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Instrucciones fundamentales Parte I
ОглавлениеEjercicios de meditación
(Misterios develados)
El primer paso hacia el control de uno mismo es la calma en toda actividad exterior, en la mente y en lo físico. Emplea los ejercicios de meditación siguientes de 15 a 30 minutos, por la noche antes de dormir, y por la mañana al despertar.
Asegúrate de que no vas a ser molestado y, después de quedar en calma completa, visualiza y siente tu cuerpo envuelto en una resplandeciente luz blanca. Durante los primeros 5 minutos, conservando esta imagen, reconoce y siente intensamente la conexión entre tu forma exterior y tu poderosa presencia “Yo Soy” y centra tu atención en tu corazón, visualizándolo como un sol de oro.
La fase siguiente es el reconocimiento de: “Yo acepto ahora gozosamente la plenitud de la presencia divina —el puro Cristo”.
Siente la gran claridad de la luz y su intensidad en cada electrón de tu cuerpo durante, al menos, 10 minutos. Termina la meditación diciendo: “Yo Soy” un hijo de la luz, yo amo a la luz, yo sirvo a la luz, yo vivo en la luz. Yo estoy protegido, iluminado, colmado, sostenido por la luz y yo bendigo a la luz”.
Recuerda siempre: ¡se llega a ser aquello en que se medita!
Técnicas de respiración
Haz todas las respiraciones en números pares, repitiendo mentalmente una afirmación y guardando la atención en la presencia “Yo Soy”.
Visualízate dentro de un sol de oro, no exageres la amplitud de los tiempos de inspiración, de inspiración o de expiración. Haz los ejercicios con regularidad, pero con ponderación.
Ejemplos de afirmaciones:
“Yo Soy” luz (4)
“Yo Soy” amor (4)
“Yo Soy”, “Yo Soy” el aliento equilibrante (10)
1) Respiración equilibrante:
Inspirar por el orificio izquierdo diciendo la afirmación, guardar la respiración repitiendo la afirmación, expirar por el orificio derecho diciendo la afirmación, permanecer vacío repitiendo la afirmación. Después invertir la operación.
2) Respiración energética:
Inspirar profundamente sin enunciar la afirmación, enunciar la afirmación guardando el aliento, expirar como si se quisiera silbar (pero sin hacerlo) sin dar la afirmación, enunciar la afirmación quedando vacío.
3) Respiración rítmica:
Inspirar dando la afirmación, guardar el aliento dando la afirmación, expirar dando la afirmación, permanecer vacío dando la afirmación.
Directivas prácticas para la armonía en el cuerpo físico Por Saint Germain
1) Beber un vaso de agua pura, cargada, cada mañana, empleando esta fórmula sagrada: “Yo Soy”, “Yo Soy” la presencia que carga esta agua con la esencia de vida que yo absorbo, que renueva mi cuerpo en una perfecta salud, una eterna juventud y belleza”.
2) De pie, con la mano izquierda en el aire, con la palma hacia arriba, pasar la mano derecha sobre el abdomen subiendo por la ingle izquierda hacia la cintura y descendiendo hacia la ingle derecha, visualizando la energía electrónica azul saliendo de los dedos y que normaliza el trabajo del tubo digestivo, por la radiación del amor divino.
3) Estupefacientes, narcóticos, alcohol, tabaco, carnes y pescados, ajo, cebollas. No hay que hacer uso ni de demasiada sal, ni demasiada azúcar, ni café, ni té fuertes. Todas las sustancias antes mencionadas deben eliminarse, por orden de importancia.
4) Bendición del alimento: “Oh, poderosa presencia, acepta este alimento, transmútalo por el poder de tu llama violeta y cárgalo con la esencia de la vida por tu llama oro. Haz que estos alimentos perfeccionen nuestros cuerpos en el instante mismo y danos la ascensión en esta vida misma sin pasar por el cambio llamado muerte. Bien amado Maha Chohán y grandes seres que dirigen los poderes de la naturaleza, todos los seres de los elementos, ustedes, nuestros hermanos y hermanas que han cooperado a la producción de estos alimentos, los amamos, los bendecimos y les damos las gracias. Bien amada presencia, da a nuestros hermanos unos alimentos tan buenos como los nuestros, o mejores si así lo desean, y haz que reconozcan que tú eres el donante y danos a todos la victoria de la ascensión en esta vida misma sin pasar por el cambio llamado muerte. Gracias, todo está cumplido.
Instrucción sobre el astral
En todo lo que está en relación con el mundo astral, hay un elemento de deseo humano. A menos que se rehuse todo contacto con el mundo astral (es decir, con los siete planos de manifestación formal sutil, situados entre la Tierra física y el plano electrónico o crístico) están expuestos al peligro de abandonar la ejecución de decisiones excelentes que hayan tomado, porque hay en estos planos astrales fuerzas infinitamente más sutiles que en el mundo exterior.
Algunos creen que hay fuerzas buenas en el astral, pero yo les afirmo que jamás fuerza buena alguna ha venido al mundo astral, toda buena fuerza que parece venir de allá debe pasar a través de estos planos, perforando su propio túnel de luz protectora y aislante.
¿De qué está constituido el mundo astral? Sólo hay un lugar en que la creación humana indeseable pueda alojarse: es decir, en los planos contiguos al plano físico, o sea, en las esferas astrales. Y, en efecto, ahí es donde se encuentra relegada toda la actividad indeseable, toda la acumulación de discordia generadas por la humanidad durante los siglos pasados. Por este hecho, es evidente que nada bueno viene jamás de un contacto cualquiera con las esferas astrales. Nada tienen de común absolutamente con el Cristo.
Hay una diferencia tan grande entre las esferas de manifestación astrales y lo que algunos han llamado la estrella astral, como la que hay entre la oscuridad y la luz. La así llamada “estrella astral” es un malentendido. El verdadero nombre es “estrella Astrea”. Esta no es un plano sino una actividad de la cuarta esfera. Astrea es un ser cósmico cuya actividad consiste en consumir las creaciones del astral y contactar con los individuos cuya atención es atraída por los mundos astrales, a fin de instruirlos y de purificarlos de todo deseo de contacto con los mundos infortunados del astral. Durante las horas de sueño la mayor parte de la gente va a la esfera en que se encuentran los desencarnados. Hasta los 2.300 Metros, los planos del pensamiento en la atmósfera se superponen como sigue:
1) El plano del crimen (capa muy espesa de sustancia descalificada).
2) El plano del odio (más áspero).
3) El plano de la cólera (más espeso).
4) El plano de la critica, juicio, condena y chismorreo que forman una capa de sustancia descalificada muy espesa, en la que se mueve el pensamiento de un muy gran número de seres humanos, consciente o inconscientemente.
5) El plano de la tolerancia o de la voluntad de dar a todos la libertad de pensamiento y de palabra. A partir del 5° plano entramos en la luz.
6) El plano de la alegría en que todos se regocijan de una manera indecible del reconocimiento del poder divino en todo. 7) El plano del amor puro donde sentimos sin desprecio la presencia divina en todos. De este plano pasamos a la octava crística.
8) Plano donde reina la perfección y la felicidad sin mezcla.
El poder de la atención
Queridos estudiantes que tan seriamente buscan la luz: sepan que sólo la única presencia “Yo Soy”, Dios en ustedes, es su invencible protección. No dispersen su atención sobre esas cosas externas tales como la astrología, la numerología, el espiritismo u otras que distraen su atención de su poderosa presencia “Yo Soy”, que es su ser real. Si confían siempre en su presencia “Yo Soy”, ella les conducirá por caminos floridos y quedarán envueltos en el bálsamo de su exquisito perfume. Estarán fortificados y bañados en esta paz que sobrepasa toda comprensión humana. La detención de la agitación mental les permitirá entrar en el gran silencio donde realizarán la unión con el yo, la presencia “Yo Soy”, la realidad de la actividad divina.
