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LIBRO III *
Оглавление1 Hasta aquí la situación y las maravillas de la tierra y [1] de las aguas, así como las de los astros y el plan del universo y sus dimensiones. Ahora se han de enumerar sus partes. Aunque se piense que esto es también una empresa interminable y que no ha de tratarse a la ligera sin ser objeto de una cierta crítica, en ninguna clase de asuntos es más justa la indulgencia, salvo que se tenga por extraño que uno que ha nacido hombre no posea todos los conocimientos humanos. Por eso, no seguiré a ningún autor en particular, sino en cada sección al que considere más fiable, ya que ha sido común en casi todos explicar con mayor diligencia los lugares desde [2] los que estaban escribiendo. No rechazaré, por tanto, ni criticaré a ninguno. Se pondrán los escuetos nombres de los lugares y con toda la brevedad que se me alcance, dejando su notoriedad y las causas de ella para las secciones correspondientes. Porque ahora mi discurso trata del universo entero. Por eso yo querría que se entienda que se enuncian los nombres como si no tuvieran fama, tal cual fueron al principio, antes de la historia, y que el resultado sea una especie de nomenclátor. Pero del mundo y de las realidades de la [3] naturaleza. El orbe completo de la tierra se divide en tres partes: Europa, Asia, África. Mi punto de partida es el poniente y el estrecho de Gades, por el que el Océano Atlántico irrumpe y se derrama por los mares interiores. A la derecha, según se entra, está África, a la izquierda Europa, en medio de las dos, Asia. Los límites son los ríos Don 1 y Nilo. La boca del Océano que hemos dicho se extiende quince mil pasos a lo largo y cinco mil a lo ancho, desde el lugar de Melaria en Hispania, hasta el Cabo Blanco de África, según Turranio Grácil, nacido en la región 2 . Tito Livio y Cornelio Nepote [4] dan un ancho mínimo de siete mil pasos y un máximo de diez mil 3 . Por boca tan pequeña circula una masa de agua tan inmensa. Y la profundidad no aminora esta maravilla, pues abundan allí unas olas espumosas que infunden terror a las naves. Por tal motivo, muchos autores han llamado a ese lugar el umbral del Mediterráneo. Unos montes que se alzan a ambos lados de esta boca estrechan la entrada: Abila en África y Calpe en Europa, metas finales de los trabajos de Hércules 4 . A causa de ello los nativos los llaman «las columnas» de ese dios y creen que cuando las atravesó, dejó entrar las aguas de fuera y cambió la faz de la naturaleza.
(1) En primer lugar, pues, Europa, nodriza del pueblo [5] vencedor de todas las naciones y con mucho la más hermosa de las tierras. Muchos han hecho de ella merecidamente no un tercio del mundo, sino la mitad, con el orbe dividido en dos partes desde el río Don hasta el estrecho de Gades.
El Océano, al verter las aguas atlánticas a través del espacio que hemos descrito, sumergiendo con sus ávidas corrientes unas tierras que causaban espanto al viajero, lame las que le cierran el paso, dibujando una quebrada y retorcida línea costera. Sobre todo a Europa, la recorta con numerosos entrantes, pero en particular los cuatro principales golfos, el primero de los cuales traza una inmensa curva desde el monte Calpe, extremidad de Hispania —como se ha dicho—, a Locros, para terminar en el cabo Brutio 5 .
[6] (2) Dentro de ese espacio, la primera tierra es la Hispania llamada Ulterior, y también Bética, y a continuación, desde los confines de Murgi 6 a las cimas del Pirineo, la Citerior, también llamada Tarraconense. La Ulterior se divide en dos provincias en el sentido de la longitud, ya que por el costado septentrional de la Bética se extiende la Lusitania, separada de ella por el río Guadiana. Éste, que nace en el territorio Laminitano 7 de la Hispania Citerior, y que tan pronto se desborda en lagunas como se estrecha en desfiladeros o se esconde del todo bajo tierra y renace gozoso varias veces, desemboca en el Océano Atlántico.
La Tarraconense, por su parte, pegada al Pirineo y discurriendo a lo largo de toda su vertiente, se extiende transversalmente desde el mar Ibérico hasta el golfo Gálico, y está separada de la Bética y de la Lusitania por el monte Solorio y las cadenas Oretana y Carpetana y la de los Ástures 8 .
(3) Bética
La Bética, así llamada por el río que [7] la corta por medio, aventaja al resto de las provincias merced a sus ricos cultivos y a una especie de peculiar y espléndida fertilidad. Tiene cuatro conventos jurídicos, el de Gades, el de Córdoba, el de Ástigis 9 y el de Híspalis. Las poblaciones suman todas ciento setenta y cinco, de las que nueve son colonias, diez municipios de ciudadanos Romanos, veintisiete de derecho latino antiguo, seis libres, tres federadas, y ciento veinte tributarias 10 . Entre los lugares dignos de mencionar, o fáciles de enunciar en lengua latina, partiendo del río Guadiana y en la costa del Océano, se encuentran la población de Ónoba, apellidada Estuaria 11 , en la confluencia del Luxia y del Urio; los montes Harenos, el río Betis, la costa Curense, con el recodo de su bahía enfrente de la cual está Gades —de la que se hablará entre las islas—; el cabo de Juno, el puerto de Besipo, la población de Belo, Melaria, el estrecho del Atlántico, Carteya, llamada Tartesos por los griegos, y el monte Calpe 12 .
A continuación, en la costa del Mediterráneo, la población [8] de Barbésula y su río, también llamada Sálduba; la población de Suel, Málaga —con su río—, que es una de las federadas. A continación Ménuba con su río, Sexi, apellidada Firmum Iulium , Sel, Ábdara y Murgi, que es el final de la Bética 13 .
Toda esta costa en su conjunto pensó Marco Agripa que era de origen cartaginés. Pero la de frente al Océano Atlántico, del Guadiana para allá, es de los bástulos y de los túrdulos 14 . Marco Varrón cuenta que allí llegaron iberos y persas, así como celtas y púnicos, pues fue el «juego» (lusus) del padre Líber (Baco) o el «delirio» (lyssam) de los que danzaban con él, el que dio su nombre a Lusitania, y a Pan el gobierno de toda ella. En cuanto a las cosas que se cuentan de Hércules, y de Pirene o de Saturno, yo las considero sencillamente fabulosas.
[9] El Betis, que no nace en la población de Mentesa de la provincia Tarraconense, como han dicho algunos, sino en la sierra de Tugia (junto a donde el río Táder riega el territorio cartaginés) 15 , esquiva luego en Ilurco 16 el monumento funerario de Escipión y, volviendo su curso hacia poniente, se dirige al Océano Atlántico, adoptando como hija suya a la provincia, pequeño al principio, pero enriquecido por muchos afluentes a los que roba fama y aguas. Penetrando en la Bética por Osigetania 17 , su suave y amable cauce está habitado a derecha e izquierda por numerosas poblaciones.
Las poblaciones más célebres del interior, entre el río y [10] la costa del Océano, son Ségida que se apellida Augurina, Ulia o Fidencia, Urgao o Alba, Ébura o Ceriale, Iliberri o Liberini, Ilípula o Laus , Artigi o Julienses, Vesci o Favencia, Síngili, Ategua, Arialduno, Agla Minor , Bebro, Castra Vinaria , Cisimbrio, Hippo Nova , Ilurco, Osea, Oscua, Sucelo, Unditano, Tucci Vetus , todas ellas en la parte de la Bastetania que mira al mar 18 .
En el convento jurídico de Córdoba, al lado mismo del río, está Osigi que se apellida Latonio; Iliturgi o Forum Iulium , Ipra, Isturgi o Triunfales, Sucia y, a diecisiete mil pasos tierra adentro, Obulco, que se llama Pontificense: seguidamente Ripa, Epora —una de las federadas—, Sacili Martialium , Ónuba y, a la orilla derecha, Córdoba, la colonia que se apellida Patricia. Desde allí, donde empieza a ser navegable el Betis, se hallan las poblaciones de Cárbula, Detuma, y el río Genil que desemboca en el Betis por el mismo lado 19 .
[11] Son poblaciones del convento jurídico de Híspalis, Celti, Axati, Arva, Canama, Neva, Ilipa, que se apellida Ilpa, Itálica. Y, por la izquierda, la colonia de Híspal, que se apellida Romulense. En la orilla de enfrente Osset, apellidada Julia Constancia, Vergento o Iuli Genius , Oripo, Caura, Siaro y el río Ménuba, que vierte también él al Betis por la orilla derecha. Entre los estuarios del Betis, la población de Nabrisa, apellidada Veneria, y Colobana, y las colonias de Hasta, que se llama Regia, y, tierra adentro, Asido o Cesarina 20 .
El río Genil, que desemboca en el Betis en el lugar que [12] se ha dicho, baña la colonia Astigitana, que se apellida Augusta Firma , y es navegable desde allí. Las restantes colonias exentas de tributo de este convento jurídico son Tucci que se apellida Augusta Gemela, Ituci o Virtus Iulia , Ucubi o Claritas Iulia , Urso o Genetiva Urbanorum 21 . Entre ellas estuvo Munda, que fue capturada junto con el hijo de Pompeyo. Poblaciones libres son Astigi Vetus y Ostipo; tributarias, Callet, Calícula, Castra Gemina, Ilipula Minor , Marruca, Sacrana, Obúlcula, Oningis, Sabora, Ventipo. No lejos del río Ménuba, navegable también, se hallan las de Olontigi, Lelia y Lástigi 22 .
La región que se extiende desde el Betis hasta el río [13] Guadiana, fuera de las tierras mencionadas, se llama Beturia y se divide en dos partes y otros tantos pueblos: los célticos, que lindan con Lusitania y son del convento Hispalense, y los túrdulos, que habitan en los confines de la Lusitania y de la Tarraconense y acuden a Córdoba para las cuestiones legales. Que los célticos han llegado de Lusitania y provienen de los celtíberos, es manifiesto por los cultos religiosos, la lengua y los nombres de las poblaciones que se distinguen dentro de la Bética por sus apelaciones. A Seria se le [14] llama también Fama Iulia; a Nertóbriga, Concordia Iulia; a Ségida, Restituta Iulia; Contributa Iulia a Ugultunia (con la que ahora está asociada también Curiga); a Lacimurga, Constantia Iulia; a Estereses, Fortunales, y a Calenses, Eneánicos. Además de éstas, en la Céltica están Acinipo, Arunda, Arunci, Turóbriga, Lástigi, Salpesa, Sepone, Seripo 23 . La otra Beturia, que hemos dicho que es la de los túrdulos y del convento Cordobés, tiene poblaciones que no dejan de ser notables: Arsa, Melaria, Miróbriga, Regina, Sosintigi, Sísapo 24 .
[15] Del convento Gaditano son, de ciudadanos romanos, Regina; de derecho latino Lepia Regia, Carisa de sobrenombre Aurelia, Urgia, apellidada Castrum Iulium y también Caesaris Salutariensis . Poblaciones tributarias son Besara, Belipo, Barbésula, Blacipo, Besipo, Callet, Capa junto con Oleastro, Iptuci, Ibrona, Lascuta, Saguncia, Saudo, Usepo 25 .
[16] La longitud total de la provincia, según el testimonio de Marco Agripa, es de cuatrocientos setenta y cinco mil pasos y la anchura doscientos cincuenta y ocho mil 26 , pero eso era cuando sus límites se extendían hasta Cartagena. Esta causa da lugar bastante frecuentemente a grandes errores en la estimación de las dimensiones: en unos casos por cambio de los límites de las provincias, en otros porque se alarga o reduce el número de pasos de los caminos. En un tiempo tan dilatado los mares han penetrado en la tierra, en otro lugar se han adelantado las costas, o se ha torcido el curso de los ríos, o se han enderezado sus meandros. Además observadores distintos parten de diferentes puntos para las medidas, y las siguen por distintas vías. Así ocurre que no hay dos que coincidan.
1. Hispania
La longitud actual de la Bética, desde la localidad de [17] Cástulo hasta Gades, es de doscientos cincuenta mil pasos y desde Murgi, en la costa, veinticinco mil más. La anchura, de Carteya al Guadiana, por la costa doscientos treinta y cuatro mil pasos. ¿Quién creería que Agripa, varón tan celoso y que tanto se esmeró en este trabajo, cuando fue a exponer la imagen del mundo a los ojos de Roma se equivocó, y con él el divino Augusto? Porque éste fue el que llevó a término el pórtico que empezó a levantar la hermana de Agripa, en el que se albergaba ese plano del orbe, elaborado según el proyecto y los escritos de Marco Agripa 27 .
3 (4) Hispania Citerior
[18] La antigua disposición de la Hispania Citerior, como la de muchas provincias, ha cambiado bastante, a saber, de cuando Pompeyo Magno en los trofeos que levantó en el Pirineo, proclamaba que él había sometido a su potestad ochocientas sesenta y seis poblaciones entre los Alpes y los confines de la Hispania Ulterior 28 . Ahora el conjunto de la provincia está dividido en siete conventos jurídicos, el de Cartagena, el de Tárraco, el de Cesaraugusta, el de Clunia 29 , el de los Ástures, el de Lugo, el de Braga. A ellos se añaden las islas, de las que se hace mención aparte. La provincia propiamente dicha, además de las doscientas noventa y tres ciudades sometidas a otras, contiene ciento setenta y nueve poblaciones, de las que doce son colonias, trece poblaciones de ciudadanos romanos, dieciocho de latinos antiguos, una federada y ciento treinta y cinco tributarias.
[19] Los primeros en la costa son los bástulos, tras ellos yendo hacia el interior, en el orden en que se les nombrará, los mentesanos, los oretanos y, junto al Tajo, los carpetanos. Próximos a éstos, los vacceos, los vetones y los arévacos celtibéricos 30 . Las ciudades vecinas a la costa son Urci, y Baria —que pertenece a la Bética—; la región de Bastitania; a continuación Contestania; la colonia de Cartagena, desde cuyo cabo, que se llama de Saturno, el trayecto a la ciudad de Cesarea de Mauritania es de ciento noventa y siete mil pasos. Lo que sigue en la costa es el río Táder, la colonia exenta de tributo de Ílici, de donde el nombre del golfo Ilicitano 31 : de ella dependen los icositanos. [20] Seguidamente, Lucento, de los latinos, Denia tributaria, el río Júcar, antes también ciudad, y el límite de la Contestania 32 . La región de Edetania, con un amable lago que se extiende ante ella, llega hasta Celtiberia. Valencia, una colonia separada tres mil pasos del mar; el río Turia; a la misma distancia del mar, Sagunto, una poblacion de ciudadanos romanos, famosa por su lealtad, y el río Udiva. El territorio de los [21] ilergaones; el río Ebro, rico por el comercio fluvial, nacido en el país de los cántabros no lejos de Julióbriga, que discurre a lo largo de cuatrocientos cincuenta mil pasos y admite naves hasta doscientas sesenta mil desde la localidad de Vareya. Por este río llamaron los griegos Iberia a toda Hispania. El territorio de Cesetania y el río Subi, la colonia de Tárraco, fundada por los Escipiones como Cartago por los púnicos. El territorio de los ilergetes, la poblacion de Subur, el río Rubricatum , a partir del cual empiezan los lacetanos y los indígetes 33 .
[22] Después de éstos, yendo hacia el interior en el orden en que se los nombrará, al pie del Pirineo, los ausetanos, los jacetanos y a lo largo del Pirineo, los cerretanos y finalmente los váscones. En la costa, la colonia de Bárcino, apellidada Favencia, y las poblaciones de ciudadanos romanos de Bétulo, lluro, el río Arno, Blandas, el río Alba; Ampurias, que son dos ciudades, una de los antiguos indígenas y otra de los griegos descendientes de los foceos, y el río Tícer. A cuarenta mil pasos de éste, el templo de la Venus Pirinea al [23] otro lado del cabo 34 . Recorriendo ahora uno a uno los conventos jurídicos, se dará noticia de las cosas más notables, además de las ya dichas. En Tárraco dirimen sus pleitos cuarenta y dos pueblos, de los que los más famosos son, entre los de ciudadanos romanos, los dertosanos y los bisgargitanos; entre los de derecho latino, los ausetanos, los cerretanos —que se apellidan unos julianos y otros augustanos—, los edetanos, los gerundenses, los yesonienses, los tearos o julienses. Entre los tributarios los acuicaldenses, los esonenses y los beculonenses 35 .
[24] Cesaraugusta, colonia exenta de tributo, es bañada por el Ebro. En su emplazamiento hubo antes una población que se llamaba Salduvia, del territorio de Edetania. Acuden a ella cincuenta y cinco pueblos: entre los de ciudadanos romanos están los bilbilitanos, los celsenses, antes colonia, los calagurritanos que se apellidan násicos; los ilerdenses, que son de la nación de los surdaonos junto a los que corre el río Sícoris; los oscenses —del territorio de Suesetania—, los turiasonenes. Entre los de derecho latino los cascantenses primitivos, los ergavicenses, los gracurritanos, los leonicenses, y los osicerdenses. Entre los federados, los tarracenses 36 . Entre los tributarios los arcobrigenses, los andelonenses, los aracelitanos, los bursaonenses, los calagurritanos que se apellidan fibularenses, los complutenses, los carenses, los cincienses, los cortonenses, los damanitanos, los ispalenses, los ilursenses, los iluberitanos, los jacetanos, los libienses, los pompelonenses y los segienses 37 .
A Cartagena acuden sesenta y cinco pueblos, aparte de [25] los habitantes de las islas: los de la colonia Accitana Gemelense, los de la Libisosana apellidada Foroaugustana, que han recibido las dos el derecho itálico; los de la colonia Salariense; los de Cástulo de antiguo derecho latino, llamados también Caesarii Iuvenales; los setabinos o augustanos, y los valerienses 38 . De los tributarios, los más conocidos son los alabanenses, los bastitanos, los consaburrenses, los dianenses, los egelestanos, los ilorcitanos, los laminitanos, los mentesanos de sobrenombre oretanos, los mentesanos de sobrenombre bástulos y los oretanos a los que también se llama germanos; los de Segóbriga, capital de Celtiberia; los de Toledo, la ciudad sobre el río Tajo, capital de Carpetania, los viacienses y los virgilienses 39 .
[26] Al convento jurídico de Clunia los várdulos llevan catorce pueblos, de los que sólo hay que nombrar a los alabanenses; los turmógidos, cuatro, entre los que se hallan los segisamonenses y los segisamajulienses. Al mismo convento se dirigen carietes y vennenses con cinco «ciudades» entre las que están los velienses. Igualmente los peléndones con cuatro pueblos de los celtíberos, entre los que fueron famosos los numantinos, del mismo modo que entre las diecisiete ciudades de los vacceos los intercacienses, los [27] palantinos, los lacobrigenses, los caucenses 40 . Entre los nueve pueblos de los cántabros sólo hay que nombrar a Julióbriga, y entre las diez ciudades de los autrigones Tricio y Virovesca. A los arévacos les dio el nombre el río Areva. De ellos son seis poblaciones, Secontia y Úxama, nombres que se emplean también en otros lugares, y además Segovia y Nova Augusta , Termes y la propia Clunia, confín de la Celtiberia 41 . El resto del territorio mira al Océano, así como, entre los pueblos mencionados, los várdulos y los cántabros.
A continuación de ellos se hallan los veintidós pueblos [28] de los ástures, divididos en augustanos y transmontanos, con Astorga, una ciudad magnífica: entre ellos están los gigurrros, los pésicos, los lancienses y los zoelas 42 . El número de hombres libres de toda esa población llega a doscientos cuarenta mil.
