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Quienes principalmente han defendido que hay que poner [1] en relación las artes con los sentidos creo que se han basado especialmente en la capacidad de discernir que, tanto unas como otras, poseen. En efecto, gracias a esa facultad, estamos capacitados por naturaleza a distinguir los opuestos en cada cuestión; pero, en mi opinión, hasta ahí llega el parecido, porque se diferencian en el resultado final de ese juicio.
Por un lado, los sentidos no tienen la función de establecer [2] una distinción entre el blanco y el negro, entre lo dulce y lo amargo, entre lo suave y blando y lo duro y resistente, sino que su labor consiste en ponerse en movimiento ante cualquier estímulo exterior que le llegue y, una vez excitado, transmitir al pensamiento qué nos ha pasado. Las artes, en cambio, con ayuda [3] de la razón, se ocupan de discernir y aprehender lo que les es propio, mientras que evitan y descartan lo que les es ajeno; es decir, analizan lo que concierne a la materia que tratan en sus cualidades intrínsecas, mientras que lo que les resulta extraño lo tratan, sí, pero de manera incidental y para evitarlo. Eso es lo que ocurre, por ejemplo, en el caso de la medicina, cuando examina el concepto de enfermedad, o en el caso de la armonía, cuando se ocupa de la desarmonía, pero con el objeto de conseguir el efecto contrario.
[ 4] Las más perfectas de todas las artes, a saber, la discreción, la justicia y la prudencia, no han de destacar sólo lo bello, lo justo y lo útil, sino también se debe discernir lo punible, lo injusto y malvado; y, además, porque no alabamos una virtud sin tacha que se honra en desconocer la maldad, sino que creemos que es una necedad imperdonable desconocer los principios que más [5] importa tener presentes para actuar rectamente.
Los espartanos antaño, en el transcurso de sus festividades, obligaban a los hilotas a beber vino puro en gran cantidad y luego los introducían en los banquetes para mostrarles a los jóvenes qué acarreaba la embriaguez 1 . Pues bien, aunque nosotros no creemos que la enmienda a través de la denigración de otras personas sea un proceder humano ni cívico, aun así, no estará mal que, entre las muestras de nuestras Vidas , metamos una o dos parejas de vidas de personalidades que no tuvieron un comportamiento ejemplar y que fueron célebres por el perjuicio que causaron por la desmesura de su poder y de sus ambiciones.
No está en mi deseo, ¡por Zeus!, el distraer al lector con un relato lleno de curiosidades, sino que procederemos como Ismenias [6] el tebano 2 que, para mostrar a sus alumnos quiénes eran buenos y malos flautistas, solía decir: «¡Tienes que tocar de esta manera!» o, a su vez, «¡Así no se debe tocar!»; o como Antigénidas 3 , que veía bien que los jóvenes escuchasen a los buenos flautistas, aunque también consideraba oportuno que tuviesen constancia de la existencia de flautistas malos. De la misma manera nosotros creemos que seremos más benévolos jueces e imitadores de las vidas de los hombres preclaros, si alguna noción histórica tenemos de las vidas de aquellos que son despreciables y dieron un mal ejemplo.
Así pues, este libro contendrá las vidas de Demetrio Poliorceta y del general Antonio, hombres que testimonian el dicho de Platón de que las naturalezas sublimes sacan a la luz tanto [7] grandes defectos como grandes virtudes 4 . Siendo ambos en la misma medida lujuriosos, dados al vino, expertos generales, [8] derrochadores, desprendidos y soberbios, también tuvieron un semejante destino final. Así, no sólo durante su vida obtuvieron grandes éxitos, sino que también sufrieron importantes derrotas, pues fue muchísimo lo que conquistaron como muchísimo lo que perdieron, cayendo de forma inesperada para, de nuevo, insospechadamente reponerse; y, al final, incluso uno acabó prisionero en manos de sus enemigos y el otro estuvo a punto de que le pasara lo mismo.
Antígono 5 tuvo dos hijos con Estratónice, la hija de Corrago [2] 6 , 7 . A uno lo llamó Demetrio, por su hermano, y al otro Filipo 8 , por su padre. Esto es lo que refieren la mayoría de los autores sobre esta cuestión. Algunos, en cambio, dicen que Demetrio no era hijo, sino sobrino de Antígono y que, cuando Demetrio era tan sólo un niño, se murió su padre y la madre se casó enseguida con Antígono, por lo que fue considerado hijo [2] de Antígono. Por lo demás, Filipo, que no era muchos años más joven que Demetrio, murió.
Demetrio, aun siendo alto, era más pequeño de estatura que su padre 9 , pero los rasgos y la belleza de su rostro eran tan admirables y extraordinarios que ningún escritor o retratista logró retratarlo de manera fiel. Y, en efecto, su aspecto físico a la vez transmitía candor y gravedad, gracia y terror, combinándose en él una juventud intrépida con un cierto porte heroico y una majestad regia difícil de reflejar. Así pues, su carácter se antojaba [3] inquietante a la vez que resultaba atrayente a la gente. Es verdad que era muy agradable de trato y, cuando se encontraba inmerso en banquetes, era incluso más disoluto que los propios reyes en su lujoso régimen de vida; pero, ahora bien, cuando llegaba la hora de actuar, se ocupaba de sus negocios con un enérgico y un perseverante empeño. Por ello, el dios al que más veneraba de todos era Dioniso, porque era el más poderoso en la guerra, pero también era capaz de salir de la batalla para sumergirse en los goces y placeres de la paz 10 .
Era también especialmente cercano a su progenitor pero, si [3] tenemos en consideración ese respeto que sentía por su madre, parece que honraba lealmente a su padre y que en su amor estaba más motivado por un sincero afecto que por una reverencia servil a su poder. Una vez, mientras Antígono estaba ocupado atendiendo una embajada, Demetrio se presentó de vuelta de [2] una cacería, se acercó a su padre y, tras besarlo, se sentó a su lado armado como estaba con sus venablos. Antígono, entonces, mientras los embajadores se alejaban tras haber recibido sus comunicados, se dirigió a ellos en voz alta y les dijo: «Señores, también, de mi parte, informen de cómo nos portamos el uno con el otro»; como diciendo que la armonía y la confianza en las relaciones paterno-filiales son la base de la estabilidad del poder y una demostración patente de su vigor.
La verdad es que es cierto que el poder es tan difícil de compartir [3] y está tan lleno de desconfianza y de recelo, que podía sentirse satisfecho Antígono, el más poderoso y más anciano de los herederos de Alejandro, de no tener que temer a su hijo y de incluso dejarlo avanzar, mientras acudía armado con una [4] lanza a su encuentro. Es más, se puede decir que fue el único que mantuvo su linaje limpio de ese pecado a través de muchas [5] generaciones, pues Filipo fue el único de la dinastía antigónida que mató a su hijo 11 . Al contrario, en casi todas las casas reales se dan numerosos casos de muertes de madres, mujeres e hijos; y en cuanto a la muerte de los hermanos, esto lo consideraban ellos de la misma manera que los geómetras concebían sus postulados: un mal común, pero aceptado como necesario para mantener a salvo al rey 12 .
[4] Lo cierto es que Demetrio, al principio, tenía un carácter bondadoso propio de un amigo cabal, como puede constatarse con este ejemplo: Mitrídates, el hijo de Ariobarzanes 13 , era compañero íntimo suyo desde la más tierna infancia y frecuentaba la corte de Antígono, sin ser, por ello, tachado de intrigante, ni dar la impresión de serlo 14 . Sin embargo, Antígono empezó a albergar sospechas contra él después de haber tenido este [2] sueño: Antígono tuvo una visión en la que iba por una gran y ancha llanura, mientras esparcía una especie de oro en polvo, y que de esa semilla primero se desarrollaba una mies dorada, pero poco después, al volver, no creía ver más que paja cortada. Turbado y angustiado por este sueño, escuchó a algunos comentar [3] que Mitrídates se disponía a ir al Ponto Euxino, después de haber segado la mies dorada. Inquieto aún más por esta noticia contó a su hijo su sueño, bajo juramento de guardar silencio, y le dijo que estaba decidido a desembarazarse totalmente de este hombre dándole muerte. [4]
Demetrio, por su parte, en cuanto escuchó esto, sintió un hondo pesar, mas, con todo, cuando el joven Mitrídates acudió a su lado, como tenía por costumbre, para pasar el rato juntos, Demetrio no se atrevió a hablar ni a decir ni una sola palabra por respeto a su juramento. Sin embargo, en cuanto se retiraron un poco de los amigos, para estar así a solas el uno con el otro, escribió en la tierra con la punta de su lanza lo siguiente, para que el otro lo viera: «Huye Mitrídates». Aquél, en cuanto lo hubo leído, salió a toda prisa de noche para la Capadocia 15 . No tardó mucho tiempo en que el destino hiciera comprender a Antígono el verdadero sentido de su visión nocturna: Mitrídates [5] [ 5] tomó posesión allí de una gran y próspera región 16 y dio comienzo con él la dinastía de los reyes del Ponto que no cesó de existir durante ocho generaciones hasta que fue desbancada por Roma 17 . Éstas son algunas de las trazas que demuestran que el carácter de Demetrio tendía a la justicia y a la moderación.
[5] De la misma forma que en los elementos de Empédocles 18 , en los que, como efecto de la discordia, surge la diferencia y el contraste entre un elemento y otro, especialmente en aquellos casos en los que se acercan hasta tocarse; así también la contigüidad de los territorios y el choque de intereses provocó entre los sucesores de Alejandro, de manera muy manifiesta, una tensión viva y continua en la que se consumían.
Ése fue especialmente el caso de Antígono con Tolomeo 19 : Antígono se encontraba en Frigia 20 y se enteró de que Tolomeo saqueaba Siria desde Chipre e iba tomando las ciudades a la fuerza o voluntariamente, por lo que envió a su hijo. Demetrio [2] tenía entonces veintidós años de edad 21 y por primera vez se hacía responsable con plenos poderes de una expedición militar con importantes objetivos. Pero Demetrio era joven y sin experiencia 22 y tenía que vérselas con uno que ya estaba entrenado [3] en la palestra de Alejandro, curtido tras las muchas y grandes batallas que entablaba por su cuenta, y fue vencido fácilmente en la batalla de Gaza, a resultas de la cual ocho mil de sus hombres fueron hechos prisioneros y cinco mil murieron 23 . Demetrio perdió incluso su tienda de campaña, su dinero y todo cuanto [4] tenía de efectos personales.
Tolomeo se lo devolvió todo por mediación de sus amigos, a los que les hizo soltar un discurso lleno de nobleza y generosidad sobre cómo no se ha de luchar por todo a la vez, sino principalmente por la fama y el poder. Demetrio aguantó este discurso, [5] pero pidió a los dioses que no pasara mucho tiempo en deuda con Tolomeo por este favor, sino que le permitieran rápidamente pagarle con la misma moneda. Su reacción no fue la [6] propia de un joven que hubiera sido humillado al inicio de su carrera, sino la propia de un general experimentado que se adapta a los cambios de la fortuna: llamó a los hombres a filas, dispuso sus armas, mantuvo sus posiciones en las ciudades que tenía en su poder y fue preparando a los ejércitos que iba allí reclutando.
[6] Antígono, en cuanto tuvo noticia de este enfrentamiento, declaró que Tolomeo, aunque hubiera vencido a unos jóvenes imberbes, ahora tendría que vérselas con hombres de verdad y, como no quería ni atemperar ni oponerse a la determinación de su hijo, no se opuso cuando éste le pidió luchar de nuevo él [2] solo, así que le dejo partir. Poco tiempo después llegó Ciles, el estratego de Tolomeo 24 , con un impresionante ejército para [3] expulsar de toda Siria a Demetrio, al que menospreciaba porque había sido vencido anteriormente. Pero el otro cargó contra él sin que se lo esperara, le aterrorizó, tomó posesión del campamento [4] con el propio general dentro, capturó a setenta mil soldados vivos y se apoderó de numerosas riquezas 25 .
Demetrio se regocijó de su victoria, no tanto por todo aquello de lo que se había apoderado, sino por todo lo que podría devolver 26 , y se regodeaba, no tanto por la fama adquirida y el dinero ganado, como por poder corresponder a ese noble gesto de cortesía de Tolomeo. Sin embargo, esta decisión no la tomó por [5] iniciativa propia, sino que escribió a su padre, y en cuanto recibió la respuesta con el beneplácito para proceder en esto como creyera más conveniente, Demetrio mandó al propio Ciles y a sus amigos con grandes dones. Con este golpe infligido en Siria, Demetrio consiguió echar a Tolomeo de allí e hizo venir a Antígono desde Celenas 27 , ansioso de ver a su hijo y contento, como estaba, por la victoria.
Después de esto, Demetrio fue enviado en una expedición contra [7] los árabes llamados nabateos, aceptando el riesgo de meterse en un territorio que no tenía agua, pero él impresionó a los bárbaros con su imperturbable templanza y se fue de nuevo del lugar, [2] tras hacerse con un importante botín y setecientos camellos 28 .
Pero entonces Seleuco, que primero había sido expulsado de Babilonia por culpa de Antígono, pero después había recuperado el poder con sus propios medios y se mantenía firme 29 , empezó una expedición de conquista de todas las poblaciones vecinas de la India y las provincias del Cáucaso. Demetrio esperó a encontrar desierta la Mesopotamia y, luego, atravesó súbitamente [3] el Éufrates hasta alcanzar Babilonia, se apoderó de una de sus ciudadelas (pues había allí dos) y, tras derrotar a la guarnición de Seleuco, colocó allí a siete mil de sus propios [ 4] hombres. Tras ordenar a sus soldados que se sirvieran y tomaran de la región cuanto pudieran coger y portar consigo, volvió de nuevo al mar, pero dejó el reino de Seleuco más estabilizado: parecía, en efecto, que, después de haberla devastado, se alejaban dando a entender que no la querían incluir en sus dominios 30 . Además, por entonces, Tolomeo estaba asediando la ciudad de Halicarnaso, mas Demetrio acudió rápidamente en su [5] ayuda y tomó la ciudad 31 .
[8] Esa ambición, que unió al padre y al hijo y los hizo célebres, les inspiró el admirable proyecto de liberar Grecia 32 que entonces [2] se encontraba dominada por Casandro y por Tolomeo 33 . Ninguno de los otros reyes pretendió luchar por una causa tan bien intencionada como ésta: en efecto, las riquezas que reunían sometiendo a los bárbaros las invertían en Grecia para ser merecedores de su reconocimiento y sus honores. En cuanto decidieron [3] iniciar una expedición a Atenas, uno de los amigos 34 de Antígono le aconsejó que si capturaban esa ciudad, era necesario que se aferrasen a ella, porque era el acceso para toda la Grecia; pero Antígono no le hizo caso, sino que contestó que lo que sí era una entrada segura y firme era el favor de ese pueblo y que Atenas, como faro de la ecúmene 35 , rápidamente iluminaría a la humanidad con la gloria de sus gestas. [4]
Demetrio puso rumbo a Atenas con cinco mil talentos en monedas de plata 36 y una flota de doscientas cincuenta naves. Se encontraba, entonces, la ciudad regida por Demetrio de Falero, en nombre de Casandro 37 , y protegida por una guarnición puesta en Muniquia 38 . Con un poco de buena suerte, así como [5] de prudencia, se presentó en el Pireo en verano, el veinticinco del mes de Targelión 39 , sin que nadie se diera cuenta: tal fue así que, cuando su flota entera fue avistada, se dispusieron todos a recibir a las naves creyendo que eran de Tolomeo 40 . Cuando se dieron cuenta los comandantes de la guarnición, todos se aprestaron a auxiliar a las tropas con el lógico desorden cuando uno se ve en la coyuntura de defenderse de enemigos que han desembarcado inopinadamente; y, por ello, Demetrio se encontró [6] abiertas todas las salidas del puerto y entró. Ya en el interior, a la vista de todos, Demetrio hizo la señal desde la nave para que se guardara silencio y se mantuviera la calma. Ante su llegada anunció, por medio de un heraldo, que su padre le mandaba a él [7] en buena hora para liberar a los atenienses, desmantelar la guarnición y devolverles las leyes y su constitución ancestral 41 .
Tras esta proclama, el pueblo depuso sus escudos, dejándolos [9] los a sus pies, y súbitamente se puso a aplaudir y a voz en grito pidieron a Demetrio que bajara, jaleándole como su salvador y benefactor 42 . Demetrio de Falero y los suyos se vieron obligados [2] a acoger al vencedor y, aunque nada de lo que se anunciaba parecía seguro, de todas formas enviaron una embajada para pedir su gracia 43 . Demetrio los recibió cortésmente y les envió a uno [3] de los amigos de su padre, al milesio Aristodemo 44 . Demetrio de Falero temía más a los ciudadanos que a sus enemigos por el cambio de régimen que se había producido, pero Demetrio solventó esta cuestión, en virtud de esta consideración que le inspiraba [4] la fama y la virtud de ese hombre, dejándolo partir, con todas las garantías de seguridad, a Tebas, como él requería 45 .
Sin embargo, él mismo declaró que no visitaría la ciudad antes de que efectivamente fuera libre y hubiera expulsado las guarniciones, así que, tras rodear Muniquia con una empalizada [5] y una fosa, puso rumbo a Mégara, que estaba ocupada por las guarniciones dispuestas por Casandro 46 . Allí, se enteró de que Cratesípolis 47 , la viuda de Alejandro, el hijo de Poliperconte, se encontraba en Patrás y que ella tendría mucho gusto en encontrarse con él. Como ella era renombrada por su belleza, [6] Demetrio, tras dejar su ejército en la Megáride, avanzó con algunos soldados de infantería ligera, pero luego, apartándose de ellos, plantó su tienda aparte para encontrarse discretamente con esta mujer. Pero algunos de sus enemigos, nada más enterarse, se lanzaron raudos en un improvisado ataque contra él y él, aterrorizado, tomó una simple clámide y salió a toda prisa, faltándole poco para que no le cogieran en la más vergonzosa [7] captura a causa de su intemperancia, aunque los enemigos se fueron tras llevarse la tienda con las riquezas que había dentro. [8]
Después, Demetrio se apoderó de Mégara y los soldados se dispusieron a saquearla, pero los atenienses pidieron la gracia para los megarenses con repetidos ruegos y luego, tras expulsar la guarnición, Demetrio liberó la ciudad 48 . En ello estaba, cuando mandó llamar al filósofo Estilpón 49 , un hombre afamado por [9] su solitario y morigerado régimen de vida. Tras conducirlo a su presencia, le preguntó si no había tomado alguien alguna de sus posesiones. Entonces contestó Estilpón: «Nadie, que yo sepa, se ha llevado nada de mi ciencia». Estaban sus criados robando [10] casi todo, cuando de nuevo Demetrio, como rasgo de deferencia hacia él y en consideración a su dignidad, le dijo: «Os libero la ciudad, Estilpón». Y él dijo: «¡Qué razón tienes!: no me has dejado a ninguno de mis esclavos».
A su regreso a Muniquia, donde dispuso su campamento, se [10] apoderó de la guarnición y derribó la fortaleza. Después, acudió a la llamada de los atenienses, entró en la ciudad, reunió al pueblo, le devolvió su constitución y prometió que les haría llegar, a cuenta de las posesiones de su padre, ciento cincuenta mil medimnos 50 de trigo y una cantidad de madera especial para naves [ 2] para construir unas cien trieres 51 . Los atenienses recuperaron así la democracia después de quince años, desde la guerra lamíaca y la batalla de Cranón 52 , durante los cuales estuvo instaurado nominalmente un gobierno oligárquico, pero que, en realidad, era una monarquía gobernada por los designios de Demetrio de Falero.
Pero los atenienses hicieron que Demetrio, que había sido extraordinariamente generoso en sus favores al pueblo, se hiciera [3] insoportable y odioso por los desmedidos honores que se le rindieron por decreto. Los atenienses fueron los primeros entre los hombres que proclamaron reyes a Demetrio y Antígono, aunque ellos rechazasen, por otra parte, ese nombre, pues era la única prerrogativa real que aún pertenecía a los descendientes de Filipo y Alejandro y que no había sido asumida ni compartida [4] por los demás 53 . También los atenienses fueron los únicos en proclamarlos con el título de «Dioses Salvadores 54 » y, además, abolieron el tradicional cargo de arconte epónimo y eligieron por votación cada año un sacerdote de los «Dioses Salvadores 55 » y esta fórmula encabezó por escrito los decretos y los documentos [5] oficiales. Pero, además, por votación igualmente, se decretó que se les tejiera su imagen, junto a los dioses, en el peplo 56 y consagraron el lugar en donde primero descendió Demetrio del carro, elevando un altar dedicado a Demetrio Catabaites 57 . Por [6] último, añadieron dos tribus, la Demetriade y la Antigónida 58 , y aumentaron los miembros de la asamblea a seiscientos, cuando tradicionalmente estaba compuesta de quinientos, ya que cada una de las tribus aportaba cincuenta.
Pero la más extravagante ocurrencia correspondió a Estratocles 59 . [11] Éste era, en efecto, el promotor de esas excesivas y tan ingeniosas adulaciones 60 . Pues bien, su idea fue la de decretar que los que fueran enviados de manera oficial ante Antígono y Demetrio, en vez de embajadores, fueran llamados theoroi 61 , tal como se hacía con los píticos 62 o los que iban a Olimpia para realizar los sacrificios a favor de su patria de parte de sus ciudades [2] en las fiestas helénicas.
Este Estratocles era, ante todo, un caradura que se daba una gran vida de lujo, queriendo imitar, con su socarronería y su [3] desvergüenza, la carismática ascendencia que tuvo entre el pueblo el antiguo Cleón 63 . Frecuentaba la compañía de una hetera, Filacion 64 , y, en una ocasión en la que ella se vino del ágora de comprar para la cena sesos y casquería, él salió con el comentario «¡Vaya! ¡Has comprado lo que los políticos usamos para jugar [4] a la pelota!». En la derrota de la flota ateniense en la batalla de Amorgos 65 , antes de que llegasen los mensajeros, se le ocurrió salir coronado por el Cerámico 66 , anunciando que habían vencido, y decretó que se celebraran sacrificios por la buena [5] nueva y que se hiciera a cada tribu una ofrenda de carne. Pero, poco después, se presentaron los que traían los restos de las naves que habían sobrevivido a la batalla y el pueblo, airado, reclamó su presencia. Tras sofocar inmediatamente el revuelo causado, dijo: «Ea, pero ¿qué mal ha habido, si habéis pasado dos días estupendos?». Así era de descarado Estratocles.
Sin embargo, «siempre hay algo que es aún más caliente [12] que el fuego», como dice Aristófanes 67 ; y, en efecto, hubo otro adulador que logró superar a Estratocles en su bajeza: este otro hizo decretar que, cuantas veces Demetrio viniera a Atenas, fuera recibido con los honores de bienvenida propios de Deméter y Dioniso 68 y que se desviara una cierta cantidad de dinero de las arcas públicas para elevar una estatua en honor de aquel que estuviera por encima de todos en resplandor y suntuosidad en ese recibimiento. Como colofón, llamó Demetrion a uno de [2] los meses, el de Muniquia 69 , llamó Demetrias 70 al último día de cada mes, consagró un templo a Demetrio y las fiestas Dionisias 71 cambiaron su nombre por el de Demetrias 72 .
Pero la divinidad desaprobó la mayoría de estos honores: [3] primero, el peplo sagrado, sobre el que se había votado que se tejieran también las imágenes de Demetrio y Antígono junto a las de Atenea y Zeus, fue rasgado por en medio por una repentina tormenta, mientras iba siendo portado por el Cerámico 73 ; después, el terreno en derredor de los altares de aquéllos se llenó [4] de una abundante cicuta, cuando precisamente no crece en ninguna otra parte de esta región; luego, el día en que se celebraban las Dionisias 74 , se tuvo que anular la procesión ante el [5] terrible frío que se había declarado fuera de temporada; pues bien, cayó un granizo tan abundante que el frío consumió no sólo las cepas, sino también todas las higueras e incluso casi todo el trigo se pudrió cuando todavía estaba verde.