Mis queridos amigos: deben comprender que es imposible servir a dos maestros y, no obstante, ganar la victoria de la liberación. Su libre albedrío los obliga a escoger. Si escogen lo externo, olvidando a la invencible presencia “Yo Soy”, sólo me queda envolverlos con amor en mi manto de poderosa protección hasta el día en que se determinen a volver a Dios, el único.
Si optan por su poderosa presencia “Yo Soy” y se adhieren firmemente a ella, entonces sus luchas terminarán rápidamente y vivirán dentro de una esfera de armonía y de perfección que les permitirá mirar la vida exterior con comprensión, pero sin la menor simpatía que pueda trabar su propio crecimiento espiritual.
Me recuerda esto la afirmación “¡Busca primero el reino de Dios y todo lo demás se le dará para su uso, bajo su mandato!”
Este reino de Dios es su gran presencia “Yo Soy”, su única realidad, a quien pertenecen todas las cosas creadas y manifestadas y quien las da.
¿No es extraño queridos estudiantes, que un ser humano pueda estar tanto tiempo en el desierto de la discordia y de las limitaciones, cuando tiene contentamente cerca de sí a esta maestra presencia luminosa, esta presencia que espera que la atención se vuelva a ella, permitiéndole que les inunde toda perfección manifestada? Debe comprender el estudiante que no se puede dividir la atención entre las cosas externas y la presencia “Yo Soy”, porque una cosa divina contra sí misma se arruinará tarde o temprano. Toda grandeza pertenece a la presencia y ella gobierna la forma o, al menos, debería hacerlo.
En ella hay fuerza, valor y poder. Queridos hijos: si pudieran darse cuenta plenamente qué privilegios se les ofrece y cómo es posible, en un tiempo relativamente corto, ganar su liberación de toda limitación.
Nota:
La diferencia entre compasión divina y la simpatía humana es tan grande como la diferencia entre la luz y las tinieblas. La compasión divina tiene la atención del estudiante anclada en la poderosa presencia “Yo Soy”, llamándola en acción para producir la perfección.
En la simpatía humana la energía surge descalificada por el sentimiento de la imperfección y no hace sino intensificar la imperfección ya existente.
¿Qué es la simpatía? No es sino un acuerdo, una aceptación de la imperfección.
Hagan lo que hagan, estén en guardia ante la simpatía humana. No se dejen deslizar en las arenas movedizas, sino permanezcan conscientes de sus alas que pueden elevarlos por encima de toda destrucción. No juzguen a nadie, en absoluto. En cambio, penetren gozosamente en la radiación de su presencia “Yo Soy” y todas las cosas manifestaran la perfección.
Visualización de la armadura de luz
Queridos hijos de la luz: llamen a su poderosa presencia “Yo Soy” y a los maestros ascendidos a fin de que los revistan con su armadura de luz, que es tan real y tangible como sus vestidos. Es esta una condensación de sustancia electrónica pura, que viene del corazón de su presencia “Yo Soy” y está cargada del entendimiento divino de los maestros ascendidos para darles una protección invencible y eterna. Los maestros les piden que los visualicen en esta armadura de luz cristalina. Este vestido de las esferas superiores es similar a la armadura de los caballeros de las cruzadas. Comprenden igualmente el casco con visera. Los maestros se revisten con esta armadura cuando van a los mundos del astral para liberar a los que allí se encuentran aprisionados. Los seres siniestros sienten un invencible temor por la luz blanca resplandeciente irradiada por esta vestidura: saben que ha llegado su fin.
Con la visera baja y la flamígera espada azul en la mano, el maestro se hunde en las tinieblas del astral con la rapidez del rayo y secciona los tentáculos de los individuos viciosos que aprisionan a los desgraciados caídos en sus espejismos.
Hasta los 2.300 M., La atmósfera se encuentra oscurecida, no solamente por el número considerable de almas desencarnadas que no pueden salir de la Tierra a causa de sus deseos materiales no saciados, sino también por las formas-pensamientos creadas por el conjunto de la humanidad ignorante y rencorosa. La presión de esta energía descalificada es la causa de todas las desgracias de la humanidad, las condiciones atmosféricas extremas, las epidemias, el estancamiento de los negocios, los numerosos casos de enajenación mental y las enfermedades incurables.
Sólo los seres que conocen la técnica de la armadura de luz pueden aventurarse sin peligro para ellos mismos, en estos dominios del psiquismo para ayudar a las almas que allí vagan.
En nuestra vida cotidiana, pasamos constantemente junto a desencarnados y bajas formas-pensamientos. Para permitir que nos protejamos contra estas vibraciones indeseables, los maestros nos explican la visualización de la armadura de luz. Cada mañana, al vestirse, vean dentro de esta armadura de luz cristalina. Reanuden su visualización antes de meterse en la cama fin de que su entendimiento, al salir del cuerpo físico, en uno de sus cuerpos más sutiles, pueda alcanzar el círculo electrónico del sol o cualquier otra esfera de luz, sin quedar aferrado por los individuos o las formas viciosas del astral. Evitarás así la fatiga de sueños incoherentes o de pesadillas. Por nuestras llamadas al arcángel Miguel y, sobre todo, al maestro Astrea, podemos obtener la purificación de la Tierra y de su atmósfera —para el mayor bien de las almas a la deriva y de la misma humanidad. Esta visualización debe hacerse de pie.
Visualización de la presencia luminosa
La visualización de la presencia luminosa de Jesús o de otro maestro ascendido es el medio más poderoso que permite crear un foco por el que la consciencia del maestro ascendido puede obrar en la experiencia física de un individuo, de una nación, de la humanidad o de la Tierra misma.
El poder que el maestro puede concentrar en su presencia luminosa es irresistible porque es la operación de una ley inflexible que no ha sido explicada en el mundo exterior.
La imagen de Jesús o de otro maestro debe tenerse con claridad en la mente: el cuerpo de sustancia blanca centelleante, emitiendo largos rayos de luz chispeante continuamente y penetrando en la persona, el lugar o la condición que debe tratarse.
Esta imagen constituye “una copa en la que el maestro concentra sus rayos, que son una actividad todopoderosa porque están constituidos de la sustancia energizada y cargada por la consciencia divina del maestro que les da la cualidad requerida para producir una acción instantánea y sostenida. El color de los rayos puede variar según el resultado de lo que se desee obtener, pero quedando el cuerpo del maestro siempre blanco centelleante.
Para producir el sentimiento de amor divino, de paz; de quietud, de comodidad, es necesario ver los rayos como de oro líquido, chispeando si se necesita mucha energía, opacos si se necesita la cualidad calmante. Tal es el caso en la curación de los niños. Para difundir la compasión divina, vean los rayos de un rosa delicado irisado de oro como en el nácar o en los últimos resplandores de una hermosa puesta de sol.
Cuando se busca una actividad purificadora, tanto en el cuerpo físico como en los sentimientos o los pensamientos, se visualizan los rayos de un violeta luminoso intenso, tales como la luz reflejada por un diamante puro o el neón.
Los rayos azul eléctrico aumentan la energía: es necesario siempre calificarlos de amor divino. El rojo o el negro jamás se emplean por los maestros ascendidos. Es un signo infalible que permite reconocer el género de fuerza utilizada.