El convento jurídico de Lugo es de dieciséis pueblos poco importantes y de nombre bárbaro, salvo los célticos y los lémavos, pero con casi ciento sesenta y seis mil hombres libres. Por el mismo estilo son las veinticuatro ciudades de Braga con doscientos ochenta y cinco mil hombres. Entre ellas, aparte de la de los bracarenses, se puede nombrar sin cansar a los bibalos, celernos, galaicos, equesos, límicos y querquernos 43 .
[29] La Hispania Citerior tiene una longitud de seiscientos siete mil pasos hasta el límite de Cástulo desde el Pirineo, y por la costa un poco más. La anchura, desde Tárraco hasta la costa de Oyarson 44 , junto a la falda del Pirineo, donde el territorio se estrecha como una cuña entre dos mares, de trescientos siete mil. Después se ensancha paulatinamente y por donde corresponde a la Hispania Ulterior gana más de [30] otro tanto en anchura. Casi toda Hispania es rica en minerales de plomo, hierro, cobre, plata, oro. La Citerior, además, en alabastro y la Bética en cinabrio. Hay también canteras de mármol. A toda Hispania concedió el emperador Vespasiano Augusto el derecho latino cuando estaba agitada por desórdenes políticos. Los montes Pirineos señalan el límite entre las Hispanias y las Galias, proyectando los salientes de sus cabos sobre dos mares diferentes.
4 (5) La provincia Narbonense
[31] Provincia Narbonense es el nombre de la parte de las Galias que baña el mar Mediterráneo. «Bragada» se la llamaba antes. La separan de Italia el río Var y las montañas de los Alpes, que han sido tan beneficiosas para el Imperio Romano; del resto de las Galias, por el lado septentrional, los montes Cévennes y los del Jura. Por el cultivo de la tierra, por la dignidad de sus gentes y estilo de vida, y por la magnitud de sus riquezas, no ha de ser pospuesta a ninguna de las provincias: en una palabra, más es Italia que provincia 45 .
En la costa se encuentra la región de los sordones y hacia [32] el interior la de los consuaranos, los ríos Teto y Vernodubro, las poblaciones de Iliberris, débil huella de una ciudad en otro tiempo grande, y Rúscino, que es de derecho latino, el río Átax que desciende del Pirineo y atraviesa el lago Rubrense, Narbona Marcia, una colonia de los de la décima legión, que dista doce mil pasos del mar, y los ríos Áraris y Liria 46 . Por lo demás, las ciudades son escasas a [33] causa de las marismas que tienen por delante. Ágata, en otro tiempo de los marselleses; el territorio de los volcas tectosagos, y el lugar donde estuvo una Roda de los rodios, por la que se llamó Ródano al río que es con mucho el más fértil de las Galias, y que dejándose caer de los Alpes, atraviesa el lago Leman y recibe el débil caudal del Árar y las aguas del Ísara y del Druantia, no menos rápidos que él mismo 47 . Líbicas se llaman sus dos bocas menores, una de ellas Hispaniense y la otra Metapina, mientras que la tercera y mayor es la Masaliótica. Algunos autores aseguran que la población de Heraclea estuvo en la desembocadura del Ródano.
Al otro lado del Ródano hay unos canales, obra de [34] C. Mario y conocidos por su nombre; la laguna de Mastromela, la poblacion de Marítima, de los Aváticos, y encima de ella las Llanuras Pétreas, recuerdo de las batallas de Hércules, el territorio de los anatilios y, hacia el interior, los de los dexivates y de los cavas. De nuevo, junto al mar, el de los trícores y en el interior los de los tritolos y de los voconcios y los de los segovelaunos; a continuación el de los alóbroges 48 . Luego, en la orilla, Marsella, una ciudad federada de los griegos focenses, el cabo Zao, el puerto de Citarista, el territorio de los camactúlicos, después los suelteros [35] y por encima de ellos los verucinos 49 . En la costa también Atenópolis, de los marselleses, Forum Iuli , una colonia de los de la octava legión que se apellida Pacense y también Clásica, el río de nombre Argénteo, la región de los oxubios y de los ligaunos, encima de los cuales están suebros, cuariates, adunicates. Siguiendo de nuevo la costa, la población de derecho latino de Antípolis 50 , el territorio de los deciates, el río Var, que proviene del Monte Cenia de los Alpes.
[36] En el interior están las colonias de Arlés, de los de la sexta legión, Beterras de los de la séptima, y Arausio de los de la segunda. En el territorio de los cavas se hallan Valencia, Viena, de los alóbroges, las poblaciones de derecho latino de Aquae Sextiae , Avennio, de los cavas, Apta Iulia , de los vulgienses, Alebece, de los reyos apolinares, Alba, de los helvos, Augusta, de los tricastinos, Anatilia, Aerea, los bormanos, los comanos, Cabelio, Carcaso, de los volcas tectosages, Carbantorate, de los meminos 51 , los cenicenses, los cambolectros, que se apellidan atlánticos, Forum Voconi , [37] Glanum Libii , los lutevanos, que también se llaman foroneronienses, Nemauso, de los arecómicos, los piscinas, los rutenos, los sanmagenses, los tolosanos de los tectosages en el límite de Aquitania, los tasgodunos, los tarusconienses, los umbránicos, las dos capitales de la ciudad federada de los voconcios, Vasio y Lucus Augusti , más diecinueve ciudades sin importancia, así como veinticuatro dependientes de los nemausios. El emperador Galba añadió al estatuto oficial de la provincia a los avánticos y los bodiónticos, pueblos alpinos cuya población es Dinio 52 . La longitud de la provincia Narbonense, según refiere Agripa, es de trescientos setenta mil pasos, la anchura de doscientos cuarenta y ocho mil.
5 (6) Italia hasta Locros
[38] A continuación viene ya Italia. Los primeros en ella los Lígures, inmediatamente Etruria, Umbría, el Lacio, con las bocas del Tíber y Roma, cabeza del mundo, a dieciséis mil pasos de distancia del mar. Seguidamente el litoral volsco y las Campanias; a continuación el territorio Picentino, junto con la Lucania y el Brutio, el lugar meridional más alejado de las cimas en forma de media luna de los Alpes, desde las que Italia se desliza hacia el mar. Siguen la costa de Grecia y después los salentinos, los pedúculos, los ápulos, los pelignos, los frentanos, los marrucinos, los vestinos, los sabinos, los picentes, los galos, los umbros, los etruscos, los vénetos, [39] los carnos, los yápudes, los histros y los liburnos 53 . Sé bien que se me puede considerar de ánimo desagradecido y débil por nombrar, como por azar y de paso, una tierra que es criatura y a la vez madre de todo el mundo 54 , elegida por voluntad de los dioses para hacer el cielo mismo más luminoso, congregar imperios antes esparcidos, educar los hábitos sociales y, con la comunidad de lengua, llevar a entendimiento a gentes de hablas tan diferentes y salvajes y aportar la civilización al género humano: en una palabra, a que fuera una sola en todo el orbe la patria del conjunto de las naciones. Pero, ¿qué puedo hacer? [40] ¿Quién alcanzaría a expresar la nobleza de tantos lugares? La inmensa fama de cada uno de los hechos y de los pueblos me sobrecoge. La ciudad de Roma ella sola, y dentro de ella su inmensidad y una estampa digna de adornar su cerviz con guirnaldas de fiesta, ¡con qué fuerza debe ser descrita! ¡Y cómo la costa de Campania, con aquella fecunda y bendita belleza suya, que manifiesta que hay un lugar en que la naturaleza se ha recreado en su obra!
Es, en efecto, tan grande la vigorosa y constante [41] salubridad de ella, tanta la moderación del clima, tan fértiles las tierras de labor, tan abrigadas las montañas, tan seguros los descampados, tan espesos los bosques, tan ricos en toda clase de arbolado… La brisa de tantos montes, la inmensa riqueza de cosechas, de vides, de olivares, la calidad de las lanas de los rebaños, la fuerza de la cerviz de los bueyes, los numerosos lagos, la riqueza de ríos y manantiales que baña toda Italia, tantos mares y puertos, y el seno de las tierras abierto por todas partes al comercio, que es como si la propia Italia se lanzara con avidez al mar para ayudar a los hombres. Y ni siquiera menciono el carácter y las costumbres, [42] ni los héroes ni los pueblos que Italia ha sometido con su poder y con el de su lengua. ¡Los mismos griegos, una raza desmedida en proclamar sus propias glorias, lo han juzgado así, llamando Magna Grecia a una reducida parte de Italia! Evidentemente, en esta sección de mi obra hay que volver a hacer lo que ya hicimos al tratar del cielo: ofrecer referencia de algunas cuestiones particulares y de unas pocas estrellas. A los lectores, yo les ruego que tengan presente que nos apresuramos a explicar punto por punto la totalidad del orbe.
[43] Italia ha sido muy señaladamente comparada, más que a otra cosa, a una hoja de roble mucho mayor de largo que de anchura, que por la parte de arriba se dobla hacia la izquierda y termina, abajo, con la silueta del escudo de las amazonas 55 . Del centro de éste, que se llama Cocinto, arrancan dos cuernos, Leucopétra por la derecha y Lacinio por la izquierda, que trazan una bahía en forma de media luna. En el sentido de la longitud, siguiendo una línea que desde la comarca alpina de Pretoria Augusta y pasando por la urbe y por Capua, llega hasta la población de Regio, situada en su hombro, donde se diría que empieza la curva del cuello 56 , Italia alcanza a cubrir un millón veinte mil pasos. Mucho mayor sería esta dimensión hasta Lacinio, pero con [44] una oblicuidad que parecería inclinarla a un lado. La anchura varía. Es de cuatrocientos diez mil pasos entre los dos mares, el Inferior y el Superior a la altura de los ríos Varo y Arsia 57 ; aproximadamente en el centro en torno a la ciudad de Roma: desde la desembocadura del río Aterno, que vierte al Adriático, hasta la del Tíber, de ciento treinta seis mil, y algo menos desde Castro Novo en el mar Adriático, a Alsio en el Etrusco, sin exceder en ningún lugar de doscientos mil pasos de ancho. El contorno de Italia entera, desde el Varo a Arsia, es de dos millones cuarenta y nueve mil pasos. La [45] distancia de las tierras en torno, Histria y Liburnia, en algunos lugares es de un centenar de miles de pasos. Del Epiro y del Ilírico cincuenta mil; de África no llega a doscientos mil, según el testimonio de Marco Varrón; de Cerdeña ciento veinte mil; de Sicilia un millar y medio; de Corfú algo menos de ochenta mil; de Isa cincuenta mil. Se extiende entre los mares, avanzando en dirección al mediodía, vista desde el cielo, pero si se calcula con diligencia y con rigor, estaría entre la hora sexta y la hora primera del invierno 58 .
Ahora enunciaremos su ámbito y sus ciudades. En este [46] punto es preciso decir por adelantado que seguiremos la autoridad del Divino Augusto y la división que él hizo de toda Italia en once regiones 59 , pero por el orden que determine el trazado de las costas. Como en un discurso sumario no es posible guardar con precisión la cercanía de unas a otras ciudades, en la parte de tierra adentro seguiremos la ordenación alfabética del propio autor, mencionando señaladamente las colonias que él ofreció en esa enumeración. No es fácil determinar los emplazamientos y los orígenes de los ingaunos lígures —por omitir los demás casos—, cuando se les repartieron tierras treinta veces. (7) Así pues, empezando [47] por el río Varo, se encuentran la población de Nicea, fundada por los marselleses, el río Palo, los Alpes y los pueblos alpinos con sus muchos nombres, pero sobre todo el de los cabelludos, con la capital de la comunidad de los vediancios, Cemenelo 60 ; el puerto de Hércules de Mónaco y la costa lígur. Los lígures más famosos de los transalpinos son los salvos, los deciates, los oxubios; y del lado de acá los venenos, turros, sotos, bagiennos, estatielos, binbelos, mayelos, cuburriates, casmonates, veleyates y otros cuyas poblaciones [48] costeras mencionaremos a continuación. El río Rútuba, la población de Album Intimilium , el río Mérula, la población de Album Ingaunum , el puerto de los Vada Sabatia , el río Porcífera, la población de Génova, el río Fertor, el puerto del Delfín: en el interior Tigulia y Segesta de los Tigulios, y el río Macra, límite de la Liguria 61 .
A espaldas de todo lo arriba mencionado, se hallan los Apeninos, la más grande cordillera de Italia, que se extienden en una cadena ininterrumpida de montañas desde los [49] Alpes hasta el estrecho de Sicilia. En una de sus laderas, a lo largo del Po, el río más rico de Italia, todo el territorio resplandece con poblaciones famosas: Libarna, la colonia de Dertona, Iria, Vardacate, Industria, Polencia, Cárrea que tiene el sobrenombre de Potencia, el Foro de Fulvio o Valentino, Augusta de los Bagiennos, Alba Pompeya, Hasta 62 , Aquae Statiellorum . Esta región es la novena de la división de Augusto. La costa de Liguria entre los ríos Varo y Macra tiene una extensión de doscientos once mil pasos.
2. Italia
(8) Contigua a ella se halla la séptima región, en la que [50] está Etruria a partir del río Macra, un territorio que ha cambiado muchas veces de nombre. A los umbros los expulsaron de allí en época antigua los pelasgos, a éstos los lidios, por cuyo rey recibieron el nombre de tirrenos, después en lengua griega tuscos, por su liturgia sacrificial 63 . La primera población de Etruria es Luna, famosa por su puerto; la colonia de Luca, retirada del mar y más cercana a Pisa que está entre los ríos Áuser y Arno y debe su origen a los pelópidas o a los teutanos, una estirpe griega; los Vados de Volterra o marismas de Volterra, el río Cecina y Populonio, que en otro tiempo fue la única población de los etruscos en la costa. A partir de aquí se hallan el río Prile, a continuación [51] el Umbrón, capaz de acoger naves, en el que empieza el territorio de Umbría y el puerto de Telamón, Cosa de los Volcientes, colonia creada por el pueblo romano, Graviscas, Castro Novo, Pirgos, el río Ceretano y, siete millas tierra adentro, la propia Cere, llamada Agila por sus fundadores pelasgos, Alsio, Fregenas, y el río Tíber a doscientos ochenta y cuatro mil pasos del Macra. En el interior, algunas colonias, la Falisca apellidada de los Etruscos, de origen argivo según Catón, el bosque sagrado de Feronia, la [52] Ruselana, la Sienesa y Sutria. Además están los pueblos de los arretinos viejos, los arretinos fidenciores, los arretinos julienses 64 , los amitinenses, los acuenses apellidados taurinos, los bleranos, los cortonenses, los capenates, los clusinos nuevos, los clusinos viejos, los de Florencia a orillas del Arno; Fésulas, Ferentino, Fescennia, Hortano, Herbano, Népeta, las Nueve Villas, la Prefectura Claudia de Foro Clodio, Pistorio, Perusia, los suanenses, los saturninos, que antes se llamaban aurinos, los subertanos, los estatonenses, los tarquinienses, los tuscanienses, los vetulonienses, los veyentanos, los vesentinos, los volaterranos, los volcentanos de sobrenombre etruscos, y los volsinienses. En esa misma zona conservan el nombre de antiguas poblaciones los territorios Crustumino 65 y Caletrano.
(9) El Tíber, Roma
El Tíber, antes llamado Thybris , y [53] primero Álbula, discurre desde la mitad aproximadamente de la cadena del Apenino por las comarcas de los arretinos 66 . De escaso caudal al principio, no es navegable (igual que el Tinia y el Glanis que vierten en él) salvo cuando se retiene en estanques y se le deja salir después de haber estado represadas las aguas nueve días, a no ser que llueva. Pero el Tíber, que por lo áspero y pedregoso del terreno no se deja navegar por largo trecho y más bien con balsas que con barcas, se extiende a lo largo de ciento cincuenta mil pasos. No lejos de Tiferno, Perusia y Ocrículo separa a Etruria de los umbros y de los sabinos, como también, a menos de dieciséis mil pasos de la urbe, el territorio de Veyos del de Crustumino y después Fidenas y el Lacio del Vaticano. Pero más abajo del Glanis Arretino, su [54] caudal es aumentado por cuarenta y dos afluentes, de los que los principales son el Nera y el Aniene (éste, navegable también, cierra el territorio latino por detrás), e igualmente y no menos por las aguas de las conducciones y numerosas fuentes que han sido llevadas para servicio de la urbe. Por lo cual, apto para cualquiera de las naves grandes procedentes del mar de Italia, apacible mercader de productos originarios de todo el orbe, ve él solo sus márgenes poblados y ceñidos por más villas que los demás ríos de todo el mundo. [55] Ningún cauce fluvial tiene menos desahogo, encerrado entre sus orillas por ambos lados sin ofrecer resistencia, aunque experimenta frecuentes y repentinas subidas de nivel con inundaciones más en la propia urbe que en otro lugar de su curso. Pero se le interpreta en sus crecidas siempre como adivino y consejero de expiaciones religiosas más que de desastres.
[56] Se ha mantenido el antiguo Lacio 67 desde el Tíber hasta Circeo con una longitud de cincuenta mil pasos. Tan exiguas fueron al principio las raíces del Imperio. Con frecuentes cambios de población, lo ocuparon gentes diversas en los distintos períodos: aborígenes, pelasgos, árcades, sículos, auruncos, rútulos y más allá de Circeo, los volscos, los oscos, los ausones, de donde proviene que el nombre de Lacio se haya extendido hasta el río Liris. Al principio de esta costa se halla la colonia de Ostia, fundada por un rey romano, la localidad de Laurento, el bosque sagrado de Júpiter Indígete, el río Numicio y Árdea, fundada por Dánae, [57] la madre de Perseo. A continuación viene el lugar de lo que fue Afrodisio 68 , la colonia de Ancio, el río y la isla Ástura, el río Ninfeo, los Baluartes Romanos, Circeo, en otro tiempo isla rodeada por un ancho mar, si se da crédito a Homero, y ahora por una llanura.
Es notable lo que sobre este asunto podemos aportar al conocimiento de la gente. Teofrasto 69 , que fue el primero de los extranjeros que escribó con particular diligencia algo acerca de los Romanos (porque Teopompo, antes del cual nadie hizo mención de ellos, se limitó a decir que los galos habían conquistado la Urbe; y Clitarco, el siguiente después de él, sólo que se había enviado una embajada a Alejandro), este Teofrasto, digo, atribuyó —y no sólo por tradición— a [58] la isla de Circeo, unas dimensiones de ochenta estadios en la obra que dedicó a Nicodoro, que fue magistrado de Atenas en el año cuatrocientos cuarenta de nuestra Urbe 70 . Por tanto, toda la tierra unida a la isla fuera de un círculo de diez mil pasos, se ha añadido a Italia depués de aquel año. Otra maravilla junto a Circeo es la laguna Pontina, que según [59] refirió Muciano, tres veces cónsul, fue el emplazamiento de veinticuatro ciudades 71 .
A continuación el río Aufento, sobre el que se alza la población de Terracina, llamada Ánxur en la lengua de los volscos, y el sitio donde estuvo Amiclas, o Aminclas, destruida por unas serpientes; después el lugar de Sperlonga, el lago Fundano, el puerto de Gaeta, la población de Formia también llamada Hormia, antigua sede, según se piensa, de los lestrígones. Más allá estuvo la población de Pira y está la colonia de Minturna, atravesada por el río Liris que antes se llamó Clanis 72 . Finalmente, Sinuesa, a la que algunos han dicho que se le dio el nombre de Sinope, última localidad de esta extensión del Lacio.
