscriba unos versos en su álbum: «No seréis, sin duda, menos galante que todos los demás. Tal vez incluso lo seáis más, pues espero ver cómo enriquecéis mi álbum con algunos versos muy bonitos, ya sea que los citéis, ya sea que los hagáis, lo que sería mucho mejor».77 Para apoyar su petición, la dama le dirige a su vez unos versos en los que insiste en su empeño:

Hijo de Apolo y de Belone,

En el Álbum que os envío

Inscribid al menos el nombre,

Pues me lo habéis prometido.

Y os lo digo sin retoques,

Jamás me dijo no un hombre.

Vamos, poneos a trabajar,

Elegid la página y el lugar (…).78

Se trata en todo caso de una costumbre que pone de relieve la voluntad de la condesa de Salm de conservar y promocionar todo aquello que la vinculaba con la élite intelectual y social con la que se codeaba. En este sentido, resulta altamente reveladora la carta de Monsieur Langlès, fechada el 5 de abril de 1806, en la que comenta la contrariedad que supuso para Madame de Salm la muerte de Farnée Beauharnais sin que se hubiera inscrito en su álbum: «Estáis entonces bien disgustada de que la eterna, que no inmortal, Farnée (o Fanée, según la pronunciación inglesa) Beauharnais haya emprendido el vuelo hacia la bóveda celeste sin haberse inscrito en vuestro álbum».79

En este mismo contexto, también se pone de relieve la importancia que la condesa de Salm otorgaba a su álbum en la explicación que añade a una nota de Monsieur de Lancival, fechada el 1 de mayo de 1809. En ella Luce de Lancival envía a Monsieur Ponce los versos que –a petición de Constance–había escrito para el álbum de esta última: «Este billete, escrito por Luce de Lancival, está dirigido al señor Ponce, quien le había pedido de mi parte que se inscribiera en mi álbum; estaba moribundo por entonces: le envié el álbum poco después, pero había dejado de existir».80 Por su parte, el pequeño poema que el señor de Lancival había compuesto para ser incluido en el álbum de la condesa comienza con los versos siguientes, que en buena medida explican el propio significado del álbum en cuestión:

Por amistad, naturaleza y para dar las gracias,

Se ha grabado más de un nombre en el álbum de Constanza.

Y cada uno (este orgullo se entiende bien),

Alaba el honor que recibe de él.81

Por lo demás, la propia Constance quiso reproducir en sus Obras completas las cuatro Estancias (Stances) que ella misma había compuesto para inaugurar su álbum y donde invitaba a sus amigos a que se inscribieran en él:

Venid, amigos, os congrego,

En este Álbum mío inscribíos:

¡De un renombre siempre nuevo

Que sea para nosotros un título!

Por modestia en exceso,

Cuidaos mucho, os lo ruego,

De afligirme con una negativa; (…)

¡Ah! puedan estas hojas livianas

(…) Encantar a sobrinos conmovidos,

Y para aumentar nuestra gloria,

¡Llevar al templo de la memoria

Nuestros nombres por siempre unidos!82

El éxito del álbum de Constance se destaca en la carta que le dirige Raboteau el 25 de mayo de 1809, donde la felicita por la feliz idea: «¿Sabéis que, después de todo, este ábum es una encantadora invención? Tiene la fortuna de acompañaros, por lo que al menos os recuerda los nombres y algunos pensamientos de vuestros fieles amigos. (…) Ansío volver a ver ese álbum, sobre todo, señora, porque sé que no os abandona».83


Constance de Salm a los 47 años de edad.


Una reunión en el salón de Constance de Salm.

4. PRINCESA DE SALM-DYCK (1816-1845)

La condesa de Salm pronto se convertiría en princesa de Salm-Dyck, cuando su esposo recibe del rey de Prusia el título de príncipe de Salm-Dyck: «Hacia 1816, el rey de Prusia confirió al jefe de esta casa [Joseph de Salm-Dyck] el título de príncipe, así como un voto hereditario en los Estados de la provincia del Rin de entre los Estados que otrora dependían directamente del imperio germánico».84

El comienzo de esta época de la vida de Constance está marcado por un notable incremento en la popularidad y notoriedad de su salón literario, que se había convertido ya en uno de los más reputados y distinguidos de todo París: «En esa época el salón de la princesa de Salm se convirtió en el más brillante de París, el más distinguido por los dignatarios que acudían a él, en opulentas estancias decoradas con el gusto de una mujer que no desdeñaba ningún medio para probar su superioridad».85 Madame Achille Comte describe con amenidad algunos de los célebres personajes del mundo de las letras y de las artes que participaban en las reuniones regentadas con elegancia por la princesa de Salm:

Allí se veía cómo Lalande y Mentelle se perdían en el devenir de los mundos, mientras que Humboldt y Jussieu adivinaban, a su manera, los secretos de la naturaleza. Alexandre Duval, galante con las jóvenes e ingenioso con sus madres, estudia en esta sociedad de élite los caracteres que debe reproducir en sus obras; también, en un grupo de artistas, se podía ver a Guérin, Vernet y a Girodet, ese poeta de la pintura, durante el día fatigado de la noche pasada delante de un lienzo que nunca satisface a su genio; a Isabey, que encontraba a la princesa demasiado bella como para envolverla en sus gasas ligeras; y a Talma, que venía a animar con su voz sonora y poderosa, con su presencia tan deseada, este salón en donde los grandes señores se convertían en artistas y los artistas en grandes señores.86

Pero será también en esta época, y más concretamente en 1820, cuando la princesa de Salm se enfrente a la dolorosa pérdida de su hija Agathe Clémence, por entonces ya convertida en baronesa de Francq tras su matrimonio (recordemos que Clémence era hija del primer marido de Constance, Monsieur Pipelet de Leury). La muerte de Clémence se produjo en el castillo de Ramersdorf, propiedad que había adquirido el conde de Salm unos años antes y donde la joven baronesa pasaba una temporada junto a su madre, la princesa de Salm.


Castillo de Ramersdorf en 1850.

Agathe-Clémence, por entonces viuda y madre de tres hijos, recibe un tiro en la cabeza del hombre que la cortejaba. El asesino era un tal Althof, ayuda de campo del propio príncipe de Salm, que lo había despedido precisamente por haber hecho avances a Clémence. Tras cometer el asesinato, Althof se suicida de un tiro en la boca. El episodio de esta muerte, acaecida el 14 de junio de 1820, cobra tintes novelescos y es recogido en los periódicos del momento:

Un ayuda de campo del príncipe de Salm-Dyck, llamado Althof, de veintisiete años de edad, había recibido la orden de abandonar el servicio del príncipe por unas manifestaciones inconvenientes dirigidas hacia la difunta, a la que había perseguido asiduamente delante de testigos y a la que había reclamado dinero, sin conseguir su propósito. El 14 de junio, bajo pretexto de enfermedad, se negó a asistir a los ejercicios de la Landwehr. Alegando que quería despedirse de la familia del príncipe, se hizo conducir por una dama de compañía hasta los aposentos de la baronesa de Francq, hija de la princesa de Salm-Dyck y viuda de un oficial del estado mayor francés (…), madre de tres niños pequeños, a los que atendía con gran cuidado, y una persona de costumbres irreprochables. La dama de compañía testigo de la escena del crimen cuenta que Althof le reprochó, nada más entrar, que ella era la causa de su despido, mientras que habría podido hacer su felicidad con una sola palabra. La baronesa le reprochó que usara semejante lenguaje, le dijo que no tenía dinero, que tenía que criar a tres hijos y que de ninguna manera se podía hablar de matrimonio. Althof sacó entonces una pistola de su bolsillo y disparó a la cabeza de la baronesa, que se desplomó en los brazos de su dama de compañía. Al momento, el asesino se pegó un tiro en la boca.87

Nos podemos hacer una idea del dolor que supuso para Constance la muerte de su hija en semejantes circunstancias. Este dolor quizá sea el que inspirará la entrada LXXV, recogida en la primera parte de su obra de corte filosófico, intitulada Pensamientos: «El espectáculo de la muerte de aquellos a los que amamos se encuentra por encima de las fuerzas humanas».88

Pese a este terrible golpe anímico y tras un período de silencio literario, la princesa de Salm seguirá componiendo sus poesías y sus célebres epístolas. Ya había redactado poco antes su Discurso sobre el estudio, de 1817. El mismo año de la muerte de su hija saldrá a luz su Epístola a un hombre honrado que quiere convertirse en un intrigante (Épître à un honnête homme qui veut devenir intrigant), de 1820. Más tarde le seguirían su Epístola sobre el espíritu del siglo, de 1828, y su Epístola a los soberanos absolutos, de 1830, así como tres capítulos de su obra inacabada De los alemanes comparados con los franceses, de 1826. También elaborará un compendio de su pensamiento, que recopilará bajo el título de Pensamientos (Pensées) y que se publicaría sucesivamente en 1829 (1ª parte), en 1835 (1ª y 2ª partes) y en 1846 (1ª, 2ª y 3ª partes).