Filípides 75 , enemigo de Estratocles, en una de sus comedias [6] hizo alusión a esta circunstancia en estos versos:
Por su culpa el granizo abrasó nuestras viñas, [7]
fue ese impío que el peplo rasgó por en medio,
pues honores divinos a un hombre rendisteis.
Esto y no la comedia arruinó la ciudad 76 .
Este Filípides era amigo de Lisímaco 77 , y obtuvo muchos [8] beneficios para la ciudad de parte de este soberano, pues incluso el rey consideraba un buen augurio el verlo a él o encontrárselo, cuando estaba dispuesto a emprender alguna acción militar u otra empresa. Por otra parte, Filípides gozaba de buena [9] fama por su bonhomía, al no ser inoportuno ni participar en esa intriga propia del mundo cortesano. Por ello, Lisímaco le tenía aprecio. Una vez le dijo: «Filípides, ¿con qué posesión mía podría yo recompensarte?»; y él contestó: «Con cualquier cosa que no sean tus secretos, mi señor». Así hemos comparado a este hombre, el hombre del estrado, con el otro, ese Estratocles que era un hombre de teatro.
[13] A pesar de todo, la más singular de las honras que recibió Demetrio fue un decreto de Dramoclides de Esfeto 78 para pedir un oráculo a Demetrio sobre la consagración de unos escudos [2] en Delfos 79 . Reproduzco literalmente este decreto que reza así:
A la buena fortuna. Ha decidido la ciudad elegir un varón del pueblo de los atenienses que, a su llegada ante Demetrio y tras hacer el sacrificio, pregunte a Demetrio Soter sobre la forma más pía, apropiada y más presta posible para realizar la erección de los monumentos. Lo que haga falta, el pueblo lo hará.
[3] Así, con tanta bufonada, corrompieron el carácter de este hombre, que ya de por sí no estaba totalmente en sus cabales.
Durante su estancia en Atenas, se casó con Eurídice. Ella [14] era una descendiente del antiguo Milcíades que se había casado con Ofeles, el gobernante de Cirene, pero, tras la muerte de aquél, se había vuelto a Atenas 80 . Los atenienses de nuevo concibieron [2] este matrimonio como una honorable distinción para su ciudad, pero Demetrio era muy dado a concertar matrimonios e incluso compartía su lecho con muchas mujeres.
Entre ellas, la de más soberana condición y dignidad era Fila 81 , gracias a que su padre era Antípatro 82 , pero, especialmente, por su anterior matrimonio con Cratero 83 , el cual, de entre todos los sucesores de Alejandro, gozó del distinguido aprecio de [3] los macedonios 84 . Al parecer, cuando todavía era joven Demetrio, su padre le convenció para que la tomara como esposa, aunque no fuera de su misma edad, sino mayor que él. Se dice que le susurró al oído ante su desgana este verso de Eurípides:
Debe casarse contra natura quien quiere ventajas 85 .
Había cambiado lo de «debe someterse» por una palabra de [4] la misma medida 86 . Pero no debía ser tanto el respeto que le debía guardar Demetrio a Fila y las otras esposas 87 , cuando se acostaba incesantemente con muchas heteras y mujeres libres, defecto que aumentó su mala reputación en comparación a los otros reyes de entonces.
[15] El padre convocó a Demetrio para que luchara en Chipre contra Tolomeo 88 , con la premisa de que era una orden que debía obedecer. Demetrio accedió de mala gana, ya que dejaba la guerra de Grecia que era para él más importante y prestigiosa e incluso envió dinero a Leónidas, el estratego de Tolomeo, que estaba con una guarnición de Sición y Corinto 89 , para que consintiera en dejar libres esas ciudades. Pero el otro no aceptó ese dinero y ante esa negativa, Demetrio se puso rápidamente en [2] marcha con el ejército que había conseguido reunir 90 , navegó a Chipre y logró una victoria fulminante, incluso aunque se unió a la lucha Menelao, el hermano de Tolomeo. [3]
El propio Tolomeo acudió, entonces, con un considerable ejército terrestre y con una gran flota. Se intercambiaron algunas amenazas y bravatas: Tolomeo invitaba a Demetrio a que retirara sus naves antes de que fuera aplastado por todo su ejército allí reunido y Demetrio, por su parte, le contestaba que él se alejaría si consentía en retirar las guarniciones de Sición y Corinto. Este enfrentamiento provocaba mucha expectación, no sólo entre los propios contendientes, sino también entre todos [4] los demás soberanos, ya que no estaba claro el resultado y no sólo Chipre y Siria, sino todo el poder quedaría en manos de quien venciera en la batalla.
El propio Tolomeo navegó con ciento cincuenta naves y ordenó [16] a Menelao que estuviera preparado con sesenta naves desde Salamina 91 , para atacar por detrás las naves de Demetrio y romper su formación en el fragor del combate. Demetrio opuso sólo diez [2] (pues eran éstas las que bastaban para obstruir la navegación, debido a lo estrecho del paso), luego formó su tropa de infantería, tomando posiciones alrededor de todos los promontorios que se cernían sobre el mar, y zarpó con ciento ochenta naves. [3]
Fue tal la fuerza y el arrojo con que atacó, que Demetrio se impuso totalmente sobre Tolomeo y éste, viéndose vencido, tuvo que huir rápidamente con sólo ocho naves, pues éstas eran las únicas que se habían salvado de todas, ya que del resto de la flota, unas habían sido destruidas en la batalla naval y setenta las había tomado Demetrio con sus tripulantes: un montón de [4] criados, amigos y mujeres que estaban en las naves atracadas, incluso una gran cantidad de armas, riquezas y maquinaria de guerra, nada escapó a Demetrio, sino que él tomó todo y se lo llevó al campamento.
[5] En este lote se encontraba la famosa Lamia, a la cual al principio se había buscado por su talento artístico —pues parece que tocaba la flauta de manera exquisita— pero que después llegó a deslumbrarlo con sus mañas eróticas 92 . Aunque ya estaba [6] su belleza en decadencia y todavía fuera entonces joven Demetrio, lo sedujo y lo sometió a su capricho y lo retuvo a su [7] lado, hasta tal punto que fue su único y verdadero amor, ya que sólo se dejaba querer por las otras mujeres.
Así pues, tras la batalla naval, ni Menelao se resistió, sino que rindió Salamina a Demetrio junto con las naves y la infantería, mil doscientos caballos y doce mil soldados de infantería.
Pero Demetrio adornó esta, ya de por sí, deslumbrante y [17] hermosa victoria 93 con su noble criterio y su humanidad, pues celebró por los muertos de los enemigos excepcionales exequias y liberó a los prisioneros, y envió a los atenienses doce mil armaduras procedentes de los despojos. [2]
Después, envió ante la presencia de su padre como mensajero de la victoria al milesio Aristodemo, que destacaba entre todos sus cortesanos como el más consumado adulador 94 , y que entonces iba preparándose para ensalzar las hazañas de Demetrio superándose en sus exageradas lisonjas. Así, en cuanto llegó de Chipre, no permitió que su barco tocara tierra, sino que, [3] al contrario, ordenó echar el ancla y que todos se mantuvieran en las naves quietos, y él mismo, embarcándose en una nave, fue solo al encuentro de su soberano. Mientras, Antígono, ansioso por saber el resultado de la batalla, le esperaba con ese lógico estado de ánimo propio de los que sufren agónicamente ante acontecimientos importantes. [4]
Al enterarse Antígono de que él se acercaba, se puso más nervioso que antes, apenas pudo ya contenerse en palacio y fue enviando a los sirvientes y cortesanos, uno detrás de otro, a preguntar a Aristodemo por lo que había pasado. Pero él no contestaba [5] a nadie y lentamente avanzaba envuelto en un gran silencio, con la cara tensa, mientras Antígono se martirizaba en su interior sin poder apenas dominarse. Finalmente, el rey salió a la puerta del palacio mientras ya el pueblo rodeaba multitudinariamente a Aristodemo y acudía a toda prisa al palacio real.
Cuando Aristodemo llegó a su lado, extendió su mano diestra [6] y proclamó en voz alta 95 : «¡Salud, oh rey 96 Antígono, hemos vencido a Tolomeo en una batalla naval, hemos conquistado Chipre y hemos obtenido como prisioneros a ciento sesenta y ocho mil soldados!». Antígono contestó: «Salud a ti también, por Zeus, que así nos has torturado con tu silencio. Éste va a ser tu castigo: por tu buena nueva, también recibirás tu recompensa más tarde».
[18] Después de esto, por primera vez la multitud aclamó a Antígono y a Demetrio como reyes. Los miembros de la corte enseguida coronaron a Antígono, a Demetrio su padre le envió [2] una diadema y le escribió una carta en la que lo llamaba rey. El pueblo de Egipto, ante las noticias que llegaban, también proclamaron a Tolomeo como rey, cuyo orgullo no parecía que se [3] hubiera visto menoscabado por la derrota. Esta práctica se extendió entre el resto de los diádocos por celo de unos y otros: en efecto, Lisímaco había empezado ya a llevar la diadema, y Seleuco, que ya antes era considerado entre los bárbaros como [4] rey, también empezó a serlo ante los griegos, al concederles audiencias 97 . Sin embargo, Casandro, aunque los otros le llamaban rey y se referían a él por escrito como tal, él mismo encabezaba sus epístolas con las mismas fórmulas que tenía acostumbrado [5] a usar antes.
Este acto, en definitiva, no consistió sólo en un cambio en el nombre y en las formas, sino que también trastocó su alma y excitó las ambiciones de estos hombres, hasta el punto de asumir un orgullo y una solemnidad impostados en su modo de vida y en el trato con sus súbditos; como cuando los actores trágicos suben con su traje a escena, los cuales incluso también cambian [6] su paso, su voz, su modo de moverse y de dirigirse al público. Después de este cambio, los reyes fueron más severos en sus actos de justicia, retirando esa apariencia de contención ante sus súbditos, que los hacía más dulces y caritativos. ¡Tan grande [7] fue el cambio que operó en el mundo entero la sola palabra de un adulador!
Antígono, animado por los resultados de la campaña de Chipre, [19] mandó contra Tolomeo 98 , acto seguido, un ejército cuya infantería comandaba él mismo, mientras Demetrio le seguía al mando de una gran flota de barcos. Medeo 99 , un miembro de la corte de Antígono, tuvo una visión durante un sueño en la que [2] advirtió de qué manera iba a acabar esta campaña: en efecto, le pareció ver que el propio Antígono competía con todo su ejército en la doble carrera 100 y que llegaba a hacer el camino de ida muy rápidamente, pero poco después vio que le iban faltando las fuerzas poco a poco, para finalmente, débil y falto de aliento, avanzar a duras penas. Y así fue: Antígono tuvo que [3] volverse de Egipto derrotado, sin obtener ningún resultado y tras pasar muchas dificultades en tierra firme, a la vez que Demetrio, golpeado por un gran viento huracanado, corrió el riesgo de acabar en costas escarpadas y sin puertos, y perdió numerosas naves 101 .
Antígono acababa de cumplir los ochenta años 102 y el tamaño [4] y el peso de su cuerpo, más que propiamente su vejez, le dificultaban sus movimientos en la guerra. Por ello, se servía de su hijo, ya que, por su buena fortuna y su pericia, obtenía buenos resultados en las grandes empresas, por lo que toleraba su [5] vanidad y sus excesos, su derroche y su lujo, pues, en tiempos de paz, Demetrio se abandonaba y disfrutaba a su gusto de su tiempo libre de una manera descontrolada hasta reventar, pero [6] en la guerra, al igual que los que por naturaleza son prudentes, se atemperaba.
Se dice que Antígono, cuando la influencia de Lamia sobre Demetrio era ya patente para todos, le dijo sonriente a su hijo, cuando éste fue a besarle al venir del extranjero: «¿Hijo, crees [7] que estás dando un beso a Lamia?». Otra vez Demetrio, tras muchos días de banquete, le puso como excusa que se encontraba mal por el reuma, a lo que repuso Antígono: «Lo sabía, pero me pregunto si es un reuma de Tasos o de Quíos 103 ». Al enterarse de [8] que su hijo se encontraba mal de nuevo, fue a verlo y uno de sus bellos favoritos le abrió las puertas. Antígono entró y tras sentarse a su lado le tocó la mano. Demetrio le aseguró que justo ahora se le acababa de ir la fiebre y le replicó su padre: «No te [9] preocupes, hijo, que precisamente me la he encontrado a la puerta, cuando se iba». ¡Con qué indulgencia toleraba estos extravíos de Demetrio por los otros logros que obtenía!; pues es de sobra [10] conocido que los escitas 104 , al beber y emborracharse, tienen que tensar las cuerdas de sus arcos para recobrar su valor relajado por el placer, pero Demetrio, en cambio, incluso aunque se entregara totalmente al placer de la bebida en ocasiones y luego, en otras, a asuntos serios, era capaz de mantener separadas ambas cosas y no era menos eficaz en los preparativos de la guerra.
Sí que era el mejor estratego, al parecer, para preparar un ejército [20] que para su puesta en marcha, puesto que quería que hubiera de sobra de todo lo que fuera necesario, y siempre insatisfecho de la magnificencia de sus embarcaciones y sus ingenios de guerra, lo supervisaba todo enteramente con detenimiento. Era por naturaleza [2] mañoso, pero él no había aplicado su ingenio para entretenerse en pasatiempos fútiles, como fue el caso de otros reyes que se ocuparon de tocar la flauta, de pintar o de ser escultores 105 .
[3] Por ejemplo, Aéropo el macedonio 106 se entretenía en construir pequeñas mesas o lamparitas, cuando le dejaban tiempo libre; Átalo Filométor cultivaba hierbas medicinales, no sólo jacinto y eléboro sino también cicuta, acónito y correhuela, y él mismo lo sembraba en las posesiones reales, y tenía especial cuidado en que su fruto y su jugo estuvieran en sazón al ser recolectados 107 ; [4] y los reyes partos 108 presumían de las puntas de sus flechas que ellos moldeaban y afilaban con devoción. Pero, en el caso de Demetrio, incluso ese acabado artesanal y la grandeza [5] de la ejecución de sus obras eran las propias de un rey, y mostraba en sus creaciones una amplitud de miras y una inteligencia junto a una perfección técnica superior tales, que todo parecía no sólo digno de un talento regio y de sus posibilidades económicas, sino también de su propia mano. De esta manera, [6] con la magnificiencia de sus obras impresionó a sus amigos y con la belleza de éstas cautivó a sus enemigos.
Esto se dice porque es verdad, no para adular, porque sus naves de dieciséis remeros y las naves de quince remeros provocaban [7] la admiración de los enemigos, cuando se insinuaban desde la costa mientras éstas surcaban el mar; y su helépolis 109 era casi como un espectáculo más, como los propios asediados están para atestiguarlo. Por ejemplo, Lisímaco, que era el mayor [8] enemigo de Demetrio de entre los reyes y ya se había enfrentado a él en el asedio de Solos en Cilicia 110 , le mandó llamar para que le enseñara sus artilugios y las naves en el mar y, tras la demostración, se alejó lleno de estupor. Los rodios, que llevaban [9] mucho tiempo siendo asediados por él, cuando acabaron la guerra, le pidieron algunas de sus máquinas para tener así ellos un recuerdo de su gran ejército y de la gran valentía que mostraron ellos mismos.
Demetrio luchó contra los rodios, que eran aliados de Tolomeo 111 , [21] y llevó a las murallas la más grande de sus torres de asedio: la base era cuadrada, tenía cada uno de sus lados desde abajo una altura de unos cuarenta y ocho codos de ancho por sesenta codos de altura 112 , y se enfilaba en punta gradualmente en la parte de arriba. El interior estaba compartimentado en muchas [2] estancias y secciones hasta el techo, el cual se abría del lado de los enemigos, y había cavidades en cada una de las paredes para que por ellas salieran flechas por todas partes. Este ingenio armamentístico estaba enteramente lleno de todo tipo [3] de combatientes adiestrados y, como no oscilaba ni se desestabilizaba cuando se encontraba en movimiento, sino que se mantenía recto en su base y sin tambalearse, mientras avanzaba con un ruido intenso y un estruendo enorme, inspiraba a la par asombro y un cierto encanto en el alma y la visión de aquellos que lo [4] contemplaban.
Para esta batalla se habían traído incluso dos corazas de hierro de Chipre, cada una de ellas con cuarenta minas de peso 113 . El [5] artesano Zoilo 114 , para mostrar la estabilidad y la resistencia de estas armaduras, pidió que se le arrojara un proyectil desde una catapulta a veinte pasos de distancia y, a pesar del fuerte impacto, la coraza resistió y apenas sufrió un leve rasguño como si fuera [6] de un estilete. El propio Demetrio llevaba una y la otra la llevaba Alcimo el epirota, un hombre valeroso y fuerte, que era el único que tenía una armadura completa de dos talentos 115 , ya que los otros usaban una de un solo talento 116 . Este hombre, durante el asedio de Rodas, murió en las inmediaciones del teatro 117 .
Sin embargo, ante la vigorosa resistencia de los rodios, Demetrio [22] no pudo conseguir ningún resultado de consideración; y, es más, se sintió molesto especialmente con ellos porque enviaron a Tolomeo unas cartas que le había escrito su mujer, Fila, [2] junto con unos mantos y unos zapatos, tras interceptar el barco que lo llevaba todo. En verdad, los rodios no imitaron esa cortesía de los atenienses que, tras capturar a unos mensajeros durante su enfrentamiento con Filipo, leyeron todas las cartas, pero no abrieron la carta de Olimpia y, tal como estaba, se la devolvieron a él 118 .
A pesar de todo, Demetrio, que estaba irritado por este proceder, [3] no tuvo que esperar mucho para tener la ocasión de hacérselo pagar a los rodios. Se encontraba con ellos el pintor Protógenes [4] del Cauno 119 , que estaba pintando un cuadro con el tema de Yaliso 120 en uno de los suburbios, y cuando era poco lo que quedaba para acabar la pintura, Demetrio la confiscó. Los [5] rodios enviaron un mensajero y le pidieron que respetara y que no destruyera la obra. Él les contestó que antes quemaría las imágenes de su padre que tan espléndido trabajo. Se dice que Protógenes [6] tardó siete años en terminar la pintura y también cuentan que Apeles 121 quedó tan impresionado al ver esta obra, que se quedó sin habla, hasta que llegó a musitar: «¡Qué gran trabajo y qué admirable creación!». Sin embargo añadió que, en verdad, le faltaba [7] esa gracia que encumbraba hasta el cielo lo que él pintaba. Desgraciadamente esta pintura fue pasto de las llamas en Roma, junto con otras obras que se encontraban con ella 122 .
[8] Como los rodios oponían una tenaz resistencia en la guerra, los atenienses acabaron aplacando a Demetrio, que sólo necesitaba de una excusa para cesar las hostilidades, haciendo que los rodios fueran aliados de Demetrio y Antígono, aunque no contra Tolomeo 123 .
[23] Los atenienses pidieron ayuda a Demetrio, pues Casandro estaba asediando la ciudad, y él acudió con trescientas treinta [2] naves y numerosos soldados y no sólo expulsó del Ática a Casandro, sino que salió en su persecución hasta las Termópilas 124 , tomó posesión de Heraclea 125 , que se entregó voluntariamente, y pasaron a su bando sesenta mil macedonios 126 . También libertó a los griegos que se encontraban al sur de las Termópilas, proclamó a los beocios como sus aliados y conquistó Céncreas 127 , [3] Fila, Panacto, dos fortalezas del Ática, pertrechadas por Casandro con sendas guarniciones, y, tras derribarlas todas, concedió su territorio a los atenienses 128 .
Los atenienses, que en su día se habían desvivido por él y le [4] habían cubierto de honores, también esa vez encontraron nuevas y oportunas formas de adularlo. En efecto, decidieron despejar el opistodomo 129 del Partenón y allí puso su residencia [5] Demetrio, como si fuese Atenea, por así decirlo, el que lo hubiera cobijado y le hospedase, aunque no fuera precisamente un huésped muy decente y discreto como para estar alojado en casa de una virgen. Por cierto que, una vez, su padre se enteró [6] de que su hermano Filipo estaba alojado en una casa con tres mujeres jóvenes, él no le dijo nada a su hijo, pero mandó llamar ante su presencia al encargado de asignar alojamientos y le dijo: «¿Tú, no me vas a sacar a mi hijo de tales angosturas? 130 ».
Pero Demetrio, que debería haber respetado a Atenea, aunque [24] no fuera por otra cosa más que porque avergonzaba a una hermana mayor (pues esto es lo que quería que se dijera), tan deshonrados dejó a jóvenes y doncellas libres en la Acrópolis, que parecía el lugar incluso más santo, cuando se abandonaba al libertinaje [2] con esas prostitutas llamadas Críside, Lamia, Demo y Anticira 131 .
No es conveniente abundar en detalles por respeto a la ciudad. [3] Sin embargo, no se debe pasar por alto la templanza y la virtud de Democles 132 . En efecto, aquél no era más que un muchacho recién entrado en la adolescencia, pero no se le había pasado por alto a Demetrio esa fama que se le atribuía por su [4] belleza, pues se le llamaba «Democles el bello». Pero, aunque lo intentó muchas veces, le hizo muchos ofrecimientos e incluso le amenazó, no consiguió nada. Cuando al final el joven ya evitaba acudir a la palestra y al gimnasio 133 , Demetrio fue a buscarlo al baño privado donde él se lavaba. Aguardó la ocasión propicia y Demetrio fue hacia él en el momento en el que se encontraba solo y el chico, en cuanto comprobó la soledad [5] de su alrededor y el extremo peligro en el que se encontraba, descubrió la tapa de la caldera y se suicidó arrojándose al agua hirviendo, con la conciencia de que sufría una suerte injusta, pero demostrando una grandeza de ánimo digna de su patria y de su belleza.
[6] No tuvo el mismo comportamiento Cleeneto, el hijo de Cleomedonte 134 , que se vendió para librar a su padre de una multa impuesta de cincuenta talentos y, al hacerse públicas las cartas que le había enviado a Demetrio, no sólo él se cubrió de deshonra, sino que toda la ciudad quedó conmocionada. Dispensaron entonces a Cleomedonte de su multa y aprobaron una ley para [7] que ningún ciudadano enviara carta alguna a Demetrio. Pero Demetrio, al enterarse, no se lo tomó a bien, más bien se enfadó y, por miedo a su ira, los atenienses no sólo abolieron el decreto [8] enseguida, sino que incluso mataron o exiliaron a aquellos que lo habían propuesto y defendido. Entonces proclamaron [9] por votación que el pueblo de los atenienses aprobaría todo cuanto ordenara el rey Demetrio y que esto sería santo ante los dioses y ley ante los hombres. [10]
Un honorable ciudadano dijo que Estratocles estaba loco por proponer tales decretos y Demócares de Leucónoe 135 le respondió: «Ciertamente estaría loco, si no hiciera esta locura 136 »; pues es cierto que Estratocles conseguía muchas ventajas con [11] sus adulaciones. Demócares, considerado culpable por esta sola frase, fue condenado al exilio. Tales cosas hicieron los atenienses cuando creían que, en apariencia, se habían retirado las guarniciones y gozaban de libertad.
Demetrio pasó al Peloponeso sin que ninguno de sus enemigos [25] se resistiera a su encuentro, porque huían y abandonaban las ciudades, y avanzó hasta conquistar la llamada Acte 137 y liberó [ 2] toda Arcadia con la excepción de Mantinea, Argos, Sición y Corinto, a cuyos centinelas en las guarniciones les dio cien talentos 138 . Concretamente en Argos, se estaba festejando entonces la fiesta de Hera 139 , una celebración en la que participaban [3] todos los helenos, y allí se casó con Deidamía, la hija de Eácidas, rey de los molosos, y hermana de Pirro. Luego, por otro lado, con el argumento de que los sicionios habitaban la ciudad que estaba al lado de su verdadera ciudad, les convenció para [4] que se cambiaran al lugar donde ahora viven; y así, el nombre de la ciudad pasó a ser, en vez de Sición, Demetrias 140 . Por último, celebró una reunión de la Liga de Corinto en el istmo 141 y, ante la presencia de los muchos varones que se habían allí reunido, [5] fue proclamado rey de los helenos, como antaño sucedió con Filipo y con Alejandro.