[60] A partir de aquí, la rica Campania. Ya en su primer valle costero empiezan las colinas cubiertas de vides, una tierra notable por la fuerza embriagadora de un licor famoso en todo el mundo, y como dijeron los antiguos, el lugar de la suprema competición entre el Padre Líber y Ceres. De aquí arrancan los campos de Secia y del Cécubo; a ellos se unen los Falernos y los Calenos. A continuación se alzan los montes Másicos, los Garaunos y Surrentinos 73 . A sus pies se extienden los Campos Leborinos y se limpian las mieses para producir unas deliciosas gachas, conocidas por «álicas». Estas costas están regadas por cálidas fuentes y son conocidas entre todos los mares por sus mariscos y sus famosos peces. En ningún otro lugar hay un aceite de oliva de más calidad. Lo cual es también otra competición para gozo de los humanos. Han habitado allí oscos, griegos, umbros, etruscos y campanos. En la costa se encuentra el [61] río Savo, la población de Volturno con su río, Linterno 74 , Cumas de los Calcídicos, Miseno, el puerto de Bayas, Baulos, el lago Lucrino y el Averno, junto al cual existió en otra época la población de Cimerio. A continación, la colonia de Putéolos, llamada también Dicearquea, y después las llanuras Flegreas y la laguna Aquerusia, vecina a Cumas.
En el litoral, Nápoles, colonia también de los calcídicos, [62] apellidada Parténope por la tumba de las sirenas, Herculano, y no lejos del celebrado monte Vesubio, Pompeya, junto a la que corre el río Sarno 75 , el territorio Nucerino y a nueve mil pasos del mar la propia Nuceria y Sorrento, con el cabo de Minerva en otro tiempo sede de las sirenas. La distancia navegando desde Circeo es de setenta y ocho mil pasos. Esta región, desde el Tíber, se mantiene como la primera de Italia en la distribución de Augusto.
[63] En el interior está la colonia de Capua, que recibe ese nombre a causa de una llanura de cuarenta mil pasos, Aquino, Suesa, Venafro, Sora, Teano de sobrenombre Sidicino y Nola 76 ; las poblaciones de Abelino, Aricia, Alba Longa, los acerranos, alifanos, atinates, aletrinates, anagninos, atelanos, efulanos, arpinates, auximates, abelanos, alfaternos (los que reciben su sobrenombre por proceder del territorio latino, y los del hérnico y del labicano), Bovilas, Cayada, Casino, Caleno, Capítulo de los Hérnicos, los cereatinos que se apellidan marianos, los coranos que descienden de Dárdano de Troya, los cubulterinos, los [64] castrimenienses, los cingulanos; los fabienses del monte Albano, los foropopulienses que provienen del territorio Falerno, los frusinates, los ferentinates, los freginates, los fabraternos viejos, los fabraternos nuevos, los ficolenses, los fregelanos, el Foro de Apio, los forentinos, los gabinos, los interamnates sucasinos que se llaman también lirenates, los ilionenses, los lanuvinos, los norbanos, los nomentanos, los prenestinos de una ciudad antiguamente llamada Estéfane, los privernates, los setinos, los signinos, los suesulanos, los telesinos, los trebulanos de sobrenombre [65] balienses, los trebanos, los tusculanos, los verulanos, los veliternos, los ulubrenses y los urbanates. Y sobre todo, la mismísima Roma, cuyo segundo nombre es un sacrilegio pronunciar salvo en los arcanos de las ceremonias rituales 77 . Rigurosamente escondido con la mejor y más saludable observancia, lo hizo público Valerio Sorano y enseguida sufrió castigo. No parece fuera de propósito incluir en este lugar el caso de un viejo culto instituido principalmente por causa de este secreto. La diosa Angerona, a la que se ofrecen sacrificios el día doce antes de las calendas de enero, tiene su estatua con la boca atada y sellada.
Rómulo dejó la urbe teniendo tres puertas o cuatro (por [66] dar crédito a los que dicen que eran más). El conjunto de sus murallas en el año ochocientos veintiséis de su fundacion, siendo emperadores y censores los Vespasianos, comprendía trece mil doscientos pasos de contorno 78 . Abraza las siete colinas y se divide en catorce distritos y hay doscientas sesenta y cinco capillas de crucero de los dioses Lares. La extensión de la ciudad, trazando una línea recta desde el miliario colocado en la cabecera del Foro Romano hasta cada una de las puertas que hay hoy en número de treinta y siete (si se cuentan como una las llamadas doce, y se prescinde de las siete antiguas que han dejado de existir), arroja un total de veinte mil setecientos sesenta y cinco pasos en línea recta. Pero hasta el final de las edificaciones, [67] comprendido el campo de los pretorianos 79 , desde el mismo miliario, y a través de los diversos distritos, la longitud de todas las vías públicas alcanza un poco más de sesenta mil pasos. Si a eso se añadiera la altura de los edificios, se obtendría un cálculo ciertamente adecuado y se proclamaría que no hay en todo el orbe ciudad ninguna cuyo tamaño pudiera comparársele. La cierra por el oriente el baluarte de Tarquinio el Soberbio, una obra de lo más admirable pues fue levantada hasta la altura de las murallas por la parte donde estaba más abierta la ciudad por ser de acceso llano. El resto estaba protegido por muy altas murallas o por montes abruptos, salvo que con la expansión de las construcciones se le han añadido muchas ciudades.
[68] En la primera región existieron además en el Lacio otras poblaciones famosas 80 : Sátrico, Pomecia, Escaptia, Politorio, Telena, Tifala, Cenina, Ficana, Crustumerio, Ameríola, Medulo, Cornículo, Saturnia donde está ahora Roma, Antípolis en lo que ahora es el Janículo en el interior de Roma, Antemnas, Camerio, Colacia, Amitino, Norbe y Sulmona. [69] Junto a éstas solían ofrecer sacrificios en el monte Albano 81 los pueblos albenses, albanos, esolanos, accienses, abolanos, bubetanos, bolanos, cusuetanos, coriolanos, fidenates, foretos, hortenses, latinienses, longulanos, manates, macrales, munienses, numinienses, oliculanos, octulanos, pedanos, poluscinos, querquetalanos, sicanos, sisolenses, tolerienses, tucienses, vimitelaros, velienses, venetulanos y vitelenses. Es decir, que cincuenta y tres pueblos del antiguo [70] Lacio se han extinguido sin dejar huellas 82 . En el territorio Campano, por otra parte, la población de Estabias existió hasta la víspera de las calendas de mayo del año del consulado de Gneo Pompeyo y Lucio Catón. Ese día, Lucio Sula, legado en la Guerra Social, la destruyó y ahora queda una granja. También allí dejó de existir Taurana; están los restos de Casilino en vías de extinción. Además Anciate cuenta que la localidad de Apíolas fue tomada por el rey Lucio Tarquinio que empezó el Capitolio con el botín de allí. El territorio Picentino, de treinta mil pasos entre Sorrento y el río Sílero, fue de los etruscos: era famoso por el templo de Juno Argiva, fundado por Jasón. En el interior está Picentia, una población de Salerno.
(10) Desde el Sílero empiezan la tercera región y los territorios [71] Lucano y del Brutio. Tampoco allí ha sido infrecuente el cambio de habitantes. Los poseyeron los pelasgos, los enotrios, los ítalos, los morgetes, los sículos, pueblos principalmente de Grecia; últimamente los lucanos, originarios de los samnitas, con su caudillo Luco 83 . Se hallan allí las poblaciones de Pesto, llamada Posidonia por los griegos, el golfo de Pesto, la poblacion de Élea, que ahora es Velia, el cabo Palinuro, desde el que la travesía a la Columna Regia por la bahía que allí se abre es de cien mil pasos. [72] Contiguo está el río Melpes, la población de Buxento —Pixos para Grecia—, el río Lao, y hubo también una ciudad del mismo nombre. Desde allí, el litoral del Brutio, la población de Blanda, el río Baleto, el puerto Partenio, que es de los focenses, la bahía de Vibo, el emplazamiento de Clampecia, la población de Tempsa llamada Témese por los griegos, y Terina, fundación de los crotonienses con el inmenso golfo Terineo. En el interior la localidad de Cosenza. [73] En una península se halla el río Aqueronte del que toman el nombre los aquerontinos de la población contigua, Hipo a la que ahora llamamos Vibo Valencia, el puerto de Hércules, el río Metauro, la población de Taurento, el puerto de Orestes y Medma, la población de Escila. A continuación el río Crateis, madre, como dijeron algunos, de Escila 84 . Después la Columna Regia 85 , el estrecho de Sicilia y los dos cabos, enfrente uno de otro, el Ceno de la parte de Italia y el Peloro de la de Sicilia, a una distancia de doce estadios; a noventa y cuatro de allí está Regio. A continuación, el bosque Sila [74] de los Apeninos, el cabo de Leucópetra a quince mil pasos de él, a cincuenta y un mil, con su sobrenombre, tomado del cabo Cefirio, Locros, que dista del Sílero trescientos tres mil pasos. Y aquí se cierra el primer golfo de Europa.
Los mares que hay en él tienen los siguientes nombres: aquél desde el que irrumpen las aguas, Atlántico, según otros Magno; por donde entran, Porthmos según los griegos, según nosotros estrecho de Gades; cuando ya ha entrado, Hispano en el espacio en que baña las Hispanias, según otros Ibérico o Baleárico; después Gálico delante de la provincia Narbonense, desde ella Ligústico. A partir de este lugar [75] hasta la isla de Sicilia, Etrusco (algunos griegos lo llaman Notio y otros Tirreno). Los más de los nuestros Inferior; más allá de Sicilia, al mar que llega hasta el territorio de los salentinos, Polibio le da el nombre de Ausonio. Pero Eratóstenes a todo el mar que se halla entre la boca del Océano y Cerdeña, le dice Sardo; desde ahí hasta Sicilia, Tirreno; desde ésta hasta Creta, Sículo y a partir de ahí, Crético.
(11) Las Baleares
Las islas que hay a lo largo de estos [76] mares son, las primeras de todas, las Pitiusas 86 , llamadas así en griego por los pinos: ahora se llaman ambas Ibiza; son una ciudad federada con su angosto estrecho en medio. Tienen un contorno de cuarenta y seis mil pasos y distan setecientos estadios de Denia, igual que Denia por tierra de Cartago Nova. A esa misma distancia de las Pitiusas, mar adentro, las dos Baleares y frente al río Júcar, Colubraria.
[77] A las Baleares, buenas para la guerra con hondas, llamaron los griegos Gimnasias 87 . La Mayor tiene cien mil pasos de largo y un contorno de cuatrocientos setenta y cinco mil. Tiene poblaciones de ciudadanos romanos, Palma y Pollensa; de derecho latino Guyo y Tucis; federada fue la de los bocos. De ella dista treinta mil pasos la Menor, de cuarenta mil de largo y ciento cincuenta mil de contorno. Tiene las poblaciones de Yamo, Sanisera y Mahón.
[78] De la Mayor dista doce mil pasos mar adentro Cabrera, peligrosa por los naufragios; y desde la zona de la ciudad de Palma, las Menarias y Ticuadra y el islote de Aníbal 88 . La isla de Ibiza ahuyenta las serpientes, la de Colubraria las cría. Por eso es peligrosa para todos, salvo para los que traen tierra de Ibiza. Los griegos la llamaron Ofiusa. Ibiza tampoco cría los conejos que devastan las mieses de las Baleares.
[79] Hay casi otras veinte islas más bien pequeñas en una zona de mar poco profundo 89 : ante la costa de la Galia en la desembocadura del Ródano está Metina; a continuación, la que se llama de los Blascos y las tres Estécades, llamadas por sus vecinos masiliotas por el orden en que están situadas. Los nombres de cada una de ellas son Prote, Mese, que se llama también Pomponiana, y la tercera Hipea. Cerca de éstas, Esturio, Fenice, Fila, Lero y Lerina frente a Antípolis, en la que se conserva el recuerdo de la población de Bercono.
6 (12) Córcega
En el mar Ligústico, pero más próxima [80] al Etrusco, está Córcega, que los griegos apellidaron Cirno. Se extiende del septentrión al mediodía, con un largo de ciento cincuenta mil pasos, de ancho, cincuenta mil en la parte mayor, de contorno trescientos veinticinco mil. Dista sesenta y dos mil pasos de los Vados de Volterra 90 . Tiene treinta y dos ciudades y las colonias Mariana, fundada por Gayo Mario, y Aleria, por el dictador Sula. Del lado del continente está Oglasa, y en medio, a sesenta mil pasos de Córcega, Planasia, así llamada por su apariencia, al mismo nivel del mar y por ello engañosa para la navegación. Más grandes son Urgo y Capraria a la que los [81] griegos llamaron Egilio; igualmente Igilio y Diana, a la que llamaron Artemisia, ambas frente al litoral de Cosa; también, Barpana, Menaria, Columbaria, Venaria y Elba con sus minas de hierro, un contorno de cien mil pasos y a diez mil de Populonio: los griegos la llamaron Etalia. De ella, Planasia está a veintiocho mil pasos. Despues de éstas, al otro lado de la desembocadura del Tíber, en el litoral de Ancio, está Ástura, a continuación Palmaria, Sinonia, y frente a Formia, Ponza 91 .
(13) Cerdeña
[82] En la bahía Puteolana, Pandateria; Prócida —no por la nodriza de Eneas, sino por haberse formado con tierra de Enaria—, Enaria (por haber sido puerto para las naves de Eneas), llamada Inárime por Homero; Pitecusa, no por abundancia de monos, como han pensado algunos, sino por sus talleres de alfarería. Entre Pausílipo y Nápoles está Megáride, a continuación, a ocho millas de Sorrento, las islas de Capri, famosas por la fortaleza del emperador Tiberio 92 , con una circunferencia de once [83] mil pasos. Enseguida Leucótea, y ya fuera de la vista, tocando al mar Áfrico, Cerdeña, a menos de ocho mil pasos del extremo de Córcega. Dejan aún más angosto el paso entre ellas unas islas pequeñas que se llaman las Cuniculares, y también las de Fintón y las Fosas, de las que el estrecho toma su nombre griego de Tafros.
[84] 7 Cerdeña, por la cara de oriente, es de una extensión de ciento ochenta y ocho mil pasos: por el, occidente, de ciento setenta y cinco mil; al mediodía, setenta y siete mil; por el septentrión, ciento veinticinco mil; de contorno quinientos sesenta y cinco mil pasos 93 . Dista de África, por la parte del cabo Caralitano, doscientos mil pasos y de Gades un millón doscientos cincuenta mil pasos. Tiene también por la parte del cabo Gorditano dos islas, que se llaman de Hércules, una frente al Sulcense, la Enosis, y la Ficaria por el Caralitano.
8 (14) Sicilia
Algunos sitúan no lejos de ella también [85] a las Lebéridas, a la de Calode y la que llaman los Baños de Hera. Los pueblos más célebres en esta isla son los ilienses, los bálaros y los corsos (con dieciocho poblaciones), los sulcitanos, los valentinos, los neapolitanos, los vitenses, los caralitanos (de ciudadanos romanos), y los norenses, además de una colonia que se llama la de La Torre de Libisón. A la propia Cerdeña la llamó Timeo Sandaliotis, por su forma de suela de sandalia, y Mirsilo Icnusa por el parecido con una huella de pie. Frente al golfo de Pesto está Leucosia, así llamada por la sirena sepultada en ella; frente a Velia, Ponza e Isacia, que comparten ambas el nombre de Enótrides, prueba de que los enotrios poseyeron Italia 94 . Frente a Vibo los islotes chicos que se llaman Itacenses por la cueva de Ulises.
Pero a todas las islas aventaja en fama Sicilia, llamada [86] Sicania por Tucídides, Trinacria o Trinacia por muchos a causa de su forma triangular. La amplitud de su contorno es, según Agripa, de seiscientos veintiocho mil pasos. En otro tiempo estuvo unida al territorio del Brutio, después, al entrar el mar, la separó un estrecho de quince mil pasos de largo y un ancho de mil quinientos pasos junto a la Columna Regia. En razón de esta brecha dieron los griegos el nombre de Regio 95 a la localidad situada en la margen itálica. En [87] ese estrecho está el escollo Escila e igualmente el torbellino Caribdis, ambos famosos por su peligrosidad 96 . Del triángulo que es la isla, como hemos dicho, se llama cabo Peloro el que está frente a Escila en dirección a Italia, Paquino el que mira a Grecia, distando de él el Peloponeso cuatrocientos cuarenta mil pasos, Lilibeo el que apunta a África 97 , a un espacio de ciento ochenta mil pasos del cabo de Mercurio y ciento noventa mil del Caralitano de Cerdeña. Estos cabos y lados están separados por las siguientes distancias: por tierra, del Peloro a Paquino ciento ochenta y seis mil pasos, de éste al Lilibeo doscientos mil y de éste al Peloro doscientos cuarenta y dos mil.
[88] Hay allí cinco colonias y sesenta y tres 98 urbes y ciudades. Empezando por el Peloro, en la costa que da al mar Jonio, está la población de Mesina (de ciudadanos romanos, que son llamados Mamertinos 99 ), el cabo de Trápani, la colonia de Tauromenio, que antes fue Naxos, el río Asines, el monte Etna 100 , en el que son de admirar los fuegos nocturnos. Su cráter se extiende por un espacio de veinte estadios, la lava llega ardiendo hasta Tauromenio y Cátina, y el estrépito hasta los cerros Maroneo y Gemelos; los tres escollos [89] de los Cíclopes, el puerto de Ulises, la colonia Cátina, los ríos Simeto y Terias. En el interior las llanuras Lestrigonias, las poblaciones de Leontinos y Megáride, el río Pantagies, la colonia de Siracusa con la fuente de Aretusa (aunque también de las fuentes de Temenítide y Arquidemia y las de Magea y Cíane y Miliquie se bebe en el territorio de Siracusa), el puerto de Naustatmo, el río Eloro y el cabo Paquino. En este lado de Sicilia están el río Hírmino, la población de Camarina, el río Gelas, la localidad de Acragante, que los nuestros han llamado Agrigento; la colonia de [90] Termas, los ríos Acates, Mazara, Hipsa y Selinunte; la poblacion de Lilibeo, de la que toma nombre el cabo; Trápani, el monte Érice, las poblaciones de Panormo, Solunte, Hímera con su río, Cefalárude, Haluncio, Agatirno, la colonia de Tindáride, la poblacion de Mila y Pelorias, por donde hemos empezado.
En el interior poseen el derecho latino los centuripinos, [91] los netinos, los segestanos; tributarios son los asorinos, los etnenses, los agirinos, los acesteos, los acrenses, los bidinos, los citarinos, los drepanitanos, los ergetinos, los equetlienses, los ericinos, los entelinos, los eninos, los eguinos, los gelanos, los galatenos, los halesinos, los hennenses, los hiblenses, los herbitenses, los herbesenses, los herbulenses, los halicuenses, los hadranitanos, los imacarenses, los ipanenses, los ietenses, los mutustranos, los magelinos, los murgentinos, los muticenses, los menainos, los naxios, los noinos, los petrinos, los paropinos, los fintienses, los semelitanos, los esquerinos, los selinuncios, los simecios, los talarenses, los tisienses, los triocalinos, los tiracinenses, los zancleos, que son mesenios, y están en el estrecho de Sicilia.
[92] Las islas en dirección a África son Gaulos, Malta 101 a ochenta y siete mil pasos de Camerina y a ciento trece de Lilibeo, Cosira, Hieronnesos, Cene, Gálata, Lopadusa, Etusa (que otros han escrito Egusa), Bucinna y, a setenta y cinco mil pasos de Solunte, Osteodes, así como Ustica enfrente de Páropo. De la parte de acá de Sicilia, enfrente del río Metauro, a unos veinticinco mil pasos de Italia, están las siete islas que se llaman Eolias y también Lipareas, para los griegos Hefestíades y para los nuestros Vulcanias: Eolias, [93] porque Éolo fue rey allí en los tiempos de Ilión. Lípara, con una poblacion de ciudadanos Romanos, así dicha por el rey Líparo, que sucedió a Éolo 102 : antes fue llamada Milogonis o Meligunis. Dista veinticinco mil pasos de Italia y tiene un contorno de menos de cinco mil. Entre esta isla y Sicilia hay una segunda, antes denominada Terasia y ahora Híera, porque está consagrada a Vulcano a causa de un monte que arroja llamas en ella durante la noche.
