Читать книгу Epistemología de la salud - Roselia Arminda Rosales Flores - Страница 8
ОглавлениеUn recorrido hacia la transdisciplina y el pensamiento complejo de la salud
JUAN MANUEL MENDOZA RODRÍGUEZ ROSELIA ARMINDA ROSALES FLORES CLAUDIA ALICIA LÓPEZ ORTIZ
Para repensar los significados que se han atribuido al concepto de salud, así como las implicaciones que tiene en las propuestas para la resolución de los problemas de saludenfermedad, es necesario analizar primero las diferentes formas que a lo largo de la historia se han construido sobre esta noción, tanto desde el punto de vista de diversas disciplinas científicas como de sus distintas dimensiones o aspectos. Para aportar a esta necesidad constante de reflexionar la salud, este documento compila diferentes abordajes y sus implicaciones, realizados por especialistas que trabajan desde diferentes perspectivas y niveles de análisis de la salud.
Una de las primeras cuestiones que se plantea en este libro es la complejidad y la diversidad del concepto salud, tanto en su definición y comprensión como en las prácticas orientadas a conservarla y mejorarla. Convenimos en que la salud no se puede abordar desde un solo punto de vista, por ello se reúnen planteamientos desde distintos ámbitos y campos científicos, y se propone un abordaje desde la transdisciplinariedad y la complejidad, y no desde un solo punto de vista disciplinar, como sería a partir de la biología, la sociología, la psicología, por ejemplo, sino a partir de la comprensión conjunta de todas estas disciplinas para entregar un panorama de la salud humana que devele su complejidad.
Otra cuestión que se expone en esta obra son dos diferentes niveles de análisis de la salud-enfermedad como objeto problemático, estos son: a) el individual, que ante la diversidad biológica, requiere de nuevos planteamientos de la medicina en muchos ámbitos, particularmente el de la perspectiva de género; b) el comunitario, cuyas brechas expresadas en las diferencias en salud plantean retos y desafíos para los gobiernos.
Así se reconoce que hay diferentes disciplinas que estudian la salud o que pueden brindar aportes para su estudio, y que se deben tomar en cuenta sus marcos teóricos en la construcción del concepto; por ejemplo, en el nivel micro hay que considerar la genética, la genómica, la inmunología, la química, la biología; en el nivel intermedio las ciencias médicas y del comportamiento; y en el nivel macro las ciencias sociales y las humanidades. Para poder comprender la problemática desde una perspectiva amplia, no sólo es necesario exponer las nociones, los métodos y las prácticas propias de cada campo de conocimiento o disciplina, sino que se hace necesario establecer un diálogo que permita construir las bases de un pensamiento que dé soporte a una mirada integradora.
También se verá que la noción de salud se puede abordar desde su origen ontológico, epistemológico y metodológico. En las últimas décadas ha sido importante referirse a la epistemología de salud para develar su naturaleza histórica y social, tratar de desnaturalizar las enfermedades y la misma salud: no entenderla únicamente como una patología orgánica-biológica. Las aportaciones en este sentido, tienen diferentes puntos de referencia, pero siempre cuestionando la naturaleza de la salud y la enfermedad.
De ahí la necesidad de poner a dialogar algunas de las diferentes posturas que hay en torno de los supuestos de qué es «estar sano» y qué es «estar enfermo». La literatura especializada ha recogido las múltiples transformaciones de este concepto en la historia de lo que se ha considerado como salud-enfermedad. Estas transformaciones, se pueden entender y explicar como producto de los cambios estructurales que tienen lugar en la sociedad, o bien, como producto de los cambios tecnológicos y los hallazgos de las ciencias naturales y biológicas. Si se reconoce como producto del primer conjunto de cambios, entonces la salud-enfermedad será un constructo en constante transformación y que está relacionada con los procesos sociohistóricos. Si se atienden como el producto del segundo conjunto de transformaciones, entonces, será una idea ahistórica, atemporal y universal.
En los diferentes capítulos de esta obra se presentan las posturas teóricas y metodológicas de la mayoría de los abordajes que se han hecho en torno a la salud; es decir, se aborda la necesidad de construir y también deconstruir el concepto de salud, generando la posibilidad de que converjan todos los argumentos que han permitido la edificación de esta noción a lo largo de la historia; rompiendo con pensamientos que han dominado durante mucho tiempo la forma de entender y resolver los problemas de salud con la carga ideológica, política y económica que tiene.
