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2. La Constitución de Havona

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14:2.1 (154.3) Los seres espirituales no habitan en el espacio nebuloso; no moran mundos etéreos; están domiciliados en esferas reales de naturaleza material, mundos tan reales como aquellos en los que viven los mortales. Los mundos de Havona son reales y literales, aunque su substancia literal difiere de la organización material de los planetas de los siete superuniversos.

14:2.2 (154.4) Las realidades físicas de Havona representan un orden de organización de la energía radicalmente diferente de cualquier otro prevaleciente en los universos evolutivos del espacio. Las energías de Havona son triples; las unidades de energía-materia del superuniverso contienen una doble carga de energía, aunque existe una forma de energía en fases negativa y positiva. La creación del universo central es triple (Trinidad); la creación de un universo local (directamente) es doble, un Hijo Creador y un Espíritu Materno Creativo.

14:2.3 (154.5) El material de Havona consiste en la organización de exactamente mil elementos químicos básicos y la función balanceada de las siete formas de la energía de Havona. Cada una de estas energías básicas manifiesta siete fases de excitación, de manera que los nativos de Havona responden a cuarenta y nueve estímulos sensoriales diferentes. En otras palabras, visto desde un punto de vista puramente físico, los nativos del universo central poseen cuarenta y nueve formas especializadas de sensación. Los sentidos morontiales son setenta, y las más elevadas órdenes espirituales de reacción varían según las diferentes clases de seres, de setenta a doscientos diez.

14:2.4 (154.6) Ninguno de los seres físicos del universo central sería visible a los urantianos. Tampoco suscitaría ninguno de los estímulos físicos de esos mundos remotos reacción alguna en vuestros sentidos rudimentarios. Si un mortal urantiano pudiera ser trasladado a Havona, sería allí sordo, ciego, y totalmente carente de toda otra reacción sensorial; tan sólo podría funcionar como un ser de autoconciencia limitada, privado de todo estímulo ambiental y de toda reacción al medio.

14:2.5 (154.7) Hay numerosos fenómenos físicos y reacciones espirituales que ocurren en la creación central que son desconocidos en mundos del tipo de Urantia. La organización básica de una creación triple es completamente distinta de la constitución doble de los universos creados del tiempo y del espacio.

14:2.6 (154.8) Toda ley natural está coordinada sobre una base enteramente diferente a los sistemas duales de energía de las creaciones en evolución. Se organiza todo el universo central de acuerdo con el sistema triple de control perfecto y simétrico. A través de todo el sistema Paraíso-Havona se mantiene un perfecto equilibrio entre todas las realidades cósmicas y todas las fuerzas espirituales. El Paraíso, con un control absoluto de la creación material, regula y mantiene perfectamente las energías físicas de este universo central; el Hijo Eterno, como parte de este control espiritual que todo lo abarca, sostiene de la manera más perfecta el estado espiritual de todos aquellos que habitan en Havona. En el Paraíso, nada es experimental, y el sistema Paraíso-Havona es una unidad de perfección creadora.

14:2.7 (155.1) La gravedad universal espiritual del Hijo Eterno es sorprendentemente activa en todo el universo central. Todos los valores de espíritu y todas las personalidades espirituales se atraen incesantemente hacia adentro, hacia la morada de los Dioses. Este impulso hacia Dios es intenso e inescapable. En el universo central, la meta de alcanzar a Dios es más fuerte, no porque la gravedad espiritual sea más fuerte que en los universos más remotos, sino porque esos seres que han llegado a Havona están más plenamente espiritualizados y por lo tanto responden más a la acción siempre presente de la atracción universal de la gravedad espiritual del Hijo Eterno.

14:2.8 (155.2) Asímismo, el Espíritu Infinito atrae todos los valores intelectuales hacia el Paraíso. En todo el universo central la gravedad mental del Espíritu Infinito funciona en enlace con la gravedad espiritual del Hijo Eterno, y éstos juntos constituyen el impulso combinado de las almas ascendentes de encontrar a Dios, alcanzar la Deidad, lograr el Paraíso y conocer al Padre.

14:2.9 (155.3) Havona es un universo espiritualmente perfecto y físicamente estable. El control y la estabilidad equilibrada del universo central parecen ser perfectos. Todo lo físico o espiritual es perfectamente pronosticable, pero los fenómenos de la mente y la volición personal no lo son. Inferimos que se puede considerar imposible que ocurra el pecado, pero lo inferimos en base a que las criaturas de libre albedrío nativas de Havona no han sido nunca culpables de transgredir la voluntad de la Deidad. A través de toda la eternidad, estos seres excelsos han sido uniformemente leales a los Eternos de los Días. Tampoco ha aparecido el pecado en ninguna criatura que haya ingresado a Havona como peregrino. No ha habido nunca un caso de mala conducta por parte de ninguna criatura de ningún grupo de personalidades creadas en el universo central de Havona, o admitidas a él.Tan perfectos y tan divinos son los métodos y medios de selección en los universos del tiempo, que nunca ha ocurrido un error en los registros de Havona; no se han cometido jamás equivocaciones; ningún alma ascendente jamás se ha admitido prematuramente en el universo central.

El Libro de Urantia

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