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Capítulo 1 · La riqueza es un derecho

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Dos linajes solos hay en este mundo,

como decía una agüela mía,

que son el tener y el no tener.

Miguel de Cervantes Saavedra

A pesar de las loas que siempre hemos escuchado sobre la pobreza, hemos podido constatar que es imposible tener una vida digna en esas condiciones. El éxito y la plenitud están negados para aquel que es pobre; incluso, la idea de prosperidad que lleva a actuar para cubrir las necesidades físicas y espirituales de cualquier ser humano. Puede parecer irónico, pero, para desarrollar el potencial que se requiere para adquirir riqueza, es necesario contar con el patrimonio que permitirá invertir tiempo y dinero en nuestra capacitación y desarrollo y, entonces, hacer una fortuna. Actualmente existen infinidad de herramientas que nos permiten acceder a estos conocimientos: libros, revistas, cursos, conferencias, etc.; pero se requiere de recursos para adquirirlas. Esto quiere decir que, para progresar y crecer, es necesario tener un alto nivel adquisitivo que permita a la persona desarrollar sus facultades. El objetivo de la vida es evolucionar. Todos tenemos la facultad para desarrollar nuestras habilidades. El derecho a la vida implica el derecho a cubrir todas nuestras necesidades y vivir prósperamente para desarrollarnos mental, espiritual y físicamente hasta donde somos capaces; en otras palabras, tenemos derecho a ser libres. En este libro no hablo de riqueza en sentido figurado. La prosperidad no está constituida por pequeñeces. Nadie puede sentirse feliz con poco si se sabe capaz de tener un mejor nivel de vida. La naturaleza nos ha enseñado que nuestro camino es el progreso y la expansión. Sentirnos satisfechos con menos de lo que podemos adquirir es incorrecto. Actualmente podemos admirar todos los descubrimientos y creaciones humanas que son indispensables en la vida cotidiana; de tal manera que si un individuo, cualquiera que sea, quiere tener una vida plena necesitará de una gran riqueza. Es un impulso natural querer desarrollar todo nuestro potencial. Esta necesidad es parte de nuestra esencia y uno de nuestros mayores incentivos. Para lograr una vida exitosa debes realizar tus sueños y para lograrlo en la vida real, es importante que tengas acceso a las facilidades que otorga la riqueza. Descubrir la ciencia de hacerse rico es explorar el conocimiento esencial de la vida humana.

No debe avergonzarnos nuestro deseo de riqueza. Aspirar a la independencia financiera proviene de nuestra necesidad real de tener lo suficiente para sentirnos plenos y exitosos. ¿Por qué tendríamos que sentirnos mal por eso?. Lo antinatural es pensar que debemos ser pobres y carecer de lo necesario para ser felices, no aspirar a la prosperidad que nos permita vivir como merecemos. Existen tres motivos que impulsan cada una de nuestras acciones: mantenernos saludables, desarrollar nuestra inteligencia y conservar nuestro espíritu. Cada una es fundamental, todas conforman la esencia humana, mientras estén en el equilibrio exacto que nos permita vivir plenamente. Vivir sólo para alimentar el alma o darle prioridad al cuerpo o privilegiar el intelecto es incorrecto. Todos hemos sido testigos de las nefastas consecuencias de vivir sólo para el placer corporal mientras negamos la mente y el alma, y también hemos podido constatar que una vida plena exalta el equilibrio entre estos tres factores. Por ejemplo, si nuestro cuerpo no está sano, será difícil que tengamos armonía mental y espiritual. Cualquier habilidad que nos negamos a desarrollar queda clavada en nuestro espíritu como una gran frustración. Cada uno de nuestros deseos surge de una cualidad que necesita ser desarrollada, un mecanismo que tiende a deteriorarse si no se le da el uso correcto. Los individuos requerimos de una alimentación balanceada, de ropa que nos cubra del frío o nos proteja de los rayos solares, de una casa acogedora que nos resguarde de las inclemencias del tiempo, pero también el descanso y el esparcimiento son necesarios para mantener una vida saludable.

La mente, a su vez, se nutre del estudio, la lectura y los viajes. La inteligencia necesita de tiempo y recursos para aprender y fortalecerse, y si no tenemos los recursos para visitar otros países y conocer su cultura, así como para leer o asistir a cursos, quedaremos estancados mentalmente. El espíritu también busca su propio alimento en la expresión amorosa, pero ésta se ve restringida por la pobreza. Cuando amamos, queremos proporcionarle a nuestros seres queridos todo aquello que les beneficia. El impulso natural del amor es dar. Cuando no se tiene para dar, es imposible ayudar a quienes amamos. Tampoco podemos solidarizarnos con las personas necesitadas, ya que un pobre no puede apoyar a otro más de lo que un ciego puede guiar a otro ciego. Para mantener saludable nuestro cuerpo y nutrir nuestro espíritu y nuestra mente, es necesario tener todas aquellas cosas materiales que permiten lograr este equilibrio. Esto es lo que hace indispensable adquirir riqueza. El deseo de vivir en abundancia es normal y necesario. Es parte de nuestra naturaleza humana. No es malo ni pernicioso para nadie, ni hay nada incorrecto en ello. Tampoco es resultado de un temperamento débil querer aprender la mejor manera de hacerse rico; por el contrario, es un estudio digno y provechoso. Si desperdicias la oportunidad de adquirir este conocimiento, estás frustrando los logros que tú y la sociedad esperan de ti, porque no hay mayor beneficio que le puedas brindar a quienes amas, a tu patria y al mundo, que aprovechar tus recursos y maximizarlos. Así podrás ser pródigo con todo lo que posees.

La ciencia de hacerse rico

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