Una tercera isla es Estrómboli, que mira a la salida del [94] sol, a seis mil pasos de Lípara. En ella reinó Éolo; sólo se diferencia de Lípari por tener una llama más líquida. Por su humo se cuenta que los naturales predicen con tres días qué vientos van a soplar: de ahí la creencia de que los vientos obedecían a Éolo. La cuarta es Dídime, menor que Lípara; la quinta Ericusa y la sexta Fenicusa, que han quedado para pasto de las vecinas: la última, y también la más pequeña, es Evónimos. Hasta aquí lo que se refiere al primer golfo de Europa.
10 (15) Italia desde Locros hasta Ravena
En Locros empieza la cara de Italia [95] llamada Magna Grecia 103 , que se repliega en los tres golfos del mar Ausonio, porque los primeros habitantes fueron los Ausonios. Se extiende ochenta y seis mil pasos, como afirma Varrón. La mayor parte de los autores la han hecho de setenta y cinco mil. En esa costa hay innumerables ríos, pero los lugares más dignos de recordarse después de Locros son Sagra y los restos de la población de Caulón, Mustias, el campamento Consilino, el Cocinto, que algunos estiman que es el cabo más largo de Italia;, después la bahía y la ciudad de Escolacio, llamada Esciláceo y Escilecio por los Atenienses al fundarla. A ese lugar lo convierte en península el golfo Terino, que está delante de él, y en ella el puerto que se llama Castra Hannibalis . En ningún otro lugar es más estrecha Italia: una anchura de cuarenta mil pasos. Por eso Dionisio el Mayor quiso juntarla con Sicilia, cortándola en ese sitio. Ríos navegables [96] allí, el Cárcino, el Crótalo, el Sémiro, el Arogas y el Tagines, en el interior la población de Petelia y el monte Clíbano. Sigue el cabo Lacinio, ante cuya costa hay una isla de los Dióscuros, a diez mil pasos de la tierra firme, y una segunda, Calipso que se cree que es la que Homero llamó Ogigia; además Tiris, Eranusa y Melesa. El cabo mismo dista setenta mil pasos de Caulón, según informa Agripa.
[97] 11 En el cabo Lacinio empieza el segundo golfo de Europa, que hace una curva de gran amplitud y se acaba en el Acroceraunio 104 , un cabo del Epiro, del que dista setenta y cinco mil pasos. Siguen la población de Crotona, el río Neeto, la población de Turios entre los dos ríos Cratis y Síbaris, donde estuvo la ciudad de este nombre. Igualmente entre el Siris y el Aciris está Heraclea, en algún tiempo llamada Siris; los ríos Acalandro y Casuento y la población de Metaponto, en donde se termina la tercera región de Italia.
[98] En el interior del Brutio sólo están los aprustanos 105 , pero en el de Lucania los atinates, los bantinos, los eburinos, los grumentinos, los potentinos, los sontinos, los sirinos, los tergilanos, los ursentinos, los volcentanos, junto a los cuales se hallan los numestranos. Además ha desaparecido Tebas de Lucania, según el testimonio de Catón. Teopompo dice que existió también Pandosia, ciudad de los lucanos, en la que murió Alejandro del Epiro 106 .
(16) Contigua se halla la segunda región de Italia, que [99] abraza a los hirpinos, calabria, Apulia y los salentinos, con un golfo de doscientos cincuenta mil pasos que se llama Tarentino por el nombre de una población de los laconios, situada en su más profundo rincón. A ella está agregada una colonia marítima que había existido antes: dista ciento treinta y seis mil pasos del cabo Lacinio, enfrente del cual sale Calabria en forma de península 107 . Los griegos llamaron a ésta Mesapia por el nombre de su caudillo y antes fue Peucecia, por Peucecio, el hermano de Enotrio, del territorio Salentino. Entre los dos cabos hay cien mil pasos. La anchura de la península, desde Tarento a Brindis, yendo por tierra, cubre cuarenta y cinco mil pasos y es mucho más reducida desde el puerto de Sasine.
[100] Las poblaciones de tierra adentro a partir de Tarento son Uria, que tiene el sobrenombre de Mesapia por la de Apulia, y Alecio; en la costa Seno y Calípolis, que ahora es Anxa, a setenta y cinco mil pasos de Tarento. A treinta y tres mil de este lugar, el cabo que llaman Acra Yapigia, por donde Italia penetra más en los mares. A diecinueve mil pasos de él la localidad de Basta y la de Hidrunto, en donde se separan el Jonio y el mar Adriático, que es el lugar por donde es más corto cruzar hasta Grecia, frente a la ciudad de los apoloniatas 108 , con un ancho de mar por medio de no más de cincuenta [101] mil pasos. Este espacio intermedio pensó cubrirlo con un paso de a pie haciendo unos puentes, en primer lugar Pirro, el rey del Epiro; después de él, Marco Varrón, cuando estaba al frente de las escuadras de Pompeyo en la guerra de los piratas. A ambos se lo impidieron otros cuidados 109 . Después de Hidrunto, el lugar abandonado de Soleto, a continuación Fratuencio, la ensenada de Tarento, el fondeadero de Miltopes, Lupia, Balesio, Celia y, a cincuenta mil pasos de Hidrunte, Brindis, famosa entre las primeras ciudades de Italia por su puerto y porque desde ella es más segura, aunque más larga, una travesía en la que se alcanza la ciudad ilírica de Dirraquio, con una navegación de doscientos veinticinco mil pasos.
Linda con Brindis el territorio de los pedículos. Nueve [102] jóvenes y otras tantas muchachas del Ilírico dieron origen a sus doce pueblos. Las poblaciones de los pedículos son Rudias 110 , Egnacia, Bario; los ríos, el Yápige, por el rey hijo de Dédalo, del que también viene el nombre de Acra Yapigia 111 , el Pactio y el Áufido, que desciende de las montañas Hirpinas bañando la localidad de Canosa.
Desde este punto comienza la Apulia, de sobrenombre [103] la de los daunios, por el caudillo suegro de Diomedes. En ella la población de Salapia, célebre por los amores de Aníbal con una meretriz; Siponto, Uria, y el río Cerbalo, final de los daunios; el puerto de Agaso, el cabo de monte Gargano, a doscientos treinta y cuatro mil pasos del Salentino o Yapigio, comprendido el rodeo en torno al Gargano; el puerto de Garna, el lago Pantano, el río Fertor con buenas condiciones portuarias, Teano de los Apulios y Larino de ellos también, Cliternia y el río Tiferno. Y desde él la región Frentana.
Hay, pues, tres clases de apulios: los teanos, por el [104] nombre de su caudillo, que proceden de los griegos, los lucanos, que fueron sometidos por Calcante, en los lugares que ahora ocupan los atinates, y los daunios: de los que además de las poblaciones mencionadas existen las colonias de Luceria y Venusia 112 , las poblaciones de Canosa, Arpos, en otro tiempo Argos Hipio, de la que fue fundador Diomedes, y que después fue llamada Argiripa. Diomedes allí destruyó los pueblos de los monados y de los dardos y dos ciudades cuyos nombres se han convertido en un proverbio [105] humorístico, Apina y Trica. Además en el interior de la segunda región 113 hay una colonia de los hirpinos, Benevento, con el nombre cambiado por mejorar los agüeros ya que antes se llamaba Malevento; los ausculanos, aquilonios, abelinates de sobrenombre prótropos, los compsanos, los caudinos, los lígures que se apellidan cornelianos, y bebianos; los vescelanos, otros ausculanos, los aletrinos, los abelinates de sobrenombre marsos, los atranos, los aecanos, los alfelanos, los atinates, los arpanos, los borcanos, los colatinos, los corinenses y los cannenses, famosos por el desastre romano; dirinos, forentanos, genusinos, herdonienses, irinos, los larinates, de sobrenombre frentanos, los metinates procedentes del Gargano, mateolanos, neretinos, natinos, rubustinos, silvinos, estrapelinos, turnantinos, vibinates, venusinos, viurtinos. De los de Calabria tierra adentro, los ecetinos, apamestinos, argetinos, butuntinenses, decíanos, grumbestinos, norbanenses, palionenses, estutinos, y tutinos. De los salentinos, los aletinos, basterbinos, neretinos, ucentinos y veretinos.
12 (17) Sigue la cuarta región, la de los pueblos que son [106] los más bravos de Italia 114 . en la costa de los frentanos, después de Tiferno, el río Trinio que ofrece un puerto, las poblaciones de Histonio, Buca, Hortona y el río Aterno. En el interior, los anxanos, de sobrenombre frentanos, los caretinos de arriba y los de abajo y los yuanenses. Entre los marrucinos, los teatinos; entre los pelignos, los corfinienses, los superecuanos, y los sulmonenses; entre los marsos, los anxantinos, antinates, fucentes, lucenses y marruvinos; entre los albenses, Alba junto al lago Fucino. Entre los [107] equiculanos, los cliterninos y los carseolanos; entre los vestinos, los angulanos, los pennienses y los peltuinates, con los que lindan los aufinates cismontanos; entre los samnitas, a los que llamaron sabelos, y los griegos, saunitas, las colonias de Boviano Viejo y otra segunda con el sobrenombre de los undecimanos, más los aufidenates, eserninos, fagifulanos, ficolenses, sepinates y tereventinates; entre los sabinos, los amiterninos, curenses, el Foro de Decio, el Foro Nuevo, los fidenates, interamnates, nursinos, nomentanos, reatinos, los trebulanos, de sobrenombre mutuescos y sufenates, los tiburtes y los tarinates.
En estos lugares han desaparecido entre los equícolas, [108] los cominos, tadiates, cédicos y alfaternos. Geliano asegura que el lago Fucino se tragó la localidad de Arquipe de los Marsos, fundada por Marsias caudillo de los lidos. Y Valeriano 115 , que también la de los vidicinos, en el Piceno, destruida por los romanos. Los sabinos, según han pensado algunos autores, fueron llamados sebinos por su piedad y por su culto de los dioses 116 . Viven en unas frescas colinas a orillas de los [109] lagos Velinos. El río Nera se nutre de allí, dirigiéndose con sus sulfurosas aguas desde ellos al Tíber. Los llena el Avente, que baja del monte Fiscelo en las proximidades de los bosques de Vacuna y de Rieti y se pierde en ellos. Por el otro lado, el Aniene, nacido en el monte de Trevi, vierte en el Tíber las aguas de tres lagos famosos por su belleza, que han dado nombre a Subláqueo. En el territorio Reatino afirma Varrón que el lago de Cutilia, en el que flota una isla, es el ombligo de Italia 117 . Por debajo de los sabinos está el Lacio, a un lado el Piceno y tras él la Umbría, con las cimas de los Apeninos cercando a los sabinos por ambos lados.
[110] 13 (18) La quinta región es la del Piceno, en otro tiempo de muy densa población: trescientos sesenta mil picentinos se sometieron con juramento a la obediencia del pueblo romano. Son originarios de los Sabinos, que habían hecho un voto de primavera sacra 118 . Ocuparon tierras desde el río Aterno, donde está ahora el territorio Hadriano y la colonia Hadria a seis mil pasos del mar. Aquí está el río Vomano, el territorio Pretuciano y el Palmense, así como Castro Novo, el río Batino, Truento con su río, única población de los liburnos que queda en Italia; los ríos Álbula, Tesuino y Helvino, donde termina la región Pretuciana y empieza el Piceno. La población de Cupra, Castelo de los Firmanos y por [111] encima de ella la colonia de Ásculo, la más famosa del Piceno tierra adentro, y Novana 119 . En la costa, Cluana, Potencia, Numana fundada por los sículos, igual que la colonia de Ancona situada junto al cabo Cunero en el mismo recodo donde se quiebra la línea de la costa a ciento ochenta y tres mil pasos del Gargano. En el interior están los auximates, beregranos, cingulanos, los cuprenses, de sobrenombre montanos, los falarienses, pausulanos, planinenses, ricinenses, septempedanos, tolentinates, trayenses, y los polentinos de Urbesalvia. 14 (19) Junto a estas tierras vendrá [112] la sexta región, que abraza la Umbría y el territorio Gálico de la parte de acá de Rímini 120 . En Ancona empieza la costa Gálica de sobrenombre Galia Togada. Sículos y liburnos ocuparon la mayor parte de este espacio, principalmente el territorio Palmense, el Pretuciano y el Hadriano. Los umbros los expulsaron, a éstos Etruria y a ésta los galos. El pueblo de los umbros es considerado el más antiguo de Italia, pues se piensa que los griegos les dijeron ombrios porque habían sobrevivido a las lluvias en una inundación de [113] sus tierras. A los etruscos se les atribuye haber vencido a trescientas poblaciones suyas. Ahora en la costa se hallan el río Esis, Senagalia, el río Metauro, la colonia de Fanum Fortunae y Pisauro con su río. En el interior Hispelo y Túder. Además están los amerinos, atidiates, asisinates, arnates, esinates, camertes, casuentilanos, carsulanos, los dolates de sobrenombre salentinos, los fulginiates, los del Foro de Flaminio, los del Foro Julio de sobrenombre concupienses, los forobrentanos, los forosempronienses, los iguvinos 121 , los interamnates de sobrenombre nartes, los mevanates, los mevaniolenses, los matilicates, los narnienses, cuya [114] ciudad se llamó antes Nequino; los nucerinos de sobrenombre favonienses y camelanos; los ocriculanos, los ostranos, los pitinates de sobrenombre unos pisuertes y otros mergentinos, los plestinos, los sentinates, los sarsinates, los espoletinos, los suasanos, los sestinates, los suilates, los tadinates, los trebiates, los tuficanos, los tifernates de sobrenombre unos tiberinos y otros metaurenses, los vesinicates, los urvinates de sobrenombre unos metaurenses y otros hortenses; los vetonenses, los vindinates y los visuentanos. En este territorio han desaparecido los feliginates, los que habitaron Clusíolo por encima de Interamna, y los sarranates con las poblaciones de Acerras, que se apellidaba Vafrias, y Turocelo, que se apellidaba Vetíolo; igualmente los solinates, los curiates, los falinates y los sapinates. Han desaparecido también los arinates con la localidad de Crinivolo y los usidicanos y plangenses, los pesinates, y los celestinos. La Ameria antes mencionada, dice Catón que fue fundada novecientos sesenta y tres años antes de la guerra de Perseo.
15 (20) El Po
La octava región está delimitada por [115] el Arímino, el Po y el Apenino. En la costa se halla el río Crustumio, la colonia de Arímino con los ríos Arímino y Aprusa y el río Rubicón 122 , que en otro tiempo fue el extremo de Italia. Después de él, el Sape, el Vite y el Anemo, Ravena, población de los sapinos, con el río Bedese y a ciento cinco mil pasos de Ancona, no lejos del mar, Butrio, de los umbros. En el interior unas colonias: Bolonia, la colonia que fue llamada Felsina cuando era el principal lugar de Etruria; Brixilo, Módena, Parma y Piacenza.
[116] Las poblaciones de Cesena, Claterna, el Foro de Clodio, el de Livio, el de Popilio y el de los druentinos, el de Cornelio, el de Licinio, los faventinos, los fidentinos, los otesinos, los padinates, los regienses llamados así por Lépido, los solonates, los bosques de Galio, que se apellidan aquinates, los tannetanos, los veleyates, de sobrenombre vetos regiates y los urbanates. En este espacio han desaparecido los boyos, de los que hubo ciento doce tribus según atestigua Catón, e igualmente los sénones, que tomaron Roma.
[117] 16 El Po 123 corre desde las entrañas del monte Vésulo, que se alza sobre la más alta cima de los Alpes, manantial digno de verse, en la comarca de los lígures bagiennos. Se esconde bajo tierra y surge de nuevo en el territorio de los forovibienses; no es inferior en fama a ningún otro río. Llamado Erídano por los griegos, y famoso por el castigo de Faetón, se acrece al alzarse la Canícula con el deshielo. Es más impetuoso para los campos que para las naves, pero sin llevarse para sí nada de su botín, y en los lugares en que se desborda es pródigo en fecundidad.
Añade a su curso de trescientos mil pasos desde el nacimiento [118] ochenta y ocho mil más a causa de los meandros 124 , y no sólo recibe ríos navegables de los Apeninos y de los Alpes, sino que también descargan en él sus aguas unos lagos inmensos. En números totales vierte al mar Adriático treinta ríos. Los más célebres de ellos son, por la orilla del Apenino, el Yacto, el Tánaro, el Trebia, el de Piacenza, el Taro, el Incia, el Gabelo, el Escultenna y el Reno; y por la de los Alpes, el Estura, el Orgo, los dos Durias, el Sésite, el Ticino, el Lambro, el Adua, el Olio y el Mincio.
Ningún otro río en tan breve trecho acrece más su caudal; [119] le oprime ciertamente la mole de sus aguas y se revuelve en su cauce con daño de la tierra. Si bien se reparte en brazos y canales entre Ravena y Altino, por espacio de ciento veinte mil pasos, sin embargo, en el lugar donde vierte más largamente sus aguas, se dice que forma los Siete Mares 125 . El canal de Augusto lo arrastra hasta Ravena donde se llama Padusa y antes se le apellido Mesánico. La boca más cercana a ese sitio tiene la magnitud de un puerto, al que se le dice el de Vatreno. Por ese lugar, el César Claudio penetró en el Adriático cuando el triunfo de Britania a bordo de aquella famosa mole, que era más palacio que navío. A esta boca se la llamó antes Erídano, y por otros Espinético, [120] por la ciudad de Espina que estuvo allí al lado, fundada por Diomedes, y que fue poderosa como acreditan los tesoros de Delfos. Allí engruesa al Po el río Vatreno, que viene del territorio Forocorneliense. La boca siguiente es la de Caprasia, después la de Sage, después la de Volane, que antes se llamaba Olane. Todas ellas forman el canal Flavio 126 , que hicieron los primeros los etruscos a partir de Sage, descargando transversalmente el caudal del río en las marismas de los atrianos. Éstas reciben el nombre de Siete Mares, con el famoso puerto de la población etrusca de Atria por la que se daba antes el nombre de mar Atriático al que ahora es el [121] Adriático. A continuación, las profundas bocas de Carbonaria y las Fosas Filistinas, que otros autores llaman Tártaro. Todas ellas nacen de las crecidas del canal Filistino enriquecido por el Atesis, que viene de los Alpes Tridentinos, y el Togísono, del territorio de Padua. Una parte de esas aguas dan lugar al cercano puerto de Brúndulo, igual que al de Edrón, los dos Meduacos y el canal Clodio. Con estas corrientes se mezcla el Po y a través de ellas desagua. La mayoría de los autores refieren que, igual que en Egipto el Nilo con lo que llaman el Delta 127 , este río hace una figura triangular entre los Alpes y la costa marítima con un contorno de dos mil estadios.
[122] Sonroja tomar prestada de los griegos una explicación de Italia, pero Metrodoro de Escepsis dice que, como en torno al nacimiento del río hay muchos pinos resineros que en gálico se llaman padi , se le dio este nombre, y que en la lengua de los lígures el mismo río se llamaba Bodinco, que significa que carece de fondo. Apoya esta argumentación, con su viejo nombre Bodincómago, la vecina población de Industria, en la cual empieza a ser mayor la profundidad.