Finalmente, en 1833, la princesa de Salm publicará uno de sus últimos escritos, sus memorias intituladas Mis sesenta años, o Mis recuerdos políticos y literarios (Mes soixante ans, ou Mes souvenirs politiques et littéraires): «Este poema histórico puede ser considerado como las memorias morales de la autora; es el cuadro fiel de una vida consagrada al estudio, al amor del bien, de la justicia y la verdad».89 Es de notar que estas memorias no están compuestas en prosa, sino en verso, y que conforman un largo poema que pretende ser «un cuadro fiel» de todo lo que ha visto y vivido: «Estas memorias, que hubiera podido llamar mis memorias morales, son al fin un cuadro fiel de cuanto he visto, de cuanto he pensado, de lo que durante más de cuarenta años ha ocupado o agitado mi espíritu. Aquel que las haya leído me habrá visto vivir».90

Constance concluirá su labor reuniendo la práctica totalidad de su producción literaria en cuatro volúmenes. Se trata de la publicación de sus Obras completas (Œuvres complètes), que constituyen una recopilación de la mayor parte de sus escritos, comentados en muchos casos a través de enjundiosas notas explicativas.91 La recopilación de sus obras para su publicación se realizó en dos ocasiones, la primera en 1835 y la segunda en 1842. La intención de la autora al llevar a cabo esta compilación de toda su labor literaria se recoge en el mismo Prólogo de sus Obras completas:

Alcanzada la edad en la que se experimenta la necesidad de recoger el fruto de los trabajos, publico al fin mis obras, no sólo para hacer yo misma la selección de lo que debe formar parte de ellas, sino también para dejar tras de mí este recuerdo de mi larga carrera literaria. (…) He sentido la necesidad de recordar el tiempo en que las compuse, las circunstancias ligadas a ellas y en ocasiones incluso el juicio del público sobre ellas.92

Con ello, la princesa de Salm se muestra consciente de la valía de sus escritos. De ahí la importancia de reunir la publicación de toda su labor literaria («l’œuvre de toute ma vie littéraire»), así como su derecho a seleccionar,93 de entre toda su producción, aquellas obras que desea legar a la posteridad. En este contexto, al margen de numerosos poemas de menor relevancia, el gran ausente de sus Obras completas sigue siendo su drama Camille, que no incluirá en ninguna de las dos ediciones de las mismas.

Constance de Salm morirá en París el 13 de abril de 1845, a los 78 años de edad. En las necrológicas que se multiplican en los periódicos del momento, sobre todo en aquellas redactadas por sus amigos, se pone de relieve cómo pocos días antes de su muerte la princesa todavía recibía a sus amigos en sus salones y los agasajaba con sus versos y canciones. En el Diario de los artistas, Salón de 1845 (Journal des artistes, Salon de 1845), el Baron de L. abunda en detalles sobre los días previos a su muerte:

La víspera del día en que cayó enferma (…) cantaba aún con una voz dulce, agradable y con un método perfecto. Era el lunes 7 de abril (…). Se mostró con una alegría hechizante, recitó no pocos versos bonitos de su juventud, todos inéditos, cantó y tocó el piano con una facilidad y una agilidad sorprendentes. Estábamos entusiasmados. Al día siguiente, martes 8 de abril, durante la última cena a la que asistió con sus amigos, la fiebre se apoderó de ella; se vio obligada a dejarlos y a meterse en la cama; y el domingo 13 de abril, a la una de la madrugada, ya no estaba.94

Por lo demás, los biógrafos de Constance se complacen en destacar que la dama había conservado hasta el último momento sus plenas facultades y su amor al estudio y al trabajo: «Hasta el último momento conservó toda la fuerza de su espíritu, de su talento, y sobre todo el ardiente amor al trabajo que fue la necesidad de toda su vida. En efecto, sólo vivía para el estudio, los suyos y sus amigos. Casi entre ellos, murió en París, tras una enfermedad de tres días, el 13 de abril de 1845, a los 78 años de edad».95

La propia Constance, en una de sus últimas composiciones poéticas, unas estancias intituladas «Moriré como he vivido» («Je mourrai comme j’ai vécu»96), de 1837, pone de relieve que sigue conservando en la última etapa de su vida el mismo espíritu luchador que la caracterizaba en su juventud, la misma dedicación al estudio y al trabajo, el mismo amor a la amistad y al valor, el mismo empeño por defender la causa justa y la libertad:

Lo ves, amigo, esa llama

Que me embriagaba en los buenos tiempos

No está apagada en mi alma;

La inflamará en todo momento.

Sí, por los esfuerzos de la edad, lo noto,

Por el tiempo, ese noble arrojo

En mí no será vencido;

Podré decir aún en mi hora postrera:

Veo el final de mi carrera,

¡Pero muero como he vivido!97

La prensa del momento recoge la muerte de la princesa de Salm-Dyck dedicándole extensos artículos que destacan su labor literaria. Con todo, quizá uno de los más íntimos y emotivos sea el de su amiga Mélanie Waldor, aparecido en La Francia Teatral. Diario de los Intereses Artísticos y Literarios (La France théâtrale. Journal des intérêts artistiques et littéraires) el domingo 27 de abril de 1845, a los pocos días del fallecimiento de Constance:

La princesa Constance de Salm-Dyck ha muerto en París en la noche del 13 de abril y su muerte ha sido tan rápida que apenas se le puede dar crédito. (…) Su muerte fue tranquila y pura como su vida; apenas ha sufrido. En la noche del martes al miércoles, el 8 de abril, la fiebre se apoderó de ella y se le declaró una pleuresía. El sábado por la mañana estaba en presa del delirio (…). La noche de aquel mismo día, de pie al borde de su lecho de muerte, pedí a Dios que la salvara (…). Tres horas después de este adiós, la princesa de Salm expiraba en los brazos de su nieto y de un joven secretario (…). Los señores de Humbold, de Jussieu, de Pongerville (…) y un gran número de diputados, artistas y hombres de letras (…) siguieron el martes 15 de abril, bajo una lluvia torrencial, el féretro de la princesa de Salm, féretro regio, cortejo digno de una reina, pero cuya magnificiencia, ninguna para los amigos que la lloraban, sólo la admiraba el pueblo que salía en masa bajo el umbral de las puertas. La iglesia de San Vicente de Paúl había desplegado todas sus pompas fúnebres. (…) El féretro de la princesa de Salm fue conducido al cementerio Padre Lachaise. Más de veinte coches fúnebres con las armas del príncipe se llenaron de hombres y mujeres (…).98


Tumba de Constance Marie de Théis, Princesse de Salm Dyck. Cementerio del Père-Lachaise (París)

1.«Du vivant de la princesse de Salm, il a été publié sur elle plusieurs notices biographiques, parmi lesquelles nous citerons celles de MM. de Pongerville, de Ladoucette, Albert Montémont et Villenave» (Barbier, 1847: 7-8).

2.«Cette pièce est une réponse à l’épître de Mme de Salm en faveur de la thèse contraire. Par une ingénieuse coquetterie du talent, Mme de Salm s’était attachée à rimer très richement son plaidoyer contre la rime riche: j’ai tâché d’enchérir encore sur elle» (Berville, 1868: 123).

3.El juego de palabras del verso final se pierde en nuestra traducción, por cuanto el verbo «marcher», además de «caminar» o «andar, funcionar», también significa en un registo familiar «tragarse o creerse algo», es decir caer en un engaño: «Où vous rimiez si bien, tout en narguant la rime./ (…) Eh bien! de vos raisons je ne suis plus touché./ Niez le mouvement, soit;…vous avez marché» (Berville, 1868: 130).

4.Louis Nicolas Barbier es hijo de Antoine Alexandre Barbier (1765-1825), antiguo bibliotecario del rey y bibliotecario del Consejo de Estado con Napoleón, que en 1807 lo nombraría su bibliotecario particular.

5.Es el nombre de Aglaé de Bouconville tras su matrimonio con el naturalista Achille-Joseph Comte. También se la conoce como Madame Laya, en virtud de su primer matrimonio con Jean Louis Laya. Cf. su necrológica, aparecida en la sección «Écos de París» del periódico El Galo (Le Gaulois), el jueves 10 de octubre de 1878: «Hemos recibido la noticia de la muerte, en Chaville, de la Sra. viuda de Laya (…). La señora Laya, de soltera Aglaé de Bouconville, había desposado en primeras nupcias a J.-L. Laya, el célebre autor del Amigo de las leyes, y en segundas nupcias al naturalista Achille-Joseph Comte. Espíritu muy distinguido, mujer de élite, la señora Laya se había ocupado de literatura con mucho éxito. Escribió un Elogio de Madame de Sévigné, galardonado en 1840 por la Academia francesa (…). La señora Laya tenía ochenta y ocho años de edad» («Nous apprenons la mort, à Chaville, de Mme veuve Laya (…). Mme Laya, née Aglaé de Bouconville, avait épousé en premières noces J.-L. Laya, le célèbre auteur de l’Ami des lois, et, en secondes noces, le naturaliste Achille-Joseph Comte. Esprit très distingué, femme d’élite, Mme Laya s’était occupée de littérature avec beaucoup de succès. Elle a écrit un Éloge de Mme de Sévigné, couronné en 1840 par l’Académie française (…). Mme Laya était âgée de quatre-vingt-huit ans»).

6.«La Academia de Nantes ha propuesto un concurso, con objeto de honrar, por medio de un elogio, la memoria de una persona nacida en Nantes, cuyo carácter, virtudes o talento permitieran arrojar mayor brillo a la ciudad que la viera nacer» («L’Académie de Nantes a proposé un concours, dans le but d’honorer, par un éloge, la mémoire d’une personne née à Nantes, dont le caractère, les vertus ou le talent seraient de nature à jeter de l’éclat sur la ville qui l’aurait vu naître») (Comte, 1857: 5-6).

7.«Salm-Dyck (Constance-Marie de Théis, princesse de), l’une des femmes auteurs les plus distinguées de notre époque, naquit à Nantes, le 7 novembre 1767, d’une ancienne famille noble, originaire de Picardie» (Barbier, 1847: 3).

8.El padre de Constance de Salm, Marie-Alexandre de Théis (1738-1796), era un hombre conocido en la ciudad de Nantes por poseer un alto cargo en la administración del condado, así como por su amplia cultura: «nacido en Sinceny (Aisne), en 1738, y muerto en 1796» («né à Sinceny (Aisne), en 1738, mort en 1796») (Quérard, 1838, Tomo IX: 402).

También se daría a conocer en el ámbito literario a través de varias obras. De entre las obras de Marie-Alexandre de Théis que recoge Quérard, señalaremos las siguientes: Enciclopedia moral, o Código primitivo, de 1786 y 1788; una comedia en prosa, en verso y en tres actos, intitulada Tripot (el) cómico, o Comedia burguesa, de 1772; y otra comedia en verso libre y en tres actos, intitulada Fédéric et Clitie, o El Amor, la amistad y el reconocimiento, de 1773.