Sin embargo, Demetrio se consideraba que era mejor que [6] aquéllos y en no poco, deslumbrado como estaba por la fortuna que le sonreía y por el poder que había alcanzado. En efecto, Alejandro no retiró sus títulos a ninguno de sus vasallos y él mismo jamás tomó el título de «rey de reyes», aunque él mismo hubiera concedido a muchos el privilegio de proclamarse reyes y ejercer como tales. Pero Demetrio no se tomaba en serio a [7] ninguno de ellos y se burlaba de los que llamaban reyes a cualquier otro que no fueran él y su padre, y escuchaba con agrado a los que, en el convite, bebían a la salud del rey Demetrio, de Seleuco, el comandante de los elefantes 142 , de Tolomeo, el almirante, de Lisímaco, el guardián del tesoro, y de Agatocles, el gobernador de la isla de Sicilia 143 .
Cuando este tipo de chanzas llegaban a oídos de los reyes, los demás se reían de él, pero Lisímaco era el único que se soliviantaba porque Demetrio le consideraba un eunuco; ya que, en [9] efecto, la costumbre más extendida era que los eunucos fuesen los que se ocupasen de guardar el tesoro 144 . El que más le detestaba de todos con diferencia, era Lisímaco y, de hecho, le zahería haciendo referencia a su relación con Lamia, diciendo que ahora era la primera vez que veía a una ramera avanzar por la escena en una tragedia 145 , pero Demetrio le contestaba que su ramera era más recatada que esa «Penélope» suya 146 .
[26] De camino a Atenas, Demetrio les escribió a los atenienses una carta diciéndoles que quería que al punto se le admitiera en los misterios y se realizara a su llegada todo el rito de iniciación, [2] desde los pequeños misterios hasta alcanzar el rango de iniciado en la epoptía . Esto no era lícito ni se había hecho antes: los pequeños misterios se realizaban en el mes de Antesterion y los grandes en el mes de Boedromion y tenía que pasar al menos un año, desde el momento en que se hubieran celebrado los grandes misterios, para alcanzar el más alto grado de la iniciación, la epoptía , en Eleusis 147 .
Sin embargo, tras la lectura de la carta, la única persona que [3] se atrevió a oponerse fue el daduco Pitodoro 148 , pero no consiguió nada porque, a propuesta de Estratocles, se votó que llamarían y reconocerían como mes de Antesterion el Muniquion 149 , [4] y celebraron en honor de Demetrio los misterios en Agra. Después, de nuevo el mes de Antesterion , que era el Muniquion , se convirtió en el de Boedromion y celebraron el resto del misterio, a la vez que Demetrio alcanzaba al más alto grado de la iniciación 150 . A propósito de esto, Filípides atacó a Estratocles [5] con este verso:
El que redujo a un mes un año entero .
Y acerca de la tienda de campaña que se encontraba en el Partenón también dijo:
El que tomó la acrópolis sagrada en residencia.
e introdujo sus heteras en el Partenón 151
Se dice que, de todas las irregularidades y ofensas a la ley de [27] todo tipo que se cometieron, los atenienses se lamentaron sobre todo de esta ocasión en la que tuvieron que recaudar y entregar puntualmente doscientos cincuenta talentos, pues esta exacción se hizo de manera urgente e inexcusable, pero en cuanto lo vio todo ya reunido, Demetrio dio orden de que dieran este dinero a Lamia y al resto de las heteras que le acompañaban a ella, para [2] que se compraran sus perfumes. Así, a los ciudadanos les resultó molesta la afrenta, más que el pago en sí; como también las palabras que les dirigió para exigirlo y, no tanto, el hecho. Pero algunos dicen que esto les pasó a los tesalios, no a los atenienses.
[3] Además de esto, la propia Lamia por su cuenta impuso una contribución al pueblo para organizar un banquete para el rey y tan famoso fue el banquete que organizó por su riqueza, que [4] fue descrito por Linceo de Samos 152 . Por ello, uno de los cómicos, no sin razón, la llamó certeramente Lamia «Helépolis» 153 . Demócares de Solos 154 llamó al propio Demetrio el «Mito», [5] porque tenía también a su Lamia 155 . Pero esta mujer, por la pasión y el afecto que suscitaba, no sólo causaba los celos de las esposas de Demetrio, sino que hasta los amigos de éste le envidiaban. Así, por ejemplo, se presentaron algunos de ellos en [6] una embajada ante Lisímaco a los que aquél, en un momento de descanso, les mostró en las piernas y en los brazos las profundas cicatrices de las uñas de un león y les contó cómo había luchado contra aquella bestia, porque lo había encerrado Alejandro, el rey, con ella 156 . Ellos, entre risas, dijeron que también [7] su rey llevaba las marcas de una terrible fiera en su cuello: Lamia.
Es curioso que Demetrio, incapaz de soportar a duras penas [8] a Fila desde un principio, por no ser de la misma edad, se sometiera, en cambio, a Lamia y la amara tanto tiempo después [9] de que ella ya hubiera perdido todo su esplendor. Una vez a Demo, la apodada Manía 157 , Demetrio le hizo esta pregunta en el banquete, mientras Lamia tocaba la flauta y él la escuchaba: [10] «¿Qué te parece?». «Vieja, mi señor 158 », contestó Demo. Y cuando se hubieron servido los postres, aquél repuso: «¿Ves cuántas cosas nos ha traído Lamia?»; a lo que respondió Demo: «¡Más cosas te enviaría mi madre, si quisieras acostarte [11] también con ella 159 !».
Se recuerda de Lamia también una crítica que hizo a la sentencia [12] dictada por Bocoris 160 . Una vez, hubo un egipcio enamorado de la hetera Tónide, que le pidió una desorbitada cantidad de [13] oro. Él creyó que en sueños se había unido a ella y sintió saciados sus deseos y Tónide le abrió un proceso para exigirle el pago de su sueldo. Bocoris, tras escuchar esta reclamación, mandó que el hombre metiera en una vasija la misma cantidad de dinero, contante y sonante, que le había pedido la hetera y que la agitara de un lado a otro, para que ella tuviera la sombra, en cuanto consideraba [14] que la apariencia es la sombra de la realidad. No creía Lamia que ésta fuera una sentencia justa, porque la sombra no sació el deseo del dinero de la hetera, pero el sueño cesó la ardiente pasión del enamorado joven. Esto es lo que se cuenta de Lamia.
[28] Pero ahora nuestro relato sobre las venturas y vicisitudes de este hombre, cuya vida narramos, va a pasar, por así decirlo, de la escena cómica a la trágica: al rebelarse todos los reyes contra [2] Antígono y reunir sus ejércitos en coalición, Demetrio tuvo que dejar Grecia y unirse en el momento álgido del combate a su padre, el cual ya de por sí estaba bastante más dispuesto para la lucha de lo que convenía a su edad, lo que hizo que Demetrio fuera más osado.
[3] Antígono, por lo demás, parece que si hubiera hecho alguna pequeña concesión y hubiera controlado su excesiva ambición, habría conservado todo su patrimonio y también le habría legado [4] la soberanía a su hijo. Antígono era de fuerte carácter, altanero y brusco, no menos en las palabras como en sus modales y, por ello, incomodó y enfadó a muchos hombres poderosos que aún eran jóvenes 161 . Así, por ejemplo, decía que acabaría con la coalición que ellos habían formado de mutuo acuerdo [5] con una piedra o un rumor, como si se tratara de una bandada de pájaros que fueran rebuscando entre las semillas. Pero Antígono estaba al mando de más de ciento cincuenta mil soldados, [6] diez mil caballeros, setenta y cinco elefantes, mientras que sus enemigos tenían a su disposición ciento sesenta y cuatro mil soldados, a un ejército de caballeros que los superaba en más de quinientos, a cuatrocientos elefantes y a ciento veinte carros. [7]
Sin embargo, a su llegada, sintió que sus esperanzas sufrían [8] un vuelco, aunque no su determinación. Acostumbraba a mostrarse arrogante y jactancioso en los combates, dirigía discursos agresivos con su gran voz; e incluso algunas veces, durante la refriega, insultaba o soltaba alguna gracia o, cuando tenía a sus enemigos a su merced, mostraba una cierta actitud desdeñosa y autocomplaciente. Sin embargo, en esa ocasión, se le vio pensativo y silencioso en todo momento, y mostró a su hijo a la [9] multitud y lo proclamó su sucesor.
De lo que todos se extrañaron fue del hecho de que Demetrio fuera el único que hubiera sido admitido con él en la tienda, ya que Antígono no tenía costumbre de tener audiencias privadas ni tan siquiera con él, sino que tomaba una decisión por su cuenta y, acto seguido, lo comunicaba abiertamente y hacía efectivas sus decisiones tras realizar ese anuncio. Se decía, por [10] ejemplo, que, cuando aún era Demetrio un muchacho, le preguntó cuándo iban a levantar el campamento 162 , a lo que su padre le contestó enfadado: «¿Es que tienes miedo de ser el único que no haya escuchado la trompeta 163 ?».
[29] Hubo señales de mal augurio que asaltaban su mente y le hacían [2] vacilar; pues a Demetrio le pareció ver en sueños a Alejandro, resplandecientemente armado, que le preguntaba qué señal le daría para comenzar la batalla y que, al contestarle Demetrio «Zeus y la Victoria», entonces, el otro le contestaba: «Pues yo [3] me voy con los enemigos porque ellos me acogerán». Antígono cuando ya estaba la tropa en formación, al salir, tropezó de tal forma que cayó entero de boca y se hizo mucho daño. Al levantarse extendió las manos hacia el cielo y pidió la victoria a los dioses o una pronta muerte antes de sufrir una derrota.
En plena refriega 164 Demetrio, escoltado por sus mejores y [4] más numerosos caballeros, cargó contra Antíoco, el hijo de Seleuco 165 , y luchó tan valerosamente que hasta puso en fuga a los [5] enemigos, pero perdió la ocasión de la victoria al iniciar una violenta y ansiosa persecución, pues ya no pudo volver para reunirse con la tropa de infantería de nuevo, ya que tenía a los elefantes en medio. Seleuco vio que se encontraba el cuerpo del ejército sin la protección de la caballería, pero no la atacó, sino que, con el simple amago de atacar, hizo que se atemorizara y continuó cabalgando rodeándolos y dándoles la oportunidad de [6] pasar al otro lado. Esto es lo que en efecto ocurrió: una gran parte de ellos se pasó rápidamente al bando contrario, el resto salió huyendo y, al abalanzarse en masa contra Antígono, un [7] miembro de su séquito le dijo: «Éstos vienen contra ti, mi rey»; y Antígono contestó: «¿Y a quién más van a venir a buscar sino a mí?; pero Demetrio vendrá en mi ayuda». Mantuvo esta esperanza [8] hasta el final pero cayó herido por la gran cantidad de lanzas que se lanzaron contra él, mientras buscaba con la mirada a su hijo. Todos sus amigos y criados le abandonaron, sólo quedó ante el cadáver Torax, de Larisa 166 .
Así, una vez finalizada la batalla, los reyes vencedores se repartieron [30] en partes todo el poder que habían ostentado Antígono y Demetrio, como si estuvieran cortando un gran cuerpo, y se distribuyeron sus respectivas provincias, añadiéndolas a las que ellos poseían antes 167 . [2]
Demetrio huyó con cinco mil soldados de infantería y cuatro mil caballeros y volvió a toda prisa a Éfeso 168 . Todos creían que, falto de dinero, saquearía el templo, pero él temía que los soldados hicieran esto 169 , por lo que partió apresuradamente y puso rumbo a Grecia, donde las esperanzas que le quedaban residían [3] en Atenas. En efecto, precisamente allí había dejado naves con su mujer Deidamía y sus riquezas y pensaba que, dadas las circunstancias, no habría lugar más seguro que su aliada Atenas.
[4] Sin embargo, a su paso por las Cícladas 170 , le salieron al encuentro unos embajadores de Atenas diciéndole que se alejara, porque el pueblo había decretado que no se recibiera a ninguno de los reyes en la ciudad 171 , y que, por ello, habían enviado a Mégara a Deidamía con la escolta y los honores apropiados. Se enfadó ante tal desaire; y eso que había asimilado razonablemente [5] bien su desgracia y no se había humillado o se sentía abatido, ahora que se veía débil y a pesar de haber sufrido tal revés. Sin embargo, al sentir defraudadas las esperanzas depositadas en los atenienses y al ver que la supuesta devoción de éstos, a la hora de [6] la verdad, se había esfumado, se sintió dolido.
En efecto, para los reyes y los gobernadores lo exagerado de los homenajes que reciben es una gran prueba, al parecer, de la volubilidad del favor del pueblo. Si su prestigio reside en la intención de los que lo reciben, el miedo le quita todo lo que tenga de sincero, ya que los mismos honores se pueden votar con miedo o por devoción. Por ello, los prudentes no ponen su atención en las estatuas, ni en los escritos, ni en los espectáculos, [7] sino más bien en los hechos y en las obras, ya sea para fiarse de esas honras, o para desconfiar de ellas, por ser obligatorias, porque, en efecto, los pueblos muchas veces con las propias honras [8] muestran su odio a los que sin medida, llenos de orgullo y sin contar con su voluntad, los han dominado.
Demetrio entonces, incapaz de poder vengarse de lo que él [31] creía que era una terrible afrenta, mandó una embajada a los atenienses para reclamarlos cortésmente a su presencia, con la petición de que le devolvieran sus naves entre las que también se encontraba su triere de trece remos. Una vez devueltas, navegó hacia el istmo y aunque le iban las cosas mal (pues por todas [2] partes habían caído sus guarniciones y todos se habían pasado al enemigo), dejó a Pirro a cargo de Grecia y él mismo navegó hasta el Quersoneso donde arrasó en los dominios de Lisímaco para su provecho y mantuvo a su ejército unido mientras [3] empezaba a recuperarse y a ser de nuevo considerable. Ninguno de los otros reyes se lamentó de la suerte de Lisímaco, porque creían que él no era en absoluto más moderado que aquél, sino que era incluso más poderoso y terrible. [4]
No mucho después, Seleuco le propuso un pacto de familia y pidió en matrimonio a Estratónice, la hija de Demetrio y de Fila, aunque incluso él tuviera igualmente un hijo de la persa Apama, llamado Antíoco; pero tenía la convicción de que sus dominios eran suficientes para más de un sucesor y se veía en la necesidad de buscar una compensación a una nueva situación, ya que había visto a Lisímaco tomar para sí a una de las hijas de Tolomeo y a otra para su hijo Agatocles 172 .
[ 6] Fue un impagable golpe de suerte para Demetrio el poder unirse mediante vínculos matrimoniales con Seleuco, así que tomó consigo a la joven y navegó con todas sus naves hasta Siria. Sin embargo se vio obligado a fondear en un territorio que no era suyo y desembarcó en Cilicia, un dominio de Plistarco, [7] zona que le habían entregado los reyes tras la guerra con Antígono. Era Plistarco hermano de Casandro 173 y sintió que Demetrio cometía una ilegalidad en su territorio al desembarcar allí y, por ello, acudió ante su hermano para presentar su queja, porque, además, Seleuco había hecho las paces con el enemigo por su lado, independientemente del resto de los reyes.
[32] Nada más enterarse de esto, Demetrio se movilizó desde el mar hasta Cinda 174 , fue a buscar los mil doscientos talentos que [2] le quedaba de sus tesoros, se los llevó y se alejó rápidamente. Se unió su mujer Fila a su comitiva en Roso 175 , le salió al encuentro Seleuco y sellaron el pacto de una manera sincera, sin engaño y de un modo digno de los reyes: primero Demetrio fue a visitar a Seleuco a la tienda en el campamento, para cenar con [3] él, y luego Seleuco, a su vez, fue a visitarlo a aquél en su barco de trece remos. Pasaron varios días juntos, entre todo tipo de pasatiempos y conversaciones, sin guardias ni armas cerca, hasta que Seleuco se llevó a Estratónice y se volvió a Antioquía [4] con un espléndido cortejo 176 . Demetrio permaneció en Cilicia y envió a Fila, su mujer, a ver a su hermano Casandro 177 , para que rebatiera las acusaciones de Plistarco; y, mientras tanto, Deidamía vino desde Grecia en barco para encontrarse con él, pero no [5] mucho tiempo después de su encuentro murió enferma. [6]
Firmó otro pacto de familia con Tolomeo, gracias a su parentesco con Seleuco, en virtud del cual se acordó que la hija de Tolomeo, Tolemaida, fuera tomada como esposa 178 . Pero hasta aquí llegaron las relaciones cordiales con Seleuco, porque éste [7] reclamó a Demetrio que entregara Cilicia a cambio de dinero, y como no le convenció, pidió que le devolviera, lleno de furia, Sidón y Tiro. Mostró que era violento y capaz de cometer barbaridades y, aunque ya tuviera bajo su mando todo un territorio desde el Indo hasta Siria, estaba tan necesitado de poder y era tan miserable, que por dos simples ciudades era capaz de hostigar a un hombre desgraciado que había sufrido tales reveses de la fortuna 179 . Con ello ofrecía un estupendo ejemplo de aquel dicho de Platón 180 que aconsejaba al que quería ser realmente [8] rico que hiciera cesar su avaricia, no aumentar sus posesiones, ya que el que no calmaba su ansia de riquezas, no podía verse libre ni de la pobreza ni de la falta de recursos.
Pero Demetrio no se amilanó, sino que afirmó que, aunque [33] hubiera sido derrotado en otras miles de batallas como la de Ipso, no pagaría por ser el yerno de Seleuco, así que reforzó ambas ciudades con guarniciones y él mismo, tras enterarse de que Lácares había logrado imponerse como tirano a los atenienses 181 , [2] mientras estaban de nuevo inmersos en una revolución, creyó que fácilmente tomaría la ciudad nada más aparecer.
Cruzó con facilidad todo el mar con una gran armada, pero, mientras navegaba por la costa del Ática, se levantó una tormenta [3] y hundió la mayor parte de sus naves y no pocos de sus hombres perecieron. Sin embargo, él consiguió salvarse y lanzó un ataque contra los atenienses, pero, como no consiguió [4] nada, mandó que acudiera una flota naval que le auxiliara, pasó al Peloponeso y asedió Mesene. En un asalto a las murallas corrió riesgos, porque un proyectil de una catapulta le alcanzó la cara y le atravesó la boca por la mejilla.
[5] Una vez curado, conquistó algunas ciudades rebeldes, se marchó de nuevo al Ática, tomó Eleusis y Ramnunte y arrasó la región. Tras apoderarse de una nave con provisiones de grano que se dirigía a Atenas, colgó al marino mercante y al capitán, de tal forma que el resto de los comerciantes, temerosos, se mantuvieron alejados y la ciudad se desesperó por el hambre y la falta de otros [6] recursos: por ejemplo, un medimno de sal se vendía por cuarenta [7] dracmas y una medida de fruta por trescientos. Ciento cincuenta naves que se divisaron en Egina 182 parecieron dar alguna tregua a [8] los atenienses, pues las enviaba Tolomeo para socorrerlos, pero entonces Demetrio recibió otras muchas naves desde el Peloponeso y otras muchas desde Chipre, de tal forma que todas juntas hacían unas trescientas; así que las naves de Tolomeo salieron huyendo y el tirano Lácares escapó abandonando la ciudad 183 .
Los atenienses, aunque habían decretado la pena de muerte [34] si alguno hacía la más mínima mención de una paz o una tregua con Demetrio, enseguida abrieron las puertas más cercanas a su campamento y enviaron embajadas, a pesar de que no se esperasen ningún favor de su parte, ya que se sentían apremiados por el hambre. Entre las muchas desgracias que se abatieron sobre ellos a causa de esta carestía, se recuerda especialmente esta [2] historia de un padre y un hijo: estaban sentados sin tener esperanza de su suerte cuando, de repente, cayó un ratón muerto del techo, y éstos, en cuanto lo vieron, se precipitaron ambos a luchar por él. También cuentan que el filósofo Epicuro 184 sobrevivía [3] con sus discípulos alimentándolos con las habas que iba distribuyendo proporcionalmente. [4]
Así de mal estaba la ciudad, cuando Demetrio llegó y ordenó que todos los hombres se reunieran en el teatro. Llenó de guardias la escena y con sus soldados tomó el proscenio y, después, él bajó como hacen los actores de teatro, por la galería superior, para así impresionar aún más a los atenienses. Sin embargo, el inicio del discurso de Demetrio dio fin a todos sus temores, pues, evitando usar una cierta gravedad en el tono de [5] su voz y en sus palabras, les lanzó algunos reproches, aunque dirigidos con cordialidad y mesura, se reconcilió con ellos, les dio cien mil medimnos de trigo 185 e impuso un gobierno que fuera más del gusto del pueblo 186 .
[ 6] Dramóclides el rétor, al ver que el pueblo mostraba su gozo a gritos y competían en superar esas alabanzas que desde la tribuna [7] soltaban los demagogos, hizo la propuesta de que a Demetrio, el rey, se le diera el Pireo y Muniquia. Una vez aprobado este decreto, el propio Demetrio impuso una guarnición en la colina del Museo, para que jamás, si el pueblo se volvía a rebelar, le volviera a dar más problemas para ocuparse de otros asuntos.
[35] Tras someter a los atenienses, se propuso seguidamente atacar Lacedemonia. El rey Arquídamo se le opuso en el territorio [2] de Mantinea, pero, tras haberlo vencido y puesto en fuga, invadió la región de Laconia. Llegó incluso a estar delante de la propia Esparta, capturó a quinientos de la formación y mató a doscientos y casi parecía tener en sus manos la ciudad que había [3] permanecido hasta ese tiempo sin capturar 187 .
Pero parece que la Fortuna no fue tan súbita y radicalmente mutable con ninguno de los otros reyes como con él, pues en el caso de los demás, en sus proyectos no experimentaban tantas miserias y grandezas y se pasaba de conseguir victorias deslumbrantes a sufrir la humillación, para de nuevo sacar fuerzas [4] de flaqueza. Por ello, también dicen incluso de él que en los peores momentos de su fortuna, Demetrio la conjuraba con este verso de Esquilo:
Tú a veces me alientas y otras me quieres hundir 188 .
Y, en efecto, justo en el momento en que sus empresas iban [5] tan prósperamente que veía consagrado su poder y su dominio, llegó el anuncio de que Lisímaco primero había invadido las ciudades de Asia que poseía, y que Tolomeo, después, había tomado posesión de Chipre, con la excepción de la ciudad de Salamina, donde estaban refugiados sus hijos y su madre. Pero la Fortuna era como la mujer que aparece en Arquíloco, a saber, [6]
en una mano lleva agua, mas te engaña,
porque en la otra porta el fuego 189 ;
porque, en efecto, poco después de tener que alejarse del territorio de los lacedemonios, con tan funestas y terribles nuevas, enseguida albergó renovadas esperanzas de acometer nuevas y grandes empresas por esto que voy a contar.
Tras la muerte de Casandro, también murió su hijo mayor [36] Filipo no mucho después 190 , tras un breve tiempo en el trono de Macedonia, y los otros dos hijos se pelearon el uno con el otro. El primero de ellos, Antípatro 191 , acabó matando a Tesalónica, su madre 192 ; y el otro, Alejandro, llamó en ayuda a Pirro desde Epiro y a Demetrio desde el Peloponeso. Pirro no tardó en acudir, [2] pero reclamó como pago de su ayuda una gran parte de Macedonia y se convirtió en un vecino temible para Alejandro 193 . Demetrio también acudió en su ayuda nada más recibir la carta [3] y aún más temor sintió el joven Alejandro por el prestigio y la fama que tenía el otro. Le salió a su encuentro en Dión 194 , abrazándole y colmándole de bienes, pero le comentó que los asuntos no requerían ya de su presencia y, a tenor de esto, recelaron el uno del otro.