17 (21) Italia Transpadana
Transpadana, se llama, por causa del río, [123] la región undécima, toda ella interior, a la que el Po aporta toda suerte de productos marinos en su rico cauce. Las poblaciones son el Foro de Vibio y Segusio 128 ; las colonias de Augusta Taurinorum —al pie de los Alpes, desde donde es navegable el Po, y que es de antigua estirpe de lígures— y después la de Augusta Praetoria de los salasos, vecina a los accesos gemelos de los Alpes, el Griego y el Penino (por éste se dice que atravesaron los púnicos y por el de los griegos Hércules); la población de Eporedia, que fundó el pueblo romano por mandato de los libros Sibilinos («eporedias» llaman los galos a los buenos domadores de caballos); Vercelas, de los libicios, que procede de los salvios; [124] Novaria, de los vertamocoros, y hoy un lugar de los voconcios, no —como cree Catón— de los lígures, de los que sí son los levios y los máricos que fundaron Ticino no lejos del Po, igual que los boyos, viniendo del otro lado de los Alpes, Laus Pompeia, y los ínsubres, Mediolano. Del linaje de los oromobios serían Como y Bérgomo así como el Foro de Licinio y algunos pueblos del entorno, según atestigua Catón, que, sin embargo, confiesa que ignora el origen de esa nación. Cornelio Alejandro afirma que es oriunda de Grecia 129 , interpretando su nombre como el «de los que pasan [125] su vida en las montañas». En este lugar ha desaparecido la población de Parra, de los oromobios, de donde dijo Catón que procedían los bergomates, que, por lo que aún se ve tuvo un emplazamiento más elevado que feliz. Han desaparecido también los catúriges, huidos de los ínsubres, y la antes citada Espina, así como Melpo, notable por su riqueza, que fue destruido por los ínsubres, los boyos y los sénones 130 el mismo día en que Camilo tomó Veyos, según refiere Cornelio Nepote.
[126] 18 (22) Sigue la décima región de Italia 131 , situada junto al mar Adriático: de ella es Venecia, el río Silis que viene de los montes Tarvisios, la población de Altino, el río Licuencia que viene de los montes Opiterginos y el puerto del mismo nombre, la colonia Concordia, los ríos y el puerto Reatino, el Tiliavento Mayor y el Menor, el Anaxo en el que vierte el Váramo, el Natisón junto con el Turro que baña la colonia de Aquileya, situada a quice mil pasos del mar. Esta región [127] es la de los carnos 132 , y la contigua la de los yápudes: el río Timavo, el pequeño castillo Pucino, famoso por su vino, la bahía de Trieste, la colonia de Trieste a treinta y tres mil pasos de Aquileya. Más allá de ella, a seis mil pasos, el río Formio, a ciento ochenta y nueve mil pasos de Ravena, antiguo límite de la Italia Ampliada, y ahora de Histria. Ésta, según han dicho equivocadamente muchos autores, incluso Nepote que vivió a orillas del Po, habría recibido su nombre del río Histro que, procedente del Danubio, Histro también de nombre, desembocaría en el Adriático frente a las bocas del Po, y al chocar las encontradas corrientes de ambos se endulzaba el mar que había entre ellos.
Ahora bien, ningún río que venga del Danubio desemboca [128] en el mar Adriático. Yo creo que les ha engañado el que la nave Argos bajó por un río al mar Adriático no lejos de Trieste, pero no se sabe por qué río. Autores más cuidadosos cuentan que pasó los Alpes con la nave a hombros y que había remontado el Histro y después el Savo y después el Nauporto 133 , que nace entre Emona y los Alpes, y que por causa de ello recibe ese nombre.
19 (23) Histria
[129] Histria se extiende en forma de península. Su anchura es de cuarenta mil pasos y su contorno de ciento veinticinco mil según algunos autores, e igual la contigua Liburnia y el golfo Flanático. Otros le han dado doscientos veinticinco mil pasos, otros, en fin, a Liburnia ciento ochenta mil. No faltan los que alargan la Yapudia, que está a la espalda de Histria, ciento treinta mil pasos hasta el golfo de Flanático, y después atribuyen a Liburnia ciento cincuenta mil pasos. Tuditano 134 , que sometió a los histros, puso en su estatua la inscripción: «desde Aquileya al río Ticio dos mil estadios». Localidades de Histria: de ciudadanos romanos Egida, Parencio y la colonia de Pola, que ahora es Pietas Julia y fue fundada antiguamente por los Colcios: dista de Trieste ciento cinco mil pasos. Después la población de Nesactio y el río Arsia, límite actual de Italia. La distancia a Pola desde Ancona es de ciento veinte mil pasos.
[130] Tierra adentro de la región décima 135 están las colonias de Cremona, y de Brixia en el territorio de los cenomanos, y en el de los Vénetos Ateste y las poblaciones de Acelo, Padua, Opitergio, Veluno, Vicenza, Mantua, la única etrusca que ha quedado al otro lado del Po. Los Vénetos son de estirpe troyana según atestigua Catón. Los cenomanos habitaron junto a Marsella en territorio de los volcos. Los feltinos, tridentinos y beruenses, poblaciones réticas; Verona, de retos y de eugáneos; los julienses de carnos. Después, unos pueblos que no hace falta nombrar con más precisión: los alutrenses, los aseriates, los flamonienses vaneses y otros de sobrenombre cúricos, los forojulienses de sobrenombre transpadanos, los foretanos, los nedinates, los quarquenos, los tarvisanos, los togienses y los varvaros.
En este espacio han desaparecido, a lo largo de la costa, [131] Irmene, Pelaón y Palsicio, de los vénetos Atina y Celina, de los carnos Segesta y Ocra, de los tauriscos Noreya. Y, según cuenta Lucio Pisón, en el miliario doce desde Aquileya fue destruida por Marco Claudio Marcelo una ciudad, incluso con la oposición del Senado. En esta región hay también once lagos famosos y unos ríos, nacidos de ellos, o alimentados por ellos si primero entran y luego salen, como hace el lago Lario con el Adua 136 , el Verbanno con el Ticino, el Benaco con el Mincio, el Sebino con el Olio, el Eupilis con el Lambro, tributarios todos del Po.
Los Alpes, cuenta Celio 137 , se extienden desde el mar [132] Superior al Inferior a lo largo de un millón de pasos (según Timágenes veinticinco mil menos). De ancho Cornelio Nepote les da cien mil pasos y Tito Livio tres mil estadios; pero ambos en lugares distintos. Pues, por una parte, rebasan los cien mil pasos donde separan Germania de Italia, y, por otra, no cubren los setenta mil en el resto de su extensión, cuando se estrechan, como por providencia de la naturaleza. La anchura de Italia al pie de los Alpes, desde el río Varo pasando por Vada Sabatia , Turín, Como, Brixia, Verona, Vicenza, Opitergio, Aquileya, Trieste, Pola y el Arsia, suma setecientos cuarenta mil pasos.
20 (24) Los Alpes y los pueblos de los Alpes
[133] Habitan los Alpes muchos pueblos. Son famosos, desde Pola hasta la región de Trieste, los fecuses, los subocrinos, los cátalos, los menoncalenos y, junto a los carnos, los en otro tiempo llamados tauriscos 138 y ahora nóricos. Vecinos a éstos, los retos y los vindélicos, todos divididos en muchas comunidades. Se cree que los retos son descendientes de etruscos, expulsados por los galos; su caudillo se llamaba Reto. A continuación, en el frente de los Alpes que mira a Italia, están los pueblos eugáneos, de derecho latino, de los que Catón [134] enumera treinta y cuatro poblaciones. Entre éstos, los trumpilinos se ofrecieron en venta junto con sus territorios. Siguen los camunios y muchos más que se les parecen, distribuidos entre los municipios vecinos. Los leponcios y los salasos cree el mismo Catón que son de la nación taurisca. Casi todos los demás autores, siguiendo la traducción del nombre griego creen que los lepontios proceden de los compañeros de Hércules abandonados en el paso de los Alpes porque se les helaron los miembros a causa de la nieve. Y que de la misma partida eran los griegos pobladores de los Alpes Griegos 139 , y que los eugáneos destacaban por su linaje y que de eso salió su nombre. Su capital fue Esteno. Los vennonenses y los sarunetes, que son de los retos, [135] habitan junto al nacimiento del río Rin, y unos lepontios, que se llaman úberos, las fuentes del Ródano en el mismo trecho de los Alpes. Hay además pobladores que han recibido el derecho latino, como los octodurenses y sus vecinos los ceutrones, las comunidades cotianas y los turos (descendientes de lígures), los lígures bagienos y los que se llaman montanos. De los cabelludos hay otros pueblos más a orillas del mar Ligústico.
Me parece que no es ajeno a lo que estoy tratando de [136] añadir en este lugar la inscripción del trofeo 140 de los Alpes, que es la siguiente:
«En honor del Emperador César Augusto, hijo del Divino, Pontífice Máximo, Imperator por décimo cuarta vez, en el año decimoséptimo de su Potestad Tribunicia, el Senado y el pueblo romano, para conmemorar que bajo su mando y auspicios los pueblos todos de los Alpes, que se extendían desde el mar Superior al Inferior, han sido sometidos al Imperio del pueblo romano 141 .
[137] Pueblos alpinos vencidos: trumpilinos, camunios, venostes, vennonetes, isarcos, breunos, genaunes, focunates, los cuatro pueblos de los vindélicos, cosuanetes, rucinates, licates, catenates, ambisontes, ruguscos, suanetes, calucones, brixenetes, leponcios, úberos, nantuates, sedunos, varagros, salasos, acitavones, medullos, ucennos, catúriges, brigianos, sogiontios, brodioncios, nemalonos, edenates, vesubianos, veaminos, galitas, triulatos, ecdinos, vergunos, eguituros, nematuros, oratelos, nerusios, velaunos, suetros» 142 .
No se añadieron las quince comunidades Cotianas, que [138] no habían sido enemigas, igualmente atribuidas a municipios en virtud de la ley Pompeya.
Esta es Italia, sagrada para los dioses, éstas son sus gentes, éstas las poblaciones de su nación. Además de esto, Italia es la que, siendo cónsules Lucio Emilio Papo y Gayo Atilio Régulo 143 , cuando se levantó la revuelta de los galos, ella sola, sin ayudas externas y entonces incluso sin los transpadanos, armó ochenta mil jinetes y setecientos mil infantes. En riqueza de toda clase de metales no cede a ninguna tierra; pero está prohibido su laboreo por un viejo senado consulto que manda que se respete Italia.
21 (25) El Ilírico. Liburnia
La nación de los liburnos linda con el [139] Arsia y llega hasta el río Ticio 144 . Parte de ella fueron los mentores, himanos, enquéleas, bunos y los que Calímaco llama peucecios. Ahora todo ese conjunto se designa en general con un solo nombre, el Ilírico. Son pocos los nombres de esos pueblos que son dignos o fáciles de pronunciar. Al convento jurídico Escardonitano acuden los yápudes y catorce comunidades de los liburnos, entre los que no pesa nombrar a los lacinienses, estulpinos, burnistas y olbonenses. Tienen el derecho itálico en ese convento los alutas, los flanates, de los que toma nombre el golfo, los lopsos, los varvarinos y los aseriates que están exentos de tributo, así como entre los de las islas los Fertinates y los [140] curictas. Por lo demás, a lo largo de la costa, empezando por Nesactio, están las poblaciones de Albona, Flanona, Tarsática, Senia, Lópsica, Ortoplinia, Vegio, Argirunto, Corino, Enona, la comunidad de Pasino y el río Tedanio en el que se termina la Yapudia. Las islas de ese golfo con sus poblaciones, además de las mencionadas, son Absorcio, Arba, Crexos, Gissa y Portunata. De nuevo en tierra firme, la colonia de Yáder que dista de Pola ciento sesenta mil pasos, y de ella treinta mil la isla de Colento y cuarenta y tres mil la boca del río Ticio.
22 (26) Dalmacia
[141] Confín de Liburnia y principio de Dalmacia es Escardona 145 , en el mencionado río, a doce mil pasos del mar. Después la antigua región de los tariotas y la fortaleza Taríona, el cabo de Diomedes o, como lo llaman otros, la península de Hílide con un contorno de cien mil pasos, Tragurio, de ciudadanos romanos, famosa por su mármol, y Sículos, lugar al que el Divino Claudio envió una colonia de veteranos, finalmente la colonia de Salona 146 a ciento doce mil pasos de Yáder.
Acuden a ésta para los juicios los dálmatas, con sus [142] fuerzas distribuidas en trescientas cuarenta y dos decurias, en veinticinco los deuros, en doscientas treinta y nueve los diciones, en doscientas sesenta y nueve los meceos y en cincuenta y dos los sardeates. En este trecho están Burno, Andetrio y Tribulio, fortalezas de nombre famoso por algunas batallas. Acuden también allí de las islas los iseos, colentinos, separos y epetinos. Después de estos últimos vienen las fortalezas de Petuncio, Nareste y Oneo; la colonia de Narona del tercer convento, a ochenta y cinco mil pasos de Salona, situada a orillas de un río de su mismo nombre a veinte mil pasos del mar. Marco Varrón atestigua que la frecuentan ochenta y nueve comunidades. Pero ahora [143] casi las únicas conocidas son las de los Ceraunos con veinticuatro decurias 147 , los daursos con diecisiete, los desiciates con ciento tres, los docleatas con treinta y tres, los deretinos con catorce, los deramistas con treinta, los díndaros con treinta y tres, los glindiciones con cuarenta y cuatro, los melcumanos con veinticuatro, los naresios con ciento dos, los escírtaros con setenta y dos, los Siculotas con veinticuatro, y los que en otro tiempo saquearon Italia, los vardeos con no más de veinte decurias. Además de estos, han ocupado ese territorio los ozueos, partenos, cavos, hemasos, mastitas y arinistas. 23 Del río Narona dista cien mil pasos [144] la colonia de Epidauro. A partir de Epidauro están las poblaciones de ciudadanos romanos de Ricinio, Acruyo, Butuano, Olcinio, que antes se llamó Colquinio, fundación de los colcos; el río Drino y, dominándolo, la localidad de ciudadanos romanos de Escodra a dieciocho mil pasos del mar. Además falta memoria de muchas poblaciones de Grecia y también de comunidades poderosas. En ese espacio, en efecto, estuvieron los labeatas, los senedos, los rudinos, los saseos y los grabeos, así como los que propiamente se llaman ilirios, taulantos y pireos que conservan el nombre. En la costa está el cabo Ninfeo. Liso, población de ciudadanos romanos 148 , dista cien mil pasos de Epidauro.
[145] En Liso empieza la provincia de Macedonia 149 . Pueblos de ella son los partenos y, por detrás de éstos, los dasaretas; los montes de Candavia a setenta y ocho mil pasos de Dirraquio y en la costa Denda, de ciudadanos romanos, la colonia de Epidamno, que por el mal augurio de su nombre los Romanos llamaron Dirraquio, el río Aoo por algunos llamado Eante, Apolonia, en otro tiempo colonia de los corintios, que está retirada cuatro mil pasos del mar. En su territorio está el célebre Ninfeo, y habitan los pueblos bárbaros de amantes y buliones. En la costa la población de Órico, fundada por los colcos. Allí empieza el Epiro; los montes Acroceraunios, en los que hemos señalado el término de este golfo de Europa 150 . Órico dista del cabo Salentino de Italia ochenta mil pasos.
24 (27) El Nórico
Detrás de los carnos y de los yápudes, [146] por donde discurre el caudaloso Danubio, se hallan junto a los retos, los nóricos. Poblaciones suyas son Viruno, Celeya, Teurnia, Agunto, Yuvavo, Vianiomina, Claudia y Flavio Solvense. Al lado de los nóricos el lago Pelsón y las tierras desiertas de los boyos, que, sin embargo, ahora están pobladas por la colonia Sabaria del Divino Claudio y la población de Scarabantia Iulia .
25 (28) Panonia
Después vienen los fecundísimos espacios [147] de Panonia. En ese lugar las cimas de los Alpes suavizándose a través del Ilírico de septentrión a mediodía, se asientan a derecha e izquierda en blandas ondulaciones. Las partes que miran al mar Adriático, se llaman Dalmacia y el Ilírico antes mencionado. Vuelta al septentrión está la Panonia. Alcanza desde allí hasta el Danubio 151 . En ella están las colonias de Emona y Siscia, unos ríos famosos y navegables que vierten al Danubio, el Drao de corrientes violentas que viene del Nórico, y el Sao de los Alpes Cárnicos, más plácido, a una distancia de ciento veinte mil pasos. El Drao atraviesa por los serretes, serapilos, yasos y andicetes; el Sao, por los colapianos y los breucos. Éstos son los principales de sus pueblos. Además están [148] los arviates, azalos, amantinos, belgites, cátaros, cornacates, eraviscos, hercuniates, latovicos, oseriates, y varcianos; el monte Claudio, en cuya cara anterior están los escordiscos y en la posterior los tauriscos; la isla Metubarbis en el río Sao, que es la mayor de las fluviales. Además unos ríos dignos de mención, el Cólapis que al desembocar en el Sao cerca de Siscia, desdoblando su cauce forma una isla que se llama Segéstica, y un segundo río, el Bacuncio, que desemboca en el Sao en la localidad de Sirmio, donde se hallan la comunidad de los sirmienses y la de los amantinos. Desde allí a Tauruno, donde el Sao se junta con el Danubio, hay cuarenta y cinco mil pasos. Más arriba son afluentes el Valdaso y el Urpano, también importantes.
26 (29) Mesia
[149] Al lado de Panonia se halla la provincia que se llama Mesia 152 , que llega hasta el Ponto junto con el Danubio. Empieza en la confluencia antes mencionada. En ella están los dárdanos, celérigos, tribalos, tímacos, mesios, tracios y, lindantes con el Ponto, los escitas. Ríos famosos que vienen del terrritorio de los dárdanos son el Margo, el Pingo y el Tímaco, del monte Ródope el Esco, del Hemo el Uto, el Asamo y el Yetero.
[150] La anchura del Ilírico en el sitio que más, llega a trescientos veinticinco mil pasos; su largo desde el río Arsia al rio Drinio quinientos treinta mil; desde el Drinio al cabo Acroceraunio ciento setenta y cinco mil: es lo que dice Agripa. Todo el golfo que rodea las costas de Italia y el Ilírico un millón setecientos mil pasos 153 . En él hay dos mares con el límite que hemos señalado: el Jonio primero, y más tierra adentro el Adriático al que se llama Superior.
(30) Islas del mar Jonio y del Adriático
Islas en el mar Ausonio 154 aparte de [151] las ya dichas, no hay ninguna digna de mención; en el Jonio unas pocas: en el litoral de Calabria delante de Brindis, las que al cerrarlo forman el puerto, y frente al litoral de Apulia la Diomedia, conocida por el monumento a Diomedes, y otra del mismo nombre, que algunos llaman Teutria.
La costa del Ilírico, mar naturalmente poco profundo y atravesado por estuarios está llena de más de mil islas. Son notables las que están delante de las bocas del Timavo, de fuentes de aguas cálidas que crecen con la corriente del mar, al lado del territorio de los histros: Cisa, Pularia y las Absírtides, así llamadas por los griegos por el hermano de Medea al que mataron allí. Cerca de ellas, dieron el nombre de [152] Eléctridas a unas en las que se encontraba ámbar que ellos llaman «electro»; una prueba certísima de la frivolidad griega, es que nunca ha habido constancia de a cuáles designan así. Frente a Yáder están Lisa, que ya fue nombrada; frente a los liburnos hay varias, las Crateas y en no menor número las Libúrnicas y las Celadusas. Frente a Tragurio, Bova y Bratia, alabada ésta por sus cabras, Isa, de ciudadanos romanos, y con la población de Faria. De Isa, dista veinticinco mil pasos Corcira, que tiene el sobrenombre de Melena, con la localidad de los cnidios. Entre ésta y el Ilírico está Mélite, de donde, según el testimonio de Calímaco, toman nombre los perros Meliteos. A quince mil pasos de ella, las siete Elafites. Y en el mar Jonio, a doce mil pasos de Órico está Sasone, conocida por ser refugio de piratas 155 .
