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© Sheila Mulero Almeda

Diseño de edición: Letrame Editorial.

ISBN: 978-84-18362-28-6

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PRESENTACIÓN DEL LIBRO Y

@NUTRIESTRATEGIC

Eres esclava de tu cuerpo cuando lo tapas constantemente porque no aceptas su forma, cuando solo deseas que cambie, cuando todas tus acciones se dirigen hacia eso, cuando no lo escuchas, pasas hambre y, aun así, no comes, cuando sigues comiendo aun encontrándote mal pensando en que luego vas a vomitar, cuando necesitas comprobarlo constantemente y checkear que todo está en su sitio... Cuando dejas de salir con amigas o pareja solo por no comer fuera o no saber qué vas a comer... Cuando el miedo a engordar está por encima de tu bienestar... Cuando solo puedes pensar en ello, cuando no soportas mirarte al espejo o cuando te criticas por tener grasa o algún defecto físico... Todo esto no tiene nada que ver con tu cuerpo. Tu cuerpo es ya. Es todo lo que tiene que ser porque así lo necesita.

Puedes tener las caderas más grandes de lo que te gustaría pero ahora piensa: ¿Qué cambiaría en tu vida? Ponerte otra talla de pantalón, ¿algo más? ¿Te querrían más? ¿Cambiaría algo de tu alrededor? ¿Y más pequeñas por qué? ¿Con quién las comparas? ¿Por qué te haces eso? ¿Quién marca lo que es ideal? ¿La sociedad? ¿Y quién es la sociedad?

¡Somos nosotros! Tenemos que dejar de juzgarnos por nuestro cuerpo y dejar de hacerlo a otras personas.

Amo profundamente mi trabajo por poder hablar y entender la forma de percibir y percibirse a una misma más allá de un físico o de su belleza... Cómo darle la vuelta a todo eso y ver los cambios de mentalidad de las personas que se implican en su proceso. Obviamente hay quien se queda en el camino porque no soporta la idea de dejar los kilos a un lado y ver qué sale de este renacer... Pero quien se queda y lo experimenta... Hace magia.

Soy Sheila Mulero, psicóloga sanitaria y psicoterapeuta estratégica especializada en Dietética y Nutrición, TCA y autoestima. Siempre he sabido que mi vocación era ayudar, de más pequeña me decían que se me daba bien escuchar y ayudar a las personas a solucionar sus problemas… Aunque mi autoexigencia y perfeccionismo no me dejaban verlo en absoluto. A pesar de (o gracias a) mi complejo mundo interno, empecé a estudiar Psicología. Después de la carrera, pensé que me había equivocado de profesión, no le veía sentido alguno a todo lo trabajado y estudiado. Así que me adentré en el mundo de la Nutrición pensando que así solventaría mis problemas de insatisfacción conmigo misma y mi cuerpo. Por suerte, seguí leyendo mucho y encontré los libros de Giorgio Nardone que me animaron a realizar el máster de Alta Formación de Terapia Breve Estratégica. Gracias a ello, pude unir ambas disciplinas y trabajar con una visión mucho más holística de la persona para ayudar a mis estratégico/as en la consulta privada.

El objetivo principal de este libro es ayudar a personas a indagar dentro de ellas, conocerse y cuestionarse, aprender a romper las creencias disfuncionales que le invalidan en su vida. Aprender a quererse y aceptarse como acto de revolución. Solventar su relación disfuncional o tormentosa con la comida (la cual está totalmente ligada a la mala relación con una misma y el propio cuerpo).

En esta recopilación de posts de Instagram podrás hacer un recorrido por todos los aspectos que considero necesarios para que puedas atravesar y transitar tu proceso terapéutico sintiéndote lo más segura y acompañada posible. Como en el proceso de crecimiento de una planta, me gustaría con este escrito plantar una semilla, y que aprendas a regarla con cariño y que, con mucha paciencia, consigas verla(te) florecer.

Permitidme que hable en femenino la mayoría del tiempo ya que un 85% de mis lectoras son mujeres.

1. PSICOLOGÍA

1.1. ¿QUÉ NO ES PSICOLOGÍA?

Algunos psicólogos decimos (medio de broma medio en serio) que la Psicología es TODO, está en todo. Y aunque estudiemos tanto sobre ella, siempre van a quedar materias, estudios, teorías, ideas, técnicas… por saber, estudiar e intentar poner en práctica. Y muchas de esas herramientas tan necesarias no se pueden estudiar porque son mucho más complejas que una simple teoría. Tan complejas como que cada persona es un mundo distinto y hemos de entender las idiosincrasias personales que existen.

Los psicólogos estudiamos en cuatro años de carrera (antes cinco), más dos de máster de especialidad, más dos del general sanitario ahora, más todas las horas de lectura, artículos, prácticas, voluntariados, posgrados, cursos, formaciones, conferencias, talleres... Aun así, hay personas que se autodenominan coachs (otras sí se forman como tal de forma legalizada y estructurada) que creen que pueden solventar problemas complejos con frases de autoayuda o algún curso o libro que han hecho. Por desgracia, ir al psicólogo sigue sin estar bien visto. Queda mal, es de locos o enfermos o se suele pensar: «No estoy tan mal».

Realmente todos lo necesitamos o podemos beneficiarnos en mayor o menor medida de esos servicios. No es solo escuchar y hacerte de espejo como en las películas, ni leer la mente, ni buscar teorías raras en tu infancia y mundo interno… Es comprender nuestros pensamientos, emociones, impulsos… Nuestros patrones mentales, creencias, valores… Descubrir nuestra esencia y ayudarla a superar las barreras del ego.

La psicología es diferente del coaching. Este es una herramienta más para poder ayudar a motivar, a sacar las mejores habilidades y potencialidades de una persona, a superar problemas... Un psicólogo puede ser coach, pero un coach no es psicólogo y muchas veces incluso se autodenominan coach aun sin haber estudiado nada al respecto. No pongáis en juego la salud por dejaros llevar por una persona que haya leído muchos libros de autoayuda, que haya visto vídeos de YouTube, influencers o de personas carismáticas, porque la mayoría de veces no velan por tu bienestar sino por el suyo y el de su negocio.

Hoy en día, seguimos queriendo aferrarnos a cualquier atisbo de luz, cualquier promesa de mejora increíble, rápida y mágica... Carta astral, consejos de personas que han pasado por un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) y creen poder ayudar a otras (cobrando por su ayuda), dietistas que dicen quitar la ansiedad con su dieta, coachs de la vida gracias a libros de autoayuda, entrenadores con técnicas únicas y mágicas que solo ellos saben hacer que bajes de peso y resuelvas todos tus problemas...

No digo que el psicólogo sea la solución siempre, ni que todos tengan la solución ni que vayan a dar con la tecla perfecta en todos los casos, no todos podemos conectar con todos los pacientes que acuden a nosotros... Pero al menos hay una formación extensa y una concienciación clara de lo complejo que es el problema. Y tenemos un código deontológico según el cual no vamos a engañar, no vamos a crear dependencia ni mirar primero por nosotros ni nuestros intereses, si hay conflicto de intereses o conocemos a los implicados o nos remueve algo por dentro estamos obligados a derivar el caso, nunca pretenderemos inculcar nuestros valores, etc.

Y por supuesto, abogo por una AYUDA HOLÍSTICA, pero dentro de la legislación y plena consciencia y conocimiento del servicio que se está adquiriendo.

Empecemos con algunos constructos importantes de la Psicología que necesitamos aprender y entender:

1.2. AUTOESTIMA

Para mí la autoestima es quererse sin condiciones, creerse y sentirse válida, buena y suficiente por quién se es (como en la filosofía budista). ¿Qué es para ti?


Cuando llevas toda tu vida odiándote sin saberlo, hablándote mal, machacándote por todo lo que haces, nunca nada es suficientemente válido porque no te sientes suficiente... Cuando no te soportas y no puedes con tu propia mente... Cuando lo pagas, no solo contigo sino con el mundo... Es lógico que de alguna manera «explotes». En algún momento buscas cambiar lo que sea que necesites para no ser más así contigo. Normalmente lo intentas de mil formas y la última es la del autoconocimiento y desarrollo personal a nivel psicológico.

Si consigues aprender a amarte, a verte con otros ojos, a quitarte la máscara del ego... Llega un punto en el que vives tal paz que piensas: «¿Por qué no lo haría antes?».