9.«Homme distingué par son esprit et par son savoir, ayant déjà acquis quelque réputation littéraire, M. de Théis ne négligea rien pour développer, nourrir et éclairer l’esprit de sa fille, qui, encore enfant, annonçait ce qu’elle pouvait être un jour. L’histoire de tous les peuples, les écrits des poètes anciens, ceux des philosophes de tous les temps devinrent sa lecture favorite, et rien ne lui fut étranger, car, sortant de la route frayée, elle entreprit de plus sérieuses études» (Tisseron, 1845: 3-4).

10.«Elle ne fut pas élevée, comme tous les enfants de son époque; son père homme instruit, de haute raison et d’esprit, voulut présider lui-même aux premières émotions de sa fille; pour cela, il se fixa avec elle à la campagne, aux environs de Nantes. Là, au milieu des champs, l’enfant développa sans entrave sa belle nature, et, pendant les six premières années de sa vie, M. de Théis se borna, pour toute instruction, à causer avec sa fille de tout ce qui frappait sa jeune imagination. Il détruisait les idées fausses qu’elle pouvait prendre, y substituait des idées justes, et l’enfant qui ne le quittait presque jamais, se laissait guider par lui. C’est ainsi que son esprit se forma juste et sérieux (…)» (Comte, 1957: 7).

11.Alexandre es el hermano mayor de Constance, nacido como ella en Nantes, dos años antes, el 12 de diciembre de 1765. Obtendría el título de barón en 1821. Es también autor de numerosas obras, como Consejos a los jóvenes que salen de las escuelas primarias (Conseils aux jeunes gens qui sortent des écoles primaires), de 1834; Glosario de botánica, de 1810; Memorias de un español, de 1825; Memorias de un francés, también de 1825; o su obra Política de las naciones, en dos volúmenes, de 1828.

Véase, en este contexto, la entrada que le dedica Quérard en La Francia literaria (La France littéraire): «ha sido sucesivamente alcalde de Laon, en 1808, consejero de prefectura en el departamento de Aisne, en 1812, y secretario general de la misma prefectura en 1814. (…) Obtuvo el título de barón en 1821 y, tras la revolución de 1830, fue llamado a la prefectura de Corrèze, y poco después a la de la Alta-Viena» («[il] a été successivement maire de Laon, en 1808, conseiller de préfecture au département de l’Aisne, en 1812; et secrétaire général de la même préfecture, en 1814. (…) Il fut créé baron en 1821, et, après la révolution de 1830, il fut appelé à la préfecture de la Corrèze, et, peu de temps après, à celle de la Haute-Vienne» (Quérard, 1838, Tomo IX: 402).

12.«Quelque estimables que soient ces ouvrages, de Théis se glorifiait encore plus de son fils et de sa fille, dont il a lui-même cultivé les talents. Quel est le père qui ne serait pas fier du nom que tous deux se sont fait dans la république des lettres, et du haut rang auquel sa fille s’est élevée» (Quérard, 1838, Tomo IX: 402).

13.«O toi, qui formas mon jeune âge» (Salm, 1842, Tomo II: 2).

14.«O jours trop tôt passés de mon heureuse enfance! / C’est ainsi que mon cœur sentit votre existence; / C’est ainsi qu’en mon sein vous sûtes imprimer / Ces immuables droits que j’ose réclamer. / Un père généreux, agrandissant mon être, / M’apprit dès le berceau ce que je pouvais être, / Et du titre de femme en décorant mon front, / Il m’en fit un honneur et non pas un affront» (Salm, 1842, Tomo I: 17).

15.«Aux qualités de l’esprit il joignait éminemment celles de l’âme; jamais peut-être personne ne porta si loin l’amour de la vérité, de la justice, et n’unit tant de brillant à tant de bonté, (…) il vécut en sage, se dévouant à l’éducation de ses enfants, en qui son exemple et ses leçons développaient sans cesse le goût de l’étude et des lettres» (Salm, 1842, Tomo I: 276).

16.«La jeune Constance de Théis était tellement sérieuse dans ses œuvres, qu’on la surnommait, dès ses débuts, la Muse de la raison. Comme la raison a toujours raison, elle trouva grâce devant le public qui ne songea pas un instant à lui contester, quoique femme, le droit de penser et d’écrire» (Comte, 1857: 9).

Cf. asimismo Barbier: «Marie-Joseph Chénier la había apodado la Musa de la razón; hay en efecto en la naturaleza de su talento un algo de grave y de viril que, entre las mujeres autoras, le confiere un rango especial. Pocas damas fueron de forma natural más amables y más verdaderamente filósofas» («Marie-Joseph Chénier l’avait surnommée la Muse de la raison; il y a en effet dans la nature de son talent quelque chose de grave et de viril qui, parmi les femmes auteurs, lui assigne un rang spécial. Peu de dames ont été naturellement plus aimables et plus véritablement philosophes») (Barbier, 1847: 7).

17.«Dès 1785, l’abbé Fontenay, critique éclairé, avait inséré, dans le Journal général de France, un rondeau et un sonnet de Mlle de Théis» (Barbier, 1847: 4).

18.«Mais c’est dans la poésie qu’elle devait se faire cette brillante réputation qu’elle a acquise depuis. (…) ces premiers essais de mademoiselle Constance de Théis furent couronnés d’un plein succès, et suivis de quelques autres pièces de vers, parmi lesquelles nous pourrons citer la fameuse romance de Bouton de rose, ils engagèrent l’auteur à persévérer dans la route qu’elle s’était tracée. Pendant plusieurs années, jusqu’en 1789, mademoiselle de Théis continua à faire paraître un grand nombre de poésies, toutes empreintes de cette candide juvénilité de sentiments qui n’appartient qu’aux premières années de l’être pensant, et dans lesquelles cependant, déjà on trouve cette force de style et ces hautes pensées philosophiques qui sont le caractère distinctif de ses écrits» (Tisseron, 1845: 4).

19.Los biógrafos de Constance de Salm no suelen detenerse en la figura de su primer marido, Jean-Baptiste Pipelet (1759-1823). Con todo, la Nueva Biografía de los contemporáneos (Biographie nouvellle des contemporains) le dedica una entrada en la que se reconoce su carrera en medicina, en línea con la de su padre: «Pipelet (Jean-Baptiste), doctor en medicina, nació en París el 6 de septiembre de 1759. (…) Hijo de un padre justamente célebre y director de la academia de cirugía, el señor Pipelet, tras haber aprobado la abogacía, se libró al estudio de la anatomía y de la cirugía. (…) Desempeñó durante una larga temporada las funciones de cirujano del rey en Châtelet y allí dio pruebas de su instrucción en medicina legal. Fue sucesivamente cirujano herniario de la familia real, miembro de la academia de medicina de París y de varias sociedades sabias. (…) En 1813, por una serie de circunstancias particulares, se instaló en Tours, donde murió el 13 de diciembre de 1823 a los 64 años de edad» («Pipelet (Jean-Baptiste), docteur en médecine, naquit à Paris, le 6 septembre 1759. (…) Issu d’un père justement célèbre et directeur de l’académie de chirurgie, M. Pipelet, après avoir été reçu avocat, se livra à l’étude de l’anatomie et de la chirurgie. (…) Long-temps il remplit les fonctions de chirurgien du roi au Châtelet, et y donna des preuves de son instruction en médecine légale. Il fut reçu successivement chirurgien herniaire de la famille royale, membre de l’académie de médecine de Paris, et de plusieurs autres sociétés savantes. (…) En 1813, par suite de circonstances particulières, M. Pipelet s’était fixé à Tours, où il mourut le 13 décembre 1823, dans la 64e année de son âge») (Arnault, 1825, Tomo XVIII: 448-449).

20.En su correspondencia, Constance suele referirse a su hija con el apelativo cariñoso de Minette. Este término de «minette» (forma femenina de «minet») es propio de un registro familiar y tiene un uso equivalente al de «monada», «nena», «ricura» o «monina» en español, o bien, cuando se emplea con los gatos, a «minino-a». Cf. a título ilustrativo la carta fechada el 21 de octubre de 1800: «estoy bien y mi pequeña Minette también» («je me porte bien et ma petite Minette aussi») (Pallot-Raguet, 2008: 220).

Es de notar que los conocidos y corresponsales de Constance también emplearían el mismo apelativo para aludir a su hija. Cf. por ejemplo la carta que le dirige Mentelle, fechada el 19 de julio de 1806: «Presento mis respetos a la señorita Minette» («Je présente mon respect à Mademoiselle Minette») (Pallot-Raguet, 2008: 307).

21.En relación con el asesinato de la hija de Constance, remitimos al apartado dedicado más adelante a la última etapa de la vida de Constance, siendo ya princesa de Salm, momento en que tiene lugar el suceso. Por su parte, Ellen McNiven Hine dedica un apartado a la muerte de Clémence, intitulado «Tragedia personal» («Personal Tragedy»), en donde explica las circunstancias que rodearon el suceso: «fue cortejada por (…) un hombre llamado Althoff. Al parecer, sus sentimientos eran recíprocos. Con todo, la unión se consideró desigual y su madre la prohibió, con lo cual los amantes terminaron sus vidas el 14 de junio de 1820 en un horrible asesinato-suicidio. El suceso inundó los periódicos tanto en Francia como en Alemania» («she was wooed by (…) a man named Althoff. Apparently, his feelings were reciprocated. However, the match was judged a mésalliance and prohibited by her mother, whereupon the lovers met their end on June 14th, 1820 in a horrific murder-suicide, an account of which filled the newspapers in both France and Germany») (McNiven, 2012: 20).

