Читать книгу Recolectores de hongos - Tatiana Oliva Morales - Страница 3

Alberto Veselovsky y Metodio Ponebatko eran amigos de la infancia, así como en la literatura. Debo decir que juntos se parecían a Pat y Patachon: Alberto era excesivamente delgado y alto, y Metodio, por el contrario, era bajo y gordo.

Una vez al comienzo del verano, los amigos decidieron:

– Es suficiente para nuestras familias vivir y socavar su salud en una ciudad contaminada con gas, debemos mudarnos al campo, a un lugar tranquilo y pintoresco. ¡Allí mejorarán la salud y la inspiración!

Así decidieron y lo hicieron: se mudaron con sus familias a un pueblo tranquilo con el nombre poético “Lermontovo”. Allí la vida era brillante y libre, al amanecer iban a nadar en el río Volga, disfrutaban de amaneceres y atardeceres, de la armonía de la naturaleza, de la diversidad de la flora y fauna local.

En el bosque, que se extendía desde el pueblo y más allá, había jabalíes y osos, a veces entraban en el territorio del pueblo, era fascinante.

Y además en esa zona había muchos hongos diferentes, por lo que la mayoría de los lugareños eran ávidos buscadores de hongos. Ese pasatiempo incluso se había convirtido en un negocio real para algunos de ellos.

El tema de los hongos interesó a nuestros personajes también, decidieron convertirse en recolectores de hongos. Después de tomar un curso de capacitación serio en Internet, en el canal de YouTube, y aprender a distinguir magistralmente los hongos venenosos de los completamente comestibles, decidieron hacer su primera salida al bosque.