Frena, calma... Compasión, amor y paciencia en todos tus procesos. Si no lo hiciste antes fue porque no pudiste o no tenías aún los recursos necesarios para dar los pasos que necesitabas para llegar adonde estás ahora. Hacemos lo que podemos con el grado de consciencia que tenemos en cada momento y etapa. Valora cada paso. Porque son los que hacen que al «final» (nunca hay final porque el proceso de aprender a quererse es infinito, es para siempre, un constante) parezca que es magia haber llegado hasta aquí. Pero no lo es, todo es fruto de tu trabajo, por lento o pequeño que pueda parecértelo.

FACTORES


En lo que se refiere a autoestima, hay tantos aspectos a tener en cuenta y que se pueden trabajar... Sabemos que la forjamos desde pequeños y el foco de atención suele estar en lo externo, en las comparaciones con otros niños de clase o de la familia, en los resultados de nuestras notas, esfuerzos, etc. Y empezamos a creer que así es como se gana una la autoestima. Soy mejor o peor en función de mis esfuerzos y resultados, en función de lo que digan de mí mis profesores que me evalúan o mis referentes como la familia con sus comentarios... Y no debería ser así. Deberíamos educar en algo diferente, hace falta un cambio muy grande en la educación (vengo de familia de profesores que lo confirman y luchan por ello a diario) y entre ellos está el hacer entender que debemos querernos sin condiciones, que el foco debe estar en lo interno, en uno mismo y no en los demás y que con esa base... Todo suma, de todo se aprende y tu autoestima es mucho más fuerte, menos inestable y más validante y funcional.

BENEFICIOS

Hablamos mucho de la autoestima y se piensa que esta solo se reduce a quererse mucho y siempre. Y hay mucho más a tener en cuenta:

 Las personas con una autoestima sana son capaces de valorarse, sentirse valoradas por los demás, mantenerse vinculadas al grupo social con el que conviven y están predispuestas a progresar, mejorar su condición y superarse.

 Tienen sensación de controlar razonablemente las circunstancias.

 Abandonan la comparación.

 Dejan de lado el pensamiento contrafactual (algo que no ha sucedido pero que podría suceder).

 Aprovechan las oportunidades y sienten curiosidad, no miedo. Se lo toman como retos u oportunidades.

 Se perciben valiosas: respetan tanto sus derechos como los de las demás personas (estilo asertivo).

 Luchan por lo que piensan merecer.

 Cuidan su autoimagen e integridad física.

 Renuncian a prácticas temerarias o autodestructivas.

 Disfrutan con la creatividad: capacidad de improvisación, hacer las cosas de manera distinta, innovar, crear.

 Tienen menor necesidad de sobrecontrol (las personas inseguras aspiran a tenerlo todo controlado porque no confían en sí mismas).

 Aceptan los aspectos que no le gustan (de la persona o de su vida), no con resignación.

 Presentan proactividad a la hora de marcar un plan de acción o tomar decisiones.

 No es un estado al que llegar y ya está, es un constante, un camino que transitar.

CÓMO EMPEZAR A QUERERSE

Aprender a quererse es un trabajo largo y a veces duro. Porque hay que desprenderse de las creencias más arraigadas, cuestionarse, sentirse en todas las facetas de la vida ya sean buenas o malas... No vale solo con decirlo y subir una foto atravesando tapujos o complejos (¡Que está genial hacerlo también!). Primero hay que parar y observarse. Autoevaluarse.

Autoestima no es solo quererte cuando haces las cosas bien. Es relativamente fácil sentirse orgullosa cuando consigues un objetivo u obtienes un resultado positivo... Pero el peligro de esto es que puede interferir el perfeccionismo y que siempre te exijas a ti misma más y más y más...

Cuando se construye una autoestima lábil suele acarrear muchas otras dificultades personales. En cambio, con una autoestima fuerte no necesitas la aprobación externa siempre, no te comparas, no te juzgas constantemente, hace que te valores en todas las facetas, en las más eficientes y resolutivas y en las que no tanto… Una debilidad reconocida puede convertirse en fortaleza también. Te ayuda a ser capaz de trabajar tus miedos, tus inseguridades, permitirte fallar, errar, retroceder, solo así se aprende muchas veces...


Puedes empezar por aquí puntuándote del 1-10 en:

 Autorespeto: 1 sería no te respetas nunca en la forma de hablarte, tratarte, cuidarte... Y 10 te respetas siempre independientemente de las condiciones o factores que puedan influenciar.

 Autoconcepto: 1 sería tener una imagen muy negativa de ti misma y tu forma de ser y 10 que sea positiva siempre.

 Autoaceptación: 1 sería no aceptar cómo eres en ningún aspecto y 10 en todos.

 Autoconocimiento: 1 sería no conocer o saber qué te gusta, qué te apasiona, tus virtudes, tus cualidades, tus defectos... Y el 10 ser consciente de todo ello.

 Autoestima: 1 sería darte muy poco valor general, no quererte y 10 sería quererte incondicionalmente.

A partir de aquí se puede trabajar mucho cuestionando en qué aspectos hay que trabajar más o menos y cómo:

¿Qué cambiaría en tu vida si puntuara más alto en todo? ¿Qué pequeñas cosas podría empezar a cambiar o hacer? ¿Qué sería diferente si en autoconocimiento (por ejemplo) puntuara un poco más arriba? ¿Qué cambiaría en mí? ¿Qué pequeñas cosas puedo hacer para acercarme a ello? ¿Cuánto de mi tiempo estoy invirtiendo en esto? ¿En qué estoy priorizando entonces?

Y cada día hay que trabajar algo. Demostrándote día a día con pequeños detalles que estás esforzándote en dejar atrás tus habituales pensamientos/conductas autodestructivas o que te hacen daño y que muchas veces vienen automáticos. Pero cada vez serán más fáciles de identificar y, por consecuencia, trabajar con ellos.

Ten amor propio y date cariño porque te lo mereces independientemente de lo que hayas hecho bien o mal, perdónate, sigue adelante, háblate bien, lucha por lo que quieres, confía en ti, cuídate...

Y si no puedes creértelo, haz como si pudieras, haz todo aquello que harías si confiaras en ti y en tu potencial para llegar a ser o conseguir lo que quieras. Haciendo cosas distintas conseguirás sentir emociones distintas y por ende, pensar distinto...

EJERCICIO

Hay muchos ejercicios para ayudar a mejorar la autoestima en internet. Uno de ellos es el de dibujar un árbol bien grande, el que más te guste, con raíces, tronco, ramas, hojas, frutos... Tú eliges qué añadir. En las raíces escribe tus cualidades, habilidades y capacidades. En el tronco escribe cosas positivas que haces. En la copa, los éxitos, pequeños logros, triunfos o hechos por los que puedes estar orgullosa.

La idea es que tú sola consigas rellenarlo sin problemas pero cuando se tiene una baja autoestima, esto cuesta. Puedes ponerte en la mente de las personas que te quieren y pensar en qué te dirían ellos o puedes compartirlo con ellas y te irán diciendo nuevos aspectos que tú no veías.

Valora en el proceso:

¿Cuánto te ha costado valorarte o encontrar todo aquello bueno de ti? ¿Te valoras suficiente? ¿Los demás encuentran más cosas buenas en ti que tú misma? ¿Cuántas de las cosas que te dicen están relacionadas o condicionadas al peso/talla/forma de tu cuerpo? ¿Qué crees que cambiaría si te valoraras un poco más?


Interioriza estas máximas de autovalidación. No sirve de nada que te lo diga yo. Necesitas que esa voz venga de ti y necesitas creértela. ¿Cómo? Trabajando mucho en ti misma. No es egocentrismo, no es ser egoísta. Es amor propio y autoestima y sin ello todo lo demás es insostenible.


A veces (o toda la vida) nos centramos tanto en los demás que olvidamos amarnos a nosotros mismos. El amor propio… Tan poco valorado, tan olvidado... lo dejamos para el final.

«Tengo tiempo para todo y para todos pero no para mí». Para mostrarme cariño y ternura, para demostrarme que valgo, que puedo, que me necesito, que soy suficiente, que soy y vivo acorde a mis necesidades, valores, virtudes... Que no vivo en piloto automático sino que paro, me escucho, medito, actúo... Esto repercute en todos los ámbitos de tu vida sin que te des ni cuenta.