22.Se trata de Mélanie Villenave, hija de Mathieu Villenave, cuya semblanza también aparece recogida en La Francia literaria (La France littéraire) de Quérard: «hija del respetable literato citado anteriormente, página 183 [Mathieu-Guillaume-Thérèse Villenave]; una de las mujeres autoras contemporáneas más distinguidas por su talento, como poeta y como prosista; nacida en Nantes (…) a finales de 1796» («fille du respectable littérateur cité précédemment, page 183 [Mathieu-Guillaume-Thérèse Villenave]; l’une de nos femmes auteurs contemporaines des plus distinguées, par son talent, aussi bien comme poëte que comme prosateur; né [sic] à Nantes (…) à la fin de 1796» (Quérard, 1839, Tomo X: 474).

23.«Dieu, en donnant à la princesse de Salm une âme souvent héroïque, ne lui avait point épargné la douleur; elle l’a connue dans toute sa durée. Elle avait eu deux enfants de son premier mariage, elle les perdit tous deux. Sa fille, Mme la baronne de Francq, laissait trois fils. Ils devinrent l’objet des soins les plus touchans [sic] de la princesse de Salm, qui revit en chacun d’eux sa fille bien-aimée» (Waldor, 1845).

24.«On conçoit que cet esprit étendu devait s’identifier aux idées régénératrices, qui, depuis 89, planaient sur la société française; son amour pour sa patrie la portait à accueillir les innovations qu’elle pensait devoir conduire la France à la gloire. Mais, lorsque les principes et les vertus patriotiques firent place à la démence révolutionnaire, elle s’exila» (Comte, 1857: 10).

25.El verdadero nombre de Olympe de Gouges es Marie Gouze. Nació en 1748 y murió guillotinada en 1793. Es hija de Pierre Gouze y de Anne-Olympe Mouisset, aunque su padre natural fue el marqués Le Franc de Pompignan, que nunca la reconoció públicamente como hija. Olympe compondrá su pseudónimo a partir del nombre de su madre y del apellido paterno. Con dieciséis años se casó con Louis-Yves Aubry, un hombre mayor al que nunca amó; tuvo un hijo al año siguiente y quedó viuda unos meses después. Nunca quiso volver a casarse. Cf. la introducción de Benoîte Groult que precede la reproducción de los textos más representativos de Olympe de Gouges en su libro (Groult, 2013: 7-77).

26.Recordemos que, tanto en sus obras de teatro, como en su Declaración de los derechos de la mujer y también en numerosos panfletos, folletos, impresos y cartas que distribuía por todo París y que enviaba incluso a los diputados, Olympe de Gouges había abordado una gran variedad de asuntos, como la abolición de la esclavitud de los negros o como sus observaciones patrióticas sobre la asistencia social, los refugios para niños de obreros, la creación de tribunales populares, el saneamiento de los hospitales (proponía un impuesto de lujo para poder sufragar los gastos que esto conllevaba), el estatus de los niños abandonados y los bastardos, el derecho de los hijos a heredar del padre aunque fueran ilegítimos, el reconocimiento de la dignidad de las madres casadas o solteras, una ayuda a las madres solteras, el derecho al divorcio, la igualdad de sexos, el derecho de la mujer a ejercer cargos, dignidades y empleos públicos así como a participar en la vida política, el matrimonio de los sacerdotes, y tantos otros temas, la mayoría controvertidos, algunos de los cuales constituían ya el germen de las razones que la llevaron a la guillotina. Con todo, serán los últimos escritos de Olympe los que le valdrán la acusación de antipatriótica y de monárquica. Con motivo de la inminente ejecución de Luis XVI, escribirá un manifiesto contra la pena de muerte y se manifestará abiertamente en contra de la muerte del monarca, algo que le será recriminado durante su proceso. Asimismo, cuando veintisiete girondinos son arrestados, Olympe distribuirá nuevos escritos por todo París que le valdrán la reprobación de los montagnards. Publica entonces sus obras políticas completas y un Testamento político en el que defiende a sus amigos detenidos. Poco antes había atacado con virulencia a Robespierre y a Marat. Un último escrito intitulado Las tres Urnas o la Salvación de la Patria (Les trois Urnes ou le Salut de la Patrie), donde se declaraba partidaria de un gobierno federativo, será decisivo para justificar su encarcelamiento en la Conciergerie y su posterior ejecución. Es evidente que Robespierre ya había determinado la ejecución antes de que se iniciara el proceso, un proceso en el que Olympe de Gouges se tuvo que defender a sí misma cuando su abogado se negó a intervenir (Groult, 2013: 7-77).

27.«(…) la femme a le droit de monter sur l’échafaud; elle doit avoir également celui de monter à la tribune» (Groult, 2013: 126).

28.«Le régime de la terreur venait de tomber, abattu sous le couteau du 10 thermidor. Délivrée de cette terrible et inexorable compression, la France respirait (…) et la société parisienne, heureuse de pouvoir se réunir, se plaisait à regagner ce temps si péniblement perdu. Tout prenait un air de fête. La foule se portait aux spectacles, aux plaisirs publics» (Duverger, 1842, Vol. III, Tomo II: 206).

29.Constance aludirá a la composición de Sapho en su retiro voluntario durante la época del terror en el Prólogo (Avant-propos) de sus Obras completas: «La tragedia lírica de Sapho fue mi primera gran obra; la escribí en los momentos más desastrosos del terror. La necesidad que sentíamos entonces de buscar fuertes distracciones y de aislarnos, de alguna manera, en medio de los peligros que nos rodeaban, me hizo concebir la idea de esta obra que hice con todo el entusiasmo de la juventud y de la poesía. Me ocupó durante casi un año» («La tragédie lyrique de Sapho a été mon premier grand ouvrage; je l’ai faite dans les moments les plus désastreux de la terreur. Le besoin que l’on éprouvait alors de se chercher de fortes distractions, et de s’isoler, en quelque sorte, au milieu des dangers dont on était environné, me fit naître l’idée de cet ouvrage que je fis avec tout l’enthousiasme de la jeunesse et de la poésie. Il m’occupa pendant près d’un an») (Salm, 1842, Tomo I: XIIJ).

30.«Constance Pipelet fit représenter, sur le théâtre de la rue de Louvois, sa Sapho, tragédie lyrique en trois actes et en vers, dont le célèbre Martini avait composé la musique. Cet opéra obtint un immense succès, et cent représentations ne suffirent point pour contenter le public toujours avide de venir entendre une poésie riche de sentiments, de fortes et touchantes expressions, et une musique toujours appropriée aux situations vives et saisissantes de la vie de Sapho» (Tisseron, 1845: 5-6).

31.También conocido como Jean-Michel Sedaine (1719-1797), sucedió a Watelet en la Academia Francesa, el 27 de abril de 1786. Cf. Quérad: «arquitecto y literato, miembro y posteriormente secretario a perpetuidad de la Real Academia de arquitectura de París (…); nacido el 4 de junio de 1719 en París, donde murió, el 17 de mayo de 1797» («architecte et littérateur, membre et ensuite secrétaire perpétuel de l’Académie royale d’architecture de Paris (…); né le 4 juin 1719 à Paris, où il est mort, le 17 mai 1797») (Quérard, 1838, Tomo IX: 9).

Por lo que respecta a su producción literaria, Sedaine compuso numerosos dramas, tragedias líricas y óperas cómicas. En este contexto, Quérard recoge la siguiente cita sobre él: «Sedaine, ha dicho Chénier, no sabía escribir, pero sabía pintar: presentó sobre la escena lírica cuadros variados y numerosos» («Sedaine, a dit Chénier, ne savait pas écrire, mais il savait peindre: il a présenté sur la scène lyrique des tableaux variés et nombreux») (Quérard, 1838, Tomo IX: 11).

32.Se trata de Edme Mentelle (1730-1815), autor de numerosos atlas, mapas, diccionarios de geografía, así como Cursos de cosmografía e historia: «geógrafo, primero profesor de historia y geografía en la Escuela real militar, después en las escuelas centrales del departamento del Sena, (…) miembro de la Academia de las ciencias y las bellas letras de Rouen, del Instituto, presidente de la Sociedad de estadística de París; nacido en París, el 13 de octubre de 1730, y muerto en la misma ciudad, el 28 de diciembre de 1815» («géographe, d’abord professeur d’histoire et de géographie à l’École roy. militaire, ensuite aux écoles centrales du département de la Seine, (…) membre de l’Académie des sciences et belles-lettres de Rouen, de l’Institut, président de la Société de statistique de Paris; né à Paris, le 13 octobre 1730, mort dans le même ville, le 28 décembre 1815») (Quérard, 1834, Tomo VI: 46).

Según Quérard, la obra de Mentelle de mayor utilidad es una selección de lecturas geográficas e históricas para facilitar el estudio de la geografía de Asia, África y América, selección que va precedida de un compendio de geografía con mapas: «De todas las obras de Mentelle es la que ha conservado mayor utilidad: encontramos en ella buenos extractos de los viajeros más recientes, presentados por orden geográfico, con mapas bastante buenos y un número bastante considerable de detalles completamente nuevos, sacados de viajes inéditos» («C’est de tous les ouvrages de Mentelle, celui qui a conservé le plus d’utilité: on y trouve de bons extraits des voyageurs les plus récents, rangés par ordre géographique, avec d’assez bonnes cartes, et un nombre assez considérable de détails tout-à-fait neufs, tirés de voyages inédits») (Quérard, 1834, Tomo VI: 47).

33.«En 1795, Sedaine et Mentelle firent recevoir Mme Pipelet comme membre du Lycée des Arts, réunion aujourd’hui connue sous le nom d’Athénée des Arts. Aucune femme n’avait jusqu’alors fait partie de cette société savante et littéraire, qui s’était formée avant la réorganisation de l’Institut, et qui se composait d’un assez grand nombre d’anciens académiciens» (Barbier, 1847: 4).

