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¿Qué es la religión? ¿Qué opinas de las religiones oficiales?

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La religión es el vuelo más elevado de la conciencia humana, es la búsqueda individual de la verdad. La verdad interior no es un asunto de dominio público. Todas las personas tienen que adentrarse en su interior, y para cada persona es un descubrimiento nuevo. No importa cuánta gente haya alcanzado la iluminación o la realización, cuando la alcances será algo nuevo, puesto que nadie te puede prestar esa experiencia.

La búsqueda consiste básicamente en conocer tu interioridad. Tienes una parte exterior, y lo exterior no puede existir sin lo interior, porque la existencia misma de lo exterior es la prueba de que hay un mundo interior.

El mundo interior comprende tres niveles: los pensamientos son el nivel más superficial, los sentimientos son más profundos y después está el ser, que es tu divinidad.

El mundo interior comprende tres niveles: los pensamientos son el nivel más superficial, los sentimientos son más profundos y después está el ser, que es tu divinidad. El interés primordial de la religión es conocer tu propia eternidad.

Los sentidos te conducen hacia el exterior, los ojos se abren para ver el exterior, los oídos escuchan lo que sucede en el exterior, las manos pueden tocar lo que está fuera. Los sentidos son las puertas que te permiten salir, pero no olvides que la puerta que te permite salir también te permite entrar. Entras por la misma puerta que sales, solo tienes que cambiar de sentido.

Para salir tienes que abrir los ojos y para entrar tienes que cerrar los ojos, tus sentidos se tranquilizan. El primer encuentro es con la mente, pero no es tu realidad. La mente es un reflejo del exterior, aunque esté dentro de tu cráneo. Tus pensamientos son un reflejo del exterior. Un ciego, por ejemplo, no piensa en los colores porque nunca los ha visto, y por eso no tiene un reflejo de los colores. Un ciego tampoco ve la oscuridad. No tiene un reflejo de la luz ni de la oscuridad del exterior porque nunca los ha visto. Un ciego no sabe si hay oscuridad o hay luz, porque, para él, esas dos palabras carecen de significado.

Si analizas tus pensamientos, verás que la realidad exterior es lo que los desencadena en tu interior, por eso, aunque se reflejen en el lago interno de tu conciencia, básicamente pertenecen al exterior. Sin embargo, a consecuencia de estos pensamientos… Se acumulan en tu interior y acaban por constituir una muchedumbre, son como una muralla china. Tienes que ir más allá de tus pensamientos. La religión solo tiene un método para hacerlo, y aunque le pongan diferentes nombres, el método siempre es el mismo: es la observación, el atestiguar. Observar los pensamientos sin juicios —sin condenarlos ni apreciarlos, manteniéndote completamente al margen—, ver cómo el proceso de los pensamientos se proyecta en la pantalla de tu mente. A medida que se fortalece tu observador, disminuyen, en la misma proporción, tus pensamientos. Si el observador ocupa el 10% de tu energía, tus pensamientos ocuparán el 90% restante. Cuando puedas observar tu mente al cien por cien, estará vacía.

Este proceso es lo que se conoce como meditación. Después de atravesar los pensamientos, llegas al segundo nivel que hay en tu interior, que son las emociones, tu corazón, y es un poco más sutil. En este punto, tu observador puede observar tus estados de ánimo, tus sentimientos, tus emociones y tus sensaciones por muy sutiles que sean. Este método funciona igual que con los pensamientos, y pronto no habrá sentimientos, emociones ni estados de ánimo. Estarás por encima de tu mente y de tu corazón. Solo habrá un silencio absoluto y todo estará quieto. Esto es tu ser, esto eres tú.

La esencia de tu ser es la verdad. La belleza de tu ser es la belleza de la existencia. El silencio de tu ser es el lenguaje que la existencia entiende.

La esencia de tu ser es la verdad. La belleza de tu ser es la belleza de la existencia. El silencio de tu ser es el lenguaje que la existencia entiende. Cuando te estableces en tu ser, has llegado a casa. Se acaba tu deambular. Se acaba tu esfuerzo. Estás cómodo, estás sentado tranquilamente en tu interior. Se te revela un gran esplendor oculto y dejas de estar separado de la realidad, eres uno con ella. Los árboles, la luna, las estrellas y las montañas forman parte de una unidad orgánica, y tú también formas parte de esa unidad y pasas a formar parte de Dios.

La religión es la mayor conquista del ser humano. Más allá de la religión no hay nada y tampoco se necesita nada más. Tu ser es tan abundante, rebosa tanta dicha, silencio, paz, comprensión y éxtasis que la vida se convierte, por primera vez, en una canción, en un baile, en una celebración. Los que no conocen la religión, no conocen la celebración.