Reconocer las diferentes formas de pensar la salud permite entender las lógicas que lo han construido, y sus implicaciones en la forma de resolver lo que en su momento se han considerado problemas de salud o problemas de enfermedad. Detenerse a reflexionar sobre ello es necesario porque, en la cotidianidad de la investigación y de la práctica, cada uno de los profesionistas está inmerso en el campo que le exige pensar a partir de los marcos que dominan el paradigma desde el cual busca resolver, comprender y explicar las condiciones y determinantes que mantienen y promueven la salud, que previenen y dan respuesta a los problemas de enfermedad. La tendencia actual a realizar acciones de salud eficientes, eficaces y efectivas hace que pensemos la salud en términos técnicos; sin embargo, vale la pena detenerse para pensar de nuevo qué es la salud. Y es necesario también volver a pensar qué se ha hecho y cómo se ha hecho, como tarea fundamental para deconstruir y volver a construir un concepto que permita explicar otros problemas y darle solución.
Los problemas actuales que se expresan en las brechas en salud, así como la emergencia de nuevos problemas que se agregan a los ya existentes, hace que plantear la noción de salud desde una mirada transdisciplinar y desde la complejidad sea una tarea contemporánea. Es así como surge esta propuesta con la intención de ir abonando al debate y discusión a partir de retomar, de manera sintética, los fundamentos conceptuales y metodológicos generados en diversos campos de conocimiento: salud pública, medicina social y salud colectiva, y la promoción de la salud, para reflexionar sobre ellos y comprender las fortalezas, limitaciones y alcances que aporta cada campo a la comprensión de la salud, aceptando que es una noción polisémica y ello le impone retos.
El primer reto, desde cada campo disciplinar, es demostrar la dimensión biológica y/o social de la salud-enfermedad. También es necesario establecer si se piensa de forma dicotómica, por un lado la salud y por otro la enfermedad, o bien, como dos momentos articulados que se expresan en un solo fenómeno; en este caso, es necesario definir qué peso tiene cada una de las dimensiones en su problematización y delimitación como objeto de estudio. Asimismo, algunas disciplinas han distinguido entre enfermedad, patología y malestar, y otras, entre salud, bienestar, normalidad y anormalidad. Estos conceptos responden a los niveles de análisis a los que las distintas aproximaciones dan preeminencia, de acuerdo con la naturaleza del objeto problemático y el marco teórico a partir del cual se problematiza. Conocer los significados que se les atribuyen permite dimensionar el carácter de complejidad del campo de la salud.
Otro reto es que las nuevas formas en la conceptualización de la salud y la enfermedad incorporen problemas que antes, por razones teóricas, no se integraban, y que reflexionen sobre el hecho de que anteriormente se estudiaban problemas que actualmente no lo son. Para ello se requiere construir un marco teórico-metodológico que permita delimitar el objeto de estudio.
Otro desafío es verificar que estas nuevas interpretaciones tengan un rigor científico, que brinden explicaciones a estos nuevos problemas, y que construyan propuestas novedosas para resolverlos. Para ello se requiere realizar investigaciones con marcos teóricos sólidos que permitan comprender las diversas expresiones de la salud-enfermedad, observadas a través de datos empíricos que expliquen la complejidad de estas problemáticas a través de las nuevas conceptualizaciones de la salud y la enfermedad.
Dadas estas nuevas y diversas formas de concebir la salud, se hace necesario que los profesionales tengan una formación transdisciplinaria, a través de la cual puedan enfrentar los retos descritos, tomando en cuenta en sus explicaciones las distintas aristas que se imbrican en aras de brindar soluciones a los problemas que las miradas disciplinares no alcanzan a resolver por sí solas, o bien, seleccionando la intervención convencional más adecuada según las condiciones particulares que se presentan; es decir, la formación transdisciplinaria debe valorar los conocimientos disciplinares buscando la complementariedad entre, a través y más allá de las disciplinas. De ahí que las universidades tengan un papel importante tanto en la formación de los recursos humanos como en la generación de conocimiento y la construcción de espacios que permitan el debate, el diálogo y el intercambio de los saberes desde los distintos enfoques teórico-metodológicos y las diversas experiencias concretas que dan cuenta de las nuevas formas de aproximación a los problemas de salud, y que desde la complejidad aborden los problemas sociales que favorezcan la transición hacia la inminente necesidad de implementar enfoques transdisciplinares tanto en la educación como en la investigación. En la formación de recursos humanos se deben reconocer las implicaciones que tienen las diferentes conceptualizaciones en las prácticas sociales para resolver los problemas de salud/enfermedad. Ello plantea un reto que no puede ser enfrentado sino a través de la interinstitucionalidad y de propuestas de formación innovadoras e integradoras.