* Esta traducción del libro III ha sido hecha sobre la edición de L. IAN y C. MAYHOFF (Teubner, 1906, reimpr. 1985, vol. I págs. 229 a 295), con una sola variante tomada del aparato crítico (cap. 7: Onoba por Ossonoba ), la corrección de tres erratas tipográficas evidentes y alguna grafia procedente de la edición de G. WINKLER , con la colaboración de R. KÖNIG (Tusculum, vol. II, 1988, Artemis Verlag, Múnich y Zúrich). Para las notas y comentarios se han tenido en cuenta, además de estas ediciones, las de H. RACKHAM (Loeb, vol II 1942, reimpr. 1969) y de G. RANUCCI (Giulio Einaudi edit., Turín, 1982), así como la versión de los pasajes del libro III que tratan de Hispania de V. BEJARANO en «Fontes Hispaniae Antiquae» VII (Inst. de Arqueología y Prehistoria, Barcelona, 1987).
También se ha acudido a la consulta de las enciclopedias más usuales y a los informes bibliográficos, como el de G. SERBAT en el «Aufstieg und Niedergang der Römischen Welt», vol. II, 33, 1986. Para los capítulos que versan sobre Hispania se ha contado con «Iberische Landeskunde» de TOVAR , vol I, «Baetica», Baden-Baden, 1974; GALSTERER , «Untersuchungen zum Römischen Städtewesen auf der Iberischen Halbinsel» (Deutsches Arch. Inst., Abt. Madrid, Berlín, 1971) y SILLIÈRES , «Les Voies de Communication de l’Hispanie Méridionale», Centre Pierre Paris, París, 1990). Se han utilizado también algunos de los estudios publicados en el «Aufstieg und Niedergang der Römischen Welt» de la editorial de Gruyter que se ocupan de asuntos relacionados con este libro III. Señaladamente en los vols. II, 3 (1975), II, 5-2 y II, 6.
1 Don, en el original Tanais. Para los topónimos y otros nombres propios seguimos en este libro un criterio ecléctico, especialmente en la sección dedicada a Hispania, a fin de facilitar la comprensión y conservar el tono del original. Así, en casos muy conocidos se emplea la voz española, si no hay lugar a confusión y resultara chocante la latina: Don, Guadiana, Ebro, Tajo, Pirineos, Po, Ródano, Cerdeña, Baleares, Elba, etc., y entre las poblaciones, Córdoba, Cartagena, Braga, Marsella, Astorga, etc. El latín se mantiene si se entiende fácilmente y no suena raro en español: Gades, Híspalis, Betis, Tárraco, Cesaraugusta, etc. Las terminaciones suelen adaptarse con el mismo fin.
2 Melaria: Tarifa o su entorno. Cabo Blanco: probablemente la punta de Sarinas o la de Almina en Ceuta. Turranio Grácil: escritor hispano sólo conocido por Plinio que lo aduce como autoridad en los libros III, IX y XVIII 3.
3 Los dos en obras o secciones de ellas perdidas. Este lugar de Plinio aparece en las ediciones de fragmentos de ambos.
4 Abila, el monte Hacho; Calpe, el Peñón de Gibraltar.
5 Locros o Locroi (italiano, Locri): en la costa sur de la actual Calabria, o sea el territorio de los antiguos Bruttii (Bruttius ager, Bruttium litus) . Es sabido que los bizantinos trasladaron el nombre de Calabria del tacón a la punta de la bota, cuando los lombardos, poco antes del 700 d. C., conquistaron la península oriental del sur de Italia. Antes era ésta la que se llamaba Calabria y para los griegos Mesapia. Cabo Brutio llama Plinio, o su fuente, a alguna de las puntas del territorio de los Bruttii .
6 Murgi, en el campo de Dalias o en El Ejido, al O. de Almería.
7 Laminium , probablemente Fuenllana (Ciudad Real), es una mansio en la vía romana de Cástulo a Compluto, próxima a las lagunas de Ruidera.
8 El Gálico es el golfo de Vizcaya. El monte Solorio está en Sierra Nevada. Las cadenas Oretana, Carpetana y de los Ástures son los montes de Toledo, la cordillera Central y los montes de León. El límite de las provincias Tarraconense y Lusitana seguía más o menos el curso del Duero desde el Océano a la confluencia con el Esla, que se llamaba Astura.
9 Ástigi o Ástigis, Écija.
10 Las seis clases jurídicas y políticas de poblaciones de entonces se encuentran nuevamente al describir la Tarraconense (infra , III 18).
11 En la edición de Ian-Mayhoff, que seguimos, se lee Ossonoba , que estaría en Lusitania, en el actual Algarve. Es preferible escribir Onuba u Onoba con varios editores desde fines del XV y con Mommsen. Sería Huelva, y los ríos el Tinto y el Odiel.
12 Los montes Harenos corresponden a Arenas Gordas en la línea de mar de Doñana. La costa Curense iría de Sanlúcar a Rota. El Cabo de Juno, Trafalgar; Besipo, Barbate; Belo, Bolonia al O. de Tarifa, muy bien estudiada por arqueólogos; Melaria (cf. supra III 3); Carteya, el Rocadillo en San Roque.
13 Barbésula, Torre del Guadiaro y el río, ese mismo; Sálduba, Marbella; Suel, cerca de Fuengirola; el río de Málaga, el Guadalmedina; Ménuba, Torre del Mar y su río el Vélez; Sexi, Almuñécar; Sel para algunos una repetición de Suel, para otros Salobreña; Ábdara, Adra.
14 El autor sitúa a bástulos y túrdulos en la costa del Atlántico. Pero luego menciona túrdulos en la Beturia, al S. del Guadiana, y bástulos en la Tarraconense (III 25). No se debe perder de vista la semejanza de las parejas de bástulos y bastetanos y túrdulos y turdetanos. ¿Distintas transcripciones o pueblos diferentes? Cuando escribe Plinio, la península, y más el sur y el este, están muy romanizados y la lengua común es el latín. Los nombres podrían ser un recuerdo.
15 Mentesa o Mentesa Bastia es una mansio en uno de los caminos de Cartagena a Cástulo. Suele situarse en La Guardia de Jaén. Tugia, Saltus Tugiensis , Toya, en la sierra de Cazorla, cerca de Peal de Becerro; el río Táder es el Segura.
16 Es muy discutido el emplazamiento de este Ilurco. No puede ser Lorca, como pensaba Schulten, porque está lejos del Guadalquivir y también de los lugares de los desastres de los Escipiones el 211 a. C. El rogus Scipionis estaría en un recodo del Gadalquivir, que se podría corresponder con el desagüe del embalse de Tranco de Beas. Tito Livio situaba la derrota de Gneo en Iliturgis, y algunos lo siguen. Plinio parece más preciso.
17 Osigetania (y Osigi Latonio) en III 10. Esta última población se suele situar en Mancha Real. No es fácil saber si los dos topónimos corresponden a la misma localidad.
18 Las poblaciones del interior mencionadas en este capítulo se agrupan en dos series. La primera—hasta Síngili—comprendería localidades de muy distintas comarcas. Varias de ellas estarían al norte del río según algunas de las identificaciones que se han hecho. La segunda serie está ordenada alfabéticamente, lo cual hace pensar en registros oficiales. El propio Plinio al tratar de la división en regiones de Italia efectuada por Augusto (cf. infra III 46) dice que, para las poblaciones del interior, sigue una digestio in litteras . De la primera serie se pueden localizar con cierta seguridad, Ulia, Montemayor; Urgao (o Urgavo), Arjona; Iliberri, Granada; Síngili (Singilia Barba ?) , el Higuerón junto a Antequera; Cisimbrio cerca de Baena; Hippo Nova o Iponoba en la misma comarca; Ilurco, Pinos Puente en Granada; Osca también en Granada, junto al río Cubillas; Ategua a unos 15 Km. al N. de Espejo junto al río Guadajoz. Otras identificaciones son más inseguras, salvo quizá Ategua, Castro del Río; Tucci Vetus junto a Aguilar de la Frontera.
19 Estas poblaciones del convento cordobés se alinean a la orilla del río, de E. a O.: Osigetania (cf. supra III 9); Iliturgi, Máquiz, junto a Mengíbar; Ipra (si es Ripa), cerca de Marmolejo; Isturgi en Andújar; Sucia (o Ucia) también cerca de Marmolejo; Óbulco, Porcuna; Epora, Montoro; Sacilis, Alcarracén, junto a Pedro Abad; Ónuba, quizá entre Sacilis y Córdoba; Carbula, Almodóvar del Río; Detuma (o Detumo), Posadas. (Estas identificaciones no significan exactamente el mismo lugar, sino en muchos casos la comarca.)
20 Las poblaciones hispalenses suelen identificarse así: Celti, Peñaflor; Axati, Lora del Río; Arva, El Castillejo, al lado de Alcolea; Canama, la propia Alcolea del Río; Neva, Cantillana; Ilipa, Alcalá del Río; Itálica, Santiponce; Osset, San Juan de Aznalfarache; Oripo, junto a Dos Hermanas, pero quizá a ambos lados del río (era la primera mansio de Híspalis a Gades); Caura, Coria; Siaro, La Cañada, Utrera; el río Ménuba, el Guadiamar que desembocaría en la marisma; Nabrisa, Lebrija; Colobana junto a Trebujena; Hasta, Mesas de Hasta, Jerez de la Frontera; Asido, Medina Sidonia.
21 Átigi, Écija; Tucci, Martos; Ituci, entre Baena y Espejo; Ucubi, Espejo; Urso, Osuna. La localización de Munda no está resuelta. Ahora parece que hay historiadores que se inclinan por que hubiera estado cerca de Osuna.
22 Astigi Vetus , quizá la población indígena prerromana; Ostipo, Estepa; Obúlcula, La Monclova, en Fuentes de Andalucía; Sabora, Cortes del Real (Málaga). Otras localizaciones propuestas están menos comúnmente aceptadas.
23 Seria, Jerez de los Caballeros; Nertóbriga, Valera la Vieja, Fregenal; Ségida, cerca de Zafra, quizá en Salvatierra de los Barros, según alguna antigua hipótesis, otra más moderna señala Gerena; Ugultunia, Medina de las Torres; Curiga, Monesterio, (tal vez demasiado lejos de la anterior para ser contributa); Lacimurga, Navalvillar, cerca de Mérida; Callet, Callenses según algunos, en El Coronil, pero estaría fuera de la Beturia. Igual ocurre con otras poblaciones —Acinipo y Arunda, Ronda la Vieja y Ronda; Arucci, Aroche— de las que también dice Plinio que eran de la Céltica. Si así fuera, formarían una bolsa celta desde Utrera y Montellano hasta Ronda. Turóbriga sí parece situarse en Bienvenida (Badajoz).
24 Para Arsa hay quien apunta a Azuaga; Melaria, Fuente Obejuna; Miróbriga, Capilla; Regina, Reina; Sosintigi, hacia Badajoz; Sísapo, Almodóvar del Campo (Ciudad Real). La mayor parte de estas poblaciones estarían en la actual provincia de Badajoz.
25 Es dudoso que esta Regina se hallara en la comarca de Arcos y Lepia Regia cerca del Guadiamar; Barbésula (III 8); Blacipo (o Lacipo) al N. de Estepona; Capa, cerca de Arcos; Iptuci, Prado del Rey; Lascuta, al lado de Alcalá de los Gazules. Otras son menos seguras.
26 Por longitud debe entenderse la dimensión más o menos de E. a O. y por anchura de S. a N.
27 Marco Vipsanio Agripa, el collega Imperii y yerno de Augusto (c . 64-12 a. C.), elaboró un estudio geográfico de la ecumene, que se reflejaría en una especie de mapa o carta que depués de su muerte se desplegó en el Porticus Vipsania . La conocieron Estrabón, Plinio y otros. La hermana de Agripa, Pola, se ocupó de erigir el pórtico e instalar en él la carta, cerca del campo de Marte, en terrenos que habían sido de Agripa y por herencia luego de Augusto.
28 Las victorias de Pompeyo sobre Sertorio tuvieron su punto culminante en los años 74 y 73 a. C. El arco triunfal del summus Pyrenaeus a que se refiere Plinio fue probablemente erigido entonces en el paso de Le Perthus, al N. de la Junquera.
29 Clunia, Peñalva de la Sal (cerca de Coruña del Conde en Burgos). El convento jurídico de los Ástures en Astorga; Lucus Augusti , Lugo; Bracara, Braga. Las poblaciones se distribuyen en las mismas seis clases de la Bética.
30 Bástulos, en la costa y en el interior, en dirección NO., Mentesa. Luego siguiendo hacia el NO. oretanos y carpetanos en Castilla la Nueva; vacceos y arévacos en Castilla la Vieja; los vetones alcanzan hasta Portugal.
31 Urci, en Almería; Bareya (o Baria) en la desembocadura del Almanzora. El cabo de Saturnio, el de Palos; Cesarea de Mauritania, Cherchel en Argelia; el Táder (cf. III 9); Ilci, Elche.
32 Lucento, Alicante.
33 Los ilergaones en el curso bajo del Ebro; Julióbriga, cerca de Reinosa; Vareya, Logroño; la Cesetania, la comarca costera en torno a Tárraco; Subur, quizá Sitges, o en su comarca; los ilergetes, a la misma latitud, pero hacia el interior; el Rubricatum , el río Llobregat; los lacetanos, desde el N. del Llobregat.
34 Son imprecisas las lindes de los ausetanos y jacetanos; los cerretanos estarían en la Cerdaña, al E. de esos otros. Bárcino, Barcelona; Bétulo, Badalona; Iluro, Mataró; el Arno, el Tordera; Blandas, Blanes; el Alba, el Ter; Port-Vendres, emplazamiento del templo, en territorio actualmente francés. El río Tícer debe de ser el Muga.
35 Los dertosanos, de Tortosa; los ausetanos de Vich; los cerretanos julienses y augustanos procederían de dos poblamientos o estatutos diferentes en la Cerdaña (uno de César y otro de Augusto); los edetanos (cf. III 20); los yesonienses de Guisona. Menos precisos los bisgargitanos y los tearos. Las poblaciones tributarias serían Caldas de Montbuy (aquicaldenses), Isona (los esonenses) y Béculo, que no puede ser Bétulo (Badalona), que era colonia.
36 Bilbilitanos, junto a Calatayud; Celsa, Velilla del Ebro; Calagurris, Calahorra; Ilerda, Lérida; los surdaonos son un pueblo ilerdense; el Sícoris, el río Segre; oscenses, de Huesca; tiriasonenses, de Tarazona; cascantenses, de Cascante (Navarra); ergavicenses, Cabeza del Griego (Cuenca); Gracurris, Alfaro; los leonicenses, según algunos de las cercanías de Daroca, y los osicerdenses, no muy alejados. Unos y otros probablemente de la Edetania interior.
37 Arcóbriga, Arcos de Jalón; andelonenses, de Muruzábal, cerca de Puente la Reina; Araceli, de la comarca del Araquil, quizá en Arbizu; los borsaonos, de Borja; los calagurritanos fibularenses, probablemente de Loarre; Compluto es Alcalá de Henares; los carenses, de Molina de Aragón; los cincienses de una comarca del Cinca, quizá de cerca de Monzón; jacetanos, de Jaca; libianos, de Leiva (Burgos); pompelonenses, de Pamplona; Segia, Egea de los Caballeros. Otros topónimos corresponden a emplazamientos menos seguros.
38 Accitanos de Guadix; libisosanos de Lezuza (Albacete); salarienses, de Úbeda la Vieja, junto a la actual; Cástulo, Cazlona, Linares; Sétabis, Játiva; Valeria, Valera de Arriba (Cuenca) (?).
39 Entre las poblaciones tributarias se identifican bien los bastitanos de Baza; los consaburrenses de Consuegra; los dianenses de Denia; los egelestanos del NE. de Linares; los ilorcitanos de Lorca; los laminitanos; los mentesanos oretanos de Villanueva de la Fuente (Ciudad Real); los mentesanos bástulos de la Guardia de Jaén; los oretanos de cerca de Granátula (Ciudad Real); Segóbriga, al SE. de Celtiberia, no lejos de Tarancón; los viacienses de Baeza; los virgilienses de Arbuniel (Jaén).
40 Los várdulos son celtas que se desplazaron desde la cabecera del Ebro; los turmógidos, del entorno de Burgos; los segisamonenses, de Sasamón (Burgos); carietes y vennenses son cántabros; Intercatia, en Villanueva del Campo; Palantia, Palencia; Lacóbriga, junto a Carrión de los Condes; Cauca, Coca.
41 Julióbriga (cf. supra III 21); Tricio, Monasterio de Rodilla, al NE. de Burgos; Virovesca, Briviesca; el río Areva, el Araviana ?; Secontia, Sigüenza; Úxama, Osma; Nova Augusta , Muro de Ágreda (Soria); para Termes se han propuesto varias localizaciones.
42 Los gigurros serían de Val de Orres; a los pésicos, del N. de Asturias, se les sitúa junto al Cabo de Peñas; los lancienses, del SE. de León; los zoelas, de las proximidades de Astorga.
43 Los lémavos de la región de Monforte de Lemos. De los pueblos del convento Bracarense dice poco Plinio. Los bibalos serían de las orillas del Sil; los celemos del Duero; los límicos del valle del Limia, entre el Miño y el Duero, y los querquernos, en la misma zona.
44 Oyarson corresponde a Oyarzun.
45 Los límites de la provincia, desde la comarca de Toulouse, siguen en dirección SO.-NE. la línea de los montes Cévennes y los del Jura hasta el lago Leman. El Ródano discurre todo él por la provincia. Su cauce y la línea de la costa constituyen los ejes demográfico, político y económico del territorio Narbonense.
46 Los sordones habitaban el Rosellón junto al Pirineo y los consuaranos más hacia el interior. El Teco (o Teto) y el Vernodubro son actualmente el Tech y el Verdouble. Iliberris se corresponde con la moderna ciudad de Elne al S. de Perpiñán. Fue obispado y español en la Edad Moderna. Rúscino es el castillo de Perpiñán; el Átax se llama Aude; la colonia de Narbo (Narbonne) era la capital de la provincia, y el río Áraris, el Hérault.
47 Ágata, la actual Agde. El Árar, el del Ródano, el Saona, que se une al río principal en Lyon. El Ísara (Isère) vierte en el Ródano más al sur y procede de Saboya y de Grenoble. El Druantia (Durance) confluye con el Ródano en Aviñón y viene de los Altos Alpes.
48 Las fossae Marianae eran un canal para unir las bocas del Ródano con el mar por la izquierda del río. Fueron construidas por C. Mario entre el 105 y el 101 a. C. Los aváticos son un pueblo celta. En las Llanuras Pétreas recibió Hércules la ayuda de su padre Zeus para algunas de sus hazañas. Los otros pueblos citados eran también celtas: los voconcios, antiguos amigos de Roma, son mencionados de nuevo por Plinio en el libro VIII. Los alóbroges, al N., fueron particularmente importantes: recuérdense la Conjuración de Catilina o los Comentarios de César .
49 Marsella, antigua colonia focense, fue uno de los principales focos comerciales y culturales helénicos en el occidente de Europa. El puerto de Citarista es Le Clotet. Los camactúlicos se sitúan entre ese lugar y el actual Toulon. Los suelteros más al E. y los verucinos al N. de estos últimos.
