Читать книгу Lesbianas. Pornografía amateur - Vitaly Mushkin - Страница 2

Durante el intermedio, comenzamos a girar hacia el buffet con Anya. La actuación fue interesante, estábamos bajo su fuerte impresión. Ahora una taza de café, un sándwich con caviar y usted puede ir al segundo departamento.

Hemos estado juntos con Anna por casi un año. Juntos nos estábamos divirtiendo e interesante. Me llevaba a una excursión, luego a una exposición, luego a un teatro. Pero no dormimos con ella ni siquiera la besamos una vez. ¿Por qué sucedió esto? Al principio yo quería, sí ella de alguna manera se fue, por así decirlo, de la respuesta. Y entonces empezó a insistir, pero de alguna manera pospuse todo. La experiencia de la vida matrimonial anterior se hizo sentir. No quería asumir demasiada responsabilidad otra vez.

Anya no era mala. El cabello largo y ligero descansaba suavemente sobre sus redondos hombros. La piel del rostro se veía atraída por su blancura, con grandes vasos de tortuga apoyados en la nariz. Anya era femenina, moderadamente figurativa, de estatura media y ligeramente más joven que yo.

– Un poco exagerando al personaje principal, ¿no parece?

Anna y yo nos dimos la vuelta. Detrás de nosotros había una dama de mediana edad, espectacularmente vestida. Su corta falda negra se ajustó firmemente a sus caderas y abrió sus finas piernas en pantyhose negro. El escote profundo de una blusa roja mostraba formas redondas de la parte superior de su busto. El cuello levantado por detrás separaba el cuello orgullosamente colocado del grueso mechón de pelo rizado. Las altas botas negras con tacones y una majestuosa capucha de las damas la hacían parecer un jockey, sólo le faltaba la gorra y el látigo de marca. Los ojos grandes bajaron parecía alegre y amable.

– Sí, acabamos de hablar de esto, – contesté.

– En general, el rendimiento es bueno, tanto la trama y la producción.

– Sí, disfrutamos viendo.

Después de la actuación, Anna y yo, ya vestidos, bajamos las escaleras del teatro. Una señora, familiar del buffet, se acercó a nosotros. Una capa corta de color negro y sobre todo un sombrero rojo con grandes márgenes lo hacían atractivo para todos.

– ¿Cómo te gustó? ¿Estás en el metro? Yo también.

Caminamos por la ciudad de la noche en los fuegos y discutimos lo que acabábamos de ver.

– ¿Y vamos a un café, una taza de café? Te estoy tratando. Hacer una empresa.

En la mesa que conocimos. El nombre de la mujer era Alice. Por alguna razón ella estaba interesada en nuestra compañía. También se jactaba de poder contra-señalar a muchos teatros ya varios espectáculos. Prometí llegar a nosotros. Al separarse, Alice tomó mi número de teléfono.

Unos días después llamó.

– Denis, hola, esta es Alice. Tal vez, vamos a pasar sobre usted? El sábado, hay una puesta en escena hermosa. Buenos actores, excelente dirección, no veo? Entonces vamos Tomé tres entradas, es gratis.

El rendimiento fue excelente. Nos sentamos en la tercera fila, en el centro. Todo era perfectamente visible y audible. Nos divertimos mucho. Después de la presentación, Alice sugirió ir a un café y cenar.

– Hoy tengo un cumpleaños. Cuántos años tengo, ciertamente no te lo diré. Pero tenga en cuenta este caso es necesario. Ya pedí una mesa.

Pero no tenemos ningún regalo.

– Curiosidades. Una buena cena ligera con amigos, qué más podría ser mejor. Usted me obligará mucho si usted está de acuerdo en ir.

Nos detuvimos cerca. La cena era buena. Sólo delicias, sólo todo lo mejor. Al final de la comida, Alice dijo:

– Mis amigos, tengo una oferta para ti. Tal vez no te parezca muy ordinario, pero por favor, escúchame hasta el final. Sugiero que los tres nos reunamos para una reunión amorosa. Más precisamente, te reunirás, sólo voy a asistir y mirar. Me encanta acariciar a hombres y mujeres. Eres una pareja tan hermosa, será muy sexy.

Anna y yo intentamos discutir, pero Alice nos interrumpió.

– Escucha hasta el final. Yo, una vez más, no participaré en su… acción. De hecho, soy bisexual, me atraen tanto hombres como mujeres. Pero no te tocaré. Voy a reservar una habitación de hotel. Toma vino, fruta. ¿Ya has dormido con el otro? ¿No está presente??? Además, será tan romántico. Sí, y una cosa más. Pagaré a cada uno de ustedes mil dólares.

Nos miró atentamente. No sabía qué decir, así que todo era inesperado. Alice puso su mano en la mano de Ani y dijo, mirándola a los ojos:

– Soy bisexual, pero aún así me siento más atraído por las chicas, las mujeres…

Comencé una erección.

Tienes mi teléfono. Esperaré la llamada.