34.«Ce Lycée se composait de savants, de gens de lettres, d’artistes plus ou moins distingués, et principalement d’un grand nombre d’académiciens, pour lesquels il était devenu un nouveau point de ralliement après la dissolution des académies, qui avait eu lieu au commencement de la révolution. (…) Ce fut ce dernier [Sedaine] qui fit le rapport d’après lequel j’y fus reçue ; ce qui, jusque-là, n’avait eu lieu pour aucune femme» (Salm, 1842, Tomo II: 302).

35.«Ce fut en 1791, et par les soins et le zèle infatigable de M. Désaudray, ancien militaire et homme de lettres, que se forma cette société. Ses fondateurs sont (…) M. Désaudray, Mentelle, Sedaine et La Lande (…). Tous les hommes célèbres de l’époque ont aussi été successivement membres du Lycée des Arts» (Salm, 1842, Tomo II: 303-304).

36.«Fixée à Paris par cette union, Madame Pipelet de Leury vit bientôt accourir dans ses salons, attirées par l’attrait de son esprit et l’éclat de sa beauté, toutes les notabilités artistiques et littéraires qui se trouvaient dans la capitale de la France» (Tisseron, 1845: 5).

37.«C’est dans ce moment que sa gloire littéraire s’éleva à son apogée: plusieurs Académies l’appelèrent dans leur sein; les hommes les plus considérables de l’époque se faisaient un honneur d’être ses appuis; elle ne demandait aucune distinction et les obtenait toutes. Son salon devint le rendez-vous, non-seulement des hommes distingués par les lettres et les sciences, mais encore de toutes les sommités étrangères que la gloire de la France appelait dans les murs de Paris. Tous voulaient voir cette femme, accueillie avec enthousiasme partout où elle portait l’éclat de son talent» (Comte, 1857: 10-11).

38.Cf. Tisseron: «En su retiro, la mujer que Chenier apodara la Musa de la razón, y algún otro poeta el Boileau de las mujeres, se ocupó con ardor de un trabajo que por sí solo podía asegurar su reputación» («Dans sa retraite, la femme surnommée par Chénier la Muse de la raison, et par un autre poète le Boileau des femmes, s’occupa avec ardeur d’un travail qui à lui seul pouvait assurer sa renommée») (Tisseron, 1845: 5).

39.«(…) que les littérateurs du commencement de ce siècle ont surnommée le “Boileau des femmes”» (Quérard, 1836, Tomo VIII: 414).

40.Se trata de Nicolas Boileau-Despréaux (1636-1711): «poeta, miembro de la Academia francesa; nacido cerca de París, el 1 de noviembre de 1636, y muerto el 13 de marzo de 1711» («poète, membre de l’Académie française; né près de Paris, le Ier noviembre 1636, mort le 13 mars 1711») (Quérard, 1827, Tomo I: 373). Boileau había compuesto una sátira en la que atacaba de forma virulenta a las mujeres, tal y como hiciera Juvenal, al que imita explícitamente.

Juvenal, por su parte, es un poeta latino nacido en torno al año 65 de nuestra era y muerto alrededor del año 140. Compuso dieciséis sátiras, la última de ellas inacabada, que aparecieron en cinco libros entre el año 110 y el 130. El éxito póstumo de estas sátiras se pone de manifiesto en los autores que, como Boileau, se inspiraron en ellas a posteriori. En sus sátiras Juvenal no sigue una línea política determinada, sino que ataca con idéntica mordacidad tanto a la aristocracia como a la plebe. Cf. el prefacio de Alain Golomb (Juvénal, 1990: 7-20).

41.Comoquiera que Constance de Salm nunca publicó esta obra y que sólo alude a ella en un intento de devolverle el prestigio literario que a su juicio merecía y que el público le había denegado, no conoceríamos el argumento de la misma de no haber sido por Duverger, que tuvo el acierto de condensarlo en El biógrafo universal (Le biographe universel) en los siguientes términos: «Esta obra encerraba situaciones nuevas y fuertes (…). Se trataba de una joven extraviada por vivas pasiones, pero en cuya alma el amor puro de un joven reanima los sentimientos del honor y del deber que la habían abandonado. Cediendo a este nuevo impulso, por un momento la joven trata de romper con un pasado que le pesa, pero pronto, presa de remordimientos ante la idea de engañar al hombre que la ama, renuncia a aceptar la esperanza de un futuro mejor. Confiesa todas sus faltas a su enamorado, todos los errores de su vida pasada, y reuniendo todas sus fuerzas le dirige un adiós eterno…Había en esta peripecia el suficiente verdadero dolor dramático para garantizar a la obra un bello éxito; pero comoquiera que el tema no pareció convenir en absoluto al Teatro Francés, dedicado todavía a formas rutinarias y por entonces en plena decadencia, la autora retiró su obra tras la primera representación y, dolida, quizá en exceso, ante algunas críticas injustas, ni siquiera la publicó en la recopilación de sus obras» («Cette pièce renfermait des situations neuves et fortes (…). Il s’agissait d’une jeune fille égarée par des passions vives, mais dans l’âme de laquelle l’amour pur d’un jeune homme ranime les sentimens [sic] de l’honneur et du devoir qui l’avaient abandonnée. –Cédant à ce nouvel entraînement, un moment, la jeune fille tente de rompre avec un passé qui lui pèse, mais, bientôt saisie de remords à la pensée de tromper l’homme dont elle est aimée, elle renonce à accepter l’espérance d’un avenir meilleur. Elle avoue à son amant toutes les fautes, tous les égaremens [sic] de sa vie passée, puis rassemblant toutes ses forces, elle lui adresse un éternel adieu…Il y avait dans cette péripétie assez de véritable douleur dramatique pour assurer à la pièce un beau succès; mais le sujet n’ayant point paru convenir au Théâtre-Français, voué encore à des formes routinières et alors en pleine décadence, l’auteur retira sa pièce après la première représentation, et, blessé, trop vivement, peut-être, de quelques critiques injustes, ne la publia même pas dans le recueil de ses Œuvres») (Duverger, 1842, Vol. III, Tomo II: 210-11).

42.«También debemos a la señora de Salm un drama en cinco actos y en verso, representado (…) en 1800, bajo el título de Camille, o Amistad e imprudencia, y sacado de la novela de Samuel Constant, intitulada: ‘Camille, o Cartas de dos muchachas de este siglo’. Comoquiera que el tema de la obra, a pesar de su finalidad moral, pareciera demasiado osado para la escena, que no era entonces lo que es hoy, la autora la retiró tras la primera representación, lo que anunció en una carta publicada en el Diario de París, el 7 de marzo de 1800» («On doit encore à madame de Salm un drame en cinq actes et en vers, joué (…) en 1800, sous le titre de Camille, ou Amitié et imprudence, et tiré du roman de Samuel Constant, intitulé: ‘Camille, ou Lettres de deux filles de ce siècle’. Le sujet de cette pièce, malgré son but moral, ayant paru trop hardi pour la scène, qui n’était pas alors ce qu’elle est aujourd’hui, l’auteur la retira après la première représentation, ce qu’elle annonça par une lettre insérée dans le Journal de Paris, du 7 mars 1800») (Quérard, 1836, Tomo VIII: 417).

43.«Esta obra, a pesar del mérito del estilo y el interés de las situaciones, habiendo provocado severas críticas, fue retirada del teatro antes de la segunda representación. Encontramos en el Diario de París del 7 de marzo de 1800 una carta muy digna que escribió [Madame Constance Pipelet] al respecto» («Cette pièce, malgré le mérite du style et l’intérêt des situations, ayant provoqué des critiques sevères, fut retirée du théâtre avant la seconde représentation. On trouve dans le Journal de Paris du 7 mars 1800 une lettre fort digne qu’elle écrivit à ce sujet») (Michaud, 1843, Tomo 37: 527).

44.«Je ne dirai que quelques mots d’un drame en cinq actes, intitulé Camille, ou Amitié et imprudence, que je fis peu après, et qui fut représenté en 1799. Le dénoûment tragique de ce drame, qui était alors une chose toute nouvelle, et surtout à la Comédie française, ayant nui à l’effet qu’il devait produire, je pris à l’instant la résolution de le retirer du théâtre, ce que j’annonçai le lendemain, par une lettre qui parut dans les journaux. La plupart firent sur cet ouvrage des articles fort honorables, et l’on m’a souvent pressée depuis de le faire reparaître; mais je m’y suis constamment refusée, l’accueil que le public faisait à mes épîtres m’ayant décidée à me vouer à ce genre de poésie, qui me parut plus favorable encore à la renommée qu’un ouvrage de théâtre» (Salm, 1842, Tomo I: XIV-XV).

45.«Ce drame en cinq actes et en vers, fut donné au Théâtre-Français (en 1799), mais des critiques injustes déterminèrent l’auteur à le retirer à l’instant du théâtre, quoique la seconde représentation en fût déjà annoncée» (Tisseron, 1845: 8)

46.«Je vous ai dit qu’on allait jouer une pièce de moi au théâtre français (…). Je crains et je désire également ce moment, car telle peine que l’on ait prise après un ouvrage, il faut tant de choses et de circonstances pour plaire au public, qu’une pareille tentative est de plus au moins un billet à la loterie. Je dois croire que je gagnerai mon procès mais je puis penser que je le perdrai, et philosophiquement je me résigne d’avance, et quoiqu’une chute fût un coup violent pour moi, je tâche d’y accoutumer mes idées d’autant que j’ai des ennemis comme si j’avais un grand talent» (Pallot-Raguet, 2008: 212).

47.«Je ne conçois pas bien que le public qui avait reçu le deuxième acte avec transport et une grande partie du troisième, ait montré tant de mauvaises intentions pour les deux derniers; il y avait une cabale très sûrement; si mon ouvrage eût été constamment bon, elle eût été sans effet; elle a trouvé des endroits médiocres, elle en a profité avec un acharnement qui gagne facilement la masse (…)» (Pallot-Raguet, 2008: 213).

