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INTRODUCCIÓN

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Desde el origen del orden social civilizado, la humanidad ha enfrentado todo un abanico de arduos desafíos y mortales amenazas: desde hambrunas y desastres naturales (inundaciones, terremotos, erupciones volcánicas y muchos otros) hasta sistemas de esclavitud y guerras. En la primera mitad del siglo XX, la humanidad vivió dos guerras mundiales y vio nacer el mayor régimen genocida de la historia. En la segunda mitad de esa centuria, vivimos bajo la amenaza de una aniquilación nuclear, que pendía sobre nosotros como la espada de Damocles.

En abril de 2020, mientras escribo estas páginas, nos enfrentamos a la pandemia global del COVID-19 y el colapso económico que la acompaña. Nadie sabe en este momento cuántas personas morirán como resultado de la pandemia. Tampoco podemos saber cuán grave será la recesión que seguirá. Todas las señales apuntan a una crisis de una gravedad similar a, por lo menos, la de la Gran Recesión de 2007-2009 y que quizás sea comparable a la Gran Depresión de la década de 1930.

No obstante, podemos afirmar con certeza que la humanidad enfrenta su mayor crisis existencial de la historia en relación con el cambio climático. Es decir, el dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero atrapados en la atmósfera como consecuencia, ante todo, de la quema de petróleo, carbón y gas natural para generar energía están provocando el aumento de las temperaturas medias en todas las regiones del mundo. Los efectos de un planeta más caliente comprenden un creciente número de episodios de olas de calor, precipitaciones intensas, sequías, el aumento del nivel del mar, la pérdida de biodiversidad y su correspondiente impacto sobre la salud, la calidad de vida, la seguridad alimentaria, el suministro de agua y la seguridad humana.

Mientras tanto, los negacionistas climáticos dominan fuertemente a la humanidad, en especial en Estados Unidos. Esto se debe, en parte, a la incesante propaganda de la industria del combustible fósil y las campañas de engaños llevadas a cabo durante décadas. También se relaciona con el inesperado triunfo de Donald Trump –negador en jefe del cambio climático–, quien, de alguna manera, consiguió su lugar en la Casa Blanca luego de vencer en las elecciones de noviembre de 2016 a su oponente, Hillary Clinton. El presidente Trump ha llegado al extremo de declarar que el calentamiento global es un “engaño” y retiró a Estados Unidos del Acuerdo Climático de París de 2015, ratificado por 195 países, entre ellos, Estados Unidos, durante la presidencia de Barack Obama.

De todos modos, no puede negarse la influencia que ejerce el miedo a lo desconocido y la potencial pérdida de puestos de trabajo sobre las personas que se resisten a la realidad del calentamiento global. Es precisamente allí donde radica la importancia de que todo plan para combatir la crisis climática de modo efectivo prevea medidas que garanticen que los trabajadores puedan hacer una transición serena hacia una economía libre de emisiones de carbono. De manera más específica, cualquier versión del proyecto del Green New Deal, o Nuevo Acuerdo Ecológico, que tanto se ha debatido, debe incluir estas prioridades:

1. La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero debe alcanzar al menos los objetivos fijados en 2018 por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), en especial la meta de una reducción del 45% de las emisiones globales para 2030 y de cero emisiones netas para 2050.

2. En la transición hacia una economía ecológica en todas las regiones del mundo, las inversiones deben ser la punta de lanza para aumentar de manera radical los estándares de eficiencia energética y, en la misma medida, expandir la oferta de energía solar, eólica y de otras fuentes de energía limpia y renovable.

3. La transición hacia una economía ecológica no debe exponer a los trabajadores de la industria del combustible fósil y otros grupos vulnerables a la plaga del desempleo y la preocupación por la inseguridad económica.

4. El crecimiento económico debe avanzar por un camino sustentable e igualitario, de manera que la estabilización del clima vaya unida a los objetivos, igualmente importantes, de expansión de las oportunidades laborales y mejora masiva del nivel de vida de los trabajadores y los pobres en todo el mundo.

Un Green New Deal global que incluya estas cuatro prioridades es, en efecto, la única solución viable de la que disponemos si queremos evitar las repercusiones catastróficas del persistente aumento de las temperaturas globales. Dada la ausencia de un programa de Green New Deal semejante y coherente, ninguna de las cumbres climáticas internacionales celebradas hasta el día de hoy, comprendida la 25º Conferencia de las Partes (COP25), organizada por las Naciones Unidas y celebrada en Madrid en diciembre de 2019, ha logrado mostrar al mundo un camino viable hacia la estabilización del clima. Incluso la tan aclamada COP21 de París 2015 ofreció simplemente una ronda más de inacción ritual. Debido a estos fracasos, el mundo ya está 1 ºC más caliente que en la época preindustrial y se prepara para estar 1,5 ºC más caliente en los próximos diez o veinte años.

