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13 de marzo

¿Qué es la consagración?

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1 Pertenecer a Dios.

2 Ser santo.

3 Ser santo y pertenecer a Dios.

¿Conoces el himno que se titula “Salvador, a ti me rindo”?

Es el número 277 del Himnario Adventista. Si no lo conoces, te invito a buscarlo en el Himnario o en Internet, y a leerlo. ¿Qué crees que quiere decir la letra de este himno? Piénsalo por un momento. Seguro que a ti no te gusta rendirte cuando estás jugando un partido o corriendo en una carrera... ¿A quién le gusta rendirse? Normalmente, todo el mundo quiere ganar y sin la ayuda de nadie. Pero te voy a decir un secreto, si te rindes a Jesús y le entregas tu vida a él, tendrás éxito en todo lo que te propongas en la vida.

De eso se trata la consagración, de reconocer que tú solo no puedes cambiar tu mente o tu corazón, ni vencer el mal. Solo con la ayuda del Espíritu Santo puedes llegar a tener éxito y cambiar todos tus defectos de carácter.

En la Biblia, “consagrar” significa “hacer santo” o “hacer perfecto”. Dios utiliza esta palabra para el sábado, para hacerlo especial y diferenciarlo de los demás días. El sábado es un día para recordar al Creador. Los sacerdotes del templo también estaban consagrados a realizar tareas especiales en el templo para alabar a Dios.

¿Qué harías si un ángel te visitara con un mensaje especial? Seguro que te asombrarías y dudarías de si es de verdad o no un mensajero de Dios.

María, la madre de Jesús, no dudó ni un momento. Cuando el ángel Gabriel le dijo que iba a tener un bebé que se llamaría Jesús, ella dijo: “Dios haga conmigo como me has dicho”. María estaba dispuesta a hacer la voluntad de Dios.

María fue una mujer muy especial que consagró su vida a Dios para concebir y educar al Salvador del mundo.

¿Te gustaría ser especial y consagrar tu vida a Jesús? Escribe tu oración de hoy en el Diario de Oración.

“Ustedes deben ser santos para conmigo, porque yo, el Señor, soy santo y los he distinguido de los demás pueblos para que sean míos” (Levítico 20:26).

Vamos a jugar

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