Читать книгу Contabilidad ambiental - Omar de Jesús Montilla Galvis - Страница 7
INTRODUCCIÓN
ОглавлениеLa crisis ambiental y social que caracteriza a la actualidad ha sido explicada como resultado de los procesos económicos, situación que ha llevado a afirmar a los economistas ecológicos que la debacle socioambiental tiene sus raíces económicas. Esta gran capacidad constante en el tiempo y en el espacio, que ha demostrado el hombre de generar impactos negativos y positivos en el planeta, se ha denominado el antropoceno (término no aceptado universalmente por la comunidad científica). La contabilidad, como saber moralmente adscrito, debe contribuir 1) para que las organizaciones (incluyendo personas naturales y/o jurídicas) incrementen acciones que contribuyan a la sustentabilidad; 2) a desincentivar comportamientos asociados a la degradación y al agotamiento de la riqueza integral del planeta; y 3) a la sustentabilidad, aspiración que no siempre coincide moral y conceptualmente con la sostenibilidad y el desarrollo sostenible.
El nuevo paradigma en el marco de la ciencia post-normal debe tener como eje la construcción colectiva de una contabilidad por y para la vida, dando apertura a una gran convocatoria de participación de saberes que supere la petulancia de la comunidad científica, propia de la ciencia normal. Si la ciencia es un saber militante, comprometido y con filiación política, su papel debe estar enmarcado en la solución de problemas que se identifican en la sociedad; la búsqueda de respuestas a las necesidades sociales no puede ser patrimonio de un saber erudito, sino que, por el contrario, las falencias sociales deben ser discutidas en amplias audiencias donde todos tienen mucho por aportar. Las visiones transdisciplinarias deben dar paso a los diálogos de saberes; si la verdad absoluta no existe, ningún grupo podrá abrogarse la autoridad de la razón, incluso la razón misma deberá dar paso al estrado de acusados, quizás en el ágora público convocado se reafirme que la razón no tiene razón, la sinrazón de la razón.
La nueva contabilidad no está comprometida con los supuestos del crecimiento económico, del egoísmo como determinante del bienestar social y de la consideración de la naturaleza como materia prima e insumo para la generación de riqueza financiera. La nueva contabilidad denuncia que la “acumulación por despojo” se ha impuesto en las relaciones socio-empresariales a nivel global y local; los países ricos se apropian de la riqueza real de las naciones periféricas, asimismo, al interior de los países, las clases dominantes se apropian de la riqueza de la naturaleza y de los grupos sociales más vulnerables. La contabilidad tradicional ha estado al servicio de este proceso de desapropiación, ha sido cómplice activa de la hecatombe socioambiental. La nueva contabilidad implica una ruptura con su herencia dependiente y sumisa para dar paso a nuevos valores éticos que superan el “antropocentrismo desviado” para dar paso a un ecocentrismo vital.
Concebir nuevos fines y nuevos medios para alcanzarlos requiere de nuevas cosmovisiones, nuevas teorías, nuevos términos, desplazamientos semánticos, resignificación e impulso de nuevas comunidades de saber (más allá de las comunidades científicas) que construyan interpretaciones fundamentadas en los disensos (que superen los pretendidos consensos paradigmas de la ciencia normal). La ecocontabilidad, como se denomina la convergencia sistémica de la biocontabilidad, la sociocontabilidad y la contabilidad económica (adscritas a la teoría tridimensional de la contabilidad T3C), construye su propia lengua provisional, dinámica y crítica que permita socialmente construir la ruta de retorno a la naturaleza entendida como “un libro abierto” que enseña sin limitaciones las “leyes” de la vida; enseñanzas que el hombre ha desconocido bajo la fe irrestricta ciencia del optimismo tecno-científico, que lo ha llevado a creer falsamente que puede someter, dominar y controlar esa naturaleza. La sabiduría natural les ha demostrado a los humanos que son una especie más entre millones de especies, que no son imprescindibles para la existencia, que su infinita ignorancia no les permite ver que construyen el camino hacia su propia destrucción, autopista que recorre en nombre de la ciencia, del desarrollo, del progreso y el bienestar social. Mientras el hombre actúa pensando en el corto plazo, el triunfo de la vida se construye lentamente en el lenguaje natural del largo plazo, donde la existencia del hombre en el planeta no es más que un instante en el infinito e inexpugnable universo.
La actuación de las organizaciones genera impactos de tipo ambiental, social y económico (entre otros), por lo tanto, las organizaciones deben presentar información a la sociedad en general informando de la totalidad de efectos producidos. Los estados contables son un instrumento idóneo para cumplir esta doble función: la de rendir cuentas públicas y la de contribuir a la adecuada toma de decisiones; para ello, la contabilidad debe preparar y presentar estados contables ambientales (biocontabilidad), estados contables sociales (sociocontabilidad) y estados contables económicos (financieros, de gestión, macro-económicos) de forma tal que presente información integral, relacionada y sistémica que interprete la compleja y cambiante realidad y relaciones de la vida.