El empleo de la energía divina para curar cuerpos sin aportar la iluminación al espíritu, atrae siempre sanciones sobre el que lo hace.
El que emplea su don de curación con un fin lucrativo lo perderá, e incluso será forzado a salir de su propio cuerpo físico. Al ayudar a los que sufren a pensar correctamente, a purificar sus sentimientos y sus acciones, se elimina la causa del mal y se obtienen curaciones permanentes.
Al visualizar la imagen de un maestro ascendido, debe verse considerablemente más grande que el paciente o la condición a tratar. Debe mantenerse la imagen el tiempo suficiente para que el paciente o la condición sean como absorbidos por la imagen del maestro. Si se trata de una localidad, de un país o del planeta, vean la imagen del maestro en proporciones gigantescas, en un globo o sol de oro chispeante de donde parten rayos de un azul-violeta, como relámpagos, y formando una cúpula por encima de la condición a tratar.
Se puede igualmente ver la presencia luminosa de un maestro ascendido en miniatura, en un sol de oro en medio de la frente, entre los ojos.
El habito de esta visualización sobre nuestra propia frente o la de nuestros interlocutores, constituye para nuestra mente una protección todopoderosa contra las sugestiones o tentaciones hipnóticas del exterior. Es imposible sobreestimar el poder de la visualización de la presencia luminosa. Es una actividad trascendente que produce resultados milagrosos. El que toma el hábito constante de practicarla constata que, por esta práctica, puede controlar a las personas y las circunstancias, y que se convierte en un foco, un centro de radiación que difunde silenciosamente la armonía, el amor y la perfección a su alrededor.
Instrucción concerniente al servicio Por Nada, hija de Mars y por Saint Germain
El privilegio de servir a la humanidad es una gran bendición, pero el primero y más grande servicio divino es el de reconocer y aceptar plenamente a su poderosa presencia “Yo Soy”. Llamen en su corazón y su gloria por encima de ustedes.
Las ideas que del servicio se hace la gente son erróneas. Muchos actos considerados como servicio no son sino esclavitud impuesta por los sentidos de uno mismo o de los demás.
La realización de actos físicos para satisfacer o halagar los deseos o las necesidades del yo externo no es servicio, no lo ha sido y no lo será jamás .
Les ruego que abandonen esta falsa idea de servicio, porque les digo, francamente y en verdad, que esto no es exacto. El primer servicio para todo ser humano es la alabanza y la adoración del yo divino. La presencia de Dios en el corazón de cada individuo.
Guardando constantemente la atención de la mente inferior sobre la presencia “Yo Soy”, llegará a levantar el entendimiento humano a la plena aceptación del supremo poder conquistador, anclado en la forma humana que, después de todo, es divina.
Si en los servicios que queremos prestar a nuestro prójimo olvidamos guardar nuestra atención fija en nuestra presencia “Yo Soy”, fuente del amor divino, entonces hemos perdido en gran parte nuestra energía.
Si todo nuestro tiempo está embargado por el trabajo, para satisfacer las necesidades de los sentidos y no se presta atención alguna al manantial, a la presencia “Yo Soy” que produce todo lo que tenemos necesidad, entonces hemos fallado en la finalidad de la existencia.
El único servicio real es el de guardar la atención sobre la presencia “Yo Soy” y aceptarla con tal firmeza que la mente exterior vibre al unísono con ella. En este momento, los actos de la vida cotidiana devienen con toda naturalidad el servicio divino perfecto del momento presente.
De esta manera, el gurú interior —la presencia “Yo Soy”— dirige la actividad exterior y el plan divino se cumple. Antes de haber recibido la iluminación el yo externo desea mostrar sus capacidades. Pero todos estos afanes humanos están predestinados al fracaso y, bajo el choque producido por el hundimiento de sus vanas tentativas, el pobre yo humano se despierta y termina por mirar hacia lo alto, hacia el manantial del poder que había olvidado o voluntariamente rechazado.
Nuestro libre albedrío nos obliga a escoger entre los titubeos del intelecto o las directivas divinas de nuestra gran presencia “Yo Soy”. Jamás la presencia se impone. Espera ella que la invitemos a tomar posesión de su templo. Cuanta más alegría pongamos en la aceptación de nuestra presencia “Yo Soy”, más rápidas serán las manifestaciones de su poder. La aceptación de la presencia debe ser firme.
Debe fijarse la atención en la presencia todo el tiempo y con la intensidad suficiente para despojar al yo externo de todas sus pretensiones al poder. El yo externo no puede negar el hecho de que toda la energía que emplea, en general para crear sus propias desgracias, le es dada por la presencia “Yo Soy”.
Jamás permitan que sus ocupaciones profanas les priven del tiempo necesario para comunicarse con su divinidad, sin compartir y con la suficiente duración para darse cuenta de que su presencia los guiará hacia el verdadero servicio y los hará que hagan lo que debe hacerse. Ahí tienen la verdad en lo que concierne el verdadero servicio; “no tendrán otros Dioses que yo. Tu presencia “Yo Soy” es el primer mandamiento y el cumplimiento perfecto de le ley”.
Extracto del discurso xx de Saint Germain:
Su propia divinidad debe tomarse en consideración ante todo. Conviene darle su constante adoración. Este acto elevará su consciencia al plano en que serán fortificados y capacitados para prestar ayuda a millares de seres.
Ninguna acumulación de servicio da un provecho permanente, en tanto que la individualidad no ha aceptado primero y dado adoración a su propia divinidad, la poderosa presencia “Yo Soy”. Los que desean servir a la luz y hacer realmente el bien deben comprender esto primero.
Los estudiantes dicen: “si yo tuviera dinero, cuánto bien podría hacer”. Es una ilusión.
Cuando la unión con la presencia “Yo Soy” se haya realizado, vendrá para el servicio todo el dinero necesario y nada en el mundo puede impedirlo.
Instrucción concerniente a la diferencia entre “Om” y “I Am”
Saint Germain
La expresión oriental para “Yo Soy” es “Om”. Más o menos es lo mismo que “I Am” como significación para el mundo occidental: I Am significa “Yo Soy” en inglés.
En lo que me concierne (Saint Germain), prefiero con mucho la expresión “Yo Soy” porque esta significa claramente: “Dios en acción en el individuo”. “Om”, siguiendo la comprensión oriental, significa una presencia universal y no da al discípulo una idea tan exacta de la presencia divina “Yo Soy” obrando a través de las individualidades.
Esta diferencia en la comprensión explica las condiciones sociales que existen en la India. Centenares de millares de seres, a causa de la confusión de las castas, han caído en el error consistente en creer que la entonación “Om” es lo único necesario en su vida. Cierto es que el empleo de “Om” produce una actividad en numerosos casos, pero “Om” tiene, por consiguiente, pocos efectos prácticos.
El método de los maestros ascendido a través de las edades, desde tiempo inmemorial, ha sido el empleo consciente de la presencia “Yo Soy”. Es preciso reconocer y aceptar plenamente a Dios en acción en el individuo, atrayendo así, siempre más la plena actividad inteligente de la presencia divina en el hombre.
La más simple y la más poderosa afirmación que puede hacerse es “Yo Soy”.
Al mismo tiempo es necesario recordarse que “Yo Soy” aporta consciente o inconscientemente la plenitud de la energía divina en acción a nuestra vida.
Emplea siempre “Yo Soy” y no “Om”.