Así que quiérete y si no sabes cómo... Busca la manera de hacerlo hasta que lo consigas. La terapia también sirve para esto, no solo para solucionar problemas también para entenderse, evitarlos, mantenerse en equilibrio, entrenar habilidades, trabajar la autoestima y autoconcepto, autorespeto y autoconocimiento...

RELACIÓN ENTRE SOBREPESO/OBESIDAD Y AUTOESTIMA

La obesidad es un problema complejo que abarca muchas variantes. Una de ellas, desde el ámbito psicológico es la autoestima. En personas con obesidad, esta se ve afectada por varios motivos de forma consecuente: estigma, juicios, imposibilidad de realizar algunas acciones de disfrute, menos opciones laborales, etc. Con su consecuente apatía y confianza en uno mismo para solventar sus problemas. Pero también se ha encontrado una relación causal directa (a menos autoestima junto con todo el resto de factores implicados… más probabilidad de padecer obesidad).

Además esto puede retroalimentar que se acabe desarrollando otros trastornos psicológicos como TCA, depresión y ansiedad.

Sabemos que la imagen corporal de los niños con obesidad se ve mermada poco a poco en base a las experiencias y comentarios de sus adultos y compañeros de referencia y eso condiciona sus vidas.

Es importante que se valore la imagen corporal desde una perspectiva multidimensional (aspectos afectivos, emocionales, cognoscitivos, sociales, etc.) y no solo nutricional o de la actividad física. El hecho de tener una mirada más amplia, compasiva, comprensiva y basada en el amor propio, podría contribuir a modo de prevención para que tanto los niños como sus padres se sintieran menos amenazados y menos resistentes para asumir y trabajar sobre la condición de obesidad junto a un equipo de salud especializado.

La estigmatización y discriminación hacia las personas con obesidad (gordofobia), al contrario de motivar para bajar de peso, generan sentimientos y pensamientos de devaluación e ineficacia (bajada de autoestima) que interfieren en los esfuerzos de prevención e intervención y, por lo tanto, en los resultados.

La aceptación es imprescindible para una autoestima sana y más como condicionante para una pérdida de peso efectiva. Ser capaz de distinguir lo que depende de uno mismo y lo que no... No es lo mismo resignación ni autoindulgencia, que tener una falsa creencia de control total (ambas situaciones serían los extremos).

Desde un equilibrio y estado de aceptación y bienestar mental, inevitablemente, conseguiremos llegar al estado de paz y armonía que tanto anhelamos. Desde esta posición puedes conseguir realizar una pauta dietética adaptada a tus necesidades sin querer conseguir los resultados de forma rápida o insana. Escuchando al cuerpo, disfrutando del proceso, confiando en ti y tu dietista de cara a conseguir los objetivos de salud que os marquéis.

Afecta también el sobrepeso al autoconcepto, autoestima y percepción corporal. Y todo esto influye en las emociones, pensamientos, acciones... Y estas, a su vez, siguen retroalimentando ese sobrepeso. A veces, es difícil encontrar dónde empieza el problema.

¿Y qué hacemos ahora para solucionarlo?

La mayoría de historias empiezan por un «de pequeña estaba gordita» o «nunca había tenido sobrepeso pero tampoco estaba delgada» y pasaron por burlas y comentarios hacia el físico por parte de otras personas (ya sean compañeros de clase o adultos de la familia, profes...), por experiencias que promueven una mala relación por la comida... Y aunque todo eso determina muchas creencias y formas de ser y actuar, piensa en la adulta que eres ahora, con los recursos que tienes ahora, con tu vida actual...


1.3. AUTOCUIDADO


¿Cuánto hace que no tienes un momento zen? ¿Cuánto hace que no respiras profundamente unos segundos? ¿Cuánto hace que no meditas? ¿Cuánto hace que no te sientes en paz contigo misma? ¿Cuánto hace que no dejas de pensar en todos menos en ti? ¿Cuánto hace que no paras en todo el día y pasan los días sin darte cuenta de que no vuelven? ¿Cuánto hace que te necesitas? ¿Cuánto hace que no sabes qué pasa por tu cuerpo? ¿Cuánto hace que no sabes de ti? ¿Cuánto hace que no haces algo por cuidarte?

A veces hace falta parar y observar para poder conocerte mejor y poder canalizar, organizar o crear un plan de acción para mejorar todo aquello que te falta o necesitas en tu vida. Autocuidado no es solo ponerse mascarillas o cuidarse físicamente.

Autocuidado puede ser: ver, tocar, sentir, estar cerca del mar, tomar el sol y sentirlo en la piel, una ducha caliente, un masaje, ponerse cremas, bailar, caminar, tomar algo/comer algo rico o diferente con gente que quieras, abrazar y besar a tu pareja, acariciar a tu mascota… Puede ser simplemente estar presente en tus acciones.

Autocuidado puede implicar a otros también, no solo a ti, lo importante es que por ti misma consigas fuentes suficientes de autocuidado para conseguir un buen nivel de amor propio, felicidad, bienestar, tiempo para ti... No solo trabajar, estudiar, tareas de casa, responsabilidades y todo hacia fuera.

Otras formas de autocuidado muy recurrentes son hacer deporte, cocinar, pintar, dibujar, escribir, oler aceites esenciales, darse un baño, baño de pies, meditar, hacer respiraciones profundas, leer, regar las plantas, abrazar árboles, ver vídeos de tu interés, hacer yoga, dedicarse un momento para parar y simplemente estar y disfrutar de las vistas/momento/sensaciones presentes…

CHUTE DE ENERGÍA

¿Notas que necesitas un chute de energía, que vas a medio gas y no tienes fuerzas ni ganas de... Ejemplos: empezar el cambio que necesitas/hacer lo que te habías propuesto/ser constante en un propósito/seguir tu dieta/entrenar con ánimo...?

Quizás puedes revisar qué cosas te absorben energía:

 ¿Te preocupas en vez de ocuparte en hacer aquello a lo que tanto le das vueltas?

 ¿Tienes varios frentes abiertos y llevas demasiadas cosas a la vez?

 ¿Te distraes con cosas que no son importantes como las redes sociales, mirar el móvil constantemente...?

 ¿Tienes tareas empezadas pendientes sin acabar?

 ¿El desorden o desorganización forma parte de tu vida?

 ¿Te autopresionas y autoexiges demasiado?

 ¿Sueles quejarte y frustrarte ante las dificultades?

 ¿Sabes cuándo retirarte de la batalla?

Primero elimina o valora alejarte de todas las fuentes que te roban la energía y después sigue buscando lugares/personas/actividades/emociones que te la recarguen.

FLUIR/FLOW


El flow es un término que usamos en Psicología que significa fluir, dejarse llevar y es lo que nos pasa cuando estamos enfrascados en algo que nos encanta hacer per se (no nos fijamos tanto en el resultado porque este es una consecuencia del proceso) que pasan las horas volando porque nos metemos tanto en eso que perdemos la noción del tiempo. Y esto implica mayor concentración, menor sensación de fatiga, menos esfuerzo, más autoestima, más placer.

Trabaja en encontrar tus momentos de flow si no sabes qué te lo provoca y si lo sabes, busca espacios para deleitarte en ello.

DESCONECTAR

Desconectar para conectar contigo misma o reconectar. Con el ritmo frenético de trabajo que llevamos siempre, a veces cuesta parar, buscar nuevas formas de ilusionarse, encontrar nuevas sensaciones o lugares, dedicarse tiempo a uno mismo solo para disfrutar. ¡Pero lo necesitamos! Y si no le prestamos atención, el cuerpo o mente en algún momento nos pasará la factura.

Igual que nos esforzamos a diario en ser buenos en nuestros roles de trabajo, también deberíamos intentar serlo con y por nosotros mismos y nada más.


AUTOCUIDADO DESDE EL AUTOCUIDADO


Autocuidado no puede trabajarse desde la exigencia, ni con prisas, presión o perfección... Es paradójico y contradictorio. Buscar estar contigo misma desde la autoexigencia y control, es lo contrario a la intención de la meditación y espacio que tanto necesitas para ti… Desde la impaciencia y la búsqueda obsesiva del equilibrio, solo consigues más de lo mismo… De tanto buscar la paz desesperadamente, solo consigues más ansiedad.

1.4. AUTOACEPTACIÓN


En el mundo fitness está muy de moda el eslogan de buscar tu mejor versión: «¡Todo se puede! ¡Nada es suficiente nunca, y si no lo consigues es porque no quieres, vaga!».

