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La verdad sobre agua y corriente
ОглавлениеEn este punto, debemos realizar una precisión sobre la metáfora del agua. Imaginar que la corriente eléctrica es similar al agua que circula por un tubo simplifica mucho las cosas y ayuda a comprender, aunque este modelo hace aguas. Observemos la siguiente figura:
Figura 1.31 – ¿Qué diferencia hay si la resistencia se conecta por encima o por debajo del led?
En el primer caso, tenemos una batería conectada primero a una resistencia y después a un led. Si la corriente se comportara como el agua, debería salir del polo positivo y alcanzar la resistencia. La resistencia reduce el flujo de corriente que llega al led, el cual se encenderá sin quemarse. En el segundo caso, la corriente encuentra primero el led y después, la resistencia. Si utilizamos la metáfora del agua, deberíamos decir que el flujo de corriente se reducirá después de que la corriente haya atravesado el led. ¿Y el led se quemará?
En realidad, los dos casos son equivalentes desde el punto de vista de la corriente. En ambos circuitos la corriente asumirá el mismo valor. Si utilizamos una batería de 9 voltios, una resistencia de 470 Ω y asumiendo que el led necesita 2 voltios para encenderse, tendremos que:
Las fórmulas matemáticas no hacen diferencias ante el hecho de que la resistencia se encuentre antes o después del led: simplemente tienen en cuenta el anillo por el cual circula la corriente.
De hecho, la corriente real no se comporta como algo que fluye, sino más bien como algo que ocupa un espacio. En este caso, el espacio es el anillo que constituye el circuito. Es como si la corriente valorara primero los obstáculos presentes en su recorrido. En la mayoría de los libros de electrónica, la primera figura que se encuentra es la de un átomo formado por múltiples pequeñas esferas, que se utiliza para explicar qué son los electrones y cómo estos originan la corriente eléctrica. Esta explicación, en la cual los electrones se dibujan como bolitas, también es problemática, porque al final nos lleva hasta el defecto del modelo acuático.
La física moderna ha descubierto que, de hecho, los electrones no tienen forma de bolita. Se habla de partículas, pero en realidad tenemos campos y ondas y las cosas se complican, porque surgen una serie de fenómenos secundarios que, la mayoría de las veces, se pueden resolver pero que, en condiciones límite y, a veces, no tan extremas, se deben tener en cuenta.
En este libro, he intentado hacer las cosas más sencillas posibles y evitar términos y conceptos inútilmente complicados. El modelo del agua es muy criticado, porque dicen que presenta una forma de pecado original en la mente de quien se aproxima a la electrónica. Sin embargo, creo que son más los beneficios que los daños y que lo importante es presentar esta precisión, indicando los límites y riesgos del modelo.