Читать книгу Los que vieron... y creyeron - Herbert Edgar Douglass - Страница 17

Dios sabe cómo consolar

Оглавление

Aquellas primeras creyentes adventistas necesitaban ser consoladas. Estaban confundidas en cuanto a lo que parecían ser claras verdades bíblicas; la experiencia cristiana de ellas parecía ser auténtica. No habían abandonado su confianza en Dios; pero, aun así, estaban confundidas.

Esta visión les dio a esas cinco mujeres, y luego a un creciente grupo que posteriormente percibió los detalles de la visión, el consuelo intelectual y emocional de que los años de preparación para el regreso de Jesús en 1844 no habían sido desperdiciados en ardides teológicos. No habían sido engañados, solo estaban confundidos con respecto a lo que debía ocurrir el 22 de octubre. Y esta certidumbre de que el Señor los había estado guiando en su experiencia pasada los pudo ayudar a enfrentar mejor el ridículo de sus ex amigos.

Esta visión también les dio la seguridad de que, si eran fieles, un día verían a su Señor cara a cara. No importaba qué clase de dificultades pudieran surgir, si continuaban siguiendo la luz, ellos también terminarían en el mar de vidrio y caminarían por las calles de oro.

Los que vieron... y creyeron

Подняться наверх