Tener un objetivo (del tipo que sea: bajar la grasa corporal, mejorar la estética, dormir más, sacarse unas oposiciones, conocerse mejor...) como forma de mejora y capacidad de superación y motivación es maravilloso. Pero más maravilloso aún es sentirse a gusto y suficiente en lo que ya se es, sin más presión ni exigencias.


Demasiadas veces esa mejor versión se refiere única y exclusivamente a un físico... Siempre querremos ser mejores y mejorar en ciertos aspectos de nuestra vida y eso es evolución, es crecimiento y es valentía de superar nuevos retos y no quedarse estancado en algo que no te gusta o no te hace feliz. Pero que eso no implique que no te aceptes, no te hables bien, no te des cariño, no te cuides, te olvides del resto de cosas buenas que tienes, etc.

Pero si estás cómoda y feliz no tienes por qué buscar el siguiente reto que superar ni ser tan ambiciosa como la sociedad nos inculca.

Y es importante no solo intentar ser o mostrar lo bueno y bonito de una, sino entender todas las partes que tenemos y aceptarlas para no caer en la resignación, frustración, autoflagelación o sentimiento de culpa constantes. Somos luz y oscuridad, somos humanas, no robots.


En la Psicoterapia breve estratégica trabajamos mucho con la lógica no ordinaria, teniendo en cuenta las paradojas, contradicciones y ambivalencias de la mente. Como no podemos evitar los autoengaños diarios ya que todo lo que vemos está condicionado por nuestra percepción de la realidad... ¿Qué puede ser más útil que utilizarlos a nuestro favor?


1.5. PERFECCIONISMO Y AUTOEXIGENCIA


Es curioso como normalmente utilizamos la autoexigencia y perfeccionismo como argumento para conseguir mejores resultados, retarnos, conseguir más, no estancarnos, demostrarnos que podemos... Tanto que al final lo normalizamos e integramos en nuestra vida como si no hubiera otra vía.

Aunque querer mejorar nos ayuda a motivarnos y movilizarnos, debemos cambiar de estrategia cuando nos hacemos daño bajo este precepto y no conseguimos sentirnos nunca en paz. Y sí hay otra vía, mucho más efectiva y respetuosa: la autocompasión. Que dista mucho de lo que se entiende por compasión. No es darte pena, no es «dejarse», ni resignarse: es escucharse, respetarse y quererse para entender que no somos perfectas ni necesitamos serlo. Es darse cariño, paciencia, apoyo y calma ante las adversidades o cuando sintamos no estar a la altura.

Nos merecemos cariño, amor, paciencia, comprensión y amabilidad sobre todo de nuestra parte.

¿Cómo podemos ser autoexigentes de forma sana y efectiva?

 Con críticas constructivas y no machacarnos por machacarnos.

 Buscando una forma sana alternativa de ver la situación.

 Hablándonos con respeto, cariño y compasión.

 Señalando los errores solo si aportamos formas de mejorarlos.

 Valorando cada detalle o logro positivo (no destacar solo lo malo).

 Aprender a no caer en comparaciones ni metas irreales ya que no llevan a nada más que la frustración, inseguridad, etc.

 Rebajar la intensidad de autoexigencia, que no sea extrema ni constante.

Para conseguir algo que cuesta, hay que esforzarse pero olvida la necesidad imperiosa que te lleva hasta castigarte si no cumples con esa disciplina, constancia y esfuerzo autoimpuestos.

CÓMO EMPEZAR A SER AUTOCOMPASIVA...

Si tu mejor amiga/o o alguien muy importante para ti cometiera un error…

¿Qué le dirías? ¿Lo machacarías más y lo fustigarías para que aprendiera? ¿O le hablarías con cariño y le darías otra perspectiva pensando la parte positiva para que se sintiera mejor? ¿Quizás buscarías un aprendizaje para que ese fallo tuviera un sentido y conseguir reconfortarlo...? ¿Y por qué no lo haces contigo?

Háblate con cariño, como si fueras tu mejor amiga/o. Realmente tú deberías ser tu mejor aliada y no tu peor enemiga, como suele pasar...

Cuando venga un pensamiento negativo sobre ti misma, cámbialo. Escríbelo y reformúlalo en positivo, con amabilidad, dulzura y cariño. Y si no puedes cambiarlo a positivo, busca la versión más neutra y objetiva posible.

Si no te sale… Piensa en qué te diría tu abuela (o tu madre o tu pareja, la persona que más te quiere en el mundo). ¿O qué te diría una persona que no conoces de nada?

Hablarte mal a ti misma hace que consigas solamente predisponerte a volver a caer o errar y seguir en el papel victimista de ser o hacer todo eso negativo que dices que eres o haces. Quiérete demostrándolo en tus acciones y pensamientos.

PERFECTA/O

¿Qué significa? ¿Qué es? ¿Qué es para ti? ¿Quién está seguro de lo que es perfecto y lo que no? ¿Para quién? ¿Todo el mundo cree que eso que tú ves perfecto lo es? ¿Por qué es tan importante? ¿Qué quiere decir ser perfecta? ¿Y no serlo? ¿En qué ámbitos? ¿En todos? ¿Durante cuánto tiempo? ¿Para siempre? ¿Para todos significa lo mismo?

Entonces… ¿Por qué intentas perseguir la perfección? ¿Por qué crees que es la única manera de hacerlo? ¿En otro momento de tu vida quizás te funcionó? ¿Sí? ¿Y ahora? ¿Te funciona? Y si no te funciona, ¿por qué sigues insistiendo? ¿Quizás no encuentras más alternativas…?


Pero es imposible que sea perfecto para todo el mundo porque cada persona es, ve y vive diferente las mismas experiencias y estas cambian a lo largo de su vida. Porque somos seres complejos pero a la vez mucho más simples. No intentes entenderlo todo, ni tener siempre una certeza para actuar... Juega con lo que te vaya trayendo la vida, sé flexible, adáptate, cambia, ríe, llora y disfruta de cada uno de esos procesos...

Adelgazar o aprender a quererse puede ser un camino muy arduo si condicionas toda tu vida a ello, si te juzgas cuando no cumples el plan, si te machacas y vas cansada y estresada todo el día... O puede ser muy divertido si tomas cada día como un reto para demostrarte a ti misma que te quieres, te escuchas, te cuidas, te das valor, disfrutas de cada comida, cada emplatado, cada bocado...

Cuanto más intentas ser perfecta, más difícil se te hace. Otra paradoja.

Es un ideal inalcanzable. Nunca llega. Siempre se puede hacer más y mejor y el inconformismo sigue haciendo de las suyas... ¿Le vas a dejar? ¿O vas a empezar a quererte lo suficiente como para entender que eres suficiente y que no necesitas ser más ni mejor? No tienes que quitarte más calorías ni hacer más ejercicio ni adelgazar más ni comer todo natural si no te apetece o tu vida no se amolda a ello. No te compares, no te dejes llevar por la vida de otros.


¿Replanteamos objetivos? Buscar ser perfecta es sentirse insatisfecha siempre... En cambio, buscar felicidad, plenitud, pasión, goce... ¿Qué crees que te hará sentir?

A modo de resumen:


No eres perfecta, no te exijas serlo, ni te critiques por no conseguirlo. No te quejes tanto de ti misma y tus acciones. No te compares y no caigas en el victimismo. No hagas todo eso porque solo te perjudica a ti... Te hace tomar peores decisiones y llevar a cabo peores conductas que solo te confirman los pensamientos negativos iniciales que ya tenías y que no te ayudan a salir de ese bucle de negatividad.


Trabaja para ello tu autocompasión. Aprende a escucharte y tratarte como lo harías con la persona que más quieres en el mundo e intenta convertirte en ella para ti.


La trampa del perfeccionismo y su infinita exigencia como una escalera infinita. Una escalera que cada escalón que subes, parece que aumenta escalones y sube aún más su final, el cual nunca llega. Nunca es suficiente para la mente perfeccionista. No es que quiera ser perfecta, es que necesita constantemente buscar la perfección mayor.


JUICIOS INTERNOS

Podemos identificar tres tipos de juezas internas y puede ser que te identifiques con todas:

 La inquisidora te hace creer que, sea como sea, al final, siempre eres tú la culpable.

 La saboteadora te dice que, sea como sea, te equivocas o lo estás haciendo mal.

 La perseguidora es la que te hace pensar que nunca estás a la altura, que hagas lo que hagas, no es suficiente.

