Читать книгу Recurso forestal amenazado - Roberto Cordero - Страница 9
Introducción
ОглавлениеLa eliminación y la explotación selectiva de grandes áreas de bosques ocurridas en las últimas décadas ha causado la reducción drástica, la fragmentación o la desaparición de muchas de las poblaciones naturales de las especies forestales de Costa Rica.
El impacto de este fenómeno ha sido mucho mayor en las especies que producen maderas preciosas de alta calidad y belleza o presentan una gran durabilidad y facilidad para trabajarlas; especies cuyas principales poblaciones crecían naturalmente en áreas con suelos fértiles y topografía favorable que han sido casi completamente deforestadas para dedicarlas a la agricultura, ganadería, industria y urbanización; especies con poblaciones muy reducidas o dispersas y especies endémicas de distribución natural limitada.
La rápida reducción del número y tamaño de sus poblaciones ha llevado a que especies de gran valor para la humanidad y los ecosistemas naturales estén en riesgo de extinción, a la reducción de las poblaciones a tamaños inferiores al “mínimo viable” y a una fuerte erosión genética. El resultado es la pérdida de genes importantes tanto para su adaptación y supervivencia como para su utilización por el ser humano.
En el 2005, una comisión interinstitucional -conformada por el Museo Nacional de Costa Rica (MNCR), el ITCR, el Instituto Nacional de Biodiversidad (INBio) y el Ministerio del Ambiente y Energía (MINAE)- evaluó el estado de conservación de 90 especies forestales maderables propuestas como amenazadas por un grupo de científicos connotados de amplia experiencia en los bosques de Costa Rica.
Esta comisión utilizó la metodología y categorías de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), adaptada al tamaño del país, y determinó que 53 especies estaban en peligro de extinción, de las cuales 30 se encuentran en la categoría de peligro crítico. El caso más grave identificado hasta ahora es el de Gamanthera herrerae, de la cual se conoce la existencia de un árbol remanente en una propiedad privada.
Como consecuencia de la evaluación de dicha comisión, se decretaron vedas para la tala de estas especies. Sin embargo, en la práctica no existen los mecanismos de control adecuados para hacer efectivas estas prohibiciones, por lo tanto no garantizan la supervivencia de estas especies.
Es importante destacar que muchas poblaciones de estas especies están conformadas únicamente por unos pocos individuos adultos, a menudo aislados o en pequeños grupos probablemente endogámicos, que presentan problemas genéticos letales como la ausencia de clorofila o la reducción drástica de su vigor. Todo esto ha conllevado en muchos casos a una notable escasez o ausencia de individuos juveniles en poblaciones naturales, lo que implica el riesgo de que estemos en presencia de sus últimas generaciones.
Un número importante de las principales poblaciones de estas especies se encuentra fuera de las áreas silvestres formalmente protegidas, mientras que algunas poblaciones protegidas son tan pequeñas que tienen altas probabilidades de estar por debajo del tamaño mínimo viable. En este caso, el Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas tampoco garantiza su supervivencia.
Por otra parte, los proyectos forestales existentes tampoco implementan acciones concretas para asegurar el rescate de estas especies y su diversidad genética. Si no se realizan con prontitud las acciones necesarias para asegurar su recuperación genética y poblacional, estas especies podrían pasar en un futuro cercano a la categoría de especies extintas, con las lamentables consecuencias que conlleva la pérdida permanente de la biodiversidad, especialmente de especies arbóreas, que son el elemento central de nuestros bosques.
En este documento se muestra la implementación de una estrategia integral de conservación ex situ de las seis especies en peligro de extinción en el país, con el fin de asegurar tanto su supervivencia como la conservación de su diversidad genética. La estrategia incluyó la exploración y localización de las poblaciones o árboles remanentes, visitas mensuales para hacer el seguimiento fenológico, aspectos básicos de su biología reproductiva, la recolección de semilla y el desarrollo de métodos de reproducción de árboles en vivero.