48.«La seule chose qui ait véritablement troublé ma philosophie, c’est la méchanceté de plusieurs journalistes qui ont profité et abusé de la circonstance avec une grossièreté incroyable» (Pallot-Raguet, 2008: 213).

49.Según señala Quérard, esta obra de Constance de Salm nunca se llegó a imprimir, a pesar de que algunas fuentes afirman lo contrario: «Cet ouvrage n’a point été imprimé, quoi qu’en dise la Biographie universelle et portative des contemporains» (Quérard, 1836, Tomo VIII: 417).

50.«(…) je voulais d’abord la faire imprimer aussi, mais j’ai changé d’avis, par la suite je pourrai y faire des changements et la laisser reparaître; je suis encore assez jeune pour attendre jusque-là» (Pallot-Raguet, 2008: 214).

51.«Être une femme-poète, une Muse, et s’appeler Madame Pipelet! C’était là une de ces situations de la vie dans lesquelles l’étude elle-même est impuissante à donner le bonheur. Mme Pipelet le comprit, demanda le divorce et se remaria, en 1802, avec le prince de Salm-Dyck» (Biré, 1895: 279).

52.Es el nombre con el que se conoce a Marie-Joseph Sue (1804-1857), autor del célebre El judío errante (Le juif errant) y de Los misterios de París (Les mystères de Paris), obras por entregas que alcanzarían un sonado éxito en su tiempo.

53.Con todo, comoquiera que los padres de Eugène Sue eran conocidos de los Pipelet, es posible que la idea de otorgar este apellido al matrimonio de porteros de su obra tenga su origen en esta relación de amistad. Sin embargo, resulta demasiado aventurado afirmar que el origen de esta acepción del término «pipelette» se hubiera forjado en la propia figura de Constance.

54.Uno de los biógrafos de Constance, Barbier, incluye una extensa nota que se remonta a los orígenes de la familia Salm-Dyck, para terminar centrándose en el entonces jefe de la casa, Joseph de Salm-Dyck, esposo de Constance: «El actual jefe de esta casa, el príncipe de Salm-Reifferscheid-Dyck (Joseph-François-Marie-Antoine-Hubert), esposo de la princesa de Salm, nacido en 1773, fue sucesivamente en Francia miembro del cuerpo legislativo, canciller de la 4ª cohorte de la Legión de Honor, conde del Imperio. (…) El príncipe de Salm, que también se ha dedicado al estudio de las ciencias, es miembro de varias sociedades eruditas» («Le chef actuel de cette maison, le prince de Salm-Reifferscheid-Dyck (Joseph-François-Marie-Antoine-Hubert), mari de la princesse de Salm, né en 1773, fut successivement, en France, membre du Corps-Législatif, chancelier de la 4e cohorte de la Légion-d’Honneur, comte de l’empire. (…) M. le prince de Salm, qui s’est aussi livré à l’étude des sciences, est membre de plusieurs sociétés savantes») (Barbier, 1847: 5).

55.«En 1802, madame Pipelet de Leury, dont le talent et la réputation s’augmentaient chaque jour, épousa en seconde noces M. de Salm-Dyck, ancien comte d’Empire, dont les possessions, situées sur les bords du Rhin, venaient d’être réunies à la France» (Tisseron, 1845: 8).

56.Se trata de Millin de Grand-Maison, también conocido como Eleuthérophile Millin durante la época del terror, y más tarde como Aubin-Louis Millin (1759-1818): «primero naturalista, más tarde anticuario, conservador del Museo de antigüedades en la Biblioteca Nacional, profesor de arqueología, antiguo profesor de historia en las escuelas centrales de París y profesor de física en el Liceo de las Artes en París; (…) nacido en París, el 19 de julio de 1759, y muerto en la misma ciudad, el 14 de agosto de 1818» («d’abord naturaliste, plus tard antiquaire, conservateur du Muséum des antiques à la Bibliothèque nationale, professeur d’archéologie, anc. professeur d’histoire aux écoles centrales de Paris et professeur de physique au Lycée des arts à Paris; (…) né à Paris, le 19 juillet 1759, mort dans la même ville, le 14 août 1818») (Quérard, 1834, Tomo VI: 135-136).

57.«Accueillie dans les salons les plus brillants de la capitale, ce fut dans celui de M. Millin, à la fin du siècle dernier [XVIII], qu’elle connut le prince de Salm Dick» (Baron de L., 1844: 163).

Aunque la fecha de publicación de esta colección del Diario de los Artistas y Boletín del amigo de las artes (Journal des Artistes et Bulletin de l’ami des arts) es 1844, se incluye en esta publicación el «Salón de 1845», donde la necrológica de la princesa Constance de Salm-Dyck (cuya muerte tuvo lugar el 13 de abril de 1845) aparece en la entrega 19ª (19e livraison) de 4 de mayo de 1845: «Hemos perdido recientemente a la Sra. princesa Constance de Salm-Dick, una de nuestras glorias literarias» («Nous avons récemment perdu Mme la princesse Constance de Salm-Dick, l’une de nos gloires littéraires») (Baron de L., 1844: 163).

58.«A este sabio botánico le debemos varias obras muy estimadas sobre las plantas grasas, de las que posee en su célebre jardín de Dyck colecciones admirables y muy valiosas, descritas por el propio príncipe de Salm en volúmenes in-8º publicados bajo el título de Cactae in horto Dyckensi cultae, y en su Monographia generum aloes et mesembryanthemi, iconibus illustrata, Dusseldorf, 1835 y años siguientes» («On doit à ce savant botaniste plusieurs ouvrages très-estimés sur les plantes grasses, dont il possède, dans son célèbre jardin de Dyck, d’admirables et très-précieuses collections, décrites par le prince de Salm lui-même, dans des volumes in-8º publiés sous le titre de Cactae in horto Dyckensi cultae, et dans sa Monographia generum aloes et mesembryanthemi, iconibus illustrata, Dusseldorf, 1835 et années suivantes») (Barbier, 1847: 5).

59.«Le représentant d’une illustre famille, devenue en quelque sorte française par d’éclatants services rendus à notre pays, donna son nom à la femme célèbre qui devait le porter si noblement; le prince de Salm Dyck, ami des lettres, cultivant les sciences avec distinction, trouva ainsi le bonheur dans une douce similitude de goûts, d’études et de penchants. Cette union rapprochait deux sortes de grandeur, se prêtant un mutuel appui (…)» (Pongerville, 1845, n.º 5: 223).

60.«Le Prince avait une instruction profonde et variée, un esprit charmant, une grâce parfaite, pour faire pardonner sa haute naissance à ceux qui n’avaient pour fortune que leur talent et leur mérite; ces qualités aimables et réciproques rapprochèrent ces deux êtres (…) qui, réunis, paraissaient nés l’un pour l’autre. Cette union que l’on peut nommer assortie donna pendant plus de quarante ans l’exemple d’un bonheur réel et complet» (Comte, 1857: 11).

61.«Jamais femme ne fut plus aimée, jamais mariage basé sur l’amour ne fut plus heureux. Cette union tendre et sainte n’eut pas un jour d’orage, et elle a duré plus de quarante-trois ans!» (Waldor, 1845).

62.«Su nueva y brillante posición no cambió nada en sus hábitos literarios, ni en sus opiniones; le hizo vivir sucesivamente en Dyck, Aix-la-Chappelle y París» («Sa nouvelle et brillante position ne changea rien à ses habitudes littéraires, ni à ses opinions; elle lui fit habiter successivement Dyck, Aix-la-Chappelle et Paris») (Barbier, 1847: 5).

Cf. asimismo Tisseron: «La nueva y brillante posición en la que se encontró la señora de Salm no debilitó su ardor literario» («La nouvelle et brillante position dans laquelle se trouva madame de Salm, n’affaiblit pas son ardeur littéraire») (Tisseron, 1845: 9).

63.En relación a esta novela epistolar de Constance de Salm, remitimos a nuestro artículo «Recepción de Vingt-quatre heures d’une femme sensible: sus reediciones, adaptaciones y traducciones» donde abordamos su estudio, así como el de su recepción (Romera, 2014: 201-216). Por lo demás, sólo dejamos aquí constancia de que el título en español de esta obra se ha traducido como Veinticuatro horas en la vida de una mujer sensible, en la versión de Isabel Lacruz de 2011.

64.Cf. <http://leperelachaise.canalblog.com/archives/2013/05/18/27186623.html>: «En los años posteriores a su matrimonio, Constance y Joseph de Salm dividieron su tiempo entre la propiedad de Dyck, convertida en cita de sabios y literatos atraídos por la buena acogida y la amabilidad de los dueños del castillo, Aix-la-Chapelle, donde la familia Salm-Dyck posee una residencia, y París, donde el conde tenía un piso en el número 1 de la calle nueva de los Mathurins, por entonces un edificio que hacía esquina con la calle Chaussée D’Antin, derribado con motivo de la construcción de la Ópera Garnier en 1861. Constance poseía su piso en el número 3 bis de la calle Richer. Allí mantenía a menudo reuniones amistosas con gentes de letras, científicos, artistas y personas de calidad» («Dans les années suivant leur mariage Constance et Joseph de Salm partagèrent leur temps entre le domaine de Dyck devenu le rendez-vous de savants et littérateurs attirés par le bon accueil et l’amabilité des châtelains, Aix-la-Chapelle où la famille Salm-Dyck possède une résidence et Paris où le comte avait un appartement au 1 rue neuve des Mathurins, à l’époque immeuble d’angle avec la rue de la Chaussée D’Antin, démoli lors de la construction de l’Opéra Garnier en 1861. Constance possédait son appartement du 3 bis rue Richer. Elle y tenait souvent des réunions amicales de gens de lettres, scientifiques, artistes et personnes de qualité»).

