Читать книгу ¡15 minutos de clase es suficiente! Psicobiología, Electrofisiología y Neuroeducación de la Atención Sostenida - Ubaldo Enrique Rodríguez de Ávila - Страница 10
Desempeño académico, procesos y estilos de enseñanza y de aprendizaje
ОглавлениеEn los procesos cognitivos, los estilos de aprendizaje son claves para entender el desempeño en el contexto educativo y se debe entender por “desempeño” o “rendimiento académico” la cuantificación del aprendizaje en un contexto educativo. De esta manera, el desempeño académico debe considerarse como un constructo que adopta valores cuantitativos, por medio de los cuales existe una aproximación a la evidencia del perfil de habilidades, conocimientos, actitudes y valores desarrollados por el alumno en los procesos de enseñanza/aprendizaje (Edel, 2003).
Como se ve, el constructo “desempeño académico” está regulado de alguna forma por las actividades de enseñanza y aprendizaje. El primero (enseñanza) hace referencia a las características complejas del profesor y el segundo (aprendizaje) a las características complejas del estudiante. Sin embargo, el sistema educativo se convierte en otro elemento fundamental, donde la enseñanza y el aprendizaje casi se convierten en un solo complejo dinámico que los regula a las exigencias particulares de dicho sistema. De ahí que se acostumbre a hablar de “procesos (en plural) de enseñanza y aprendizaje”.
Ahora bien, cuando se habla de “estilos de aprendizaje” se hace referencia a los estudiantes, mientras que “estilos de enseñanza” se refiere a los profesores. Así, las estrategias de aprendizaje deben ser consideradas como un conjunto de procesos mentales que se ponen en marcha intencionalmente, planificados, que se usan para controlar la actividad cognitiva (López, García y Ballester, 2003), mientras que los estilos de enseñanza se refieren al método que el profesor usa en sus aulas de clase: las características personales, preocupaciones, concepciones sobre el aprendizaje y la enseñanza, la dinámica metodológica y la evaluación en una asignatura específica (Rendón, 2013). Es así que los estudiantes autorregulados utilizan estrategias tanto cognitivas como metacognitivas (regulación y control de la propia cognición), además de gestionar y controlar sus propios recursos de aprendizaje en sus estudios universitarios (Navea-Martín, 2017).
De esta forma, los estilos de aprendizaje implican el procesamiento de la información (Cabrera, 2004), de herramientas que rentabilizan el estudio y que lo vuelven más eficaz, como puede ser la repetición, la organización del material, la elaboración o el pensamiento crítico (Navea-Martín, 2017), la capacidad de leer y escribir correctamente en niveles de lectura literal, inferencial y crítica, cuya manifestación objetiva se relaciona con el desempeño académico (Domínguez et al. 2015).
Por otro lado, las estrategias de aprendizaje reflejan procesos utilizados por el aprendiz para responder a las demandas de un aprendizaje y los estilos reflejan el modo en que una persona piensa. De esta forma, los estilos de aprendizaje están constituidos por el conjunto de estrategias que utilice el estudiante para aprender. Así, en el producto concreto de su participación activa en el proceso de enseñanza y de sus propias experiencias, el estudiante desarrolla sus propias estrategias para lograr un mejor aprovechamiento de sus esfuerzos, para asimilar la información que recibe; tales estrategias definen los estilos de acción que el estudiante desarrolla por cuenta propia sobre la base de sus creencias y experiencias particulares (Cazau, 2001; Martínez, 2003; Castañeda, 2004, 2006).
Por otro lado, hablando de los estilos de enseñanza se ha demostrado que los docentes inciden en los estilos de aprendizaje de los estudiantes universitarios (Ventura y Moscoloni, 2015), además de que la concepción de aprendizaje se relaciona con las prácticas docentes de profesores y con las estrategias que desarrollan sus estudiantes (López-Iñiguez y Pozo, 2014). Es decir, las estrategias de los docentes se corresponden con las estrategias de elaboración y organización por parte de los estudiantes, relación que se debe tener en cuenta en todo proceso pedagógico (Ventura, 2016).
Vemos, entonces (desde el contexto del salón de clases, naturalizado por el sistema educativo como convencional o moderno), que en la dinámica del aprendizaje intervienen múltiples factores exógenos y endógenos a los actores que en él intervienen. Sin embargo, debe entenderse muy bien que la dinámica compleja del aprendizaje en contextos educativos debe centrarse en encontrar los factores individuales, casi permanentes —como personalidad, emoción y cronotipo—, que intervienen en la atención sostenida de los estudiantes en el salón de clases, para comprender de qué forma estos factores modulan tal atención y entender así que los procesos dinámicos de las metodologías de la enseñanza deben ser modificados para lograr mejores resultados de aprendizaje y de enseñanza, teniendo en cuenta factores individuales de la psiquis del estudiante y factores fisiológicos.