En este libro, Noam Chomsky y Robert Pollin describen y analizan en detalle las catastróficas consecuencias que tendrá el cambio climático desenfrenado. Chomsky, desde luego, es el más destacado intelectual popular del mundo desde hace más de medio siglo. Es también el padre de la lingüística moderna. Su obra en ese campo ha ejercido una enorme influencia en una amplia variedad de ámbitos, como las matemáticas, la filosofía, la psicología y la informática. Pollin es un economista progresista reconocido a nivel global y, desde hace más de una década, lidera la lucha en favor de una economía ecológica e igualitaria. Ha escrito un gran número de prestigiosas publicaciones y ha dirigido estudios sobre la implementación de programas del Green New Deal en países de todo el mundo, así como en múltiples estados de Estados Unidos. También se ha desempeñado como consultor del Departamento de Energía estadounidense, donde asesoraba sobre cómo implementar los componentes de inversión ecológica de la Ley de Reinversión y Recuperación de 2009, un programa de estímulos económicos propuesto por el presidente Obama que incluyó un fondo de 90.000 millones de dólares para inversión en energía renovable y eficiencia energética.

El programa del Green New Deal global que describe Pollin en este libro recibe el amplio respaldo de Chomsky. Pollin demuestra que los cuatro criterios enumerados más arriba para un programa semejante pueden alcanzarse con facilidad, si se consideran estrictamente en términos de obstáculos técnicos y económicos que superar. Pero más allá de estas barreras técnicas y económicas, el desafío más desalentador para prosperar es reunir la voluntad política necesaria para derrotar los gigantes intereses de la industria del combustible fósil y los recursos que se le han conferido.

Este libro está compuesto por cuatro capítulos. Para comenzar, en el capítulo 1, titulado “La naturaleza del cambio climático”, se traza un paralelo entre los desafíos del calentamiento global y otras crisis que la humanidad ha enfrentado en el pasado. Luego se presentan críticas detalladas sobre distintas preguntas relevantes, como por qué las propuestas orientadas al mercado para abordar la crisis climática están condenadas al fracaso y por qué es de suma importancia contar con alternativas a la agricultura industrial para encontrar un camino viable hacia la estabilización del clima.

En el capítulo 2, “El capitalismo y la crisis climática”, se presenta una clara discusión teórica y empírica sobre las conexiones entre capitalismo, destrucción ambiental y crisis climática. También se ofrece una valiosa perspectiva sobre si el hambre depredadora de los capitalistas en busca de beneficios puede, de alguna manera, reconciliarse con el imperativo de estabilizar el clima. En este capítulo, asimismo, se analizan las razones por las que la acción política no ha logrado hasta el momento avances significativos en el abordaje de la crisis.

En el capítulo 3, “Un Green New Deal global”, se describe el programa necesario para alcanzar una transición exitosa hacia una economía ecológica. Pollin delinea qué implica un Green New Deal global y cómo puede financiarse. También describe las maneras en que un programa semejante puede convertirse en un bastión contra el resurgimiento a largo plazo de las desigualdades que han prevalecido durante cuarenta años en el neoliberalismo global. Asimismo, Pollin aporta una evaluación crítica del plan de la Unión Europea que se ha dado en llamar el “New Deal europeo”. Luego Chomsky cierra el capítulo haciendo una consideración sobre cómo se intensificará, con el tiempo, el trágico escenario en el que millones de personas del hemisferio sur intentarán migrar a los países de altos ingresos del hemisferio norte como un efecto catastrófico del calentamiento global.

El cuarto y último capítulo se titula “Movilización política para salvar el planeta”. En él se abordan diversas cuestiones: cómo podría afectar la crisis climática el balance global de poder; si el ecosocialismo, como visión político-ideológica, tiene el potencial de movilizar a las personas hacia la lucha por la creación de un futuro verde, y qué relación existe entre el cambio climático y la pandemia del COVID-19 de 2020. La pregunta dominante que da vida a este capítulo es la más básica de todas: qué se debe hacer para generar una movilización política en nombre del Green New Deal global.

Desde esta perspectiva, este breve libro que el lector tiene en sus manos es de una importancia fundamental. Todos pueden encontrar en él una invitación a la reflexión: académicos, activistas y legos por igual. Naturalmente, es solo una modesta contribución al diálogo público que debe seguir expandiéndose hasta llegar a todos los niveles de la sociedad en todas las regiones del mundo. Hacer avanzar ese diálogo, aunque sea unos pasos, es lo mínimo que les debemos a las próximas generaciones. Con esto en mente, deseo extender mi más sentido agradecimiento y profunda gratitud a Noam Chomsky y Robert Pollin por haberme permitido acompañarlos en esta cruzada por ayudar a informar al público general sobre cómo podemos, entre todos, salvar el planeta.

Chronis J. Polychroniou

Abril de 2020

Cambiar o morir

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