Читать книгу Los pilares del potencial humano - Sebastián Peralta Galisteo - Страница 8
ОглавлениеPrólogo
Desde hace algunos años siempre quise escribir este libro. Siempre tuve muchas ideas al respecto. Todas ellas partían de preguntas, preguntas cuya búsqueda de respuestas me ayudaban a conocerme mejor a mí mismo. El momento ocurrió, y llegó justo después de defender mi tesis doctoral, cuando el famoso virus SARS-CoV-2 cambió el mundo. Durante unos meses se nos prohibió a los ciudadanos el libre tránsito. Solo se permitía lo imprescindible. Intenté aprovechar ese tiempo para estudiar y aprender cosas pendientes y, cómo no, empezar este libro que desde hacía tiempo rondaba ya en mi cabeza.
Soy farmacéutico, y en los comienzos modernos de mi ciencia, una de las formas de buscar un nuevo principio activo era a base de hacer barridos a cientos de sustancias; de esta manera, se tomaban muchas plantas, hongos y especies vegetales, de las cuales se extraían y analizaban cientos de sus componentes hasta que, ¡eureka!, se encontraba algo interesante, como una sustancia relajante o una molécula anestésica. La cuestión es que en la ciencia y la vida en general las circunstancias suelen ocurrir así. Las cosas no llegan casi nunca a la primera, llegan después de intentarlo y buscar muchas veces, de permanecer e insistir en el camino. Claro, las casualidades también pueden existir, pero si no hay trabajo se disipan rápidamente. Un ejemplo de ello fue Alexander Fleming, un médico muy importante en la historia de la humanidad. Este señor descubrió el primer antibiótico allá por 1928. Fleming trabajaba en su laboratorio y cierto día se fue de vacaciones, teniendo un olvido: dejó una placa de cultivo de bacterias que se contaminó. A su vuelta, lo sencillo hubiera sido desechar la placa de cultivo, pero se detuvo a observarla, descubriendo que había un hongo, el cual había impedido el crecimiento de bacterias. Su descubrimiento fue revolucionario, pero sin el conocimiento y trabajo previo la pequeña oportunidad se hubiera esfumado. En muchas ocasiones, las oportunidades o cientos de buenas cosas llegan a nosotros, pero no se las sabe entender. Como consecuencia, se desechan, se obvian o se interpretan mal. A Alexander Fleming se le volcó un hongo en una placa de bacterias y a todos seguramente algo así nos suceda en mayor o menor nivel cada día. Convertir lo que a priori es una dificultad en algo que nos sea beneficioso, ya sea en lo material, relación o como aprendizaje general, debe constituir la manera en la que se ve y se vive la vida.
Este libro recoge una organización de cientos de ideas destinadas a mejorar y sacar una mejor versión de nosotros mismos, haciéndonos más conscientes de nosotros y nuestro entorno. Por ello, también creí que podría hacer un bien a cualquier lector, y por esa razón decidí publicarlo algún tiempo después. Todas estas ideas están organizadas en cuatro grupos, los cuales denomino pilares por su función de elemento estructural de una persona y constituyente de su base. Los pilares tienen dos funciones principales: una es que nos permiten construir en torno y sobre ellos (subir plantas y hacer paredes); y la otra es que son el soporte de toda nuestra construcción cuando existen adversidades, como terremotos, vientos o tormentas. Además, los pilares desde fuera no se pueden ver. Hay que entrar dentro de la casa y fijarnos para poder encontrarlos. A primera vista están ocultos en las personas. Por estas razones lo titulé así.
A lo largo de los capítulos se exponen consejos y reflexiones, con el objetivo de llegar a constituir un punto de partida en múltiples circunstancias de la vida. En ellos quizás encuentre usted, lector, muchas cosas que ya conocía. Otras no le serán tan útiles, pero con todo mi cariño espero que encuentre también algunos puntos que le inspiren y le ayuden a prosperar y mejorar como persona de alguna manera, porque ese es el fin supremo de este libro.
Como se ha expuesto anteriormente, la estructura de un edificio se encuentra en el interior, y es que la construcción y el desarrollo personal siempre comienzan en el interior; de hecho, todo debería ocurrir en nuestro interior y luego proyectarse fuera. La vida ocurre dentro de la casa y por fuera solo tenemos la fachada. Teniendo en cuenta eso, se puede considerar que gran parte de lo que ocurre en nuestras vidas depende de nosotros, y no me refiero al mundo exterior, porque este no se puede controlar en la mayoría de los casos. Me refiero a dentro de la casa: nuestros sentimientos, emociones, conocimientos, pensamientos, etc. Llegar tan lejos como desees depende solo de ese interior, de la energía que se invierta, de cómo se construya la casa en la metáfora. El potencial nace en nuestro interior, pero ha de ser conducido a un área en concreto. Es algo parecido a lo que ocurre con una bala. Los gramos de pólvora que contiene son muy pocos, pero su detonación ocurre en un lugar muy pequeño y toda la energía se concentra en un estrecho espacio. Es tal la concentración que su explosión empuja la bala a unas velocidades de cerca de 1.000 kilómetros por hora. Sin embargo, si esos pequeños gramos fuesen depositados en una superficie plana como una mesa y fueran prendidos, la energía se desparramaría en todas direcciones, produciendo un leve chisporroteo.
Existe la posibilidad de que ese potencial energético sea focalizado gracias a nuestra conciencia. Dependiendo de esto, variará la intensidad y profundidad de tu vida en cualquier área que se elija. La energía focalizada es poder utilizando las herramientas adecuadas, y quiero considerar este libro como una herramienta de empoderamiento personal.