Los desafíos y retos en la forma de conceptualizar la salud se enmarcan en la manera en que se construyen las verdades científicas que pueden explicarse a partir de lo que Kuhn llama «ciencia normal». Al resolver enigmas aceptados dentro de una cierta comunidad científica, las preguntas, teorías, métodos, técnicas, instrumentos que los científicos utilizan para ello, constituyen el paradigma que opera dentro de ésta. Se espera, por tanto, que la actividad científica que se realiza esté orientada de igual manera cuando se lleva a cabo el proceso de construcción de conocimiento.
Se debe considerar, por tanto, que una comunidad científica comparte un cierto paradigma, y que a partir de éste construye conocimiento científico, en el sentido de que contribuye a la resolución de enigmas y al planteamiento de nuevos, pero también al soporte del mismo paradigma al legitimar su validez y su pertinencia. Una comunidad científica, entonces, constituye un campo de conocimiento más o menos homogéneo.
En el campo de la salud confluyen diversos posicionamientos sobre un objeto de conocimiento, que a veces se concibe en su forma positiva (salud), en su forma negativa (enfermedad), o como una relación dialéctica de la condición humana (salud-enfermedad). Así, se elaboran preguntas problemáticas acerca de este objeto de estudio de naturaleza diversa: cómo se conserva, se promueve, se mejora o se recupera; cómo se previenen las enfermedades, cómo se curan. Si consideramos cada una de estas preguntas como un enigma, al analizar la manera en que, dentro del campo de la salud, se espera dar respuesta a ellas, observamos lo siguiente: a) no todas las preguntas son pertinentes para todas las comunidades científicas que se insertan en este campo, b) se plantean múltiples maneras de darles respuestas.
Un paradigma no necesariamente es mejor que otro, puede responder a preguntas que otro paradigma no puede porque no tiene ese alcance, o porque no constituyen enigmas de interés dentro del mismo. Dos paradigmas pueden dar explicaciones diversas al mismo problema, y ambas pueden ser satisfactorias dentro de un cierto ámbito, contexto o condición. Por ejemplo: la mecánica cuántica y la mecánica clásica. El hecho de que la primera pueda explicar fenómenos que no pueden ser explicados a partir de los planteamientos de la segunda, no implica que la mecánica clásica deje de ser válida, sino que tiene limitaciones para poder explicar los fenómenos en ciertos niveles de realidad; asimismo, la mecánica cuántica no puede utilizarse para explicar ciertos fenómenos que estudia la mecánica clásica. Dentro del campo de la salud encontramos una diversidad mayor de paradigmas que pueden complementarse para la resolución de enigmas, por ejemplo: la medicina clínica, la salud pública, la epidemiología, la medicina social y la salud colectiva, la promoción de la salud.
La diversidad en el abordaje del objeto de estudio viene dada por su carácter complejo, pues la salud puede comprenderse como una condición biológica o social, que afecta al cuerpo individual, a los grandes grupos humanos en su relación con el ambiente o con las formas de reproducirse socialmente. El abordaje disciplinar de este objeto de estudio permite dar respuesta a ciertos problemas, ya desde su dimensión biológica, ya desde su dimensión social. Sin embargo, el alcance que puede tener una disciplina por sí sola en este campo es limitado. Para poder ampliar la visión sobre el problema y plantear preguntas que apunten a distintos planos de análisis es necesario ir más allá de lo disciplinar. Ello no quiere decir que deban abandonarse los abordajes disciplinares, sino que es necesaria, además, la construcción de una mirada que vislumbre a la salud y la enfermedad desde un punto de vista que nos lleve más allá de lo que es capaz lo disciplinar, incluso que nos lleve más allá de lo que es reconocido como el campo de la salud.
El carácter que debe adquirir esta mirada no puede ser sino transdisciplinar. La transdisciplina nos coloca en los bordes de las disciplinas. No nos brinda un conocimiento profundo de cada una de ellas, porque no es lo que pretende. No persigue tampoco un conocimiento tan amplio que no opere en ninguna habilidad necesaria para llevar a cabo la práctica profesional. El abordaje transdisciplinar es uno que va desde la extensión a la comprensión y de la comprensión a la extensión, transita de un límite a otro y profundiza en lo que requiere la naturaleza del problema, más que en fijar una posición desde la cual mira la realidad y la problematiza a partir de un posicionamiento teórico específico.
Los diferentes campos de conocimiento que estudian la salud actualmente, surgen como una necesidad de abordar los problemas de salud entendidos como problemas sociales, más que como problemas individuales que tienen su origen en la biología y el comportamiento humano. La noción de determinantes de la salud, que la medicina social y la salud colectiva han desarrollado desde hace cuatro décadas, han contribuido a mirar la salud y la enfermedad desde una perspectiva crítica, totalizadora y compleja. El reconocimiento de este tipo de abordaje llevó a la conformación de la Comisión de Determinantes Sociales de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2005. Asimismo, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) lo incorpora en su fundamentación, y define en lo que llama elementos esenciales de la salud (disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y calidad), aspectos que no son de carácter biológico, sino que tienen que ver con las condiciones materiales de vida, lo ético y lo cultural.
