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Ese impulso único que nos da la sensación de que podemos lograr cualquier objetivo que nos propongamos, que somos capaces de un esfuerzo adicional, que nada es imposible…
La motivación inicia, guía y que mantiene nuestros comportamientos hasta que podemos llegar a la meta. Un empujón invisible que termina en la satisfacción del deber cumplido.
Es uno de los fenómenos más notorios en las personas exitosas, cuya fuerza las impulsa a vencer los obstáculos que se les van presentando hasta alcanzar sus objetivos una y otra vez.
Por lo tanto, podemos decir que existe una relación entre «motivación» y «éxito».
Una persona desmotivada, que deja todo para mañana (como consecuencia del fenómeno conocido como «procrastinación»), que muestra desgano ante cada nuevo desafío, difícilmente pueda convertirse en un héroe o en un triunfador.
Sin embargo, muchas veces nos falta ese plus de fuerza. De repente, ante un fracaso, el mundo se nos viene abajo. Nos cuesta levantar cabeza y armar un nuevo proyecto. Y, fundamentalmente, nos da mucho miedo intentarlo.
¿Es posible estar motivados una y otra vez, a pesar de los tropezones y aprovechando al máximo los logros obtenidos?
Los conocimientos que aportan las neurociencias nos traen una excelente noticia: cada uno puede ser el escultor de su propia motivación.
Es decir, todos podemos construir nuestro esquema de motivación, encauzar nuestro plan de acción para poder lograr aquello que nos proponemos.
La motivación inicia, guía y que mantiene nuestros comportamientos hasta que podemos llegar a la meta. Un empujón invisible que termina en la satisfacción del deber cumplido.
Es uno de los fenómenos más notorios en las personas exitosas, cuya fuerza las impulsa a vencer los obstáculos que se les van presentando hasta alcanzar sus objetivos una y otra vez.
Por lo tanto, podemos decir que existe una relación entre «motivación» y «éxito».
Una persona desmotivada, que deja todo para mañana (como consecuencia del fenómeno conocido como «procrastinación»), que muestra desgano ante cada nuevo desafío, difícilmente pueda convertirse en un héroe o en un triunfador.
Sin embargo, muchas veces nos falta ese plus de fuerza. De repente, ante un fracaso, el mundo se nos viene abajo. Nos cuesta levantar cabeza y armar un nuevo proyecto. Y, fundamentalmente, nos da mucho miedo intentarlo.
¿Es posible estar motivados una y otra vez, a pesar de los tropezones y aprovechando al máximo los logros obtenidos?
Los conocimientos que aportan las neurociencias nos traen una excelente noticia: cada uno puede ser el escultor de su propia motivación.
Es decir, todos podemos construir nuestro esquema de motivación, encauzar nuestro plan de acción para poder lograr aquello que nos proponemos.