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VIENDO LO INVISIBLE

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Una cosmovisión bíblica nos dice que la vida es más de lo que ven los ojos. Contrariamente a una cosmovisión naturalista que niega lo sobrenatural y insiste en que la realidad consiste sólo en los datos sensoriales, existe un vasto ámbito de lo invisible, un ámbito espiritual, donde están ocurriendo cosas mientras usted ahora lee estas palabras. Este ámbito no es una especie de universo paralelo de ciencia ficción, sino una parte real del orden creado de Dios. Reconocemos la existencia del ámbito invisible cada vez que citamos la Confesión Nicena: “Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.”

Ocupados y activos en este ámbito se encuentran los seres angelicales, que participan en acciones que afectan al mundo en el que vivimos, todo por el propósito de Dios, actuando a las órdenes de Dios. Los ángeles son criaturas, no en el sentido de algo grotesco o amenazante, sino criaturas como seres creados. Dios creó dos tipos de seres, angélicos y humanos, que poseen ambos personalidad y carácter. Los ángeles son espirituales, invisibles en su estado ordinario. No son eternos ni todopoderosos, pero son poderosos y capaces de una actividad más allá de la capacidad humana. Están presentes en todas partes, pero no en la manera de la omnipresencia de Dios, quien llena todo en todos, de cuya presencia no nos podemos escapar (Sal. 139). Más bien, están presentes en todas partes debido a su vasto número. Se nos habla de huestes angelicales, similares a las huestes de estrellas o las huestes de peces que abundan bajo el mar. En la máxima “megaiglesia”, miríadas y miríadas de ángeles se reúnen en asamblea de adoración con todos los santos humanos en la gloria celestial para exaltar al Creador, quien es el único a quien se tiene que adorar para siempre.1

La Escritura sugiere una diversidad y un orden entre estas filas angelicales. Los querubines (en singular, querub) estaban puestos en la entrada de Edén, con espadas encendidas en las manos. Los serafines forman un coro angelical que exalta a Dios en el esplendor de su santidad. Miguel, uno de los dos ángeles mencionados por nombre (el otro es Gabriel), es designado como “arcángel” (Judas 9). El libro de Daniel proporciona una extraordinaria visión del mundo invisible, en el que se dice que Miguel está en guerra y otro es enviado en respuesta a las oraciones de Daniel (Daniel 10:10-21).

No se nos dice mucho en la Biblia acerca del ámbito invisible, pero a veces se abre el telón y se nos permite ver algo, de lo cual podemos sacar nuestras conclusiones acerca de los ángeles y su propósito. Los ángeles son descritos como mensajeros, guardianes, guerreros –todo a las órdenes de Dios, el Señor de los ejércitos–. Gabriel anunció a María que tendría un hijo por el Espíritu Santo. El Antiguo Testamento contiene numerosos ejemplos de ángeles que traían mensajes de Dios como anticipaciones de su propósito y sus planes. El salmista se refiere al papel de los ángeles al ejercer el cuidado de Dios y nos incita a maravillarnos acerca de la realidad que no vemos alrededor de nosotros:

“Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra”. (Salmo 91:11-12)

Hebreos 1 hace una mención considerable de los ángeles, concluyendo con una referencia a su papel divinamente señalado como “espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación” (Hebreos 1:14).

Pero no todos los ángeles buscan servir. La Biblia describe también a otros ángeles, unos que se rebelaron contra Dios (Judas 6). Estos son llamados ángeles caídos y están en contraste con aquellos a los que Dios guarda de rebelión, llamados “ángeles elegidos” (1 Timoteo 5:21) o “santos ángeles” (Marcos 8:39). Contrariamente a los ángeles elegidos que hacen las órdenes de Dios, los ángeles caídos, llamados demonios, obran para frustrar los propósitos de Dios. Como los demás ángeles, los demonios son seres creados, muchos en número, grandes en poder, pero no son omnipresentes, ni omnipotentes u omniscientes como únicamente lo es Dios. Y mientras los ángeles caídos en su rebelión se rebelan en pecado y transgresión de la voluntad revelada de Dios, ellos no tienen más remedio que servir el plan global de Dios que lleva todas las cosas a servir su propósito, en conformidad con su providencia soberana que gobierna todas las criaturas y todas las contingencias (Efesios 1:11).

De este ámbito invisible proviene nuestro adversario invisible.

¿Qué significa la guerra espiritual?

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