Diferencia entre la oración y la llamada consciente o decreto Saint Germain
Atraigo de nuevo su atención sobre el hecho de que es absolutamente necesario llamar a la poderosa presencia “Yo Soy” conscientemente en acción, porque esta llamada da a los maestros, a la legiones de la luz y a los ángeles el derecho, la autoridad de prestar el servicio pedido: porque toda llamada hecha a la presencia “Yo Soy” deber ser ejecutada.
La antigua idea de plegaria u oración, que ciertamente es bella, está lejos de tener la eficacia de estas llamadas conscientes a la presencia “Yo Soy” que son millares de veces más poderosas, porque millares de discípulos las repiten cada día.
La oración dirigida a Dios como una presencia universal, contiene generalmente una forma de duda, una incertidumbre; se espera recibir una respuesta a la oración; mientras que en la llamada consciente o decreto vibra la certidumbre absoluta de que el resultado se manifestará puesto que es el Cristo, Dios en nosotros, quien expresa la voluntad divina por la boca de su vehículo físico.
Significación exacta de la palabra “alma”
Dada por el gran maestro de Venus: Victory
Todos han oído la oración de los tiempos pasados: “Dios, salva mi alma”.
Ahora bien, el alma es su cuerpo de deseos, sus sentimientos humanos, su pasado, que es como decir pasivo. Es, en suma, eso que ha creado toda la discordia que los perturba un tanto a los individuos. La palabra alma como se emplea corrientemente no es, por consiguiente, y en manera alguna, un sinónimo de la palabra Dios. La palabra alma debe reservarse para designar toda la energía descalificada, todo el psiquismo, toda la creación humana.
Dios en el hombre, el Cristo, es la presencia de vida. ¡La poderosa presencia “Yo Soy”!
No tenemos por qué ocuparnos en detalle y constantemente de nuestra alma, de nuestro pasado, pongamos todo esto en bloque en la llama violeta, que es la gracia, la misericordia divina. ¡Perdonémonos y perdonemos a toda la humanidad los errores del pasado acusados por nuestra ignorancia, de las leyes divinas de la creación, las leyes del empleo de la energía y seamos al fin libres!
El círculo y la cúpula de llama azul
Sanat Kumara
La discriminación es una de las más indispensables cualidades a un estudiante “Yo Soy”. Que su entusiasmo no los arrastre a contactar acumulaciones de fuerzas destructivas que se desencadenen contra ustedes mismos. No es esto indispensable. La verdad concerniente a esta presencia “Yo Soy” y a la actividad de Saint Germain puede y debe ser presentada por el poder del amor divino.
Hagan todo su trabajo, tanto individualmente como en grupo, siempre envueltos en su círculo de llama azul.
Están en este círculo de llama azul. ¡Si pudieran ver este círculo de fuego que es la llama azul, quedarían extasiados!
Sean siempre conscientes de que este círculo está ahí, invencible alrededor de su tubo de luz.
Es una actividad diferente y aunque las dos sean protectoras, el muro de llama azul es una actividad específica de esta protección. El gran Sanat Kumara recomienda especialmente la visualización de una cúpula de llama azul, por encima de todo lo que tiene conexión con nuestra actividad “Yo Soy”. Esta cúpula de llama azul que la presencia y los maestros ascendidos proyectan a nuestra llamada impide que nos toque la discordia, las limitaciones o imperfecciones. Vean, saliendo de esta cúpula, el dinero, los locales, todo lo que es deseable para el servicio de la luz. No solamente para nuestra actividad, sino para toda la humanidad.
Instrucción concerniente a los colores
El empleo de la acción vibratoria de los colores es extremadamente importante para su felicidad, su salud, su prosperidad y su protección.
La luz, la gloriosa luz blanca, es la pureza y el poder de la vida. Los colores claros y brillantes irradian más luz y, por consiguiente, más perfección. Ningún ser humano en la Tierra puede esperar el goce de la felicidad, de la salud, de la prosperidad o de la perfección en la mente, el cuerpo y las actividades, si se viste habitualmente de negro, de rojo o de otro color apagado o desunido y deslavazado. La tasa vibratoria de estos colores es destructiva para el cuerpo de deseos y atrae las mismas vibraciones destructivas de la acumulación discordante masiva de toda la humanidad.
La luz es vida; la luz es salud: la luz es prosperidad; la luz es protección. La luz espiritual, mental y física es lo que todos desean y a la que todos aspiran.
Los bebés y los niños pequeños son muy sensitivos a los colores y, con frecuencia, las personas vestidas de negro, rojo u otros colores destructivos los aterrorizan. Rodeando a los niños de los colores: oro, rosa, violeta, azul claro y blanco, se les hace armoniosos y se les puede dirigir fácilmente.
Las opiniones y teorías corrientes en lo que concierne a los colores no cambian la ley poderosa de energía y de vibración. La luz clara y brillante es más alta en vibración y excluye la imperfección. Sólo después del gran cataclismo de hace ochenta mil años, la humanidad conoce y emplea el rojo y el negro. Cuando se llama a los grandes seres para que obren en ciertas circunstancias, siempre emplean su ciencia de los colores para protegerse, recubriendo el plexo solar y el bazo de placas especialmente cargadas.
Las vibraciones de la fuerza siniestra jamás los tocan en estos puntos y muy especialmente en el plexo, que es la puerta abierta de nuestro cuerpo de deseo. Protejámonos, por consiguiente, empleando para nuestros vestidos y en nuestros ambientes interiores sólo colores constructivos, luminosos.
El gran director divino dice textualmente: “Ciertas personas dicen: esto no me concierne, yo no tengo necesidad de la llama violeta, yo no tengo miedo al negro o al rojo”. Puede ser que no tengan miedo a un tigre, no obstante éste es muy capaz de hacerlos pedazos.
Queridos hijos de la luz: ¿cuál puede ser la causa de las desgracias de la humanidad durante centenares de millares de siglos? Al principio fue, naturalmente, la propia discordia de los humanos, más cuando hubieron generado una cierta cantidad, tomaron contacto forzosamente con todas las vibraciones discordantes correspondientes.
El negro representa la muerte; el rojo la cólera intensa y, cuando están discordantes, aceptan estas vibraciones. Por la esclavitud y la dictadura de la moda y de la sociedad continuan empleando estos colores.
Desgraciadamente no es posible escapar a las consecuencias. ¡Qué lástima! Cuando nosotros, seres perfectos y poderosos, echamos una ojeada sobre la vida social, plena de orgullos y arrogancia, decimos: ¿cuándo despertarán? No hablo de todos, pero algunos exageran su arrogancia. No condescenderían ellos a asistir a este servicio, por temor de que algunos de su círculo los viera.
Pero yo, un ser puro y magnífico, la autoridad y el gobernante de la corriente de vida de la humanidad, yo vengo para asistirlos. La gran Diosa de la pureza ha salido del gran silencio a fin de ayudar a purificar a estos humanos que en su orgullo y arrogancia, dicen: “no podemos perder nuestro tiempo con pretendidos maestros ascendidos a esta así llamada poderosa presencia “Yo Soy”. No tenemos ninguna prueba de su realidad”.
¡Qué locura, qué puerilidad! Un día la vida les dirá: “Al presente, han agotado todos sus recursos, ¿qué van a hacer? Han derrochado sus posibilidades”.
Cada ser humano incorporado actualmente está en la bifurcación de dos caminos. Ya no se conceden otras incorporaciones para escoger — necesario es decidirse ahora en los meses venideros.
Piensan que no conocemos la ley que gobierna esta Tierra y a cada ser que la habita, cuando hemos dado obediencia a esta ley a fin de poder aplicar su poder invencible! Dudan en conformarse a unas pequeñas reglas de vida que se los explican, más nosotros damos obediencia a las grandes demandas y mandamientos cósmicos! El foco central de inteligencia y de vasta radicación de este sistema de mundos no es un mito y es la primera vez, desde hace mucho tiempo, que la atención está fija en América.
