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El esfuerzo especial de Satanás

Me ha sido mostrado que debemos estar en guardia por todos lados y resistir con perseverancia las insinuaciones y estratagemas de Satanás. Él se ha transformado en un ángel de luz y esta engañando y llevando cautivos a miles. Es tremenda la ventaja que saca de la ciencia de la mente humana. Aquí, bajo la apariencia de serpiente, se arrastra imperceptiblemente para corromper la obra de Dios. Hace humanos los milagros y las obras de Cristo.

Si Satanás hiciese un ataque abierto y atrevido al cristianismo, llevaría al cristiano afligido y agonizante a los pies de su Redentor, y el poderoso y fuerte Libertador haría huir atemorizado al osado adversario. Pero Satanás, transformado en ángel de luz, obra sobre la mente para seducirla y apartarla del único camino seguro y recto. Las ciencias de la frenología, la psicología y el mesmerismo han sido el conducto por el cual Satanás se ha allegado más directamente a esta generación, y ha obrado con ese poder que iba a caracterizar su obra hacia el fin del tiempo de gracia.

Al acercarnos al fin del tiempo, la mente humana es afectada más fácilmente por los ardides de Satanás. Este induce a los mortales engañados a atribuir las obras y los milagros de Cristo a principios generales. Satanás ha ambicionado siempre falsear la obra de Cristo y establecer su propio poder y sus pretensiones. Por lo general, no lo hace abierta y osadamente. Es astuto, y sabe que el medio más eficaz de efectuar su obra consiste en presentarse al pobre hombre caído, en forma de ángel de luz.

En el desierto, Satanás se presentó ante Cristo en forma de hombre joven y hermoso, más parecido a un monarca que a un ángel caído. En su boca traía las Escrituras. “Escrito está”, etc., le decía. Nuestro Salvador, doliente, le hizo frente con la Escritura, diciendo: “Está escrito”.18 Satanás sacó ventaja del estado débil, doliente de Cristo, quien tomó sobre sí nuestra naturaleza humana...

La confianza propia es fatal

Si Satanás consigue nublar y engañar la mente humana de tal manera que induzca a los mortales a pensar que hay en ellos poder inherente para realizar obras grandes y buenas, éstos dejan de confiar en que Dios hará en favor de ellos lo que creen poder hacer por sí mismos. No reconocen un poder superior. No dan a Dios la gloria que él reclama y que se debe a su grande y excelente majestad. De este modo se realiza el intento de Satanás. Se alegra de que el hombre caído se exalte presuntuosamente, así como él se exaltó en el cielo y fue expulsado. Sabe que si el hombre se exalta a sí mismo, su ruina es tan segura como lo fue la suya.

La destrucción de la confianza

Él [Satanás] ha fracasado al tentar a Cristo en el desierto. Se ha consumado el plan de salvación. Ha sido pagado el caro precio para la redención del hombre. Y ahora Satanás trata de arrancar el cimiento de la esperanza del cristiano, y dirigir las mentes de los hombres por otro cauce, de modo que no sean beneficiados ni salvados por el gran sacrificio ofrecido. Él induce al hombre caído, mediante “todo tipo de maldad”,19 a creer que puede muy bien arreglarse sin propiciación; que no necesita depender de un Salvador crucificado y resucitado; que los méritos propios del hombre le darán derecho al favor de Dios; y luego destruye la confianza del hombre en la Biblia, sabiendo bien que está seguro si tiene éxito en esto, y es destruido el detector que lo señala.

Afirma en las mentes la ilusión de que no hay demonio personal, y los que creen esto no se esfuerzan por resistir lo que no existe y luchar contra ello; así, los pobres y ciegos mortales adoptan finalmente la máxima: “Todo lo que existe está bien”. No reconocen regla para medir su conducta. Satanás induce a muchos a creer que la oración a Dios es inútil, que no es sino una forma. Bien sabe él cuán necesarias son la meditación y la oración para mantener despiertos a los seguidores de Cristo para que resistan su astucia y sus engaños. Los ardides de Satanás apartarán la mente de estas prácticas importantes para que la persona no se apoye en el Poderoso para recibir ayuda y obtener fuerza para resistir sus ataques...

