Читать книгу Diccionario para profesionales de la traducción - Rosa Luna García - Страница 6
PRÓLOGO
ОглавлениеLa terminologia es un elemento omnipresente en todas las materias de especialidad y la traducción no es un ámbito ajeno a este principio.
Esta afirmación aparentemente tan contundente no es siempre reconocida. No hay nunca duda de que campos de especialidad como la bioquímica, la medicina o la ingeniería naval poseen términos muy específicos que no comparte la mayoría de la población no especialista en cada una de estas materias. La razón de ser –se suele decir- de estas unidades es que son ámbitos que deben expresar sus conceptos de una forma totalmente unívoca. Es más, hay campos del saber como la matemática, la física, o la metrología que poseen unidades no lingüísticas para referirse a sus conceptos a fon de asegurar no solo su precisión sino también, y en la medida de lo posible, su universalidad.
Existen, sin embargo, otros ámbitos del saber que no se toman como ejemplo de univocidad denominativa. Son campos que no progresan tan linealmente como los anteriores, campos en los que el conocimiento no está tan internacionalizado. ¿Por qué razón –podemos preguntarnos- hay campos cuyo desarrollo no se produce linealmente sino que van progresando de manera dispersa?. La respuesta a esta cuestión puede ser múltiple.
Son bien conocidos los campos denominados experimentales. El trabajo mediante procesamiento de datos, en cantidad suficiente y de carácter representativo, conduce a una cuantificación que suele presentarse como incuestionable. Los datos se traducen en valores y la cuantificación formal e idealizada de los mismos lleva a conclusiones no solo sobre el tema de trabajo sino también sobre el carácter de la disciplina. Ante esta metodología nadie pone en duda de que se trata de “ciencias” indiscutibles. Y de que sus métodos dan a estos campos la condición de campos científicos. Este tipo de campos, cuya investigación es preferentemente experimental y cuantitativa, suelen disponer de términos precisos y pugnar por reducir –aunque nunca lo consigan del todo- la variación denominativa.
Existen otras materias, o mejor dicho, existen otros enfoques, que no se proponen formalizar sus resultados y reducirlos a números cuyo valor estadístico parezca irrefutable, sino que toman los objetos de análisis como objetos complejos y, por tanto, difícilmente reducibles a números. Se trata de trabajos que quieren poner énfasis en las características inherentes de un tema observado en su globalidad. Las metodologías cualitativas basadas normalmente en la observación participante conducen a resultados muy distintos de los anteriores. La progresión de los campos cuya investigación es más cualitativa no suele producirse en línea porque la observación en si condiciona distintas perspectivas. En estos ámbitos la terminología suele ser más dispersa y variada.
La traducción es uno de los ámbitos que nació en la práctica y que, desde la práctica, entró en una reflexión epistemológica que ha ido construyendo progresivamente su o sus teorías. Podemos decir que hoy en día la práctica traductora es una necesidad urbe et orbe sin la que el mundo actual no podría funcionar globalmente. Es por lo tanto una necesidad extremadamente reconocida, ejercida por unos profesionales graduados y postgraduados de gran envergadura.
También podemos afirmar que la traducción como campo de reflexión (la traductología) ha producido muchas y buenas propuestas con la intención de dar cuenta para unos de la traducción como proceso; para otros, de la traducción como producto.
Pero lo que no se ha producido linealmente es que de manera espontánea se haya exigido a la traducción una terminología extremadamente precisa, de forma que los distintos enfoques teóricos hayan ido proporcionando términos y que no siempre han coincidido formalmente porque no siempre tienen el mismo alcance conceptual.
Este diccionario ofrece a los profesionales y estudiantes de traducción un vocabulario bien establecido sobre los conceptos que se manejan en traducción. El trabajo de recogida de los términos de este ámbito empezó con el Diccionario socioprofesional del traductor (2015) que comprendía 300 entradas. Esta nueva obra cuenta con el triple de entradas y está elaborado con la misma sistematicidad, delicadeza y rigor que la primera obra. Vaya por delante mi enhorabuena a mis colegas, y sobre todo amigas, Rosa Luna y Mary Ann Monteagudo. Mi reconocimiento por su interés profundo en la terminología y por poner sus conocimientos, y buen hacer, en obras al servicio de los traductores y las traductoras.
Su propósito incide en la sistematización de la terminología de la traducción en el ámbito hispano, poniendo énfasis en los términos que se manejan en el mercado de la traducción. Pero de hecho este propósito no se limita a poner a disposición de los traductores, los académicos y los estudiantes un diccionario bien elaborado, sino que quiere conseguir que el campo de la traducción pase a ser, como todos los ámbitos del saber, reconocido externamente, pero también por sus propios especialistas como campo completamente estructurado, afianzado y consolidado.
Teresa Cabré Castellví
Fundadora de l’Institut Universitari de Lingüística Aplicada (IULA)
Universitat Pompeu Fabra