A Demetrio, mientras estaba sentado en la cena por invitación del joven, alguien le comunicó que habían montado un [5] complot para matarlo en ese mismo banquete. Él, en absoluto, se mostró inquieto, sino que retrasando un poco el paso, pidió a los generales que tuvieran su ejército en armas y les pidió a los criados y sirvientes que se encontraban junto a él (que eran muchos más que los que se encontraban junto a Alejandro) que entraran [6] en la sala principal 195 y que esperaran hasta que él se fuera. Al darse cuenta de este movimiento, los hombres de Alejandro [7] no se atrevieron a actuar. Entonces Demetrio, fingiendo que no sentía bien para beber, se fue pronto.
Al día siguiente se preparó para partir, pretextando que le habían surgido nuevos asuntos y le pidió a Alejandro que le excusara [8] por tener que irse tan precipitadamente, que ya pasarían más tiempo juntos reunidos mejor en otro momento. Se alegró Alejandro de que se alejara de su reino sin sentir rencor, sino por propia voluntad, y le acompañó hasta Tesalia. Cuando llegaron [9] a Larisa 196 , se mandaron unos a otros cartas para invitarse a un banquete, urdiéndose engaños mutuamente. Pero lo que sobre todo dejó a Alejandro a merced de Demetrio fue el hecho [10] de que Demetrio no tomara precauciones, para que su oponente no se pusiera en guardia, y mientras éste se demoraba en realizar lo que tenía pensado hacer, no fuera que el otro se le escapara, Alejandro sufrió esa suerte que tramaba para Demetrio. [11] Así fue como, tras aceptar su invitación al banquete, Alejandro acudió ante Demetrio y, mientras estaba cenando, Demetrio se levantó y, al mismo tiempo que él, también se levantó Alejandro con miedo y siguió sus pasos hasta la salida. Al llegar a las puertas, Demetrio pasó junto a sus soldados y, al salir, sólo tuvo que decir: «Herid al que me sigue». Alejandro fue acuchillado [12] junto a los amigos que acudieron en su ayuda. Se cuenta que uno de los heridos exclamó que Demetrio tardaría en seguirlos sólo un día 197 .
Esa noche, como es natural, fue ruidosa y agitada, al día siguiente [37] los soldados macedonios estaban alborotados y recelosos del poder de Demetrio, pero ninguno estaba dispuesto a atacarlo. Más bien, después de que Demetrio mandara mensajeros mostrando su intención de encontrarse con ellos, para excusarse por lo que había pasado, se mostraron más tranquilos y lo recibieron amablemente. Así, en cuanto llegó, a Demetrio no le hicieron falta dilatados discursos 198 , sino que sólo le bastó [2] mentar el aborrecimiento que sentían por Antípatro, el asesino de su madre, y la necesidad de alguien mejor, para que le proclamaran rey de los macedonios y, escoltado por ellos, lo condujeran a Macedonia.
[3] También los propios macedonios del reino aceptaron este cambio fácilmente, ya que tenían un detestable recuerdo de las injurias que Casandro había cometido contra el difunto Alejandro [4] 199 . Si había algún recuerdo de la mesura del antiguo Antípatro 200 , incluso el propio Demetrio sacó partido de esta circunstancia, pues se había casado con Fila y había tenido un hijo de ella como heredero del reino, que ya era un jovencito y acompañaba a su padre a la batalla 201 .
[38] Después de este feliz golpe de suerte, se enteró de que Tolomeo había liberado a sus hijos y a su madre, a los que había cubierto de regalos y honores. Luego se enteró de que su hija, que se había casado con Seleuco, ahora vivía con Antíoco, el hijo de Seleuco, y que había sido proclamada reina de los bárbaros [2] de los dominios superiores 202 . Al parecer ocurrió que Antíoco se había enamorado de la joven Estratónice, la cual, a pesar de ser joven, ya había tenido descendencia de Seleuco 203 ; y, por ello, se encontraba mal y sufría por combatir su pasión. Pero, al final, lo llevó tan mal que sufría un deseo ardiente, se encontraba mortalmente enfermo, había perdido la razón, buscaba quitarse la vida y consumió su cuerpo despreocupándose de su cuidado personal, hasta incluso negarse a comer con el pretexto de una enfermedad.
Tras examinarlo, Erasístrato, el médico, diagnosticó sin dificultad [3] su mal de amores, pero era difícil adivinar de quién estaba enamorado, así que, para averiguarlo, siempre permanecía en su habitación y si entraba alguno de los jóvenes o de las doncellas en sazón, fijaba su mirada atenta en el rostro de Antíoco y observaba las reacciones que experimentase su cuerpo, reflejo [4] de las desventuras de su alma transida. En presencia de otras personas, no había alteraciones, pero cuando se encontraba Estratónice, que iba y venía mucho por su cuenta y en compañía de Seleuco, entonces sobre el cuerpo de Antíoco le ocurría lo de Safo 204 , es decir, lo de la falta de voz, el rubor casi de fuego, la pérdida de visión, el sudor frío, la inquietud y el ruido de las palpitaciones y al final, vencida el alma por la fuerza del amor, venía la angustia, el aturdimiento y la palidez. [5]
Además de esto, Erasístrato llegó a la lógica conclusión de que, si el hijo del rey se hubiera enamorado de otra mujer, no habría guardado silencio hasta la muerte. Él incluso consideraba que era difícil confesarlo y hablar de este tema, pero confiando, a pesar de todo, en el afecto que el padre tenía por su hijo, se arriesgó a revelar que la enfermedad del joven era el [6] amor y que era un amor imposible e incurable. El rey, sorprendido, le preguntó cómo lo había descubierto y Erasístrato contestó: «Porque, ¡por Zeus!, él ama a mi mujer» y entonces dijo [7] Seleuco: «Erasístrato, ¿no le harías entrega de tu esposa, entonces, a mi hijo, si eres mi amigo, si con esto puedes vernos a nosotros por esto sólo contentos?». El otro contestó: «¡No lo harías ni siquiera tú, que eres su padre, si Antíoco amara a Estratónice!». [8] Y repuso Seleuco: «¡Pues, ojalá, compañero, un dios o un hombre pudiera cambiar en ese sentido la situación, porque incluso yo me desembarazaría de mi reino por amor a Antíoco!». Lo aseguraba lleno de pasión y casi deshecho en lágrimas y, entonces, [10] Erasístrato le tendió la mano diestra y le dijo que no necesitaba para nada a Erasístrato, porque siendo, en efecto, padre, hombre y rey, él sería el mejor médico de su casa.
Entonces, Seleuco convocó una asamblea general y anunció que era su deseo y su designio que Antíoco fuera nombrado rey de todos sus dominios superiores, que Estratónice fuera su reina y que vivieran juntos el uno con el otro. «Estoy convencido», prosiguió, «de que mi hijo, que siempre me ha obedecido [11] y escuchado en todo, no tendrá ningún inconveniente para casarse; y, si mi mujer pone algún reparo a esta unión tan fuera de lo común, pido a mis hombres de confianza que le instruyan y le hagan considerar que esta decisión es bella, buena y útil para los propósitos del rey.» Dicen que éste fue el motivo del matrimonio de Antíoco y Estratónice 205 .
Demetrio, que había incorporado a su territorio Macedonia [39] y Tesalia 206 , junto a la mayor parte del Peloponeso, que se encuentra en el interior del istmo, y Mégara y Atenas, de los que ya era dueño, emprendió una expedición contra Beocia. Primero [2] los beocios hicieron alguna tentativa para un razonable tratado de paz con él, pero, después, Cleónimo, el espartiata 207 , atacó Tebas con su ejército y los beocios se sublevaron, animados [3] a la rebelión por Písidas de Tespias 208 que era de los que más destacaban con fama y gloria entonces.
En cuanto Demetrio llevó a Tebas sus máquinas y sometió a asedio la ciudad, Cleónimo se retiró lleno de miedo y los beocios [4] se rindieron desanimados. Él puso una guarnición en la ciudad, obtuvo mucho dinero como botín y dejó al historiador Jerónimo 209 como supervisor y regidor. Pareció que era benévolo especialmente por respeto a Písidas. De hecho, al capturarlo, [5] no le hizo ningún mal, sino que incluso le trató bien y como un amigo y lo nombró polemarco 210 de Tespias.
No mucho después, Lisímaco fue capturado por Dromicetes 211 . Al enterarse de esta noticia, el propio Demetrio partió a [6] toda prisa a Tracia, pensando que podría conquistarla, al estar desguarnecida, pero de nuevo los beocios se rebelaron y llegó la nueva de que Lisímaco había recuperado su libertad. Rápidamente Demetrio se volvió contrariado, para encontrarse con que los beocios habían sido derrotados en la lucha por su hijo Antígono y que Tebas de nuevo estaba bajo asedio.
[40] Pirro, mientras tanto, había realizado una incursión a Tesalia y había llegado hasta las Termópilas 212 , así que Demetrio dejó a su hijo Antígono para que siguiera con el asedio, mientras él [2] marchaba contra el otro. Pirro salió huyendo rápidamente, y Demetrio dispuso en Tesalia a diez mil soldados y mil caballeros y después regresó a Tebas. Había acudido con su llamada helépolis , pero ésta iba avanzando poco a poco, pues, lastrada por la gran mole que era y por la carga que llevaba, apenas podía recorrer dos estadios 213 en dos meses. Además, los beocios estaban defendiéndose con valentía, por lo que Demetrio continuamente, a causa de su deseo de lograr la victoria, más que por la necesidad, [3] obligaba a sus soldados a luchar y a arriesgarse en la batalla. Antígono observaba con pesar que eran muchos los que caían en combate, así que dijo: «¿Por qué, padre, permitimos que éstos mueran de esta manera tan innecesaria?»; y él le contestó [4] enfadado: «¿Pero tú, por qué te preocupas?, ¿acaso tienes [5] que dar la soldada a los que mueren?». Pero él quiso entonces demostrar que no sólo exponía sus soldados, sino que incluso él mismo corría los mismos riesgos que sus combatientes y fue alcanzado por una veloz flecha en el cuello. A pesar de lo mal que se encontraba, no se retiró y de nuevo tomó Tebas.
Su entrada en la ciudad hizo albergar todo tipo de temores [6] entre los habitantes de la ciudad, que esperaban de él el castigo más cruel. Sin embargo, sólo hizo matar a trece hombres, hizo exiliar a algunos y a los demás los perdonó. Tebas, pues, que había sido reconstruida hacía sólo diez años, fue tomada en dos ocasiones en ese período de tiempo. [7]
Cuando llegó la época en la que se celebraban los juegos píticos, a Demetrio se le antojó introducir una novedad excepcional: [8] como los etolios dominaban los desfiladeros de acceso a Delfos 214 , él hizo celebrar los juegos píticos y el festival en Atenas, diciendo que precisamente convenía que fuese venerado el dios que se decía que había sido el origen de la dinastía y era su protector.
De allí volvió de nuevo a Macedonia, pero incapaz de estarse [41] tranquilo, y al ver que sus súbditos estaban más de su parte en las campañas militares, pero que en el reino eran unos intrigantes dispuestos a la revolución, dirigió una expedición a Etolia. Tras arrasar totalmente la región, dejó una parte considerable [2] de su ejército al mando de Pantauco 215 y marchó contra Pirro, [3] a la vez que Pirro iba contra él. Pero no se encontraron, sino que mientras que uno iba saqueando el Epiro, el otro cargó contra Pantauco y trabó combate con él. Estuvieron luchando hasta que Pirro lo hirió y él mismo fue herido, a muchos de los [4] otros los mató y cogió a cinco mil vivos.
Esta derrota perjudicó especialmente a Demetrio. Pues, en efecto, era Pirro tan odiado por lo que había ocasionado, como admirado por lo que había alcanzado por su propio coraje. De esta manera fue grande y renombrada la reputación que consiguió entre los macedonios tras aquella batalla. Muchos de los [5] macedonios incluso se atrevieron a decir que sólo en este rey únicamente podía verse un reflejo del arrojo de Alejandro y decían que en el caso de los otros y, especialmente, en el caso de Demetrio, ellos imitaban, como si fueran actores en un escenario [6] de teatro, la majestad y la pompa de este prócer.
A decir verdad, era mucha la teatralidad de Demetrio, no sólo porque estuviera vestido y adornado por las coronas de doble mitra 216 y los vestidos púrpuras con brocados de oro, sino porque incluso calzaba sus pies con unos coturnos bañados en oro, con suelas de una púrpura sin mezcla. Tenía, de hecho, hasta una clámide [7] que fue tejida especialmente para él en largo tiempo, un magnífico trabajo que mostraba lo que aparecía en el cielo y los [8] astros. Esta clámide quedó a medias con el cambio que impusieron las circunstancias y nadie se atrevió a usarla, aunque no poco después en Macedonia subieron al poder reyes importantes.
No sólo estos fastos disgustaban a sus hombres, que no terminaban [42] de acostumbrarse, sino que causaban un absoluto pesar, tanto el excesivo tren de vida que llevaba como especialmente su inaccesibilidad y la dificultad de su carácter: en efecto, no ofrecía ninguna ocasión en la que diera audiencia y, si la concedía, se mostraba tosco e irritable. Así por ejemplo, una embajada de Atenas la mantuvo en espera durante dos años; ¡y eso [2] que fue el pueblo con el que más trato tuvo de Grecia! Una vez llegó tan sólo un embajador de Lacedemonia y se enfadó pensando que se le despreciaba. Demetrio le dijo: «¿Y tú, qué dices? [3] ¿Tan sólo un embajador han enviado los lacedemonios?»; y el embajador le repuso astutamente y de una manera propia de los [4] espartanos: «Sí, mi señor, para uno solamente».
Otra vez que parecía que se conducía de manera más gentil y que estaba más accesible para encontrarse con él, sin que se sintiera molesto, acudieron algunos con sus demandas por escrito. [5] Demetrio las recogió todas, guardándolas en su manto, y los hombres le siguieron contentos, pero en cuanto llegó al puente sobre el río Axio 217 , abrió su manto y arrojó todas las peticiones [6] al río. Esto causó la furia de todos los macedonios, pues consideraban que se les estaba injuriando, no que se les reinaba.
Se acordaban entonces de Filipo o más bien escuchaban a aquellos que le evocaban como un hombre moderado y afable. [7] Se contaba, en efecto, que por entonces una vez una anciana mujer le salía continuamente al paso con la reiterada petición de que le escuchara, pero Filipo le decía que no tenía tiempo, así que la otra se puso a gritar y le espetó: «¡Pues no reines entonces!». Afectado profundamente por estas palabras, reflexionó sobre esa respuesta, mientras volvía a su casa, y después pospuso todo para reunirse con todos los que quisieran encontrarse [ 8] con él y puso en primer lugar a aquella vieja y dejó varios días libres 218 .
Así nada es tan importante para un rey, como su oficio de otorgar justicia. Pues Ares es un tirano 219 , como dice Timoteo 220 , y la ley está por encima de todo, como dice Píndaro 221 , y [9] Homero afirma que no son naves de casco broncíneo, ni torres de asedio lo que los reyes deben a Zeus, sino leyes que han de venerar y salvaguardar; y llama agente y discípulo de Zeus no al más belicoso, inicuo y sanguinario de los reyes, sino al más justo 222 [10]. Sin embargo, Demetrio se regocijaba en adoptar el epíteto contrario al del rey de los dioses: si Zeus recibía el nombre de Polieo o Poliuco 223 , él recibía el de Poliorceta 224 . Así fue el mal, [11] en lugar del bien, por efecto de un brutal ejercicio del poder, el que hizo perdurar su fama unido al nombre de la injusticia.
[43] Demetrio contrajo una grave enfermedad en Pela 225 , y por poco no perdió, en consecuencia, Macedonia, pues Pirro inició raudas incursiones en las que en poco tiempo se puso a las puertas [2] de Edesa 226 . Sin embargo, en cuanto Demetrio se hubo recuperado de su enfermedad, lo pudo echar fácilmente y firmó con él unos acuerdos de paz, porque no quería tenerlo siempre encima con tantos y tan continuos enfrentamientos y conflictos locales, que le debilitaban para realizar sus proyectos. [3]
Tenía en mente un propósito importante: recuperar todo lo que había estado bajo el dominio de su padre. Sus preparativos se correspondían a esta aspiración y a este designio, pues dispuso un ejército de infantería, al que le faltaban dos mil soldados para ser cien mil, y sus soldados de caballería eran poco menos de doce mil. Al mismo tiempo, había mandado construir [4] una escuadra de quinientos barcos y dispuso que se construyeran las quillas en el Pireo, pero también parte en Corinto, Cálcide y Pela. Él mismo iba por todas partes inspeccionando con su supervisión técnica en todo lo que fuera necesario hacer, causando el asombro de todos no sólo por número, sino [5] también por la majestuosidad de sus creaciones: nadie, en efecto, había visto antes ni una triere de quince ni una de dieciséis remos.
Después, Tolomeo Filopator 227 fletaría una nave de cuarenta remeros, de un ancho de doscientos ochenta codos, de una altura hasta la punta del mástil de cuarenta y ocho 228 , que podía albergar a cuatrocientos marineros sin contar los remeros, que eran cuatro mil, y podía tener, además de todos estos, a cerca de tres mil soldados en cubierta y en los pasajes. Pero aquella nave [6] de Tolomeo era sólo de exhibición, y se mostraba a la vista un poco como esos edificios varados en tierra firme: servían para aparentar e impresionar, pero no para usarlo, ya que se movía a duras penas y peligraba; pero en el caso de las naves de Demetrio la belleza no actuaba en detrimento de su utilidad, sino que se consideraban más espectaculares la rapidez y la eficacia que la vistosidad de sus dimensiones.
[44] Ante tal ejército lanzado contra Asia, como ningún otro había desplegado después de Alejandro, los tres reyes, Seleuco, [2] Tolomeo y Lisímaco, se unieron en coalición contra Demetrio. Después, enviaron una embajada a Pirro, pidiéndole que invadiera Macedonia y que no se respetara la tregua, en virtud de la cual Demetrio había acordado que no lucharía con él, aunque él [3] se guardaba el derecho de emprender la guerra a quien él quisiera, y Pirro se mostró de acuerdo.
Demetrio se vio en una gran guerra cuando aún no había comenzado los preparativos. Así, a la vez que Tolomeo navegaba con una gran tropa y soliviantaba toda la Grecia, Lisímaco, desde Tracia, y Pirro, desde el territorio vecino, invadieron Macedonia en expediciones de saqueo. Demetrio dejó a su hijo [4] a cargo de Grecia y él mismo se movió, para acudir en ayuda [5] de Macedonia contra Lisímaco. Allí se le comunicó que Pirro había tomado la ciudad de Berea 229 .
Esta noticia se expandió rápidamente entre los macedonios y Demetrio ya no consiguió mantener el orden. El ejército se llenó de lamentos, lágrimas, insultos e injurias contra él; y los soldados no querían permanecer a su lado, sino desertar y volverse con el pretexto de regresar a casa, cuando en verdad era porque querían pasarse al bando de Lisímaco. Por ello, Demetrio [6] consideró oportuno alejarse del ejército de Lisímaco e ir al encuentro del de Pirro. El primero (pensó) era su compatriota y, por diversos vínculos familiares, pariente de Alejandro, mientras que los macedonios no verían a Pirro con buenos ojos, pues [7] él era un extranjero que venía de otro país.
Sin embargo Demetrio no tardó mucho tiempo en ver que había calculado mal, pues, en cuanto llegó Pirro y se encontraron un ejército frente al otro, los macedonios alabaron el deslumbrante prestigio de un glorioso guerrero, diciendo que desde antiguo se tenía la costumbre de honrar como el más digno del poder real al más poderoso en la batalla. Después se enteraron de que Pirro era más clemente con los que eran capturados, así que buscaron por todos los medios apartarse de Demetrio para ir al encuentro, ya fuera de Pirro, ya de Lisímaco. Al principio, desertaron unos [8] pocos de manera discreta, pero después fue general el movimiento en desbandada que se adueñó del campamento. Algunos incluso se atrevieron a acudir a Demetrio para aconsejarle que huyera y pusiera a salvo su persona, porque ya los macedonios se negaban a luchar para mantener ese boato suyo. [9]
Estas palabras le parecieron comedidas a Demetrio en comparación con la rudeza que se gastaba el resto del ejército en otras, y entonces él se presentó ante su tienda no como un rey, sino como un actor, se despojó de su teatral y ostentoso manto, para tomar uno oscuro, y se alejó para ocultarse. Después de [10] que el ejército se hubiera dedicado en su mayoría al saqueo y lucharan los unos contra los otros y destrozaran la tienda, apareció Pirro que domeñó y contuvo al ejército en el campamento con su sola voz. Y entonces se repartió con Lisímaco los territorios [11] de Macedonia en su totalidad, tras haber sido regida con mano firme durante siete años por Demetrio 230 .
Así, Demetrio perdió su reino y tuvo que huir a Casandrea 231 . [45] Mientras, su mujer Fila, profundamente afectada por lo que había pasado y no pudiendo soportar que el más desafortunado de los reyes, Demetrio, tuviera que verse reducido a ser un simple ciudadano en el exilio, sintió perder toda esperanza y, maldiciendo a la Fortuna que le era más duradera en la adversidad [2] que en la buena ventura, se suicidó tomándose un veneno. Demetrio, por su parte, decidido a salvar los restos del naufragio, se dirigió a Grecia y allí congregó a los generales y a sus hombres de confianza.
[3] El Menelao de Sófocles presenta esta imagen para describir su suerte:
Gira incesante mi destino en la inconstante rueda
de la Fortuna y de naturaleza va cambiando,
cual la mirada de la luna que en dos noches
el mismo aspecto no puede mostrar:
más bien surge al principio de lo oscuro nueva,
preciándose orgullosa de su bella y plena faz,
para después, cuando es mayor el resplandor que ostenta,
menguar para a la nada retornar 232 .
[4] Esta imagen casaría perfectamente con las gestas de Demetrio, en sus crecidas y menguas, en sus golpes de suerte y sus desgracias, en sus momentos de plenitud y de oscuridad; pues así su poder entonces parecía del todo eclipsado y apagado, cuando de nuevo volvió a resplandecer, ya que consiguió reunir algunas fuerzas en poco tiempo, y renacieron las esperanzas de [5] que nuevo recuperaría su poder.
Al principio, como un simple particular, sin portar esos adornos regios, visitaba las ciudades y alguien al verle en Tebas se sirvió de los versos de Eurípides, no sin razón, para referirse a él:
Cambiando de forma de dios a mortal, se presenta
en las corrientes de Dirce, en las aguas de Ismeno 233 .
Pero, en cuanto recuperó sus esperanzas de rehacer el camino [46] hacia el poder real, de nuevo adaptó su cuerpo y su aspecto para el ejercicio del poder, devolvió a los tebanos su constitución. En cuanto a los atenienses, éstos se rebelaron y a ese Dífilo, [2] que había sido designado como sacerdote de los dioses salvadores, lo sacaron de la lista de los epónimos y decidieron elegir los arcontes tal como había sido antes su costumbre. Enviaron además una embajada a Pirro, que estaba en Macedonia, cuando comprobaron que Demetrio era más fuerte de lo que creían. Él, [3] por su parte, cargó furiosamente contra ellos y sometió a la ciudad a un inclemente asedio. Crates el filósofo 234 , un hombre de fama e influencia, fue enviado ante su presencia por el pueblo y Demetrio se dejó convencer, en parte, por algunos de sus ruegos a favor de los atenienses, pero también entró en razón al hacérsele ver cuáles eran sus intereses, y acabó con el asedio.
