Читать книгу Los animales por dentro - Pablo Paredes M - Страница 7

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Coro.

Hija,

ese no es un río, es un cementerio de muñecos de nieve.

Toma mi mano y canta una canción tonta,

necesitamos tanto una canción tonta

y necesito tanto que en tu boquita haya una canción tonta.

Sé que dije que este país era de otra forma,

pero no te mentí:

yo también me corté con la cordillera.

No me muerdas, pequeña, come de mí

que el invierno todavía viene ladeándose en tu omóplato por creerlo alita mocha.

Nunca te dije que éramos una familia de ladrones,

bueno, ahora los sabes,

así que roba de mí,

saquea esta ciudad mientras el terremoto pone sus huevos en ella.

De verdad que no sé qué tan lejos estamos de casa,

ni entiendo qué quieres decir con casa.

Pensé que tu casa era yo.

Pensé que los perros nos perdonarían haber bebido en sus platos

y haber dormido en sus casuchas.

Pensé que se terminaría este coro de autopistas,

que las pezuñas dejarían de rasparse en la berma,

que el choroy con las alas cortadas dejaría de cruzar la calle como si cruzara el desierto,

pero ellos siguen ahí y repiten una y otra vez:

Ustedes son los autos

¡Ustedes nos reventaron por dentro!

Por eso no te confundas, hija, los cerros son metástasis.

Por eso corre, hija, debes cruzar la cordillera

aunque se te raje la guatita

por dentro

y por fuera.

Los animales por dentro

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