50 La colonia del Forum Iuli es Fréjus, donde moriría Garcilaso; Antípolis, Antibes.
51 Arelate (Arlés), en la cabecera del delta del Ródano. Luego Plinio alinea localidades importantes, pero no costeras: Beterras (Béziers), Valence, Vienne (la de los alóbroges), Aquae Sextiae (Aix-en-Provence), Avennio (Aviñón), Apta (Apt), Alebece (Riez), Alba (Aps). Estas poblaciones, colonias u oppida , están citadas por orden alfabético, tomando sus nombres probablemente de registros oficiales junto con las del capítulo siguiente hasta los voconcios. Cabelio (Cavaillon), Carcaso (Carcassone), Carbantorate (Carpentras).
52 Glanum Libii (St. Remy); Luteva (Lodèze), al pie de los Cévennes; Nemauso (Nimes), ciudad famosa por sus monumentos antiguos; Tolosa (Toulouse), gran población medieval y moderna; Tarusco (Tarascón), la patria de Tartarín; Vasio (Vaison), ciudad natal de Afranio Burro, el preceptor de Nerón y compañero de Séneca en el gobierno del Imperio. Dinia es hoy Digne.
53 Enumeración de las regiones y grandes comarcas históricas y geográficas de Italia, siguiendo primero la costa del Tirreno en dirección N.-S., y luego de S. a N. la del Adriático. Eso da una idea de cómo veía Plinio —y quizá también sus fuentes— la representación cartográfica de Italia y en general de la ecumene . Nombres y pueblos se repetirán al recorrer la división regional de Augusto (III 46-132). En ambos casos Italia es la Italia ampliata , que no sólo comprende toda la cuenca del Po, con los Alpes incluidos, sino la península de Istria. La «costa de Grecia» es, naturalmente, la de la llamada Magna Grecia.
54 Hasta el capítulo 42, el gran canto a Italia, modelo e inspiración de otras laudes nacionales.
55 La hoja de roble y el escudo de las amazonas en forma de media luna son dos de esos símiles que muestran que los geógrafos antiguos tenían una visión plástica de la disposición de los espacios de la tierra. Leucópetra es el actual Capo dell’Armi; Cocinto, la Punta di Stilo y Lacinio, el cabo delle Columne.
56 Otra de esas comparaciones es la que dibuja una figura humana, con los pies en los Alpes (Aosta) y el cuello y la cabeza en el Brutio (la punta de la bota).
57 El río Varo (en francés Var), al O. de Niza. El Arsia, ahora Rása, en la costa E. de la península de Istria. El río Aterno se llama ahora Pescara. Alsio (Palo) está casi en la latitud de Roma y Castro Novo, en el Adriático, más al N.
58 Isa o Lisa es una isla de la costa del Ilírico, hoy Ugjlan próxima a Salona (Solin). La distancia de cincuenta mil pasos sería más o menos la de Ancona a Asphalatos (Split).
59 La llamada división de Augusto se hizo al parecer sobre un proyecto de Mecenas, poco antes de ascender al trono Tiberio. Preparaba de algún modo la igualación de Italia y las provincias. La descripción de las regiones que hace Plinio seguirá por la costa el orden N.-S. por el Tirreno, S.-N. por el Adriático y E.-O. por el sur. Para las poblaciones del interior el texto sigue ordinariamente el orden alfabético, igual que en los comentarios de Agripa y probablemente en los registros o documentos oficiales. En la hora sexta del invierno, en el hemisferio norte, el sol está en el sur; a la hora primera señala el sureste.
60 Nicea, Niza. El río Palo, en italiano Paglione. Cemenelo, Cimiez. Sigue una sucesión de antiguos pueblos lígures que se extienden hasta Piacenza.
61 En la costa, las principales poblaciones Ventimiglia (Album Intimilium) , Albenga, Vado Ligure, Génova, Portofino, Sestri Levante (Segesta), y el río Magra (Macra), finis Liguriae .
62 Entre las poblaciones del interior, Tortona (Dertona), Casal Monferrato (Vardacate), Polenza, Asti (Hasta). La ordenación no es alfabética. Hay que pensar que no procede de Agripa.
63 La región siguiente es Etruria, la séptima, con más historia política y cultural y mayor riqueza arqueológica. Primero se enuncian los pueblos de la protohistoria legendaria, de fácil comprensión. El presunto origen griego de tuscos es una reconstrucción etimológica: thuein , ofrecer sacrificios, se decía muy frecuentemente de aquellos en que las víctimas o las ofrendas eran consumidas por el fuego. A continuación se enuncian algunas ciudades, primero las costeras, Luni (Luna), Pisa, Volterra (Vados de Volterra), Piombino (Populonio). Se añaden en el capítulo siguiente varios de los ríos de la costa misma destacando que el Umbro (Ombrone) era navegable. La población de Cere (Cerveteri), importante en la historia de Roma. Telamón, ciudad y puerto, fue el lugar de la victoria de los cónsules romanos de 225 a. C. contra los galos (cf. infra III 138). Y las colonias: entre ellas Falerii (Cività Castellana) y la Senensis (Siena). Lucus Feroniae , un santuario etrusco muy celebrado, y Rusella (Roselle) fueron elevados a colonias por Augusto.
64 Las poblaciones del interior aparecen, como en otros lugares, mencionadas o con el nombre del pueblo en plural o con el de la ciudad en femenino singular. Pero respetando el orden alfabético que se suele atribuir a Agripa o a otros registros oficiales. Los de Arezzo se distribuyen en tres clases correspondientes a tres poblamientos o emigraciones, los antiguos habitantes, los colonos de Sila (Fidenciores) y los de César.
65 Entre las localidades notables se mencionan Cortona; Clusio (Chiusi); Florencia; Fésulas (Fiésole); Pistorio (Pistoia); Perugia; Tarquinios (Tarquinia), la legendaria patria de los reyes etruscos; Volsinios (Bolsena), junto al lago del mismo nombre. De Crustumino, famosa en la antigua historia de Roma y desaparecida, se conserva el nombre, pero para una zona del territorio fuera de la relación oficial de oppida .
66 Realmente el nombre Thybris sólo es usado por algunos poetas (Virgilio, Ovidio). No se puede decir que se llamara comúnmente así al río nunca. Álbula es prelatino (Alba quizá sea lígur para «montaña» o algo parecido). Los afluentes, Timia (Tinia) y Clanis (Chiana). Los ríos como el Tíber, en muchos lugares encerrado entre montañas, son accidentes geográficos que suelen servir de límites en la Antigüedad. Se mencionan localidades que decían mucho a la memoria de los romanos como Perusia y Crustumino.
67 Al tratar del Lacio, como del Tíber, de la urbe y de Italia exulta el patriotismo romano de Plinio. El Lacio propiamente dicho llega por el sur, siguiendo la costa, hasta Circeo, si bien la región de Augusto comprende también la Campania hasta el río Sílero. Se citan con devoción pueblos legendarios desde los aborígenes a los rútulos, lugares históricos como Árdea, ligada a Dánae, madre de Perseo, y otros muy importantes en la historia y leyenda de Eneas: Laurento (la ciudad a la que se unió Lavinium , que había fundado Eneas, y que quizá no existió nunca en época histórica); el río Numicio (hoy Númico), desde cuyas orillas el héroe fue arrebatado a los cielos, el lucus de Júpiter Indígete, divinidad que fue identificada con el propio Eneas.
68 Aphrodisium , santuario del que no se sabe nada más, pero que estuvo dedicado a Venus, madre de Eneas. Ancio, importante como ciudad portuaria y colonia romana desde mediados del s. IV . Los Baluartes (Clostra) fueron una conocida fortaleza, pero no se sabe si protegía a Ancio o a Circeo.
69 Teofrasto (370-288 a. C.) es el filósofo y naturalista que sucedió a Aristóteles en el Liceo. Teopompo, algunos años más joven, historiador que alcanzó la época de Alejandro, pero sólo se conservan escasos fragmentos de sus obras. Clitarco escrìbìó hacia el 280. Tampoco se conocen más que citas o trozos sueltos. Apreciado y leído en Roma en la época de Plinio, y fuente de noticias para la vida de Alejandro, informa de que estando en Babilonia, Alejandro recibió embajadas de Italia, pero sin mencionar explícitamente a Roma.
70 El texto de Teofrasto es de la Historia plantarum .
71 Las lagunas Pontinas no fueron finalmente desecadas hasta el siglo XX . En tiempos de Roma se hicieron y rehicieron varios intentos de lograrlo. El número de veinticuatro ciudades parece exagerado. Muciano, cónsul en el 65 d. C. y cónsul suffectus dos veces más, fue el general que aseguró el control de Roma para Vespasiano. Escribió obras geográficas y una miscelánea de mirabilia . Es fuente muy usada por Plinio.
72 Sperlonga es la antigua Spelunca («la Cueva»); Terracina, Fondi, Gaeta, Formia constituían una zona en que abundaban las villas residenciales. Los lestrígones, caníbales gigantes que encontró Ulises, a los que se atribuyen varias patrias. Una de ellas Formia. Esta noticia se halla en CICERÓN (Cartas a Ático 2, 13, 2), si bien en esa época toda esta historia se consideraba fabulosa. El Liris es el Garigliano, en español Garellano, escenario de una importante victoria del Gran Capitán. El Lacio antiguo terminaba en Sinuesa o Sinope (hoy Mondragone), aunque la región administrativa de Augusto comprendía también la Campania.
73 La Campania, rica en cereales y vides. Los nombres citados corresponden en varios casos a vinos muy estimados. Los Campos Leborinos en el triángulo que forman la vía de Pozzuoli a Capua, el río Chiana (Glanis) y la costa. La bahía de Cumas, entre el Miseno —con la zona residencial de Baias— y Surrento (Sorrento), con toda suerte de evocaciones y resonancias literarias, históricas y culturales, desde el Averno hasta el Vesubio en que años más tarde moriría Plinio.
74 En Linterno murió Publio Cornelio Escipión Africano en el 183 a. C. Cumas, colonia calcídica del s. VIII a. C., es la más septentrional de las colonias griegas de Italia, el foco de irradiación helenística más próximo a Roma —y a Etruria—. Se piensa que tuvo una importante función mediadora en la introducción del alfabeto en Italia. Bayas (hoy Baia), famosa como lugar residencial. El cráter del lago del Averno era el lugar de entrada para el mundo de ultratumba. Son muy numerosos los testimonios literarios. El más conocido, en el libro VI de la Eneida .
75 Evocaciones mitológicas de sirenas y de Hércules, que honraban a la ciudad y el territorio. En la erupción del Vesubio del año 79 moriría el propio Plinio.
76 Poblaciones muy conocidas en la historia itálica y de Roma casi todas las mencionadas en este capítulo y en el siguiente (ordenadas alfabéticamente). En la colonia de Nola murió Augusto. La población de Alba Longa estaba en el lugar del actual Castelgandolfo, etc. Los nombres de poblaciones y de pueblos son, en casi todos los casos, «transparentes» para el lector español y la información sobre esas localidades abundante en los textos antiguos.
77 El «segundo nombre de Roma», según se puede leer en Servio, sería «valentia», supuesta versión latina —versión inversa— de la traducción al griego de Roma (Rhomé, que significaría fortaleza). Sorano, antiguo marianista, se refugió en Sicilia, huyendo de Sila y fue ejecutado allí por el pretor, que era Pompeyo. Plinio menciona también a Valerio Sorano, en el Prefacio de esta obra, como autor de una «miscelánea» a la que llamó epoptides .
78 La división en catorce distritos fue de Augusto. La censura conjunta de Vespasiano y Tito, año 73 d. C., sería una fecha post quam para la redacción de este libro tercero. Plinio fija la fundación de Roma en el 753 a. C. El miliario del Foro era el llamado aureum .
79 Los castra praetoria o cuarteles de la guardia fueron edificados por Tiberio en el extremo noreste del distrito VI, que había recibido el nombre de alta semita .
80 En este capítulo y en los dos siguientes se mencionan localidades y pueblos del Lacio desaparecidos. La primera relación, según algunos comentaristas, procedería de Varrón y comprende los nombres de veinte ciudades que en algún momento fueron famosas, clara oppida . Entre ellas «Saturnia», de la que se suele decir que es el más antiguo establecimiento de la colina Capitolina. No se advierte ningún criterio concreto para su ordenación en el texto de Plinio.
81 La segunda lista, de treinta nombres, se anuncia con la información de que se unían para realizar sacrificios en el monte Albano, o sea, en las Ferias Latinas. Está ordenada alfabéticamente. Plinio la habría tomado de algún registro oficial. Aunque hubieran desaparecido los pueblos, absorbidos o destruidos por Roma, estarían nominalmente representados por alguien para estos sacrificios. Entre las dos relaciones suman cincuenta nombres.
82 O las listas de los capítulos anteriores estaban incompletas y Plinio no reparó en ello, o se habrían perdido tres nombres en el curso de la tradición. En este capítulo se añaden tres pueblos desaparecidos más, pero con la clara indicación de que eran de la Campania y no del «antiguo Lacio» como los otros cincuenta. El consulado de Gneo Pompeyo y Lucio Catón, en el año 82 a. C.
83 La fuente de la relación de antiguos pueblos de la región de Lucania y del Brutio (o Bruttii) probablemente procede de Catón. Los primitivos habitantes del sur de esta región se llamaron morgetes y según otros enotrios. Los lucanos eran itálicos procedentes del centro de la península. Extendieron la lengua osca e italianizaron la región, en cuya costa hubo ciudades o colonias griegas. Por eso, tanto en Lucania como en el Bruttium (III72) existen ciudades con dos nombres y helenismos culturales.
84 La cultura helénica de la Magna Grecia se advierte en nombres como Hércules, Orestes, Escila.
85 Una columna erigida por los habitantes de Regio, escrito a veces Rhegium . La ciudad era una populosa colonia griega, que conservó la lengua durante largo tiempo.
86 Pitiusas llamaron los griegos al conjunto de Ibiza y Formentera (ésta de nombre griego Ofiusa (infra III 78). Prevaleció en latín Ebusus , que vendría de una voz fenicia que significaba isla de los pinos.
87 El nombre de Baleares proviene probablemente de una lengua ibérica. En algún momento se produce una reconstrucción etimológica que lo relaciona con el griego bállein «arrojar». Los soldados baleares tenían fama de honderos entre los mercenarios de los cartagineses, que hasta fines del s. III a. C. dominaban en las islas. No los hay más notables que ellos en ningún otro pueblo, según TITO LIVIO (XXVIII 37, 6). El mismo historiador (períoca del 1. LX) explica el griego Gymnasíai , diciendo que en el verano, por causa del clima los naturales iban desnudos. Las principales poblaciones de ciudadanos romanos de Mallorca eran Palma y Pollensa. Otra de las mencionadas (Tucis) quizá corresponda a Alcudia. Las de Menorca, por este orden, Ciudadela (Yamo), Alayor ? y Mahón.
88 Las otras islas mencionadas más notables son Cabrera, Dragonera y los Malgrats. Al islote de Aníbal se le llama ahora El Torre.
89 Varias series de islas pequeñas que se alinean ante la costa de las Galias, desde el Ródano a Italia.
90 En las principales islas, como Córcega, se señalan las distancias a los puertos más próximos o más usuales para el comercio.
91 Las islas más conocidas de las que están cerca de la costa itálica del Tirreno son la de Elba, por Napoleón, y la de Ponza, por el marqués de Santillana.
92 La leyenda de Eneas, integrada en la cultura romana como parte de su memoria histórica, ennoblece las tierras y poblaciones de la región augústea del Lacio. Nápoles, considerada como una antigua colonia calcídica. Las islas de Capri, famosas como residencia temporal de Tiberio que edificó allí un palacio merecedor para Plinio del nombre de arx «ciudadela».
93 Se piensa que las dimensiones atribuidas a Cerdeña no proceden de Agripa.
94 Plinio insiste frecuentemente en que los Enotrios dominaron Italia. Habrían sido un pueblo preindogermánico instalado en el sur de la península, de donde fueron desplazados por los colonos griegos.
95 Los geólogos consideran que no es inverosímil que la isla hubiera podido estar unida al continente. Por supuesto, no en tiempo histórico, y no podría haber memoria de ello. La población de la orilla peninsular del estrecho se llama habitualmente en latín Regium , que probablemente proviene de un nombre preindoeuropeo. Plinio mismo en otros lugares de este libro escribe Regium . Aquí cambia la grafia haciéndose eco de la falsa recomposición etimológica del rhḗgnymi o rhēgnýō griego (rasgar o romper) como origen del nombre de la ciudad.
96 Escila y Caribdis, un escollo y un torbellino para el filósofo naturalista. Son los monstruos del libro XII de la Odisea que amenazaban a los navegantes, y en particular a Ulises.
97 En la Antigüedad se pensó siempre que Sicilia, siendo efectivamente un triángulo, estaba inclinada hacia el oeste, de modo que su extremo meridional, el cabo Paquino (en italiano Passero), era el lugar de la isla más próximo a Grecia. Estaría por ello más cerca de las costas de la Hélade que las poblaciones de Mesina y de Siracusa.
98 Las poblaciones de la isla son sesenta y ocho que aparecen relacionadas (y por orden alfabético, dentro de sus clases, las de derecho latino y las tributarias) en los capítulos siguientes.
99 En Mesina se conservaba el nombre de los Mamertinos como un apelativo de la ciudad. Así se llamaron unos mercenarios oscos (Mamers, Mars) que vinieron a Siracusa con Agatocles y probablemente le ayudaron a dominar toda la isla. A la muerte del rey, ocuparon Mesina y tras diversos azares se aliaron con los romanos frente a los cartagineses, dando lugar a la primera guerra Púnica, tras la cual Roma dominó la isla de Sicilia.
100 En este capítulo y al principio del siguiente se describen los accidentes geográficos del entorno de la isla y algunos de los principales del interior, como el Etna, junto con las colonias y algunas de las principales poblaciones, o las más históricas. En los dos capítulos siguientes las demás poblaciones, hasta llegar al número anunciado.
101 Malta y Gozzo (Gaulos) son las principales islas entre Sicilia y África. Malta estaba bajo administración romana ya en el 218 a.C. al empezar la Segunda Guerra Púnica.
102 En este capítulo y en el siguiente se mencionan pequeñas islas volcánicas, cuya historia y fenómenos naturales se interpretan a veces en clave mitológica. Por ejemplo, Éolo y Líparo, como reyes.
103 Los límites de la Magna Grecia no son muy precisos. Estrictamente se habría extendido por la cara sur de la península hasta la antigua Calabria, abrazando los golfos de Escila y de Tarento. Pero al mencionarla los autores, incluido Plinio, le dan en ocasiones mayores dimensiones. Se diría que había una Magna Grecia histórica y geográfica y otra cultural.
104 Esta división de los grandes mares de Europa es la de Agripa. Tanto ésta como la anterior, que debía de ser la de Varrón, incluyen el de Tarento junto con el Adriático dentro del segundo de los golfos, cuyo inicio fijan uno y otro en el cabo Lacinio, cerca de la población de Cortona. Plinio, siguiendo a Agripa, sitúa el extremo de este golfo en el cabo Acroceraunio, mientras que Varrón lo extendía hasta el Peloponeso.
105 El interior del Brutio, zona montañosa y áspera, debía de estar poco poblado. Sólo se menciona a los aprustanos. Lucania, de la misma región, al NO., estaba más habitada.