La nueva contabilidad requiere ser definida en términos diferentes a los cánones reduccionistas con que se ha desarrollado este saber, bajo esta concepción se considera que “La contabilidad es la ciencia social aplicada [tecnociencia] que estudia la valoración cualitativa y cuantitativa de la existencia y circulación de la riqueza ambiental, social y económica controlada por la organización, utilizando diversos métodos que le permiten cumplir su función de evaluar la gestión que la organización ejerce sobre la riqueza mencionada, con el fin de contribuir a la óptima acumulación, generación, distribución y sostenibilidad integral de la misma”.1
La contabilidad conecta un universo de demandantes y oferentes de reportes organizacionales que permite plantear la pregunta ¿quiénes deben informar contablemente? Se responde que deben informar todas las organizaciones, las cuales se definen como “la (s) persona (s) naturales o ficticias legal o informalmente constituidas que individual o conjuntamente tienen un determinado grado de control sobre algún tipo de riqueza, que de forma potencial o real impacten la existencia y circulación de la misma, hecho que genera la obligación jurídica o moral de presentar información contable que permita la evaluación de la gestión de la organización en el control de la riqueza ambiental, social o económica”.2
La información ofertada por la contabilidad debe dirigirse a un amplio abanico de usuarios donde confluyan diferentes sectores sociales, desde los que tienen intereses meramente lucrativos hasta los más avezados promotores de la defensa de la naturaleza y, por ende, de la vida en todas sus formas. La contabilidad emergente como expresión de la nueva contabilidad, se alinea con el pensamiento que busca la salvaguarda de las condiciones naturales adecuadas para la vida digna y, en tal sentido, propone como ideal fundamental “la sustentabilidad”, definida como “una concepción ética [un anhelo humano] con fundamento científico, que establece la capacidad que tienen los sistemas socio-ecológicos de conservar las condiciones biofísicas y geofísicas espaciotemporalmente óptimas para la preservación activa de la vida en todas sus manifestaciones, en términos de calidad, cantidad, tiempo y espacio; para alcanzarla, los sistemas socioeconómicos deben contemplar las limitaciones de la naturaleza y los impactos de las acciones del hombre como parte de ella; debe reconocerse la integridad autónomo-relacional de la biodiversidad y la pluriculturalidad en procesos permanentes de retroalimentación constructiva, implicando acciones comprometidas en el marco de la responsabilidad intra e intergeneracional en las dimensiones ambiental, social y económica, permitiendo dinámicas progresivas internas y externas de los procesos ecosistémicos”.3
El presente libro consta de tres capítulos que han sido desarrollados bajo la inspiración de una ética de la vida en una economía ecológica, en una contabilidad para la sustentabilidad, en un derecho justo e incluyente y en una concepción de vida conforme al ecocentrismo determinante. El contenido de cada capítulo tiene una finalidad específica como se ilustra a continuación.
El primer capítulo, Contabilidad ambiental [sostenible]: estructura de los registros contables básicos en la circulación de recursos naturales [fase lineal-valoración semihomogénea], presenta una propuesta de registros contables de la existencia y circulación de los recursos naturales en la interacción de los sistemas ecológicos y los sistemas socioeconómicos; es un paso hacia la contabilidad para la sustentabilidad, pero se encuentra todavía articulada a la sostenibilidad, en este sentido, se puede considerar el germen o génesis de la futura biocontabilidad o contabilidad para la vida.
El segundo capítulo, Reportes organizacionales no financieros y biocontabilidad: superando la contabilidad, presenta una propuesta de definición de sustentabilidad, formulando las diferencias que se tienen con los términos sostenibilidad y desarrollo sostenible. El documento establece la necesidad de desarrollar una contabilidad para la vida, comprometida con la salvaguarda de la naturaleza, denominada biocontabilidad. La nueva disciplina propuesta es diferente a la contabilidad ambiental tradicional, y se establecen las diferencias con ella. El documento presenta un listado de hitos, hechos y metodologías asociadas con los reportes organizaciones no financieros, dinámica que explica la importancia que en las últimas décadas, y de manera creciente, tiene la naturaleza en su relación con los sistemas sociales y económicos.
El tercer y último capítulo, Diálogos sobre contabilidad emergente: una mirada desde concepciones alternativas, corresponde a un análisis de la lectura de la obra Economía desenmascarada de Manfred Max Neef y Phillip Smith, donde se formulan críticas rigurosas a la ruta socioeconómica que ha marcado el modelo económico del libre mercado; este capítulo es la continuación de la discusión de los aportes que para la contabilidad representa la obra de Max Neef y que tuvo su primera fundamentación en el libro La ética del profesional del profesional contable en el capítulo Aporte de la economía a la ética del contador profesional, publicado en el año 2015 (1ª edición). La invitación a la reflexión plantea repensar alternativas al desarrollo como guía propuesta para los países, reclama la necesidad de una contabilidad que se independice de su condición subsidiaria del enfoque financiarizado y consumista de la economía; se fundamenta el carácter multidimensional contable y su condición de ciencia comprometida y militante en oposición a la aparente propuesta de neutralidad científica; denuncia los eufemismos con que la contabilidad financiera se ha presentado bajo el slogan de lo verde, lo sostenible, lo responsable, para ocultar su intención de contribuir a la explotación insustentable los recursos naturales; en síntesis, se fundamenta desde posturas éticas bio-céntricas-eco-céntricas en una nueva contabilidad para la sustentabilidad comprometida con todas las formas de vida y el derecho que tienen a existir en condiciones de dignidad, tanto la generación presente como sus descendientes.
El libro no constituye una propuesta concluida de un sistema de contabilidad ambiental, sino que es llamado amplio a las diferentes ramas del saber (científico y no científico) para que en conjunto podamos trazar las líneas teóricas, conceptuales y procedimentales de lo que debe de ser un modelo contable ambiental en función de la vida y su conservación. Las reflexiones condensadas en la obra son un pretexto para convocar a una amplia audiencia de actores interesados y comprometidos con encontrar respuestas a la progresiva degradación y deterioro de la riqueza ambiental y sus relaciones socioecológicas, para que en conjunto se puedan encontrar respuestas científicas, técnicas, ideológicas y políticas que construyan nuevos imaginarios de sociedad con la firme esperanza de que es posible y deseable entregar a nuestros hijos un mundo mejor que el recibido.