Llevar el color propio del día
Con el fin de recordar a los estudiantes “Yo Soy” a que acepten el amor, la radiación, el poder, los milagros y las bendiciones especiales que los maestros ascendidos difunden a través de cada color, que se lleve el color del día. Cada color es un foco de concentración especial para la cualidad que la poderosa presencia “Yo Soy” y los maestros ascendidos difunden siempre a través de las llamas y de los rayos de luz que dirigen.
Así pues, si llevamos los diferentes colores indicados en la carta y el cuerpo causal vierte su amor en el color apropiado cada día, se establece un equilibrio en todas las cualidades que los maestros ascendidos saben que nos son necesarias para curar, proteger y forzar la victoria para que se manifieste en nuestro ser y en nuestro mundo para siempre.
Cuando todo el grupo está vestido del mismo color, puede ser aumentada la intensidad de la radiación; la fuerza viva es mayor; puede darse un mayor poder en respuesta a los decretos para asistir a los bien-amados países de cada uno de nuestros seguidores y traer la paz al mundo.
La ley de energía y de vibración es la ley de causa y efecto y no comete error.
Cuando la gente no quiere obedecer a esta ley, significa esto que no desean otra cosa que la discordia y la destrucción en sus propios seres y mundos. Los maestros ascendidos nos han hecho el don más divino de toda la eternidad —la mayor bendición de toda vida, por doquier y siempre— no hay compensación para este don! Se otorga bajo las condiciones fijadas por los maestros ascendidos y no según los deseos de seres no ascendidos.
Si esperamos ser liberados por la bien-amada poderosa presencia “Yo Soy” y por los maestros ascendidos no puede venir nuestra libertad sino de conformidad con las directivas de los maestros ascendidos porque ellos solos son eternamente maestros.
Dado en amor y obediencia al servicio de ellos, para siempre. “Yo Soy”.
Su mensajero.
Prácticas:
Lunes: Dorado.
Martes: Rosa.
Miércoles: Blanco.
Jueves: Verde.
Viernes: Oro y rubí.
Sábado: Violeta
Domingo: Azul.
En nuestro servicio estas cosas son a veces poco practicables —así que preconizo siempre el blanco, que permite o deja pasar cualquier color. No queremos establecer diferencias sobre rayos y días; las prácticas son sólo eso: ejercicios.
¿Qué dice nuestra amada presencia interna acerca de cómo ponerlos en práctica?
Hay muchos estudiantes que trabajan durante un tiempo con una sola llama o rayo y debido a esa concentración han conseguido resultados sorprendentes.
Las dudas, discusiones o rechazos no son parte del camino hacia la “presencia mágica”. La línea del corazón es la que mide y ve. Sabemos que el amor une todas las dimensiones, todas las cosas. Es nuestro diálogo permanente con la vida que está en continuo fluir.
Instrucciones sobre el uso del tabaco, del alcohol, de la carne y sobre la actitud sexual Sanat Kumara
Con frecuencia, la humanidad rehusa conformarse a ciertas simples reglas de vida. Pero esta obediencia permite la purificación y el afinamiento de la estructura cerebral. Ciertos hábitos impiden que el ser humano capte las actividades que tienen una cierta altura vibratoria; esta receptividad daría el saber y los conocimientos que la humanidad busca. Millares de seres han tratado de conocer las leyes de la vida, pero han persistido en vivir en los hábitos que han provocado la densidad de la estructura cerebral, que es un obstáculo para la visión de la verdad.
Les digo mis bien-amados, que el uso del tabaco, en cualquier forma, deposita una secreción en el cerebro que impide su afinamiento más allá de un cierto limite o una cierta medida.
El uso de la carne llevará su estructura atómica al sentimiento del miedo. Si disipan su energía sexual para la gratificación de los sentidos, entonces se privan de la energía de su presencia, de la que tienen necesidad para persistir en llamar a su presencia en acción con valor y fuerza, hasta que sea disuelta su acumulación destructiva. Sepan que en la energía sexual que la humanidad disipa, se encuentra fuerza, valor y confianza. Los que disipan esta energía devienen medrosos, débiles, desconfiados y suspicaces.
Habiendo tomado la fuerza siniestra el dominio sobre ciertos individuos y organismos, ha tratado de hacer creer a la humanidad que la actividad sexual está permitida para diversión y que se puede usar así y, no obstante, alcanzar la perfección. Esto es falso y trágico para la humanidad. Les digo esto con el poder de la radiación de que dispongo. Si el deseo sexual es fuerte en ustedes, no lo combatan, sino digan simplemente: “Poderosa presencia “Yo Soy” desembarázame de este deseo y reemplázalo por tu satisfacción y tu perfección”.
Repitan esta llamada y continúen viviendo con serenidad y un día advertirán que el deseo está disuelto. Lo mismo para el uso del tabaco, de la carne y del alcohol, etc. Se permite la actividad sexual para la procreación, incluso si se ha alcanzado un alto grado de realización espiritual, pero es el derroche de esta energía lo que resulta trágico. Mi bien-amados, por el conocimiento de su presencia “Yo Soy” y el uso de la llama violeta su victoria es cierta, si quieren prestar obediencia a estas simples reglas de vida.
Instrucción concerniente a la actividad sexual
El puro amor divino no desciende jamás más bajo del corazón. El amor verdadero no necesita contacto sexual de clase alguna. Los grandes maestros ascendidos están siempre prestos a asistir a los que quieren conformarse con las directivas dadas.
Hagan una llamada mental a uno de los maestros ascendidos y recibirán siempre ayuda.
Práctica
Ocupa las afirmaciones siguientes:
“‘Yo Soy’ la presencia gobernando esta energía y ‘Yo Soy’ el poder que la resucita y la transmuta y esta actividad es permanente”. “‘Yo Soy’ la presencia realizando esto y esto está hecho ahora, porque la actividad divina es instantánea”.
Limpieza y aliento Saint Germain
Si desean nuestra radiación y nuestra asistencia, no absorban cebollas, ajo, ni alcohol, ni tabaco. No queremos ni podemos intensificar la energía en ustedes ni alrededor de ustedes, cuando tales emanaciones están en la atmósfera.
¡Han de saber que las entidades desencarnadas gustan de estos olores! Esto es lo que les atrae, porque vienen de la esencia de la emanación de sus cuerpos.
La verdad en lo que concierne a la reacción o acumulación destructiva
Karma
El corazón de diamante, el yo divino, la poderosa presencia “Yo Soy” se interesa menos en la manera en que llegamos a una realización dada, que en el hecho de la realización.
En todo lo que se ha dicho y escrito concerniente a la reacción (acumulación destructiva) hay poco de verdad y muchos errores. El resultado es que los que creen en ello están asustados y confundidos, y en una situación mucho peor que si no hubieran nunca oído hablar de la cuestión. Existe ciertamente la ley de causa y efecto, pero, a menos que haya intención deliberada de dañar a una persona o a una cosa, el que engendra la causa no es en manera alguna responsable del efecto. La gran ley de amor producirá el ajuste necesario.
No da esto, sin embargo, protección a los que se dejan llevar por accesos incontrolados de odio o de malicia, que hacen daño a su prójimo o a sus bienes.
Tendrán que hacer reparación completa, más no necesariamente en actos físicos porque la gran ley cósmica dispone de innumerables vías y medios para hacer justicia.