No suelen aparecer literalmente diciendo eso pero, por ejemplo, si por mucho que te esfuerzas en tu cambio de hábitos y el día que comes algo que consideras que no está bien comer, aparece la saboteadora y solo ve esa parte y no todo el resto de cambios que estás llevando a cabo y todo lo que estás consiguiendo... Si, por ejemplo, te dicen algo que te molesta o hace daño y te defiendes y marcas límites y luego con cómo te contestan te sientes culpable, ahí está la inquisidora haciendo de las suyas. O si, por ejemplo, crees que hasta que no bajes de peso no serás feliz, haces dieta estricta, bajas mucho de peso pero aun así no es suficiente, hasta el punto de que empiezas a tener ansiedad y atracones y vuelves a subir de peso...

EJERCICIO

Reconoce tu jueza interior y si va cambiando a lo largo de los hechos que se den o hay alguna más presente que otra y escribe lo que te diga. Coge distancia con ello y no te creas lo que te dice.


Y recuerda:


Porque forma parte de la naturaleza humana emitir juicios, evolutivamente tenía un sentido de protección y seguramente siga teniéndolo aunque no nos ayude en muchos sentidos. No te juzgues por juzgarte, aprende a reconducir ese juicio con curiosidad y benevolencia.

1.6. CONCEPTO DE BELLEZA

MATRIX: LOS ESTÁNDARES DE BELLEZA


En temas referentes a la percepción y aceptación corporal así como de la apreciación de la belleza... Estamos en «matrix», como dice Carlos Ríos.

En el mundo de la alimentación y nutrición, hay muchos engaños de la industria de los ultraprocesados respecto a lo sano y sus alusiones a lo light, artesano, casero, 0%, sin grasas, bajo en calorías, etc. Cada vez somos más conscientes de estos engaños y de la realidad que se esconde bajo estos productos. Que lo sano y más nutritivo es la comida real cada vez lo tenemos más claro gracias a la labor de muchos y grandes nutricionistas. Pero en cuanto a los cánones de belleza seguimos estando en un engaño totalmente condicionado desde que somos pequeñas por miles de pequeños y sutiles mensajes de que la belleza es sinónimo de delgadez, así como de éxito.

Ejemplos:

 En las películas Disney, las princesas que son todas extremadamente delgadas, son las que consiguen al príncipe. Solo las criadas, feas o secundarias tienen una forma corporal distinta al prototipo estético delgado.

 Cuántas de las actrices y modelos en las películas tienen grasa visible si no hacen específicamente el papel de «la gordita maja».

 En revistas, las fotos están absolutamente cambiadas con el Photoshop para quitarle cualquier supuesta imperfección y si salen al natural se dedican a criticarlas.

 En la industria de la moda la mayoría de tallajes son cada vez más pequeños y en los «ángeles de Victoria Secret», la chica que lleva la talla plus size pesa 55 kgs (que el peso no es importante pero ya nos entendemos).

A todo esto, añadamos una sociedad en la que se tergiversan términos como el «bodypositive» (movimiento para promover que se dé aceptación y respeto en toda la diversidad de tallas y formas de los cuerpos) diciendo que hace apología de la obesidad y que eso no es salud. Las redes sociales están llenas de fotos de abdominales y músculos tersos sin celulitis viviendo por y para el cuerpo…

Nos creemos que esto es la realidad que nosotras «deberíamos» poder conseguir, estar así de delgadas y de «perfectas». Nos hemos creído (todas en mayor o menor medida, en algún momento de nuestra vida) que si no estamos así de delgadas, o de estilizadas, o sexys, o con un busto prominente o sin celulitis o con piernas muy finas, o más maquilladas, o más o mejor lo que sea... No seremos exitosas o válidas o bonitas o queridas o suficientes...

Salgamos de Matrix. Todas las personas somos diferentes y bellas a nuestra forma. Hay muchas formas diferentes de cuerpos y ojalá todas sin complejos ni prejuicios. Y ojalá dejáramos de guiarnos por los cánones marcados socialmente sobre lo que debemos o no ser, cómo debemos actuar o cómo vestirnos, maquillarnos, sentirnos, etc.

Empieza a hacer limpieza de redes y busca cuentas que promuevan la diversidad corporal, que veas cuerpos de todas las formas y tamaños porque todas esas mujeres merecen la misma atención y valoración que las que tienen ese cuerpo «escultural» según Matrix.

CONTEXTO

Creo que es importante contextualizar el tema de la belleza. En la sociedad en la que vivimos:

 Capitalista (producir, generar, ganar dinero…) que solo contribuye a alimentar el ego y el consumismo, el tiempo hay que dedicarlo al trabajo y ganar dinero, estar con uno mismo y autoconocimiento es perder el tiempo… Y cuanto más dinero, más puedes enriquecer a la industria e invertir en moda, productos de belleza, tratamientos estéticos, etc.

 Con un ambiente obesogénico en el que cada dos pasos tienes a tu alcance algún producto de alimentación ultraprocesado que potencia las calorías vacías de nutrientes y simplemente la gratificación inmediata alterando el umbral del sabor y la capacidad de decisión de la persona en cuanto a elecciones saludables.

 Gordofóbica por el estigma y rechazo social que se ha interiorizado hacia las personas con sobrepeso… Dando por hecho que son más despreciables por no ser suficientemente conscientes de la necesidad de cuidarse con la alimentación y son unos glotones que deberían comer menos y moverse más…

 Machista (cada vez menos pero sigue siendo así por la historia de nuestro país y la transmisión generacional) y patriarcal, con lo cual las mujeres tienen más complicaciones y presiones añadidas en cuanto a los cánones de belleza, roles en el trabajo y casa que compaginar como madres, más dificultades y exigencias para acceder a puestos de éxito, acoso, degradación, etc.

Es importante entender el contexto para poder darles un sentido a muchas de las actuaciones de nuestros padres (así como de nuestros profesionales sanitarios y educadores). Su educación, valores y experiencias les hacen actuar y pensar de una determinada manera que, con las mejores intenciones, pueden llegar a conseguir los peores resultados (en nuestra autoestima, confianza en uno mismo, capacidad de decisión…).

Y es importante actualizarse y entender las diferencias:


En el aspecto físico, podemos encontrar diferentes patrones en cuanto a cánones de belleza y perfección en función de la edad de la persona, sus referencias culturales, sus modelos a seguir, expectativas de vida, referencias sociales o de la sociedad actual… El ejemplo claro es que, antiguamente, la belleza residía en la opulencia y los cuerpos con formas voluptuosas porque eso indicaba riqueza y salud. En los años 40, después de la postguerra, lo «ideal y bello» era un cuerpo con formas, curvas e incluso excesos visibles de grasa. Se llegaban a vender productos para subir de peso. Una prueba más de que la publicidad y el marketing nos condicionan en nuestro ideal de belleza.

De la misma forma, que la piel fuera blanca indicaba un nivel de nobleza ya que no se tenía que trabajar en el campo con el sol incidiendo en la piel… Hoy en día, en general, la línea a seguir es estar más delgado y algo moreno para estar guapo.

Cuando nos pasamos de cierto punto, cuando se tiene éxito en el exceso de control hace que cada vez se exija más control hasta que es insostenible y se pierde… El exceso de control hace perder el control.

Por ejemplo, cuando una persona con anorexia consigue adelgazar y dejar de comer con éxito, cuanto más adelgaza, más gorda se ve y menos siente que tiene que comer para seguir adelgazando. Con la tanorexia, cuanto más morena se pone, más blanca se ve y más quiere tomar el sol, poniendo así en peligro no solo su piel, sino su vida. Esto pasa porque a partir de un cierto umbral, las lentes de visión a través de las cuales se ve el mundo, se deforman y dejan de funcionar correctamente, ya no nos enseñan la realidad sino nuestra realidad distorsionada.


Así lo creo en la sociedad en la que vivimos donde conozco muy pocas personas (casi ninguna mujer) que no haya tenido que trabajar en aceptarse y aprender a quererse porque las señales de que algo está mal en ella, en su cuerpo o su cara, algo que se puede mejorar y que no es suficiente son incesantes.

Te lanzo algunas preguntas para que te cuestiones:

¿De verdad seré más feliz estando más delgada? ¿Y si nunca llego a ser lo suficientemente delgada? ¿De verdad se mide la belleza en delgadez? ¿Si alguien me critica por mi peso tengo yo el problema? ¿Habla de mí o de él? ¿Necesito entrar en ese canon estético que nos corta a todas por el mismo patrón o empiezo un acto revolucionario de amor propio y trabajo en sentirme bien para estar mejor en mi vida?