Luego, reunió cuantas naves tenía consigo, llegando a juntar [4] a miles y miles de soldados con sus respectivos caballeros, y navegó hasta Asia para arrebatarle Caria y Lidia a Lisímaco 235 . [5] Le recibió en Mileto Eurídice, la hermana de Fila, que trajo a su vez consigo a Tolemaida, su hija habida con Tolomeo 236 , y que había sido prometida a Demetrio en matrimonio, gracias a la mediación de Seleuco. Demetrio se casó con ella de la mano de [6] Eurídice y nada más celebrarse la boda, se dirigió a las ciudades de Asia. Unas le recibieron gustosas, aunque otras muchas las tuvo que tomar a la fuerza. Capturó Sardes y algunos de los generales [7] de Lisímaco se pasaron al bando de Demetrio, llevándose consigo sus pertenencias y sus tropas.
Pero entonces vino Agatocles, el hijo de Lisímaco, con un gran ejército, con lo que Demetrio tuvo que retirarse a Frigia, consciente de que, si se apoderaba de Armenia 237 , podría sublevar la región de Media 238 y así se enseñorearía de los reinos internos, ya que esta zona ofrecía muchas localidades para escaparse y esconderse. [8] Pero Agatocles le siguió, se enzarzaron en una lucha y Demetrio empezó a pasar penurias por la falta de víveres y avituallamiento. [9] Los soldados tenían la sospecha de que los estaban conduciendo hasta Armenia y Media y, poco después, se extendió aún más el hambre y un error de cálculo en el estrecho del Lico 239 ocasionó las muertes de una gran parte de sus hombres, que perecieron arrastrados por la corriente del río. Pero, aun así, los soldados [10] no dejaban pasar ninguna ocasión para mofarse de él, como, por ejemplo, cuando uno escribió delante de su tienda el principio de Edipo en Colono , cambiando un poco el verso:
Hijo del anciano ciego Antígono,
¿a qué tierras nos llevas? 240
[47] Al final, además del hambre, vino luego la enfermedad, como suele ocurrir cuando uno pasa necesidades y debe alimentarse de cualquier cosa. Demetrio perdió en total a no menos de ochenta mil hombres y se llevó al resto de vuelta. Al pasar a Tarso, tenía la intención de respetar esta región, en ese momento bajo la influencia de Seleuco, para así no tener ningún [2] motivo de castigo, pero esto fue imposible, ya que estaban los soldados en las últimas y Agatocles cortaba el paso en el Tauro 241 . Así que escribió una carta a Seleuco, que contenía un largo lamento por su suerte y lanzaba una petición, donde [3] le suplicaba que, como pariente 242 , le concediera su perdón, pues ya había sufrido bastante como para despertar la compasión de sus enemigos. Seleuco sintió piedad por él y ordenó por escrito a los estrategos de allí que al propio Demetrio le [4] proporcionarían un séquito digno de un rey y alimento fresco a su tropa.
Sin embargo acudió Patrocles 243 , hombre considerado amigo honorable y fiel de Seleuco, y dijo que lo peor no era dar alimento a las tropas de Demetrio, sino que lo terrible era que se le permitiera al propio Demetrio que estuviera en la región, ya que, como el más ambicioso y violento de los reyes, se encontraba en esa suerte que induce a ser atrevido y a cometer injurias [5] incluso a los que son moderados por naturaleza.
Así Seleuco, convencido por este razonamiento, se movilizó hasta Cilicia con un gran ejército. Demetrio se sintió sorprendido [6] por el repentino cambio de actitud de Seleuco y, temeroso, se retiró a la parte más abrupta del Tauro y pidió que se le permitiera ostentar el poder de uno de los reinos autónomos bárbaros en el que viviría, dando fin a ese peregrinaje en el que andaba como un fugitivo; y que si no podía ser, que, al menos, se le dejara pasar el invierno allí, para que no cayera en manos de sus enemigos falto de todo e inerme.
[48] Pero Seleuco no dio crédito a nada de todo esto y le dejó, como era su gusto, pasar los dos meses de invierno en Cataunia 244 , pero con la condición de que le diera a sus más estimados hombres de confianza como rehenes, al mismo tiempo que se le cerraba el paso hasta Siria. Demetrio, sintiéndose enjaulado como una fiera y rodeado por todos los lados y viéndose en [2] la necesidad de atacar, arrasó la región. En los ataques que le lanzaba Seleuco, siempre tuvo las de ganar, como en aquella ocasión en la que los carros falcados 245 se lanzaron contra él, [3] pues él los hizo retroceder y los echó y acabó desalojando a los hombres que custodiaban el paso hacia Siria.
Cuando ya había recuperado sus esperanzas, viendo que sus soldados estaban animados, se preparó a entablar contra Seleuco, que se encontraba en dificultades, una gran batalla. En efecto, de manera inexplicable, Seleuco había rechazado la ayuda [4] que vino de parte de Lisímaco, porque la temía, y él mismo decidió acabar de una vez por todas con Demetrio por sus propios medios, temeroso de ver que su infatigable perseverancia y su variable fortuna le reportaban las mejores ocasiones a partir de [5] las más desesperadas situaciones sin salida.
Pero entonces una grave enfermedad se abatió sobre Demetrio en ese momento y su cuerpo se degradó enormemente, llevándolo todo al traste. De hecho, algunos de sus soldados se pasaron al enemigo y otros abandonaron. Pero en cuanto se recuperó en cuarenta días, tomó el resto del ejército y fue contra [6] todo lo que viera y creyera que era enemigo, hasta llegar a Cilicia. Después, ya por la noche y sin sonido de trompetas, levantó el campamento y, tomando la dirección contraria, cruzó el Amano 246 y saqueó la región inferior hasta llegar a la Cirréstica 247 .
Se presentó después Seleuco y puso los campamentos cerca, [49] pero entonces Demetrio levantó el suyo y marchó de noche contra él, mientras el otro, ignorando todo este movimiento, estaba durmiendo. Sin embargo, hubo algunos traidores que avisaron [2] del peligro y, asombrado y viéndose emboscado, Seleuco ordenó que dieran la voz de alarma y, mientras se estaba calzando, se puso a gritar a sus compañeros que estaba siendo atacado por una terrible fiera. Demetrio, ante el estrépito de los [3] enemigos, se dio cuenta de que había sido descubierto y rápidamente se alejó.
Al día siguiente, ya Seleuco se dispuso al ataque y Demetrio envió a uno de los suyos hacia un ala y puso en fuga a los del [4] ala contraria. Entonces Seleuco bajó en persona del caballo y tras quitarse el casco tomó un arma, se fue al encuentro de los mercenarios de aquél, se dio a conocer y les pidió que pasaran a su bando, haciéndoles ver que él había estado retrasando su actuación en consideración a ellos, no a Demetrio. Después todos se abrazaron y se unieron a él llamándole rey.
Demetrio, que había experimentado continuos cambios de fortuna, comprendió que este que se cernía sobre él era el último, [5] así que se replegó en la región de las Puertas del Amano 248 , se introdujo en un espeso bosque, en compañía de algunos amigos y unos pocos sirvientes, y esperó la noche. Allí intentaría tomar el camino del Cauno 249 y abrirse paso por allí hasta el mar, donde tendría alguna posibilidad de encontrar su flota fondeada. [6]
Sin embargo, en cuanto vio que no tendría víveres ni para [7] aquel día, cambió de estrategia. Hizo venir entonces a Sosígenes, un compañero suyo, que custodiaba en su cinto cuatrocientas monedas de oro, pues esperaba que con esto les bastaría para llegar al mar, y fueron, ocultos en la noche, por el paso. Sin embargo, [8] al ver que las antorchas enemigas resplandecían en su ruta, abandonaron ese camino y se volvieron al mismo lugar, pero no [9] todos, pues algunos ya habían huido. Los que quedaban no estaban tan animados como antes: incluso hubo alguno que se atrevió a decir que era necesario que Demetrio se entregara a Seleuco y Demetrio llegó a tomar su espada para matarse, pero los amigos, que estaban a su lado y le confortaban, le convencieron para lo hiciera así. Entonces mandó decir a Seleuco que se entregaba.
[50] Al escucharlo Seleuco, dijo que Demetrio no debía a su propia fortuna su salvación, sino a la de él, que después de tantos otros beneficios que le había proporcionado, quería ahora tener [2] otro gesto de compasión y bondad. Tras llamar a sus superintendentes, ordenó que se plantara la tienda real y que, por lo demás, se preparara todo para un recibimiento y una hospitalidad espléndidos.
Había un tal Apolónides 250 en la corte de Seleuco que era [3] amigo íntimo de Demetrio. Seleuco envió a este hombre ante la presencia de Demetrio, para que le fuera todo más cómodo y tuviera confianza en ser recibido, como correspondía a un deudo y pariente suyo. En cuanto se supieron las intenciones del rey, al principio fueron pocos, pero luego la mayor parte de sus amigos [4] acudieron ante Demetrio, luchando los unos con los otros para llegar antes, pues tenían la esperanza de verle gozar de la máxima influencia en la corte de Seleuco. Esto hizo que en el alma de Seleuco su compasión mutara en odio y dispuso el pretexto para que los ruines intrigantes conspiraran para acabar con la clemencia del rey, pues ellos le hicieron pensar que, en cuanto este [5] hombre hiciera acto de presencia, surgirían grandes revueltas en el ejército. Así pues, apenas había llegado Apolónides contento ante Demetrio, cuando el resto se precipitó lanzando elogios [6] maravillosos de Seleuco, diciendo que tras tal mala fortuna y la desgracia de Demetrio, si antes parecía que entregar a Demetrio era algo terrible, ahora eran de distinto parecer, pues tenían más ánimos y confianza en ciertas esperanzas en el futuro.
Pero entonces llegó Pausanias con unos mil caballeros y jinetes, [7] rodeando súbitamente con éstos a Demetrio, lo aisló del resto de su séquito y no le permitió que llegara a la presencia de Seleuco, sino que lo condujo al Quersoneso sirio 251 . Allí se dispuso [8] una estrecha guardia a su lado para custodiarlo. Seleuco le proporcionó un adecuado servicio, le aportó dinero y le dejó mantener un rutinario y aceptable modo de vida, permitiéndole tener [9] cotos de caza y lugares de paseo y esparcimiento. Obtuvo también el permiso para que sus amigos le ofrecieran su compañía en el exilio si querían; y, efectivamente, algunos llegaban de visita, después de ver a Seleuco, trayéndole buenas noticias que le exhortaban a estar de buen ánimo, porque sería liberado en cuanto Antíoco llegara en compañía de Estratónice.
[ 51] Demetrio, viéndose reducido a esta suerte, envió cartas a los oficiales y amigos en Atenas y en Corinto y a su hijo, pidiéndoles que ya no rindieran pleitesía a sus cartas y a su sello, sino que confiaran a Antígono las ciudades y el resto de las poblaciones tal como estaban como si él estuviera muerto. Antígono, al enterarse [2] de la captura de su padre, se sintió desolado y se puso el traje de luto, escribió a los demás reyes y a Seleuco con la petición [3] de que todo lo que quedase se le fuera entregado, pues estaba dispuesto a ser rehén en lugar de su padre. Muchas ciudades y muchos reyes se unieron a estos ruegos con la excepción de Lisímaco. Lisímaco, de hecho, había enviado mucho dinero y [4] apremiaba a Seleuco para que matara a Demetrio, pero Seleuco, que ya tenía una mala consideración del otro por diversos motivos, lo creyó un bárbaro impío por esta propuesta. Además, dejaba pasar el tiempo, como para ceder a su hijo Antíoco y Estratónice la gracia de liberar a Demetrio de su prisión 252 .
[52] Demetrio desde el principio soportó con resignación este nuevo revés de la fortuna que le había caído encima y se adaptó, al parecer, fácilmente a las circunstancias presentes. Primero, de vez en cuando, ejercitaba su cuerpo, empeñado en ejercicios de caza y en carreras, en la medida de lo posible. Sin [2] embargo, después, poco a poco se llenó de hastío hacia estas cosas y de desidia, y se dejó arrastrar por las bebidas y el juego, y pasaba la mayor parte del tiempo disperso en estos entretenimientos, ya fuera para evitar pensar en su suerte estando sobrio, [3] ahogando sus sentidos en el alcohol, ya fuera porque reconociera que por fin había conseguido tener esa vida de la que se había apartado por su insensata y vanidosa ambición, a pesar de haberla deseado ansiosamente desde hacía tiempo. En efecto, muchas locuras había cometido en perjuicio suyo y de los demás, buscando con las armas, los ejércitos y las campañas militares esa felicidad que, ahora, en la inactividad y en la plácida holganza había encontrado sin habérselo buscado. ¿Qué más allá puede haber de guerras y peligros para aquellos reyes [4] vanos, que se comportan de manera malvada e imprudente, no porque busquen más el lujo y el placer en vez de buscar la virtud y la belleza, sino porque no saben ni siquiera disfrutar ni vivir en el lujo de una manera plena? [5]
Demetrio, tras tres años encerrado en el Quersoneso sirio, acabó sus días aquejado de una enfermedad causada por la desidia y el exceso de vino y comida, tras haber vivido cincuenta y cuatro años. Seleuco recibió reproches por su actuación y [6] comprendió entonces que en su desprecio no había tratado de una manera justa a Demetrio, ya que podría haber imitado a Dromiquetes que, a pesar de ser un hombre bárbaro de Tracia, brindó un trato humanitario y digno de un rey cuando retuvo como prisionero a Lisímaco 253 .
Hubo un cierto empaque trágico y teatral en todo lo referente [53] a su sepelio. Su hijo Antígono, en cuanto supo que se llevaban [2] sus restos mortales, salió con sus naves rumbo a las islas a recibirlas. Tras serle entregadas las cenizas en una urna de oro, la depositó en la más grande de sus galeras. Las ciudades por las que fueron pasando adornaron la urna con coronas o enviaron a [3] hombres para que acompañaran los funerales con un hábito de [4] luto; y, mientras las naves iban navegando hasta Corinto, la urna se veía claramente desde la proa adornada con una diadema y con un manto de púrpura regia, mientras iba custodiado por soldados [5] en armas 254 . Antígono estaba sentado cerca de Jenofante, el más dotado de los flautistas de entonces 255 y éste interpretaba una de las más sublimes melodías y parecía como si mientras estuviera acompasado el ritmo, alternándose el movimiento de los remos, semejante a golpes en el pecho, con el modulado sonido [6] de la flauta. El propio Antígono, deshecho en lágrimas y afligido, ofreció el más lamentable espectáculo digno de compasión para el gentío que se congregó a la orilla del mar. Se soltaron [7] cintas y se lanzaron coronas a la llegada de la comitiva a Corinto. Finalmente depositaron sus restos en Demetrias, la ciudad que recibió el nombre de aquél y que había sido formada [8] a partir de la unión de las ciudades de alrededor de Yolco 256 .
Demetrio dejó como descendencia a Antígono y a Estratónice de Fila; a dos Demetrios, uno, llamado «el Flaco», de una mujer iliria y otro, que gobernó Cirene, de Tolemaida 257 ; de Deidamía nació Alejandro, que pasó su vida en Egipto; y se dice que tuvo un hijo de Eurídice, un tal Corrago 258 . Su linaje se [9] perpetuó por generaciones hasta el último rey, Perseo, al que los romanos le arrebataron Macedonia 259 .
Y una vez que hemos representado el drama 260 macedonio, vamos a proceder, como conviene, con el romano. [10]
1 Cf. también esta historia en PLUT ., Lic. 28.
2 El flautista Ismenias es, probablemente, el hijo de otro Ismenias, beotarca en el año 382 a. C. Cf. PLUT ., Per. 1; que también menciona a este personaje.
3 El flautista Antigénidas vivió en época de Alejandro Magno. Cf. PLUT ., Máximas de reyes y generales 193F.
4 Esta máxima de PLATÓN (cf. República VI, 491a; Critias 44d; Gorgias 525e; Hipias Menor 375e) aparece referida en muchas otras Vidas y forma parte del bagaje cultural al que echa mano nuestro autor con frecuencia. Cf. PLUT ., Tem. 2; Nic . 9; Cor. 1.
5 Se refiere a Antígono I apodado «el Tuerto» (Monóphthalmos) por su defecto físico. Intentaba disimularlo haciéndose retratar por escultores y pintores siempre de perfil. Cf. PLIN. , Historia Natural XXXV 90 y 96 (que nombra a Protógenes de Cauno y Apeles, como pintores de corte); QUINT ., Inst. Orat. II 13, 12. Antígono mandó matar a un miembro de su corte, porque, en el transcurso de una cena, se atrevió a referirse a él como el «Cíclope». Cf. PLUT ., Sobre la educación de los hijos 14. Empezó como oficial de Filipo y de Alejandro Magno, pero se convirtió en uno de los más poderosos diádocos y llegó a constituir un gran reino en Asia, desde donde intenta extender su poder por las islas y Grecia. Su personalidad, menos tratada en nuestro autor, sin embargo da muestras de ingenio y perspicacia, propia de una personalidad que hizo una importante política de fundación de ciudades en Asia Menor y de beneficios a las ciudades griegas. Sobre la carrera de Antígono el Tuerto. Cf. P. BRIANT , Antigone le Borgne. Les debuts de sa carrière et les problemes de l’assemblée macédonienne , Les Belles Lettres, París, 1973; C. WEHRLI , Antigone et Démetrios , Droz, Ginebra, 1968; R. A. BILLOWS , Antigonos the One Eyed and the Creation of the Hellenistic State , University of California Press, Berkeley, 1990. Después de él reinaron con el mismo nombre en Pella Antígono II Gonatas y Antígono III Dosón.
6 Esta Estratónice (353-301 a. C.) no hay que confundirla con su nieta, del mismo nombre, que luego se mencionará en los capítulos siguientes.
7 No se sabe nada de este hombre, aunque tiene un nombre macedonio.
8 Nacido en el año 330 a. C. (seis años más joven que su hermano Demetrio, que nació en el año 306 a. C.) murió muy joven, en el 306 a. C. y fue enterrado en Antigoneia en Orontes. Acompañó a su padre en sus campañas militares entre el 314 y el 311 a. C. (cf. capítulo 23 y la nota). El pueblo ateniense le concedió una corona de 50 dracmas en el 311 a. C., en relación con el filohelenismo de su padre. Cf. OGIS 6, 30. CICERÓN (cf. Sobre los deberes II 48) comenta que Antígono escribió unas cartas (Epístolas a Filipo) , consignando así por escrito sus consejos. No hay que confundir este Filipo con Filipo Fénix (mencionado en DIOD ., XX 19, 2-5, y de nuevo, erróneamente, en 73, 1), gobernador rebelde del Helesponto, que fue derrotado por Antígono.
9 Acerca de la belleza, la gentileza, la gracia, la distinción de Demetrio, a la que va a hacer referencia nuestro autor, cf. también DIOD ., XIX 69, 1-3; 81, 4-85, 5; XX 92, 3; y E. T. NEWELL , The Coinage of Demetrius Poliorcetes , Londres, 1923.
10 Sobre la devoción de Demetrio por el dios Dioniso, cf. DIOD ., XX 92, 4. Como militar, de Dioniso se cuenta que conquistó toda la India. Cf. PLUT ., Charlas de sobremesa V 6, 680B.
11 Filipo V, instigado por su hijo menor, Perseo, hizo matar en el año 180 a. C. a su hijo mayor, Demetrio, que había estado en Roma en calidad de rehén y se sospechaba que tenía alguna alianza secreta con ella. Cf. PLUT ., Arat. 54; Em. 8; y también POL ., XXIII 7; DIOD ., XXIX 25; LIV ., XL 20-24.
12 Cf. PLUT. , Pirro 9. Por ejemplo, Lisímaco de Tracia mandó matar a su hijo Agatocles, acusado de intentar seducir a la esposa de su padre, Arsínoe (cf. ESTRAB ., XIII 623; PAUS ., I 10, 3-4); Tolomeo II Filadelfo mató a su hermano, que se rebeló contra él en la Cirenaica (cf. PAUS ., I 7, 1).
13 Se refiere a Mitrídates Ctistes, fundador de la dinastía del reino del Ponto y que probablemente participó en la lucha de Eumenes contra Antígono (cf. DIOD ., XIX 40, 2) antes de pasarse al bando de Antígono. Tras la fuga que narra Plutarco y aprovechando la catástrofe de Ipso en el 301 a. C., Mitrídates tomó posesión de los dominios de un tío suyo sobre el territorio de Cío y Misia y amplió esos propios dominios. En su momento de gloria, logró conquistar parte de la Capadocia y la Paflagonia, a expensas de Seleuco y Tolomeo. Murió en el 266 a. C. a la edad de ochenta y cuatro años. Cf. FGrHist 154 F7 (JERÓNIMO DE CARDIA ); 434 F 9, 4 (MEMNÓN ), 740 F14 (APOLONIO ); DIOD ., XX 111, 4; ESTRAB ., XIX 562; POLIENO, VII 29, 2.
14 Una de las virtudes de Antígono y Demetrio Poliorceta fue la de aprovechar cualquier tipo de alianza posible a través de pactos de familia, matrimonios o rehenes en la corte. Por ejemplo, el hijo de Cratero y de Fila, la que sería la mujer de Demetrio Poliorceta, se llamaba también Cratero y fue criado en la corte de Demetrio junto con el futuro Antígono II Gonatas. Este Cratero participó muy joven en la batalla de Ipsos, junto con Antígono el Tuerto y Demetrio. Luego, en la corte de Antígono II Gonatas, además de ser un destacado erudito y literato (hizo una compilación de decretos atenienses), gobernó Grecia. Cf. PLUT. , Pirro 4; FGrHist 342 (CRATERO ).
15 La gran extensión de la Capadocia limitaba por el norte con el Ponto Euxino, con las provincias de Cilicia, al sur, Armenia, al este, y Licaonia y Galatia al oeste. Sin embargo, sólo la franja septentrional de toda extensión territorial, como veremos más tarde, será la base del reino de Mitrídates.
16 El mismo episodio de la fuga de Mitrídates en el año 302 a. C. aparece en una obra atribuida a Plutarco. Cf. PSEUD.- PLUT ., Máximas de reyes y generales 183a; APIANO, Mitríd. 9. Quizá la fuente de esta historia sea JERÓNIMO DE CARDIA , cuya obra es una de las fuentes consultadas para confeccionar esta vida. Cf. FGrHist. 154 F3 (= APIANO, Mitríd. IX 27-28) y F7 (= PSEUD.- LUC ., Macrob. XIII).
17 Después de la muerte de Mitrídates VI Eupator en el año 63 a. C. y la creación de la provincia romana de Bitinia y el Ponto, su hijo Farnaces mantuvo durante un tiempo los territorios al norte del mar Negro hasta el año 47 a. C.
18 Frag. Diels-Kranz I, 276-375, n.° 31.
19 Se refiere a Tolomeo I (306 a. C.-285 a. C.), el hijo de Lago, de donde toma el nombre la dinastía lágida o de los Tolomeos. Había tomado posesión de la provincia de Egipto en el 323 a. C. Se autoproclamó rey entre los años 305-302 a. C., manteniéndose fuerte y estable en ese puesto. Cf. DIOD ., XIX 69, 1-3; POL ., V 67, 6-7; XXVIII 20, 7. En efecto, la historia de los sucesores de Alejandro (los diádocos, período que discurre entre los años 323-270 a. C.), hasta la estabilización de una serie de dinastías en territorios más o menos delimitados, es una continua sucesión de guerras, traiciones y pactos de familia entre las distintas casas reales.
20 Frigia, junto con Panfilia y Cilicia eran las regiones de Asia Menor que habían sido otorgadas a Antígono, en el reparto de satrapías del 323 a. C., y será el núcleo primitivo de su reino, con su capital en la ciudad de Celenas.
21 La campaña de Siria-Palestina fue llevada a cabo por Tolomeo I entre los años 314-312 a. C. y Demetrio había nacido en el año 336 a. C.