La salud atraviesa todos los aspectos de la vida humana, por ello, para comprenderla, hay que atender la diversidad de lo humano, saber qué es lo que la determina en mayor o menor medida, y cómo es que los distintos planos en los que opera su complejidad se relacionan y se expresan en el cuerpo, en la persona, los grupos, los colectivos, las comunidades.
En el sentido de lo anteriormente expuesto, se han sistematizado posicionamientos desde los distintos campos disciplinares, en diferentes dimensiones y niveles de análisis. El lector encontrará en los capítulos de esta obra los ejes más importantes que guían la conceptualización de la salud y la enfermedad desde diferentes campos científicos; las herramientas que permiten el intercambio de conocimientos y experiencias, las implicaciones en la forma en que se abordan los problemas, y las preguntas que se plantean desde cada paradigma y las posibles intervenciones para solucionarlos. Podrá encontrar en ellos las directrices que han guiado la construcción del conocimiento científico sobre salud, para explicarla y comprenderla, de tal manera que se pueda orientar prácticas para solucionar aquellos problemas que más nos preocupan como seres humanos.
Es así que se realiza la discusión sobre el carácter complejo y transdisciplinar en torno a la salud en su dimensión epistemológica, pero también en la práctica de la salud. Para ello ha sido necesario delimitar el campo de conocimiento, deshilvanando los alcances y limitaciones en la generación de conocimientos. Este proceso se puede simplificar para su descripción indicando primero cuál es el problema en relación a la salud; es decir, lo que interesa acerca del fenómeno de la salud, los problemas que la disciplina o el campo de conocimiento no resuelve y los que sí, los tópicos recurrentes sobre el objeto de estudio, y los conceptos centrales que han permitido modelar el objeto de estudio, en este caso, la salud. Los autores de este libro han revisado la literatura científica pertinente, lo que les permite entregar un documento con el objeto de estudio acotado, y sobre todo, reflexionar sobre el alcance y límites de la propuesta sobre el acercamiento teórico y metodológico que proponen. También contribuye a que nos familiaricemos con conceptos clave en relación con la aproximación que se ha elegido para analizar la noción de salud.
Es preciso señalar que todos estos procesos mencionados se adhieren, para cada caso, a un paradigma que asume el autor, el cual queda explícito en los supuestos teóricos que expone para explicar e interpretar el objeto de estudio. La lectura reflexiva permitirá concluir sobre las ventajas y desventajas que tiene cada paradigma.
A manera de síntesis, hay tres paradigmas sobre los cuales se reflexiona en este libro: (1) Positivista, en este paradigma se entiende, en términos generales, que la realidad es cuantificable o medible, y que el investigador/a se acerca a ella de manera objetiva. Busca establecer leyes, relaciones causa-efecto y predecir la realidad desde una lógica deductiva. (2) Post-positivista, también indica que la realidad es objetiva, pero asume que los fenómenos se pueden explorar y analizar de forma parcial y probabilística, por lo que la lógica de investigación es hipotético-deductiva. La metodología es cuantitativa, como en el anterior, y la herramienta por excelencia es la estadística. Busca afinar los instrumentos de medición para evitar los sesgos. (3) Paradigma interpretativo (constructivista), asume que la realidad es compleja, heterogénea. Se genera a través de macroprocesos sociales. No se busca predecir, por lo tanto, la lógica de investigación es inductiva y hermenéutica. Se asume que los investigadores interpretan y estudian los fenómenos desde su subjetividad, utilizando predominantemente metodología cualitativa.
Estos abordajes permiten delimitar qué aspectos de la salud nos interesan y cómo se desea investigarlos. Ello dará amplitud en la orientación del problema, la posibilidad de explorar otros problemas, de desplazar hacia otras formas de comprender y explicar los problemas de salud o nuevas miradas que pueden desarrollarse en el futuro como producto de la misma investigación.
De ahí que es necesario hacer un énfasis en las distintas formas de abordaje del fenómeno de salud, si bien en este libro no se revisan todas las existentes, y tampoco se agota la discusión y el debate sobre cada uno de los paradigmas y campos disciplinares que abordan la salud, se entrega un panorama de las principales miradas que han estudiado la salud como una noción teórica compleja y también como práctica para resolverla. En este sentido se exponen, en primera instancia, los modelos teóricos y metodológicos que más se utilizan en la investigación en salud, y posteriormente se presentan casos específicos que se resuelven a partir de una problematización particular del fenómeno.