Читать книгу La sal saludable - Néstor Palmetti - Страница 7
ОглавлениеDE ORO BLANCO A VENENO COTIDIANO
En la antigüedad, a la sal se le asignaba un enorme valor. La palabra salario procede del latín “salarium”, que significa ración de sal. Los romanos la utilizaban como moneda de cambio en las transacciones y preferían el pago en sal antes que en oro; sostenían, con razón, que con oro y sin sal podían morir. Josef Stalin usó este conocimiento, privando de sal a sus opositores, prisioneros en los campos de concentración, y por tanto no podía ser considerado directo responsable de sus muertes!!!
A nivel esotérico, la sal era considerada el quinto elemento en la alquimia. Según los alquimistas, el aspecto constitutivo de la sal era comparable al éter, el quinto elemento además del agua, la tierra, el aire y el fuego. Siempre la sal fue controlada por los poderosos, sujeta a impuestos y considerada cuestión de estado; por ello lo de “oro blanco”. Una de las tantas razones que generaron las famosas Cruzadas de la Edad Media, tenía que ver justamente con el comercio de la sal y las especias. También podemos recordar lo que significó en India la “Guerra de la sal” y lo estratégica que resultó esta cuestión en el movimiento independentista de Gandhi.
Antiguamente se consideraba a la sal como base de la salud. La sal de cristal de roca estaba reservada a la aristocracia (era llamada “sal de reyes”), mientras que la plebe consumía la sal obtenida por simple evaporación del agua de mar. Mas adelante veremos en detalle la diferencia entre dichas sales; ambas, sin embargo, notablemente superiores a la moderna sal de mesa refinada. La medicina antigua le daba a la sal un rol importantísimo. Textos griegos, romanos, egipcios, chinos e hindúes hacen mención a su utilización terapéutica y reconstituyente. El uso de la sal aparece con el sedentarismo, la agricultura y los excedentes de producción; los antiguos pueblos nómades no utilizaban tanta sal. Los egipcios la usaban para embalsamar y conservar alimentos. Los japoneses consideraban a la sal como un elemento contractivo (yang), alcalinizante, proveedor de fuerza física y energía sexual, preservante del calor corporal y favorecedor del metabolismo en general.
Uno de los compuestos claves de la homeopatía estructurada por Hahnemann (1755-1843) es el Natrum Mur. Esta dilución potenciada de la sal de roca se utiliza, aún en la actualidad, para tratar: problemas emocionales causados por aflicción reprimida u otros sentimientos (ansiedad, depresión), afecciones con descargas y mucosidades (catarro, resfríos), problemas bucales (gingivitis, úlceras, halitosis), dermatosis (verrugas, granos, forúnculos, llagas), golpes de sol, bocio, anemia, indigestión, estreñimiento, hemorroides, dolores de espalda, menstruaciones irregulares, etc.
El Plasma de Quinton
En 1897 el investigador francés René Quinton comenzó a experimentar el empleo de plasma marino como método regenerativo y terapéutico para tratar las más disímiles dolencias. Aquejado de tuberculosis, Quinton abrevó en textos de Platón, donde el filósofo griego testimoniaba haber recibido cura de sacerdotes egipcios en base a agua de mar.
Tras haber sanado sus pulmones, Quinton comenzó a experimentar con inyecciones de plasma marino (agua de mar profundo, filtrada) en diversas y graves afecciones de la época, como cólera, gastroenteritis o la misma tuberculosis. Así estableció las llamadas “Leyes de la constancia general”, en las cuales afirmaba que la enfermedad no era más que la consecuencia del medio interno viciado. Con el agua de mar lograba restablecer el equilibrio perdido, dado que “todas las especies que pueblan la Tierra -afirmaba Quinton- proceden del mar y sus líquidos corporales son una réplica del agua marina”.
Luego de experimentar exitosamente en animales, Quinton comenzó con humanos. Sus éxitos espectaculares lo llevaron a abrir, a partir de 1907, una serie de hospitales que bautizó con el nombre de “Dispensarios marinos”. En ellos, sus pacientes (niños, moribundos, ancianos) recibían inyecciones agua de mar con similar concentración de sal que el plasma sanguíneo. Estos hospitales, que fueron declarados de utilidad pública, permitieron reducir la mortalidad infantil del 90 al 20%, en épocas sin fármacos ni antibióticos. Quinton continuó abriendo “Dispensarios marinos” en distintos lugares del mundo (Estados Unidos, Egipto, Inglaterra, Bélgica) hasta su muerte, ocurrida en 1925.
La desaparición física de Quinton, el surgimiento de la floreciente industria farmacéutica (desde entonces interesada en preparados específicos y rentables) y el caos de las guerras mundiales, terminaron por generar un cono de sombra sobre la revolucionaria tarea del investigador francés. Incluso en 1982 la administración francesa le retiró al Plasma de Quinton el estatus de medicación autorizada para uso subcutáneo, aprobándola sólo como “complemento dietario bebible”. Sin embargo en muchos países se continúa usando el método de Quinton. Sus numerosos usos terapéuticos se basan en su capacidad para renovar, purificar y regenerar el fluido interior del organismo, así como para mantener el equilibrio vital.
Según los defensores de esta terapia, el Plasma de Quinton es uno de los mejores regeneradores de los mecanismos celulares. En Estados Unidos se está empleando para corregir problemas de próstata, soriasis, quemaduras, alopecia, artritis, osteoporosis, bronquitis, asma, gingivitis, problemas gastrointestinales o desequilibrios del sistema nervioso central, entre otras patologías. Incluso se ha demostrado su eficacia para tratar casos de drogodependencia, alcoholismo y hemofilia. Además está específicamente recomendado para problemas de piel, depresión del sistema inmune, infecciones, fatiga crónica o aguda, desórdenes de huesos en adultos, dolores del crecimiento en niños, embarazo y lactancia, abortos espontáneos repetidos, estrés y como normalizador de las deficiencias nutricionales. En Europa, algunos centros de medicina complementaria lo recomiendan también en casos de obesidad, estados de cansancio, sinusitis e, incluso, anorexia o desnutrición. Actualmente, varias universidades europeas están abocadas al estudio del Plasma de Quinton, con el fin de lograr su reconocimiento medicinal en el marco de la legislación de la CEE.