22 Eso no es cierto. Demetrio había participado con anterioridad en unas campañas contra Eumenes, aunque no fuera como comandante en jefe y estuviera escoltado por cuatro consejeros que, con su experiencia, auxiliaban al joven. Cf. PLUT ., Eum . 18; DIOD ., XX 69, 1; PAUS ., I 6, 5. En ese momento histórico, Antígono trata de recomponer el imperio de Alejandro. Sus enemigos son Casandro, rey de Macedonia y Grecia, Lisímaco, rey de Tracia, y Tolomeo I que ocupaba Egipto, Chipre, algunas islas del Egeo y la costa sur de Caria y Licia.
23 La batalla de Gaza tuvo lugar en el 312 a. C. Más detalles sobre la formación en DIOD ., XIX 80-84; JUST ., XV 1, 6-9.
24 El título de estratego en época helenística designa a funcionarios con atribuciones no sólo militares, sino también de carácter administrativo. Sobre la batalla, cf. DIOD ., XIX 95.
25 Tras la victoria en Siria, Demetrio realiza un ataque junto a su padre, Antígono, que trae sus tropas desde Celenas y las une a las que tenía su hijo en Cilicia. Tolomeo, ante semejante despliegue de fuerzas, decide retirarse y refugiarse en Egipto. Cf. DIOD ., XIX 93, 1-6; PAUS ., I 6, 5.
26 Se entiende que a Tolomeo.
27 Ciudad de la Frigia occidental, centro de operaciones de Antígono y capital hasta la fundación de la ciudad de Antigonia en Orontes en el 306 a. C. Allí Antígono recibió de Demetrio una carta, con su ejército pasó por el Tauro y se dirigió al encuentro de su hijo. Cf. DIOD ., XIX 93, 4.
28 Son los habitantes de la Arabia «Petrea», región que se encuentra entre Palestina y el mar Rojo y que lindaba con el reino de Seleuco, aliado de Tolomeo. La expedición se data entre los años 312-311 a. C. y no fue un éxito completo: Demetrio sólo consiguió como botín esos camellos como tributo, sin extender realmente su dominio sobre esta tribu. Cf. DIOD ., XIX 94-100, 2.
29 Se refiere a Seleuco I, fundador de la dinastía de los seléucidas. Había sido nombrado sátrapa de Babilonia, tras el acuerdo de Triparadiso en el 323 a. C., y dominaba las regiones más orientales del antiguo imperio de Alejandro. Fue expulsado de Babilonia poco después por Antígono en el 315 a. C. y se refugió en la corte de Tolomeo. En el 311 a. C., tras la batalla de Gaza y la derrota de Demetrio, volvió de nuevo a ocupar Babilonia, aprovechando ventajosamente la debilidad de Antígono y su hijo. Cf. además del capítulo 5, DIOD ., XIX 90-92; APIANO, Sir . 273-274. Sobre la personalidad de Seleuco I, cf. J. D. GRAINGER , Seleukos Nikator: Constructing a Hellenistic kingdom , Rutledge, Londres, 1990.
30 Demetrio salió de la ciudad de Damas con 15.000 soldados y 4.000 caballeros en el 311 a. C. Patrocles, el general de Seleuco en Babilonia, abandonó la ciudad y dejó la defensa de dos guarniciones en las ciudadelas. Demetrio tomó una y dejó que un adjunto suyo, Arquelao, continuase el asedio con 5.000 soldados y 1.000 caballeros, mientras él volvía al Mediterráneo. Cf. DIOD ., XIX 100, 3-7.
31 El asedio de la ciudad de Halicarnaso se produjo en el año 309 a. C., durante una campaña que hizo Tolomeo en la costa de Asia Menor, tras la cual se apoderó de Fasélide, Janto y Cauno en Licia. Sin embargo, antes se producen otros hechos importantes, como por ejemplo la paz que firmó Antígono con el resto de los diádocos en el año 311 a. C.: Casandro quedó al mando de Macedonia y sus dominios hasta la mayoría de edad de Alejandro IV, hijo legítimo de Alejandro Magno; Tolomeo se confirmó como regente de Egipto y Lisímaco, de Tracia; y, por último, Antígono se reservó el dominio de toda Asia, sin tener en cuenta a Seleuco, que quedó fuera del pacto. Cf. DIOD ., XIX 105. Sin embargo, rápidamente, con acciones como ésta, este acuerdo fue quebrantado.
32 En realidad, su padre, en una famosa declaración en Tiro, en el 312 a. C., proclamó la libertad de todos los griegos, tanto de la propia Grecia como de Asia Menor. Cf. DIOD ., XIX 61, 1-4 y sobre todo OGIS 5 (carta de Antígono a los ciudadanos de Escepsis). En esa declaración además se vertían acusaciones contra Casandro y sus abusos de poder, con lo que, probablemente, la declaración de Tiro era una forma de minar el dominio de Casandro sobre Grecia.
33 Cuando Demetrio entra en escena, dos reyes se reparten su influencia en Grecia: Tolomeo y Casandro. Casandro, el hijo de Antípatro, se había hecho con el poder en Macedonia, tras haber desbancado a Poliperconte (el lugarteniente de confianza de su padre que había sido designado en su lugar) e intentaba ocupar el mayor territorio posible de Grecia. Tolomeo, que ocupaba las Cícladas desde el 308 a. C., inicia un ataque y conquista Corinto, Sición y Mégara e intenta ganarse a los tebanos y a los atenienses. Al ver amenazado Egipto por las tropas de Agatocles de Sicilia, Tolomeo firmó una apresurada paz con Casandro, para así poder ocuparse enteramente de ese conflicto, en virtud del cual mantuvo el dominio de Corinto y de Sición, pero perdió Mégara. Cf. DIOD ., XX 37, 1-2; POLIEN ., VIII 58, 2.
34 El concepto de philos en las cortes helenísticas tiene un sentido concreto más cercano a la noción de miembro de la corte. En efecto, los principales reyes tenían en torno suyo un círculo, formado por familiares y nobles de confianza que le auxiliaban en sus empresas. A lo largo del relato de nuestro autor, vamos a ir descubriendo algunos detalles de esos cortesanos y sus carreras políticas.
35 Esta frase referida a toda Grecia en boca de Antígono también aparece en PSEUD.- PLUT ., Máximas de reyes y generales 182E-F. La posición central de Atenas, como símbolo del helenismo, será una política común promovida por las potencias helenísticas y los emperadores romanos (especialmente Adriano), lo que cambiará la morfología de los principales monumentos atenienses y el espacio urbano con la impronta de ese filohelenismo. Destaquemos, tan sólo, monumentos que aún podemos contemplar hoy, como la estoa de Eumenes, rey de Pérgamo, la tumba de Antíoco Filopapo de Comágene, en la colina del Museo, o el templo de Zeus acabado por Adriano y sede del Panhellenion , la asamblea de todos los griegos, fundada por este emperador.
36 Unos 130.980 kg de plata.
37 Efectivamente Demetrio de Falero, un filósofo peripatético, discípulo de Teofrastro, había sido colocado en Atenas en el 317 a. C. al frente de un gobierno oligárquico comparsa. A pesar de la cierta prosperidad económica que gozó la ciudad durante su mandato, su gobierno fue impopular y en el 312 a. C. los atenienses protagonizaron una revuelta contra Casandro buscando precisamente el apoyo de Antígono. Cf. DIOD ., XIX 78, 4. Demetrio de Falero es una figura filosófica de primer orden, del que, desgraciadamente, se conservan los restos de una autobiografía (FGrHist. 228 F3) y poco más.
38 Muniquia es propiamente el nombre de una península cercana a Atenas, la localidad moderna de Castella (cf. infra 9) y otro de los puertos de Atenas, moderno Phanari, que se encontraba cerca del Pireo. Antípatro tomó posesión del lugar tras la guerra lamíaca y desde entonces ya estaba guarnecido por un destacamento macedonio. Cf. PLUT ., Foc. 27-28.
39 El desembarco de Demetrio debió producirse el 9 de junio en el año 307 a. C.
40 Tolomeo era entonces aliado de Casandro en Grecia, como ya hemos dicho anteriormente.
41 Demetrio se propone restaurar el régimen democrático anterior a Demetrio de Falero, siendo ésta una estrategia para potenciar su imagen de filoheleno y, concretamente, de filoateniense. Esta misma imagen propagandística se encuentra en otros autores (DIOD ., XX 45, 1-4) y en las inscripciones de Atenas de 303-302 a. C. (IG II-III 498 = SIG 3 , 342).
42 Antes de Demetrio, Atenas había exaltado a Alejandro Magno en términos que casi le equiparaban a una divinidad. Cf. FGrHist. 566 F 155 (FILOCORO ) = POL ., XII 12b.
43 En la que formaba parte, según algunas fuentes, el propio Demetrio de Falero. Cf. DIOD ., XX 45, 4.
44 Aristodemo de Mileto es uno de los más importantes personajes de la corte de Antígono el Tuerto y de Demetrio, cuya actividad como hábil diplomático y eficaz general está ampliamente testimoniada por los textos y las inscripciones. Especialmente importante fue su papel entre el 315 y el 312 a. C. en el Peloponeso, en el contexto de los enfrentamientos de Antígono con la coalición formada por Tolomeo, Seleuco y Casandro. Aristodemo consiguió la alianza de la Liga Etolia, dominar un amplio territorio de Grecia que iba desde el sur de las Termópilas (excepto Atenas y algunas ciudades del Peloponeso, aún en manos de Poliperconte y su hijo Alejandro) y debilitar a Casandro en Macedonia. Actuó como embajador de Antígono en la paz, firmada en el 311 a. C. entre Casandro y el resto de los diádocos. Con Demetrio, participa en la liberación de Atenas y también participará en la batalla de Chipre (cf. capítulo 17), antes de volver a Mileto, su ciudad, donde es recibido con honores. Cf . DIOD ., XIX 57, 5 y 60, 1; 62, 5; 63, 3-64, 4; 66, 1-6; XX 53, 1-2, OGIS 5, 11 y 48; IG II2 459; I.Milet 123, 11.
45 Demetrio de Falero nunca volvió a Atenas: sobre él pesaba una condena de muerte, decretada por los atenienses, que afectaba incluso a otros secuaces suyos exiliados; aunque aquellos que permanecieron en Atenas se beneficiaron posteriormente de una amnistía. Cf. FGrHist 566 F66 (FILOCORO ). Estuvo en Tebas sólo hasta 298-297 a. C., año en el que murió Casandro. Posteriormente fue acogido por Tolomeo en Egipto. Cf. DIOD ., XX 45, 4; ESTRAB ., IX 1, 20.
46 La versión de DIODORO (XX 46, 3-4) coloca, en cambio, esta conquista de Mégara tras la toma de Muniquia y la entrada de Demetrio en Atenas. Probablemente, esta versión de los hechos remonte a FILOCORO (FGrHist. 566 F66), cuya versión, coincidente con la de PLUTARCO , está confirmada por el catálogo histórico del Marmor Parium (FGrHist. 239 B20-1).
47 El conflicto entre Casandro y Alejandro Poliperconte por el trono de Macedonia se resolvió con el nombramiento de este último como estratego del Peloponeso. No hay que confundir este Alejandro con su hijo, con el mismo nombre que su padre, que será asesinado por los sicionios en el 315 a. C. en una revuelta ciudadana y que aparece nombrado en la Vida de Arato . La viuda de Alejandro, hijo de Poliperconte, Cratesípolis, había mantenido el poder de su marido en Sición y Corinto. Cf. DIOD ., XIX 67, 1-2; XX 37, 1.
48 La liberación de Mégara se consiguió en el 306 a. C., un año después de la de Atenas. Al mando de las tropas de Demetrio estaba un amigo suyo, un tal Zoilo el beocio, hijo de Celeno. Cf. SIG 3 331.
49 El filósofo Estilpón pertenecía a la escuela de Mégara. Cf. PLUT ., Sobre la educación de los hijos 5f; Sobre la paz del alma 475c. Uno de sus alumnos, Menedemo de Eretria, formó parte de la corte de Demetrio. Cf. DIÓG. LAER ., II 140-141.
50 Una cantidad considerable. El medimno era una medida de capacidad ática que se correspondía a 52 litros.
51 Todas estas ayudas, también en DIOD ., XX 46, 4; IG II-III2 1492 = SIG 3 334.
52 La guerra lamíaca tuvo lugar en el año 323 a. C., tras la muerte de Alejandro Magno, y fue una guerra que enfrentó a los griegos contra Antípatro, el general al frente de Macedonia. Antípatro se vio recluido en la ciudad de Lamia por Leóstenes, un antiguo general de Alejandro Magno, que se apoyó en Atenas, para poder dirigir a todos los griegos y desbancar del poder en Europa a Antípatro. Sin embargo, finalmente Leóstenes y los griegos fueron derrotados. La batalla de Cranón tuvo lugar poco después, en el 322 a. C., en Tesalia. Los atenienses fueron derrotados por Cratero, general de Antípatro de Macedonia; por tanto, la liberación de Atenas, según nuestro autor, se produciría en el año 307 a. C.
53 El último descendiente directo de Alejandro Magno fue Alejandro IV que había sido eliminado, junto con su madre, por orden de Casandro. Cf. DIOD ., XIX 105, 2; PAUS ., IX 7, 2.
54 Lo que está efectivamente confirmado por las inscripciones y por otros testimonios, como DIOD ., XX 46, 2.
55 Sin embargo, en las inscripciones de la época todavía aparece el arconte epónimo, lo que contradice las palabras de nuestro autor.
56 El peplo al que se refiere al texto es el que se portaba en las Panateneas. Este honor era compartido con la propia diosa Atenea, cuyo peplo se tejía por las mujeres atenienses y se llevaba en procesión en las Panateneas. Para este episodio, cf. DIOD ., XX 46, 2.
57 Cf. también PLUT ., Sobre la fortuna o la virtud de Alejandro 338 a. Este epíteto, que significa «el que desciende», era un epíteto que se atribuía especialmente a Zeus, en relación con los truenos y la lluvia.
58 Además del mes instituido en el año 306 a. C., se erigieron altares y estatuas en su honor en Atenas (al lado de los tiranicidas Harmodio y Aristogitón) y en Delfos. Cf. DIOD ., XX 46, 1-2, PAUS ., X 10, 2; IG II/III2 470. No fue el único rey que fue honrado por Atenas de esta manera tras una operación militar. Átalo I, durante la primera guerra macedónica (211-205 a. C.), acudió, como aliado de Roma, en ayuda de la Liga Aquea y Atenas, contra Filipo V de Macedonia. Átalo tomó con sus guarniciones la isla de Andros y de Egina y, desde allí, fue convocado por Atenas mediante embajadas y su presencia fue honrada con sacrificios y festivales extraordinarios, además de con la institución de una tribu con su nombre. Esta tribu aún existía en época romana, pues Pausanias, en el siglo II d. C., aún la nombra. Cf. PAUS ., I 5, 5 y 8, 1 (tribu Atálide); I 36, 5-6; LIV ., XXVII 30, 11; XXXI 14, 6-11 y 15 (campaña de Átalo I en Grecia y embajadas de Atenas).
59 Estratocles, ateniense del demo de Diomea primero, destacó, curiosamente, como defensor de la democracia ateniense y uno de los principales promotores de la guerra lamíaca, contra el dominio macedonio. Sin embargo, esto no impidió que luego se convirtiera, como vemos aquí, en uno de los principales agentes del poder de Demetrio Poliorceta en Atenas, proponiendo multitud de decretos. Cf. DIOD ., XX 46, 2 y SIG 3 326, 328 y 347 (algunos de los decretos a su nombre).
60 No siempre Demetrio y, especialmente, Antígono se sintieron cómodos ante tanta adulación y encontramos testimonios, recriminando esta actitud en los atenienses. Cf. ATEN ., Banquete de los eruditos VI 62, 252f = FGrHist , 75, 1 (DEMÓCARES ). También este reproche aparece en el caso de miembros de la corte de Antígono y Demetrio. Cf. PLUT ., Máximas de reyes y generales 182 d-e (un joven orador, discípulo de Anaxímenes); 181 b-c.; Isis y Osiris 360c (el orador Teócrito de Quíos); PSEUD.- PLUT. , Máximas de reyes y generales 182c (Hermódoto, poeta de corte). La impresión general es que Antígono era mucho más comedido y sabía controlar a su hijo, como arma para su proyecto político, mientras que Demetrio se dejó llevar por las muestras de adulación que se le tributaban.
61 En ocasiones de las grandes fiestas panhelénicas, las ciudades enviaban delegaciones oficiales religiosas. Por tanto este honor concedido a Antígono y Demetrio era un claro reconocimiento de su divinidad («honras iguales a las de los dioses» son votadas por Sición en el 303 a. C., cuando fue refundada por Demetrio. Cf. DIOD ., XX 102, 2). En esta práctica Alejandro Magno constituye un precedente, pues los griegos enviaron estas delegaciones en el año 323 a. C. ante la presencia del conquistador. Cf. ARRIAN ., Anáb. VII 23, 2. Nuestro autor se refiere de manera exclusiva a los honores que se tributan a Antígono y Demetrio, pero también sabemos que las prostitutas, Leena y Lamia, y los generales Burico, Adimanto y Oxitémides recibieron igualmente honores divinos. Cf. ATEN ., Banquete de los eruditos VI 62, 252f-253b = FGrHist , 75 F1 (DEMÓCARES ).
62 Es decir, los embajadores que están encargados de ir a Delfos.
63 Cf. PLUT ., Nic. 7-8; para encontrar una descripción muy parecida. El demagogo Cleón estuvo al frente del partido popular ateniense hasta su muerte en el 422 a. C.; pero siguió siendo uno de los principales objetivos de la crítica del comediógrafo Aristófanes.
64 También llamada de otra forma en ATEN ., Banquete de los eruditos XIII 596f.
65 En el 322 a. C., en el transcurso de la guerra lamíaca, en una batalla naval, Atenas perdió la isla de Amorgos y finalmente lo poco que quedaba de su imperio naval en el Egeo. Cf. DIOD ., XVIII 15, 4.
66 Zona del noroeste de Atenas donde se encuentran, todavía hoy, los restos del antiguo cementerio de Atenas, fuera de los muros de la ciudad.
67 Caballeros 382.
68 Es decir, un canto que también fue interpretado tras la batalla de Corcira y Léucade contra Pirro de Epiro. En ese recibimiento, en el año 290 a. C., los atenienses cantaron un itífalo en honor de Demetrio, en el que se le llamaba hijo de Posidón y Afrodita. Cf. ATEN ., Banquete de los eruditos VI 253d-f (= FGrHist 76 F13; DURIS DE SAMOS ) y ATEN ., Banquete de los eruditos VI 253 b-d (= FGrHist. 75 F2 DEMÓCARES DE LEUCÓNOE ). PLUT ., Pirro 10 y 40 (expedición de Demetrio).
69 Cf. FGrHist 328 F166 (FILOCORO ).
70 Cf. POLEMÓN F 7 Peller.
71 Se trata de las más importantes fiestas anuales en honor a Dioniso, que se celebraban entre marzo y abril y eran el contexto en el que competían los más importantes poetas trágicos y cómicos de la época.
72 Este dato es falso. Aunque se celebraron festivales en honor a Demetrio llamado Demetrias, instituidas en el año 294 a. C., las Dionisias siguieron celebrándose, conjuntamente con las primeras. Cf. IG II/III2 649.
73 El peplo se transportaba en un carro en forma de nave, tal como podemos comprobar en una inscripción en honor al cómico Filípides, IG II-III2 657, 135 (= SIG 3 374 l, 13-5), que testimonia la reparación del carro en 299-298 a. C. a petición de este poeta cómico.
74 Como hemos dicho, el festival de las Grandes Dionisias se celebraba en el mes de marzo, cuando se supone que hacía buen tiempo.
75 Sobre los beneficios que consiguió Atenas tras la intervención de Filípides, especialmente tras la batalla de Ipso en el 301 a. C., cf. IG II-III2 657 (= SIG 3 374), en donde se detallan los pormenores: en concreto, se entregaron 10.000 medimnos de trigo a la ciudad, los soldados atenienses mercenarios en las tropas de Antígono fueron perdonados, liberados (si eran prisioneros de Lisímaco) o enterrados debidamente (si ya estaban muertos); y a Filípides se le concedió la victoria en las Dionisias de ese año, se le erigió una estatua en el teatro de Dioniso, y se le otorgó la proedría y la manutención en el pritaneo.
76 CAF III A. Estas voces de condena también se escuchan en inscripciones, como aquél en honor de Demócares (conservado por PSEUD.- PLUT ., X Vida de los diez oradores 851e) o en honor a Calias de Esfetos.
77 Primera mención en esta vida del personaje de Lisímaco: empezó como miembro de la guardia personal de Alejandro Magno (en este contexto se insertaría el episodio del león, que cuenta Lisímaco en los capítulos siguientes), pero, tras la muerte de Alejandro Magno, fue nombrado sátrapa de Tracia y la costa noroccidental de Asia Menor. Se proclamó rey en el 305 a. C. Enemigo político de Antígono y Demetrio, participó en la batalla de Ipso y, desde el 295 a. C. al 285 a. C., su estrella fue en ascenso, con la incorporación a sus dominios de los territorios de Macedonia y Tesalia, pero murió en la batalla de Curupedion contra Seleuco I en el 281 a. C. En la obra de nuestro autor, así como en otras fuentes, Lisímaco se presenta como un rey torpe y orgulloso, aunque la bibliografía moderna tiende a destacar la personalidad de un hábil político y administrador. Cf. F. LANDUCCI , Lisimaco di Tracia nella prospettiva del primo ellenismo , Milán, 1992, H. S. LUND , Lysimachus: a study in early Hellenistic Kingship , Routledge, Londres-Nueva York, 1992; C. FRANCO , Il regno di Lisimaco: strutture amministrative rapporti con le città , Giardini, Pisa, 1993.
78 Dramoclides, como Estratocles, era de Esfeto y, como él, era un demagogo corrupto. Cf. PLUT ., Consejos políticos 798e; Sobre la fortuna o virtud de Alejandro 338A.
79 Probablemente se esté refiriendo a los escudos procedentes de las 1.200 armaduras que Demetrio envió a los atenienses tras su gran victoria en el 306 a. C. en Chipre.
80 Euthidike en DIOD ., XX 40, 5. No se sabe mucho más de esta mujer que estaba emparentada con el héroe de la batalla de Maratón del 490 a. C. Esta mujer ateniense se había casado en el 309 a. C. con Ofeles, el gobernador de Cirene, colocado allí por Tolomeo I en el año 322 a. C.; pero Ofeles murió poco después en 308 a. C. a manos de Agatocles, el tirano de Siracusa. En el capítulo 53 se habla de un hijo nacido del matrimonio de Demetrio y Eurídice.
81 Fila era la hija de Antípatro y hermana de Casandro y su primer marido fue Cratero. Cuando Demetrio se casó con ella, tenía tan sólo diecisite años, mientras que Fila era mayor con él. Su carácter equilibrado, prudente y reflexivo, en claro contraste con Demetrio, fue apreciado ya por su propio padre Antípatro, que la tuvo a su lado como consejera. Cf. DIOD ., XIX 59, 3-6. Algunas fuentes hablan de la institución del culto a Fila Afrodita y la construcción de un templo en su honor en Atenas. Cf. ATEN. , Banquete de los eruditos VI 254 a y 255c. Demetrio tuvo con ella a Antígono II Gonatas, el sucesor de Demetrio, y a Estratónice, que se casó con Seleuco, poco después de la batalla de Ipso.
82 Antípatro fue designado rey de Macedonia, durante la expedición de Alejandro Magno a Asia Menor, y quedó como tal tras la muerte de este último.
83 Cratero se casó con Fila en el 322 a. C. (cf. DIOD ., XVIII 18, 7), pero murió en Cardia derrotado por Eumenes en el año 320 a. C. No hay que confundir a este Cratero con el hijo de Cratero y Fila, también llamado Cratero, que fue criado en la corte de Demetrio junto con el futuro Antígono II Gonatas, al que hemos hecho mención en una nota anterior.
