Читать книгу La vida, la muerte y el más allá a través de la Biblia - Alfonso Pérez Ranchal - Страница 12

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INTRODUCCIÓN

La mayoría de los creyentes piensan en términos del Nuevo Testamento. Como consecuencia se llevan estas ideas y las colocan en contextos diferentes y a veces equivocados. Pero todavía es más preocupante, si cabe, el que en su entendimiento de la vida más allá de la presente incluso se distancien del mensaje original cristiano. Este mensaje original fue tempranamente afectado y modificado por una filosofía que estaba muy presente en el orbe romano, el neoplatonismo, influencia que marcó para siempre al cristianismo de tal forma que la misma llega hasta nuestros días. Desde aquí es que se interpretan no pocos textos veterotestamentarios. Pero procediendo así no se llega a comprender el significado de los mismos, que podría venir determinado por la idea de la muerte y del más allá que tenía el pueblo hebreo en un momento determinado de su historia.

Esta concepción marcaba su día a día, su manera de entender el sentido de la vida aquí en la tierra. Por ejemplo, fue habitual durante mucho tiempo atribuirle a Dios todo lo que ocurría, lo bueno y lo malo. Debido a que la idea de retribución en el más allá, tanto para los justos como para los pecadores, no existía, se pensaba que Yavé debía premiar y castigar en la presente. Por ello, el tener una vida llena de años, ser próspero materialmente y poseer abundante descendencia era señal de bendición divina.10

Pero la realidad chocaba con esta concepción ya que el justo sufría y pasaba por todo tipo de penalidades y, en ocasiones, mucho más que el impío que además podía prosperar e incluso vivir con tranquilidad. Esto creaba un gran dilema a todos los niveles. En los libros de Job y de Eclesiastés este conflicto es clave.11 Por tanto, es absolutamente necesario conocer el progreso de las ideas sobre la otra vida para que sirvan de clave para discernir muchos textos del Antiguo Testamento y, cómo no, del Nuevo. Es esto lo que tiene por meta el presente libro. Es más, me atrevo a decir que estamos ante una clave interpretativa que sirve de llave para la comprensión de las Escrituras.

Si recorremos la Biblia buscando cambios y avances en la concepción israelita de la vida tras esta vida (que es exactamente la metodología que nos proponemos llevar a cabo) será lo mismo que descubrir cómo Dios se iba revelando al ser humano, qué le demandaba y qué podía esperar tanto en esta vida como en la futura.

Dicho lo cual, este libro no irá recorriendo las Escrituras analizando cada pasaje en el cual se hable de nuestro tema, sino que colocará los peldaños de la escalera que van marcando este discurrir. Esto significa que hubo épocas en donde se creyó lo mismo, apenas sin variación y así, por ejemplo, se pensaba que todo ser humano acababa en el Seol en donde llevaba una existencia gris, mortecina, apagada y deprimente. No existían diferencias en el destino del justo y del impío. Este sería un peldaño inicial y así el siguiente lo supondría una variación en esta concepción, que a su vez se traducía en un cambio tanto en cómo se pensaba que era el lugar de destino como en la forma de existencia en el mismo. Y esto también hacía una distinción, traía una nueva luz en la comprensión de Dios y del propio ser humano. Como consecuencia, si este avance no se tiene presente, la interpretación bíblica de ese pasaje no se realiza correctamente.

Finalmente, llegaremos a las ideas de cielo e infierno que tan claramente aparecen en el Nuevo Testamento, pero que no es posible comprenderlas si no nos hemos introducido anteriormente en el llamado período intertestamentario. Aquí buscaremos información en determinados libros de la época y en un tipo de literatura que especialmente floreció como fue la apocalíptica.

De esta forma, acompañaremos al pueblo elegido a través de las Sagradas Escrituras en su orden canónico, viendo cómo el concepto de una existencia más allá de la presente se va presentando y concretando. El hecho de una revelación progresiva conlleva que el saltar de un lugar a otro de las Escrituras sin tener esto presente sea equivalente a caer en anacronismos interpretativos.

Llegados a este punto hay algo de enorme relevancia que necesita ser resaltado. El cristianismo no se entiende sin la resurrección de Jesús. Si todo acabó en la tumba el Galileo hubiera sido un supuesto mesías más habiendo fracasado de la misma forma a como otros ya lo habían hecho. Lo que sacó a los discípulos de su temor, de sus escondites tras la crucifixión de su Maestro, fueron las noticias que trajeron las mujeres que regresaban del sepulcro. Según ellas, estaba vacío y habían visto a Jesús. Después vendrían las apariciones del resucitado y el resto, como se suele decir, es historia.

La resurrección corporal de Jesús era algo totalmente inaudito en el judaísmo coetáneo12 y en el mundo pagano que lo rodeaba era considerado como un imposible, para este sencillamente las personas no vuelven o pasan a otra vida de forma corporal. Tampoco era deseable, y aún menos con un físico renovado.

La revelación traída por Jesús en esta cuestión es vital para abarcar no ya únicamente ciertos textos, sino la misma existencia del cristianismo.

Una última observación: este libro no tocará la llamada escatología entendida esta como una rama de la teología que trata sobre los eventos finales, de las últimas cosas. No estamos interesados en exponer, por ejemplo, qué es el Milenio, sino en entender el proceso y el progreso del concepto de la muerte y el más allá en las Escrituras y cómo ello es esencial para la comprensión de la Biblia.13


10.Desde aquí también se entiende que la mujer estéril era considerada como que había sido castigada por Dios, se trataba de una especie de maldición. La descendencia era la única forma de preservar la identidad familiar, la memoria del clan.

11.Si nos centramos en este último, su enorme pesimismo y aparente nihilismo se entiende por la creencia de que el justo, cuando falleciera, iría también al Seol, lugar de penumbras y de sombras. Por eso el llamado a disfrutar en lo posible del día a día, de todo lo que Dios nos da aquí abajo.

12.Se pensaba que la resurrección sería al final de los tiempos y, además, que se llevaría a cabo de forma colectiva.

13.Dicho lo cual estamos de acuerdo con MOLTMANN. La venida de Dios, p. 14, cuando dice que «la escatología cristiana no tiene nada que ver con tales soluciones finales apocalípticas, porque su tema no es en absoluto el final, sino -muy lejos de eso- la nueva creación de todas las cosas. La escatología cristiana es la esperanza que recuerda la resurrección de Cristo crucificado, y por eso habla del nuevo comienzo en medio del final de la muerte». Y en una línea parecida ver WRIGHT. Sorprendidos por la esperanza, pp. 175, 176.

La vida, la muerte y el más allá a través de la Biblia

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