106 Los manuscritos de Plinio escriben Mardonia, como lugar de la muerte en el año 330 a. C. de Alejandro, el rey de Molosia en el Epiro, cuñado de Filipo de Macedonia. La edición de Jan-Mayhoff lo sustituye por Pandosia, que es donde efectivamente ocurrió la muerte del ambicioso rey. Pandosia está en el Bruttium , junto al río Aqueronte. Hay una divertida historia, que cuentan Justino y Tito Livio. Un oráculo había anunciado a Alejandro que se precaviera de la ciudad de Pandosia y del río Aqueronte, que se hallan en el Epiro, porque allí terminaría su vida. Por eso se habría apresurado a emprender la campaña de Italia de donde le habían llamado los de Tarento, entonces colonia griega. Pero ignoraba que allí, en territorio del Bruttium , había otra localidad y otro río con los mismos nombres. Plinio habría recogido una versión errónea si escribió Mardonia, o se equivocó, si de verdad puso Pandosia (que es del Bruttium) situándola en Lucania.
107 La antigua Calabria, con las importantes poblaciones de Tarento, antigua colonia griega en el golfo del mismo nombre, y de Brindis, puerto del Adriático en donde concluye la gran arteria de la Vía Apia. El territorio llamado Calabria constituía el tacón de la bota y fue conocido con este nombre durante toda la Antigüedad. La Calabria moderna —y medieval— era en época romana el Bruttium o territorio de los Bruttii .
108 En Apulia había otra Uria, homónima de la de Mesapia. Apolonia (hoy Pojan, en Albania). Seguramente la distancia de Otranto hasta aquí es la más corta entre las dos penínsulas. Sin embargo, la ruta marítima más habitual era la de Brindis a Dyrracchium (hoy Dürres), algo más larga, pero mejor para la navegación y con más apreciados puertos.
109 Del fantástico proyecto de Pirro dan noticia Dion Casio y, más detalladamente, Plutarco. El de Varrón quizá consistiera simplemente en cerrar el mar con sus barcos durante la guerra de los piratas. Lo que dice Floro es que Pompeyo, dentro de su estrategia general de impedir los movimientos de los piratas, encargó a Varrón controlar la salida del Adriático.
110 Plinio sitúa en el territorio de los pedículos la población de Rudias. El poeta Ennio había nacido en una localidad de ese nombre, pero más al sur, en Calabria, en tierras del interior, a mitad de camino entre Otranto y Brindis.
111 Del legendario rey Iapyx proviene entre otras cosas el nombre del cabo meridional de esta Calabria antigua, llamado Akra Iapygia (aunque también promuntorium Sallentinum) . El Áufido (hoy Ofanto) es quizá el río más importante de la región. Es mencionado varias veces por Horacio que era nativo de aquellas tierras.
112 Venusia es la patria de Horacio, Canosa que se hizo famosa en la historia de las Investiduras. Diomedes, personaje mitológico que aparece en la guerra de Troya y en los trabajos de Hércules. Las ciudades de Apinas y Tricas no existieron nunca. Esos nombres se usan como expresión proverbial para referirse a menudencias o cosas sin importancia (Marcial).
113 Los pueblos del interior de esta segunda región se agrupan en tres series. La primera de hirpinos, que eran de origen samnita (hasta los vescelanos); la segunda de apulios, a partir de los de Áusculo (Áscoli Sartriano, que no debe confundirse con el Áscoli Piceno de la V región), entre ellos el pueblo de Cannas, a orillas del Áufido (Ofanto), lugar de la famosa batalla del 216 a. C., y, en tercer lugar, los cálabros propiamente dichos a los que se atribuye un origen ilírico. Finalmente, una corta relación de salentinos (también se piensa que procedían de Iliria), que se habían instalado cerca del golfo de Tarento.
114 Las fortissimae gentes de Italia son principalmente de origen samnita o ilírico. Fueron los más beligerantes en la Guerra Social de los años 91 a 89 a. C., en unión con otros situados más al sur, de lengua y etnia osca: frentanos, marrucinos, pelignos, marsos y vestinos son todos de ésta región, bien costeros, bien del interior, pero en la cara oriental de los Apeninos o en sus principales cumbres.
115 Geliano es el analista Gn. Gelio, de la época de los Gracos, cuya obra alcanzaba por lo menos hasta el 146 a. C. Cicerón lo menciona en De legibus . Probable fuente de Dionisio de Halicarnaso. Valeriano es Valerio Anciate, otro analista, ya del s. I , posterior a Sila.
116 «Sebinos» sería un grecismo por «piadosos».
117 Los ríos Nera (Nar) y Aniene son dos de los principales afluentes por la izquierda del Tíber. Llamar a ese lugar próximo a Rieti «ombligo» de Italia, parece significar que Varrón pensaba que era el centro de la península y que compartía la imagen antropomórfica del país que refleja en otros lugares Plinio. Subláqueo, hoy Subiaco.
118 El ver sacrum era un voto que se hacía en casos de calamidades, y también quizá de excesos de población, ordinariamente a Júpiter. Se sacrificaban los animales nacidos en esa primavera, aunque esto fuera más aparente o simbólico que real. Los hombres venidos al mundo en ese tiempo, al llegar a los veinte años, debían ser cubiertos con un velo y enviados a otros lugares, donde ellos quisieran. De una de esas migraciones sabinas procederían, según esta tradición, los trescientos sesenta mil picenos que se sometieron a la disciplina del pueblo romano.
119 Algunas de las colonias citadas, la de Porto di Fermo (Castellum Firmanorum) , Ásculo (Ascoli Piceno) y Ancona fueron particularmente importantes por diversos motivos. La primera por su puerto, Ascoli Piceno fue la ciudad principal del territorio y el lugar donde empezó la Guerra Social y, tras largo sitio, sufrió un famoso asalto. Ancona, también como ciudad marítima y por los vinos de su territorio.
120 La sexta región abarca en el interior el territorio de la Umbría, limitado al O. por el Tíber y al N. por el famoso Rubicón, límite de Italia hasta la campaña militar de Julio César. El ager Gallicus por el sur llega hasta Ancona, que pertenecía a la región del Piceno. Fue un territorio ocupado por invasores galos. Que lo hubieran poblado antes sículos y liburnos, como dice Plinio, no es cosa probada. Además, algunos de los territorios que especifica nuestro autor son de la quinta región, la del Piceno. Tampoco los etruscos llegaron nunca por la costa más allá de Ancona. La Umbría poseía una rica agricultura, buenos vinos y ganado. Los habitantes de la Gallia togata eran los galos más romanizados. Se advierte en el autor una cierta inclinación en favor de los umbros, que será un componente del patriotismo itálico y romano que le caracteriza.
121 No pocos de los topónimos mencionados en este capítulo y en el siguiente tienen un lugar de relieve en la historia de Roma. Son de destacar el río Metauro, a cuyas orillas derrotaron los romanos a Asdrúbal en la Segunda Guerra Púnica, Gubbio (Iguvium) que ha dado nombre a las Tablas Iguvinas, el principal testimonio de la lengua umbra, Asís, etc.
122 Entre los primeros nombres de la octava región se menciona el río Rubicón. Dentro de ella se encuentran Ravena, de tan brillante historia en la Antigüedad tardía y en la alta Edad Media, y Bolonia, sometida por los galos a principios del siglo II a. C. e importante ya en la época de la cultura de Villanova. Otras localidades aquí mencionadas de la cuenca del Po, a orillas del río, que fueron colonias, después tendrían una densa historia.
123 El Po, otro de los orgullos nacionales de Plinio. Por segunda vez (121) se cita al Nilo en el contexto del primer río de Italia. La otra fue en el libro segundo (229). El Erídano era un río mítico, mencionado por Hesíodo, y que diversas tradiciones griegas quisieron identificar con algún río real. Se le relacionaba con el comercio del ámbar. Faetón, hijo del Sol, obtuvo de su padre que le dejara guiar el carro de fuego del astro con sus caballos inmortales. Pero no pudo dominarlos y estuvo a punto de prender fuego al mundo. Zeus lo mató con un rayo, evitando así la catástrofe. Vino a caer en el Erídano. Sus hermanas lloraron su muerte sobre las orillas del río y sus lágrimas se convirtieron en árboles productores de ámbar. Pero el Po no tiene islas en su desembocadura, en donde se hubieran desarrollado esos árboles, por lo que se empezó a buscar en otros sitios hasta que se impuso la interpretación racional con Estrabón y otros, entre ellos Plinio, que menciona a Faetón, pero como una ilustración poética.
124 Plinio atribuye al Po 575 Km. de curso. Se queda un poco corto para las medidas modernas, que dan 600. Entre los afluentes por la izquierda están los ríos que proceden de los grandes lagos alpinos, cuyos nombres se hallan en III 131.
125 Los Septem maria de la desembocadura son un espacio con lagunas y brazos del río que sufrió muchas transformaciones naturales y artificiales ya en la Antigüedad y todavía más después. La fossa Augusta fue un canal entre Ravena y el brazo principal del río para servicio del estacionamiento de la flota del Adriático a lo largo de la época imperial.
126 El canal Flavio fue reconstruido por Vespasiano, más o menos cuando se escribía la obra de Plinio, sobre uno antiguo de los etruscos. Cruzaba brazos del delta.
127 El Atesis es el Adigio. Se llama Delta, igual que el del Nilo, a la figura que forman los brazos del Po en la desembocadura. Había sido Heródoto el primero que llamó así a la desembocadura del Nilo, por su forma triangular que recordaba a la letra griega. Parece que Estrabón aplicó el término a otros ríos. Probablemente fue Plinio el que extendió su uso, y este pasaje es el primero en latín en que se aplicó la palabra a un río distinto del Nilo.
128 Segusio, hoy Susa, en los Alpes Cotios, es el lugar donde se elevó el trofeo de los Alpes (cf. infra , III 136 y 137). Augusta Taurinorum es Turín y Augusta Praetoria , Aosta. Han sido muy debatidos, ya desde tiempos de Tito Livio, los lugares de los Alpes por donde pasaron los cartagineses con Aníbal. Se llama, en todo caso, Alpes Poeninae al Gran San Bernardo y Graiae al Pequeño. Eporedia es Ivrea.
129 Ticino, Pavía; Laus Pompeia , en las proximidades de Lodi; Mediolano, Milán (en el latín de los humanistas era frecuente llamar Insubria al Milanesado); Bérgomo, Bérgamo. Cornelius Alexander es conocido también —y quizá más— por Alexander «Polyhistor»: era de Mileto, nacido el 105 a. C. Fue prisionero en Roma y, al ser liberado, tomó el nombre de Cornelio, de Sila. Escribió obras misceláneas en la segunda mitad del s. I a. C. Esa falsa etimología sería característica de lo que se sabe de su obra.
130 Poblaciones desaparecidas. Catón y Nepote están citados una vez más como fuentes. Ínsubres, boyos y sénones son conocidos pueblos celtas decisivos en algún momento de la historia de la Italia romana. Los ínsubres fueron los derrotados de Telamón (III 51) y los que más resistencia ofrecieron a Roma en el s. II a. C.; los boyos habían descendido de las Galias a Bolonia y fueron expulsados de allí por los romanos el 193 a. C., y, en fin, los sénones son los que conquistaron Roma, salvo el Capitolio, en el 387 a. C. La victoria de Camilo sobre Veyos fue en el 396 a. C.
131 La décima región comprende, junto con todo el Véneto, la mayor parte de la península de Histria. Como poblaciones destacan en ella las colonias correspondientes a Concordia Sagittaria (Concordia) y Aquileya (Aquileia) , fundada ésta para la defensa contra los celtas de los Alpes en el 181 a. C., según Tito Livio.
132 Por el Norte cierran la provincia —e Italia— los Alpes Cárnicos. Los carnos eran un pueblo celta, de cuyo nombre queda un recuerdo en la actual Kärnten (Carintia) austriaca. Junto a ellos, adentrándose en la Panonia Superior y en Dalmacia, los yápudes, ilirios. La Italia Ampliata (42 a. C.) tenía su límite en el río Formio, a seis mil pasos al sur de Trieste. La colonia de este nombre (en latín Tergeste) está situada al fondo de un ancho golfo.
133 Nauporto estaba muy cerca de Emona, que se corresponde con la actual Lubliana, capital de Eslovenia.
134 Tuditano (C. Sempronius Tuditanus) cónsul en 129 a. C. venció a los yápudes —aquí llamados histros—, celebró un triunfo en Roma e hizo erigir un monumento en el lugar de la victoria. La inclusión oficial de la península de Histria en la región es de tiempos de Augusto, si bien la fundación de la colonia de Pola o Pietas Iulia , sita casi en el extremo meridional, es de fecha desconocida.
135 En este capítulo y en los cuatro siguientes se mencionan localidades y pueblos, así como ríos, lagos y montañas de esta décima región y de la undécima. Colonias y ciudades situadas al norte del Po de la décima, como Este (Ateste) , Padua (Patavium) , Vicenza (Vicetia) , Oderzo (Opitergium) , y otras de la undécima: Cremona, Brescia (Brixia) , Mantua. Entre los pueblos se alinean vénetos, cenomanos (que son galos), tridentinos y otros de más adentro, casi todos celtas. Después de los más importantes para un romano de entonces, que terminan con los carnos, sigue una lista de otros diez más por orden alfabético.
136 Los lagos son el de Como (Lario), el Mayor (Verbanno), el de Garda (Benaco) y el de Iseo (Sebino).
137 Lucius Coelius Antipater , analista de fines del s. II a. C., autor de una historia de la Segunda Guerra Púnica, en la que abundaban las digresiones. Estos datos geográficos podían ser de una de ellas. La línea imaginaria que traza Plinio de un lado a otro de Italia, pasando por poblaciones tan importantes, coincidiría en alguno de sus tramos con vías romanas. Así ocurre, sin duda, entre Verona y Aquileya con la vía Postumia.
138 La mayor parte de los pueblos mencionados en la primera serie estaban asentados en Histria, o cerca de la cabecera del golfo de Trieste. Los otros siguen por los Alpes, de E. a O. La identificación entre carnos y tauriscos no es hoy generalmente aceptada. Retos y vindélicos serían celtas y se daría el nombre de eugáneos a una población de origen preindoeuropeo.
139 En la Val Camonica de los camunios se han encontrado inscripciones que podrían ser protolatinas y han dado mucho que hablar. Los presuntos griegos de los Alpes son sin duda legendarios. Finalmente se llega a los lígures y al golfo de Génova, junto al río Varo que desemboca en Niza.
140 Con el nombre de trofeo de los Alpes, Plinio enuncia uno de los dos monumentos erigidos por Cotio que se conocen. Marcus Iulius Cottius , hijo de un rey nativo llamado Donnus , que no ofreció resistencia a Augusto cuando trató de asegurar el control de una región de los Alpes, desde la que se podían dominar los accesos a las Galias y a Hispania. Conservó su reino, con el título de prefecto e incluso fue sucedido por su hijo, Cotio II, hasta que, al morir éste, en el año 63, bajo Nerón, ese territorio se convirtió en provincia, llamada Alpes Cottiae . Todavía hoy se mantiene en pie parte de la arquitectura del llamado trofeo de los Alpes en La Turbie, al norte de Mónaco y elementos de un arco triunfal levantado en Segusio, actualmente Susa, entonces capital de la región.
141 El primer estudioso moderno que descubrió el trofeo de La Turbie, o llamó la atención acerca de él, y vio quizá algunas letras o palabras entre las ruinas, fue el español Juan Ginés de Sepúlveda que informa de ello en un cuaderno de notas de un viaje de Alcalá a Roma del año 1520. La reconstrucción del texto grabado en esta especie de torreón o castillo honorífico, elaborada sobre las letras que se han salvado, con la ayuda del texto de Plinio en que se mencionan los pueblos que se sometían a Roma, más las notas de humanistas o estudiosos que lo habían visto, se puede leer en el CIL , V, 7817. El trofeo fue erigido en honor de Augusto, sin que aparezca un dedicante.
142 En Susa, antigua Segusio, capital de los Alpes Cottiae y del reino y prefectura que precedió a la provincia, se alzó un arco triunfal dedicado por M. Iulius Cottius (cf. supra , n. 133) a Augusto. Por los años de la potestad tribunicia (XV aquí y XVII en el trofeo, y por el año imperial), se ve que es anterior al monumento de La Turbie. Cotio ofrece el arco como «prefecto» y la relación de los pueblos de la prefectura es más corta, pero coincide en parte con la que se lee en Plinio y se ha reconstruido para el trofeo. (Cf. CIL , V, 7231.)
143 L. Emilio Papo y C. Atilio Régulo fueron los cónsules del 225 a. C. que vencieron a los galos en Telamón (Etruria) (cf. supra III 51).
144 Los liburnos o liburnios son considerados como un pueblo véne-to-ilírico (lo cual no se sabe bien si significa un pueblo fronterizo o el fruto de la fusión de dos poblamientos diferentes). Ocupaban el norte de Dalmacia. Algunas de las poblaciones mencionadas aquí —particularmente en la Yapudia— coinciden con otras citadas en la décima región (supra III 130). En parte puede deberse al cambio de los límites de Italia, en parte también a que las informaciones de Plinio para ambos lugares proceden de dos fuentes distintas. Igual ocurre en el capítulo siguiente.
145 Escardona (hoy Skardin) a orillas del Ticio (Krka) era el final de la Liburnia propiamente dicha. A partir del año 9 d. C. la Liburnia y la Dalmacia, desde el río Arsia (Rasa), en la península de Histria, al Drinio (Drin) constituyen una provincia romana. El primero de los conventos jurídicos estaba situado en Escardona (supra III 139), junto al mar, a la altura de la Hercegovina
146 Salona es actualmente Solin, al N. de Split. Yáder, Zara. A este segundo convento jurídico acudían las comunidades con sus censos organizados en decurias, después de la creación de la provincia (cf. III 142). Las tres fortalezas —castella — que se mencionan en ese capítulo 142 formaban parte de una línea de fortificaciones.
147 Las comunidades que acudían al convento jurídico de Narona, junto al río Naro (hoy, Neretva) en los confines de la Hercegovina, son de perfiles aún más imprecisos que las anteriores.
148 Liso (hoy Lezha) parece ser la última población romana de la provincia, la más cercana a Macedonia.
149 De Macedonia parece tener Plinio menos información estadística. Epidamno o Dirraquio es la actual Dürres en Albania. Plinio se limita a seguir la costa hasta Órico y el cabo Acroceraunio, donde terminaba el Adriático para Agripa.
150 Llegado al Epiro, el autor se traslada a las regiones alpinas inmediatamente al NE. de Italia y a la Panonia Superior (hoy casi toda en Hungría), que también limita con la décima región itálica. El Nórico cubre, por así decir, las espaldas de los carnos y yápudes de la Italia Ampliata . Casi pegadas a la península se alinean una serie de poblaciones elevadas por Claudio a la condición municipal, igual que otra Yuvavo, bastante más al N., por donde la actual Salzburg. El lago Peiso es el Balatón.
151 Panonia (se trata de la Superior), que como la Inferior, más al este, llega hasta el Danubio. Pasan por ella dos grandes afluentes del Danubio, llamados hoy Sava y Drava.
152 Mesia había sido una prefectura fronteriza después de una victoria romana sobre sus habitantes —los mesios, un pueblo tracio— que amenazaban Panonia y Macedonia. Es provincia ya organizada como tal en tiempos de Tiberio. Cuando escribe Plinio aún no se había dividido en dos. Fue siempre un espacio fronterizo militarizado. Plinio se vuelve a ocupar de Mesia en el libro cuarto.
153 Las dimensiones del Ilírico según Agripa. Las cifras están redondeadas, lo cual quiere decir que son aproximadas.
154 El mar Ausonio es el del S. de Italia. El Jonio, desde las costas de la antigua Calabria hasta el Ilírico.
155 Dos notas importantes en el último capítulo sobre el comercio del ámbar, de origen misterioso durante largo tiempo, y sobre los piratas del Mediterráneo, todavía preocupantes algo más de un siglo después de la guerra contra ellos a todo lo ancho y largo del mar, que había dirigido Pompeyo.