QUÉ ES BELLEZA


Ojalá no odies nada de ti y simplemente no te guste y sepas aceptarlo con benevolencia y compasión... Pero aun así, creo que esta frase deja muy clara cómo de subjetiva es la belleza. Algo que a ti no te gusta de ti (por los motivos que sean) puede enamorarle a otra persona. Por eso a veces cuando se dice lo de que «nos tiene que dar igual lo que opinen los demás» no acabo de verlo realista. Escuchando cómo nos ven los demás también aprendemos a vernos con otros ojos. Obviamente cuando no le pides opinión a alguien sobre ello entiendo que sea molesto en según qué personas, contexto, fases, circunstancias... Pero muchas veces nos dicen halagos muy bonitos y nuestras creencias irracionales sobre cómo debería ser nuestro cuerpo no nos dejan ver o entender que eso es real para alguien y quizás podamos sacar un aprendizaje bonito sobre una misma y la relación con el propio cuerpo.

En nuestros tiempos hay un gran culto al cuerpo, a conservarlo joven y atlético a través de técnicas quirúrgicas o productos. Todo es válido con tal de retener la juventud el máximo posible de tiempo. Y se valora más la belleza de un cuerpo que la belleza en las ideas, la belleza en un acto noble, el valor de una persona.

Se busca una belleza hueca, vacía, que sigue unos estereotipos según la moda, como herramienta de seducción, como forma de poder (para manipular, para vender algo, para conseguir nuestros fines) o quizá a veces como forma de encubrir carencias y debilidades.

Miremos más allá. Todos en esencia somos bellos y únicos, hay que saber verlo y el trabajo empieza, como en la mayoría de veces, por uno mismo. El mundo es tal como tú percibes que es.

Además una paciente estratégica me dijo una vez:


Y qué importante entender que la belleza física es pasajera y que no vale la pena centrarse tanto en ella. Cuando hablamos de los sueños muchas veces no son cosas materiales y menos físicas de uno mismo. Cuando inviertes más tiempo en tus valores y reorganizas prioridades... Todo cambia.



Hay belleza en cualquier parte, sal de Instagram y busca la belleza en todo lo que puedan captar tus ojos (que no son iguales que la cámara del móvil, son mucho más sensibles, captan muchos más matices y están mucho más conectados con el resto de sentidos y nervios corporales que acaban derivando en emociones).

La belleza no está en los cuerpos, ni en una foto con pose sexy, sino en los ojos que miran, en lo que observas y los detalles que captas...


«Quédate con lo bonito», que puede parecer en algún sentido superficial cuando hablamos de estos términos de bonito o bello, pero es que va mucho más allá...

¿CULTO AL CUERPO?


Si buscar ese cuerpo «perfecto» te genera angustia, presión, infelicidad, ansiedad, depresión... No puede ser esto lo que necesitas. No has venido a esta vida a sufrir.

¿Qué crees que vas a encontrar con ese físico? ¿Cómo crees que vas a ser después de conseguirlo? ¿Más feliz? ¿Más bella? ¿Para quién? ¿Crees que tendrás así más autoestima? Después de privarte, castigarte, compararte, amargarte... ¿Qué mensaje le das a tu ser? ¿De merecer amor o todo lo contrario?

El culto al cuerpo solo crea disconformidad, tensión, rigidez, obsesión... E incluso una distorsión de la realidad en la que nunca ves tus avances o mejoras porque siempre encuentras algo a mejorar o cambiar. Se genera una discrepancia entre lo ideal y lo real.

Mejor céntrate en la salud, no como ausencia de enfermedad, sino como conjunto de hábitos que te lleven al estado total de bienestar, en paz contigo misma... Entendiéndote, escuchándote, amándote, dándote lo que necesitas... Y ver qué prioridades tienes con esta nueva mirada: «¿De verdad necesito esos abdominales?», «¿De verdad necesito esas piernas?»… Vayamos más allá y entendamos que un físico atractivo no lo hace solo el cuerpo sino el conjunto con la mente. Y que todos estamos expuestos a juicios pero el único que debe o puede afectarnos es el nuestro propio.

MANIQUÍES «GORDOS» Y GORDOFOBIA

El maniquí estándar tiene como medidas 86 cm de pecho, 60 de cintura y 86 de caderas. Aunque no sea nada descabellado, encontramos pocas mujeres que entren en esas medidas en la vida real y de hecho el marketing ha estudiado que hacer los maniquíes con esas medidas irreales es una forma de llamar la atención de las mujeres hacia comprar esa ropa porque les atrae el tipo de cuerpo con el que sueñan.

Ese maniquí está normalizado y no le sorprende a nadie verlo, pero si lo comparamos con las piernas de una chica real podemos ver claramente la locura de pretender llegar a ese ideal. ¿Ideal para quién? ¿Quién te ha hecho creer que eso es un ideal de cuerpo y que el tuyo no es ideal?

Además de que, normalmente la persona se culpa a sí misma por no conseguir esas piernas, en vez de entender que eso no es justo y que no puede juzgarse a sí misma en base a esto.

Recientemente han salido algunos nuevos maniquíes con otro tipo de cuerpos. En México los hay con «barriga cervecera», está claro que un perfil de este tipo no estaría sano porque las medidas de relación cintura-contorno son indicativas de riesgo cardiovascular y riesgo de otro tipo de problemáticas patológicas. Nadie quiere normalizar ni fomentar la obesidad... Si bien, estas personas van a tener que vestirse igual, son personas que merecen respeto y poder vestirse con ropa de su talla. Aunque no haya maniquí con barriga al que ponerle la camisa XXXL, van a seguir existiendo personas con esa demanda.

Nike también creó un maniquí de talla grande y hubo gran polémica en redes: «Esto no es salud». Realmente el problema es que presuponemos hechos conductuales a través del cuerpo de la gente y no tenemos en cuenta su genética, la familia, sus hábitos, sus necesidades, su estilo de vida, el funcionamiento de su tiroides u hormonas... Todas las personas, independientemente de la forma de su cuerpo, merecen poder ponerse ropa que les parezca bonita, les siente bien y les sea cómoda. Y que si quieren bajar de peso sea desde el amor por sí mismos y no desde el odio, rechazo, estigma, juicios, miedo, etc.

ROPA Y TALLAS


La talla en un principio debería suponer facilitar las cosas a la hora de vestirnos y comprar ropa pero lo complicamos y convertimos en algo más allá... Como si un número pudiera definirnos. Como si la talla que usáramos diera algún otro aporte a nuestro valor. Como si fuera un condicionante de nuestra valía.

Eres mucho más que un número, un peso, una talla, una cara bonita o un cuerpo. No puedes dejar que te reduzcan a lo físico solamente y mucho menos que eso te condicione para sentirte bien contigo misma.

LA ACTITUD EN TIENDAS DE ROPA...

Algo importante a destacar (cuando tienes una mala relación con la comida y/o con tu cuerpo) es que sabes que esto va a ser una fuente de estrés. Por lo tanto, conociéndote, no vayas cuando estés susceptible anímicamente, la intención inicial de esto (como de todo casi) debería ser disfrutarlo.

No es una prueba de reforzamiento a tus inseguridades, no busques una confirmación de tus pensamientos negativos sobre ti misma, no busques definirte en función de la talla o número de la prenda.

Busca sentirte bien, encontrar las formas, tejidos, colores y tamaños que te sienten bien y con los que te sientas a gusto. No adelantes acontecimientos, no pienses en el futuro («Me lo compro y no paro hasta caber en él»: ERROR). Por favor, no te hagas eso.

Ya es duro no sentirte a gusto en el cuerpo que tienes o con cómo eres como para hacértelo aún más difícil con este tipo de pensamientos y exigencias. Todos los esfuerzos en buscar esa fuerza de voluntad que te falta, redirígelos hacia darte el cariño y amor que necesitas y aceptar todo de ti. Para vivir el momento presente como mereces (no pensando en el futuro, ni en «si estuviera más delgada me podría poner eso»).



Al respecto podemos...

