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Introducción

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Mis abuelos maternos tuvieron ocho hijos, cuatro mujeres y cuatro hombres; todos se casaron y cuatro lo hicieron dos veces, por lo que mi abuelo decía que a sus hijos les gustaba tanto el matrimonio que la mitad de ellos había repetido.

Aunque el título de este libro es Ni solterona, ni divorciada, no pienso que las mujeres tengan que casarse para ser felices. Conozco muchas mujeres casadas que son infelices; también me parece muy válida la posición de quienes no tienen en sus planes casarse. El matrimonio no es para todos. Pero no nos digamos mentiras, a la mayoría de las mujeres les gustaría encontrar un príncipe azul y vivir con él felices para siempre.

Lamentablemente, parece que con el tiempo casarse y permanecer casados es cada vez menos probable. En Colombia, cada día la gente se casa menos, pero se separa más. En 2017, según cifras de la Superintendencia de Notariado y Registro, se inscribieron 56.973 matrimonios en el país, mientras que en 2010 se registraron 131.447; es decir, en siete años, hubo una disminución de 57% en el número de matrimonios. Y esta cifra es bastante alta, más si tenemos en cuenta que la población del país ha aumentado en esos mismos años un 8%.

Por el contrario, la cifra de divorcios aumenta. En 2017 se registraron 22.720 divorcios, mientras que en 2010 se registraron 13.346, es decir un incremento del 70%.

He conocido varias historias de matrimonios fallidos, que considero pudieron haber tenido un final diferente si hubieran puesto en práctica muchas de las recomendaciones que doy en este libro.

Llevo 20 años de casada (con el mismo hombre) y en estos tiempos esto parece ser toda una eternidad. Tengo la fortuna incluso, de haberme casado dos veces con él. No tenemos hijos, así que con seguridad no sigue casado conmigo por los niños. La primera vez nos casamos por lo civil cuando tenía 25 años y la segunda por la iglesia a los 30 años.

A mí me encanta estar casada y si bien considero que mi matrimonio es feliz (espero que mi esposo piense lo mismo), el hecho de llevar casados tanto tiempo no es garantía de éxito. Los matrimonios hay que construirlos día a día. Mi suegro decía que hogar viene de hoguera, y al ser una hoguera hay que atizarla día a día, de lo contrario se apaga; creo que tenía mucha razón.

Tengo 45 años, y aunque me gustaría tener 25, los años no solo me han traído algunas arrugas, sino también muchas experiencias, las cuales me gustaría compartir con la esperanza de que ayuden a que otras mujeres puedan tener matrimonios duraderos y llenos de momentos felices. Son estos momentos los que nos ayudan a superar los tiempos difíciles, porque no hay matrimonios perfectos como en los cuentos; en la vida real siempre se presentan inconvenientes.

Como no me las sé todas, decidí conversar con personas felizmente casadas y divorciadas (feliz o infelizmente), para que me dieran sus opiniones, las cuales espero que puedan poner en práctica, de manera que cada día haya más matrimonios felices.

En el primer capítulo he incluido algunas pautas para escoger a la persona adecuada, pues si no se elige bien, será poco probable que el matrimonio funcione. En el segundo hablo sobre las expectativas poco reales que tienen los recién casados y acerca de las bases que hay que establecer para comenzar con pie derecho un matrimonio; en los capítulos tercero y cuarto resumo algunos consejos e ideas prácticas sobre lo que se debería hacer o no en un matrimonio.

Muchos de estos consejos los pongo en práctica en mi matrimonio, aunque a veces se me pasan, por eso me parece conveniente tenerlos presentes por escrito. Y finalmente en el último capítulo, trato el tema de las diferencias, porque con seguridad habrá momentos en que vamos a querer ahorcar a nuestros esposos y con seguridad ellos también querrán hacer lo mismo. Si tratamos de convertir esas peleas en discusiones con final feliz, la convivencia será mucho más agradable.

En este libro trato temas cotidianos que se presentan en el matrimonio, pero si los problemas de pareja son mucho más serios, como en el caso de maltrato físico o psicológico, recomiendo buscar ayuda profesional.

Espero que esta lectura les resulte entretenida y útil a todas las mujeres que quieran tener un matrimonio feliz y duradero.

Por supuesto, todos los nombres se han cambiado para proteger la identidad de todos aquellos que generosamente contribuyeron con sus propias historias.

Ni solterona ni divorciada

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