Читать книгу Certificación energética en edificios existentes - Sergi Pérez Cobos - Страница 4
Prólogo
ОглавлениеMucho se está hablando en la actualidad, y no siempre correctamente, de la eficiencia energética como muestra de inteligencia en la gestión de los cada vez más escasos recursos. Hay crisis económica, pero también energética, y ambas concatenan en un imparable aumento del coste de la energía. Una subida espectacular que ya se nota casi de una día para otro. A nadie le pasa desapercibida la factura energética. Quizá, como dijo Einstein, debamos dar las gracias a la actual situación de crisis que un observador sin perspectiva podría encontrar desalentadora. La actual crisis económica ha sido el único revulsivo que ha abierto los ojos al devorador de recursos (y siempre falto de compasión o humanidad) que es el sistema capitalista. Ese ente que solo reacciona a lo económico ha notado las señales, su bolsillo tiene un agujero, un agujero energético que tiene forma de euros perdidos. Lejos quedaron esos tiempos en los que nuestra sociedad, tantas veces torpe durante esta pasada década, se permitía construir sin ni siquiera reflexionar en el coste de la futura explotación de lo construido. «Acaben rápido esa obra, que ya tengo vendidas la dos siguientes …»
Cuando llega el momento de pensar en rehabilitar nuestros edificios existentes, no debiéramos permitirnos otro período de ceguera semejante; sería un fracaso sobre otro existente, llovería sobre mojado. Por suerte esta vez, la economía está de nuestra parte, y eso es lo que impera en la sociedad del libre mercado. La crisis, la falta de recursos, ha avivado nuestro ingenio, así que bienvenida. Nos hemos visto obligados a hacer las cosas bien. Ahora pensaremos antes de actuar y lo haremos porque es rentable y lo rentable se puede vender y, por lo tanto, generar actividad económica y empleo. Se trata de economía real, de economía pura. La eficiencia es capitalizar lo que ya estás gastando. No vendes algo que tiene un coste sino que palías un gasto que ya está corriendo y con este ahorro cubres el coste de tus esfuerzos. ¿Puede haber algo más coherente? ¿Podemos permitirnos pensar de otra manera? Hoy es ya el tiempo de la eficiencia en su más amplio sentido; es el tiempo de la eficiencia energética, pues no olvidemos que todo es energía.
LORENZO MORALES