¡Cuántos seres sinceros sufren por esta falsa comprensión de la ley de causa y efecto! Les sería suficiente invocar la ley del perdón, alabar a los que creen haber causado mal y quedarían inmediatamente liberados de circunstancias que les abruman: mala salud, depresión, miedo, pena o fracaso en lo que desean realizar.
Queridos hermanos y hermanas: cada noche antes de dormir, eleven mentalmente sus brazos hacia la presencia del corazón de diamante, su bien-amada presencia “Yo Soy” y pidan que ella les muestre cómo pueden reparar todo el mal que han hecho intencionadamente a quien, o a lo que sea, durante su peregrinación en la Tierra —o durante sus vidas anteriores; porque les aseguro que han tenido centenares de vidas en esta esfera terrestre. Si la vida parece dura a algunos, es porque no saben o no recuerdan haber creado en el pasado causas de las que tienen que sufrir los efectos actualmente.
Llamen a la ley del perdón en acción, reconozcan que están en estado de gracia, es decir, hagan uso de la llama violeta, expresen el puro amor de los maestros ascendidos y se sentirán libres y desprendidos de estas reacciones de esta acumulación en gran parte imaginaria.
Desde hace medio siglo, tanto y tanto se ha escrito sobre este tema, que quiero ayudar a aclarar la situación y quitar toda falsa comprensión.
El que ha odiado, y los demás, han engendrado ciertamente causas que tomarán retribución —pero yo less aseguro que, incluso en este caso, mucha de esta acumulación puede disiparse y consumirse rápidamente llamando a la ley del perdón en acción, aceptando que están bajo la gracia divina, bajo el amor de su presencia “Yo Soy”, el puro amor divino, el disolvente universal. El miedo a la reacción ha engendrado muchas reacciones inútiles. Todo esto puede barrerse haciéndose consciente y aceptando que la ley del perdón está en acción en sus vidas. Muchos seres, después de haber prestado servicio, se inquietan, se preguntan si todo ha sido bien hecho, si no habrá faltado hacer esto o aquello.
Si sus motivos, su intención es buena, son absolutamente libres, incluso si algún otro interviene y cambia el efecto.
Cuando personas mal intencionadas hacen soportar a inocentes las consecuencias de sus propios errores, entonces estos seres hacen más que doblar las reacciones de las que tendrán que soportar el choque de retroceso. Porque nada puede impedir que la reacción se haga sentir para aquellos cuya intención es mala o que, con propósito deliberado, quieren dañar a los demás. Esta energía descalificada debe ser tratada, pero incluso en este caso, un arrepentimiento sincero ayuda a hacer mínima la reacción, porque esto invierte la corriente, en una cierta medida. Invocando la ley del perdón, alabando y bendiciendo a los que se ha herido o a quien se ha hecho mal, vuelve a la vida la paz y la armonía.
Bien-amados hermanos y hermanas: si parece que repito lo mismo, lo he hecho intencionalmente, a fin de que esta cuestión quede clara y evitar que pueda ser mal interpretada. Es necesario recordar que toda expresión física es transitoria, pasajera y que sólo la esencia del bien realizado es duradera y permanente.
Poco importa lo que hayamos hecho, cuando nos decidamos volver a la casa del padre, que no está hecha con la mano del hombre, encontraremos siempre a la presencia del corazón de diamante, el poderoso “Yo Soy” presto a acogernos con los brazos abiertos: deseoso de elevarnos, de hacernos trascender los cinco sentidos a tal punto que todo deseo de lujuria, de odio, de envidia, de celos o de condena sea borrado de la consciencia para siempre. Aprended, desde ahora que la gran luz que perciben en la casa del padre, contiene infinitamente más alegría que los pobres placeres de los sentidos, que no son sino cortezas.
Mis bien-amados: entren en esta gran luz para siempre por encima de la ley de acción y de reacción.
Si hay una apariencia de falta de éxito, una falta de medios financieros u otra, no tardarán en ver a su bien-amada presencia “Yo Soy” extraer de sus tesoros y darles en tiempo oportuno el uso de su opulencia para bendecir, curar y hacer felices a todos los que están prestos a aceptar la presencia “Yo Soy” y a vivir esta realidad. ¡Bien-amados, tal es el reino de los cielos!
Saint Germain
El ideal de servicio
Nuestro primer servicio es hacia nuestra divinidad, el gran maestro que anima la forma externa.
Cada forma humana tiene su divinidad propia y no se puede, por consiguiente, hacer llamadas a nuestro servicio más allá de un cierto límite. Nadie puede dar en servicio más substancia, energía o poder del que puede obtener de su presencia para tener su forma en armonía, salud y poder. Cuando damos hasta el punto de vaciar de nuestras formas, retrasamos nuestro progreso, haciendo que se retrase el momento de entrar en la gloria y la belleza que se nos destinan. Si los maestros ascendidos hubiesen dado más energía y fuerza de las que pueden generar, no habrían podido realizar la ascensión. Incluso ahora, si los maestros, en un impulso irresistible de servir, diesen radiación sin medida, serían rápidamente atraídos a la atmósfera terrestre. Todos los seres, incluso en el estado ascendido, tienen necesidad de períodos durante los que la atención permanece fija en el más alto centro divino, el corazón universal, el gran sol central, del que la presencia “Yo Soy” es una parte.
El yo divino, la presencia “Yo Soy”, se vuelve hacia el gran sol central, como el yo externo se vuelve hacia la presencia “Yo Soy” para recibir la fuerza, el valor, la abundancia y la perfección necesarios. Presten servicio en la medida de sus posibilidades pero sin extenuarse. Si es necesario, deténganse algunos minutos, algunas horas e, incluso, algunos días; depende esto de la profundidad de su contacto, de la unión con su presencia “Yo Soy”. Recarguen su cuerpo y su copa, el Santo Grial. El servicio real está constituido por los momentos de atención indivisa dados al yo divino, la gran presencia “Yo Soy” porque sin esto nada tenemos para dar.
Puede prestarse más servicio permanente elevando en consciencia un deseo o una persona al corazón de su presencia “Yo Soy”, guardándolo allí durante una hora de contemplación, más bien que luchar durante semanas en la consciencia exterior.
El deseo de servir puede llegar a ser tan tiránico como cualquier otro deseo, porque el deseo no respeta la forma. Vacía su instrumento o canal, sin la menor consideración; porque el deseo no es otra cosa que la fuerza puesta en movimiento. Contrariamente a lo que se piensa, la actividad exterior no es sino una muy pequeña parte del servicio, salvo si el canal o instrumento está en concordancia gozosa, armoniosa y positiva con el maestro interior, la presencia “Yo Soy”. La sabiduría divina debe gobernar la actividad externa en otro tiempo.
Es necesario tomarse el tiempo para guardar la atención sobre el yo divino. El mayor don hecho al alma es el cuerpo, el templo del más alto Dios vivo.
Se irradia mucho poder hacia la humanidad para permitir el servicio, pero los que sirven deben ser prudentemente dirigidos. El deseo excesivo de servir puede llevar a un agotamiento sin beneficio real para nadie.
Debemos primero hacemos conscientes de la energía divina, ilimitada, difundiéndose a través de nosotros, y entonces todo sentido de fatiga o sentimiento de hallarse extenuado se desvanecerá de nuestra consciencia.
Tomen todo deseo de realización en el corazón de la presencia “Yo Soy” y el maestro interior, escuchando en secreto, los recompensará abiertamente manifestando su deseo físicamente.
¡Que la perfecta salud, la abundancia divina del dinero, de armonía, de felicidad y de iluminación sea su patrimonio, para siempre!