84 Cratero, en efecto, era uno de los más importantes generales de la corte de Alejandro Magno y pertenecía a una familia aristocrática de rancio abolengo en Macedonia. Sobre ese afecto, cf. PLUT ., Eum. 6.
85 Fenicias 395.
86 Se refiere a la medida del verso. El verso de la tragedia en los parlamentos está escrito en trímetros yámbicos. Lo que hace nuestro autor es cambiar levemente el final del verso (gametéon por douleutéon) , respetando este mismo esquema cuantitativo (breve-larga-breve-larga, etc.).
87 Entre las mujeres a las que se refiere Plutarco, se encuentran Deidamía, la hermana de Pirro de Epiro, que mencionará en el capítulo 25, y Tolemaida, la hija de Tolomeo, mencionada en el capítulo 32. No menciona nuestro autor, sin embargo, a Lanasa, la hija de Agatocles, que había sido anteriormente esposa de Pirro de Epiro. Cf. PLUT ., Pirro 10.
88 Chipre estaba en manos de Tolomeo I. Años antes, había emprendido una serie de campañas en Mediterráneo y conquistó esta isla, la isla de Cos y Andros y atacó la costa de Cilicia Traquea. En el caso de Chipre, eliminó al tirano local, Nicocles, y a toda su familia, acusados de colaborar con Antígono. Cf. DIOD ., XX 19, 3; 21, 1-2; 27, 1-3; 37, 1-3.
89 Corinto y Sición habían sido entregadas por Cratesípolis a Tolomeo en el año 308 a. C.
90 En Cilicia. Cf. DIOD ., XX 47, 1.
91 Según otras fuentes, Tolomeo llegó a Cition, a 200 estadios de Salamina de Chipre con 140 naves de guerra y 200 naves de carga con 10.000 hombres. Al frente de las tropas estaría Menelao, el hermano de Tolomeo, y Leontisco. Cf. DIOD ., XX 47, 7; 49, 1-2; JUST ., XV 2, 6-7.
92 Son muchas las anécdotas que tienen como protagonista a esta prostituta. Se cuenta que Lamia gastaba el dinero de las arcas públicas de Atenas en perfumes y flores, que se vertían y lanzaban a su paso por la ciudad. Cf. ELIANO, Miscelánea Histórica IX 8. Tal debía de ser la influencia de Lamia sobre Demetrio, que las fuentes afirman que era venerada como Lamia-Afrodita en Atenas, Tebas y, probablemente, en Sición (donde se había construido un pórtico en su honor). Sobre Lamia, de la que hablara nuestro autor en los capítulos 19, 24, 25 y 27; cf. FGH III p120 F15 (POLEMÓN ) ATEN ., Banquete de los eruditos VI 326b; XIII 577c-f. Se conserva una carta ficticia de Lamia dirigida a Demetrio, escrita por ALCIFRÓN (Alc. 16), donde se admira de compartir lecho con «el terror de Macedonia, Grecia y Tracia», al que siempre ve «con sus guardias, tropas, embajadores y diademas» y le pide que, por favor, no olvide el banquete que le tiene preparado en honor a Afrodita. En otra carta (Alc. 17), la cortesana Leoncio pide consejo a Lamia para evitar el asedio del filósofo Epicuro: es tan tenaz con ella, como Demetrio Poliorceta lo es con las ciudades.
93 Narrada igualmente de manera pormenorizada en DIOD ., XX 47, 1-2 y 7-8; 48, 1-52, 6.
94 Ya hemos hablado de este personaje en el capítulo 9 y su papel como mediador en la liberación de Atenas.
95 Se entiende que para que todos lo oyeran y él se convirtiera en el protagonista de la función. Es muy interesante la inteligente respuesta de Antígono.
96 Aunque Antígono y Demetrio ya habían sido divinizados, ésta es la primera proclamación en público que se hace de Antígono como rey, tras la victoria de Chipre, cuyas consecuencias vamos a ver analizadas en los párrafos siguientes.
97 Parecido es el relato que aparece en otras fuentes sobre esta época. Cf. JUST ., XV 3, 10-13; DIOD ., XX 53, 2-4; APIANO, Sir . 54. Además de proclamarse como rey, Antígono intentó afirmar sus pretensiones de dominar el Mediterráneo con la fundación de la ciudad de Antigonia en Orontes (Siria). Antigonia, fundada en el 307 a. C., fue estratégicamente importante para la campaña de Chipre, pues permitía controlar el mar entre Siria, Egipto y las comunicaciones terrestres con Babilonia. Allí recibió Antígono la noticia de la victoria de Demetrio y es probable que allí se escenificara la oficial proclamación con los juegos atléticos y musicales que mencionan las fuentes. Cf. DIOD ., XX 47, 5-6; 53, 2; 73, 1; 108, 1.
98 Lo que pretende Antígono es invadir Egipto y apoderarse de él. Estamos en el año 306 a. C.
99 Medeo de Larisa es otro de los grandes personajes de la corte de Antígono y su hijo Demetrio. Pertenecía a una de las importantes familias aristocráticas de Tesalia (su abuelo había sido dinasta de Larisa, pues Tesalia era dependiente de Macedonia, en el 394 a. C. Cf. DIOD ., XIV 82), fue amigo personal de Alejandro Magno y estuvo a su lado en campaña hasta los últimos días de éste. Cf. ARRIANO, Anáb . XXIV 4-XXV 1; DIOD ., XVII 117, 1; PLUT ., Alej. 75; JUST ., XII 13, 7. Tras la muerte de éste, se alió a Antígono, contra Casandro y Tolomeo, desde el año 313 a. C. en la guerra por el dominio de Grecia y el Egeo. Cf. DIOD ., XIX 69, 3; 77, 3-8; 77, 2; JUST ., XII 13, 7. En la corte de Demetrio, fue un importante general en la batalla de Chipre en el 306 a. C. antes de atacar poco después Egipto. Cf. DIOD ., XX 50, 3. Medeo, además, era un cortesano culto, pues fue el autor de una obra sobre la geografía de Armenia. Cf. FGrHist 129 (MEDEO ). Medeo y su hijo Oxitémides aparecen nombrados en una inscripción de Atenas, recibiendo todo tipo de honores por su colaboración en la liberación de Atenas. Cf. IG II-III2 498 = SIG 3 342. Oxitémides acabó como uno de los principales integrantes de la corte de Demetrio. Cf. SIG3 343 DIOD ., XXI 15; ATEN ., Banquete de los eruditos VI 253a; XIII 578b.
100 Carrera de ida y vuelta a lo largo del estadio.
101 Sobre la campaña en Egipto en el año 306 a. C., cf. DIOD ., XX 73-76; PAUS ., I 6, 6.
102 Poco después, murió en el año 301 a. C. a la edad de ochenta y un años, tal como testimonia JERÓNIMO DE CARDIA (FGrHist 154 F8), o a la edad de los ochenta y seis años, según el testimonio de PORFIRIO (FGrHist 260 32, 4).
103 Ambas islas eran famosas por la calidad de sus vinos. El chiste consiste en un juego de palabras basado en el doble sentido de rheuma , « reuma/corriente» (scil. de vino).
104 Referencia vaga y general que engloba a todos aquellos pueblos que se encontraban en lo que es ahora Ucrania.
105 Puede que se esté refiriendo a Antíoco IV Epifanés, concido por esta afición. Cf. POL ., XXVI 1, 2.
106 Aéropo II fue rey de Macedonia a comienzos del siglo IV a. C.
107 Átalo III reinó poco tiempo (138-133 a. C.) y murió sin descendencia. Fue el último de los soberanos de la dinastía atálida de Pérgamo y su reino fue legado a Roma. Esa afición de Átalo III por las plantas y sus propiedades sanadoras está confirmada por otras fuentes: PLINIO (NH XVIII 22) lo menciona como uno de los reyes que escribió un tratado sobre la agricultura. Es destacable que Nicandro de Colofón formara parte de la corte de Átalo III y que sus grandes obras sobre los tóxicos de origen vegetal (Alexiphármaka) y de origen animal (Theriaká) estuvieran dedicadas a este soberano.
108 El imperio parto fue un pueblo que dominó grandes extensiones de Asia central hasta el noroeste del mar Negro. Fue uno de los grandes enemigos del Imperio Romano, especialmente en la disputa por la posesión de Armenia y otros reinos limítrofes, hasta que fueron sustituidos por los sármatas y su civilización se extinguió.
109 La llamada helépolis (scil. «toma-ciudades») fue una torre de asedio utilizada por primera vez en la guerra de Demetrio contra Tolomeo en Salamina, Chipre, un año antes. Cf. DIOD ., XX 48. El autor de este ingenio, según otras fuentes, fue el ateniense Epicamo, personaje del que, por otra parte, no sabemos nada más. Cf. VITRUBIO, X 164, ATENEO EL MECÁNICO, 27, 2.
110 Solos es una localidad costera que se encuentra en la costa sur de la moderna Turquía, en lo que era la antigua provincia romana de Cilicia, en las riberas del río Latmo. La zona de Cilicia estuvo ocupada por Demetrio y Antígono desde el 299 a. C.; pero no se sabe nada de esta batalla.
111 La posición de la república de Rodas era estratégica en el Mediterráneo. Celosos de su independencia, intentaban ser neutrales en su trato con los diádocos, pero era reconocida su especial relación con Tolomeo. Ésta fue la razón del ataque de Demetrio. El asedio de Rodas duró dos años (305-304 a. C.). Cf. DIOD ., XX 82-8 y 91-100; FGrHist , 533 F2.
112 Estas medidas equivalen respectivamente a unos 22 m de lado en la base por 40 m de altura.
113 Alrededor de 17 kg (una mina = 425 g).
114 Una posible identificación de esta persona podría ser la de un tal Zoilo de Beocia, que es colocado al mando de la guarnición de Egóstena por Demetrio según reza una inscripción. Cf. SIG 3 331. Demetrio y Antígono supieron nutrir su corte de personajes expertos (technîtai) en los últimos avances en ingeniería militar: las fuentes (VITRUBIO X 15, 2-6, ATENEO EL MECÁNICO 21, 2) mencionan también, en la corte de Antígono y Demetrio, a un tal Hegétor de Bizancio, creador de manteletes en forma de tortuga, usados para defender posiciones en Rodas.
115 Es decir, 51 kg (un talento = 25,5 kg).
116 Es decir, 25 kg.
117 Alcimo lideró junto con Mantias, otro hombre de confianza de Demetrio, un pequeño contingente de 1.500 hombres que se introdujo en el ágora de Rodas. Con ese frente abierto, los rodios estarían demasiado ocupados para defenderse de un segundo ataque de Demetrio. Sobre la muerte de Alcimo el epirota, cf. también DIOD ., XX 98, 9. Alcimo el epirota fue honrado por los atenienses en el 306 a. C. en uno de sus decretos, parcialmente conservado, aunque no sabemos qué tipo de honores recibió o qué utilidad tuvo su intervención en Chipre a favor de los atenienses. Cf. IG II-III2 773.
118 La anécdota se refiere a Filipo II de Macedonia y a su mujer. Cf. PLUT ., Consejos políticos 799e; APULEYO, Apol. 86.
119 Protógenes del Cauno fue un pintor del siglo IV a. C., procedente de esta ciudad de la costa caria en Asia Menor, que acabó sus días en la isla de Rodas. Sus obras se encontraban repartidas por todo el territorio griego, pero las más reconocidas se encontraban en Rodas y Atenas. Sobre esta anécdota, muy comentada en la Antigüedad clásica, cf. PLUT ., Máximas de reyes y generales 183A-B; ESTRAB ., XIV 652, ELIANO, Miscelánea Histórica XII 41.
120 Yaliso fue el fundador de la ciudad rodia del mismo nombre. Probablemente el tema del cuadro no fuera un retrato alegórico, sino un tema de historia que narraba la fundación de la ciudad; de ahí la complejidad de la composición y el tiempo invertido para terminarlo.
121 Apeles es el famoso pintor de corte de Alejandro Magno.
122 Plutarco se refiere al gran incendio de Roma durante el imperio de Nerón. El cuadro estuvo durante mucho tiempo en Rodas y CICERÓN (Orador II 5) aún lo contempla allá. Fue trasladado a Roma en época imperial y, según PLINIO EL VIEJO (Historia Natural XXVI 102), fue depositado en el templo de la Paz.
123 Cf. DIOD ., XX 98-99.
124 El único paso de acceso natural para el sur de Grecia, desde el norte, que se encontraba entre el monte Eta y el golfo Malíaco.
125 Se trata de Heraclea Traquinia, ciudad vecina a las Termópilas, no lejos del golfo Malíaco.
126 Demetrio, por tanto, conquistó una vasta zona de Grecia, con las excepciones señaladas por nuestro autor, y se dedicó a la reconstrucción de las ciudades sometidas. En el caso de Tebas (una ciudad sometida y arrasada por Casandro años antes) Demetrio Poliorceta invirtió las riquezas, conseguidas en la campaña de Rodas, en la reconstrucción de la ciudad. Cf. DIOD ., XX 100 5, 6; ATEN ., Banquete de los eruditos VI 253b; SIG 3 337.
127 Uno de los puertos de Corinto, que se encontraba en el lado oriental. El occidental era el del Lequeo.
128 En esa ocasión Demetrio también devolvió a los atenienses la ciudad de Óropo, también tomada de los beocios en manos de Macedonia. Cf. PAUS ., I 35, 2.
129 Cámara trasera de los templos griegos.
130 Para esta anécdota, cf. también FRONTINO, Estrat . IV 1, 10.
131 Se mencionan entre sus favoritas también el nombre de Manía y Leena. Cf. ATEN ., Banquete de los eruditos XIII 578 b-e (= MACAÓN Gow fr. 14) y XIII 579 a-c (= MACAÓN Gow fr. 145); y también, sobre Lamia, cf. ATEN. , Banquete de los eruditos XIII 577 d (= MACAÓN Gow fr. 13). Como se puede leer en estos fragmentos, el trato carnal de Demetrio con estas prostitutas era uno los blancos preferidos de las críticas, que sobre nuestro personaje vertían los cómicos de la época. Los fragmentos citados hacen referencias al mal olor del miembro viril de éste y a las proezas sexuales de Lamia, Manía y Leena en el lecho con él, de una manera absolutamente descarnada y procaz.
132 Personaje que sólo menciona nuestro autor.
133 Donde Demetrio Poliorceta tendría la costumbre de admirar su cuerpo. Como bien se sabe, era una costumbre griega y no resultaba extraño que los efebos se ejercitaran desnudos y que allí entablaran conversación con sus amantes.
134 Descendiente del famoso demagogo Cleón.
135 Se refiere a Demócares de Leucónoe, sobrino de Demóstenes. Orador, como su tío, fue luego un personaje de relevancia política en Atenas entre los años 287 a 270 a. C. y escribió una historia tomando como base esa experiencia. Cf. PLUT ., Demetr. 30; PSEUD.- PLUT ., Vida de los diez oradores 847D-E, CIC ., Brut . 83. Sobre Demócares, el contexto político, su biografía y los fragmentos existentes de su obra, cf. G. MARASCO , Democare di Leuconoe. Politica e cultura in Atene fra IV e III sec. a. C. (coll. Studi e Testi, 4) , Università di Firenze, Florencia, 1984.
136 La respuesta de Demócares refleja que Estratocles obra así no sólo por adulación, sino por miedo a Demetrio.
137 Literalmente la llamada «la costa», es la designación que se utiliza por historiadores y geógrafos para hablar de la región oriental de la Argólide, en la que se encuentran ciudades como Epidauro, Trecén, Hermíone y otras. Cf. POL ., V 91, 8; ESTRAB ., VIII 8, 5, pág. 389; DIOD ., XII 43, 1.
138 Otras versiones en cambio insisten en que las conquistas se realizaron por la fuerza de las armas. Cf. DIOD ., XX 102-103 y POLIENO, Estrat. IV 7, 3 y 8.
139 En torno a junio o julio del año 303 a. C. Las fiestas eran en honor a Hera, la diosa más importante de la ciudad de Argos, cuyo santuario se encontraba extramuros.
140 Sobre la Demetrias-Sición, la ciudad que vio nacer a Arato y que él liberó, cf. la nota correspondiente en la Vida de Arato .
141 Nuestro autor recuerda aquí la famosa Liga de Corinto, que había sido fundada en los años 338-337 a. C. por Filipo II tras la batalla de Queronea. Fue reconstituida como tal en la primavera del año 302 a. C. y principalmente quedó en manos de Demetrio Poliorceta como un instrumento político-militar, para enfrentarse al rey macedonio Casandro. Cf. IG IV2 68 III.
142 Seleuco, que había quedado al cargo de las provincias orientales, efectivamente, poseía en su ejército numerosos elefantes. Durante un cierto tiempo estuvo enfrentado con el rey indio Chandragupta, de la dinastía Maurya, por la posesión del valle del Indo. En un acuerdo de cesión de esos terrenos, Seleuco recibió, a cambio, los elefantes.
143 Agatocles era tirano de Siracusa en Sicilia y extendió su poder por toda la isla desde el año 371 al 289 a. C.
144 Una referencia algo curiosa y oscura, pues como se sabe, Lisímaco tuvo varios hijos, entre ellos, uno llamado Agatocles (cf. capítulo 31). Lisímaco era rey de vastos territorios, pero tenía un tesorero Filetero, que custodiaba su tesoro en la ciudad de Pérgamo y que, efectivamente, era un eunuco. Filetero traicionó a Lisímaco y se pasó al bando de Seleuco en la batalla de Curupedion que enfrentó a ambos soberanos. Posteriormente fundó el reino atálida de Pérgamo (283-263 a. C.) que legó Eumenes I (263-241 a. C.), un sobrino de su hermano menor, pues él, como eunuco, no podía tener hijos. Sobre Filetero y la dinastía atálida, cf. ESTRAB ., XIII 4, 1-2, 623-624; LIV ., XXXIII 2, 1-3; PAUS ., I 10, 3-5. Teniendo en cuenta la mala idea de Demetrio, que poco después critica a Arsínoe, la esposa de Lisímaco que también le traicionó, puede que esté haciendo una referencia velada y retorcida a los miembros de la corte de Lisímaco y sus insidias, que perjudicaban a Lisímaco y le restaban fuerza.
145 Lisímaco está haciendo referencia a la dignidad que ha llegado a alcanzar una simple hetera en Atenas. En época clásica, en la época de mayor gloria del teatro ateniense, los actores y los miembros del coro eran varones ciudadanos atenienses (los actores profesionales aparecen en época posterior), que interpretaban todos los papeles, incluso los femeninos. Esa misma restricción se podría aplicar al público que asistía a las representaciones.
146 La misma anécdota aparece en FILARCO . Cf. ATEN. , Banquete de los eruditos VI 78 216b (= FGrHist 81 31; en referencia a los apodos de los reyes) y XIV 3 614e-615a (= FGrHist 81 12; en referencia a Lamia). Demetrio hace alusión a la mujer de Lisímaco, Arsínoe II, hija de Tolomeo I y de Berenice. No deja de haber una cierta ironía en esta imagen de la reina de Tracia como una niña-mujer paciente y fiel, mientras que su marido estaba en guerra con los otros reyes: cuando se casaron, Arsínoe, nacida en el 316 a. C., tendría poco más de veinte años, mientras que su marido, nacido el 360 a. C., ya tendría los cincuenta. Se cuenta que Arsínoe se enamoró de Agatocles, el hijo de Lisímaco y de Nicea (hija de Casandro), y que, rechazada, acusó a Agatocles ante su padre y éste lo mandó ejecutar. Además de Agatocles, fueron ejecutados todos los cortesanos que estaban a favor de él, así que, cuando Lisandra fue a la corte de Seleuco I, Lisímaco era un rey impopular. Cf. ESTRAB ., XIII 623; JUST ., XVII 1, 1-12; PAUS ., I 10, 3-4.
147 Hacían falta al menos dos años para poder estar admitido completamente en los misterios eleusinos. Los diversos grados de iniciación eran los siguientes: tras la iniciación, el postulante era admitido en las misterios menores que se celebraban en Agra en el mes de febrero; después se celebraban los misterios mayores en Eleusis en el mes de septiembre; y, finalmente, un año después, se llegaba al grado más alto de la iniciación, la llamada epoptía .
148 El daduco o «portador de la antorcha» era un sacerdote del culto eleusino de carácter hereditario. Algunas de las opiniones contrarias a Demetrio y que fueron vertidas por Pitodoro, se encuentran en las fuentes de nuestro autor. Cf. FGrHist 328 F69-70 (FILOCORO ).
149 El mes de Muniquia era el de abril. Por tanto, se había pasado la fecha para la iniciación en Agra.
150 Los atenienses aceptaron de buen grado esta anomalía, en consideración a los beneficios que habían conseguido los ciudadanos de parte de Demetrio. Cf. DIOD ., XX 110, 1.
151 Frag. 25, Edmonds, IIIA, pág. 178.
152 El historiador Linceo de Samos era hermano del también historiador Duris de Samos. Compuso obras en prosa y también comedias. Entre esas obras se encuentran unas Deipnetikaí epistolaí (Epístolas Conviviales), en las que hay una carta que contiene una descripción de ese suntuoso banquete ofrecido por Lamia a su amante Demetrio. Cf. ATEN ., Banquete de los eruditos IV 128 a-b.
153 Ésta es una alusión a la máquina «toma ciudades» que usaba Demetrio en los asedios.
154 Es el único testimonio que tenemos de un tal Demócares de Solos. Es probable que Plutarco en realidad se refiera al de Atenas, al que ha nombrado en esta vida.
155 Lamia era uno de esos seres monstruosos que vagaban en la noche, según la mitología popular (de ahí que se refieran a Demetrio por ese nombre de «Mito»), en busca de niños para chuparles la sangre.
156 La respuesta de la embajada de Demetrio es una nueva burla contra un caduco Lisímaco y sus pretensiones de recoger el testigo de Alejandro Magno. Lisímaco tenía muy a gala el haber sido capaz de vencer a ese león: Alejandro Magno le pidió que se enfrentara al león, porque Lisímaco había defendido a su maestro el filósofo Calístenes, cuando fue condenado por desacato. Cf. JUST ., XV 3, 1-6. Este episodio del león, además, está ampliamente tratado por la tradición literaria. Cf. PAUS ., I 9, 5; JUST ., XV 3, 7-8, PLIN ., Historia Natural VIII 21, 54. En las monedas acuñadas durante su reinado, Lisímaco aparece con frecuencia en compañía de esta fiera.
157 «Pueblo» y «Locura» en griego. Clara referencia a la pasión que debía de despertar en el alma de Demetrio esta hetera, que, sin embargo, ofrecía sus servicios a cualquier persona de la ciudad, como parece sugerir su apodo.
158 Demetrio, indudablemente, se está refiriendo a la habilidad de Lamia como flautista, pero la ambigüedad de la pregunta permite que se interprete de otra manera.
159 Viniendo a decir: «Es ya tan vieja mi madre, que incluso pagaría por acostarse con alguien».
160 Rey de Egipto del siglo VIII a. C. cuya sabiduría y justicia eran proverbiales. Cf. DIOD ., I 45, 2; 65, 1; 79, 1-3; 94, 5. PLUT ., Sobre la falsa vergüenza 529e.
161 Como Plutarco ha dicho en los capítulos anteriores, Antígono tenía ya más de ochenta años, pero sus contrincantes en la batalla de Ipso no eran todos especialmente más jóvenes que él: Lisímaco (360-281 a. C.) tenía cincuenta y nueve años, Tolomeo I Soter (360-283 a. C.) tenía cincuenta y nueve años y Seleuco I Nicátor (358-281 a. C.) tenía cincuenta y siete años. Todos ellos eran de la misma generación y algunos habían participado en las campañas de Alejandro Magno como generales. De los más jóvenes contrincantes de Antígono (si descontamos a Demetrio o a Pirro) era Casandro (350-297 a. C.), el rey de Macedonia, el hijo de Antípatro, que tenía cuarenta y nueve años.