En cambio, la religión oficial es otro tema. Quiero que os quede claro que la verdadera religión siempre es individual. Si intentas organizar la verdad, la matas, porque la conviertes en una doctrina, en una teología, en una filosofía, y deja de ser una experiencia, ya que una multitud no puede experimentar. Esta experiencia solo la puede tener cada persona individualmente.

Es parecido al amor. No puede haber organizaciones del amor para que tú no tengas que preocuparte y haya una organización o sacerdote que se encarguen de hacerlo por ti. Esto, por otro lado, es lo que le ha ocurrido a la religión. Cada vez que alguien descubre la verdad, los sacerdotes, que es el grupo más astuto dentro de la humanidad, le rodean inmediatamente. Reúnen sus palabras, las empiezan a interpretar y le dicen a la gente que solo pueden saber la verdad a través de ellos, porque ellos son los agentes de Dios. Aunque se llamen profetas o mensajeros, o elijan otro nombre, en realidad, se han autodesignado agentes de Dios. No conocen a Dios, pero se aprovechan de toda la humanidad en el nombre de Dios.

Las religiones oficiales son otra forma de política. Del mismo modo que siempre he considerado la política como la actividad más ruin del ser humano, mi actitud hacia las religiones oficiales es la misma.

Las religiones oficiales son otra forma de política. Del mismo modo que siempre he considerado la política como la actividad más ruin del ser humano, mi actitud hacia las religiones oficiales es la misma. Es evidente que los sacerdotes y los políticos siempre han conspirado contra la humanidad. Se apoyan entre sí. Se reparten la vida entre ellos, la vida mundana le corresponde al político, y él es quien manda en ese ámbito, y la vida interior le corresponde al sacerdote, y él es quien manda ahí.

¡A veces te sorprendes! Parece increíble que hasta en el siglo XX el papa declare que es pecado comunicarse directamente con Dios. Solo se puede hacer a través del papa, porque es el canal adecuado, y si la gente empieza a comunicarse directamente con Dios, se confiesa a Dios, le reza a Dios, millones de sacerdotes se quedarán sin empleo. Aunque en realidad no hagan nada y su única función es engañarte. Como tú no entiendes el idioma de Dios y no eres un ser tan evolucionado como ellos, ellos se encargan de hacerlo por ti por un módico precio, en forma de donación para su iglesia o para su templo.

¡Todas esas donaciones van a parar a los bolsillos de los sacerdotes! No saben nada de Dios, pero son muy cultos y se aprenden las escrituras de memoria como los loros. Sin embargo, su verdadero deseo interno no es ni Dios ni la verdad…, en realidad, no son buscadores, sino estafadores.

Me han contado que…

Un sacerdote compró dos papagayos y con gran esfuerzo les enseñó a repetir bellas declaraciones de Jesucristo. Todo el mundo estaba realmente sorprendido porque los loros eran muy rigurosos. También les hizo un pequeño rosario y rezaban constantemente, y consiguió para ellos unas Biblias pequeñas, y siempre estaban con la Biblia abierta pasando las cuentas del rosario. No sabían leer, pero se lo habían aprendido todo de memoria. El sacerdote abría la Biblia por una página y decía: «Página doce», y ellos empezaban a leerla…, aunque, en realidad, no la estaban leyendo, sino que se lo sabían todo de memoria.

El sacerdote estaba muy contento y pensó que no sería mala idea tener un tercer papagayo. A este no le iba a enseñar la Biblia de memoria ni a rezar el rosario, pero le iba a enseñar a dar sermones. Encontró un loro y el vendedor de la tienda de animales le dijo: «Vas a ver cumplidos tus deseos, es el animal más inteligente que jamás he visto».

Pero no se dio cuenta de que era hembra, y la metió en la jaula con los otros dos, que estaban pasando las cuentas del rosario y leyendo la Biblia. Los dos papagayos miraron a la hembra y uno le dijo al otro: «¡Olvídate del rosario! Nuestros rezos han sido escuchados».

Los sacerdotes solo son papagayos que rezan para obtener poder, prestigio y dinero. Son políticos disfrazados que hacen política en nombre de Dios, y la suya es una política de números. Hoy en día hay más de mil millones de católicos. Evidentemente, el papa es el religioso del mundo que más poder tiene.

Todas las religiones quieren que aumente su número de fieles y, para ello, usan diferentes métodos. Los musulmanes se pueden casar con cuatro mujeres, lo que les permite tener cuatro hijos por año, gracias a lo cual se han convertido en la segunda religión más grande después del catolicismo.