Saint Germain
El poder de visualización
Si no aceptamos que la verdad está en nosotros, no tenemos ninguna posibilidad de comprender la verdad que se nos expone. Es indispensable, en consecuencia, darse cuenta de que por la presencia “Yo Soy” en nosotros podemos comprender la verdad que se nos da. Es recomendable “guardar el silencio y esperar”.
Es necesario saber que, durante esta espera, es imposible que no les sea comunicada toda verdad para la que estén preparados.
Hay una corriente de vida interior y una corriente de vida exterior y está la única presencia “Yo Soy” expresándose interiormente.
Para llegar a la solución justa en todas las cosas, necesario es mantener en la consciencia que: “por la poderosa presencia “Yo Soy”, la presencia del maestro interior, conozco la verdad”. Con la atención fija en esta idea, conduciremos la sabiduría divina de la presencia “Yo Soy” a que desarrolle el film de la solución ante su vida externa. La verdadera visión de la presencia es siempre realidad, porque la presencia no puede ver la imperfección, siendo la perfección la ley exclusiva de su ser.
La actividad de la poderosa presencia “Yo Soy” expresa esta ley y no hay otra.
Toda interrupción en la perfecta visión se debe a las nieblas de la conciencia humana que proyectan como una bruma sobre la lente interior.
Persistan en la afirmación de la idea de que la visión perfecta de la presencia “Yo Soy” se expresa en toda actividad exterior. Cuando su determinación es inflexible, su visión quedará suficientemente clara como para permitirles descubrir toda divergencia o irrealidad que intente proyectarse por la actividad mental exterior.
Desde que hayan comprendido la importancia de guardar la atención fija en la única presencia creadora, la presencia “Yo Soy”, dentro, por encima y alrededor de ustedes, quedarán sorprendidos de la rapidez con la que llegarán a ser maestros de su vida y de su entorno.
En toda acción, en que el conductor tiene la visión clara, el éxito está asegurado. La visión clara y verdadera es la actividad divina, la poderosa presencia “Yo Soy” en acción. Es la expresión de la fuerza divina. Desde que se cesa de considerar la individualidad exterior como el poder de ejecución, la visión interior se afirma y la seguridad de la realización del plan divino, inunda la consciencia. Desde que sabes que debe hacerse una cosa, la mente externa debe tomar su partido y pasar a la ejecución. Si hay la menor duda en la mente exterior concerniente a la cosa perfecta a hacer, llaman a la presencia en acción, pidiendo más sabiduría, a fin de que sólo se cumpla el plan divino.
Digan: “Dios, poderosa presencia “Yo Soy”, que tu sabiduría gobierne este asunto ahora”.
Esta afirmación hará desaparecer toda incertidumbre.
No hay medio de protección más poderoso que la radiación de amor divino y la visión de perfección. Por la visión persistente de la activa perfección divina, que es la poderosa presencia “Yo Soy”, obligarás a que se manifieste la absoluta perfección en su vida y en sus asuntos. Para llevar a ejecución sus deseos, es necesario emplear la actividad mental exterior —he ahí por qué todos los grandes maestros han dicho: “Dios tiene necesidad de un vehículo (cuerpo)”.
El estudiante que adopta la firme actitud mental de que: “su cuerpo y su alma son el templo de Dios vivo”, la poderosa presencia “Yo Soy” se convierte en foco de radiación de la perfección divina en toda su plenitud.
La importancia de la visualización no puede sobreestimar eso. Hay tanta confusión sobre el tema que quiero aclarar la cuestión.
La visualización verdadera consiste en guardar interiormente la representación mental de lo que desean ver manifestarse. Este esfuerzo debe hacerse conscientemente y los hará maestros de sus vidas y sus entornos.
La ley de su ser quiere que toda imagen, situada y guardada constantemente ante su consciencia mental, se manifieste en su experiencia.
El proceso de visualización no ha sido bien comprendido: es simplemente una actividad por la que hace que se realicen sus propias representaciones mentales. Cada idea contiene una imagen; incluso una idea abstracta crea una representación mental que corresponde a su concepto de esta idea. En general, la mente externa no es consciente de que la imagen está ahí —por ello la necesidad de observar constantemente la mente y de hacer el esfuerzo consciente de guardar la imagen correcta de la visión.
Es preciso crear el estado de consciencia y guardarlo para que nada pueda obrar en nosotros sin su control. Si no mantienen la idea de que no hay sino Dios en acción, la poderosa presencia “Yo Soy”, entonces millares de sugestiones tratarán de acaparar de su mente, porque son suyos los privilegios y la responsabilidad de escoger. Es necesario escoger, saber lo que quieren y visualizarlo después. Por la visualización, Dios, la presencia “Yo Soy”, ha provisto a la mente humana de un medio de socorro, permitiendo, que se polarice al contacto de la realidad de la perfección divina, a través de la poderosa presencia “Yo Soy”. La ideación crea imágenes sin cesar. El esfuerzo consciente para controlar esta visualización mental es un poderoso medio de superar infinitamente el hábito de la masa de la humanidad de dejar errar su mente de un asunto a otro.
Esta visualización interior sin discriminación es causa del estado caótico de los asuntos humanos.
La visualización dirigida hacia un fin definido es el medio todopoderoso para llevar a la manifestación lo que desean. Acepten, de una vez por todas, que cuando el deseo es constructivo, es la poderosa presencia “Yo Soy” la que está en acción para manifestar la voluntad divina. El poder divino es el que proyecta la visión de la perfección. Lo que desean realizar es lo único a considerar, a condición de que no traiga perjuicio para nadie. En el nombre de Cristo, el poderoso “Yo Soy”, ordenen que nada ni nadie sea lesionado y, después, persistan hasta la realización.
La idea, el deseo y la visión son la triple actividad de la única, gran presencia, el poderoso “Yo Soy”.
La idea, el concepto es el Padre. El deseo, y el sentimiento, es la Madre. La visión, o forma, es el Hijo. La visualización consciente de los rayos de luz, rodeando lo alto de la cabeza, forma la corona, ofreciendo una copa para recibir la fuerza del gran sol central que circula a través de la individualidad.
Cuando seres individuales o naciones intentan suprimir la idea de Dios, la poderosa presencia “Yo Soy”, el único supremo, el verdadero poder de la visión se desvanece y el resultado final es la desintegración. Durante un cierto tiempo, individualidades o naciones parecen estar animadas aún, pero sólo se mantienen de la energía usurpada y, cuando se ha empleado toda, caen en la detención definitiva. Desde el instante en que la capacidad de visualización por contacto con el poder supremo se detiene, cesa toda posibilidad de realización. Es lo que significa la afirmación: “Sin la visión los pueblos perecen”.
Hay millares de seres en Europa que reconocen la presencia suprema, permitiendo así que una cierta cantidad de energía se difunda y se mantenga. Al presente, con la comprensión de la poderosa presencia “Yo Soy” y el esfuerzo consciente de visualización, la acción divina se sostendrá con mayor poder.
En la idea, en el deseo y en la visión se encuentra el poder de mantenerse, si quieren ser conscientes de ello. Califiquen todo lo que hagan con el poder de mantenerse.
La presencia electrónica del poderoso “Yo Soy” es el Padre de toda actividad. Si persisten conscientemente en estas ideas, generarán un poder formidable. Persistían gozosamente, sabiendo que la técnica es infalible y verán que esta poderosa presencia “Yo Soy”, no conoce limites, que ella controla todas las cosas y experimentarán la perfección que ella es.