Convendrá a sus propósitos que descuidemos la práctica de la oración, pues entonces se aceptan más fácilmente sus maravillas mentirosas. Al presentar sus tentaciones engañosas al hombre, Satanás cumple el objeto que no pudo realizar al tentar a Cristo. A veces se presenta bajo la forma de una hermosa persona joven, o de una bella sombra. Efectúa curaciones y es adorado por mortales engañándolos como benefactor de nuestra raza...

El dominio de la mente

Me ha sido mostrado que Satanás no puede manejar las mentes a menos que ellas cedan a su dominio. Los que se apartan de la rectitud están ahora en serio peligro. Se separan de Dios y del cuidado vigilante de los ángeles de Dios, y Satanás, que siempre está en acecho para destruir a los seres humanos, empieza a presentarles sus engaños y los pone en extremo peligro. Y si ellos se dan cuenta, y tratan de resistir a los poderes de las tinieblas y de libertarse de la trampa de Satanás, no les resulta tarea fácil. Se han aventurado a penetrar en terreno de Satanás y él los reclama. No vacilará en emplear todas sus energías y en llamar en su ayuda a toda la hueste del mal para arrebatar a un solo ser de la mano de Cristo.

Quienes han incitado al demonio a que los tiente, tendrán que hacer esfuerzos desesperados para libertarse de su poder. Cuando empiecen a trabajar en favor de sí mismos, acudirán a rescatarlos los ángeles de Dios, a quienes han entristecido. Pero Satanás y sus ángeles no están dispuestos a perder su presa. Luchan con los santos ángeles y es severo el conflicto. Y si los que han errado continúan suplicando y confiesan con profunda humildad sus errores, los ángeles de irresistible poder prevalecerán y los arrebatarán del poder de los ángeles malos.

El velo se levanta

Al levantarse el velo y mostrárseme la corrupción de esta época, mi corazón enfermó y mi espíritu casi desfalleció dentro de mí. Vi que los habitantes de la Tierra estaban llenando la medida de la copa de su iniquidad. Se encenderá la ira de Dios, y no será apaciguada hasta que los pecadores sean eliminados de la Tierra.

Satanás es el enemigo personal de Cristo. Es el originador y director de toda clase de rebelión en el cielo y en la Tierra. Su furia aumenta, y no nos damos cuenta de su poder. No nos sentiríamos tan seguros si pudieran abrirse nuestros ojos para discernir a los ángeles caídos cuando trabajan con quienes viven descansadamente y se consideran seguros. En todo momento los ángeles malos siguen nuestros pasos. Esperamos en los hombres malos una disposición a actuar de acuerdo con las sugerencias de Satanás; pero mientras nuestra mente no esté en guardia contra los agentes invisibles de Satanás, éstos ganarán nuevo terreno y obrarán maravillas y milagros a nuestra vista. ¿Estamos preparados para resistirlos por la Palabra de Dios, única arma que podemos usar con éxito?

Algunos serán tentados a aceptar estas maravillas como procedentes de Dios. Los enfermos serán sanados ante nuestros ojos. Se realizarán milagros a la vista de nosotros. ¿Estamos preparados para la prueba, cuando sean exhibidas más plenamente las maravillas engañosas de Satanás? ¿No serán entrampadas y tomadas muchas personas? El error, en sus distintas formas, el alejamiento de los claros preceptos y mandamientos de Dios y el prestar oídos a las fábulas, son cosas que preparan las mentes para estas maravillas engañosas de Satanás. Todos debemos tratar ahora de armarnos para la lucha en la cual deberemos empeñarnos pronto. La fe en la Palabra de Dios, estudiada con oración y aplicada prácticamente, será nuestro escudo contra el poder de Satanás, y nos hará salir vencedores mediante la sangre de Cristo (Review and Herald, 18 de febrero de 1862).

18 Mateo 4:4, 7, 10.

19 2 Tesalonicenses 2:10.

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