 Enfadarnos ya sea con nosotras mismas o con el mundo, pasarlo mal, sufrir, culparme de no haber hecho la dieta, de no ser suficiente, de necesitar adelgazar, de reafirmar la idea de que estoy gorda o mal... Contarnos la historia de que delgada seríamos más felices, todo iría bien... Podemos culpar a la sociedad y enfadarnos con ella, sentir verdadera rabia y desesperación y seguir alimentando pensamientos en esa tónica: si la gente no fuera tan superficial, si nos valoraran más por lo que somos y no nuestra apariencia... Podemos culpar a nuestras madres que se comparaban con otras mujeres delante nuestro cuando éramos pequeñas, o hacían dietas estrictas por su propia inseguridad y baja autoestima, por su atención a tus piernas o barriguita, por hablarse mal y decirse gorda delante de ti... Podemos hacernos las víctimas dramáticamente de todo lo que nos pasa (y añadimos en nuestra mente que seguramente estando delgadas no nos pasaría).

 Entender el contexto (no justificarlo) e incluso amarlo por darnos la oportunidad de aprender y resurgir de él, por hacerme atender a eso que tanto necesito de mí, en mi interior, no exterior (ropa, espejo, cuerpo...). Podemos ampliar la mirada y ver más allá de esos trozos de telas con unas puntadas y una forma de costura y acabados en función de la época, la industria de la moda etc. No dejemos que nos afecte y nos defina. No nos juzguemos por no caber en una prenda o una talla (solo son números que cambian en función de la tienda y el momento de la moda). Empoderémonos y vayamos más allá de los cánones estéticos que son muy limitados y valoremos la belleza de todos los cuerpos tengan la forma que tengan.

COMPRAS COMPULSIVAS Y SU RELACIÓN CON LA COMIDA

Otras formas de desconexión de uno mismo que ayuda a conseguir una sensación de placer y felicidad momentánea son: el shopping compulsivo, los atracones de Instagram, las series, las drogas, la tele...

Por ejemplo, con el Black friday pasa un poco como en el trastorno conocido como FOMO (fear of missing out o miedo a perderse algo) y se quiere aprovechar el descuento aunque no se necesite realmente nada, una excusa más creada por el capitalismo.

En el ámbito de la comida suele darse cuando hay mucha oferta como en los buffets o eventos importantes. Esa sensación de no querer dejar de probar nada y comer «como si no hubiera un mañana porque al día siguiente ya no tendremos esa comida delante y hay que aprovechar»...

El FOMO es en parte resultado de las redes sociales y los avances tecnológicos porque podemos estar en muchos sitios a la vez y aprovechar mucho el tiempo. Pero cuanto más quieres abarcar, menos centrada estás en algo y menos capacidad de sentirlo y disfrutarlo.

En la comida genera tal ansiedad, descontrol y desconexión que lleva a un empacho casi asegurado. De fondo hay una sensación desesperante de nunca ser suficiente ni poder estar en todo y a la vez una especie de necesidad de control máxima que cuanto más nos centramos en ella... menos controlamos y más control tiene la comida o eso que queremos controlar sobre nosotros. Que no se apoderen de vosotros los descuentos, ni el acumular, ni el poseer, ni el demostrar... Cuando lo pienses o necesites, céntrate en tu esencia, que no se puede comparar ni comprar. Marta García es una experta en cómo alimentar tu esencia.

¿UN MOLDE PARA TODAS...?

¿Por qué nos cortan a todas por el mismo patrón? ¿Por qué nos lo creemos? ¿Por qué nos hacemos eso a nosotras mismas? ¿Por qué debe haber un modelo a seguir? ¿Por qué alguien con «x» forma o tipo de cuerpo nos hace sentirme menos o peor? ¿Por qué nos hacemos eso? Si cada una de nosotras es distinta, ¡tanto fuera como por dentro!

Hemos caído en la trampa porque cuanto más te centras en cambiar e intentar controlar algo incontrolable, más difícil se hace todo y más defectos te ves. No puedes cambiar tu cuerpo, cómo este almacena la grasa, cómo utiliza la energía, la forma de tus brazos, caderas o glúteos… Puedes trabajar la fuerza y la alimentación para moldearlos pero no puedes pretender tener otro cuerpo. Sobre todo, debemos tener claro que no se conseguirá nada si se hace desde una posición de desprecio hacia una misma, pensando en que no somos suficientes e incluso odiando nuestro cuerpo por no ser como esperamos.

A veces nos quedamos enganchadas en una superficialidad extrema que carece totalmente de sentido. ¿No será más fácil, saludable y beneficioso para nosotras, aceptar nuestras cualidades y nuestros defectos para vivir en paz con nosotras mismas? Y trabajar en un cambio si se quiere, no por nada externo sino interior y siempre enfocado en salud.

No cabemos en el mismo molde, necesitamos diferentes moldes e incluso es normal que durante nuestra vida cambiemos también de forma, peso y tamaño y no pasa nada. No hay que culpabilizarse ni arrepentirse ni amargarse, solo aprender y disfrutar de cuidarse en cada etapa y utilizarlo para darse lo mejor que se pueda con lo que se tenga.


Todas (y todos) somos reales. Lo que no es real es las fotos o imágenes o proyecciones que se cuelgan en las redes muchas veces de la realidad de cada cuerpo, no es real que la normalidad sea ningún tipo de cuerpo, no es real que todas las chicas que ves en tu Instagram no tengan celulitis, ni es real que estén marcadas con sus abdominales todo el año ni que no influya en cómo se ve esa imagen de ella, el color de la piel (bronceado, rayos uva...), la luz de la exposición del estudio fotográfico... No es real que esté así todo el día (comer, inflamación, tener la menstruación, estrés, malestar gástrico, etc.) No es real que todas entremos en el mismo patrón (ni estético, ni alimentario, ni de ningún ámbito). Si todas somos distintas con diferentes gustos y particularidades. Nadie es más real que nadie por tener más o menos de nada en su cuerpo.

Pero ante todo, todas somos quiénes somos. Más o menos celulitis, caderas, barriga, pelos, granos, marcas, estrías... Pero ¿por qué entrar en esa comparativa de más o menos? ¿Qué más da? De verdad, ¿qué importa? ¿Qué dice de ti? ¿Qué cambia de ti? Sigues siendo real, sigues viviendo tu vida, sigues siendo tú...

ACEPTACIÓN CORPORAL


La imagen corporal puede tener muchos aspectos a tener en cuenta:

 Perceptual: capacidad de percibir el tamaño y forma del cuerpo y sus componentes con veracidad.

 Emocional: grado de satisfacción o insatisfacción con nuestro cuerpo

 Cognitiva: creencias relacionadas, inferencias, comparaciones, interpretaciones…

 Conductual: conductas respecto al cuerpo (como camuflaje, evitación, lesiones, rituales…) y movimientos (sensación de incomodidad y las conductas consecuentes para evitarlo).


Es muy sanador hablarle directamente a tu cuerpo para decirle todo lo que necesites, todo lo que le quieres, todo lo que te ha costado entenderle... Que has tardado pero lo has hecho.

Pedirle perdón y personificarlo, de alguna manera, te hace que tome vida e importancia, te hace dejar de mirar hacia adentro y salir hacia fuera para valorar de forma más objetiva todo lo que tu cuerpo hace por ti. Todos los gestos, acciones, palabras, pensamientos y emociones que ha aguantado y soportado.

Quiérete como eres como base para conseguir ser como quieras ser.


Sois UNO tu cuerpo y tú, sé consciente de esta unión y no le/te hables mal, no le/te trates mal (ya sea comiendo en exceso o por defecto, vomitando, con autolesiones...) porque NO se/te lo mereces.

Sois un equipo, no puedes desligarte de él ni luchar contra él porque entonces es cuando algo no cuadra en tu interior y no te sientes en paz.


¿Cuántas más condiciones te pones a ti misma para quererte? Eso no es autoestima... Te deseo que te quieras de forma incondicional y no sometas así a tu cuerpo ni tu mente a nada que le haga daño. Déjate ser tú sin esa presión.


Demasiado alta. Demasiado baja. Demasiado gorda. Demasiado delgada. Ojos demasiado separados. Labios demasiado finos. Demasiado pecho.

Que haya cosas de ti que no te agraden no quiere decir que no te quieras ni te aceptes. Pero hay que saber qué cosas de verdad no te gustan de ti y si realmente no te gustan a ti o te han inculcado que es lo normativo o asocias ciertos valores a algo meramente estético. Así que... Si quieres cambiar algo de ti, primero asegúrate de que es algo realista de cambiar y hazlo desde el amor.


