La traumática desolación de los niños
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Rafael E. López-Corvo. La traumática desolación de los niños
Agradecimientos
Prefacio
CAPÍTULO I. La teoría: los traumas pre-conceptuales
Introducción
Estado traumatizado y no-traumatizado de la personalidad
Cambio catastrófico como una forma de defensa utilizada por el estado traumatizado
La homosexualidad como una forma de defensa
Una segunda oportunidad
CAPÍTULO II. Ataque al aparato conceptual de la infancia y sus consecuencias en la edad adulta
Ataque al aparato conceptual, falso self y cambio catastrófico2
CAPÍTULO III. El “estado traumatizado” se estructura siguiendo lógicas de la epistemología infantil
i) El sendero de la envidia
ii) Blanco y negro o Todo o Nada, como una forma de pensamiento
iii) Impotencia vs Omnipotencia
iv) Confusión entre el todo y las partes
v) Confusión del tiempo: pasado, presente y futuro
vi) Carencia para discriminar entre proyección y realidad; falla para discriminar entre realidad interna y externa
vii) “Egocentrismo”. Conducta centrada sobre uno mismo, “Paranoia” o “Existir en relación a otros y no en relación a uno mismo”
viii) Miedo a la dependencia
ix) El sentimiento del no nacido o no existir
x) Generalización
xi) No creer en su juicio ni ser capaz de cuestionar la naturaleza de sus síntomas
Cómo protestan los niños
CAPÍTULO IV. Cómo piensan los niños
Cómo piensan los niños
CAPÍTULO V. Estado traumatizado y su compulsión a repetir como una forma de defensa
Entrelazamiento traumático
CAPÍTULO VI. La desolación en el corazón del trauma pre-conceptual
Detectando la desolación infantil en la transferencia
CAPÍTULO VII. La trampa traumática1. La senda traumática y el síndrome de Onoda: “No ser capaz de reconocer que ya te has convertido en adulto”
CAPÍTULO VIII. Esperanza de la venganza versus esperanza de la renuncia1
Historia de la esperanza
La esperanza de Hesíodo
El lugar de la inclusión
Esperanza en el psicoanálisis
Metapsicología de la Esperanza: esperanza normal y patológica
La interacción diádica: esperanza de venganza y el delirio básico
Esperanza de renuncia
CAPÍTULO IX. Exceso de madre y ausencia de padre, desolación y la fantasía del “falo fecal” El “instinto de libertad”
El “falo fecal”
Baudelaire y el falo fecal
CAPÍTULO X. Desolación, sentimiento de no existencia y necesidad de un “rescatador”
La desolación infantil y la necesidad humana de un rescatador
Sensación de no-existencia y la fuente del “significado”
Desolación o soledad
El rescatador
El rescatador y los supuestos básicos de Bion
CAPÍTULO XI. El rescatador como solución inconsciente a la desolación
El “rescatador” en Samuel Beckett: Esperando a Godot
“Esperando a Dios” en Beckett
La obra de teatro
Beckett y Bion
Consecuencias no deseadas en la necesidad y búsqueda de un rescatador
CAPÍTULO XII. La desolación y el complejo de Edipo: los padres como “rescatadores”
Los cuatro pilares del complejo de Edipo
Proceso de identificación
La perversión, el rincón oscuro del complejo de Edipo
CAPÍTULO XIII. Por qué la autoenvidia
Introducción
Ruta interna de la envidia
La autoenvidia y los enlaces negativos
Un caso clínico
Freud y la autoenvidia
Referencias
Sobre el autor
OTROS LIBROS DE. RAFAEL E. LÓPEZ-CORVO
Índice
Отрывок из книги
Rafael E. López-Corvo
LA TRAUMÁTICA DESOLACIÓN DE LOS NIÑOS
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En El Principito, Saint-Exupéry dice, irónicamente: “Los adultos nunca pueden entender nada por sí mismos y es agotador que los niños siempre tengan que explicarles las cosas”. Sin embargo, tal vez era un poco demasiado amable en su consideración del comportamiento adulto, porque sería extremadamente difícil para un niño explicar las cosas a los adultos porque la mayoría de las veces los adultos son demasiado impacientes, demasiado ocupados o demasiado arrogantes y omnipotentes, para escuchar y comprender a los niños. Creo que podríamos medir el nivel de desarrollo cultural en cualquier sociedad, dada la capacidad de los padres de proporcionar a sus hijos la misma comprensión, paciencia y respeto que expresan a otros adultos que han catalogado como “importantes”.
Al no poder satisfacer la demanda del Principito de dibujar una oveja, Saint-Exupéry (1943) recurrió a capitalizar la capacidad de los niños de fantasear mediante simulación, ¡y decidió dibujar una caja simple que “supuestamente” contenía una oveja dentro!
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