Una religión oficial es un nombre sin contenido ni significado que solo oculta una política de números. Lo sabéis perfectamente, cada vez que se acercan las elecciones en la India, los políticos van a ver al shankaracharya. No le visitan durante cinco años y, en cuanto se acercan las elecciones, el primer ministro va a ver al shankaracharya. Se embarca en una peregrinación a los templos remotos en las montañas de la cordillera del Himalaya. ¿Para qué? De pronto tiene una imperiosa necesidad de religión, que remite en cuanto se pasan las elecciones.

Estas personas solo están buscando votos y por eso tienen que rendirle homenaje a los líderes de las religiones. Y al shankaracharya le agrada enormemente que el primer ministro se postre a sus pies. Los seguidores del shankaracharya, los hinduistas, declaran que «nuestro primer ministro es una persona muy religiosa». Cuando el papa viene a la India, van a recibirle al aeropuerto el primer ministro con todo su séquito. ¿Por qué? Porque actualmente el catolicismo es la tercera religión de la India, y rendirle homenaje al papa significa ganarse los votos de todos los católicos.

Las religiones oficiales –ya sea el cristianismo, el hinduismo o el islamismo— no buscan la verdad. ¿Después de dos mil años, qué verdad ha aportado el cristianismo a las declaraciones de Jesús? ¿Es necesaria esta organización? No ha aumentado la religiosidad del mundo, solo repiten lo que dijo Jesús, que es algo que se puede encontrar en los libros y estos ya están a disposición de todo el mundo. ¿Tras veinticinco siglos, cuántos budistas han buscado o encontrado la verdad? Solo son una fila de papagayos que repiten lo que descubrió Gautama Buda.

Solo el individuo puede encontrar la verdad. Es un privilegio del individuo y es su mérito.

No te olvides de que Gautama Buda, Mahavira o Jesús no pertenecían a una religión oficial, sino que fueron buscadores individuales. Solo el individuo puede encontrar la verdad. Es un privilegio del individuo y es su mérito.

Las religiones oficiales siempre han provocado guerras, igual que los políticos. Aunque tengan distintos nombres y los políticos luchen por el socialismo, el comunismo, el fascismo o el nazismo, las religiones luchan por Dios, el amor y su concepto de la verdad. Por culpa de los enfrentamientos entre cristianos y musulmanes, cristianos y judíos, musulmanes e hindúes, o hindúes y budistas, han muerto millones de personas.

La religión no tiene nada que ver con la guerra, es la búsqueda de la verdad. Pero a las religiones no les interesa la paz, lo que les interesa es dominar y tener cada vez más poder.

Yo no estoy a favor de las religiones oficiales igual que no estoy a favor de los políticos, porque solo hacen política. Cuando dije que había que respetar y honrar a las personas religiosas, y que los políticos deberían pedirles consejo, no me refería a las religiones establecidas, sino a las personas religiosas. Una persona religiosa no es ni hinduista, ni cristiana, ni musulmana. No es posible. Dios no es hindú, ni musulmán, ni cristiano. La persona que sabe algo de la divinidad refleja el color de la divinidad, desprende el aroma de la divinidad. Antiguamente, aquí en Oriente, esas personas religiosas eran nuestro máximo florecimiento, y hasta los reyes y los emperadores iban a verlos para postrarse a sus pies, recibir sus bendiciones y pedirles consejo sobre determinadas cuestiones que no eran capaces de resolver.

Si queremos que el mundo siga vivo, tendremos que volver a las épocas pasadas en las que las personas religiosas no actuaban por un interés personal. Por eso tenían los ojos transparentes y su corazón era amor puro, y todo su ser era una bendición. Las personas que iban a verles se sanaban, sus problemas se resolvían y tenían una nueva visión de sus viejos y trillados problemas.

Las religiones oficiales deberían desaparecer del mundo, deberían quitarse esa máscara de religiosidad. Solo son políticos, son lobos disfrazados de corderos. Deberían mostrar su verdadero rostro y ser políticos, no hay nada reprochable en eso. Y, en realidad, aunque supuestamente lo hagan en nombre de la religión, son políticos todo el tiempo.

Las religiones oficiales no tienen ningún futuro. Deberían quitarse ese disfraz y presentarse como políticos, que es lo que verdaderamente son, y pasar a formar parte del mundo de la política, para que podamos encontrar a las personas realmente religiosas, que son muy escasas. No obstante, para conducir a la tierra hacia la luz, hacia la vida inmortal y hacia la verdad absoluta, basta con que haya unas pocas personas verdaderamente religiosas.

Políticos y sacerdotes

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