Читать книгу Resumen De ¡Eres Un Crack!: Como Dejar De Dudar De Tu Grandeza Y Empezar A Vivir Una Vida Maravillosa - Sapiens Editorial - Страница 4

Cuando un bebé llega a este mundo, todas sus expresiones giran en torno a las emociones. El llanto cuando tiene hambre, cuando está incómodamente sucio, cuando siente frío o calor, son las formas básicas de comunicación con el exterior.

Cuando nacen, los bebés son el estado más natural del ser humano. Son completamente inconscientes de sí mismos y de las expectativas que la sociedad ha puesto sobre ellos desde el momento de su nacimiento, las de sus padres, en primer lugar, las de la comunidad toda después. Desde los primeros días de su vida, la sociedad empieza a moldearlo y a transformarlo en aquello que quiere que sea.

A medida que un bebé comienza a explorar el mundo, estrena los primeros mensajes de las personas que lo rodean que le indican qué debe hacer y qué no y, en general, cómo debe moverse por el entorno, mensajes que no cesan jamás. Estas creencias que recibe desde el exterior, se graban en la psiquis sin que el bebé manifieste voluntad alguna de que esto ocurra. Su subconsciente es el que actúa.

Muchos de estos aprendizajes son necesarios para la seguridad del niño, para preservar su salud y su vida y constituyen una manera precisa de entender el mundo (la estufa es caliente y peligrosa, por ejemplo). Otras simplemente son presuposiciones, prejuicios que recibe de los que lo rodean (las nenas juegan con muñecas, los varones con autitos, por ejemplo).

Este camino que recorre un bebé desde que nace es claro para entender cómo se forma la mente consciente e inconsciente. Aunque la mayoría de las personas sólo son conscientes de lo que la mente consciente adquiere y conserva, la mente subconsciente registra toda la información a nuestro alrededor sin filtro alguno.

Nos guste o no, nuestra mente subconsciente es la que aporta información para constituir “nuestras creencias”, un conjunto de suposiciones y de juicios que determinan nuestros pensamientos y acciones. En muchos casos, somos completamente ajenos a estas formas que viven en nuestro interior, que son parte de nosotros y que mueven los hilos de nuestras vidas.

El primer paso para asumir el control de nuestra mente subconsciente es tomar conciencia de que existe. Para eso, debes comenzar por pensar en tus creencias sobre el mundo y sobre la vida. Trata de identificar las experiencias que te han hecho pensar de esta manera.

Encontrarás que tu mente subconsciente te ha llevado a emitir juicios que no sabes cómo han surgido en tu cabeza, por ejemplo, “soy gordo, por tanto no valgo nada”, o “Sólo las personas muy inteligentes pueden triunfar” y pensamientos por el estilo.

Estas creencias determinan tu techo. No importa lo que quieras lograr en tu vida, si tu subconsciente te limita, si te indica que eso no es para ti, no lo lograrás.

Reconoce estos preconceptos, estos prejuicios, estas valoraciones y creencias que involuntariamente se han arraigado en ti, domina a tu subconsciente y lograrás vencer.