Читать книгу Crepúsculo 2020 - Amanecer de estados plurinacionales - Silvia Roxana Lemos - Страница 7
ОглавлениеPrólogo
de María Elena Fuertes
Permacultora y Licenciada en Sociología UNCuyo. Mendoza.
Territorialidades ancestrales de los hijos e hijas de Huar
Es importante rescatar las raíces ancestrales de estos territorios, para lograr una mayor conexión en este momento en que la Pecnetao pide a gritos que dejemos de dañarla.
Es mucha la cantidad de personas interesadas en saber acerca del pueblo huarpe, y ya no como un dato histórico del pueblo que antaño habitaba el Cuyum, sino como un llamado más profundo de recuperar las raíces, de re-conocernos como parte de algo más grande, parte de la tierra y el lugar que habitamos; la necesidad de conectar espiritualmente desde lo material y empírico, sacralizando todos los reinos que aquí habitamos, mineral, vegetal, animal, esencial.
Espiritualidad que viene de la mano con rescatar esa cultura, que la historia oficial relató en algún momento como ya extinta, registros arqueológicos de un pasado que se sincretizó, mezcló con la civilización occidental hasta hacernos creer que desaparecieron. Pero junto con el grito de la Madre Tierra llega la información de que esa cultura está viva, oculta y guardada allí en el secano, donde los procesos civilizatorios empujaron al pueblo huarpe que protege su cultura ancestral, que resistió el ser esclavizado… a ese secano que la misma civilización desertificó, talando los algarrobos, acaparando y desviando el agua, para el beneficio de la lógica capitalista.
Ese progreso civilizatorio que desde la conquista y colonización fue arrinconando y reduciendo al pueblo huarpe hasta ese lugar del territorio donde ya el agua no llega. Porque el agua que antaño fluía libremente por los ríos y los arroyos, que llenaba lagos y lagunas, que daba vida a plantas y animales se fue secando, como se fue secando la biodiversidad y escondiendo esa cultura ancestral, en la cual se conocían el alimento y la medicina de cada planta que naturalmente aquí crecía; valoraban y respetaban los animales que les servían de alimento y abrigo, ayudaban y acompañaban el agua en su fluir, dejando como legado las acequias y canales, hoy cubiertos de cemento y llenos de bolsas, botellas y hedor que trae el progreso, donde ya ni los sapos cantan, las abejas decrecen y las luciérnagas se apagaron.
Cursos de agua secos y secas las lagunas en nombre del progreso civilizatorio occidental, que con su economía extractivista continúa secando la Tierra. Ese mismo progreso que juzgó, con sus paradigmas dominantes, que la vida de algunos seres valían y otras no, que la cultura euro-occidental merecía ocupar todos los espacios homogenizando la riqueza de la diversidad, negando las expresiones de la cultura huarpe, la cultura milenaria de esta Tierra. Que las personas llegadas de Europa merecían los territorios que habitaban otros pueblos. Robo, genocidio, etnocidio, biocidio llamado progreso.
Ese progreso que con el tiempo requirió más saqueo a la Tierra como parte de la lógica extractivista de la economía capitalista que sólo es posible acaparando el agua. Agua que sólo llegará allí donde el interés económico de los grupos de poder lo permitan, agua estancada en grandes diques y represas para ser usadas en ciertas actividades productivas. Y allá, en ese rincón donde aún sobrevive el pueblo huarpe, donde aún reina la cosmovisión ancestral, donde están guardados los recuerdos, la cultura, los ritos, la espiritualidad y la conexión con estas tierras. Allí, en ese rincón, ya no puede llegar el agua.
Es notoria la cantidad de personas que sienten mucha intriga y muchos deseos de conocer más del pueblo huarpe, siento que el porqué de ese deseo tiene que ver con un llamado muy profundo de volver a conectar con nuestras raíces y con las del territorio. Y siento que es ese mismo territorio el que nos está gritando que es momento que conectemos con seres humanos que aún guardan esa información.
Muchas gracias Silvia R. Lemos por ser canal en este proceso, y gracias al pueblo huarpe por haber resistido hasta el día de la fecha, y podamos colaborar junto a ustedes en la labor de activar su legado, operando con justicia, reparación socio-histórica, cultural y económica.
Con cariño.
María Elena Fuertes.