Читать книгу Diseño del proyecto de tesis en una investigación literaria - Pampa Arán - Страница 6
Introducción
ОглавлениеComo se ha podido observar en la lectura del índice, suficientemente explícito para no tener que explicarlo aquí, este libro reúne a modo de apretada síntesis la secuencia ideal de un conjunto de clases que van desarrollando cuestiones fundamentales para empezar a escribir o revisar proyectos que estén animados por el objetivo de producir tesis de posgrado en literatura, si bien –valga la aclaración– puede también ser útil para pensar más ampliamente en los proyectos que atañen al universo discursivo, considerando la discursividad social como generadora de la vasta producción material de sentido, puesto que es dentro de ese paradigma semiótico donde ubico nuestro objeto de conocimiento.
Toda investigación así concebida es un proceso meditado de la lógica (no la cronológica) a partir de una interrogación con buena dosis de subjetividad: “La investigación tiene mucho de lógica, algo de técnica y mucho de creatividad. Las dos primeras son transmisibles; a la creación, en cambio, solo se la puede mostrar en el hacer” (Wainerman y Sautu, 1997: 8). El proyecto es el comienzo de la búsqueda de respuestas y del acopio de la información material disponible con la intención de producir nuevo conocimiento o modificar el existente.
Como cada institución tiene su propia organización reglamentaria de las tesis, la experiencia ha ido adaptando esas matrices conceptuales cuando fui invitada en otras universidades de nuestro país y de países vecinos, aunque siempre tuve in mente a mi institución madre, la Escuela de Letras, en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba, en la que también, hace muchos años, obtuve el doctorado, por entonces en Letras Modernas. Las reglamentaciones van cambiando, las condiciones del cursado también, pero mientras se mantenga la idea de sostener y demostrar razonadamente la resolución de una conjetura problemática, el formato del proyecto para tesis no variará demasiado, aunque pueden (y deberían) cambiar sus metodologías, buscando alternativas a modos creativos de producir conocimiento.
La perspectiva que ha orientado siempre mi trabajo abarca el campo muy amplio de la semiótica discursiva a partir de la cual interrogamos los modos de producción de sentido en los discursos literarios en particular y en la manifestación discursiva en general teniendo en cuenta las condiciones sociales de su producción y circulación, cuyas marcas y rastros se buscan en el material organizado como corpus. Pero cuando hablamos de discursos literarios o de literatura a secas, entramos en un terreno difícil de transitar, surcado por numerosas voces que defienden su modo de leer o de producir el hecho literario y en una serie de instituciones y de prácticas que gravitan en torno del amplio campo del discurso literario. Quizás por esto no abundan los libros dedicados a la metodología de la investigación literaria.
Por esa suma de zonas resbaladizas para las definiciones, he dictado los cursos a modo de seminario-taller. Seminario, porque, en mi opinión, lo que uno hace en este nivel de formación es sembrar una serie de preguntas, parcialmente respondidas por el docente, y co-respondidas por los alumnos, en función de sus propias preocupaciones, áreas temáticas y formación teórica e incluso metodológica, en el mejor de los casos. Y también según el grado de avance de la escritura de cada tesis propiamente dicha, que va desarrollando lo proyectado y hallando dificultades que obligan a volver a los conceptos básicos, porque reorientan la práctica de la investigación en cualquiera de sus momentos.
Y taller, porque cada alumno debe trabajar sobre su propio proyecto, revisando o generando hipótesis, objetivos, armado del corpus, decisiones metodológicas o todo aquello que le parece débil a la luz de las preguntas seminales, para socializar dudas y hallazgos con sus pares. Complementariamente, lo que hacemos es leer, analizar y discutir algunas lecturas ofrecidas en la bibliografía que me han parecido valiosas porque solucionan de manera original ciertos problemas, con textos que me he permitido rescatar como ejemplos particularizados, sacrificando otros, igualmente valiosos. Comprender lo que otros investigadores experimentados hayan resuelto ante los dilemas es también un medio de aprendizaje activo y, de allí, muchas notas recomendando libros o artículos con ampliaciones de cuestiones conexas, pero que no cabe desarrollarlas en la acotada síntesis con que pensé este libro.
Tal modalidad de trabajo, el seminario-taller, ciertamente productiva, tiene su enemigo principal en el tiempo del cursado ya que las carreras de posgrado, especialmente en las áreas sociales y humanas, por diferentes dificultades socioeconómicas y profesionales de los cursantes, tienen cronogramas muy ajustados y cantidad de horas diarias extenuantes, lo que no permite la maduración gradual. Este déficit se suele suplir a posteriori con tutorías (presenciales u online) que pueden paliar un poco estos efectos, pero siempre queda el problema pendiente de una solución integral cuyas posibles derivas no podemos discutir aquí pues se vinculan con políticas universitarias en otro nivel de decisiones.
En este breve libro, entonces, armado casi como un fichero personal, a menudo en primera persona, más conceptual que argumentativo y más didáctico que teórico, se escuchará narrativamente solo mi voz puesto que, como ya dije, muestra una secuencia lógica y no cronológica de los puntos nodales de un proyecto. Lo más rico, lo más hermoso, quedó en las aulas, en los ecos de otras voces, intercambios, dudas, discusiones, y en los trabajos que se produjeron, sorprendentes en algunos casos. Ojalá algo de todo eso se haya filtrado en un libro que en mi esperanza, otros jóvenes docentes-investigadores utilizarán, completarán, modificarán o continuarán sobre la base de su propia experiencia renovada.