Tu cuerpo es válido YA, no necesitas nada externo o nuevo para validarlo, para quererlo, para cuidarlo, consentirlo, para sentirte bien, para valorarte… independientemente de lo que te hayan hecho creer… Céntrate en la benevolencia de sentirte válida y suficiente desde el amor por ti, la vida, la naturaleza... Tu cuerpo es suficiente y válido ya. Y tú también...


Muchas veces focalizamos todo en el PESO, volcamos todo bajo el precepto de salud y/o felicidad… La mayoría de mis pacientes creen que cuando estaban más delgadas eran más felices: «Más que ahora seguro», y cuando indagamos, realmente desde el presente recuerdan que eran más felices que ahora por ciertos aspectos como la ropa o verse mejor pero, aun así, no era suficiente y seguían sin ser felices...

Trabaja en ti en terapia, te mereces ser feliz plenamente. El peso no es ningún indicador de nada. Puedes bajar de peso y seguir con grasa… Puedes bajar de peso y seguir sin verte bien… Y si siempre quieres cambiar algo de ti, al final dejarás de ser tú:



¿Si estuvieras en una isla desierta y no hubiera nadie más que tú, te importaría la forma, tamaño, color, manchas, estrías, cantidad de grasa, granos, cicatrices, etc. de tu cuerpo?

Seguramente no, si no estuviéramos tan condicionados de forma directa con comentarios y juicios de los demás, o indirecta, al crecer en una sociedad en la que nos bombardean con publicidad, modelos, valores superficiales y estéticos antes que de salud integral, Instagram abarrotado de fotos con cuerpos esculturales y con miles de likes, etc.

Si intentamos dejar esos juicios a un lado, y nos centramos en la magia del ser, estar, vivir y dejarse llevar, no necesitamos ningún tipo de cuerpo ni anhelamos nada que no tengamos o seamos ya.

Y no es conformismo ni resignación, no. ¡Es amor propio y desde ahí puedes ponerte el objetivo que quieras! Estético, de rendimiento, de fuerza... Pero desde ahí, no desde el rechazo hacia lo que eres ahora porque sigues siendo tú y si luchas contra ti misma, siempre pierdes.

ACEPTA TU CUERPO, CONECTA CON ÉL


Aceptar tu cuerpo no es solo una necesidad para el bienestar mental, también tiene beneficios a nivel físico. Aceptarlo implica volver a conectar con las señales de hambre y saciedad, tomar conciencia plena de él, ser más consciente de la propiocepción… Y, aunque no es fácil saber qué necesitas, cuándo, cómo y por qué, puedes empezar por las bases:

¿Te miras en el espejo y te reconoces? ¿Te miras de verdad? ¿O solo intentas no verlo cada vez que puedes? ¿O solo miras esas partes que odias de ti?

¿Eres solo lo que ves en él? ¿Qué otras cosas te definen? ¿Te aceptas? ¿Te tocas? ¿Te escuchas? ¿Te hablas con cariño? ¿Te valoras y das regalos? ¿Te cuidas? ¿Te nutres? ¿Te desahogas?

Con una persona a la que quieres, imagínate, tu pareja, ¿Harías todo eso? ¿Y por qué contigo no?

Realiza acciones que te reconecten con tu cuerpo:

Si te sientes incómoda con tu cuerpo, tiendes a taparlo o cubrirlo, disimular ciertas partes, evitas mirarlo... Revisa estas conductas que, no solo mantienen, sino que empeoran el problema. Te recomiendo:

 Ser consciente de esos actos que demuestran que no aceptas o no te gustan esas partes de tu cuerpo.

 Dedicarte un momento al día para mirar esas partes de ti y hablarles y tratarlas con cariño.

 Cuidarte en otros aspectos para sentirte guapa y sexy, ya sea con maquillaje, ropa, tacones... Y utilizar esa ACTITUD para vivir mientras caminas hacia el cambio que te propongas (de hábitos, alimentación...).

 Desnúdate frente al espejo. Y mírate, obsérvate sin juzgar. Solo la vista, olvida el cerebro o la razón y aprecia todo lo que es, lo que ha conseguido, cuántas veces ha sanado, lo que ha creado, lo que has podido vivir gracias a él... Repite cada día y vive esa sensación de mirar sin juzgar, sin presionarte y sin necesidad de nada más.

 Mirarte al espejo de forma pautada, concreta y voluntaria varias veces al día para saturar el pensamiento negativo sobre ti misma.

No puedes pretender tener el cuerpo de OTRA PERSONA. Cada uno tiene su morfología y su tipo de cuerpo, que puede ser más o menos parecido a otro pero que tiene sus singularidades y particularidades concretas que hay que aprender a aceptar y valorar.

A partir de ahí es fácil entender que hay personas que acumulan más en el vientre y otras más en las caderas y ninguna es mejor o peor por ese aspecto físico. Esta mala percepción corporal lleva a tomar malas decisiones en la alimentación y ejercicio físico haciendo locuras (dietas milagro, ejercicio extenuante, etc.).

Este aspecto y muchos otros los trabajamos en el Cuadernito de actividades para mejorar tu relación con la comida que hicimos mi compañera Marian del Álamo y yo.

COMPARACIONES


Instagram es el medio más común para conseguir estimular constantemente la comparación. Te comparas con cuerpos de otras chicas, con lo que hacen, lo que comen... Lo que ves en las fotos y lo que cuelgan, no el total de su vida.

A veces me encuentro en terapia personas que aunque ya no siguen cuentas que cuelguen constantemente fotos de su «espectacular físico» (¿según quién?), siguen comparándose con cuentas sobre nutrición, psicología etc. Y caen en la misma trampa. «Debería comer menos de esto», «yo ya sé que como mucho», «debería estar ya recuperada», «a mí eso no me funcionó», etc.

La comparación es una trampa del ego, te hace creer que sirve para hacerte mejor cuando realmente solo te hace desconectar de ti misma y no valorarte ni ayudarte en absoluto. Así que utilizo esta analogía para ayudarte a pensar en que cuando te compares con alguien, vuelve hacia ti. Imagina que cuando te comparas estás haciendo una foto de esas personas, pues gira la cámara hacia a ti a lo selfie… Vuelve a ti... Céntrate en ti...

¿Qué estás volcando en ellas? ¿Qué tanto necesitas de eso? ¿Qué asocias tú a tener ese cuerpo o ese modo de alimentación o de vida? ¿Qué puedes aprender de ti sobre esto?


Claro que cuesta mucho no compararse porque crecemos en un mundo competitivo.

Es importante entender que, aunque inconscientemente te compares, cada uno tiene que tener su camino que es único y diferente al resto. Habrá cosas en común, pero no por ello debes dejarte llevar o influenciar por todo lo que diga esa persona que sigues y que admiras. Confía en ti y, si no sabes cómo hacerlo, busca un profesional de la salud que te ayude a hacerlo.


Para ayudarte, deja los silogismos aristotélicos:

«Si ella es guapa, quiere decir que yo soy fea» (esto lo vemos mucho en los celos entre parejas a parte de en redes sociales con las comparaciones).

El silogismo es una forma de razonamiento deductivo en la que se saca una conclusión a raíz de dos premisas haciendo una deducción, generalización o conexión entre ellas. Aristóteles (padre fundador de la lógica) fue el primero en utilizar este término.

Y, aunque estos ejemplos puedan resultar algo cómicos y para muchas personas carezca de lógica, para otras puede ser que este pensamiento esté de base en su comportamiento o forma de razonar y les traiga así muchos problemas de autoestima, confianza en una misma, etc.


COMPLEJOS

Complejos, defectos y otras distorsiones de nuestra mente... ¿Alguna vez te ha pasado que algo de tu físico o de tu carácter de lo que te avergüenzas, no te gusta o incluso has odiado/odias... Viene alguien y te dice que le encanta eso de ti? ¿O que lo que antes alguien te ha criticado otro lo alaba? ¿O algo que tú tanto machacas nadie más ve? ¿Qué tipo de mensaje te transmite esto?

Está claro que siempre habrá algo que no nos guste de nosotros mismos. También es verdad que solemos ser más críticos con nosotros mismos que con nadie más y lo malo es muy malo y lo bueno, no le damos tanta importancia... ¡Mal hecho!

Pero también es verdad que la perfección es diferente para cada persona y nunca vamos a ser perfectos en todos los sentidos ni hay que pretenderlo, por nuestra cordura y bienestar... Además, en el fondo sabemos que sería demasiado aburrido si todo siempre fuera perfecto.

Déjate florecer

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