Читать книгу Alexa. Desarrollo de aplicaciones IoT para Arduino y ESP8266 - Tomás Domínguez Mínguez - Страница 7

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Unidad 1

INTRODUCCIÓN

Alexa es un asistente virtual que utiliza una interfaz de voz tanto para recibir peticiones del usuario, como para responderle. Dichas respuestas se darán dentro del contexto de una conversación en la que se simula estar hablando con otra persona. Por eso, antes de empezar a desarrollar aplicaciones para este asistente debe conocer qué son las interfaces de usuario basadas en la voz, y los conceptos básicos que gobiernan los sistemas capaces de mantener conversaciones de forma natural. Puesto que nos centraremos en la utilidad práctica de estas aplicaciones en el ámbito IoT (Internet of Things: Internet de las cosas), también se darán algunas nociones básicas de qué hay detrás de esta tecnología y los motivos que hacen que esté cada vez más presente en nuestras vidas.

1.1 INTERFACES DE VOZ

Hasta no hace muchos años, la interacción hombre-máquina se realizaba con un teclado y una pantalla. De la mano de los móviles llegaron las interfaces táctiles, que aumentaron drásticamente su facilidad de uso. El último paso han sido las interfaces de voz, mediante las que ya no es necesario usar las manos, puesto que la comunicación se realiza hablando con la aplicación.


A este tipo de interfaces capaces de permitir la interacción por medio de la voz, se las conoce por su acrónimo inglés VUI (Voice User Interface: interfaz de usuario de voz). A los dispositivos que las incorporan se les denomina VCD (Voice Command Device: dispositivo de comandos de voz). A nivel empresarial, las primeras aplicaciones que utilizaron esta tecnología fueron los sistemas IVR (Interactive Voice Response: respuesta de voz interactiva), desarrollados en la década de 1980. Son los que hoy en día le atienden cuando llama a los centros de atención de clientes de muchas compañías para solicitar información o realizar determinadas gestiones, antes de pasarle con un agente humano (si fuera necesario). A nivel de usuario, las aplicaciones que disponían de este tipo de interfaces aparecieron más tarde, siendo las primeras las de marcación de teléfonos activada por voz.

La gran aceptación y consecuente expansión de las interfaces de voz se debe a su independencia del hablante, es decir, a que son capaces de entender lo que dice cualquier persona, sea cual sea su idioma, su acento o las particularidades de su voz. Además, con este tipo de interfaces se puede hacer prácticamente lo mismo que con cualquier navegador: buscar información, solicitar que suene su música favorita, administrar calendarios y citas, hacer pedidos, jugar, etc. Pero donde hay un sector en el que cobra especial relevancia es en el de IoT y, en concreto, en el ámbito domótico, que es precisamente en el que se centra este libro.

Las ventajas de uso de las interfaces de voz son la velocidad de entrada (es más rápido hablar que escribir), así como su capacidad para ser incorporadas a dispositivos que no requieran pantalla, pudiendo utilizarse en relojes o pulseras de tamaño reducido. Además, permiten su uso a personas con capacidades visuales o motoras disminuidas. Incluso, puede resultar imprescindible en el desarrollo actividades profesionales que requieran trabajar con ciertas aplicaciones mientras se tiene las manos ocupadas.

A nivel empresarial, el empleo de interfaces de voz también tiene ventajas, ya que representan una oportunidad de negocio. Para 2021, se estima que las marcas que adopten este tipo de interfaces y rediseñen sus sitios web, disfrutarán de un crecimiento del 30 % en los ingresos.

1.2 SISTEMAS CONVERSACIONALES

Los sistemas conversacionales son aquellos capaces de comprender el lenguaje natural y entablar una conversación con una persona. Su objetivo principal es el de mejorar la experiencia del usuario, sustituyendo las formas tradicionales de interacción con las aplicaciones por otra basada en la voz. Se suelen utilizar para dar información sobre cuestiones que se le puedan plantear o ejecutar las órdenes que se le pida realizar.


Los sistemas conversacionales (también se les llama chatbots) nacieron mucho antes que las interfaces de voz, pero ha sido gracias a estas cuando han empezado a vivir una segunda juventud. Uno de los primeros (Eliza) se creó en el MIT (Massachusetts Institute of Technology) entre 1964 y 1966 por Joseph Weizenbaum. Realizaba un procesamiento de lenguaje natural para tratar de mantener una conversación de texto coherente entre un psicólogo (al que simulaba) y su cliente (el usuario).

Desde entonces, y hasta hace poco tiempo, los sistemas conversacionales eran únicamente materia de estudio por parte de expertos en el área de la inteligencia artificial. Sin embargo, los avances en procesamiento del lenguaje natural y el reconocimiento automático del habla han democratizado su uso, haciendo que esté cada vez más presente en un número mayor de dispositivos. Este tipo de técnicas hacen que los sistemas conversacionales no solo tengan la facultad que oír lo que se les diga, sino de llegar a entenderlo, aunque use palabras o frases diferentes. Además, son capaces de mantener una conversación coherente, utilizando información de contexto para que la interacción con ellos sea similar a la que tendría con cualquier otra persona.

Su uso es cada vez más frecuente en nuestra vida diaria. Por eso, Gartner ya identificó en 2017 los sistemas conversacionales como una de las diez principales tendencias tecnológicas estratégicas.

El ámbito de uso de los sistemas conversacionales es cada vez más amplio, incluyendo, desde los más sencillos, en los que se solicita información concreta, como la previsión meteorológica, hasta los más complejos, empleados por centros de atención al cliente de grandes compañías, pasando por aquellos que permitan el control de dispositivos de uso doméstico. Será precisamente en el ámbito IoT, especialmente el centrado en sistemas domóticos, al que se orientan las prácticas de este libro.

1.3 IoT

Internet de las cosas (IoT) es un concepto propuesto por Kevin Ashton en 1999 para referirse a la conexión de objetos cotidianos a través de Internet. Su implantación es cada vez mayor y abarca, entre otros, los sectores de la medicina, la industria, el transporte, la energía, la agricultura, las ciudades inteligentes o los hogares, que es en el que nos centraremos. Hoy en día es cada vez más frecuente encontrar dispositivos en casa capaces de ser utilizados de forma remota a través de Internet, bien sea para su control o para obtener información de los sensores que lleven incorporados.


El éxito de la tecnología IoT se debe, en gran parte, a su capacidad para introducir objetos de uso diario en el mundo digital, abriendo un amplio abanico de nuevas posibilidades que incrementan enormemente su utilidad, ya que permiten el control de los objetos a distancia (p. ej., encender o apagar una luz) o que estos informen de datos recogidos por sus sensores (p. ej., humedad o temperatura). Todo ello desde cualquier dispositivo en cualquier parte del mundo.

Para controlar o recoger datos de los dispositivos IoT se utilizan generalmente interfaces clásicas que se ejecutan en un ordenador y, cada vez con más frecuencia, en teléfonos móviles. Si en vez de estas se emplearan interfaces de voz, la interacción se volvería más natural, haciendo más sencillo el uso de las aplicaciones. Por este motivo, la unión de las tecnologías IoT y las relacionadas con el desarrollo de interfaces de voz están llamadas a formar un tándem que hará que este tipo de dispositivos tengan cada vez un uso más cotidiano.

Alexa. Desarrollo de aplicaciones IoT para Arduino y ESP8266

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