Читать книгу Comunicación: relatos, interpretaciones y opinión - Varios autores, Carlos Beristain - Страница 25
Los colores
ОглавлениеCon solo adentrarse en el universo de este concepto se pueden entender mejor las infinitas posibilidades para crear y, por ende, lo única que es cada creación. Dejando aparte la gran variedad de colores que se pueden crear (por ejemplo, un azul puede tener rojos, en menor medida amarillos, etc.), también se tiene en cuenta la saturación de dichos colores (qué tan intensos son), cómo estarán repartidos en la obra, si serán difuminados entre sí, qué paleta se usará, si serán lo principal o servirán más para ambientar, etc. Cada una de estas decisiones busca comunicar e implantar una voz: “Cada color provoca en nosotros una reacción espontánea, cada uno tiene un sentido simbólico completo y concreto” (Martínez, 1979, p. 35).
En las diferentes obras creadas en esta investigación se pueden descubrir estas ideas. Por ejemplo, en la ilustración del cuento “Las Ruinas Circulares”, el personaje graficado está envuelto en un degradé que va del color rojo al amarillo. En esta decisión influyen muchas cosas: se plasma el deseo del artista por mantener en la imagen la fuerte conexión que hay en el cuento con el fuego; pero al mismo tiempo, hay una intención de dejar espacio a lo sugerido, ya que, aunque el color invoca el fuego, no hay formas que lo representen explícitamente. Se genera una atmósfera de lo sutil, de lo que se presiente: “Cuando una persona ve tu imagen, debe captar una sensación que vaya ligada al texto, pero nunca podrá ni debe ser igual” (Rodríguez, 2018, Comunicación virtual).
Solo al mirar este tratamiento de colores y sus ausencias, se puede ver la nueva voz insertada. Es un patrón común en las diferentes ilustraciones la escasez de color, en donde se apunta solamente a tres colores, limpios, transparentes y sin grandes cambios. Además se deja gran parte del protagonismo a los otros materiales y al mismo blanco de la hoja. Hay en la voz del artista una exploración intencionada por lo austero y minimalista en el color, esto con el objetivo de que, en conjunto con todo lo otro, cada ilustración comunique en sí misma un mensaje silencioso, estático, que no busca mandar un mensaje a gritos, sino que es sutil, reflexivo, que le otorga valor al silencio y al vacío.
Esta nueva voz es algo que, si bien se puede buscar de manera intencional, también va transformándose y cambiando con el tiempo de forma inconsciente, como bien complementa Rodríguez (2018): “[…] definitivamente hay una voz propia que se va desarrollando con los años, a veces inconsciente, a veces uno se va entrenando en ser capaz de dejar las palabras atrás y explicarse solo a través de colores y dibujos” (Comunicación virtual). En este caso, el hecho de realizar una investigación comunicacional a partir de lo creado, hace que el artista se apropie de su voz de forma consciente, ya que no solo se reflexiona sobre la obra literaria, sino sobre las mismas decisiones que se toman para preguntarse por qué escogió esto y no lo otro, qué cambios generó, qué quiso comunicar, etc.
Teniendo esto en cuenta, es posible insertar propuestas para tener en cuenta en el proceso de crear una ilustración a partir de un cuento. Un gran cambio que aparece al ilustrar pensando en un público adulto es la amplia libertad para escoger qué paleta usar, esto debido a que en la literatura infantil se le da mucho valor a los colores, buscando mantener el interés del infante, “el color habla a nuestros sentidos de manera más precisa y más viva aún que la forma. Los niños son generalmente partidarios del colorido y de lo brillante” (Martínez, 1979, p. 35). Mientras que en las obras literarias más avanzadas, generalmente, el color deja el protagonismo para dárselo a las acciones o conceptos.