Читать книгу El arte del sexo anal. Técnicas y secretos de placer sin dolor - Вероника Ларссон - Страница 5

Sexo en el culo tiene sus propias reglas simples:

– Debe elegir una postura segura por primera vez. Por ejemplo, la opción cuando una mujer en la parte superior para principiantes no encaja. Pero “como perros” o “cucharas”: esto es algo con lo que puedes comenzar de manera segura.

– La penetración no debería ocurrir inmediatamente. Al principio, es mejor presionar la cabeza del pene con fuerza contra el ano.

– Para optimizar el proceso y no proporcionarle a la mujer un dolor innecesario, ella debe “vagar” por el pene ella misma. Un pene bien erecto y la falta de movimientos bruscos son importantes para un hombre. Es importante que una mujer mueva la pelvis en la dirección correcta.

No es necesario ingresar a un miembro profundamente la primera vez. Es aconsejable acompañar el proceso con palabras afectuosas y continuar estimulando además las zonas erógenas de la mujer. Por ejemplo, el impacto en el clítoris permitirá a la mujer no concentrarse solo en el proceso desconocido, sino que dispersará la atención y acercará al orgasmo temprano. Una mujer debe asegurarse de que la pareja esté lista para interrumpir en cualquier momento en su primera solicitud. Ella debe entender que él no quiere lastimarla de ninguna manera.

Una vez que el hombre ha terminado, también deja al compañero sin movimientos bruscos. En general, su actitud cuidadosa hacia el ano salvará a la pareja de las consecuencias negativas del sexo anal en forma de grietas sangrantes, lágrimas y hemorroides posteriores. No es casualidad que se mencione tanto sobre el daño de tal sexo para la salud.

Resulta que tal acto sexual tiene igualmente ventajas y desventajas. Las consecuencias negativas máximas se pueden nivelar con las reglas anteriores.

Además, es importante considerar lo siguiente:

– Una mujer no debería percibir el proceso como algo indecente e indigno. De lo contrario, debido al apropiado “clavo en la cabeza”, ella no debería tener el placer, no importa cuán técnicamente el hombre no pudo dominar su tarea técnicamente.