65.«Le salon de la comtesse trouva vers 1809 une localité digne de son éclat intellectuel, au 87 (aujourd’hui 97), rue du Bac dans l’ancien hôtel de Ségur où, jusqu’en 1824, elle reçut tout l’hiver ses amis» (Schopp, 2007: 168).

66.«Venez, amis, venez; je vous engage / À ranimer mes foyers désertés / (…) Et rendez-moi, par vos doubles visites, / Tous les moments que j’ai perdus sans vous» (Salm, 1842, Tomo II: 215).

67.Hemos destacado en cursiva, en nuestra traducción, los dos versos que Constance reproduce bajo el grabado que abre el segundo volumen de sus Obras completas: «Je pars, je vais revoir les rives de la Seine, / Ces lieux si beaux que vous habitez tous; / Avec l’aimable époux qui me charme et m’enchaîne, / Et ma jeune Clémence, à l’œil modeste et doux. / Je pars, je vais enfin revenir parmi vous. / Je vais revoir, dans mes douces soirées, / Le poëte, l’ami, l’artiste, le savant. / Déjà, dans un tableau riant, / S’offrent à mes regards ces voluptés sacrées (…)» (Salm, 1842, Tomo II: 211-212)

68.«(…) mes vers À mes amis, dans lesquels je me suis plu à rappeler les noms de ceux qui, lorsque j’ai fait cette pièce, composaient ma société, et qui sont aujourd’hui presque tous disparus» (Salm, 1842, Tomo I: XVJ).

69.Cf. <http://leperelachaise.canalblog.com/archives/2013/05/18/27186623.html>: «La invitaban, a su vez, a los salones de las Tuileries y a la corte imperial. Su talento real y sus ideas complacían a Napoleón, que le dirigió regularmente valiosos elogios, al contrario de lo que hizo con Germaine de Staël. Bien es verdad que Constance no era la hija intrigante de Necker. No había pretendido nunca desarrollar ningún tipo de actividad política, ni había intentado establecer redes de influencia política» («Elle était, en retour, conviée dans les salons des Tuileries et à la cour impériale. Son talent réel et ses idées plaisaient à Napoléon qui lui adressa régulièrement des éloges précieux, contrairement à ce qu’il fit avec Germaine de Staël. Il est vrai que Constance n’était pas la fille grenouillante de Necker, n’a jamais prétendu développer une quelconque activité politicienne, ni tenté d’entretenir des réseaux d’influence politique»).

70.Esta carta se encuentra recogida en la edición de la correspondencia de Constancia de Salm llevada a cabo por Pallot-Raguet: «El chambelán de servicio, siguiendo las órdenes de su Majestad el Emperador, tiene el honor de avisar a la Señora de Salm-Dyck que se la admite a tener el honor de ser presentada a Su Majestad el domingo 9 de marzo a las 5 horas de la tarde» («Le Chambellan de service d’après les ordres de Sa Majesté l’Empereur, a l’honneur de prévenir Madame de Salm-Dyck qu’elle sera admise à l’honneur d’être présentée à Sa Majesté l’Empereur dimanche 9 mars à 5 heures du soir») (Pallot-Raguet, 2008: 283).

71.Cf. la correspondencia de Constance de Salm, en particular las cartas fechadas en 1811 que le dirige Pauline donde le asegura su amistad y donde se percibe una relación social y personal entre ambas: «Señora Condesa, será siempre un gran placer poder veros y aseguraros mi cariño» («Madame la Comtesse, j’aurai toujours grand plaisir à vous voir et à vous assurer de mon attachement») (Pallot-Raguet, 2008: 676); «Estoy encantada de que regreséis pronto. Me alegrará volver a nuestras pequeñas veladas tranquilas y a nuestras conversaciones, que hacíais tan amables» («Je suis bien charmée que vous reveniez bientôt. Je retournerai avec joie à nos petites soirées tranquilles et nos conversations que vous rendiez si aimables») (Pallot-Raguet, 2008: 680). Cf. asimismo la nota de Pallot-Raguet a la primera carta (Pallot-Raguet, 2008: 676).

72.Cf. a título ilustrativo la carta de 15 de abril de 1811, dirigida por Constance a Barbier, así como la de Barbier dirigida a Amalric, fechada el 20 de abril de 1811, que se ocupan del tema (presentar al emperador un volumen de poesías de la condesa): «Mi querido Amalric, si la Señora de Salm se encuentra aún en París, os ruego que le anunciéis que Su Majestad examinó ayer su volumen de poesías con particular atención» («Mon cher Amalric, si Madame de Salm est encore à Paris, je vous prie de lui annoncer que Sa Majesté a examiné hier son volume de poésies avec une attention particulière») (Pallot-Raguet, 2008: 701).

73.La correspondencia de Madame de Rémusat fue publicada por su nieto Paul de Rémusat en 1881. Las cartas de Madame de Rémusat contenidas en el volumen II datan de 1804 a 1814.

74.«Pendant que nous étions à la comédie, nous avons perdu la présentation de madame de Salm (Pipelet) chez la reine; elle leur a apporté un album en deux volumes, plein de vers de Lemercier, Lalande et compagnie. Elle a débité les siens, elle s’était installée dans le fauteuil de la reine, et lui étalait toutes ses richesses. (…) M. Frizell nous a fort bien conté cette soirée» (Rémusat, 1881, Tomo II: 415).

75.En relación al álbum de Constance, señala Barbier en su Noticia biográfica lo siguiente: «Existe, en la biblioteca del castillo de Dyck, un precioso y muy interesante recuerdo de las amistades y relaciones del príncipe y la princesa de Salm; se trata de un Álbum en varios volúmenes, en el que están inscritos, a menudo con autógrafos bastante largos, o con dibujos, buen número de nombres ilustres de la ciencia, las letras y las artes» («Il existe, dans la bibliothèque du château de Dyck, un précieux et très-intéressant souvenir des amitiés et des relations du prince et de la princesse de Salm; c’est un Album en plusieurs volumes, sur lequel sont inscrits, souvent avec d’assez longs autographes, ou avec des dessins, bien des noms illustres dans la science, dans les lettres, et dans les arts») (Barbier, 1847: 7).

76.Es el caso de la carta que le dirige Lantier el 25 de septiembre de 1808: «Vuestra gracia tendría la bondad de enviarme su álbum; transcribiré en él mis fruslerías y se las enviaré enseguida» («Votre grâce veut-elle avoir la bonté de m’envoyer son album, j’y transcrirai mes fariboles, et je les lui renverrai tout de suite») (Pallot-Raguet, 2008: 454).

77.«Vous ne serez pas, sans doute, moins galant que tous les autres. Peut-être même le serez-vous plus, car je m’attends à vous voir enrichir mon album de quelques vers très jolis, soit que vous les citiez, soit que vous les fassiez, ce qui vaudrait bien mieux» (Pallot-Raguet, 2008: 497).

78.«Fils de Bellone et d’Apollon, / Sur l’Album que je vous adresse, / Inscrivez du moins votre nom. / Vous m’en avez fait la promesse, / Et je vous le dit [sic] sans façon, / Jamais homme ne m’a dit non. / Allons, mettez-vous à l’ouvrage, / Choisissez l’endroit et la page (…)» (Pallot-Raguet, 2008: 497).

79.«Vous êtes donc bien fâchée que l’éternelle, mais non pas immortelle Farnée (ou Fanée, suivant la prononciation anglaise) Beauharnais ait pris son vol vers la voûte azurée sans s’être inscrite sur votre album» (Pallot-Raguet, 2008: 289).

80.«Ce billet a été écrit par Luce de Lancival à M. Ponce qui l’avait prié de ma part de s’inscrire sur mon album; il était alors mourant: je lui ai envoyé l’album peu après, mais il n’existait plus» (Pallot-Raguet, 2008: 485).

81.«L’amitié, la nature, et la reconnaissance, / Ont gravé plus d’un nom sur l’album de Constance. / Et chacun (cet orgueil aisément se conçoit), / Vante l’honneur qu’il en reçoit» (Pallot-Raguet, 2008: 485).

82.«Venez, amis, je vous appelle, / Sur mon Album inscrivez-vous: / D’une gloire toujours nouvelle / Qu’il devienne un titre pour nous! / Dans un excès de modestie, / Gardez-vous bien, je vous en prie, / De m’affliger par un refus; (…) / Ah! puissent ces feuilles légères / (…) Charmer nos neveux attendris, / Et pour augmenter notre gloire, / Porter au temple de mémoire / Nos noms sans cesse réunis!» (Salm, 1842, Tomo II: 225-227).

83.«Savez-vous qu’au bout du compte, c’est une charmante invention que cet album? Assez heureux pour vous accompagner, il vous retrace au moins les noms, et quelques pensées de vos fidèles amis. (…) Je désire bien le revoir cet album, et c’est surtout, Madame, parce que je sais qu’il ne vous quitte pas» (Pallot-Raguet, 2008: 493).

84.«Vers 1816, le roi de Prusse conféra au chef de cette maison [Joseph de Salm-Dyck] le titre de prince, et un vote héréditaire aux États de la province du Rhin parmi les ci-devant États immédiats de l’empire germanique» (Barbier, 1847: 5).

85.«C’est à cette époque que le salon de la Princesse de Salm devint le plus brillant de Paris, le plus distingué par les dignitaires qui s’y pressaient; sous de riches lambris décorés avec le goût d’une femme qui ne dédaignait aucun moyen de prouver sa supériorité» (Comte, 1857: 12).

86.«On y voyait Lalande et Mentelle se perdre dans l’avenir des mondes, tandis que Humboldt et Jussieu devinaient, à leur manière, les secrets de la nature. Alexandre Duval, galant avec les jeunes femmes et spirituel avec leurs mères, étudie dans cette société d’élite les caractères qu’il doit tracer dans ses ouvrages; puis, dans un groupe d’artistes, on voit Guérin, Vernet, Girodet, ce poète de la peinture, fatigué, le jour, de la nuit passée devant une toile qui ne satisfait jamais son génie; Isabey trouvant la Princesse trop belle pour l’envelopper de ses gazes légères; puis Talma, venant animer de sa voix sonore et puissante, de sa présence si désirée, ce salon où les grands seigneurs devenaient artistes, et les artistes grands seigneurs» (Comte, 1857: 12).

