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Presentación

Fabio Nigra

El presente libro es un esfuerzo de colaboración de algunos de los principales referentes del campo de la Historia en estudios sobre Estados Unidos de América, provenientes de Argentina y Brasil. Esta aseveración puede resultar pretenciosa, pero debe hacerse una salvedad. No quiere decir que somos los únicos que estudiamos a Estados Unidos, sino que lo hacemos desde la Historia, y que tenemos posturas independientes (es decir, no subordinadas a instituciones que puedan financiar nuestras investigaciones o, por caso, estar pendientes de las líneas de análisis hegemónicas).

Nos resulta llamativo el hecho de que cada vez que aparece un libro, o un artículo, sobre Estados Unidos es increíble el desconocimiento sobre el tema tratado. En parte esta ignorancia se debe a desidia y vagancia por parte del escritor que prefiere repetir todos los lugares comunes en vez de ejercer la mucho más ardua tarea de estudiar y analizar un fenómeno. Así muchísimos analistas argentinos creyeron e instaron a nuestros gobernantes a tomar decisiones en función de lo que se creía iba a ser la respuesta norteamericana. Por citar algunos casos, el presidente Galtieri creyó que Estados Unidos haría un hands off por el tema Malvinas; que por el encuadramiento neoliberal sin objeciones los presidentes Collor de Melo o Menem estarían protegidos políticamente por dicha potencia, o hacerle creer al expresidente De la Rúa que las amistades personales podrían determinar la política norteamericana frente a la bancarrota argentina. O así, también, cuando un periodista argentino escribe que “el Klu Klux Klan no existe más”, cuando realmente hasta tiene diputados electos.

Por supuesto que en esto contribuyen los medios de comunicación planteando una ficción como si fuera realidad. Así más de uno cree que las instituciones norteamericanas funcionan perfectamente sólo porque ven series como CSI Miami, cuando en verdad la realidad se asemeja más a True Detective o Los Simpsons; y que como la mayoría de las series y películas resultan políticamente correctas, los negros o latinos son tratados como iguales en aquella sociedad. Y otros ven las intervenciones del ejército norteamericano a través del mundo como una especie de video juego contra salvajes, todo porque se basan en películas como La caída del halcón negro o en Detrás de las líneas enemigas.

Pero mucho más complejo es que se opina no sólo por desconocimiento sino porque el conocimiento disponible lo han producido los propios norteamericanos. Y en consecuencia debemos escuchar reiteradamente que la colonización entonces fue hecha por puritanos que fueron a América del Norte en busca de “la libertad”; que Woodrow Wilson verdaderamente quería “la paz mundial”; que la Segunda Guerra Mundial se debió a la perfidia de los japoneses o la locura totalitaria de los nazis; que la Guerra Fría fue producto de “la agresión comunista”; que Estados Unidos se esforzó siempre por construir y defender la democracia en el mundo, y así ad nauseam.

Cada clase dominante construye una historia nacional que permite, refuerza y reproduce su dominación. La idea es la de “crear buenos ciudadanos”, o sea incentivar a la población a aceptar el status quo de dominación y jerarquía. A pesar de la opinión de algunos de nuestros colegas, la “ciudadanización estadounidense” tiende a promover el excepcionalismo, el racismo, el patrioterismo como sustento de la explotación y del imperialismo. Nuestros analistas tienden a basarse en las obras producidas y difundidas por el propio centro imperialista. Así, muchos nos convertimos en meros reproductores de la ideología dominante sin siquiera darnos cuenta. Numerosas obras presentan a las culturas y las sociedades anglosajonas como superiores y “civilizadas” mientras que los luso-hispanos, eslavos, asiáticos o africanos son tratados, en el mejor de los casos, como “en vías de desarrollo”, o sea, en camino a ser norteamericanos.

Por el contrario, los trabajos que aquí se presentan son producto de estudios de años por parte de los autores, con fuentes originales y bibliografía actualizada. Desde ya que no representan la verdad absoluta de los hechos narrados, sino el estado actual del tema, apoyándose en reflexiones críticas. Lo que nos diferencia es el hecho de intentar generar un pensamiento crítico, sin consignas infantiles ni encuadramientos teóricos rígidos o vulgares.

El primer texto que se presenta, “The Office of the Coordinator of Inter-American Affairs: Santa Catarina, Brasil, 1942-1945”, de Adriano Luiz Duarte y André Mello analiza el interés particular de aquel país por intermedio de la Office, donde los objetivos de la nueva agencia –en las palabras de los autores- suponían estrechar las relaciones con el país, con sus intelectuales y con su clase dirigente; divulgando el american way of life y, al mismo tiempo, presentar la cultura brasilera a los estadounidenses, de manera que fuera posible justificar la inversiones necesarias en el fortalecimiento de esa relación. En particular se preguntan sobre el interés de los norteamericanos por establecer una sede de la Office en el pequeño estado de Santa Catarina y la más pequeña –para la épocaciudad de Florianópolis. La respuesta se encuentra en el interés de la gran potencia, en ese momento en plena Segunda Guerra Mundial, en preservar el frente atlántico doméstico, ante una eventual agresión nazi. Las actitudes y decisiones de los funcionarios norteamericanos son analizados con precisión, poniendo en evidencia los objetivos que se encontraban detrás de esa variante de la política del buen vecino.