162 Es decir, preguntaba cuándo iban a retirarse.
163 La trompeta que anuncia el comienzo de la lucha.
164 Plutarco está narrando la famosa batalla de Ipso del 301 a. C. Sin embargo la localización exacta del lugar, en Frigia, se desconoce.
165 El futuro Antíoco I Soter era hijo de Seleuco y de Apama, la primera mujer de este rey, y fue nombrado corregente en el 294 o en el 293 a. C., hasta que sucedió a su padre en el 231 a. C., tras su muerte.
166 Es la única mención de este leal servidor de Antígono. Es probable que perteneciera a la aristocrática familia de los Alévadas de Tesalia. De hecho, hay un anterior Torax de Tesalia que, según HERÓDOTO (VII 6; IX 1; IX 58), durante las guerras médicas fue tágos (comandante) de las fuerzas de esta región.
167 El acuerdo es el siguiente: Casandro se quedó con Macedonia y Grecia, Lisímaco con Tracia y Asia Menor, hasta el Tauro; Seleuco añadió Frigia, Capadocia, Armenia y Mesopotamia a sus dominios en Babilonia; y, finalmente, Tolomeo incluyó Celesiria, un territorio reclamado por Seleuco, en su reino de Egipto. Este último punto será un continuo motivo de conflicto entre ambos reinos y se enfrentarán militarmente a lo largo de varios siglos en las llamadas guerras sirias. Tras la batalla de Ipso del 301 a. C., Demetrio sólo conservó algunos puestos importantes en el mar como las Cícladas, Tiro, Sidón Chipre y algunas ciudades de Asia Menor (como Éfeso, Lámpsaco, Clazomene, Mileto) y Grecia (como las recientes conquistas de Corinto, Mégara), pero no tenía realmente un gran poder territorial. Cf. DIOD ., XXI 1, 2-5; JUST ., XV 4, 21-23.
168 Allí, en la ciudad, estaba en manos de un hombre de su confianza, Diodoro, aunque luego cedió la ciudad a Lisímaco y Éfeso pasó a llamarse Arsinoeia, en honor a su esposa Arsínoe. Cf. POLIENO, IV 7, 1-4. Según DIODORO (XXI 1 4b), en su huida siguió otro itinerario: hubo una etapa en Cilicia, donde recogió a su madre Estratónice, y luego se dirigió a Salamina, la capital de Chipre.
169 En relación con este pasaje, se ha de traer a colación la actitud que tuvieron los galos mercenarios al servicio de Pirro, cuando invadieron Macedonia y se apoderaron de la ciudad de Egias. No respetaron ni tan siquiera las tumbas reales de los monarcas antiguos y las profanaron. Cf. PLUT ., Pirro 26.
170 La llamada Liga de las Islas fue fundada en el 314 a. C. con capital en Delos y estaba integrada por las islas del Egeo, a excepción de Cos, Melos y quizá Egina, que estaban en manos de Tolomeo. Era aliada de Antígono el Tuerto y de Demetrio. Al igual que en el caso de la Liga de Corinto, éste era un instrumento político-militar para controlar los territorios occidentales del imperio que intentaban construir. Entre los años 287-284 a. C., esta liga pasó a manos de Tolomeo II.
171 Aunque los atenienses, tras la derrota de Ipso, ya habían entrado en contacto con otros reyes, como Lisímaco y Casandro. Cf. SIG 3 362 y 374.
172 Lisímaco se casó con Arsínoe II (316-270 a. C.; la que luego se casaría con su hermano Tolomeo II Filadelfo) y Agatocles se casó con Lisandra. Ambas eran hijas de Tolomeo I Soter, pero la segunda era hija de Eurídice, la hija de Antípatro y hermana de Casandro, y la otra era hija de Berenice, noble macedonia del séquito de Eurídice, que conquistó el corazón del rey de Egipto.
173 Plistarco había participado en la campaña contra Antígono. Cf. DIOD ., XX 112.
174 Esta localidad era una plaza fuerte de Cilicia, donde había sido transferido el tesoro real de Susa. Tras la muerte de Eumenes, este tesoro había quedado en manos de Antígono, el padre de Demetrio. Cf. DIOD ., XVIII 62, 2; XX 108; PLUT ., Eum. 13.
175 Ciudad sobre la costa septentrional de Siria.
176 Este pacto matrimonial fue anunciado por todo el mundo griego. Nicágoras de Rodas, en una inscripción de Éfeso (OGIS 10), fue enviado de parte de Seleuco y Demetrio a anunciar la buena nueva del pacto matrimonial.
177 Eran, por tanto, ambos hijos de Antípatro.
178 Aunque este pacto de familia con Tolomeo fue firmado poco tiempo después del matrimonio de Estratónice y Seleuco, Demetrio no se casará de verdad con Tolemaida hasta el 286 a. C., y en circunstancias muy distintas, tanto para Demetrio, como para Tolomeo. Sobre Tolemaida, cf. capítulo 46 y nota.
179 Realmente la India no formaba parte del reino de Seleuco. Antes incluso de la batalla de Ipso, Seleuco había firmado un tratado de paz con el rey Chandragupta, con el que se le cedía las satrapías de Alejandro que estuvieran al oeste del río Indo. Cf. ESTRAB ., XV 2, 9, pág. 724.
180 PLAT ., Leyes V 736e.
181 La tiranía de Lácares se sitúa cronológicamente en el año 296 a. C. Cf. PAUS ., I 25, 7.
182 Isla cercana a Atenas en el golfo Sarónico.
183 Lácares huyó en el año 294 a. C. de la ciudad de Atenas y se refugió en Beocia. Cf. PAUS ., I 25, 7; POLIEN ., IV 7, 5.
184 Epicuro de Samos se había trasladado a Atenas para fundar su escuela en 307-306 a. C. Cf. DIÓG. LAERC ., X 1.
185 Se cuenta que durante el discurso que Demetrio pronunció ante los griegos, cometió un barbarismo y añadió, a la cantidad prevista, 50.000 medimnos. Cf. PSEUD.- PLUT ., Máximas de reyes y emperadores 183 b.
186 Cf. el capítulo 46, en esta vida. La reforma de Demetrio Poliorceta consiste en el nombramiento y control de los arcontes por parte de Demetrio, echando mano especialmente de aquellos atenienses que gozaban del favor del pueblo. En efecto, se sabe, por las inscripciones, que Olimpiodoro fue nombrado dos veces seguidas arconte entre los años 294-292 a. C. Si Demetrio estuvo detrás de ese nombramiento, esto puede deberse a la imagen que Olimpiodoro tenía de salvador de la patria, pues participó activamente en las guerras contra Casandro. Cf. PAUS ., I 26, 3; X 18, 7; 34, 3.
187 Cf. también JUST ., XIV 5, 6; PAUS ., I 13, 4; VI 8, 5; POLIEN ., IV 7, 9. Arquídamo IV (300-260 a. C.), rey de la dinastía euripóntida en Esparta, sufrió esta derrota ante Demetrio Poliorceta en el 294 a. C., mientras compartía el poder con Areo I.
188 Fr. 259 Nauck.
189 Fr. 86 Diehl.
190 Casandro murió en el año 297 a. C. y también su hijo mayor, Filipo, unos pocos meses después en Elatea. Cf. FGrHist. 260, F3 y 5.
191 Antípatro, el hijo de Casandro, estaba casado con su prima, Eurídice II, hija de Lisímaco y de su primera mujer, Nicea (que, a su vez, era hermana de Casandro y de Eurídice I, la primera mujer de Tolomeo I). Por eso, cuando tuvo que huir de Macedonia, Antípatro huyó a la corte de Lisímaco. Allí no encontró el recibimiento que esperaba: fue ejecutado por el propio rey y su esposa fue encarcelada de por vida. Cf. JUST ., XVI 2, 4.
192 Tesalónica era hija de Filipo II de Macedonia y la tesalia Nicesípolis, con la que se casó Casandro, como una manera de legitimar su poder. Casandro fundó la ciudad de Tesalónica en honor a su mujer. Cf. DIOD ., XIX 52, 1; JUST ., 14, 6, 13; PAUS ., IX 73; ATEN ., XIII 557 c-d. Se dice que la reina madre, que quedó como regente, favorecía más la causa de su hermano Alejandro y, por eso, Antípatro la mató. Cf. JUST ., XVI 1, 2.
193 Pirro de Epiro pidió exactamente dos regiones de Macedonia, la Timfea y la Parabea; y, de las regiones conquistadas por Macedonia en territorio griego, Ambracia, Acarnania y Amfiloquia. Cf. DIOD ., XXI 7; PLUT ., Pirro 6.
194 Ciudad de Macedonia al pie del monte Olimpo y muy cerca del territorio de Tesalia.
195 Literalmente Plutarco sitúa la escena en el andron o la sala reservada para los hombres. Durante los banquetes que allí se celebraban, las únicas presencias femeninas que se permitían eran las de las heteras.
196 La capital de Tesalia.
197 Demetrio se convirtió así en rey de Macedonia en el 294 a. C. Sobre la muerte de Alejandro, el hijo de Casandro y Tesalónica, cf. también, PLUT ., Pirro 6; DIOD ., XXI 7; JUST ., XVI 1, 2; PAUS ., IX 7, 3.
198 Existe igualmente una referencia a un discurso ante la asamblea de los macedonios y a su contenido en JUSTINO (cf. XVI 18-19).
199 Se refiere en este caso a Alejandro Magno: Casandro fue responsable del asesinato de Olimpíade, la madre de Alejandro, en el 316 a. C., y, después, del asesinato de sus sucesores, Alejandro IV (junto con su madre Roxana) y de Heracles (hijo de Alejandro y de Barsine, a la que también Casandro asesinó); todo ello para hacerse con el poder y evitar la intervención de los herederos legítimos. Cf. JUST ., XV 2, 1-5; DIOD ., XIX 105, 2; XX 4; PAUS ., X 7, 2. Se cuenta incluso que Casandro pudo haber envenenado al propio Alejandro, precipitando con ello la temprana muerte del conquistador. Cf. JUST ., XII 14, 6.
200 Se refiere al padre de Fila y de Casandro.
201 Ese joven sería Antígono Gonatas, nacido en 320-319 a. C. y que sería el que le sucedería en Macedonia, inaugurando la dinastía antigónida. Volveremos a encontrarnos a este personaje, ya como rey de Macedonia, en la Vida de Arato . Sobre Antígono, cf. W. W. TARN , Antigonos Gonatas , Oxford University Press, Oxford, 1913 (2.a edición, 1969).
202 Es decir, de los bárbaros que pertenecían a la parte más oriental del reino seléucida. En efecto, Antíoco se casó con Estratónice en 294-293 a. C. y fue nombrado corregente de las regiones al este del Éufrates, cuya capital era Seleucia en el Tigris.
203 La hija de Seleuco I Nicátor y Estratónice se llamaba Fila, como su abuela materna. En el año 276 a. C. se convirtió en la esposa de su tío, el hermano menor de Estratónice, Antígono II Gonatas, y permaneció en Pella como reina de Macedonia.
204 Fr. 2, 7 Diehl.
205 Una versión más amplia se encuentra en APIANO, Guerra Siria 59-61. Probablemente, por este amor, Estratónice fue venerada como Afrodita Estratónice en las ciudades de Asia Menor, especialmente en Esmirna, donde su culto aún permanecía en época romana. Cf. , por ejemplo, OGIS 222, 228, 229, SIG 3 999. Otra inscripción (OGIS 14) pertenece a una estatua que Estratónice erigió precisamente en honor de su «amiga Arsínoe», con una historia familiar aún más extravagante: como dijimos, se había enamorado, sin ser correspondida, de su hijastro Agatocles, se casó con su hermanastro Tolomeo Cerauno y luego acabó casada con su hermano carnal Tolomeo II. Del matrimonio del futuro Antíoco I (a la muerte de Seleuco I) y de Estratónice nacieron Seleuco (ejecutado en el año 268 a. C. acusado de conspirar contra su padre), Antíoco II (el sucesor de Antíoco I, apodado Theós) , Apama y Estratónice. Esta última hija fue la esposa de su primo Demetrio II, el hijo de Antígono Gonatas y Fila.
206 En realidad, la región de Tesalia ya estaba en manos de Macedonia en época de Filipo II. Cf. ESTRAB ., IX 436. Lo que quizá quiere decir nuestro autor, es que Demetrio Poliorceta, que no es heredero legítimo, se va haciendo con el poder siendo aceptado en el reino de Macedonia y en sus dominios, de manera progresiva.
207 Cleónimo era tío del rey Areo I y fue su tutor durante su infancia. Cf. PLUT ., Ages . 3.
208 Písidas es identificado como liberador de la ciudad de Opunte en una inscripción.
209 Se refiere a Jerónimo de Cardia (364-260 a. C.). Su ciudad natal, en Tracia, fue destruida por Lisímaco y encontró refugio en la corte de Demetrio y su hijo, Antígono Gonatas, a los que sirvió como leal cortesano. Su obra historiográfica sobre esta época, lamentablemente perdida, es la principal fuente de consulta en esta y otras vidas; pero los autores que lo consultan le acusan de proporcionar una versión demasiado favorable a los reyes de la dinastía antigónida. Cf. PLUT ., Pirro 17 y 21; Eum. 12. Sobre Jerónimo de Cardia y su obra, Cf. J. HORNBLOWER , Hyeronimus of Cardia , Oxford, 1981.
210 Los polemarcos eran elegidos por votación popular. De nuevo Demetrio Poliorceta viola las normas de la libertad democrática, a pesar de presentarse como un liberador de Grecia.
211 Rey del pueblo de los getas, que vivían al norte del Danubio. Cf. DIOD ., XXI 11-13; ESTRAB ., VII 3, 8; PAUS ., I 9, 6; FGrHist. 434 F5 (MEMNÓN ); JUST ., XVI 1, 19. En el capítulo 52, nuestro autor mencionará la singular generosidad de trato de este rey para con su prisionero Lisímaco.
212 Cf. también PLUT ., Pirro 7. La campaña de Pirro fue en la primavera del 291 a. C. y se cebó en una ciudad que ya había sido conquistada y destruida por Alejandro Magno en el año 335 a. C. Su reconstrucción no sería acometida sino sólo diecinueve años después, en el 316 a. C., por Casandro.
213 El estadio equivale a unos 185 m.
214 El dominio etolio del santuario de Delfos debió iniciarse entre el 301 y el 298 a. C. y especialmente tuvo su auge en la celebración durante todo el siglo III a. C. del festival de las Sotería , un festival que festejaba la liberación de los griegos de las invasiones galas. Estas fiestas recordaban que fueron los etolios los que defendieron el santuario de Delfos. Cf . FLACELIÈRE , Les Aitoliens à Delphes , París, 1937.
215 Personaje sólo mencionado por nuestro autor.
216 La kausia era un sombrero de ala ancha propio de los sucesores legítimos de Alejandro Magno en la corte de Macedonia. Cf. POL ., IV 4, 5; PLUT ., Ant . 54, 8.
217 El actual Vardar que discurre cerca de Pela, la antigua capital de Macedonia.
218 Una anécdota muy parecida se cuenta del emperador Adriano. Cf. DIÓN CASIO, LXIX 6, 3.
219 Ares es el dios de la guerra. Se quiere decir, por tanto, que el poder ejercido con violencia sólo puede ser definido como absolutismo.
220 Fr. 6c Diehls. Cf. también PLUT. , Agis 14. Timoteo de Mileto (447-357 a. C.) fue un poeta lírico compositor de himnos, odas, ditirambos y nomos. Se conserva parcialmente Los Persas , una obra suya, en papiro.
221 Fr. 169, a 1-2 Snell-Maehler.
222 Od. XIX 179.
223 Literalmente, «el que sostiene la ciudad», es decir, el que la protege.
224 Literalmente, «el que asedia la ciudad», para conquistarla y destruirla.
225 Pela era la capital tradicional del reino de Macedonia, antes de que fuera desbancada por la más prospera Tesalónica.
226 Edesa, antiguamente Egas, se encontraba al noroeste de Pela y era la necrópolis de los reyes de Macedonia. Cf. PLUT ., Pirro 10.
227 Tolomeo IV (221-204 a. C.) de sobrenombre Filopator («el que ama a su padre»). Durante su reinado, plagado de extravagancias y excesos con el sobrenombre de Tolomeo-Dioniso (como el que aquí se detalla), habría que destacar el primer contacto de Roma con el Egipto lágida: en efecto, una embajada acudió con presentes para los soberanos a Alejandría, para asegurarse la alianza de Egipto contra Aníbal de Cartago. Cf. POL ., V 79.
228 Es decir, unos 124 y 21 metros, respectivamente.
229 Ciudad macedonia, al suroeste de Pela.
230 Los siete años que van desde el año 294 al 287 a. C.
231 Se refiere a la antigua Potidea, ciudad de la Calcídica, que fue refundada en el año 316 a. C. por Casandro en su honor. Cf. DIOD ., XIX 52, 2-3; ESTRAB ., VII frag. 25.
232 Frag. 787 Nauck2 .
233 EUR ., Bacantes 4-5.
234 Crates de Atenas, del demo de Tría, fue un filósofo que dirigió la Academia de Platón tras Polemón. DIÓG. LAERC ., IV 21-3. No se trata del otro famoso Crates de Malos.
235 En el año 286 a. C.
236 Eurídice, hija de Casandro y hermana de Fila, fue la primera esposa de Tolomeo I. De este matrimonio nacieron Tolomeo Cerauno, Lisandra y Tolemaida. Eurídice fue repudiada y Tolomeo I se casó con Berenice (la madre de Tolomeo II Filadelfo y Arsínoe II), prima de Eurídice, que había estado en el séquito al servicio de la reina como dama de honor. Eurídice emigró a Mileto y casó en el año 286 a. C. a su hija Tolemaida con el marido de su hermana, Demetrio.
237 Región del interior de Asia Menor, limítrofe con Capadocia.
238 Entre el mar Caspio y Mesopotamia.
239 El Lico se identifica con uno de los afluentes del Iris, al norte de Capadocia. Sobre este episodio, cf . POLIENO, IV 7, 12.
240 Edipo en Colono 1-2. Se ha cambiado el vocativo Antigóne (Antígona era la hija de Edipo y le había acompañado en su exilio), por el genitivo Antigónou.
241 Ciudad de Cilicia.
242 Demetrio era consuegro de Seleuco.
243 Patrocles era uno de los más influyentes generales de Seleuco, había participado en la batalla contra Demetrio en el 311 a. C., al mando de las tropas de Babilonia. Cf. DIOD ., XIX 100, 5.
244 Región de Capadocia, al norte de Cilicia.
245 Tipo de carro de origen persa, adoptado como arma de guerra por parte de los reyes de la dinastía seléucida. Cf. POLIBIO, V 53, 10.
246 Los montes de Amano, frontera natural que separa la región de Cilicia de Siria.
247 La Cirréstica era una región de la Siria occidental.
248 La región era un collado, cerca de la cordillera de Amano, que permitía la entrada de Siria a Cilicia y viceversa.
249 Cauno es una ciudad de Caria, cerca de Halicarnaso.
250 La carrera de Apolónides de Cízico se puede trazar entre los años 322-302 a. C., gracias a las inscripciones que se nos han conservado. En sus primeras actuaciones destacó como benefactor de los mercenarios atenienses derrotados en la batalla del Helesponto en el 322 a. C., durante la guerra lamíaca. Sin embargo, es su presencia en la liberación de Atenas del 307 a. C. (se le otorgó la ciudadanía ateniense en el demo del Pireo), en la victoria de Chipre en el año 306 a. C. y en la fundación de la Liga de Corinto, en el 302 a. C., lo que le hace merecedor de un puesto importante en la corte de Demetrio. Cf. IG II2 492; SIG 3 352; SEG XVI 58.
251 Es decir, hasta Apamea en Siria, ciudad de esta región. Cf. , para su localización detallada en la desembocadura del Orontes, ESTRAB ., XVI 2, 10. Sin embargo, otras versiones cuentan que Demetrio estuvo confinado en Pela. Cf. DIOD ., XVI 2, 10.
252 Cf. DIOD ., XXI 20.
253 Dromiquetes era un rey de los getas, un pueblo tracio, contra el que había iniciado una campaña Lisímaco, el rey de Tracia, para defender sus fronteras. La versión de los hechos difiere de una fuente a otra: algunos dicen que fue Agatocles quien fue, en realidad, hecho prisionero, otros que Lisímaco, y, finalmente, otros piensan que los dos fueron prisioneros de los getas. Cf. PAUS ., I 9, 8; DIOD. , XIX 73; XXI 12; JUST ., XVI 1, 19. La paz llegó con el matrimonio de Dromiquetes con la hija de Lisímaco y la cesión de los territorios que se encontraban al otro lado del Istro.
254 Probablemente el manto de púrpura sea el que Demetrio mandó tejer y que quedó inacabado. Estratónice, la hija de Demetrio y Fila, consagró en Delos el resto de las riquezas. Cf. IG XI2 199B l. 51.
255 Jenofante de Tebas es reconocido por dos inscripciones de Delos, en las que se detallan los honores que recibió por los recitales que dio allí, y por una corona de oro, que ofreció a Apolo en su templo en la isla. Cf. IG XI 2, 106 l. 16; 161B. l. 89.
256 Esta segunda ciudad no debe ser confundida con la antigua ciudad de Sición. Ésta era una ciudad tesalia fundada por Demetrio Poliorceta en el año 293 a. C. en la península de Magnesia, por un sinecismo de varias ciudades, entre la que se encontraba la mítica patria del argonauta Jasón, Yolco. Cf. ESTRAB ., IX 5, 1 436c; IG IX 2 1109. En época romana todavía seguía en pie y era próspera: TITO LIVIO la llama urbs valida et ad omnia oportuna (XXXIX 23, 12).
257 Este Demetrio, rey de Cirene, se casó con Olimpia, hija de Policleto de Larisa, y de esta unión nació Antígono III Dosón, rey de Macedonia entre los años 229-221 a. C., hasta la mayoría de edad de Filipo V de Macedonia. Sobre este Demetrio, apodado «el Bello», cf. JUST ., XXVI 3, 3-4.
258 No se sabe nada más de este Corrago.
259 La genealogía de los reyes de la dinastía Antigónida en Macedonia es la siguiente: Antígono II Gonatas (278-239 a. C.), Demetrio II (239-229 a. C.), Antígono III Dosón (229-220 a. C., como regente durante la minoría de edad del hijo de Demetrio II), Filipo V (220-179 a. C.) y Perseo (179-168 a. C.), que fue vencido por Emilio Paulo en la batalla de Pidna. Cf. PLUT ., Paulo Emilio 8.
260 La breve fórmula, que sirve de transición entre una vida y otra, destaca, en efecto, uno de los rasgos comunes que une ambas biografías: la desmesurada teatralidad. Demetrio, a modo de ejemplo, dispone de una cuidada escenografía y aparato en todas sus apariciones por Atenas (cf. PLUT ., Demetr. 8, 10-13, 23, 26, 34) y, por su parte, Antonio celebra fastuosos actos en Alejandría, destacando en concreto la ceremonia de donación de reinos a Cleopatra y a los hijos habidos de ella (cf. PLUT ., Ant. 44). Igualmente son afines a esa teatralidad los personajes que los rodean, como Aristodemo de Mileto (especialmente en su anuncio de la victoria de Chipre; cf. PLUT ., Demetr. 17) o Cleopatra (especialmente en su encuentro en Tarso; cf. PLUT ., Ant. 26); y, por último, también habría que destacar que ambos son imitadores de Dioniso, divinidad asociada al teatro por excelencia y que abundan citas de trágicos y cómicos. Sobre este tema, por ejemplo, cf . J. F. MARTOS MARTIEL , Plutarco. Vidas Paralelas: Demetrio-Antonio , Alianza, Madrid, 2007, págs. 12-22; y la bibliografía que cita.