87.La reproducción del texto de la Gaceta oficial de Berlín, de 29 de julio de 1820, se recoge en la siguiente página web: <http://leperelachaise.canalblog.com/archives/2013/05/18/27186623.html>: «Un aide de camp du prince de Salm-Dyck, nommé Althof, âgé de vingt-sept ans, avait reçu l’ordre de quitter le service du prince pour des propos inconvenants tenus envers la défunte qu’il avait poursuivie de ses assiduités devant témoins et à laquelle il avait réclamé de l’argent. Sans parvenir à ses fins. Le 14 juin, sous prétexte de maladie, il refusa d’assister aux exercices de la Landwehr. Alléguant qu’il voulait prendre congé de la famille du prince, il se fit conduire par une dame de compagnie jusqu’à l’appartement de la baronne de Francq, fille de la princesse de Salm-Dyck, veuve d’un officier d’état-major français (…), mère de trois jeunes enfants dont elle prenait grand soin et une personne de mœurs irréprochables. La dame de compagnie témoin de la scène du meurtre rapporte qu’Althof lui reprocha dès son entrée d’être la cause de son renvoi tandis qu’elle aurait pu faire son bonheur par un seul mot (sic). La baronne lui reprocha de tenir pareil langage, lui dit qu’elle n’avait pas d’argent, trois enfants à élever et qu’il ne saurait être question de mariage. Althof sortit alors un pistolet de sa poche, visa la tête de la baronne qui s’écroula dans les bras de sa dame de compagnie. L’assassin se tira immédiatement une balle dans la bouche.»

88.«Le spectacle de la mort de ceux qu’on aime est au-dessus des forces humaines» (Salm, 1846: 62).

89.«Ce poème historique peut être regardé comme les mémoires moraux de l’auteur; c’est le tableau fidèle d’une vie consacrée à l’étude, à l’amour du bien, de la justice et de la vérité» (Barbier, 1847: 6).

90.«Ces souvenirs, que j’aurais pu appeler mes mémoires moraux, sont enfin un tableau fidèle de ce que j’ai vu, de ce que j’ai pensé, de ce qui pendant plus de quarante ans a occupé ou agité mes esprits. Celui qui les aura lus m’aura vue vivre» (Salm, 1833: II).

91.Constance alude a estas notas, incorporadas en sus Obras completas, en el Prólogo: «las notas que he añadido a las [obras] que son más importantes interesarán, creo, al lector, no sólo porque he entrado en mucho detalle sobre varios sabios, autores y artistas célebres, sino también porque el tiempo en que escribí la mayoría de mis obras queda ya lejos de nosotros, por lo que estas notas, en las que he tenido ocasión de recordar un gran número de circunstancias literarias, anécdotas incluso, ignoradas o casi olvidadas a día de hoy, podrán ofrecer una idea justa de lo que era entonces el espíritu de la literatura» («les notes que j’ai ajoutées à ceux qui sont les plus importants [de mes ouvrages], intéresseront, je crois, le lecteur, non-seulement parce que je suis entrée dans beaucoup de détails sur plusieurs savants, auteurs et artistes célèbres, mais parce que le temps où j’ai fait la plupart de mes ouvrages étant déjà fort loin de nous, ces notes, dans lesquelles j’ai eu occasion de rappeler un grand nombre de circonstances littéraires, d’anecdotes même, ignorées ou presque oubliées aujourd’hui, pourront donner une idée juste de ce qu’était alors l’esprit de la littérature») (Salm, 1842, Tomo I: XXIII-XXIV).

92.«Arrivée à l’âge où on éprouve le besoin de recueillir le fruit de ses travaux, je publie enfin mes œuvres, non-seulement pour faire moi-même le choix de ce qui doit en faire partie, mais pour laisser après moi ce souvenir de ma longue carrière littéraire. (…) J’ai senti la nécessité de rappeler les temps où je les ai faits, les circonstances qui s’y rattachent, et quelquefois même le jugement que le public en a porté» (Salm, 1842, Tomo I: I-IJ).

93.Esta selección atañe fundamentalmente a los poemas reunidos bajo el título de Poesías diversas (Poésies diverses). Constance alude a las razones que la han empujado a llevar dicha selección en el Prólogo de sus Obras completas: «Mis poesías diversas, aun cuando sean bastante numerosas, sólo constituyen una parte de las que he escrito a lo largo de mi carrera. Hoy en día se le concede tan poca importancia a este tipo de poesía que me ha parecido que debía emplear cierta severidad en la elección que debía hacer de estas pequeñas obras» («Mes poésies diverses, quoiqu’elles soient en assez grand nombre, ne sont cependant qu’une partie de celles que j’ai faites dans le cours de ma carrière. On attache aujourd’hui si peu d’importance à ce genre de poésie que j’ai cru devoir mettre quelque sévérité dans le choix que j’avais à faire de ces petits ouvrages») (Salm, 1842, Tomo I: XV).

Pero será en la nota explicativa a sus Poesías diversas, donde detallará aquellas composiciones que ha decidido dejar al margen en la edición de sus Obras completas: «Recordaré aquí los títulos de algunas pequeñas composiciones que, como he dicho, no forman parte de estas poesías. (…) Tampoco se recoge aquí un número bastante elevado de canciones que he hecho» («Je rappellerai ici les titres de quelques petits ouvrages qui, comme je l’ai dit, ne font point partie de ces poésies. (…) On n’y trouvera pas non plus un assez grand nombre de chansons que j’ai faites (…)» (Salm, 1842, Tomo II: 299).

94.«La veille du jour où elle tomba malade (…) elle chantait encore d’une voix douce, agréable, et avec une méthode parfaite. C’était le lundi 7 avril (…). Elle fut d’une gaîté enchanteresse, récita une quantité de jolis vers de sa jeunesse, tous inédits, chanta, joua du piano avec une facilité, une agilité étonnantes. On était transporté. Le lendemain mardi 8 avril, au dernier diner auquel elle assista avec ses amis, la fièvre la prit; elle fut obligée de les quitter pour aller se mettre au lit, et le dimanche 13 avril, à une heure du matin, elle n’était plus» (Baron de L., 1844: 163).

95.«Jusqu’au dernier moment elle a conservé toute la force de son esprit, de son talent, et surtout l’ardent amour du travail qui fut le besoin de toute sa vie. Elle ne vivait en effet que pour l’étude, les siens et ses amis. C’est presque au milieu d’eux qu’elle est morte à Paris, après une maladie de trois jours, le 13 avril 1845, âgée de 78 ans (…)» (Barbier, 1847: 7).

96.Este poema se recoge en el segundo tomo de las Obras completas de Constance de Salm. En La Francia literaria (La France littéraire) de Quérard se indica la fecha de publicación de esta composición: «Estancias: Moriré como he vivido. París, tipogr. de F. Didot hnos. y Cía, 1837 (…). Estas estancias, posteriores a la publicación de la última edición de las poesías de la autora, publicadas en 1835, no forman parte de ellas: todos cuantos conocían a la princesa de Salm las han acogido con diligencia. En ellas pinta libremente y a grandes rasgos su carácter y sus opiniones. Son de alguna manera la profesión de fe de su autora» («Stances: Je mourrai comme j’ai vécu. Paris, typogr. de F. Didot fr. et Cie, 1837 (…). Ces stances postérieures à la publication de la dernière édition des poésies de l’auteur, publiées en 1835, n’en font point partie: elles ont été accueillies avec empressement par tous ceux qui connaissent la princesse de Salm, qui y peint librement, et à grands traits, son caractère et ses opinions, et dont elles sont, en quelque sorte, la profession de foi») (Quérard, 1836, Tomo VIII: 417).

97.«Tu le vois, ami, cette flamme / Qui m’enivrait dans mes beaux jours, / N’est pas éteinte dans mon âme; / Elle l’embrasera toujours. / Oui, je le sens, par les efforts de l’âge, / Par le temps, ce noble courage / En moi ne sera pas vaincu; / Je pourrai dire encore à mon heure dernière: / Je vois la fin de ma carrière, / Mais je meurs comme j’ai vécu!» (Salm, 1842, Tomo II: 291-292).

98.«La princesse Constance de Salm Dyck est morte à Paris dans la nuit du 13 avril, et sa mort a été si rapide, que l’on a peine à y croire. (…) Sa mort a été calme et pure comme sa vie; elle n’a presque rien souffert. C’est dans la nuit du mardi au mercredi, le 8 avril, que la fièvre l’a prise et qu’une fluxion de poitrine s’est déclarée. Le samedi matin, elle était en proie au délire (…). Le soir de ce même jour, debout au pied de son lit de mort, je demandais à Dieu de la sauver (…). Trois heures après cet adieu, la princesse de Salm expirait dans les bras de son petit-fils et d’un jeune secrétaire (…). Messieurs de Humbold, de Jussieu, de Pongerville (…) et un grand nombre de députés, d’artistes et d’hommes de lettres (…) ont suivi mardi 15 avril par une pluie battante le cercueil de la princesse de Salm, cercueil royal, convoi digne d’une reine, mais dont la magnificence, nulle pour les amis qui pleuraient, n’était admirée que par le peuple sortant en foule sur le seuil des portes. L’église Saint-Vincent de Paule [sic] avait déployé toutes ses pompes de deuil. (…) Le cercueil de la princesse de Salm a été conduit au Père-Lachaise. Plus de vingt voitures de deuil aux armes du prince se sont remplies d’hommes et de femmes (…)» (Waldor, 1845).

Constance de Salm y la modernidad de su discurso feminista

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