Читать книгу Derecho y crimen en la literatura - Víctor Hugo Caicedo Moscote - Страница 5

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“Ejerzo la abogacía. Pero no me gusta el oficio. No obstante he trabajado con los mayores bríos, poniendo cuanto soy en el ejercicio profesional. Mi mayor anhelo es abandonar el foro, porque me impresiona morir leguleyo, con el alma prendida de un inciso. Tengo demasiada imaginación para consagrarme al derecho, que exige dotes menores, crítica y dialéctica...”

A la pregunta: ¿Qué bienes de fortuna posee?, contesta: “Un modesto patrimonio de pan llevar. Unas pequeñas propiedades urbanas y rurales, unas cuantas acciones bursátiles, muchos libros. Lo que más me interesa de todo es mi biblioteca particular. No tengo apuros económicos, pero mi fortuna es apenas una pobreza decente, lo que llaman la “comedia medianeza”. Mi capital productivo lo llevo conmigo a todas partes: es esta cabeza que ve el señor investigador, de la que se han caído el pelo y las ilusiones. Se trata de una máquina de hacer pensamientos, unos que se cambian por dinero, otros que no tiene precio”.

“Lo que más temo en el mundo –después del sano temor de Dios– es convertirme en un burgués satisfecho”.

Precisamente, porque soy un jurista en ejercicio, no tengo la superstición de la letra muerta de la ley. Creo en un derecho fundado en la voluntad de los hombres vivos. No solamente he estudiado leyes, sino su filosofía, su justificación ética”1.

Gilberto Alzate Avendaño

Derecho y crimen en la literatura

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