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Prefacio

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La Biblia está llena de historias maravillosas que describen la relación de Dios con las personas. A veces él daba consejos mediante sus profetas. Otras veces daba advertencias. Si las advertencias eran atendidas, como resultado caían bendiciones; pero si eran ignoradas, se obtenían consecuencias nefastas. Es evidente que nuestro Creador no quiere más que lo mejor para sus criaturas. Sin embargo, la obstinación humana y la falta de fe con frecuencia frustran los propósitos de Dios. Afortunadamente, a lo largo de los siglos hubo gente como Josué, Daniel, Pablo, Noemí, David y muchos otros que proveyeron pruebas positivas de que seguir la dirección de Dios siempre es lo mejor.

En 1903, Elena de White instó a que se reimpriman las historias que narran la conducción de Dios en los primeros días del movimiento adventista. En las siguientes páginas, el Dr. Herbert E. Douglass hace exactamente eso: no solo comparte las historias sino también revelaciones significativas sobre la importancia de los eventos de antaño que narra.

Como hizo Dios en los tiempos bíblicos, así también en los tiempos modernos envió a una profetisa para guiar y advertir a los que escuchen. Este libro está lleno de relatos, a veces asombrosos pero otras veces trágicos, de cómo reaccionaron los fundadores de la Iglesia Adventista del Séptimo Día a los consejos de Dios dados a través de Elena de White. A menudo les prestaban atención, y ellos y el movimiento del que eran parte prosperaban. Lamentablemente, otras veces se negaron a escuchar y a ser guiados, y los resultados nos advierten que, si ignoramos las instrucciones de Dios hoy, lo hacemos por cuenta y riesgo propios.

Cada persona o acontecimiento descripto en este libro se vio directamente afectado por una o más visiones de Elena de White. Los nombres de personajes casi olvidados, como Daniel Kress, Hiram Patch y Nathaniel Faulkhead, entre otros, cobran vida a medida que sus fascinantes historias se desarrollan para el lector. En cada caso, Elena de White, una constante ganadora de almas, es vista en su mejor momento, exhortando a la gente a cambiar de dirección y así evitar la ruina espiritual. En otras historias podemos alcanzar a ver de qué modo Dios obra a través de Elena de White para salvar a la iglesia en su conjunto.

Así como podemos aprender del estudio de las personas y los acontecimientos de los tiempos bíblicos, también podemos aprender del estudio de las personas y los acontecimientos de la historia del movimiento adventista. Tal como las historias de este libro lo demuestran sobradamente, la amonestación del rey Josafat que encontramos en 2 Crónicas 20:20 es tan aplicable hoy como cuando fue pronunciada por primera vez: “Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados”.

James R. Nix, director del Centro de Investigación White

Los que vieron... y creyeron

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