El siguiente, “Los veteranos de la Segunda Guerra Mundial y la sociedad estadounidense: debate historiográfico y tendencias”, de Francisco César Alves Ferraz, plantea –en sus propias palabras- discutir las diferentes contribuciones historiográficas sobre el proceso de preparación del retorno y reintegración social de los excombatientes estadounidenses de la Segunda Guerra Mundial, tema que ha trabajado y conoce en profundidad para los excombatientes brasileños de la segunda gran guerra, por lo que posee una amplia experiencia en el análisis y evaluación de dicha problemática. Su conclusión es que los veteranos de guerra alcanzaron a tener un papel relevante en los conflictos y readecuaciones sociales de Estados Unidos, lo que implica la toma de decisiones específicas para ese grupo, al generar tensiones políticas específicas. Desde ya, su interés es doble, por cuanto conocer la recepción social de los veteranos de Estdos Unidos, implica una ayuda sustancial para formular problemas y avanzar eventuales respuestas ante los propios veteranos, olvidados por mucho tiempo.

Luego, el trabajo de Sidnei J. Munhoz, “Da Guerra Fria aos conflitos assimétricos: crise de hegemonia estadunidense ou um longo processo de reacomodação das potências globais?”, plantea una interesante discusión alrededor de los problemas que surgen como consecuencia de las asimetrías políticoeconómicas mundiales en el siglo XXI. A su entender, debe ubicarse el contexto histórico de dicho proceso (que ha dado en llamarse la “post guerra fría”), para comprender la emergencia de los conflictos asimétricos actuales, que no son un fenómeno que se circunscriba especificamente al siglo pasado, ya que tal vez las guerras convencionales resulten recurrentes mientras la hegemonía estadounidense continúa su declive. Considera que la larga crisis de decadencia hegemónica de Estados Unidos producirá un largo período de reacomodamiento internacional, ya que los intereses de los nuevos actores más poderosos en relación con ésta confrontarán con las necesidades norteamericanas, sin perjuicio de la posibilidad de negociaciones internacionales, aunque en un marco de tensión creciente.

Le sigue el trabajo de Alexandre Busko Valim y Celso Fernando Claro de Oliveira, “Fahrenheit, Celsius e outros modos de se medir a temperatura política: o cinema estadunidense no pós-11 de setembro de 2001”. Los autores estudian la producción fílmica de Estados Unidos luego de los ataques terroristas al World Trade Center, en particular destacando el hecho de que aparecieron producciones que tomaron distancia de las tradicionales perspectivas dominantes emanadas de los intereses de la clase dominante norteamericana, sin perjuicio de destacar la dura y agria discusión que se desarrolló entre liberales y conservadores en el análisis del hecho. Es claro, para los autores, que luego de los ataques terroristas o cuando un país se encuentra en crisis, los discursos se ultrasimplifican, para garantizar un enemigo claramente malvado, y la bondad indubitable de la propia causa, con el objetivo de unir a la nación en pos del objetivo deseado. Sin embargo, aclaran que no están de acuerdo con la visión simplificadora de una sociedad dividida entre dominadores y dominados donde los primeros imponen sus objetivos sin inconvenientes, sino que ambos luchan por los valores simbólicos, en un enfrentamiento constante. Dentro de esos valores, las producciones cinematográficas no están exentas. De esta forma los fílmes estadounidenses han mostrado esta tensión en los años posteriores al 9 de septiembre de 2001.

Fabio Nigra, por su parte, en “Los problemas de la idea de la Historia en versión de las Majors de Hollywood”, busca presentar sintéticamente la dirección y puntos alcanzado en algunas ideas de sus investigaciones. Plantea que el texto no hace una elaboración lineal y cerrada, sino que busca poner en claro el desarrollo alcanzado hasta el momento, como los temas desarrollados por los principales referentes del espacio hasta la actualidad, los problemas que se advierten en la cuestión de la representación del pasado (en particular a través de un film), el punto promedio que se advierte en la construcción narrativa fílmica de esa representación por parte de los Grandes Estudios de Hollywood, o las cuestiones específicas que surgen en ese traslado (o trasposición), tomando en cuenta en particular las tensiones discursivas y narrativas emergentes como consecuencia de intentar lograr una muestra del pasado histórico de forma verosímil, con algún ejemplo concreto.

Finalmente, Pablo Pozzi, con “¿Del absolutismo capitalista al fascismo?: ¿cuál es la naturaleza del sistema político norteamericano actual?”, efectúa un muy provocador y sugerente estudio acerca de la lenta pero constante tendencia de la clase dominante de Estados Unidos hacia un sistema político con carecterísticas fascistas. En sus palabras, no resulta central pensar en la cuestión de si es o no es fascista Estados Unidos, sino que a su entender el término en sí mismo no es importante, a excepción de su simbolismo político e ideológico. Irónicamente cita a Max Weber, cuando sostuvo que la concentración del poder económico genera la concentración del poder político. ¿Tenía razón Terry Eagleton cuando decía hace más de diez años que nos encontramos en un mundo repleto de gobiernos autoritarios?

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Como se sostuvo al principio, ninguna de las líneas que se presentan aquí cierra caminos o problemas. Más bien, expresan la vitalidad de las cuestiones analizadas, desafiando a todos los que participamos del texto a seguir trabajando. Esperamos que resulten del agrado del lector, en el entendimiento de que continuaremos profundizando nuestros esfuerzos por comprender el mundo en el que vivimos y, tal vez, hacia el que vamos.

El buen vecino

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