Bendición
Poderosa presencia “Yo Soy” y bien-amado Saint Germain: damos las gracias por liberar la actividad de la visión divina omnisciente en nosotros y en toda la humanidad, a fin de que todos puedan participar de la plenitud de su victoria y de su luz con la rapidez del relámpago.
La conciencia proyectada
(Misterios develados)
Deseo que fijen firmemente en su mente y que recuerden con frecuencia para su contemplación el hecho de que las leyes que les explico y les enseño a usar, han de llevarte dentro de una condición de maestría consciente sobre todas las fuerzas y cosas sobre la Tierra. Esto significa que, no importa lo que se esté experimentando, ustedes siempre tienen en todo instante el control completo y consciente en su propia mente y cuerpo, y están capacitados para usar su propia libre voluntad en todo momento.
En este estado de consciencia proyectada, están completamente consciente y tienen pleno dominio sobre todas sus facultades en cada instante. No hay nada en absoluto acerca de esta instrucción y su uso, que en algún modo sea la condición hipnótica o de trance, ya que en el trance y en la hipnosis la voluntad consciente del individuo que está experimentando, no está funcionando, lo que es una actividad desastrosa y muy peligrosa para todo el que permita que tenga lugar en su mente y cuerpo.
No hay dominio o maestría consciente en las prácticas hipnóticas o de trance, y éstas son muy destructivas y peligrosas para el desarrollo del alma de aquel que se permite tales prácticas. Por favor, comprendan plenamente que el consciente control, la maestría y el uso de las fuerzas y cosas sobre esta Tierra, deberían en todo momento estar bajo la dirección de tu “Yo” interno o divino, a través de la perfecta cooperación y obediencia de todas las facultades en la mente y en el cuerpo, a aquella dirección interna.
No existe maestría sin esto, y aquellos que son conocidos como maestros ascendidos nunca, nunca imponen por fuerza ninguna actividad sobre la prerrogativa dada por Dios, de libre voluntad del individuo.
A un estudiante le puede ser dada la experiencia de la proyección, si un maestro ascendido decide expandir su consciencia temporalmente, de modo que experimente lo que está sucediendo en dos o más lugares al mismo tiempo. En tal condición, las facultades del estudiante están completamente bajo el control y la dirección de su propia libre voluntad en todo momento. Él está plenamente consciente y activo donde quiera que se encuentra su cuerpo, y también en el lugar adonde el maestro ascendido decida dirigir su atención para la enseñanza.
La razón por la cual un maestro ascendido eleva temporalmente la consciencia del estudiante es para enseñarle cómo puede hacer esto por sí mismo por medio de su propio esfuerzo, conscientemente y a voluntad.
La consciencia proyectada es sólo el aumento del grado de vibración de la estructura atómica en la mente y en el cuerpo del estudiante. Esto se hace por medio de la radiación de un maestro ascendido, y es una actividad de la “luz” que aumenta el grado vibratorio hasta el punto fijado por él para la experiencia. En el grado mayor, uno usa sus facultades de la vista y del oído exactamente como lo hace en la vida diaria, excepto que son expandidas hasta la zona u octava próxima encima de la humana.
Tal uso de nuestros sentidos es igual al que experimentamos en todo momento en estado de vigilia, porque podemos darnos cuenta de lo que está cerca y de lo que está distante exactamente en el mismo instante. La expansión o contracción de nuestra consciencia depende enteramente de lo que desea el individuo. Esto está siempre sujeto a la libre voluntad y dirección consciente del estudiante.
Uno puede, por su propia decisión, estar consciente de cierto árbol en un jardín o de todo el jardín. Uno usa la misma facultad de la vista para observar a ambos, y la usa exactamente en la misma forma. Cuando desea ver todo el jardín, hace que su vista amplifique su actividad hasta que abarque todo lo que desee. La expansión mayor aún incluye a la expansión máxima anterior, de modo que ves que debes estar consciente del pleno control de todas tus facultades en ambos lugares al mismo tiempo. La actividad que tiene lugar es realmente una amplificación del campo de acción en el que actúa la vista.
El uso de su facultad de la vista, en esta proyección o expansión de la consciencia, se realiza por medio del aumento del grado vibratorio en el nervio óptico. Todo el procedimiento corresponde a lo que tiene lugar cuando uno usa un largavista o telescopio.
En la experiencia corriente, la consciencia humana ha estado acostumbrada a usar sus facultades sólo dentro de ciertas zonas o campos de acción, y la prueba de esto es que uno puede escuchar el sonido de la voz de una persona que esté presente físicamente en el cuarto y hablándole, y uno puede también oír el timbre de un teléfono que suena en otra parte de la casa exactamente en el mismo instante. Todas las facultades de la actividad externa son elásticas. Pueden ser usadas ya sea como un microscopio o como un telescopio, dependiendo enteramente del deseo y voluntad del individuo.
Si uno puede estar consciente del sonido en el cuarto en que se halla su cuerpo físico, y también percibir el sonido de dos o tres cuartos de distancia, por el mismo procedimiento exactamente, con una expansión aún mayor de esta facultad, uno puede oír hasta un sitio más distante. Para hacer esto uno debe aumentar el grado vibratorio hasta que llegue a la zona más distante.
Cuando contemplamos a esta gran actividad divina interna, no ven cuán perfectamente y fácilmente se incorporan los sentidos externos a los internos, y los que han sido dos se convierten en uno.
Esta actividad de la consciencia puede ser aplicada a todos los demás sentidos, así como el de la vista y del oído, tal proceso de elevación es natural, normal y armonioso, tan sencillo como la sintonización en el radio de cualquier frecuencia de onda deseada. Las ondas de radio y las de la vista y del oído son partes de la misma actividad. El sonido contiene color y el color contiene sonido. En la experiencia diaria corriente, los seres humanos pueden oír el color y ver el sonido siempre que alcancen un gran aquietamiento.
Dentro de ciertas octavas o zonas, la vibración es captada por los nervios de los ojos y el resultado es lo que llamamos la vista. Otras son captadas por los nervios del oído y el resultado es lo que llamamos oído. Los ojos de la persona del término medio sólo ven objetos cuyo grado vibratorio está comprendido dentro de ciertas octavas, ya que no ven por debajo del rayo o zona infraroja, ni por encima de la ultra-violeta. A través de la radiación de un maestro ascendido, la estructura atómica del cerebro y del ojo vibra con la rapidez suficiente para expandirse dentro de la octava próxima por encima de la humana.
Esta misma actividad puede ser expandida hasta varias octavas más, ya sea por la radiación del maestro, o por mandato del “Yo” divino o interno del individuo. Muchas personas tienen tales experiencias involuntariamente, pero rara vez comprenden lo que significan o cómo se llevan a cabo. En los casos en que los individuos han tenido momentos de consciencia trascendental o han sido altamente inspirados, esto es lo que ha ocurrido, aunque ellos rara vez reconocen la ayuda que han recibido.
La visión o consciencia proyectada no tiene nada que ver con los cuadros mentales, producidos por sugestiones que sólo existen en las mentes de otros seres humanos. Tales pensamientos y visiones sólo son lanzados directamente dentro de la mente de otra persona, por el que emite la sugestión. Es la misma actividad que tiene lugar cuando uno refleja la imagen del sol en un espejo, y luego lo desvía hacia la pared.
La sugestión es tan diferente de la consciencia proyectada, como es diferente el pensar en un lugar, a estar presente físicamente en él. La proyección es viva, viviente, real, como cuando su cuerpo físico está pasando por una experiencia, ya que es la acción de su “Yo” divino interno con quien el maestro ascendido es uno el supremo.
Saint Germain